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UNIVERSIDAD DE PANAMÁ

Facultad de Derecho y Ciencias Políticas


Escuela de Derecho

Introducción a la Sociología
Profesor Olmedo García

Asignación Nº1
La Autonomía Universitaria

Estudiante:
Roberto C. Robolt R.
Céd. 4-713-1164

I A DIURNO

II Semestre

PANAMÁ 2003
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I. Exponer analíticamente lo entendido por los conceptos Derecho y Jurista.

Lo expuesto a continuación, es un análisis de las ideas expuestas en los escritos del

maestro Francesco Carnelutti, en su énfasis de mensaje, “Cómo nace el Derecho”.

Comenzamos nuestro enfoque determinando la importancia que tiene ambos conceptos

en la interpretación y función de la ciencia del Derecho y su aplicación.

Derecho, como lo señala nuestro autor, infunde la idea de ley, códigos, normas, etc.

Conceptuar esta expresión, palabra o término, determina todo un profundo conglomerado de

hechos, que cohabitan y coadyuvan en la implementación de todo un conjunto de normas,

pautas y leyes que marcan como punto eficaz, la regulación de la conducta del hombre en

sociedad. Este es otro elemento unido, casado, estrecho, que actúa y desarrolla condición

sinecuanon afirmativa con la acción del Derecho, ya que viene siendo una especie de cuna y

marco de extensión para su actuar continuado en la vida y territorio de un Estado social,

jurídica y políticamente organizado.

Con anterioridad, hemos expuesto nuestros motivos sobre la importancia de este tema,

pero una vez más, detectamos la jerarquía de enmarcar nuevas características del mismo.

¿Dónde descansa la eficacia y relevancia legal de todo el aparato institucional, organizativo y

sociopolítico de un Estado?; ¿Bajo qué aptitud enmarca el Estado procederes afirmativos,

éticos, jurídicos, legales y coercitivos?; ¿Qué asegura la supervivencia y eficacia de todo

Estado y sociedad instituida en deberes y progresos conjuntos?. Estas preguntas aterrizan en


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un solo sentido, la constitución y la efectividad de un sistema de Derecho cónsono, real,

organizado, que brinde seguridad y normatividad a la población que lo resguarda, que lo

estudia, que lo identifica y que lo desarrolla.

El Derecho, aunque por la inoperancia del hombre, algunas veces pierde efectividad y

representación, busca desarrollar bajo todo enfoque la representación jurídica y legal de todos

los procesos civiles, políticos, ideológicos, religiosos, administrativos, industriales y hasta

ambientales en todo sociedad. Es importante su respeto, estudio e implementación.

Internacionalmente también representa todo un conjunto de normas, que velan por representar

al hombre y los Estados en su justa existencia frente a los actuares y solemnidades jurídicas y

existenciológicas en todo el mundo jurídico.

Ahora bien, cuál es el punto de unión o vínculo representativo entre todo este conjunto

de normas y preceptos jurídicos que regularán los actos y las capacidades del hombre como

ente personalizado del Estado y las leyes que como columnas eficaces yacen para arreglar los

desajustes así emitidos por los diferentes sujetos de la sociedad: “ El Jurista”.

El “Jurista”, es definido por el maestro CARNELUTTI, taxativamente como “obreros

del derecho, como aquellos sujetos que fabrican el derecho”. CABANELLAS, lo señala

como “aquel quien estudia o profesa la ciencia del Derecho”. LAROUSSE, lo precisa como

“aquella persona que se dedica al estudio del derecho y de sus aplicaciones”. Bajo cosecha de

nuestro propio acervo, analizamos la figura del JURISTA, del buen Jurista, del responsable y

social estudioso Jurista de la ciencia del derecho, como aquella persona, estudiosa,
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responsable, diáfana y respetuosa, que profesa, desarrolla, entiende y admira tanto las leyes

creadas por el hombre, así como aquellas leyes creadas por la ética, la moral, las buenas

costumbres y la honestidad. Esta última afirmación basada en la concepción básica de nuestra

realidad y recordando el decálogo del abogado que debería ser herramienta firme de

convicción y regularidad en el actuar del abogado.

A ello podríamos sumar, que el Jurista, viene a ser aquel vínculo o conexión entre los

procesos jurídicos, su entendimiento, estudio, aplicación y desarrollo al servicio de la

sociedad que reclama y requiere la representación de éstos derechos y su justa atención. Ellos

conforman el valor formativo del Derecho, ya que en su devenir y desarrollo o aplicación

constante de las normas, pueden organizar, denunciar o codificar nuevas compilaciones que

sirvan para mayor eficacia de la salvaguarda y de los principios y derechos de toda la

sociedad.

Finalmente, podríamos afirmar, que uno es herramienta del otro, tanto el jurista como

el Derecho en sí; aunque el Derecho representará norma supletoria, afirmativa, constante,

declarativa y respetuosa de la sociedad y de los procesos jurídicos en toda su magnitud; el

buen Jurista velará porque ese Derecho no sea inexequible, contradictorio, injusto, contrario a

las normas positivas de salvaguarda y aplicación para beneficio de todo el conglomerado

social. Por ello, van ambos adecuándose y sirviendo a la gracia y el espíritu de toda sociedad

que es vivir desarrollándose en manos de la justicia y el derecho, de lo justo y lo equitativo,

por supuesto con buenos y diáfanos representantes del estudio y aplicación del Derecho.

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