Vous êtes sur la page 1sur 11

1.

La Jurisdicción Minera en ejercicio corresponde a la Nación, o a las provincias, según el órgano


político que haya sido investido de esa propiedad originaria, de acuerdo a su ubicación
geográfica, desde que la potestad de distribución es inseparable del dominio originario. (ART.
127 CN)

Sistemas de organización de la Autoridad Minera: es la repartición del Estado que en ejercicio


de sus atribuciones recepta, impulsa, tramita y resuelve, solicitudes de permiso de
explotación, la concesión y demás derechos de concesión y vigila el cumplimiento de las
condiciones de esa concesión.

Las provincias en uso de sus atribuciones constitucionales regulan sus propios procedimientos y
crean por leyes propias las autoridades mineras locales, cuyas características administrativas se
definen:

*Sistema Judicial: Reconoce como únicas autoridades a los Tribunales y en su defecto Tribunal civil
o comercial del lugar de ubicación de los bienes. Ante éstos se debe presentar todo interesado
para la solicitud de permisos de exploración, servidumbres, expropiación, indemnización y es
quien, controla y vigila el cumplimiento de las condiciones de la concesión y la policía de minas.

*Sistema administrativo mixto: (Administrativa y Judicial) es de características administrativas,


interviene en todos los asuntos en que está comprometido el interés público minero. Debe
inhibirse de las cuestiones de mero interés privado, cuya resolución compete a los tribunales
judiciales. Si en el ejercicio de estas funciones surge un conflicto que afecta el interés general de la
mina, se debe agotar el trámite en jurisdicción administrativa y una vez obtenida la resolución
puede plantearse ante las autoridades judiciales el recurso contencioso administrativo o la
apelación correspondiente.

*Sistema de la doble autoridad minera: (Función Administrativa y Judicial separadas) distingue las
funciones técnico-administrativas que realiza la autoridad minera, de las judiciales, asignando las
primeras a un organismo administrativo dependiente del poder ejecutivo o dirección de minas y
las segundas aun Juzgado de minas, dependiente del Poder Judicial. Ambas autoridades trabajan
en estrecha colaboración, pero sin subordinación funcional alguna.

Compete a la Dirección de minas, que depende del Poder ejecutivo, y son de resorte
administrativo todas las cuestiones referentes a la Policía minera y vigilancia de las condiciones de
la concesión, las cuestiones técnicas relacionadas con la intensidad de los trabajos mineros, monto
de los capitales a invertir, registro gráfico, mensuras, padrones de minas, contribuciones y regalías,
estadísticas y fomento.

Compete al Juzgado de minas, dependiente del Poder Judicial, y son de resorte exclusivo de los
Juzgados la recepción, trámite y resolución de los permisos de cateo, concesiones de explotación y
derechos conexos, expropiaciones y servidumbres, indemnizaciones caducidad, vacancia de las
concesiones, paralización de trabajos, imposición de multas y toda cuestión relativa a derecho de
minas.

Dentro de este sistema la dirección de minas actúa como organismo de vigilancia y ejecutor en la
función técnica y fomento y como asesor del Juzgado de minas en todos los aspectos mineros,
pero no interviene con funciones decisorias en el otorgamiento o caducidad de estos, reservados
exclusivamente a la función judicial. Actúa como organismo técnico asesor de la autoridad.

2. PERTENENCIAS

Concepto: el art 72 establece que la pertenencia es la extensión del terreno dentro de cuyos
límites puede el minero explotar su concesión. La pertenencia en realidad es cada uno de los lotes
mineros de explotación en que se divide la concesión. Esta puede estar formada por una o más
pertenencias. Es la unidad de concesión o unidad de medida.

El Código ha establecido un límite territorial para la explotación, este límite que varía según la
sustancia constituye la concesión en sentido material.

Métodos para su determinación:

El terreno correspondiente a cada pertenencia se determina en la superficie por líneas rectas y en


profundidad por planos verticales indicados por esas líneas.

Art 74: Se describe como un sólido que tiene por base un rectángulo de trescientos (300) metros
de longitud y doscientos (200) de latitud, horizontalmente medidos y de profundidad indefinida en
dirección vertical, la que puede extenderse hasta trescientos (300), según la inclinación del
criadero.

Las expresiones concesión y pertenencia como campos naturales de minería encierran conceptos
diferenciados desde el punto de vista jurídico y fáctico. Sin embargo el Código confunde ambos
conceptos, sin embargo concesión es la extensión total del terreno cuyos límites puede el minero
explotar la mina. En tanto que pertenencia es cada uno de los lotes mineros de explotación en que
se divide la concesión. La concesión puede estar formada por una o más pertenencias.

*Excepciones

Puede darse otra forma a las pertenencias, siendo regular, cuando atendidas las condiciones del
terreno o del criadero, sea necesario para una más útil explotación. La pertenencia será un sólido
de base cuadrada en el caso de darse a la latitud igual extensión que la asignada a la longitud.

*Sistema

La teoría reconoce cuatro sistemas de determinación de las pertenencias mineras:

-Nuestro sistema: sistema de planos verticales o mejicano, que consiste en que el terreno
correspondiente a cada pertenencia se determina en la superficie por líneas rectas, y en
profundidad por planos verticales indicados por esas líneas.

-Sistema de los planos inclinados, que sigue la inclinación fijada a la veta en la labor legal

-Sistema de los planos inclinados o sajones, variante del anterior, que sigue la inclinación efectiva
de la veta, independiente de la inclinación fijada en la labor legal.

-Sistema discrecional, el que deja al libre arbitrio de la autoridad la designación de la pertenencia.

Las pertenencias, aunque contengan más de una unidad de medida, deben formar un solo cuerpo
sin la interposición de otras minas o espacios vacantes que las dividan.
Esta disposición tiene lugar aún en el caso de que el terreno que debe ocupar la concesión, no
baste a completar la extensión correspondiente a la pertenencia.

Pertenencia ordinaria LONGITUD 300 mts. x LATITUD 200 mts.

Pertenencias extraordinarias Hierro. 600 mts. x 400mts.

La pertenencia de minas de hierro constará de seiscientos (600) metros de longitud y de


cuatrocientos (400) metros de latitud, la cual puede extenderse hasta seiscientos (600) metros,
según la inclinación del criadero.

Carbón. 900 mts. x 600 mts. La de carbón y demás combustibles, de novecientos (900) metros de
longitud por seiscientos (600) metros de latitud, la que puede extenderse hasta Novecientos (900)
metros.

Yacimiento diseminado La pertenencia de yacimientos de tipo diseminado de primera categoría,


cuando la mineralización se halle uniformemente distribuida y permita la explotación a gran escala
por métodos no selectivos, constará de cien (100) hectáreas.

Borato y litio. 100 has. Las de borato y litio constarán también de cien (100) hectáreas.

*Latitud

La latitud se medirá sobre una perpendicular horizontal a la línea de longitud en el punto de donde
hubiere partido la mensura.

El concesionario podrá tomar la latitud toda entera a uno u otro lado, o distribuirla como viere
convenirle. En caso de legítima oposición, sólo podrá obtener diez (10) metros contra la inclinación
del criadero.

*Dibujo

El concesionario tiene derecho a que, en la demarcación de la pertenencia, se dé a la corrida del


criadero la extensión asignada a su inclinación, y a ésta la asignada a la corrida; pero esto sólo
tendrá lugar cuando no resulte perjuicio de tercero.

*Longitud

La longitud de la pertenencia se medirá por la corrida o rumbo del criadero pero si éste serpentea
varía o se ramifica se adoptará el rumbo dominante o el de su rama principal o el rumbo medio
entre los diferentes que se manifiesten a elección del interesado. En principio se mide sobre la
corrida, rumbo o dirección de la veta, salvo la opción que en determinadas condiciones el
concesionario puede medirla sobre el recuesto.

Art 75: determina que las pertenencias son indivisibles, aunque contenga más de una unidad de
medida, porque constituye el campo mínimo de explotación establecido para cada clase de
sustancia mineral.

Del acto de mesura y demarcación de las pertenencias surge el título definitivo de propiedad de la
mina registrada. Asimismo, fija de manera definitiva la extensión del terreno a explotar y deja
libre, para otros concurrentes, el sobrante del terreno y del yacimiento, donde podrán ubicarse los
descubridores posteriores.

La diligencia de mesura de la mina en el sitio elegido, puede tener lugar a petición de parte
interesada, o ser dispuesta de oficio, por la autoridad minera, según los casos:

-Mensura y Demarcación: Hasta el acto de la mensura, el registrador posee un derecho firme que
se ejerce sobre todo el yacimiento, de manera indeterminada. Por eso, tiene la obligación,
inmediatamente al descubrimiento de realizar trabajo de reconocimientos del yacimiento y
determinar el sector que desea reservarse. Con la mensura se fija y se circunscribe el campo de
ejercicio de ese derecho.

Debe ser solicitada por petición escrita, indicando la aplicación, rumbo, distribución y puntos de
partida de las líneas de longitud y latitud, de manera que pueda conocerse la situación de la
pertenencia y del terreno que debe ocupar. La petición de mensura y su proveído debe notificarse
a los dueños de las minas colindantes, y publicarse del mismo modo que se establece para el
registro.

Una vez cumplida la exigencia de ejecución de la labor legal, y dentro de los 30 días posteriores al
vencimiento de este plazo, el registrador del yacimiento debe presentar la solicitud de acuerdo a
lo dispuesto en el art. 71 (Art. 71. - TREINTA (30) días después de vencidos los plazos concedidos
por los Artículos 68, 69 y 70, el descubridor no hubiese solicitado la mensura, la autoridad
procederá a darla de oficio a cargo del interesado, situando a todas las minas pedidas en la corrida
del criadero.

Los derechos del descubridor serán declarados caducos y la mina o minas pedidas por él serán
registradas en calidad de vacantes.)

Lo relativo a las reclamaciones que la petición puede motivar, están contenidas en los arts. 81, 82,
83 y 84 del Cod. Minero.

-Mesura de oficio: esta debe ser realizada por la autoridad minera, de conformidad con lo
dispuesto en el art. 71 del Código Minero, cuando el interesado no ha solicitado o practicado en
término.

Practicada la mesura y demarcación, la autoridad mandará inscribirla en el registro como título


definitivo de propiedad. Con la diligencia de mesura que constituida la plena y legal posesión de la
pertenencia. (art.93)

La operación de mesura es inmutable y sólo podrá ser impugnada o rectificada en los casos
prescriptos en los arts. 97 y 98.

Causas de impugnación: puede ocurrir por:

a) error pericial;

b) violación manifiesta de la ley y

c) fraude o dolo empleados en las operaciones de mensura y demarcación, que se refieran a


hechos precisos y bien determinados.
La impugnación persigue la corrección de la diligencia, realizada en forma defectuosa, o su
anulación, si los defectos no pueden subsanarse.

-Rectificación: cuando la mina demarcada contenga una extensión mayor que la expresada en el
título, puede rectificarse la mensura a solicitud de otro registrador inmediato que pretenda el
exceso para completar su pertenencia. Solo es admisible cuando existan razones de orden público
que justifiquen la medida. Únicamente procede en los casos especificados en el art. 98 ("Cuando la
mina demarcada contenga una extensión mayor de la que sus títulos expresan, podrá rectificarse
la mensura a solicitud de otro registrador inmediato, que pretenda el exceso para completar su
pertenencia.)

Pero esta rectificación sólo tendrá efecto cuando se han removido clandestinamente los linderos,
o cuando en la designación de los puntos donde debían colocarse, o en la colocación misma, ha
habido dolo o fraude.

La solicitud del nuevo registrador no será admitida después de los QUINIENTOS (500) días
siguientes al de la mensura.

En esta rectificación se procederá, tomando por base el punto de partida y los rumbos fijados en la
mensura y demarcación de la pertenencia; cuando un tercero reclame el terreno tomado en
exceso para completar su mina, ha mediado dolo o fraude del titular de la mina y siempre que no
haya transcurrido el plazo de 500 días desde la aprobación de la mesura.-

3. La concesión minera se da cumplimiento a un conjunto de condiciones u obligaciones que


exige el Código de Minería, a los fines de otorgar y mantener la concesión, bajo pena de
caducidad de la misma. Siempre que el minero cumpla con los requisitos legales exigidos, el
Estado le garantiza el amparo de la misma.

La Caducidad de la concesión minera según lo dispuesto en el art. 218 del Código Minero puede
darse por:

a) Cuando las inversiones estimadas a que se refiere el artículo precedente, no tuvieren el destino
previsto en dicha norma.

b) Cuando dichas inversiones fueren inferiores a una suma igual a quinientas (500) veces el canon
anual que le corresponda a la mina de acuerdo con su categoría y con el número de pertenencias.

c) Por falta de presentación de la estimación referida en el artículo precedente.

d) Por falta de presentación de las declaraciones juradas exigidas por el mismo artículo.

e) Por falsedad en tales declaraciones.

f) Cuando no se hubieren efectuado las inversiones proyectadas.

g) Cuando el concesionario hubiere introducido modificaciones a las inversiones estimadas sin


aviso previo, reduciendo el monto de las mismas.
h) Cuando hubiere desafectado bienes comprendidos en las inversiones ya practicadas,
reduciendo el monto de las estimadas.

En los casos de los incs. a), b), c) y d), la caducidad se declarará si el concesionario no salva el error
o la omisión dentro de los treinta (30) días de la intimación previa que debe practicarle la
autoridad minera.

En los casos de los incs. e), f), g) y h), se dará previa vista de lo actuado al concesionario por quince
(15) días para su defensa.

Los recursos contra las declaraciones de caducidad se concederán con efecto suspensivo.

En ningún caso de caducidad, el concesionario podrá reclamar indemnización alguna por las obras
que hubiere ejecutado en la mina, pero tendrá derecho a retirar con intervención de la autoridad
minera, los equipos, máquinas, herramientas y demás bienes destinados a la explotación y al
tratamiento y beneficio de los productos, que pudieren separarse sin perjudicar a la mina, así
como también el mineral ya extraído que se encontrare en depósito. No podrá usarse de este
derecho si existieren acreedores hipotecarios o privilegiados."

a) Caducidad por falta de pago del canon y de la inversión de capital: el art. 219 contempla estos
casos, donde la caducidad importa el retorno de la concesión minera al dominio originario del
Estado, o sea, el Estado recupera la libre disponibilidad de la mina caduca, afectada por la
concesión.

Cuando la caducidad se opera por falta de pago del canon, el concesionario puede rescatar la
mina, dentro de los 45 días de recibido el requerimiento de pago, abonando el canon adeudado,
con más un recargo del 20 %. Incluso, los acreedores hipotecarios y privilegiados y los titulares de
contratos inscriptos en el registro minero, relativos a la concesión, tendrán una opción, dentro del
mismo plazo, para solicitar la adjudicación de la mina a su nombre, siguiendo el procedimiento
que indica el artículo. No realizándose el rescate en ninguno de los casos, la mina será inscripta
como vacante.

Cuando la caducidad se opere por falta de inversión del capital, el procedimiento está
reglamentado en el art. 218. Consentida la resolución de caducidad, la mina se inscribe
directamente como vacante y los acreedores carecen de derecho a rescatar la mina, creándose en
este caso una situación de desigualdad respecto a la caducidad que se produce por falta de pago
del canon. Estos acreedores pueden ser, incluso, aquellos que han contribuido a financiar el
trabajo minero, los cuales frente a este vació de la legislación, deberán tomar medidas
precautorias y conservatorias de sus derechos para evitar que esta situación se produzca sin
remedio.

b) Caducidad por abandono de la concesión: el abandono voluntario de la concesión está regulado


por los arts. 222, 226 y siguientes. El abandono constituye una causal distinta de extinción o
caducidad de la concesión y es el acto espontáneo del concesionario que declara ante la autoridad
su intención de no explotar más la mina. En este caso los acreedores hipotecarios o privilegiados
tienen derecho a optar para que se ponga en venta pública la mina como dispone el art. 222 o
pedir la adjudicación directa de la concesión, como prescribe el art. 227, mientras no exista
oposición de terceros.

Toda solicitud de mina vacante, deberá abonar el canon adeudado por el anterior titular hasta el
momento de la declaración de la caducidad. La deuda por canon, constituye una carga real que
afecta a la concesión, sin perjuicio del derecho del estado para reclamar su pago al ex-
concesionario por la vía judicial correspondiente.

c) Caducidad por incumplimiento de los planes de activación o reactivación de la mina: la nueva


condición de amparo, fijada en el art. 225, es independiente y se suma a las otras dos,
anteriormente descriptas, para fortalecerlas o complementarlas. Puede ser exigida por el Estado
en cualquier momento, cuando considere reunidas las condiciones legales que la hagan
procedente. No basta en este caso, que la mina se encuentre al día en el pago del canon minero y
que haya invertido regularmente los capitales indicados por la ley. Sí, no obstante haber cumplido
regularmente esas obligaciones, la concesión minera se mantiene, en cualquier momento,
paralizada durante más de cuatro años continuos, la autoridad minera podrá exigir al
concesionario la presentación de un plan de activación o reactivación, cuyo incumplimiento dará
lugar a la caducidad de la concesión. Es esta, por lo tanto, una obligación más, complementaria,
que se agrega a las dos precedentes, pero en este caso es de aplicación optativa y hasta
discrecional para el Estado, lo que no deja de constituir un riesgo.

En el caso de caducidad de la concesión por esta causa, no existe el derecho de los acreedores
hipotecarios o privilegiados o de los titulares de contratos inscriptos, para solicitar la venta publica
o la adjudicaron de la mina, como está establecido para los casos de abandono o de caducidad por
falta de pago del canon. Estos acreedores deben estar prevenidos para evitar que, sin previo aviso,
la caducidad se consume.

El concesionario tiene asignado por la ley un determinado número pertenencias o lotes de


explotación en el yacimiento descubierto, número que no puede ser excedido aunque queden
sobrantes del yacimiento vacante. Esta limitación ha tenido por objeto promover la concurrencia y
competencia de las empresas sobre el mismo yacimiento descubierto, lo que en la práctica dio
lugar a la constitución del minifundio minero que caracteriza a nuestras minas, con un numero de
pertenencias limitado y poco apto para el desarrollo de actividades a gran escala, que son propias
de la minería moderna. Este estado de cosas, fue corregido en parte y para el futuro, por la ley
24.224, que multiplicó el número de pertenencias concesibles permitiendo en los nuevos
pedimentos que se formulen, el desarrollo de empresas de mayor envergadura de las previstas
originariamente en el código, con un terreno de extensión más adecuado.

El código procuró corregir, el propio defecto de espacio que el mismo había generado, creando la
figura de la ampliación o acrecentamiento de pertenencias.

Art. 109:
"Ampliar una pertenencia es agregarle otra pertenencia igual en forma y dimensiones. Hay
derecho a la ampliación cuando las labores subterráneas de la pertenencia se hubieran internado
o estuviesen próximas a internarse en terreno vacante. Se entiende que las labores están próximas
a internarse cuando distan cuarenta metros o menos, del límite fijado a la pertenencia en su
demarcación (...)".

Art. 110: "Es necesario que se internen o aproximen las labores llevando criadero en mano".

Art. 111: "Las dos pertenencias formaran un solo cuerpo, una sola mina. Los linderos
correspondientes a la línea de contacto con el terreno vacante, se removerán y colocaran en los
nuevos límites".

Art. 113: "Hay derecho a una nueva ampliación, cuando las labores del terreno anexado se
hubiesen internado o estuviesen próximas a internarse en terreno vacante".

La ampliación puede ser un proceso continuado, en tanto se repitan las condiciones técnicas
establecidas.

4. La ley admite dar otras formas a las pertenencias (art. 76, minas de hierro, las de carbón y
demás combustibles, las pertenencia de yacimientos de tipo diseminado de primera categoría,
etc.) siendo regulares, si atendidas las condiciones del terreno, o del yacimiento, resulten más
convenientes para la economía de la explotación. Estos casos serán excepcionales y deberán
justificarse plenamente, por hechos del terreno, ya que el principio de la ley es la pertenencia
con las formas rectangulares y fijas que indica el art. 73 y cuyo objeto es también facilitar la
ubicación de las minas vecinas en espacios vacantes regulares.

Las pertenencias aunque contengan más de una unidad de medida deben formar un solo cuerpo
sin la interposición de otras minas o espacios vacantes que la dividan. (Art. 75: Las pertenencias,
aunque contengan más de una unidad de medida, deben formar un solo cuerpo sin la
interposición de otras minas o espacios vacantes que las dividan).

Esta disposición tiene lugar aun en el caso de que el terreno que debe ocupar la concesión, no
baste a completar la extensión correspondiente a la pertenencia.

Se destaca también, que éstas son indivisibles, aunque contengan más de una unidad de medida,
porque constituye el campo mínimo de explotación establecido para cada clase de sustancia
mineral.

Del acto de mesura y demarcación de las pertenencias surge el título definitivo de propiedad de la
mina registrada. Asimismo, fija de manera definitiva la extensión del terreno a explotar y deja
libre, para otros concurrentes, el sobrante del terreno y del yacimiento, donde podrán ubicarse los
descubridores posteriores.

La diligencia de mesura de la mina en el sitio elegido, puede tener lugar a petición de parte
interesada, o ser dispuesta de oficio, por la autoridad minera, según los casos:

-Mesura a petición de parte interesada: una vez cumplida la exigencia de ejecución de la labor
legal, y dentro de los 30 días posteriores al vencimiento de este plazo, el registrador del
yacimiento debe presentar la solicitud de acuerdo a lo dispuesto en el art. 71 (Art. 71. - Si TREINTA
(30) días después de vencidos los plazos concedidos por los Artículos 68, 69 y 70, el descubridor no
hubiese solicitado la mensura, la autoridad procederá a darla de oficio a cargo del interesado,
situando a todas las minas pedidas en la corrida del criadero.

Los derechos del descubridor serán declarados caducos y la mina o minas pedidas por él serán
registradas en calidad de vacantes.)

Por otra parte, lo relativo a las reclamaciones que la petición puede motivar, están contenidas en
los arts. 81, 82, 83 y 84 del Cod. Minero.

-Mesura de oficio: esta debe ser realizada por la autoridad minera, de conformidad con lo
dispuesto en el art. 71 del Código Minero, cuando el interesado no ha solicitado o practicado en
término.

Practicada la mesura y demarcación, la autoridad mandará inscribirla en el registro como título


definitivo de propiedad. Con la diligencia de mesura que constituida la plena y legal posesión de la
pertenencia. (art.93)

La operación de mesura es inmutable y sólo podrá ser impugnada o rectificada en los casos
prescriptos en los arts. 97 y 98.

-impugnación: se puede dar lugar a la misma por: a) error pericial; b) violación de la ley y c) fraude
o dolo que tenga su origen en la diligencia de mesura. La impugnación persigue la corrección de la
diligencia, realizada en forma defectuosa, o su anulación, si los defectos no pueden subsanarse.

-rectificación: solo es admisible cuando existan razones de orden público que justifiquen la
medida. Únicamente procede en los casos especificados en el art. 98 ("Cuando la mina demarcada
contenga una extensión mayor de la que sus títulos expresan, podrá rectificarse la mensura a
solicitud de otro registrador inmediato, que pretenda el exceso para completar su pertenencia.”

Pero esta rectificación sólo tendrá efecto cuando se han removido clandestinamente los linderos,
o cuando en la designación de los puntos donde debían colocarse, o en la colocación misma, ha
habido dolo o fraude.

La solicitud del nuevo registrador no será admitida después de los QUINIENTOS (500) días
siguientes al de la mensura. En esta rectificación se procederá, tomando por base el punto de
partida y los rumbos fijados en la mensura y demarcación de la pertenencia." cuando un tercero
reclame el terreno tomado en exceso para completar su mina, ha mediado dolo o fraude del
titular de la mina y siempre que no haya transcurrido el plazo de 500 días desde la aprobación de
la mesura.-

5. a) En este caso el mineral descubierto es el manganeso (sustancia de primera categoría), y de


acuerdo a los efectos jurídicos de la Concesión, su explotación le pertenece al concesionario.
El derecho de la concesión es la facultad que la ley le concede al concesionario para explotar
todas las sustancias que se encuentran dentro de la pertenencia. El dueño del terreno no
podrá reclamar alegando su preferencia, ya que hay una concesión legal previa a favor del
minero que lo hace dueño de todos los yacimientos que se encuentren dentro de su
pertenencia. El concesionario es quien tiene derecho para explotar el nuevo mineral y no el
propietario del suelo, aquí aplica el principio de unidad de la concesión, según el Art. 99, 1er
párrafo.

"El minero es dueño de todos los criaderos que se encuentren dentro de los límites de su
pertenencia, cualesquiera que sean las sustancias minerales que contengan"

No interesa que la nueva sustancia mineral descubierta sea de la misma categoría de minas o bien
sea de una categoría distinta. La única excepción al respecto está dada por las sustancias
pertenecientes a la tercera categoría (canteras), que pertenecen exclusivamente al propietario del
terreno (Art. 100) y lo dispuesto respecto de los hidrocarburos líquidos y gaseosos.

El concesionario está obligado a dar aviso a la autoridad minera del hallazgo de cualquier sustancia
concesible distinta de las que constaren en el Registro, para su anotación en los mismos y, en su
caso, efectos consiguientes en materia de canon y de inversión del capital. Si no cumple esta
obligación dentro de los 60 días del hallazgo, se le aplicará una multa equivalente de 10 a 100
veces el canon de explotación correspondiente a la sustancia omitida. Esta norma se corresponde
con el principio de unidad de concesión; no se pueden otorgar concesiones superpuestas.

b) Si cumple con los requisitos previstos en el Art. 99 el concesionario mantiene los derechos
sobre la explotación de la pertenencia a pesar del descubrimiento de la nueva sustancia. Puede
perder dicho derecho por la falta de pago de una anualidad en el canon después de transcurridos
2 meses desde el vencimiento. También es causal de caducidad de la concesión la falta de
cumplimiento de inversión de capital, ya sea por falta de cumplimiento en la presentación, cuyo
plazo es de 1 año desde la petición de mensura o de 6 meses después de una intimación o por la
falta de cumplimiento en la realización del plan de inversión (plazo de 5 años).-

6. a) Según el Art. 3° inc. a) del Código Minero, el cobalto corresponde a la primera categoría:

"Las sustancias metalíferas siguientes: oro, plata, platino, mercurio, cobre, hierro, plomo, estaño,
zinc, níquel, cobalto, bismuto, manganeso, antimonio, wolfram, aluminio, berilio, vanadio, cadmio,
tantalio, molibdeno, litio y potasio";

b) Adopta el sistema de amparo mixto simultáneo que requiere el pago de un canon fijo anual
juntamente con el trabajo o inversión, en maquinarias, obras e instalaciones, fijada legalmente
para mantener la concesión.

c) En este caso, la falta del pago, genera la caducidad de la concesión. Previo a que el organismo
pertinente decrete la caducidad de la misma, se deberá intimar al cumplimiento. La autoridad
minera hará un requerimiento previo al concesionario para que en 45 días improrrogables cumpla
con las obligaciones incumplidas (pago del canon más un 20% de recargo).

Si el concesionario no cumple con esta intimación de pago, luego de cumplido ese plazo se declara
la caducidad de la concesión, la cual vuelve a propiedad del Estado, y se la inscribe como vacante
en el registro minero, para que cualquier persona pueda adquirirla. (Art. 219 del Cod. Minero).
Inscripta y publicada la mina como vacante, el solicitante de la misma debe presentar la solicitud y
pagar el canon adeudado. El anterior concesionario no puede solicitar la mina nuevamente, hasta
después de un año de inscripta la vacancia.

Vous aimerez peut-être aussi