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EL HOMBRE Y LA INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA

El hombre durante miles de años estuvo expuesto a los cambios azarosos de la


naturaleza, fue, prácticamente dependiente de sus designios y digamos “caprichos” que
no eran regidos por ninguna lógica del progreso, sino más bien se cumplía la inveterada
ley de renovación de los organismos, reemplazando los antiguos por otros nuevos de
innovadoras características.

El ser humano, repito, estuvo al desamparo de aquella naturaleza impía y arbitraria, por
cientos de miles de años, hasta que la evolución lentamente hizo su trabajo, mejorando
con el correr de los años, las habilidades y destrezas de la especie. Un cambio
fundamental, operado en nuestra morfología, fue el de la bipedestación; hasta ese
entonces caminábamos en cuatro patas o a veces en dos: la nueva postura nos permitió
liberar las manos a actividades menos pedestres. Al sostener en este nuevo estado, el
perpetuo intercambio con el medio, reaccionamos de distinta manera y priorizamos la
comodidad de los elementos de que nos valíamos(los objetos), es así que a través de
continuos errores probablemente fuimos optimizando los instrumentos y herramientas
que utilizábamos.

Comenzamos por la técnica, aprendiendo por los constantes traspiés, hasta arribar a la
ciencia y hacerla elemento fundamental del acontecer social diario. Fuimos creadores
de todo tipo de artefactos y artilugios, los cuales siempre servían como modelo para la
optimización que haría el de la siguiente generación.

Con los elementos creados esclarecimos, paulatinamente, las sombras que se cernían
sobre nuestras ideas o pensamientos, dejando de lado una concepción meramente
poética o etérea de las cosas. Partimos del sentido común, para ser gestores de
conocimientos o planteamientos más complejos. Nos convertimos en entes filosóficos,
y acogimos los aportes de todas las ciencias con el objeto de convertirlas en un solo haz
conducente a la determinación de nuestro origen y nuestra teleología.

Hoy, la interdisciplinariedad se yergue como la base de la que todos los científicos, sobre
todo los sociales, deben partir para construir sus teorías acerca de la dinámica de la
población, en sus diferentes aspectos.

En el devenir científico, no había margen para la generalización en el tipo de indagación,


por eso, se clasificó la naturaleza de los fines indagatorios, se distinguió; la investigación
pura, carente de utilidad práctica; la investigación práctica, destinada a un fin utilitario;
la descriptica, aplicación de hipótesis, la explorativa, conducente a echar luces sobre los
sucesos especialmente
misteriosos o desconocidos y la explicativa, como la respuesta a las causas y
consecuencias.

La conclusión de todo lo dicho es, que el hombre es un ser creativo, pensante, que actúa
y no es un testigo pasivo de los sucesos que ocurren en su entorno; este proceder es,
además inherente en todos los hombre y comienza como una simple curiosidad, hasta
convertirse en el cambio que originé el gran desarrollo de la humanidad

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