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Artículo 74°.

Los tributos se crean, modifican o derogan, o se establece una


exoneración, exclusivamente por ley o decreto legislativo en caso de delegación de
facultades, salvo los aranceles y tasas, los cuales se regulan mediante decreto supremo.

Los gobiernos locales pueden crear, modificar y suprimir contribuciones y tasas, o


exonerar de éstas, dentro de su jurisdicción y con los límites que señala la ley. El Estado,
al ejercer la potestad tributaria, debe respetar los principios de reserva de la ley, y los
de igualdad y respeto de los derechos fundamentales de la persona. Ningún tributo
puede tener efecto confiscatorio.

Los decretos de urgencia no pueden contener materia tributaria. Las leyes relativas a
tributos de periodicidad anual rigen a partir del primero de enero del año siguiente a su
promulgación. Las leyes de presupuesto no pueden contener normas sobre materia
tributaria.

No surten efecto las normas tributarias dictadas en violación de lo que establece el


presente Artículo.

Podemos decir que para el estado existe dos principios que es de reserva de ley y los
de igualdad referente a los derechos fundamentales de un ciudadano. El congreso dicta
la ley autoritativa que es la más elemental del derecho público, sino no hay derecho no
existe obligación de tributar. Solo por ley o decreto legislativo, los tributos pueden ser
creados, modificados y derogados e incluso las exoneraciones referentes a estos; en
excepción de las tasas y aranceles que está facultado por un decreto supremo que
pueden ser modificados y derogados. (ORBE R. C., 2006)

También existen atentados contra el régimen tributario, como el contrabando. Las


pérdidas económicas que ocasionan el contrabando es una de las permanentes
preocupaciones de los diversos sectores de la industria nacional, ya que la mercadería
que ingresa al Perú en forma ilegal; más aún con la proximidad de las fiestas de fin de
año, donde esta actividad se intensifica notablemente.

El hecho de efectuar el comercio exterior de manera legal, cancelando los respectivos


impuestos, contribuyendo en el crecimiento económico del país, de esto no debe caber
duda, es por ello que la siguiente acción a realizar para acabar con el contrabando, es
concientizar a la población, sobre todo a los niños, de la importancia de estas acciones
que favorecen a la recaudación y al trabajo.

El contenido de este artículo tiene una serie de disposiciones constitucionales sobre


materia tributaria que, en apretada síntesis, tratan los siguientes:

 El principio de reserva de la ley de los tributos salvo los aranceles y tasas que
se regulan por el Poder Ejecutivo, las contribuciones y tasas que crean,
modifican y suprimen los gobiernos locales, también pueden exonerar de ellas.

 Los límites al ejercicio de la potestad tributaria recogidos en el artículo 74 de la


constitución buscan garantizar que el deber de los ciudadanos de contribuir al
sostenimiento de los gastos públicos a través de impuestos, se haga respetando
su capacidad contributiva, el principio de igualdad, los principios tributarios que
el Estado debe respetar al ejercer la potestad tributaria; reservar la ley, igualdad,
respeto a los derechos fundamentales de la persona, no

 El principio de no confiscatoriedad es un principio expreso en la Constitución


vigente, limita el ejercicio de la potestad tributaria para que el Estado al emitir
alguna ley tributario no vulnere el derecho fundamental de la propiedad, la
igualdad en materia tributaria y, en consecuencia, la capacidad contributiva;
también para mantener la vigencia de los alcances y contenido de las
instituciones de nuestra Constitución Económica. Los criterios que utiliza el
Tribunal Constitucional para determinar si un tributo tiene efectos confiscatorios
son la razonabilidad, la proporcionalidad, la igualdad en materia tributaria, la
legalidad del tributo en cuanto su configuración técnica, que el tributo no grave
arbitrariamente el patrimonio del ciudadano, inobservando los fines de un
régimen social y democrático de Derecho.

 El principio de legalidad descrito, es uno de los pilares fundamentales del


derecho tributario y puede ser sintetizado en la expresión: “no hay tributo sin ley
que lo establezca”. Este principio que todo tributo sea sancionado por una Ley,
entendida ésta como la disposición que emana del órgano constitucional que
tiene la potestad legislativa conforme a los procedimientos establecidos en la
Constitución para la sanción de Leyes y halla su fundamento su fundamento en
la necesidad de proteger el derecho de propiedad de los contribuyentes de
aquello actos de exacción ilegítima a que pudieran estar inclinados los miembros
de los órganos ejecutivos del Estado, en la búsqueda de fondos para la
financiación de las actividades del mismo.

Los tributos vinculados son aquellos cuyo hecho generador está estructurado de tal
manera que integran una actividad o cargo del Estado que de alguna manera afecta la
interesado o repercute en su patrimonio. Estos a su vez se dividen en tasas y
contribuciones dependiendo de si la actividad estatal genera un beneficio directo e
individualizado o indirecto para los contribuyentes.

En efecto, en materia del impuesto a la renta, el legislador se encuentra obligado, a


establecer el hecho imponible, a respetar y garantizar la conservación de la
intangibilidad del capital, ello no ocurre si el impuesto se desnaturaliza al incorporar en
su diseño la obligación de pago por un impuesto que denominándose “mínima a la
renta”, finalmente grave otra cosa que no sea renta. (RUBIO, 1999)

Sobre el particular, debemos indicar que en tanto prestador de servicios públicos, es el


Estado el que resulta siendo titular de la potestad tributaria. Esto es, de la capacidad
para crear, modificar y suprimir unilateralmente tributos. Sin embargo, dicha potestad
tiene determinados límites entre los cuales se encuentran el principio de legalidad y la
capacidad contributiva de los contribuyentes.

La potestad tributaria constituye el poder que tiene el Estado para imponer a los
particulares el pago de los tributos, el cual no puede ser ejercido de manera discrecional
o, dado el caso, de forma arbitraria, si no que se encuentra sujeto a una serie de límites
que le son impuestos por el ordenamiento jurídico, sean estos de orden constitución o
legal.
Gracias al poder tributario significa potestad de instituir tributos, constituye una
expresión omnicomprensiva de la competencia legislativa o fuente del derecho, de una
serie de potestades normativas de aplicación o ejecución y de las vías administrativas
o jurisdiccionales, de revisión de los actos administrativos de contenido tributario. De ahí
que se ha denunciadola escasa utilidad de esa denominación, que por lo demás no está
exenta de cierto resabio autoritario. En el caso de los gobiernos locales tienen un Poder
Tributario que es derivado cuando un ente territorial posee poder tributario delegado y
limitado por la propia Constitución Política del Perú.

COMENTARIO

En conclusión, decimos que el derecho constitucional tributario es según algunos


autores, aquella parte del derecho constitucional que se refiere a materia tributaria; es
decir, no es propiamente derecho tributario, sino derecho constitucional aplicado al
derecho tributario, por otra parte cabe recalcar de que no comparten el criterio de ubicar
a esta rama jurídica específica dentro del derecho constitucional, sino que sostienen
que “pese al obvio contenido constitucional de sus normas, debe comprendérsela dentro
del derecho tributario, a los efectos de lograr una clara sistematización lógica de las
normas que componen este derecho y para una mejor comprensión de sus conceptos
e instituciones”

El complemento al principio de reserva de la ley, y respecto del cual se debería


interpretar sus preceptos, es el principio de Legalidad el cual se puede resumir como el
uso del instrumento legal permitido por su respectivo titular en el ámbito de su
competencia.

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