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Id Cendoj: 38038370032006100371
Órgano: Audiencia Provincial
Sede: Santa Cruz de Tenerife
Sección: 3
Nº de Recurso: 548/2006
Nº de Resolución: 464/2006
Procedimiento: Recurso de apelación
Ponente: MARIA LUISA SANTOS SANCHEZ
Tipo de Resolución: Sentencia

SENTENCIA NÚM. 464/2006

Iltmos. Sres.

Presidente (por sustitución):

Dª. Macarena González Delgado

Magistrados:

Dª. María Luisa Santos Sánchez (Ponente)

D. Luis Javier Capote Pérez

En Santa Cruz de Tenerife, a veintiseite de octubre de dos mil seis.

Visto por los Ilmos. Sres. Magistrados arriba expresados, en grado de apelación, el recurso
interpuesto por la parte demandante, contra la Sentencia dictada por el Juzgado de Primera Instancia núm.
3 de Arona, en autos de Juicio Ordinario nº 398/2004, sobre Impugnación de Acuerdos Sociales, seguidos
a instancias del Procurador D. Manuel Angel Alvarez Hernández bajo la dirección de la Letrado Dª. Carolina
Román Montoto en nombre y representación de D. Hugo y D. Andrés , contra la compañía Fomento de
Actividades Turísticas S.A., representada por la Procuradora Dª. Francisca Adán Díaz, bajo la dirección de
la Letrado Dª. Fátima Jasan Herrero; han pronunciado, en nombre de S.M. el Rey, la presente Sentencia,
siendo Ponente la Ilma. Sra. Dª. María Luisa Santos Sánchez, Magistrado de esta Sección Tercera de la
Audiencia Provincial de Santa Cruz de Tenerife, con base en los siguientes,

ANTECEDENTES DE HECHO

PRIMERO.- En los autos y por el referido Juzgado se dictó Sentencia de fecha veintiocho de octubre
de dos mil cinco, cuya parte dispositiva, -literalmente copiada-, dice así: "QUE DEBO DESESTIMAR Y
DESESTIMO íntegramente la demanda interpuesta por el Procurador D. MANUEL ANGEL ALVAREZ
HERNANDEZ, en representación de D. Hugo y D. Andrés , bajo la dirección Letrada de Dª. CAROLINA
ROMAN MONTOTO, contra la compañía FOMENTO DE ACTIVIDADES TURÍSTICAS, S.A, representada
por el Procurador Dª. FRANCISCA ADAN PEREZ, y bajo la dirección letrada de Dª. FATIMA JASAN
HERRERO, en acción de impugnación de acuerdos sociales, condenando a la actora al pago de las costas
que este procedimiento haya podido generar.". SEGUNDO.- Notificada la sentencia a las partes en legal
forma, se interpuso recurso de apelación por la representación de la parte demandante; tramitándose
conforme a lo previsto en los artículos 457 y siguientes de la Ley de Enjuiciamiento Civil, presentando
escrito de oposición la parte contraria, y remitiéndose con posterioridad los autos a esta Audiencia
Provincial, con emplazamiento de las partes por término de treinta días.

TERCERO.- Que recibidos los autos en esta Sección Tercera se acordó formar el correspondiente
Rollo, y se designó como Ponente a la Ilma. Sra. Magistrado Dª. María Luisa Santos Sánchez;
personándose oportunamente la parte apelante por medio de la Procuradora Dª. Raquel Guerra López, bajo
la dirección de la Letrado Dª. Carolina Román Montoto, la parte apelada se personó por medio del
Procurador D. José Alberto Poggio Morata, bajo la dirección de la Letrado Dª. Fátima Jasan Herrero;

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señalándose para votación y fallo el día veintitres de octubre del corriente año.

CUARTO.- En la tramitación del presente recurso se han observado las prescripciones legales que le
rigen.

FUNDAMENTOS JURIDICOS

PRIMERO.- Solicitan los actores, Don Hugo y Don Andrés , la revocación de la sentencia dictada en
la precedente instancia y la estimación íntegra de las pretensiones que formuló en la demanda iniciadora del
procedimiento, tendentes a la declaración de nulidad de las Juntas Generales Extraordinarias de la entidad
demandada "Fomento de Actividades Turísticas S.A.", de 30 de junio de 2003, 5 de noviembre de 2003 y 30
de marzo de 2004, así como la nulidad de los acuerdos en ellas adoptados, con la consiguiente inscripción
de la sentencia en el Registro Mercantil de Santa Cruz de Tenerife, su publicación en extracto en el Boletín
Oficial del Registro Mercantil, y la cancelación de la inscripción de los acuerdos de disolución, cese del
Consejo de Administración y nombramiento de don Juan Francisco como liquidación, y los asientos
posteriores a los de los acuerdos impugnados que resultaran contradictorios con esa sentencia, con
condena en costas de la compañía demandada. De modo abreviado, ha de indicarse que la mencionada
parte apelante basa fundamentalmente su recurso en el rechazo de las causas de nulidad que invocó, y
aduce, en primer lugar, la existencia de error en los fundamentos de derecho primero y segundo de la
sentencia, al recogerse en el primero alegaciones que no fueron realizadas por esa parte en su escrito de
demanda -y que detalla expresamente-, considerando ese error o inexactitud de gran relevancia al enlazar
con las cuestiones controvertidas señaladas en el segundo de esos fundamentos de derecho, y que de
forma expresa la hoy apelante concreta, entendiendo igualmente relevante el orden de las mismas. La
segunda de las alegaciones del recurso se centra en la tacha de los testigos de la demandada efectuada
por la hoy actora apelante, mostrando su disconformidad con la valoración llevada a cabo por la juzgadora
de la instancia respecto de las declaraciones de esos testigos, considerándolas parciales e interesadas en
la desestimación de la demanda, llevando a cabo un detenido análisis de las mismas para rebatir la
expresada valoración probatoria judicial. La tercera de las alegaciones se sustenta en el examen de la
validez de las supuestas reuniones del Consejo de Administración que acordaron convocar las Juntas de
30 de junio y 5 de noviembre de 2003, poniendo de manifiesto los hechos que, según la misma apelante,
acreditan la inexistencia de esas reuniones, además de rebatir, con exposición de

las razones que avalan su criterio, las contradicciones en que, según se recoge en la sentencia
apelada, habría incurrido Don Hugo . En cuarto lugar, respecto de las Juntas Generales de 30 de junio y 5
de noviembre de 2003, se alega que su validez depende de la de los Consejos que las convocan y, al ser
éstos nulos por falta de convocatoria de todos los Consejeros, son también nulas esas Juntas, exponiendo
con detalle lo manifestado por Don Franco y Don Aurelio y las contradicciones que advierte en esas
declaraciones, así como la actuación de mala fe de los mismos. En quinto lugar, con relación a la invocada
nulidad de la Junta General de 30 de marzo de 2004, convocada por el liquidador Sr. Juan Francisco ,
insiste en su irregular nombramiento, lo que haría intrascendente que se cumplieran el resto del os
requisitos de convocatoria de esa Junta, indicando la falta de comunicación a Don Hugo de su cese como
miembro del Consejo de Administración, sin que este último hubiera asistido a la Junta de 5 de noviembre
de 2003, no habiéndosele notificado tampoco posteriormente. Finalmente, respecto de las costas, arguye la
improcedencia de la condena de dicha parte a su pago en ninguna de las instancias, al presentar el caso
serias dudas de hecho y derecho, por haberse estimado inaudita parte su solicitud de medidas cautelares y
haber sido mantenidas ulteriormente pese a la oposición de la parte demandada, siendo evidente la
existencia de una apariencia de buen derecho que justificaba la presentación de la demanda.

La entidad demandada, ahora apelada, se opone al recurso e interesa su desestimación íntegra y la


confirmación de la sentencia objeto de apelación en todos sus extremos, con expresa imposición de costas
a la parte adversa. Resumidamente, como alegaciones que apoyan esa oposición muestra dicha apelada su
total acuerdo con la mencionada resolución, por entender que es ajustada a Derecho, y rebate
separadamente cada una de las alegaciones del recurso, señalando en lo que concierne a la primera de
éstas, que pese a la no trascripción literal de los hechos de la demanda, sí se han tenido en cuenta en la
sentencia las causas petendi de la nulidad pretendida de contrario, habiendo sido todas ellas examinadas y
resueltas por la juzgadora de la instancia. En lo que atañe a la tacha de testigos, reitera lo alegado en la
precedente instancia para rebatir los motivos en los que esa tacha se basa, refutando detalladamente
asimismo la valoración de las declaraciones de aquéllos realizada de contrario. En cuanto a las reuniones
del Consejo de Administración de 4 de junio y 10 de octubre de 2003 que acordaron las convocatorias de
las Juntas de 30 de junio y 5 de noviembre de 2003, insiste básicamente en la realidad de su celebración de
acuerdo con todas los requisitos legales, habiendo sido convocados todos sus miembros en el plazo
legalmente establecido, detallando las pruebas que avalan esa postura, con especial referencia al

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reconocimiento por los actores apelantes en el hecho VI de la demanda de que Los Sres. Aurelio y Franco
siempre les avisaban de las reuniones del Consejo y de la celebración de las Juntas, negando asimismo la
existencia de vicio alguno de nulidad con relación a la Junta de 30 de junio de 2003 y poniendo de
manifiesto que la venta del único inmueble de la sociedad ninguna lesividad o perjuicio causa a los hoy
apelantes, por las pérdidas que arrastraba desde el ejercicio de 2000 y por su inactividad. Idéntica postura y
similares argumentos aduce la parte apelada en cuanto a la nulidad de la reunión del Consejo de 1 de
octubre de 2003 y de la Junta de 5 de noviembre de ese mismo año denunciadas por los apelantes,
señalando también la falta de acreditación del supuesto perjuicio que el acuerdo de disolución les irroga, sin
que la validez del nombramiento del liquidador esté condicionada a la aceptación del cese del Consejero, ya
que éste surte efectos desde su publicación en el BORME. De otro lado, afirma y argumenta la plena validez
de

la Junta de 30 de marzo de 2004, y niega infracción alguna al derecho de información, así como la
supuesta maniobra fraudulenta denunciada por los apelantes, insistiendo en todo caso en que la actuación
de los miembros del Consejo como del liquidador se ajustó en todo momento a lo legalmente establecido.
Finalmente, con mayor detenimiento y como refuerzo de su postura opositora, contradice las alegaciones
del recurso que considera oportunas, mostrando expresamente su total conformidad con lo expresado en la
sentencia apelada sobre las contradicciones en que incurre Don Hugo , y resaltando los aspectos que
según dicha apelada desvirtúan lo argumentado de contrario. Por último, en lo que concierne a las costas
procesales, se opone a la consideración de la existencia de dudas de hecho o de derecho aducida por la
parte apelante, por no concurrir los elementos para ello, considerando irrelevante la circunstancia en la que
especialmente se sustenta esta última parte, relativa a la apariencia de buen derecho, exponiendo en
definitiva los argumentos de esa oposición, con reseña de la jurisprudencia que avala tal postura.

SEGUNDO.- Un nuevo y minucioso examen de las actuaciones sólo puede conducir a discrepar de
los planteamientos de la parte apelante y a compartir en forma plena la fundamentación jurídica de la
sentencia recurrida, que se da aquí por reproducida, al considerarla ajusta-da a derecho, entendiéndose
que, frente a la subjetiva interpretación del contenido de la expresada resolución y análisis de las pruebas
practicadas que efectúa la indicada parte en el escrito de interposición del recurso ha de prevalecer la
valoración que llevó a cabo la juzgadora de la instancia de manera conjunta, objetiva e imparcial, y
conforme a las reglas de la sana crítica, con la que coincide este Tribunal, que tampoco aprecia la
existencia de pruebas acreditativas de las causas o vicios de nulidad denunciados. Merece resaltarse en
esta alzada que el invocado error en los fundamentos de derecho primero y segundo no puede entenderse
tal, y, además, en ningún caso produciría indefensión a la parte ahora apelante, ya que la interpretación de
esos fundamentos en conjunción con los restantes patentiza que la juzgadora de la instancia se ha atenido
a las reglas del artículo 209 de la Ley de Enjuiciamiento Civil , condensando o extractando las alegaciones
de una y otra parte, cuyo exacto contenido obra ya materialmente en los autos y es totalmente conocido por
los litigantes, siendo innecesaria su reproducción íntegra en la sentencia, y centrando las cuestiones que,
según su objetiva interpretación han suscitado controversia en el procedimiento, con expresión del
razonamiento lógico y jurídico que le ha llevado a la conclusión final, sin que sea preciso que en ese
razonamiento haya de atenerse al que la propia parte pueda utilizar, pues en definitiva llega aquella
juzgadora a resolver y decidir sobre esas cuestiones y, en especial, sobre todas pretensiones esgrimidas
por las partes -y en lo que aquí interesa, por la actora apelante-. En lo que concierne a la tacha de testigos,
ha de destacarse en esta instancia que fue igualmente examinada y resuelta por la indicada juzgadora, sin
que este Tribunal, del nuevo examen de los hechos que la fundan y de la conjunta valoración de las
diferentes declaraciones de los testigos que la parte apelante refiere, llegue a una conclusión diferente de la
que se recoge en la sentencia apelada, máxime cuando los mismos tenían, precisamente por su relación
con la sociedad demandada y por la condición y cargos que ostentaban eran ellos los únicos que podían

tener un conocimiento directo de los hechos objeto de autos, siendo asimismo obvio, aun cuando la
parte ahora apelante pretenda atribuirle una interpretación distinta, que en la misma demanda se admite en
dos ocasiones -hecho tercero y sexto- como práctica habitual, precisamente por residir Don Hugo en Madrid
y no poder tener conocimiento de las convocatorias publicadas en el periódico de la provincia de Santa Cruz
de Tenerife, avisarle personalmente de la celebración de las reuniones del Consejo y de la celebración de
Juntas; En este último sentido, tiene dicho nuestro Tribunal Supremo, Sala Primera, en sentencia 45/2001,
de 30 de enero , que "Aunque, según reiterada doctrina jurisprudencial, los Estatutos constituyen la
reglamentación necesaria para el funcionamiento corporativo de la sociedad y sus normas habrán de ser
observadas por todos los socios, pues regulan preceptivamente la vida interna de la compañía en tanto no
se opongan a disposiciones legales con valor de "ius cogens", no cabe olvidar que deben interpretarse
según las normas de la buena fe mercantil, y se falta a la misma cuando se va en contra de la resultancia de
los actos propios, tal como ocurre aquí ante la evidencia de que, de ordinario, se había convocado
oralmente el Consejo de Administración, según resulta de la absolución por el recurrente D. Fidel de la
decimosexta posición de las que le fueron formuladas, sin que constara la impugnación de anteriores

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convocatorias".

En consecuencia, si, como se recoge con detalle en la sentencia apelada, está debida y
suficientemente demostrada la realidad y validez de las reuniones del Consejo que acordaron convocar las
Juntas objeto de este procedimiento, no puede sustentarse la pretendida nulidad de estas en la denunciada
existencia de vicio de nulidad respecto de esas reuniones. Por otro lado, es asimismo destacable,
coincidiendo también con la apreciación de la juzgadora de la instancia, que ninguna actuación abusiva o
fraudulenta se aprecia respecto de la convocatoria y celebración de las Juntas objeto de autos, habiéndose
atenido el Consejo de Administración a lo legal y estatutariamente acordado y a la práctica habitual en la
empresa, siendo, por ejemplo, un hecho admitido por Don Hugo , la forma en que se llevaba a cabo la
convocatoria y documentación de las reuniones del Consejo y Juntas Generales, como él mismo señaló en
el acto del juicio, sin que, hasta el momento de interposición de la demanda origen de esta litis, conste que
ejerciera acción opositora alguna a dicho sistema, y sin que el mero hecho de celebración en días distintos,
con poca diferencia de tiempo entre ellos, de una Junta General Ordinaria y de otra Extraordinaria baste
tampoco, a falta de otras pruebas claras y precisas, para aceptar la alegación sobre la existencia de mala fe
denunciada por la parte hoy apelante; además, no consta siquiera que los acuerdos impugnados se
hubieran tomado en claro perjuicio de los intereses societarios o de alguno de los socios -en particular, los
ahora apelantes- y en exclusivo beneficio de los socios asistentes, amparándose básicamente la disolución
de la sociedad, con la consiguiente apertura del periodo liquidatorio, en el acuerdo mayoritario de los socios,
sustentado finalmente en la inactividad de la empresa, hecho este último reconocido de forma expresa por
la referida parte apelante.

Debe también rechazarse la solicitud de la parte apelante de que no se le impongan las costas
procesales, pues sus pretensiones han sido totalmente rechazadas, no siendo apreciables las invocadas
dudas -ya de hecho, ya de derecho- en las que intentaba fundar tal absolución, ni, en especial, ninguna
complejidad fáctica ni jurídica, ajenas a las que subjetivamente pudieran considerar cada una de las partes,
en cuanto a la controversia o controversias objeto de autos.

TERCERO.- Por lo expuesto, compartiendo en su totalidad la argumentación jurídica de la sentencia


apelada, procede su confirmación íntegra y la consiguiente desestimación del recurso, con imposición a la
parte apelante de las costas procesales de esta alza-da, en virtud del artículo 398, en relación con el 394,
ambos de la Ley de Enjuiciamien-to Civil).

Vistos los preceptos legales citados y demás de general y procedente aplicación,

FALLO

1º. Desestimamos totalmente el recurso interpuesto por Don Hugo y Don Andrés .

2º. Confirmamos en su integridad la senten-cia apelada.

3º. Imponemos las costas de esta alzada a los apelantes.

Devuélvanse los autos originales al Juzgado de Primera Instancia de su procedencia, con testimonio
de la presente resolución, para su ejecución y cumplimiento y a los efectos legales oportunos.

Notifíquese esta resolución a las partes en la forma que determina el artículo 248-4 de la Ley
Orgánica del Poder Judicial.

Así por esta nuestra sentencia, de la que se unirá certificación al presente Rollo, definitivamente
juzgando en segunda instancia, lo pronunciamos, mandados y firmamos.

PUBLICACION.- Publicada ha sido la anterior sentencia por los Ilmos. Sres. que la firman y, leida
ante mí por la Ilma. Sra. Magistrado Ponente en audiencia pública del día de su fecha, como Secretaria de
Sala, certifico.-

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