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Análisis del tipo de accidentes en calderos

1. Accidente por bajo nivel de agua


Los accidentes por bajo nivel de agua son probablemente los más peligrosos, ya que,
pueden traducirse en fallas catastróficas con daños en infraestructura y muchas veces
consecuencias fatales.
Al operar en una condición de bajo nivel de agua, las superficies de transferencia de calor
ya no son refrigeradas y se sobrecalienten, produciéndose una pérdida en su resistencia
mecánica y por lo tanto resultan deformadas producto de la presión interna de la caldera.
2. Accidente por operación o mantención deficiente
Los accidentes asociados a una operación o mantención deficiente, tienen relación con
una mala capacitación del personal a cargo de un equipo tan delicado como una caldera
y muchas veces al ahorro mal entendido en recursos de mantención.
Una de los problemas más frecuentes asociados a la operación y mantención de calderas
es la aplicación de tratamiento de agua deficiente. En la figura n°2 es posible observar el
lado agua de una caldera totalmente incrustada.
3. Accidentes por diseño o fabricación deficiente
Los accidentes provocados por calderas mal diseñadas o de fabricación deficiente son
bastante frecuentes, debido a que la reglamentación vigente en el país no establece
grandes exigencias y controles a los fabricantes.
No es extraño encontrarse con soldaduras con falta de penetración o defectos, calderas
que no han sido sometidos a tratamientos térmicos, o bien la utilización de aceros
estructurales no aptos para trabajar sometidos a altas temperaturas.

Alternativas para reducir la ocurrencia de accidentes


Las alternativas existentes para reducir los accidentes en calderas tienen relación con el
mejoramiento de los sistemas de control, la capacitación y el desarrollo de nuevos
reglamentos.
En el caso de la causa más frecuente y a la vez más peligrosa, es decir, aquella asociada
a la operación con bajo nivel de agua, es posible prevenir la ocurrencia de estos accidentes
dotando a las calderas con interruptores de nivel crítico independientes.
Por ejemplo a una caldera que cuenta con un interruptor de nivel de tipo flotador, es
posible incorporarle, a un bajo costo, un segundo interruptor de nivel del tipo de
electrodos, asegurando en todo momento la existencia de un sistema de respaldo.
También es sumamente importante realizar un buen tratamiento de agua, purgar los
sistemas de control de nivel y mantener limpias las conexiones de estos instrumentos al
cuerpo de presión.
Otra alternativa sumamente importante para reducir los accidentes en calderas, es la
operación de estos equipos por parte de personal bien capacitado, que entienda el
funcionamiento, los requerimientos de mantención y los procedimientos en casos de
emergencia.
Tal como se describe en el presente artículo, es posible reducir de manera significativa la
ocurrencia de accidentes en calderas, a través, de una mejor instrumentación y la
capacitación del personal a cargo.

EMERGENCIAS EN CALDERAS
AUMENTO SÚBITO DE LA PRESIÓN
Esto sucede generalmente cuando disminuye el consumo de vapor, o cuando se descuida
el operador de caldera y hay exceso de combustible en el hogar. Si el nivel lo permite, se
puede realizar purgas de fondo prolongadas inyectando agua fría a la vez, enfriando así
el agua y disminuyendo la presión.
PRODUCCIÓN DE VAPOR DIFÍCIL
Cuando una caldera produce vapor con dificultad, puede deberse a una causa accidental
o permanente, que podría ser una construcción defectuosa, o la mala disposición de la
caldera o del hogar. El emparrillado puede ser demasiado pequeño, los conductos de
humo demasiado largos y estrechos y poseer codos que dificulten la circulación, la
chimenea puede ser baja y demasiado estrecha. En todo caso la solución estaría en
reconstruir las partes defectuosas.
Cuando la producción de vapor es difícil por una causa accidental puede deberse a: que
el fuego esté mal encendido o que el emparrillado esté obstruidos por escorias. Los
conductos de humos pueden obstruidos por cenizas (hollín), cuando no se ha realizado
una limpieza a fondo.

DESCENSO RÁPIDO DE LA PRESIÓN


Puede deberse a descuido del operador de caldera en la alimentación del fuego; en este
caso debe proceder por todos los medios de activarlo, deteniendo el consumo si el
descenso de presión ha sido muy grande, siempre y cuando el efecto sobre la producción
o uso del vapor no sea mayor. Otra causa podría ser una alimentación por agua fría por
período muy largo o bien un sobre consumo no establecido.
DESCENSO EXCESIVO DEL NIVEL DE AGUA.
Es la falla más grave que se puede presentar. Si este nivel no ha descendido más allá del
límite permitido y visible, bastará con alimentar rápidamente con agua la caldera hasta
alcanzar el nivel normal. Pero si el nivel ha bajado demasiado en que no es posible
visualizarlo en el tubo de nivel, entonces la caldera se considerará como seca, y se
procederá de la siguiente manera: quitando el fuego si es posible, cerrar completamente
el consumo de vapor y dejarla enfriar completamente y lentamente, en este último caso
(caldera seca), jamás se deberá alimentar agua porque podría originar una explosión del
equipo.
EXPLOSIONES
Las explosiones de las calderas son desastre de gravedad extrema, que casi siempre
ocasionan la muerte a cierto número de personas dependiendo las características de cada
caldera. La caldera se rasga, se hace pedazos, para dar salida a una masa de agua y vapor,
los fragmentos de las calderas son arrojados a grandes distancias.
El estudio de las causas de las explosiones ha permitido determinar que estas se deben a:
1. Construcción defectuosa
2. Falla de los accesorios de seguridad (válvulas, alarmas, control de nivel, etc.)
3. Negligencia, descuido o falta de capacitación del operador
4. Mezclas explosivas en los conductos de humos
5. falta de agua en la caldera (la más frecuente)
6. Incrustaciones masivas o desprendimiento de planchones de incrustaciones.
7. Embancamiento
Cuando el nivel de agua baja, deja al descubierto las planchas, que estando en contacto
con el calor de la combustión se recalientan hasta el rojo. Al recalentarse las planchas
pierden gran parte de su resistencia, el vapor se produce en menor cantidad por la
disminución de la superficie de calefacción. El vapor situado sobre el agua se recalienta
mucho. Si entonces se inyecta agua o abre cualquiera de las llaves de salida del vapor, la
explosión se producirá con toda seguridad.
Las incrustaciones actúan como aislantes dejando las planchas de la caldera sometidas a
calor y sin contacto con agua. De esta manera se van recalentando y perdiendo su
resistencia hasta que no son capaces de resistir la presión y se produce la explosión.
También pueden desprenderse capas de incrustaciones de gran tamaño, las que dejan
bruscamente en contacto, planchas recalentadas con el agua, produciéndose evaporación
instantánea que la caldera no resiste.

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