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Los desafíos para una mejor educación superior

The challenges for better higher education

Jimmy.Laura@unmsm.edu.pe

Resumen

La educación superior ocupa un grado de dificultad en la realidad de muchos peruanos, en relación

al acceso, permanencia y egreso. Todo lo mencionado, compone desafíos que no han sido previstos

en su totalidad por las políticas públicas que esbozan un esfuerzo por atender a estas problemáticas

en función a una mejoría de la educación superior.

Palabras clave:

CNE, PEN, SUNEDU, Constitución Política del Perú, Ley Universitaria 30220,

Abstract

Higher education occupies a degree of difficulty in the reality of many Peruvians, in relation to

access, permanence and discharge. All the aforementioned, composes challenges that have not

been fully foreseen by public policies that outline an effort to address these problems in terms of

an improvement in higher education.

Keywords:

CNE, PEN, SUNEDU, Constitución Política del Perú, Ley Universitaria 30220,
1. Introducción

Todos los que hemos estudiado en una universidad pública entendemos el esfuerzo que implica

poder alcanzar una vacante e ingresar, permanecer en ella, las dificultades que involucran el

egreso y lo que viene después cuando es el turno de enfrentar el campo laboral, si es que hay

alguno y se puede ocupar. Así mismo, independientemente de la complejidad de nuestras

carreras, que puede ser significativo en unos más que otros, la problemática no se circunscribe

solo a lo académico, abarca también el aspecto económico y es por eso que la situación no

cambia demasiado si se pasa de un estudiante de universidad pública a otro de privada.

Lo expuesto hasta ahora pareciera ser un reto que los estudiantes y sus familias debieran

de enfrentar, empero esto no se limita a una discusión o preocupación en los hogares, se traslada

también a las aulas y fuera de ellas dentro de la misma universidad. En este sentido, a puertas de

alcanzar las cuartas del siglo xxi, el estado peruano ha tomado cartas en el asunto y ha impulsado

a través de leyes y organismos, reformas para aplacar con los desafíos de la educación superior

universitaria.

Por ello, cabe la importancia de preguntarnos si esta es eficaz y ha contemplado todas las

variables que entendemos están implícitas como desafíos en la educación superior, además de si

se han hecho sin soslayar la esencia de esta. En consecuencia, será nuestro objetivo dilucidar si

hay más parabienes que indiferencias.

2. Desarrollo

2.1. El acceso.

Parte de lo que siempre hemos parafraseado verbalmente como el derecho a la educación, se

define en nuestra carta magna vigente, en el artículo 17 como una obligatoriedad a la cual
estamos sometidos todos los peruanos, pero lo curioso es que solo refiere a la educación básica

regular y no se agrega a la educación superior universitaria en el mismo apartado (Constitución

Política del Perú, 1993). Y no es que se la haya omitido aquí, pues posteriormente se alude a ella

y parece ser no la prioriza en el mismo sentido de obligatoriedad, lo cual es verdaderamente

preocupante si lo pensamos. Es así que no debería sorprendernos los problemas que acontecen

cuando pensamos en involucrarnos en asunto universitario y su acceso.

Qué carrera elegir es un dilema en el que todos hemos estado inmersos alguna vez y que

además de seguro nos ha causado más de un dolor de cabeza, pero aquello no solo responde a un

conflicto cognitivo, esta se relaciona con la limitada pero aparente gran oferta educativa que

como hemos visto aboca en su mayoría a lo financiero, respondiendo así a estructuras de un

binomio estado-empresa, lo cual por si no fuera suficiente se suma con la obtusa información que

obtenemos de los medios. Lo cual configura una falta al artículo 14, en la que se menciona que

es papel de los medios de comunicación colaborar con el estado en estas lides, además de ver el

aspecto moral y cultural, que también si lo tocamos daría mucho más que hablar (Constitución

Política del Perú, 1993).

Otro reto de la educación superior son sus modalidades de acceso, para ello cabe citar el

clásico examen de admisión, al cual muchas veces no solo se ha caracterizado por su

complejidad, sino también por la competitividad que genera. Habría que sumarle también la

desigualdad al que nos vemos expuestos cuando intentamos ganar una vacante contra alguien

que viene reintentando ya varios años u otro que se ha visto obligado a omitir toda su vida

escolar de estudiante de secundaria para ser preparado con “éxito” para tal examen. Al respecto,

el panorama parece seguir siendo el mismo, empero no hay que negar que se preparó un proyecto

impulsado por el Consejo Nacional de Educación el cual desde el 2006 buscaba para el 2021
cambiar esta situación. Por ello es que en el objetivo estratégico 2 y política 9 hay políticas que

fundamentan la intención de articular la educación básica con la educación superior técnica o

universitaria, con lo cual se establecerían mecanismos a través de los cuales se darían pruebas

estandarizadas que disminuyan la brecha entre colegios e instituciones de educación superior

(Consejo Nacional de Educación, 2006).

Además de lo expuesto, también en el mismo artículo es interesante que se agregue

habría una orientación vocacional abierta hacia el estudiante y que, inmediatamente después

agrega, se haría difusión de las carreras más requeridas por el mercado laboral. (Consejo

Nacional de Educación, 2006). De esto, no imagino la incertidumbre que habría en el estudiante

si su carrera de vocación no correspondiese a lo que el mercado decida. Y pues, parece que ahora

el mercado lo decide todo (Mariátegui, 1925).

Por lo tanto, de a partir de ahora en adelante, no basta con mentalizarnos en lo que

elegiremos haremos toda nuestra vida, sino también en cómo llegaremos al plano donde

podremos siquiera iniciar a pensar en eso: su acceso.

2.2. Para permanecer.

En el mejor de los casos, si venciste los desafíos antedichos y ya eres universitario, es importante

que recuerdes que esto no acaba. La universidad, como la vida misma, es todo un reto. Por ello,

es que es importante presupuestar alimentos, pasajes y materiales. La educación es un derecho,

pero ahora le toca a vuestros padres cumplir con ese deber, si pueden, o al menos eso se puede

entender de nuestra constitución en el artículo 13 (Constitución Política del Perú, 1993).

Con todo, hay reformas universitarias que han priorizado, en el papel al menos, el

bienestar universitario, lo cual destaca hay cierta consciencia de que es un gran reto permanecer
en la universidad. La actual ley universitaria 30220, si nos fijamos desde sus artículos 126 al

131, aprecia aspectos como seguros de salud, la economía y asistencia con becas, los materiales

de estudio, la inclusión y el deporte (Congreso de la república, 2015)

Aparentemente, entonces ningún estudiante está desamparado y tiene carencias,

necesidades sí, pero no llegan al límite de verse desposeídos. Esto pues parece ser espurio ante lo

que demuestran los datos estadísticos recabados al 2017, los cuales señalaban que había una tasa

del 27% quienes por ejemplo, al tratarse de estudiantes de universidades privadas abandonaban

sus estudios tan solo al primer año y muchos lo hacían por asuntos relacionados a aspectos

emocionales, económicos, vocacionales y de rendimiento académico (Gestión, 2017). Lo cual es

desde luego aún más preocupante porque la tasa subiría a un 40% si se toma en cuenta a quienes

avanzaron un poco más pero no concluyeron sus estudios.

Pero, preguntémonos también, como profesores universitarios: ¿qué tanto nos preocupa la

salud mental de los estudiantes?, ¿es que acaso seguimos en el academicismo puro y tradicional?,

¿qué impacto tiene esto en nuestros estudiantes?, ¿ha tomado nuestra universidad a través de sus

autoridades cartas sobre el asunto? Para bien, hace poco nada más, en la UNMSM se acaba de

inaugurar nada más que el primer centro de salud mental comunitario para universitarios, al cual

hasta acudió el mandatario de estado, Martín Vizcarra para su inauguración. Sabemos se espera

replicar esta medida en otras 21 universidades, pues como expresó la ministra de educación es

una índole de prioridad.

Es menester que las autoridades continúen tomando en cuenta las circunstancias que

rodean a cada estudiante y las identifiquen si se desea reducir la deserción universitaria. De

hacerlo así, se podrían tomar acciones ante las alertas que estos presenten.
2.3. Al egresar.

Y qué sucede cuando egresas o estás por hacerlo. Si ya superaste tus 10 a 12 ciclos

universitarios sin pausas, lo que sigue es un trámite burocrático al cual te verás expuesto para

conseguir los documentos necesarios que te permitan aplicar al campo laboral. Trámites que hay

que precisar están sujetos a las sesiones que tengan las autoridades universitarias y que en el

proceso pueden tomarte meses, todo mientras uno queda en el limbo sin saber si es estudiante o

un profesional.

Los engorrosos trámites burocráticos están lastimosamente institucionalizados y los

hemos podido observar en todas partes, desde la atención en cualquier centro de salud, hasta las

largas y tediosas colas que hay en los bancos financieros. Todo llega a tal punto que

pareciéramos todos los jóvenes ser traslados al estilo de vida que regía en antaño nuestro país.

Sin embargo, queda claro que he aquí otro desafío que hay que vencer.

Con todo, es importante notar también que hay intenciones de mejora expuestos en el

marco del Proyecto educativo nacional, que en su objetivo estratégico 4 promete mejorar los

aspectos de gestión y administración que impliquen estos aspectos, además de los financieros

(Consejo Nacional de Educación, 2006).

Ahora, si en el mejor de los casos ya se obtuvo los documentos necesarios que certifiquen

nuestro egreso y acrediten somos excelentes profesionales, esto lastimosamente no siempre será

así. Para muestra de ello, es que a la fecha se viene cerrando 21 universidades que no cumplían

con las condiciones básicas de calidad para impartir educación superior y solo 79 habrían

logrado pasar la valla. Durante lo que resta del año 2019, se contempla continúe el proceso de
licenciamiento y cierre por parte de SUNEDU, tal y como se estipula en la ley universitaria

(Congreso de la República, 2015).

Muchas de estas universidades, pese a que tuvieron un tiempo perentorio para presentar

sus planes de adecuación y ejecutarlos, no cumplieron con las condiciones básicas de calidad y

tuvieron que cerrar, hubo aspectos que no repararon los cuales competían a condiciones básicas

relacionadas con materia curricular; es decir, que lo que enseñen tenga cohesión con la carrera

que se estudia y sirva para su ejercicio en sociedad. Otro aspecto, tenía que ver con la

infraestructura para poder enseñar y recibir enseñanza, este punto fue polémico porque se supo

de casos en las que había universidades que operaban en locales improvisados. En materia de

investigación, que es la esencia de la universidad, se esperaba también haya un aporte por parte

de las universidades, pero al carecer de docentes calificados contratados y dedicados a su labor,

este fue un motivo más para los cierres, entre otros (SUNEDU, 2015).

Pero, qué hay con todo lo antedicho, ¿cuál es el impacto en los estudiantes que

empezaron sus estudios, los que están por egresar y los que ya egresaron de estas universidades

con el licenciamiento denegado? Si bien tienen un tiempo de dos años para seguir operando, sin

hacer procesos de admisión y en el caso de sus todavía estudiantes, brindarles facilidades para un

traslado a otra universidad licenciada, ¿qué nos demuestra todos estos cierres? Que hemos sido

estafados con el cuento de la masificación de la educación y la accesibilidad a ella. Y con ella

devueltos a la clásica segmentación de los mediocres y del otro lado a los de la alta cultura o por

qué no decirlo, con acceso económico (Mariátegui, 1925).

Sin embargo, pensemos en la dejadez y pasividad por parte de los gobiernos de turno en

todo este tiempo, los cuales de manera sospechosa venían guardando silencio y que con el
tiempo se supo funcionaban como cajas chicas para algunos políticos, pero que para pena de

ellos, no supieron cuidar a la gallina de huevos de oro y hoy pierden. Sin embargo, podría

mostrarse alguien agradecido con las autoridades actuales por su voluntad política y quizá por la

coyuntura haya algo de eso, pero hay que precisar que estas reformas no son y tampoco

provienen de este año. Desde que salió el Proyecto educativo nacional en el 2005 se expuso en el

objetivo estratégico 5 hacer de la educación superior en nuestro país, una de calidad que sea

favorable para el desarrollo y la competitividad, con políticas que velaran por su calidad, que

sean útiles en sociedad y que se interesen por la investigación, abriendo un sendero de

oportunidad para la mejora constante (Consejo Nacional de Educación, 2015)

Para nosotros no es nuevo lo que estarán por pasar aquellos que todavía están en las aulas

universitarias, es un deber de consciencia compartir y mantener vivos los lineamientos por una

mejora universitaria, correspondiendo a las necesidades de la nación sin olvidar todos los

aspectos que involucran al ser humano en todas sus dimensiones.

Muchos ocuparemos espacios donde podremos gestionar políticas que beneficien a

nuestro país, es menester que nos preocupemos por los desafíos de la educación superior, los

cuales han sido los mismos desde siempre, pero que han ido sofisticándose a través de este

mundo globalizado con modelos económicos imperantes que terminan por ahogar el espíritu

crítico del hombre y lo vuelven miope ante los que lo rodean. Recordemos que “no es posible

democratizar la enseñanza de un país sin democratizar su economía y sin democratizar, por ende,

su superestructura política” (Mariátegui, p.31).


3. Conclusión

- Las modalidades de acceso a la universidad actualmente no parecen estar estandarizadas

para la nación en general; en consecuencia, se observa que hay una disparidad en el ingreso

a la universidad entre la población.

- Muchos de los estudiantes no están seguros de qué estudiar y es por ello que su permanencia

en casas de estudios superiores se ven melladas, recalcando la importancia de una

orientación vocacional a tiempo que ayude a prevenir dudas. Además, aspecto como lo

económico y lo psicológico correlacionado a lo académico deben de estar priorizados y

generalizados para todos los estudiantes universitarios si se quieren vencer las estadísticas de

deserción universitaria.

- El desafío de recibir enseñanza de calidad parece estar siendo aplacado, pero ahora es el

turno de ser vigilantes con la permanencia de estos cambios en bienestar de la reforma

universitaria, sin descuidar el aspecto holístico que compone al hombre y a la universidad en

su esencia.
4. Referencias

Congreso de la república (2015). Ley universitaria 30220. Lima, Perú: El Peruano.

Consejo Nacional de Educación (2005). Proyecto Nacional de educación al 2021. Lima, Perú.

Constitución política del Perú (1993). Diario Oficial el Peruano.

Gestión (2017). El 27% de ingresantes a universidades privadas abandonan su carrera en primer

año de estudios. Gestión. Recuperado de https://gestion.pe/tendencias/management-

empleo/27-ingresantes-universidades-privadas-abandonan-carrera-primer-ano-estudios-

139168-noticia/

Mariátegui, J. C. (1970). Temas de Educación. Lima, Perú: Amauta.

Mariátegui, J. C. (1979). 7 ensayos de interpretación de la realidad peruana. Lima, Perú:

Amauta.

SUNEDU (2015). El modelo del licenciamiento y su implementación en Sistema universitario

peruano. Lima, Perú: Víctor Abel Cordero Félix

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