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CIVIL OBLIGACIONES I

POR: JOSÉ ALBERTO HERRERA ACOSTA


PRESENTADO A: CARMELO DEL CRISTO RUIZ VILLADIEGO

UNIVERSIDAD DE CÓRDOBA
FACULTAD DE CIENCIAS ECONÓMICAS, JURÍDICAS Y ADMINISTRATIVAS

MONTERÍA CÓRDOBA

19/02/2018
CIVIL OBLIGACIONES
Obligaciones es la columna vertebral del derecho privado, pero antes de entrar en materia, es
importante tratar algo de historia. La Obligación tiene su origen en la palabra latina
“obligatioonis”, que a su vez viene del ob y ligo-as-are, que significa atar. Las Instituciones
de Justiniano definen la obligación como el iuris vinculum, quo necesítate adstringimur
alicuius solvendae rei, secundum nostrae civitatis iura.
La obligación puede ser definida como un vínculo jurídico entre dos o más personas, de las
cuales una o más (sujeto activo o sujetos activos) están facultados para exigir de otra, u otras,
cierto comportamiento positivo o negativo (dare, facere, praestare, non facere), mientras que
el sujeto o los sujetos pasivos tiene el deber jurídico de observar este comportamiento, deber
sancionado mediante una acción personal.
Según la teoría de Bonfante, la obligación romana nació – en tiempos arcaicos – dentro del
terreno de los delitos. Originalmente, la comisión de un delito hacía surgir, a favor de la
victima o de su familia, un derecho de venganza – eventualmente limitado por el principio
del talion – el cual, mediante una “composición”, podía transformarse en el derecho de la
victima o su familia a exigir cierta prestación del culpable o de su familia. Como garantía del
cumplimiento de tal prestación, un miembro de la familia de culpable quedaba ob-ligatis, o
sea, “atado” en la domis de la victima como una especie de rehen. Por tanto, la obligación
antigua era una “atadura” en garantía del cumplimiento de prestaciones nacidas de delitos.
Luego, al irse desarrollando la comunidad con el aumento de los contactos económicos entre
las domus, se presentaba, a veces, la necesidad de que un paterfamilias prestara valores a
otro; en tal caso, el acreedor quería tener una garantía y así esta “atadura” se trasladaba del
campo delictual al incipiente derecho privado.
Un miembro de la domus del deudor se ofrecía entonces al acreedor; éste pesaba, en presencia
de cinco testigos y de un portabalanza, el bronce que servía de dinero, entregaba el valor
convenido al deudor y se llevaba al rehén. Este negocio se llamaba el nexum – o sea, el nudo,
y era, por tanto, un préstamo per aes el libram.
Según se fue intensificando la vida comercial, se simplificó el nexum: el deudor se ofrecía a
sí mismo como responsable, pero el acreedor posponía la “atadura” hasta el momento del
incumplimiento. Si el deudor no pagaba puntualmente, entonces seguía la manus iniectio,
descrita en las XII Tablas. El acreedor se llevaba entonces al deudor a una cárcel privada,
donde lo retenía durante sesenta días, mostrándolo tres veces en el mercado, para ver si
alguien quería liberarlo, pagando la suma debida. Después de sesenta das, el acreedor podía
vender al deudor como esclavo, fuera de Roma; también tenia el derecho de matarlo.
Pero en el año 326 a. de J.C., este duro sistema fue severamente atacado por la Lex Poetelia
Papiria, en la cual se suprimió el encarcelamiento privado por deudas civiles, dejándolo
subsistente, empero, para cuestiones surgidas a consecuencia de delitos privados.
Habiendo visto un breve repaso sobre la historia, entramos en materia sobre la obligación.
Primero que todo es importante responder a la siguiente pregunta, ¿qué es una obligación?
Se puede decir que es la situación jurídica que coloca a una persona en la necesidad de dar,
hacer o no hacer algo a favor de otra, que está facultada por la Ley para exigir su
cumplimiento, es decir, se crea un vínculo jurídico entre el acreedor con un deudor, entre el
sujeto activo y un sujeto pasivo, es un vínculo porque amarra, ata al acreedor y al deudor, es
jurídico porque no se puede soltar arbitrariamente a no ser que esté vinculado desaparezca
por el cumplimiento de la obligación.
Con base en esa definición, se sacan unos elementos.
Encontramos a unos sujetos (activo y pasivo)
Sujeto Activo: Es el acreedor, la persona en cuyo favor debe realizarse el objeto de la
obligación. El acreedor o sujeto activo es el Titular del derecho de crédito. La obligación
marca positivamente en el patrimonio del acreedor, la obligación hace parte activa de su
patrimonio, en su balance patrimonial la obligación marca positivamente, La parte acreedora
de una obligación puede estar integrada por una o más personas. Toda obligación debe tener
un sujeto activo, que no sólo es el titular del crédito, quien tiene derecho a recibir el
cumplimiento de la obligación, sino que además es el titular de la acción de cumplimiento de
la obligación.
Sujeto Pasivo: Es quien soporta la carga de la obligación, es el deudor, es la persona a quien
la obligación le marca negativamente, la obligación le resta patrimonialmente, es quien debe
cumplir o quien puede ser obligado a cumplir con el objeto de la obligación.
No puede concebirse la posibilidad de existencia de una obligación sin que existan los
sujetos, sin embargo la existencia de los sujetos no se opone a que puedan darse obligaciones
en las que en su momento de constitución el deudor o el acreedor no existen pero pueden
llegar a existir.
Luego encontramos un objeto: El objeto de la obligación es su contenido. Es la prestación
que debe realizar el deudor en favor del acreedor. Aquello hacia lo cual debe orientarse la
conducta del deudor, en orden a satisfacer al acreedor.
Naturaleza del objeto o prestación
Mucho se discutió en el pasado acerca de la naturaleza de la prestación y particularmente
acerca de si podía ésta, tener un contenido no susceptible de avaluación económica o
pecuniaria. Ya parece superada la disputa y hoy sólo tiene interés histórico. La prestación
puede ser avaluada en términos económicos o simplemente morales o intelectuales.
Clasificación del objeto
El derecho moderno reagrupa la clasificación romana del objeto de la obligación en
prestaciones de dar, de hacer y de no hacer, y da a ellas el siguiente significado:
Prestaciones de dar
Son las que tienen como finalidad trasmitir al acreedor el derecho de dominio, o cualquier
otro derecho real. Implica no sólo la conducta del deudor encaminada a hacer posible la
dación, sino además la realización de todos los actos y el cumplimiento de los requisitos que
las leyes tengan establecidos para la trasmisión del derecho real. Por esa circunstancia la
obligación o prestación de dar contiene otras encaminadas a su propio fin. Contiene en primer
lugar la prestación de entregar la cosa cuyo dominio se trata de trasmitir, es decir, el deudor
habrá cumplido su obligación de dar en consecuencia cuando ha efectuado la entrega material
de la cosa, ha efectuado la tradición de ella y la entregado en buen estado (conservación de
la cosa.
Prestaciones de hacer
Tienen por objeto la entrega sin trasmisión de dominio o de otro derecho real, o en general
la realización de un hecho positivo. Más que a otra cosa estas obligaciones se orientan a la
prestación de servicios a favor del acreedor, ya sea suministrándole cosas para su uso o
disfrute, como en el arrendamiento o el comodato, ya realizando un determinado hecho o una
actividad en su beneficio, como en el mandato. La simple entrega es prestación de hacer,
como lo es la conducta de custodia o conservación de la cosa, envuelta en la obligación de
simple entrega.
Prestaciones de no hacer
Con este nombre se indican todas las abstenciones. Los hechos negativos. Las prohibiciones.
Valencia Zea señala que la nota característica de las obligaciones de no hacer estriba en que
el deudor debe abstenerse de realizar ciertos hechos que sin la obligación le serían permitidos,
dando a entender que es por virtud del convenio por lo que «él debe limitar la libertad lícita
de ejercer un derecho.
Las Fuentes de las Obligaciones.
Las fuentes de las obligaciones son los hechos jurídicos que dan origen a ellas. Gayo
enseñaba todavía a mediados del siglo II, en sus Instituciones, que todas las obligaciones
nacían de contratos o de delitos.
Luego, Justiniano, amplió la lista de las fuentes de las obligaciones, señalando cuatro:
contratos, delitos, cuasicontratos y cuasidelitos.
Hoy en nuestra legislación, además de los ya mencionados, encontramos la ley y el
enriquecimiento sin causa.
El contrato: puede definirse como un acuerdo entre varias personas, que tiene por objeto
producir una o más obligaciones civiles.
El cuasicontrato: es una figura parecida al contrato por su licitud y sus consecuencias, pero
en el cual no se encuentra el consentimiento entre los sujetos como elemento constitutivo, lo
cual separa los cuasicontratos de los contratos. Son actos de voluntad unilaterales,
esencialmente lícitos, que producen obligaciones, es decir, es un hecho "voluntario y lícito,
sin acuerdo entre las personas que lo ejecutan". Son especies de cuasicontratos:
* La agencia oficiosa (Artículo 2304 del C.C)
* El pago de lo no debido (Artículo 2313 del C.C) y
* La comunidad (Artículo 2322 del C.C).
El delito: es un hecho humano contrario al derecho y castigado por la ley. Es un hecho
jurídico, ya que produce un cambio en el mundo del derecho; pero no es un “acto jurídico”,
ya que el cambio en el mundo del derecho; pero no es un “acto jurídico”, ya que el cambio
que resulta (el deber del autor del delito de sufrir un castigo) no es precisamente el efecto
deseado por el delincuente.
El cuasidelito: es un acto ilícito, pero que el derecho romano no clasificaba entre los delitos.
Produce una obligación entre el autor del acto y el perjudicado (en algunos casos, el
denunciante). La diferencia entre delitos y cuasidelitos no reside, como en la doctrina
moderna, en la existencia o ausencia de la intención de causar un daño.
La ley: En algunas ocasiones la ley también es fuente de las obligaciones, como, por ejemplo,
en el caso de los alimentos que se deben por ley a determinadas personas (Artículo 411 del
C.C) ; en casos como el usufructo legal de los padres de familia sobre los bienes del hijo
(artículo 291 del C.C.).
La expresión ley se cambia por la de ciertos "estados de hecho o de derecho susceptibles de
engendrar una obligación". Así, por ejemplo, La obligación alimentaria surge del parentesco,
lo mismo el usufructo legal de los padres sobre los bienes del hijo no emancipado.
Enriquecimiento sin causa: No está consagrado expresamente como fuente de obligaciones.
La Corte Suprema de Justicia, con apoyo en lo dispuesto en el artículo 1524 del C.C, en la
ley 153 de 1887 y en el artículo 831 del C. de Comercio, lo ha reconocido como tal al igual
que a través de sentencias proferidas por ese órgano desde 1933.

BIBLIOGRAFIA
http://derechoromanoii.blogspot.com.co/2009/11/introducion-las-obligaciones.html
https://www.google.com.co/search?ei=UNWKWubkK8uB5wL0-
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ab.3..33i160k1l2.15218.50561.0.50819.98.63.8.0.0.0.364.9556.0j18j20j5.44.0....0...1c.1.64.
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ab..50.47.8792.6..0j33i21k1j35i39k1j0i67k1j0i131k1j0i20i263k1j0i131i67k1j0i13k1j0i13i
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https://www.academia.edu/18723705/Concepto_de_Obligaciones_y_sus_elementos
https://www.alipso.com/monografias3/OBLIGACIONES_EN_EL_DERECHO_CIVIL_C
OLOMBIANO/index.php

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