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SUSTRACCIÓN DE MENORES, DELITO DE.

PARA SU INTEGRACIÓN
BASTA QUE LA CUSTODIA O GUARDA SE TENGA DE HECHO O POR
DERECHO (LEGISLACIÓN DEL ESTADO DE VERACRUZ).

AMPARO EN REVISIÓN 337/2002.

CONSIDERANDO:

QUINTO
Los agravios expresados por el recurrente son infundados, sin que se esté en el
caso de suplirlos en alguna deficiencia, en términos de lo dispuesto por el artículo
76 bis, fracción II, de la Ley de Amparo, por no advertirse motivo manifiesto para
ello, según se desprende del estudio integral del asunto.

En efecto, contrario a lo que se alega, la sentencia impugnada en esta vía se


encuentra ajustada a derecho y no le causa agravio alguno que deba repararse por
este órgano colegiado, ya que el Juez de Distrito apreció correctamente los hechos
y valoró adecuadamente las pruebas que sirvieron de sustento al auto de formal
prisión reclamado, por lo que válidamente determinó que cumple con los requisitos
exigidos por el artículo 19 constitucional.

Lo anterior es así, porque para negar el amparo y protección de la Justicia de la


Unión, respecto del delito de sustracción de menores, previsto y sancionado por el
artículo 206 del Código Penal del Estado, por el que se decretó el auto de formal
prisión impugnado, el juzgador federal sostuvo, básicamente, que tanto los
elementos que integran el cuerpo del delito de sustracción de menores, como la
probable responsabilidad del inculpado en su comisión, se acreditaron con el
material probatorio que cita, examina y valora adecuadamente en la sentencia
recurrida, que ha quedado transcrita en el tercer considerando de esta ejecutoria, lo
que hace innecesaria su reiteración.

En consecuencia, fue correcta la determinación de negar la protección


constitucional solicitada, porque el auto de formal prisión reclamado se ajusta a lo
dispuesto por el artículo 19 constitucional, ya que los hechos demostrados con esos
elementos de convicción, adminiculados de manera lógica y natural, revelan clara
y objetivamente que aproximadamente a las dieciséis horas del doce de febrero de
dos mil dos, en el domicilio ubicado en la calle Ciruelo número cuarenta y siete
esquina Tuna, colonia Los Laureles en Veracruz, Veracruz ... sustrajo de la guarda
y custodia que de hecho tenía su madre, Blanca Estela González Alvarado, a su
menor hijo Gibrán Aparicio González, de tres años de edad, sin el consentimiento
de ella; configurándose así los elementos externos del cuerpo del delito de que se
trata, con lo que se acredita la afectación al bien jurídico tutelado por la norma
penal, consistente en la seguridad familiar; que dicha acción probablemente la
realizó directamente el agente activo del delito, por lo que su conducta encuadra
en lo dispuesto por el artículo 28, fracción II, del Código Penal para el Estado; que
la calidad específica del agente pasivo del delito quedó acreditada con el acta de
su nacimiento que obra en autos, de la que se constata que al momento en que
ocurrieron los hechos, Gibrán Aparicio González tenía tres años de edad; así
también aparecen demostrados el resultado y la atribuibilidad de dicha acción
ilícita al inconforme en las circunstancias de tiempo, modo y lugar que se justifican
en autos, sin que esté comprobada en su favor ninguna causa que lo exima de
responsabilidad o que extinga la acción penal.

Ahora bien, esos medios probatorios también son aptos y suficientes para justificar
que ... es la persona que probablemente realizó la conducta ilícita que se le
reprocha, pues ello se evidencia con: 1) La denuncia de trece de febrero de dos mil
dos formulada por Blanca Estela González Alvarado ante el agente del Ministerio
Público y ratificada ante el Juez de la causa, en la que manifestó que vivió en unión
libre durante siete años con ... con quien procreó un hijo de nombre Gibrán
Aparicio González, quien tiene tres años de edad; que desde hace
aproximadamente un mes se separó del denunciado y desde esa fecha se fue a vivir
con su hermana Antonia; que se llevó a su hijo con ella y aproximadamente a las
ocho y media de la mañana del doce de febrero de dos mil dos llegó ... y le dijo
que si podía llevar al niño al desfile y ella le contestó que sí; que regresaron
aproximadamente a las cuatro de la tarde y el denunciado se puso a platicar con
ella y le dijo que quería que regresara con él, que le contestó que no y por eso se
molestó, agarró al niño y se lo llevó; que le llamó más tarde y le dijo que si quería
al niño tenía que regresar con él a su casa, que la denunciante le contestó que no;
que el acusado le dijo que si ponía denuncia en su contra se llevaría lejos al niño y
que jamás lo volvería a ver (fojas 26 vuelta y 88); 2) La declaración ministerial de
catorce de febrero de dos mil dos rendida por la testigo Antonia González Alvarado
y ratificada ante el Juez de la causa, quien en relación con los hechos que se
investigan dijo que su hermana Blanca vivió siete años con ... y que procrearon a
Gibrán Aparicio González de tres años de edad; que desde hace un mes están
separados y su hermana Blanca y su hijo se fueron a vivir a su casa; que el doce de
febrero de dos mil dos ... fue por el niño para llevarlo de paseo porque su hermana
le dio permiso y lo regresó por la tarde, pero como él le insistió a su hermana que
regresara con él y ella no quiso, se enojó, se llevó al niño y dijo que no se lo iba a
regresar a su hermana hasta que no regresara a vivir con él (fojas 27 vuelta y 89
vuelta); 3) La declaración ministerial de quince de febrero de dos mil dos, rendida
por la testigo Rosa María Elvira Penera y ratificada ante el Juez del proceso, en la
que dijo que tiene diez años de conocer a Blanca Estela y que hacía como un mes
que se separó de ... con quien procreó a Gibrán Aparicio González, de tres años de
edad; que aproximadamente a las dos de la tarde del doce de febrero de dos mil
dos, cuando se encontraba en su domicilio, que está junto a la casa de Blanca
Estela, escuchó una discusión, salió a ver qué pasaba y se pudo percatar de que ...
le decía a Blanca que se iba a llevar al niño para que regresara con él, porque si no,
no le iba a entregar al niño y desde esa fecha no le ha regresado al niño; que en el
tiempo que han estado separados se percató de que Blanca cuida bien al niño,
porque nunca lo deja solo ni lo maltrata (fojas 27 vuelta, 28, 89 vuelta y 90); 4) La
declaración ministerial de quince de febrero de dos mil dos rendida por ... y
ratificada ante el Juez de la causa, quien dijo que aproximadamente a las nueve o
diez de la mañana del diez de febrero de dos mil dos fue a la casa de su cuñada
Antonia, le preguntó por Blanca y por su hijo, y le contestó que no estaban, que
habían ido a casa de una amiga; por lo que regresó el lunes siguiente y le dijo que
tenía pensado llevarlos al desfile, que quedaron en verse a las nueve y media en
las gradas; que el martes doce de febrero de dos mil dos el inculpado se fue a las
siete y media de la mañana para apartarles el lugar en las gradas; que habló por
teléfono a su casa y su hermano le informó que Blanca había hablado para decirle
que fuera por el niño temprano, por lo que se trasladó a casa de su cuñada para ir
por el niño y Blanca le dijo que iba a confiar en él y que se podía llevar al niño al
desfile; que se llevó al niño y regresó con él como a las cuatro y media de la tarde;
que Blanca en forma burlona le dijo al niño que le diera las gracias a su papá, pero
que él le dijo que no se las diera porque era su obligación, que entonces Blanca le
dijo "si quieres puedes llevarte al niño" y por eso se lo llevó; que su intención
nunca fue quitarle el niño a Blanca y está en la mejor disposición de regresarlo con
su mamá, siempre y cuando ella no se lleve al niño lejos (fojas 28 vuelta, 29, 90
vuelta y 91); 5) Las copias simple y certificada del acta de nacimiento folio 08450
expedida por el oficial del Registro Civil de Veracruz, Veracruz, a nombre del
menor Gibrán Aparicio González (fojas 31 y 93); 6) El certificado médico de
lesiones de quince de febrero de dos mil dos expedido por el doctor Gustavo
Amador Cerón, perito médico forense adscrito a la Dirección de Servicios
Periciales de la Procuraduría General de Justicia del Estado, quien certificó que a
la revisión física practicada al inculpado ... no presentó huellas de lesiones externas
recientes en la totalidad de su área corporal (fojas 37 y 99); 7) El certificado médico
de lesiones de veintitrés de marzo de dos mil dos expedido por la doctora Catarina
Díaz Moris, perito médico forense adscrita a la Dirección de Servicios Periciales
de la Procuraduría General de Justicia del Estado, quien hizo constar que ... es un
sujeto masculino de veintiocho años de edad, consciente, tranquilo, bien ubicado
en espacio, tiempo y persona, con lenguaje coherente y congruente, que a la
exploración física practicada no presentó huellas objetivas de lesiones traumáticas
externas recientes (fojas 41 y 101); 8) La declaración preparatoria de veinticuatro
de marzo de dos mil dos rendida por ... quien ratificó su declaración ministerial y
exhibió copia del convenio 295/2002 que suscribió el veintiuno de febrero de dos
mil dos con la denunciante ante la agente del Ministerio Público. A la pregunta que
le formuló el defensor de oficio adscrito, contestó que cuando le regresó el niño a
la denunciante estaban presentes la licenciada ante quien firmaron el convenio y
su abogada defensora (fojas 44, 48, 106 y 110); 9) La copia simple del convenio
295/2002 de veintiuno de febrero de dos mil dos, celebrado entre ... y Blanca Estela
González Alvarado, ante la agente del Ministerio Público especializada en delitos
contra la libertad, seguridad sexual y contra la familia, en Veracruz, Veracruz
(fojas 45, 107 y 109); 10) La declaración judicial de veintiséis de marzo de dos mil
dos rendida por la denunciante Blanca Estela González Alvarado, quien ratificó su
declaración ministerial y agregó que el inculpado no ha cumplido con el acuerdo
que celebraron; que la molesta y le habla por teléfono, que no la ha dejado
tranquila, que la espía. A preguntas que le formularon el defensor del acusado y el
representante social adscrito respondió que el día en que se llevó el inculpado al
niño lo hizo con el consentimiento de su madre; que el menor Gibrán Aparicio
González se encuentra en poder de ella, quien no tiene la custodia del niño, pues
no le ha sido otorgada por ningún Juez Civil de primera instancia; que en el
convenio que celebró ante la representante social se establecieron cláusulas que
autorizan al inculpado para que vea a su hijo y lo saque a pasear; que cuando el
inculpado pasó por el niño para llevarlo al desfile el doce de febrero de dos mil dos
estuvieron presentes su hermana y el esposo de ésta; que ese mismo día ... regresó
al niño y se lo volvió a llevar, porque ella no quiso platicar con él, por lo que lo
hizo sin su consentimiento; que fueron testigos de estos hechos su hermana y una
vecina; que cuando dice que "... no le ha cumplido", se refiere a que no la ha dejado
tranquila, pues la espía (fojas 50 frente y vuelta y 112).

La justipreciación de los anteriores medios de prueba que sirvieron de base para


que la autoridad responsable tuviera por acreditada la materialidad del delito de
sustracción de menores, llevan a este órgano colegiado a convenir con el Juez de
Distrito hasta el momento procesal en que se actúa, en que tienen fuerza convictiva
suficiente para justificar la probable responsabilidad de ... en su comisión, al
quedar evidenciado que fue él quien probablemente realizó los hechos delictivos
que se le reprochan, en virtud de los cuales sustrajo al menor Gibrán Aparicio
González de la custodia de hecho que tenía su madre; lo que se corrobora con el
señalamiento firme, directo y categórico que en su contra realiza la querellante
Blanca Estela González Alvarado, en el sentido de que tiene aproximadamente un
mes que se separó de su concubino ... con quien vivió en unión libre durante siete
años y procrearon un hijo; que el día de los hechos el inculpado se presentó en su
domicilio para llevar al niño a ver el desfile del carnaval, que confió en él y
permitió que se lo llevara y regresaron aproximadamente a las dieciséis horas; que
... se puso a platicar con ella y le pidió que regresara con él y como ella no aceptó
se llevó al menor sin su consentimiento; lo que se corrobora con las declaraciones
de las testigos Antonia González Alvarado y Rosa María Elvira Penera, quienes se
condujeron en forma coincidente con los hechos relatados por la denunciante, pues
manifestaron que después de haber sostenido una discusión con Blanca Estela
González Alvarado ... se llevó al menor Gibrán Aparicio González, pues le pidió
que regresara con él y ella no accedió, por lo que se llevó al niño; los anteriores
elementos de prueba se robustecen con la confesión calificada divisible del sujeto
activo, quien se ubicó en las circunstancias de tiempo, modo y lugar en que
ocurrieron los hechos, pues al declarar ante la agente del Ministerio Público y
posteriormente en preparatoria ante el Juez del proceso, admitió expresamente que
se llevó al niño, porque la madre del menor dio su consentimiento para hacerlo,
pues le dijo "si quieres puedes llevarte al niño", motivo por el que se lo llevó, pero
no fue su intención quitarle el niño a Blanca y está en la mejor disposición de
regresarlo con su mamá, siempre y cuando ella no se lo lleve lejos; confesión de la
que sólo se toma en consideración la parte que le perjudica y no la parte que le
beneficia, ya que es verosímil y encuentra apoyo en los demás elementos de prueba
antes relacionados y no la parte que le beneficia, pues no aportó prueba alguna para
acreditar que la madre del menor le otorgó su consentimiento para llevarse al niño,
ya que los datos de convicción antes precisados ponen de manifiesto que el
inconforme sustrajo de la guarda y custodia que de hecho tenía su concubinaria
Blanca Estela González Alvarado a su menor hijo Gibrán Aparicio González, de
tres años de edad, sin su consentimiento; de modo que el material probatorio
existente en autos hasta el momento procesal en que se actúa, es apto y suficiente
para acreditar la materialidad del delito y la probable responsabilidad del ahora
quejoso en su comisión; máxime que para motivar el dictado de un auto de formal
prisión no se requiere de pruebas plenas, por lo que las existentes tienen valor
probatorio suficiente para acreditar la probable responsabilidad del inculpado en
la comisión del hecho delictivo que se le reprocha.

Es aplicable al caso el criterio sustentado por la Primera Sala de la Suprema Corte


de Justicia de la Nación, en la tesis de jurisprudencia 98, publicada en la página
69, Tomo II, Materia Penal, del Apéndice al Semanario Judicial de la Federación
1917-2000, que dice:

CONFESIÓN CALIFICADA DIVISIBLE. La confesión calificada con


circunstancias excluyentes o modificativas de responsabilidad es divisible si es
inverosímil, sin confirmación comprobada o si se encuentra contradicha por otras
pruebas fehacientes, en cuyos casos el sentenciador podrá tener por cierto sólo lo
que perjudica al inculpado y no lo que le beneficia."

También es aplicable al caso el criterio sustentado por la Primera Sala de la


Suprema Corte de Justicia de la Nación, en la tesis de jurisprudencia 55, publicada
en las páginas 40 y 41 del Tomo II, Materia Penal, Quinta Época, del Apéndice al
Semanario Judicial de la Federación 1917-2000, que dice:

AUTO DE FORMAL PRISIÓN. Para motivarlo, la ley no exige que se tengan


pruebas completamente claras que establezcan de modo indudable la culpabilidad
del reo; requiere únicamente, que los datos arrojados por la averiguación, sean
bastantes para comprobar el cuerpo del delito y hacer probable la responsabilidad
del acusado."

No obsta a lo anterior lo aducido por el inconforme en el sentido de que el juzgador


federal incurre en la misma violación de garantías constitucionales que la autoridad
responsable ordenadora, pues al dictar el auto de formal prisión reclamado no
consideró que no se comprobaron los elementos materiales del cuerpo del delito,
ni su probable responsabilidad en su comisión, pues omitieron valorar la
declaración de la denunciante Blanca Estela González, cuando al ser examinada al
tenor del interrogatorio que le formuló su defensor voluntario, respondió que sí le
había dado su consentimiento para que se llevara a Gibrán, lo que demuestra que
él se llevó al niño porque así lo había permitido la denunciante; que si al declarar
manifestó que sí tenía al niño, fue porque la denunciante así lo había aceptado y
que si las supuestas testigos presenciales (hermana y vecina de la denunciante) se
dieron cuenta de que se llevaba a su hijo a la fuerza y no lo evitaron, fue porque se
lo llevó con el consentimiento de su madre y no a la fuerza como lo tratan de hacer
creer.

Los anteriores alegatos resultan inoperantes. Lo anterior es así, en razón de que,


en primer término, los Jueces Federales no pueden incurrir en violación de
garantías individuales, pues su función es precisamente velar por su cumplimiento,
en la medida en que al conocer de los juicios de amparo ejercen la función de
control constitucional y dictan resoluciones de cumplimiento obligatorio y obran
para hacer cumplir esas determinaciones, según su criterio y bajo su estricta
responsabilidad, por lo que si bien a juicio de las partes pueden infringir derechos
subjetivos públicos y en contra de esas decisiones procede el recurso de revisión,
que no es un medio de control constitucional autónomo a través del cual pueda
analizarse la violación de los artículos fundamentales que consagran las garantías
individuales, sino que es un procedimiento de segunda instancia que tiende a
asegurar un óptimo ejercicio de la función judicial, donde el tribunal de alzada
vuelve a examinar los motivos y fundamentos que el Juez de Distrito tomó en
cuenta para emitir su resolución, limitándose a los agravios expuestos. Por
consiguiente, no deben analizarse los agravios consistentes en que el juzgador
federal vulneró garantías individuales al conocer de un juicio de amparo, por la
naturaleza del medio de defensa y por la función de control constitucional que el
Juez a quo ejerce, ya que si así se hiciera, se trataría extralógicamente al Juez del
conocimiento como otra autoridad responsable y se desnaturalizaría la única vía
establecida para elevar las reclamaciones de inconstitucionalidad de actos
autoritarios, que es el juicio de amparo, es decir, se ejercería un control
constitucional sobre otro control constitucional.
Resulta aplicable en este aspecto el criterio sustentado por el Pleno de la Suprema
Corte de Justicia de la Nación, en la tesis de jurisprudencia 35, publicada en las
páginas 28 y 29 del Tomo VI, Materia Común, Novena Época, del Apéndice al
Semanario Judicial de la Federación 1917-2000, con el rubro: "AGRAVIOS
INOPERANTES. LO SON LOS QUE SOSTIENEN QUE LOS JUZGADORES
DE AMPARO VIOLAN GARANTÍAS INDIVIDUALES, SOLAMENTE EN
ESE ASPECTO.".

El alegato que el quejoso hace consistir en que el Juez Federal no valoró la


declaración rendida por la denunciante, Blanca Estela González Alvarado, cuando
fue examinada al tenor del interrogatorio que le formuló su defensor voluntario, es
fundado pero inoperante. En efecto, asiste razón al inconforme, pues el Juez
Federal sí incurrió en esa omisión; sin embargo, lo anterior no ocasiona agravio
alguno al recurrente que deba ser reparado en esta vía, pues a fojas 50 y 112 de
autos, obra la declaración judicial rendida en ampliación por la denunciante Blanca
Estela González Alvarado, en la que se le preguntó: "que diga la declarante si el
día que se llevó el acusado a su menor hijo de nombre Gibrán fue con el
consentimiento de ella o no" a lo que respondió que sí; también lo es que en la
misma diligencia cuando el representante social formuló la pregunta: "que diga la
declarante si ese mismo día a que se ha hecho referencia (doce de febrero de dos
mil dos), cuando regresó de haber llevado al niño al carnaval ... se molestó porque
no quiso platicar con él, por lo que se volvió a llevar al niño, si en esta ocasión fue
con su consentimiento" respuesta: "que no". Ahora bien, de lo anterior se constata
que el alegato que se examina es infundado, pues contrariamente a lo que aseveró,
lo cierto es que la denunciante sólo le otorgó su consentimiento para que el niño
fuera con él a ver el desfile del carnaval, mas no para que se lo llevara después,
pues ello ocurrió sin su consentimiento, cuando se negó a restablecer el vínculo
marital, pues el menor se encontraba bajo su guarda y custodia; de modo que
resulta incuestionable que la conducta que desplegó el acusado encuadra en la
hipótesis delictiva por la que se le sujetó a la formal prisión, máxime que no aportó
prueba alguna para demostrar la afirmación que hace valer cuando refiere que se
llevó al menor, porque su madre así lo consintió.

Tampoco asiste razón al quejoso cuando argumenta que las testigos presenciales
pudieron impedir que se llevara al niño supuestamente a la fuerza, lo que evidencia
que se lo llevó con consentimiento de su madre y no a la fuerza como lo hacen
notar. Lo anterior es así, pues cuando declaró ante la agente del Ministerio Público
aceptó expresamente que: "mi intención no fue quitarle el niño a Blanca y estoy en
la mejor disposición de regresarle al niño, siempre y cuando ella no se lleve al niño
lejos, pues ella me dijo que se iba a llevar al niño lejos y no lo iba a volver a ver y
también me amenazaba que si le quitaba al niño me iba a dar en donde más me
doliera", con lo que se pone de manifiesto que actuó motu proprio, pues la
querellante no otorgó su consentimiento para que el acusado se llevara a su menor
hijo, máxime que las testigos de cargo Antonia González Alvarado y Rosa María
Elvira Penera se condujeron en forma coincidente con los hechos denunciados,
pues dijeron que después de haber sostenido una discusión con Blanca Estela
González Alvarado ... se llevó al menor Gibrán Aparicio González, después de que
le pidió a Blanca que regresara con él y como no accedió, se llevó al niño de su
lado; datos que permiten otorgar pleno valor jurídico a sus dichos.

El impetrante de garantías alega que la jurisprudencia establece que al llevarse


consigo a alguno de los hijos, ninguno de los padres comete el delito de sustracción
de menores, pues tienen un derecho que no ha sido privado o prohibido por
autoridad judicial, como en el caso a estudio, en el que la denunciante no tiene a
su menor hijo en calidad de depósito, porque ningún juzgado civil lo ha decretado
en su favor; por tanto, se le pretende condenar injustamente por un delito que no
cometió. No asiste la razón al recurrente, pues con independencia de que no aporta
los datos de identificación del criterio de interpretación jurisprudencial a que alude,
debe precisarse que este tribunal ha establecido criterio en relación con el tema en
estudio, en atención a las últimas reformas ocurridas al precepto legal 206 del
Código Penal del Estado, que establece el delito en comento, con el fin de ajustarse
al texto vigente, en el sentido de que para que se actualice el delito en mención, no
se requiere que el sujeto pasivo u ofendido deba tener la custodia o guarda del
menor legítimamente y menos que sea necesario un mandamiento judicial, sino
basta que esa custodia o guarda se tenga de hecho o por derecho; de modo que para
la integración de la hipótesis delictiva que nos ocupa, resulta irrelevante que la
ofendida tenga la custodia o guarda del menor otorgada por autoridad judicial
competente, pues el ilícito se actualiza aun en el caso de que la guarda o custodia
del menor se tenga de hecho o por derecho.
Es aplicable al caso el criterio emitido por este tribunal en la tesis VII.1o.P.133 P,
visible en la página 1437, Tomo XIV, agosto de 2001, Novena Época del
Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, de rubro y texto siguientes:

SUSTRACCIÓN DE MENORES, DELITO DE. PARA SU INTEGRACIÓN


BASTA QUE LA CUSTODIA O GUARDA SE TENGA DE HECHO O POR
DERECHO (LEGISLACIÓN DEL ESTADO DE VERACRUZ).-

Si bien es cierto que el entonces Segundo Tribunal Colegiado del Séptimo Circuito
sustentó la tesis publicada a fojas 3618, Tomo XI, 1969-1987, Séptima Época del
Semanario Judicial de la Federación, de rubro y texto: ‘ MENORES,
SUSTRACCIÓN O RETENCIÓN DE. INEXISTENCIA DEL CUERPO DEL
DELITO TRATÁNDOSE DE LOS PROGENITORES.-

Los padres de menores de doce años no incurren en la comisión del delito de


sustracción o retención previsto por el artículo 206 del Código Penal del Estado de
Veracruz, salvo que la guarda o custodia se decrete judicialmente a favor del otro
o de un tercero.’ , también lo es que ya no es aplicable, si se tiene en consideración
que ese criterio se sustentó con base en el mencionado precepto legal, antes de sus
reformas ocurridas, la primera, el veintitrés de enero de mil novecientos noventa y
uno y, la segunda, el ocho de septiembre de mil novecientos noventa y ocho,
publicadas en la Gaceta Oficial del Estado el diecinueve de febrero y el ocho de
septiembre, de los años citados, respectivamente, cuyo texto original establecía:
‘ Artículo 206. Al familiar de un menor de doce años de edad o de un incapacitado
de comprender, o al que por instrucciones de aquél, lo sustraiga de la custodia o
guarda de quien legítimamente la tenga, o bien lo retenga sin la voluntad de éste,
se le impondrán de uno a seis años de prisión y multa hasta de cinco mil pesos.’ .
El precepto legal vigente dice: ‘ Artículo 206. Al familiar de un menor de doce
años de edad o de un incapacitado de comprender, o al que por instrucciones de
aquél lo sustraiga de la custodia o guarda de quien la tenga de hecho o por derecho,
o bien lo retenga sin la voluntad de éste, se le impondrán de uno a seis años de
prisión y multa hasta de cuarenta veces el salario mínimo.’ . Como se advierte, el
texto actual establece que para que se actualice el delito en mención, no se requiere
que el sujeto pasivo u ofendido deba tener la custodia o guarda del menor
legítimamente y menos que sea necesario un mandamiento judicial, sino basta que
esa custodia o guarda se tenga de hecho o por derecho."
Finalmente, el alegato que el quejoso hace consistir en la falta de valoración que
el juzgador federal realizó del convenio 295/2002 de veintiuno de febrero de dos
mil dos, celebrado entre él y la denunciante ante el órgano ministerial resulta
infundado. Lo anterior es así, pues contrario a lo que afirma el quejoso, el Juez de
Distrito no incurrió en la omisión que se le atribuye, toda vez que al analizar la
referida documental advirtió que dicho acuerdo fue celebrado con posterioridad a
la comisión de los hechos delictuosos, es decir, fue posterior a la sustracción del
menor y que el delito en estudio se consumó en el momento justo en el que el
inculpado ... sustrajo a su menor hijo de la custodia que de hecho venía ejerciendo
sobre él la denunciante Blanca Estela González Alvarado.

En esas condiciones, al resultar infundados los agravios analizados y toda vez que
el auto de formal prisión reclamado no es violatorio de garantías, procede
confirmar la sentencia que se revisa y negar la protección constitucional solicitada.

Por lo expuesto, fundado y con apoyo, además, en los artículos 90 de la Ley de


Amparo, y 35 y 37 de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación, se
resuelve:

PRIMERO
Se confirma la sentencia recurrida.

SEGUNDO
La Justicia de la Unión no ampara ni protege a ... en contra de los actos y por las
autoridades precisados en el resultando primero de esta ejecutoria.

Notifíquese como corresponda; háganse las anotaciones pertinentes en el libro de


gobierno; con testimonio de la presente resolución, devuélvanse los autos al
juzgado de su procedencia y, en su oportunidad, archívese el toca como asunto
concluido.

Así, por unanimidad de votos de los Magistrados Gilberto González Bozziere,


Heriberto Sánchez Vargas y Sofía Virgen Avendaño, lo resolvió el Primer Tribunal
Colegiado en Materia Penal del Séptimo Circuito y firman el primero de los
nombrados como presidente y la última como ponente.
Tesis:

Número tesis: 184565

Rubro: SUSTRACCIÓN DE MENORES, DELITO DE. PARA SU


INTEGRACIÓN BASTA QUE LA CUSTODIA O GUARDA SE TENGA DE
HECHO O POR DERECHO (LEGISLACIÓN DEL ESTADO DE VERACRUZ).

Localizacion: 9a. Época; T.C.C.; S.J.F. y su Gaceta; XVII, Marzo de 2003; Pág.
1662; [J];

MENORES, SUSTRACCIÓN DE (LEGISLACIÓN DEL ESTADO


DE VERACRUZ).-

La legislación civil del Estado de Veracruz señala que, en el caso


de menores habidos fuera del matrimonio, la tutela, la guarda y la custodia de los
mismos la ejercerán ambos amasios si viviesen juntos, o cualquiera de ellos si
viven separados de común acuerdo, y que en caso de diferencia de criterio
procederá la decisión del Juez Civil y de esta manera quedará legitimada la guarda,
custodia y tutela de los menores. Pero tratándose del derecho penal debe
entenderse que, independientemente de lo antes dicho, lo que se tutela es el hecho
y la circunstancia de que quien esté ejerciendo la custodia del menor, la continúe
hasta en tanto no se dirima civilmente si procede o no la pérdida de esa custodia;
en otras palabras, si alguien cree tener el derecho a que su menor hijo viva con él
y a privar de ese derecho a su amasia, no debe ejercer una decisión unilateral, sino
que debe acudir a los tribunales civiles para que en forma legítima y conforme a
derecho se decida a cuál de los dos padres le corresponde la custodia del menor;
pero si en el caso, el inculpado sustrajo de la guarda de la madre al menor y se
niega a devolverlo a ésta, con quien el dicho menor ha estado viviendo desde su
nacimiento hasta la fecha en que su padre lo llevó con él, resulta que se tipifica el
delito de sustracción de menores previsto en el artículo 206 del Código Penal de
la misma entidad. Es importante hacer notar que el artículo 206 establece dos
hipótesis del ilícito: una, cuando el activo sustrae al menor sin la autorización de
quien tenía de hecho la custodia de ese menor y la segunda, cuando habiendo
recibido al menor, contando con la voluntad de su madre, posteriormente se niega
a devolverlo.
Amparo directo 4695/82.-Maximiano Rentería Lara.-27 de julio de 1983.-
Unanimidad de cuatro votos.-Ponente: Mario G. Rebolledo F.

Semanario Judicial de la Federación, Séptima Época, Volúmenes 175-180,


Segunda Parte, página 95, Primera Sala.

Consultante lo que le aconsejo que haga en su caso, es que a la brevedad posible realice
su DENUNCIA DE HECHOS POR ESCRITO, Y LA PRESENTE EN LA OFICIALÍA DE PARTES DEL
PROCURADOR DE JUSTICIA DEL ESTADO DE VERACRUZ, ante la negativa injustificada del
Agente del Ministerio Público de su Localidad de iniciar su correspondiente denuncia de
hechos, toda vez que su pareja se llevó a sus menores hijos de su hogar, sin que medie
causa justificada, ya que uno de los objetivos principales de la previsión del delito de
sustracción de menores, es evitar el quebranto del régimen de convivencia establecido como
resultado de la separación material de los padres a causa de desacuerdos personales,
separando por decisión unilateral de uno de los progenitores, en este caso su ex pareja, a
sus menores hijos de su núcleo familiar en donde conviven y realizan su vida diaria, este
tipo delictivo protege a los hijos menores de edad, pues busca evitar un desarrollo
inadecuado de su personalidad, generado por un quebranto unilateral e ilegítimo del
régimen de convivencia por parte de uno de los padres, para llevarlos a otro lugar en donde
no tienen establecido su hogar, por ello el bien jurídico que pretende proteger el delito en
cuestión es justamente el interés superior de los menores de edad, ya que busca disuadir a
los progenitores de transgredir por la vía de los hechos una situación jurídica creada para
salvaguardar el bienestar de aquéllos, evitando que sufran los perjuicios que acarrean los
cambios constantes de residencia habitual y el ser objeto de la disa entre los progenitores,
como es su caso Consultante, por ello, le reitero si el Agente del Ministerio Público de su
Localidad, insiste en que no desea iniciar su Denuncia por Comparecencia, realícela por
escrito, y solicite las MEDIDAS PROVISIONALES CONDUCENTES EN SU CASO, tales como la
reintegración de sus menores hijos a sus hogar en el Estado de Veracruz, así como UNA
ALERTA AMBER A TODAS LAS PROCURADURÍAS DE TODOS LOS ESTADOS DE LA REPÍUBLICA
MÉXICANA, ASÍ COMO DEL DISTRITO FEDERAL, para que en el lugar en que los encuentren,
sean detenidos, y trasladados al Minatitlán, y al efecto le transcribo los artículos
conducentes del Código Penal para el Estado de Veracruz, la Tesis de Jurisprudencia
conducente en su caso:

“CAPÍTULO III

SUSTRACCIÓN O RETENCIÓN DE MENORES O INCAPACES


(REFORMADO, G.O. 02 DE ABRIL DE 2010)

Artículo 241.-A quien le una parentesco con persona menor de dieciocho años de edad o
incapaz, o al que por instrucciones de aquél, sin causa justificada o sin orden de autoridad
competente, la sustraiga de la custodia o guarda de quien la tenga de hecho o por derecho,
o bien la retenga sin la voluntad de ésta, se le impondrán de dos a seis años de prisión y
multa de hasta cien días de salario.

Artículo 242.-Si el agente activo devuelve espontáneamente al menor o al incapaz dentro


de los siete días siguientes a la comisión del delito, se le impondrá una tercera parte de las
sanciones antes señaladas.

Época: Novena Época

Registro: 184565

Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito

Tipo de Tesis: Jurisprudencia

Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta

Tomo XVII, Marzo de 2003

Materia(s): Penal

Tesis: VII.1o.P. J/49

Página: 1662

“SUSTRACCIÓN DE MENORES, DELITO DE. PARA SU INTEGRACIÓN BASTA QUE LA CUSTODIA


O GUARDA SE TENGA DE HECHO O POR DERECHO (LEGISLACIÓN DEL ESTADO DE VERACRUZ).

Si bien es cierto que el entonces Segundo Tribunal Colegiado del Séptimo Circuito sustentó
la tesis publicada a fojas 3618, Tomo XI, 1969-1987, Séptima Época del Semanario Judicial
de la Federación, de rubro y texto: "MENORES, SUSTRACCIÓN O RETENCIÓN DE.
INEXISTENCIA DEL CUERPO DEL DELITO TRATÁNDOSE DE LOS PROGENITORES.- Los padres
de menores de doce años no incurren en la comisión del delito de sustracción o retención
previsto por el artículo 206 del Código Penal del Estado de Veracruz, salvo que la guarda o
custodia se decrete judicialmente a favor del otro o de un tercero.", también lo es que ya no
es aplicable, si se tiene en consideración que ese criterio se sustentó con base en el
mencionado precepto legal, antes de sus reformas ocurridas, la primera, el veintitrés de
enero de mil novecientos noventa y uno y, la segunda, el ocho de septiembre de mil
novecientos noventa y ocho, publicadas en la Gaceta Oficial del Estado el diecinueve de
febrero y el ocho de septiembre, de los años citados, respectivamente, cuyo texto original
establecía:

"Artículo 206. Al familiar de un menor de doce años de edad o de un incapacitado de


comprender, o al que por instrucciones de aquél, lo sustraiga de la custodia o guarda de
quien legítimamente la tenga, o bien lo retenga sin la voluntad de éste, se le impondrán de
uno a seis años de prisión y multa hasta de cinco mil pesos.". El precepto legal vigente dice:
"Artículo 206. Al familiar de un menor de doce años de edad o de un incapacitado de
comprender, o al que por instrucciones de aquél lo sustraiga de la custodia o guarda de
quien la tenga de hecho o por derecho, o bien lo retenga sin la voluntad de éste, se le
impondrán de uno a seis años de prisión y multa hasta de cuarenta veces el salario mínimo.".
Como se advierte, el texto actual establece que para que se actualice el delito en mención,
no se requiere que el sujeto pasivo u ofendido deba tener la custodia o guarda del menor
legítimamente y menos que sea necesario un mandamiento judicial, sino basta que esa
custodia o guarda se tenga de hecho o por derecho.”

PRIMER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA PENAL DEL SÉPTIMO CIRCUITO.

Amparo en revisión 81/2001. 22 de marzo de 2001. Unanimidad de votos. Ponente:


Heriberto Sánchez Vargas. Secretario: Isaías N. Oficial Huesca.

Amparo directo 372/2001. 25 de octubre de 2001. Unanimidad de votos. Ponente:


Heriberto Sánchez Vargas. Secretario: José Rivera Hernández.

Amparo en revisión 118/2002. 3 de mayo de 2002. Unanimidad de votos. Ponente:


Heriberto Sánchez Vargas. Secretario: José Rivera Hernández.

Amparo directo 82/2002. 30 de mayo de 2002. Unanimidad de votos. Ponente: Gilberto


González Bozziere. Secretaria: Mercedes Cabrera Pinzón.

Amparo en revisión 337/2002. 31 de octubre de 2002. Unanimidad de votos. Ponente: Sofía


Virgen Avendaño. Secretaria: Claudia Karina Pizarro Quevedo.

Porlo que le aconsejo jurídicamente que se asesore de un abogado que sea experto
en MATERIA PENAL Y AMPARO PENAL EL CUAL PUEDE AUTORIZAR EN TÉRMINOS DE LA
FRACCIÒN IV DEL ARTÍCULO 12 LA LEY GENERAL DE VÍCTIMAS PARA QUE SEA EL
REPRESENTANTE DE SU COADYUVANCIA, ASÍ COMO SU ASESOR JURÍDICO E INTERVENIR A
SU NOMBRE Y REPRESENTACIÓN EN LAS ACTUACIONES DE LA AVERIGUACIÓN PREVIA
CORRESPONDIENTE, para que de esta forma tenga asegurado el éxito de su asunto, y si es
el caso que no cuenta con los recursos económicos para pagar los honorarios de un abogado
particular, LE RECUERDO QUE EL MINISTERIO PÚBLICO DEL CONOCIMIENTO COMO
REPRESENTANTE DE LA SOCIEDAD, ESTÁ OBLIGADO A BRINDARLE ASESORÍA JURÍDICA
GRATUITA EN SU CASO, ADEMÁS DE LOS DEMÁS APOYOS PSICOLÓGICOS, MÉDICOS, ETC;
QUE USTED NECESITE EN SU CASO, esperando que esta información le sea de utilidad, y que
en breve resuelva su asunto favorablemente.

Sin otro particular por el momento, quedo de Usted como su más atento y seguro Servidor,
para cualquier aclaración o información adicional.

ATENTAMENTE

LIC. JORGE ARIEL MORALES FRANCO

Oficina: (0155) 6637-5063

Celular: (044) 55-3253-4941

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