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MODELO DE NEGOCIO LARRÚ

Los bolsos Irema están hechos a mano por mujeres, a partir de retales nuevos y reutilizados que los
convierten en piezas únicas imposibles de repetir.
En Irema se apuesta por el uso racional de los recursos. Por eso intentamos reciclar y trabajamos con retales.
Buscamos sacarle partido a cada trozo de tela, de piel, de cinta, de cremallera e incluso botón que llega a
nuestras manos con una historia pasada: saldos, mercadillos, ropa de segunda mano, viejos sofás de cuero,
etc.
En Irema nos interesa que las prácticas sean sostenibles. Valoramos el upcycling, realizadas de manera
artesanal y muy especialmente, respetando a quienes están implicadas en la producción.
Buscamos que los bolsos IREMA sean prácticos pero que a la vez , sus colores y texturas entren por la vista.
En definitiva, buscamos conjugar practicidad, estética y ética

EL MERCADO VERDE PRO-DERECHOS HUMANOS

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La industria del cuero es una de las más señaladas, por parte de las organizaciones ecologistas del
mundo, debido a su elevada capacidad contaminante y al significativo impacto ambiental que
ocasiona, sobretodo cuando motiva la cacería indiscriminada de especies animales en peligro de
extinción.

Por otro lado resulta innegable que al encontrarse vinculada con la actividad de producción de
carne, el aprovechamiento de la piel como subproducto puede ser entendido como una
contribución con el medio ambiente.

Sin embargo y aunque los elementos de mayor impacto surgen durante el proceso de curtición, se
sabe que es posible minimizarlos en gran medida, a través de distintas precauciones, las cuales
más que necesarias resultan de indispensable exigencia por parte de los organismos públicos
encargados de la legislación ambiental de cada país.

Ignorancia ambiental

El caso de Latinoamérica causa una profunda sorpresa, debido a que en la mayoría de nuestros
países prevalece la ignorancia en esta materia y la misma además ha imposibilitado la aplicación
de sanciones contundentes a este tipo de empresas, cuando irrespetan las normas ambientales,
así como de leyes y regulaciones más acordes con la realidad.

Los estudiosos aseguran que estas situaciones se presentan como resultado de las complejidades
inmersas en la industria tenera, lo cual motiva que ocurran inspecciones ambientales deficientes y
alejadas de las muestras verdaderamente representativas.

Residuos comunes

Entre los elementos que pueden ser ubicados como desperdicio en las tenerías se cuentan: sal de
cromo, sal común, sulfuros, estiércol, sangre, pelo, pedazos de piel y carne, lo cual explica en
cierto modo el ofensivo olor que este tipo de industrias genera.

El agua se hace parte de los numerosos residuos líquidos, a través de un abundante consumo de
la misma, con la finalidad de lograr que arrastre consigo tanto hidróxido como hipoclorito de sodio,
algunos agentes tensoactivos y otras preparaciones enzimáticas.

Por otro lado el agua utilizada en estas industrias adquiere un cierto contenido de cal y sulfuro de
sodio, así como ácidos orgánicos (sulfúrico, clorhídrico, láctico, fórmico y bórico, entre otros), sales
de amonio, bisulfito de sodio, peróxido de hidrógeno, azúcares y melazas, e inclusive ácido
sulfoftálico; solventes y agentes tensoactivos.

Más desperdicios...

La industria del cuero también requiere del uso de solventes, a través de sus distintos procesos de
producción y los mismos también terminan mezclados con el agua que será desperdiciada luego.
Entre los más comunes se ubica el kerosén.

Debido a ello resulta indispensable establecer la disposición final de los desperdicios, puesto que
de esta manera resulta posible prevenir y lograr una significativa disminución de la contaminación
generada por la ya mencionada actividad.

Baja eficiencia

A través de la enorme cantidad de desperdicios que se originan con la elaboración de cueros, sería
fácil imaginar que ello se traduce en una eficiencia y producción proporcional, aunque en realidad
ocurre todo lo contrario.

Las cifras establecen que de cada 1000 kilogramos de piel vacuna, en estado salado, sólo es
posible convertir en cuero el 26%. En cuanto al aprovechamiento del colágeno vale acotar que es
solamente del 50%.
Es por ello que surge como una de las soluciones más pertinentes, a fin de minimizar el impacto
ambiental que esta actividad produce, la reducción en la cantidad de residuos que se generan.

De esta manera disminuye igualmente la carga contaminante lanzada al ambiente, con lo cual se
ve optimizado el proceso productivo y a su vez son generados mayores beneficios económicos a la
industria.

¿Cómo lograrlo?

Las normas ejecutadas en países con una legislación bien clara en materia ambiental, tal como es
el caso de Brasil, se orientan hacia la disminución de la carga contaminante a través de la
utilización de productos que originan menor impacto y que a su vez favorecen la reducción de las
concentraciones de amonio y sulfato.

En cuanto a los desperdicios sólidos, también fueron establecidos distintos métodos a través de los
cuales se obtienen productos que pueden ser reutilizados, gracias al uso de filtros, así como de
maquinaria automatizada.

Por otro lado también quedó establecida la necesidad de plantear un uso racional del agua,
sobretodo para las operaciones de lavado, las cuales por lo general son realizadas de manera
continua y como parte de la solución se plantea la reutilización del líquido.

Manejo inadecuado

El tema del impacto ambiental que resulta a través de un inadecuado manejo de desechos, así
como de los inexistentes sistemas de control que los organismos públicos encargados de esta
materia deben aplicar a las tenerías, resulta de sumo interés para la colectividad.

En muchas ocasiones este tipo de empresas se encuentran ubicadas en plenas zonas protectoras,
o cercanas a zonas urbanas, con lo cual se ve s

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