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¨AÑO DE LA LUCHA CONTRA LA CORRUPCION E IMPUNIDAD¨

ASIGNATURA: DERECHO Y CIENCIAS POLITICAS

DOCENTE: JESUS DELGADO Y MANZANO

ALUMNO: FLORES DAMAZO FAVIO

HUANUCO – PERÚ

2019

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DEDICATORIA

A nuestros familiares
porque nos impulsan con su estímulo y
nos motivan a seguir adelante, a
nuestro maestro quien es nuestro guía
en el aprendizaje, dándonos los
últimos conocimientos.

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INTRODUCCIÓN

Respecto a la indivisión sucesoria, se refiere una connotación de propiedad


colectiva, la misma que es impulsada en los sistemas que fomentan este tipo de
propiedad; siendo en el Perú un sistema ecléctico, ya que se norma ampliamente
tanto la indivisión como la participación.

Los artículos 844° y 845° de nuestro Código Civil regulan a la indivisión sucesoria
por las disposiciones relativas a la copropiedad, en virtud del conocimiento que
desde el momento del deceso del causante que deja varios herederos la
herencia será trasmitida a estos últimos, por tal sentido en el supuesto de que el
testador no hizo una partición testamentaria habrá la necesidad de establecer un
régimen transitorio que permita el uso y disfrute de los bienes indivisos, así como
su administración sin perjuicio de los herederos que lo integran, hasta el
momento de la división y adjudicación.

Sin duda, la indivisión sucesoria es una situación jurídica aun debatida por la
doctrina, en función a su tratamiento en los distintos ordenamientos legales.
Siendo importante señalar que en el caso de nuestra legislación, el Código
Procesal Civil ya ha advertido que merece una consideración jurídica singular,
que denomina "patrimonio autónomo", por lo que consecuentemente resulta
necesario apuntar las principales diferencias respecto de la copropiedad, término
utilizado en nuestro régimen jurídico.

Por ello, en virtud a las pautas en párrafos precedentes, con el desarrollo del
presente trabajo buscamos esclarecer lineamientos que deberán ser de
consideración para una regulación adecuada del tema de indivisión sucesoria en
nuestro ordenamiento jurídico, así como de esbozar una definición acertada que
se derive de sus características y naturaleza jurídica propia.

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I. INDIVISIÓN Y PARTICIÓN SUCESORIA

De Gásperi (1953), sobre el estado de indivisión y partición de la masa


hereditaria, anota que desde tiempos remotos de las XII Tablas, los romanos
concibieron que dejando el difunto por sucesores más de un heredero, se
constituyese entre ellos una comunidad incidental o communio incidens sobre
los inmuebles, sin intervención de su voluntad. Los jurisconsultos de aquella
época también entendieron que, siendo por naturaleza divisibles los créditos y
las deudas, no fuesen deferidos en comunidad a los herederos, sino por el
contrario, que se dividiesen de pleno derecho entre ellos, sin excluir las
obligaciones indivisibles sean sujetas activa o pasivamente in solidum a la acción
del acreedor.

Asimismo, se debe agregar que aquel principio del Código derogado es el mismo
recogido por el articulo por el artículo 844° del Código Civil vigente de 1984,
donde se estipula que: “Si hay varios herederos, cada uno de ellos es
copropietario de los bienes de la herencia, en proporción a la cuota que tenga
derecho a heredar”.

Este precepto se relaciona directamente con la lógica del artículo 660°, el mismo
que establece que desde el momento de la muerte de una muerte de una
persona, los bienes, derechos y obligaciones que constituyen la herencia se
transmiten a sus sucesores.

Según Lohman (s.f.), el Código comete un error al mencionar que se configura


una situación de copropiedad sobre los bienes de la herencia, cuando lo que
ocurre es que se plantea una comunidad sobre el integro de la masa hereditaria,
entendida como unidad total de bienes, créditos y deudas.

Por esta razón, es que se han generado diversas confusiones respecto al


presente tema a tratar.

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1.1. Indivisión sucesoria

Miranda (s.f.), expresa lo siguiente:

La indivisión tiene una connotación de propiedad colectiva, así tenemos


que, a la luz de las normas vigentes, los sucesores resultan propietarios
pro-indivisos de los bienes comunes de la herencia, en proporción a la
parte que tengan derecho, llamándose a eso condominio o copropiedad
(p. 237)

De lo anterior se desprende, entonces, que la indivisión aquella situación jurídica


en la cual ciertos sucesores, sean herederos o legatarios tienen colectivamente
un derecho conjunto no necesariamente en igualdad porcentual, sobre todo o
parte del patrimonio del causante; que se expresa en un derecho ideal sobre el
todo indiviso, sin directa titularidad sobre cada elemento singular.

1.1.1. La copropiedad de herederos

El Código Civil peruano establece lo siguiente:

Artículo 844°.- Copropiedad de herederos

Si hay varios herederos, cada uno de ellos es copropietario de los bienes


de la herencia, en proporción a la cuota que tenga derecho a heredar.

La norma contenida en este artículo es la primera del capítulo destinada a tratar


el tema de la indivisión dentro del Libro de Sucesiones. La misma que llama la
atención por la utilización del término "copropiedad", en directa alusión a la
existencia de propiedad común, ya tratada en el Libro de Derechos Reales. En
tal sentido, un primer aspecto a tratar sería el referido a considerar si
efectivamente los herederos son o no copropietarios de los bienes de la herencia,
como este artículo pareciera indicar.

La indivisión es una situación jurídica que se produce cuando respecto de un


derecho existen varios titulares. Esta situación se presenta naturalmente al
abrirse una sucesión, conforme señala Borda (1991), puede ocurrir que, al
fallecer el causante, quede un solo heredero, y en tal caso, éste será dueño de
todos los bienes y cargará con todas las deudas desde el instante del

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fallecimiento; pero puede ocurrir también que haya varios herederos, en cuyo
supuesto nos encontraremos en un caso de indivisión.

En esta misma línea de pensamiento, Fornieles (1950) señala que: “Cuando los
bienes que componen la masa pertenecen a varios herederos, todos quedan
propietarios en común de ella, lo que genera una comunidad hereditaria o estado
de indivisión” (p. 276).

Algunos autores se han preocupado por otorgarle mayor fijación a estos


términos; como es el caso de Somarriva (2000), que señala:

Copropiedad e indivisión designan la misma situación jurídica, pero la


expresión copropiedad tiene una significación más restringida que la
indivisión. La indivisión es el género y la copropiedad es una especie de la
indivisión. La propiedad se aplica únicamente a las cosas materiales,
susceptibles de propiedad. Por el contrario, la indivisión puede tener por
efecto toda especie de bienes, de cosas incorporales, como también
materiales. (p.5)

Por otra parte, la copropiedad puede recaer sobre bienes; en cambio, la


herencia, como explica Valencia (1977), representa un conjunto o totalidad de
derechos subjetivos patrimoniales. Por tanto, según este autor en ningún caso la
herencia es un cuerpo cierto, no cosa corporal. Tampoco es una cosa
compuesta, ni cosa universal propiamente dicha, como lo son por ejemplo una
biblioteca, un rebaño, etc.

Cuando se da el estado de indivisión, los bienes pertenecen a todos los


herederos en común, de manera que no podrán alegar derecho a ningún bien
determinado sino a partes o porciones ideales de ellos; situación que es más
propiamente denominada comunidad patrimonial o sucesión indivisa.

Borda (1991) explica que la sucesión no es otra cosa que una comunidad, que
será condominio cuando se trate de Derechos Reales, y titularidad compartida
en los demás. Agrega el autor, lo siguiente:

Debe atenderse que el condominio solamente afecta las cosas y nunca los
bienes incorporales. Cada sucesor es propietario proindiviso de los bienes
comunes de la herencia, en proporción a la parte a la que tenga derecho;

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salvo que, tratándose de una sucesión testamentaria, el causante haya
dejado hecha la partición (p. 195).

La diferencia entre comunidad y copropiedad es manifiesta, se dan en


relación de género y especie. La comunidad tiene sentido amplio, comprende
todas las relaciones en las que el sujeto de derecho sean varias personas al
mismo tiempo. La copropiedad es un concepto restringido de la comunidad,
cuando ésta tiene por objeto el derecho de propiedad sobre la cosa (p.4).

En tal sentido, debe señalarse que antes de la partición lo que existe en una
sucesión con varios sucesores, es comunidad patrimonial, y no copropiedad.

La primera se encuentra exclusivamente integrada por los herederos que


efectivamente acepten la herencia, mientras que la segunda coexiste con la
comunidad hereditaria y comprende a herederos y legatarios, siempre que
haya concurrencia de derechos o titularidad compartida de los mismos
sujetos sobre el mismo complejo sucesorio (p.139).

1.1.2. Derechos que se adquiere del condominio

Para Miranda (s.f.) los derechos que se adquieren del condominio son los
siguientes:

a) El copropietario goza del derecho de disposición respecto de su cuota


ideal, pudiendo así enajenar o gravar du parte, tal como dispone el artículo
977° del Código Civil, pero para disponer del bien objeto del condominio,
se requiere la decisión unánime de los copropietarios, así lo prescribe el
artículo 971° inciso 1, del mismo cuerpo normativo.

b) El beneficio común, el condominio está facultado a reivindicar,


conservar y proteger el bien, estando facultado también a interponer
acciones y defenderse de las mismas, con arreglo a ley contemplado em
el artículo 979° del Código Civil.

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c) El derecho de retracto que le confiere el artículo 1599° inciso 2 del
Código Civil, para subrogarse en el lugar del comprador y en todas las
estipulaciones del contrato de compraventa, el precio, los tributos y gastos
pagados por éste y, en su caso, los intereses pactados, según el artículo
1592° del Código Civil.

d) Si un copropietario práctica, sobre todo o parte de un bien, acto que


importe el ejercicio de propiedad exclusiva, dicho acto solo debe ser válido
desde el momento en que se adjudica el bien o la parte, a quien practicó
el acto, así lo establece el artículo 978° del Código Civil.

e) A usar el bien y servirse de él, siempre que no altere su destino ni


perjudique el interés de los demás, de conformidad con el artículo 974°
del Código Civil.

1.1.3. Deberes que se adquieren del condominio

Asimismo, Miranda (s.f.) también enumera los siguientes deberes que se


adquieren del condominio:

a) Indemnizar a los demás, cuando usa el bien, parcial o totalmente, con


exclusión de ellos, salvo lo dispuesto por el artículo 731°, ya glosado, tal
como lo prescribe el artículo 975° del Código Civil.

b) Responder proporcionalmente por los gastos de las mejoras necesarias y


útiles, los cuales pertenecen a todos los copropietarios, de conformidad
con el artículo 980° del Código Civil.

c) Concurrir, en proporción a su parte, a los gastos de conservación y al pago


de los tributos, cargas y gravámenes que afecten al bien común, según el
artículo 981° del Código Civil.

d) Sanear, en caso de evicción, en proporción a la parte de cada uno,


conforme a lo que dispone el artículo 982° del Código Civil.

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1.1.4. Indivisión vs. Copropiedad

Sosa (s.f.) cree que resulta necesario plasmar distinciones entre la indivisión y
copropiedad que nos permitan verificar y esclarecer a la indivisión dentro de la
perspectiva de comunidad patrimonial, por las siguientes razones:

a) La copropiedad sirve a los intereses actuales de los copropietarios,


mientras que la comunidad hereditaria, por su carácter esencialmente
temporal y transitorio, está pre-ordenada a su liquidación de modo que su
finalidad está puesta en la utilidad posterior a la partición.

b) Las reglas de la copropiedad son pertinentes exclusivamente para la


institución de propiedad, en cambio, la comunidad propia de la indivisión
sucesoria no solamente recae sobre el derecho real de propiedad, sino
sobre el total de activos, así como sobre el conjunto de los pasivos del
causante.

c) La comunidad patrimonial sucesoria es una sola, que recae sobre un


patrimonio en conjunto; no es una inorgánica suma de tantas
copropiedades como bienes y derechos haya. La copropiedad significa la
coexistencia de una suma de títulos diferentes y autónomos en relación
con cada uno de los bienes, considerados cada uno de ellos
separadamente. De esta manera, puede ocurrir perfectamente que un
sucesor, condómino del causante, tenga un derecho de copropiedad
directo sobre un bien determinado, con independencia de la cuota a que
pudiera tener derecho en la sucesión y que puede o no reflejarse, al
momento de la partición, sobre el mismo bien.

d) Mientras dure la indivisión los acreedores de los herederos no pueden


dirigirse con medida cautelar o en ejecución de sentencia contra bienes
singulares del conjunto de bienes, derechos y obligaciones resultantes del
fallecimiento de una persona y que constituyen todo su patrimonio, sino
solamente contra la cuota hereditaria del heredero deudor.

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e) Salvo el caso de pacto de indivisión, contenido en el artículo 993º del
Código Civil, la terminación de la copropiedad por división y partición
siempre es obligatoria cuando lo solicite cualquier copropietario.

f) Conforme al artículo 1209º del Código Civil, cada coheredero puede ceder
libremente su derecho a participar en una sucesión ya causada. Agrega
el precepto que, en este caso, el cedente solamente queda obligado a
garantizar su calidad de heredero, lo que viene a significar, por tanto, que
no está obligado a responder por el contenido de activos y pasivos
singulares de la masa sucesoria. Dicho de otro modo, sólo asume
responsabilidad por su derecho a participar en los aspectos patrimoniales
de la sucesión; porque, claro está, la calidad de heredero en sí misma es
intransmisible.

En cambio, en la copropiedad el régimen es diferente; por un lado aunque


cada copropietario puede disponer libremente de su cuota y de los frutos,
como autoriza el artículo 977º del Código Civil, los demás copropietarios
tienen derecho de retracto a tenor del inciso 2 del 1599º del Código Civil.
Es muy dudoso que en la cesión de herencia abarque derecho a retraer o
algún tipo de preferencia legal, pues no hay norma legal que lo establezca.

De otra parte, siendo claro que libremente y sin autorización de sus


coherederos, el coheredero puede disponer de su cuota de participación
sucesoria como un todo, resulta claro que no puede disponer
directamente de sus participaciones individuales sobre los bienes, ni
suponer que sus derechos se concretan en una cantidad cierta o de un
modo determinado en tales o cuales bienes individualizados equivalentes
al mismo porcentaje que tiene en la sucesión. Por ejemplo, el coheredero
de un 25% puede ceder sus derechos sucesorios a un cuarto de la
sucesión, pero no le está permitido ni transferir una cuarta parte de los
bienes, ni transferir una cuarta parte de cada uno de todos los bienes
singulares. Se podrá replicar que el art 977º del Código Civil faculta a cada
propietario para disponer de su cuota ideal de copropiedad pero hay que
considerar que eso será luego de que se sepa que, por efectos de la

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partición, le ha sido adjudicado dicho bien en copropiedad. Mientras eso
no ocurra, el heredero tiene una cuota cierta en la sucesión, pero respecto
de sus componentes singulares solamente tiene una expectativa, o un
derecho potencial, pues tales componentes pueden o no serle
adjudicados. Por eso se señala que el acto que se realice sobre el bien
sólo será válido si el bien respectivo le es adjudicado en todo o parte.

g) En correspondencia con lo anterior, los frutos pertenecen a la comunidad,


si algún coheredero recibiera frutos del patrimonio indiviso,
unilateralmente no puede pretender retenerlos en la proporción de su
cuota e imputarlos a cuenta de lo que habría de corresponderle. Como es
evidente, todo ello está afecto indivisamente, a responder por las
obligaciones del causante y por aquellas que se produzcan durante el
período de indivisión.

h) La herencia indivisa y, por supuesto, su cesión, deja incólumes las


posiciones jurídicas que el heredero tenga a favor o en contra de la masa
sucesoria, cuando precedan o sean ajenas a la sucesión propiamente
dicha; es decir la comunidad puede mantener relaciones jurídicas con los
patrimonios particulares de los herederos.

i) Naturalmente, mientras que la copropiedad se extingue por la división y


partición del bien común, existiendo tantas particiones autónomas como
bienes haya, la extinción de la comunidad sucesoria por partición supone
un único acto como puntualiza el artículo 864º del Código Civil, pues no
alude a otra partición sino a completar la realizada, sin perjuicio de que,
como consecuencia del cese del estado de indivisión sucesoria algunos
activos o pasivos se adjudiquen en común a varias personas, porque la
comunidad universal puede dar lugar a comunidades particulares.

j) Mientras subsista la indivisión sucesoria los bienes que sustituyen a


aquellos que sean transferidos quedan afectos de pleno derecho a las
mismas circunstancias y derechos en que se encontraban los bienes
reemplazados.

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k) Finalmente, cabe agregar que la copropiedad siempre puede ser
reconstituida, mientras que la comunidad patrimonial sucesoria una vez
extinguida, no hay manera de recomponerla.

1.1.5. Régimen de la indivisión según la copropiedad

Como ya se ha señalado, el derecho herencial de cada coheredero sobre la


masa hereditaria no puede configurarse con el mismo criterio que el derecho de
cuota de los copropietarios; puesto que el Código Civil no distingue la comunidad
de la copropiedad por lo que debe deducirse para todos los efectos que el Código
intenta aplicar las mismas reglas de la copropiedad a la comunidad hereditaria
en atención a la nota común de existir un estado de indivisión, en ambos casos.
En tal sentido a efectos de no aplicar equivocadamente las normas supletorias
del Libro de Derechos Reales, debe tenerse en cuenta que la comunidad
hereditaria si bien guarda ciertas analogías con la copropiedad, es en realidad
de naturaleza diferente.

Como explica La Cruz (1992): “En la copropiedad el derecho de cada coheredero


recae directamente sobre una cosa singular, mientras que en la comunidad
hereditaria recae sobre el patrimonio herencial y no sobre las cosas singulares
que, si bien lo forman, son distintos de él” (p. 200)

Las normas de la copropiedad que se aplicarán a la comunidad hereditaria


supletoriamente, se centran en los puntos siguientes en conformidad con lo
establecido por nuestro Código Civil.

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a) Presunción de igualdad de cuotas

Artículo 970°.- Las cuotas de los coherederos se presumirán iguales, salvo


prueba en contrario.

En materia de indivisión sucesoria las excepciones pueden ser dos, de un lado


la disposición distinta del testador, de buscar favorecer a un heredero voluntario
más que a otro y, por otro lado el diferente orden al que pertenecen los
herederos, en caso de representación; en ambos casos las cuotas podrían
resultar diferentes.

En la misma norma se señala que el concurso de los copropietarios, tanto en


los beneficios como en las cargas, está en proporción a sus cuotas respectivas;
por el que debe distinguirse el concepto de cargas utilizado en el Libro de
Derechos Reales, el cual básicamente se refiere a los pasivos que puedan
generarse a consecuencia de la titularidad sobre un bien que pertenece a más
de uno, como es el caso de impuestos y otros gravámenes. En cambio, en
materia sucesoria las cargas tienen un alcance más restringido, referido
únicamente a aquellos pasivos que se generen con motivo de la muerte del
causante, mas no a otro tipo de concepto. Sin embargo ello resultará irrelevante
en tanto el Libro de Sucesiones, en el artículo 871º del Código Civil señala que
los herederos responderán por las deudas en proporción a sus respectivas
cuotas hereditarias.

b) Decisiones sobre el bien común

Art. 971.- Decisiones sobre el bien común

Las decisiones sobre el bien común se adoptaran por:

1. Unanimidad, para disponer, gravar o arrendar el bien, darlo en


comodato o introducir modificaciones en él.

2. Mayoría absoluta, para los actos de administración ordinaria. Los votos


se computan por el valor de las cuotas.

En caso de empate, decide el juez por la vía incidental.

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Esta norma hace referencia a la adopción de decisión sobre el bien común
indicando que se adoptará por unanimidad, para disponer, gravar o arrendar
el bien, darlo en comodato o introducir modificaciones en él; y por mayoría
absoluta, para los actos de administración ordinaria; siendo la única excepción a
este principio sería la establecida en el artículo 860º del Código Civil, pues en el
caso específico que es el de la venta de los bienes para pagar su parte a
los herederos, la decisión se podrá tomar por mayoría. Asimismo señala que los
votos se computan por el valor de las cuotas, en tal sentido los representantes
sumarán entre sí los votos que le hubieran correspondido a su representado.

c) Administración judicial del bien común

Art. 972.- Administración judicial del bien común

La administración judicial de los bienes comunes se rige por el Código de


Procedimientos Civiles.

Esta norma está referida a la adopción de reglas aplicables a la administración


de los bienes comunes, en estos casos la norma resultará perfectamente
aplicable, por lo que la administración judicial de los bienes comunes se
regirá por lo establecido en el Código Procesal Civil.

d) Administración de hecho del bien común

Art. 973.- Administración de hecho del bien común

Cualquiera de los copropietarios puede asumir la administración y


emprender los trabajos para la explotación normal del bien, si no está
establecida la administración convencional o judicial y mientras no sea
solicitada alguna de ellas.

En este caso las obligaciones del administrador serán las de administrador


judicial. Sus servicios serán retribuidos con una parte de la utilidad, fijada por el
juez y observando el trámite.

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1.1.6. Clases de indivisión

Para Miranda (s.f.) la indivisión sucesoria se divide de la siguiente manera:

a) Forzosa

Son aquellas que existen por mandato de la ley, como el caso de los bienes
comunes que constituye la sociedad de gananciales o los bienes del patrimonio
familiar; o por naturaleza de las cosas que son indivisibles. Por ejemplo: Los
servicios comunes, las áreas comunes, las propiedades horizontales y las
paredes medianeras.

b) Voluntaria

Son aquellas que pueden ser hechas por la voluntad del testador o convenidas
por los herederos.

Por el testador, de conformidad con el artículo 846° del Código Civil, éste puede
establecer la indivisión de cualquier empresa comprendida en la herencia, hasta
por un plazo de cuatro años, sin perjuicio de que los herederos se distribuyan
normalmente las utilidades. Las explotaciones agrícolas y ganaderas se regirán
por la ley de la materia.

Por los herederos, ellos están autorizados por el artículo 847° del Código Civil,
para que puedan pactar la indivisión total o parcial de la herencia hasta por un
plazo de cuatro años, susceptible de renovación en forma indefinida.

1.2. Partición sucesoria

Sobre la Partición de la Herencia, Borda (1991):

Cuando existen varios herederos, el estado de indivisión tiene por naturaleza un


carácter eminentemente transitorio. Normalmente debe terminar con la
adjudicación a cada heredero de una parte de los bienes, pero no ya una parte
alícuota ideal, que la tienen desde el momento mismo de la muerte del causante,
sino una porción concreta. La partición es, pues, el acto mediante el cual los
herederos materializan la porción ideal que en la herencia les tocaba,
transformándola en bienes concretos sobre los cuales tienen un derecho
exclusivo. Es un acto de asignación, tendiente a localizar los derechos de cuota;

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antes de él, esos derechos se traducen en una fracción numérica (un tercio, un
cuarto); después de él se materializan en objetos determinados.

La partición sucesoria, es el acto jurídico mediante el cual se pone fin al


condominio de la herencia, adjudicándose a cada sucesor lo que corresponda.

El Código Civil, define la partición en el artículo 983°, que perpetúa que por la
partición permutan los copropietarios, cediendo cada uno el derecho que tiene
sobre los bienes que no se le adjudiquen, a cambio del derecho que le ceden en
los que se le adjudican.

Artículo 983º.- Por la partición permutan los copropietarios, cediendo cada


uno el derecho que tiene sobre los bienes que no se le adjudiquen, a cambio
del derecho que le ceden en los que se le adjudican.

En la realidad, la partición responde a un proceso jurídico desde la demanda de


partición hasta la titulación de las respectivas cuotas hereditarias, pasando por
su valoración para un justo y equitativo reparto, según el orden y grado de
parentesco.

La partición puede solicitarla o llevarla a cabo:

1. El de cujus, quien la puede dejar establecida en su testamento.


2. Los sucesores, en su calidad de condóminos, estando obligados a
practicarla cuando uno de ellos o el acreedor de cualquiera lo exija, a
menos que se esté ante un estado de indivisión forzosa.
3. Los acreedores de la herencia o de alguno de los sucesores

1.2.2. Características

Miranda (s.f.) menciona las siguientes características:

a) Es obligatoria y puede ser pedida en cualquier momento por los


interesados, salvo las hipótesis de postergación temporaria que se
estudiarán en seguida.

b) Es declarativa y no atributiva de derechos; la ley supone que los bienes


asignados a cada heredero han sido de propiedad exclusiva de éste

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desde el momento mismo de la muerte del causante; que los ha recibido
de éste y no de sus coherederos. Del mismo modo, se supone que nunca
ha tenido derechos sobre los bienes que han sido asignados a los demás.

c) El derecho a pedirla es imprescriptible mientras dure el estado de


indivisión; pero es susceptible de prescripción cuando la indivisión ha
cesado de hecho, porque alguno de los herederos, obrando como único
dueño, ha comenzado a poseerla de una manera exclusiva.

1.2.3. Quienes pueden Solicitarla

De acuerdo a nuestro ordenamiento legal, la partición pueden practicarla o


solicitarla, las siguientes personas:

a) El causante. - que puede dejar hecha la participación de los bienes en su


testamento, conforme lo dispone el artículo 852° del Código Civil que
prescribe lo siguiente:

No hay lugar a partición cuando el testador la ha dejado hecha en el


testamento, pudiendo pedirse, en este caso, sólo la reducción en la
parte que excede lo permitido por la ley.
No obstante, lo señalado en el párrafo precedente, no cabe en ningún
supuesto la partición en tanto permanezca vigente el procedimiento
concursal al que se encuentra sometida la sucesión indivisa, de ser el
caso que ello ocurra.

b) Los Herederos.- Que en su condición de copropietarios, están obligados


a hacer la partición cuando uno de ellos o el acreedor de cualquiera lo
pida, salvo los casos de indivisión forzosa, de acto jurídico o de ley que
fije plazo para la partición, conforme lo dispone el artículo 984° del Código
Civil y el artículo 854° del mismo cuerpo normativo, que establece: si no
existe régimen de indivisión, la partición judicial de la herencia puede ser
solicitada: inc. 1. Por cualquier heredero. (Código Civil Peruano; 1984)

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Es oportuno aclarar que la acción de partición es imprescriptible y ninguno
de los copropietarios ni sus sucesores pueden adquirir por prescripción
los bienes comunes, tal como lo dispone el artículo 985° del Código Civil.

c) Los acreedores de la sucesión o de cualquiera de los herederos.- esta


situación lo prescribe el artículo 854°, inciso 2 y el artículo 984° del Código
Civil.

1.2.4. Momento de la Partición

Miranda (s.f.) menciona que de acuerdo al tiempo, la petición sucesoria, se


clasifica de la siguiente manera:

a) Partición inmediata.- Dicha partición procede en cualquier momento,


según el artículo 954°, salvo que el testador haya establecido la indivisión,
tal como lo dispone el artículo 846° del Código Civil, que faculta al testador
poder establecer la indivisión de cualquier empresa comprendida en la
herencia hasta por un plazo de cuatro años, sin perjuicio de que los
herederos se distribuyan normalmente las utilidades, o la hayan
convenido los herederos con arreglo al artículo 847°, el mismo que
permite a los herederos pactar la indivisión total o parcial de la herencia
por el mismo plazo establecido en el artículo 846 y también renovarla. Sin
embargo, cabe aclarar, que el juez puede ordenar, a petición de
cualquiera de los herederos, la partición, en cualquier momento, cuando
sobrevienen circunstancias graves que lo justifiquen, tal como lo prevé el
artículo 850° del mismo cuerpo de leyes.

b) Partición mediata.- Se da este caso, cuando debe esperarse el plazo


fijado por el testador o los herederos, y no sobrevengan circunstancias
graves.

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1.2.5. Suspensión de la Partición

En algún caso la ley suspende momentáneamente la posibilidad de hacer la


partición. Con ello no persigue mantener en indivisión, como ocurre cuando ésta
la dispuso el causante o la acordaron los coherederos, sino que trata sólo que el
seguir en indivisión, mientras dura la suspensión de la partición, es consecuencia
de que no se considera conveniente que se parta hasta que se aclare si será o
no heredero o un heredero más el ser que está ya, o cabe que esté, concebido.

La suspensión procederá lo mismo en el caso de que el concebido hubiera de


venir a ser otro heredero juntamente con los ya llamados, que si naciendo le
correspondería a él solo la herencia por excluir a los que serían herederos en su
falta. En aquel caso se suspenderá la partición por duda en el número de
herederos; en éste porque quienes partirían, no serían herederos si nace.

Para Albadalejo (1982); “la suspensión de la partición en cuestión se justifica por


la brevedad del plazo en que se aclarará si el concebido será o no heredero, o
si hay realmente o no un ser concebido.”

En lo que concierne a los casos de suspensión de la partición de la masa


hereditaria, el Código Civil establece que:

 No cabe en ningún supuesto la partición en tanto permanezca vigente el


procedimiento concursal al que se encuentra sometida la sucesión
indivisa, de ser el caso que ello ocurra.

 La partición que comprende los derechos de un heredero concebido, será


suspendida hasta su nacimiento. En el intervalo la madre disfruta de la
correspondiente herencia en cuanto tenga necesidad de alimentos.
 Puede también diferirse o suspenderse la partición respecto de todos los
bienes o de parte de ellos, por acuerdo de todos los herederos o por
resolución judicial y por un plazo no mayor de dos años, cuando la
ejecución inmediata pueda ocasionar notable perjuicio al patrimonio
hereditario, o si es preciso para asegurar el pago de deudas o legados.

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1.2.6. Partición y adquisición de los bienes de la masa hereditaria

Borda (1991) hace referencia a esto mencionando que los bienes de la herencia
se determinarán, si no lo hizo el causante en vida, por la facción de inventario:
se cumplirá, luego, con las obligaciones contraídas por el causante y se pasará
a la partición de bienes la que pueda ser judicial o extrajudicial.

Así mismo los bienes se adjudicarán en especie a cada uno de los herederos.
De no ser posible, el valor de sus cuotas le será pagado en dinero. Así lo
establece el artículo 859 del Código Civil.

Si no hubiera el dinero necesario para el pago a que se refiere el artículo 859, se


procederá a la venta de los bienes hereditarios que sea menester, previo acuerdo
mayoritario de los herederos y con aprobación judicial.

Si en la herencia hay bienes que pueden ser cómodamente partibles, su partición


material se efectuará adjudicándose a cada heredero los bienes que
corresponda.

Las porciones asignadas por el testador que reunidas exceden del total de la
herencia se reducirán, a prorrata, salvo lo dispuesto por aquel. Los créditos que
constituyen parte del activo hereditario, se dividirán entre los herederos en
proporción a la cuota que tienen en la herencia.

1.2.7. Nulidad de la partición

Para Baqueiro (1994), “las particiones son un acto voluntario y pueden estar
afectadas por las mismas causas de nulidad que todos los actos jurídicos, ya sea
por incapacidad de alguna de las partes, ya sea por vicios de voluntad o por
ilicitud en el motivo o fin.

La diferencia entre nulidad y caducidad, señalando que mientras la primera se


deriva de una causa, originaria que afecta el acto desde el momento de su
nacimiento o de su celebración.

La segunda se produce por una causa sobreviniere, posterior mente en el


tiempo, coherente con este lineamiento, la referencia a la caducidad de
la partición bastando pare ello el capítulo referente a la caducidad del
testamento, cuando la nulidad de a consignado en un art. 865, una norma que

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señala que es nula la partición hecha con preterición de algún heredero y que la
nulidad no afecta a los derechos que un tercero adquiere de buena fe a
título oneroso.

Con la redacción del código anterior, cuyo Art. 796 decía que caducaba la
partición si uno de los herederos no era considerado en ella, la partición caduca
en este caso.

Ocurre alguna ves que siendo los bienes de la misma clase, como es el caso de
un patrimonio accionario, y siendo el derecho de cada uno de los herederos igual
y claro, uno de ellos se abstiene, por cualquier razón de pactarla partición y de
recibir su parte y los restantes convienen en recibir cada uno la suya y en dejar
pendiente la entrega que corresponde a aquel. (Baqueiro, 1994),

Con la adhesión del mismo y la entrega que se hace de su parte, partición queda
perfecta y se evita la caducidad". La omisión de algún bien en la partición no
acarrea la nulidad de la misma, tal como hemos expresado que consigna el Art.
864.

1.2.2. Oposición de la partición

Según el Art. 875 el acreedor de la herencia puede oponerse a la partición y al


pago o entrega de los legados, mientras no se satisfaga su deuda o se le asegure
el pago.

CONCLUSIONES

1. Debe tenerse en cuenta la concurrencia de diferencias y semejanzas


entre la indivisión y la copropiedad, básicamente porque ambas recaen
sobre un patrimonio común. De otro lado, la copropiedad brinda a los
copropietarios un derecho más concreto ya que, si bien persisten las
cuotas ideales, existe claridad respecto al bien sobre el cual recae el
derecho real.

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2. La indivisión se extingue en un solo acto que es la partición, que causa la
pérdida del carácter abstracto de la comunidad patrimonial, elemento
esencial del cual se compone; muy por el contrario el régimen de
copropiedad se extingue parcialmente en razón de que con cada partición
no se hace más que materializar el supuesto base de la copropiedad; esto
es, otorgar un derecho concreto respecto a un bien singular.

3. Un estado de indivisión se configura cuando el causante dejara más de


un heredero e inmediatamente después dela apertura dela sucesión se
dará origen a un estado de comunidad hereditaria, siendo en virtud de
esta comunidad y puesto que el llamamiento a la herencia tiene carácter
universal, el derecho sobre los bienes que la constituyen pertenece al
conjunto de los coherederos.

4. Mientras dure la indivisión y no se concrete la partición de la herencia,


será sin duda la comunidad hereditaria la que mantendrá autonomía
respecto del patrimonio personal de cada uno de los herederos y se
sujetará aun régimen especial en cuanto a la administración, uso y
disposición de los bienes particulares.

REFERENCIAS

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Cabrera, L., Chávez, Z., Honorio, H., Lázaro, R., & Ventura, L. (s.f.). La indivisión
en el régimen jurídico peruano. Obtenido de:
https://www.academia.edu/8489434/INDIVISI%C3%93N_SUCESORIA.

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Ferrero, A. (1993). Derecho de sucesiones. Lima: Cultural Cuzco Editores.

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propiedad. Zaragoza: Editorial Dykinson.

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