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DOCTORADO EN EDUCACIÓN
ASIGNATURA
Evaluación de la calidad educativa
Introducción
Antes de llegar a definir calidad educativa, se hace necesario echar un vistazo a dos
conceptos: calidad y educación. Sin embargo, es importante tener en cuenta, que
no existe una única definición para el concepto de calidad.
La “Declaración Mundial sobre Educación para todos”, aprobada por los Ministros
de Educación de todos los Estados miembros de la UNESCO en Jomtien, Tailandia,
en 1990, estableció que la educación “es un derecho para todas las personas,
hombres y mujeres, de todas las edades, a través de todo el mundo”.
García (1982) sostiene que la calidad de la educación viene determinada por dos
componentes, de una parte, por la disposición, en la que se incluyen las condiciones
de integridad y coherencia y, por la otra, la eficacia. En tal sentido, define la calidad
educativa como el modo de ser de la educación que reúne las condiciones de
integridad, coherencia y eficacia. En otras palabras, una educación tiene calidad en
la medida en que es completa, coherente y eficaz.
Como se observa, es difícil encontrar una definición precisa de calidad educativa y
en algunos casos, las tentativas de definición no llegan más allá de presentar
factores asociados tales como la preparación de los docentes, los resultados de los
estudiantes en pruebas nacionales e internacionales, la infraestructura educativa, la
capacidad de gestión de los rectores, la coherencia y consistencia curricular y
didáctica y muchos otros factores que si bien están asociados a ella, no permiten
delimitar su compleja naturaleza.
Para cumplir con estos objetivos, se realizan básicamente tres tipos de evaluaciones
de calidad: la evaluación de los rendimientos académicos (a los estudiantes), la
evaluación de desempeño laboral (a los docentes) y la evaluación institucional (a
las instituciones educativas).
La eficacia se pregunta por la medida y proporción en que son logrados los objetivos
de la educación establecidos y garantizados en un enfoque de derechos; es decir,
respecto de la equidad en la distribución de los aprendizajes, su relevancia y
pertinencia. La eficacia debe dar cuenta sobre en qué medida los niños logran
acceder y permanecer en la escuela; si son atendidas las necesidades educativas
de todos, incluidos los adultos; del egreso oportuno de los estudiantes y de si éstos
concluyen la educación obligatoria. Así mismo, del logro de los aprendizajes
correspondientes en cada etapa educativa.
Los resultados son entonces insumos fundamentales para tomar decisiones, fijar
responsabilidades, establecer metas, definir criterios y determinar acciones que
garanticen el avance en un proceso de mejoramiento coherente, pertinente y
sostenible.
La mayoría de los países tiene claro que los sistemas educativos deben dotar a los
estudiantes de conocimientos, destrezas y actitudes que le permitan desempeñarse
durante la vida laboral y social. Por tal motivo, se realizan grandes reformas para
actualizar los contenidos que los estudiantes desarrollarán en el año escolar,
estableciendo los estándares mínimos que éstos deben cumplir; y es sobre estos
parámetros que cada país diseña las pruebas para evaluar a los estudiantes y
determinar si existe o no educación de calidad. Por lo tanto, una clara y pertinente
definición del qué enseñar resulta pieza clave en la definición y éxito de otras
políticas, como la formación y capacitación docente, los materiales educativos, los
métodos y didácticas empeladas y la tecnología educativa.
Para elevar la calidad de la educación, los países de América Latina han hecho
grandes esfuerzos. En 1979 en reunión convocada por la UNESCO, se firmó el
Proyecto Principal de América Latina y el Caribe, cuyo principal objetivo es el
mejoramiento de la calidad en la educación realizando evaluaciones comparadas
entre varios países. El Laboratorio Latinoamericano de Evaluación de la Calidad
Educativa (LLECE) y el Programa para la Evaluación Internacional de los Alumnos
(PISA), se encuentran entre los más importantes evaluaciones para la región
latinoamericana.
Conclusiones
Bibliografía