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Herrero de Jáuregui, Miguel

Tradición órfica y cristianismo antiguo


Madrid, Trotta, 2007, 413 pág.
ISBN 978-84-8164-915-4

Por Laura Pérez

a tradición órfica, cuyas raíces cesivamente la investigación: el panor-

L se remontan al siglo VI a.C., no


sólo es una de las religiones más
originales dentro del mundo griego,
fismo y el orfeoescepticismo. Durante
el siglo XIX y las primeras décadas del
XX predominó el panorfismo, según el
sino que también ha despertado gran cual esta religión sería la raíz de nume-
interés por sus similitudes con el cris- rosos elementos ideológicos, morales
tianismo. Su estudio ha suscitado en- y rituales absorbidos por el cristia-
cendidos debates en los dos últimos nismo, e incluso –en las visiones más
siglos. De allí la importancia de este extremas– de algunos de los dogmas
aporte de Herrero de Jáuregui, quien capitales de la teología cristiana. Pero
estudia la naturaleza del orfismo en el esta postura centrada en las similitudes
panorama religioso, literario y filosó- entre los dos fenómenos llevó a una
fico griego y las relaciones que esta- visión distorsionada del orfismo, sobre
blece con este fenómeno la literatura el que se tendió a proyectar las catego-
cristiana de los siglos II-IV. En efecto, rías cristianas. Frente a esa tendencia
la perspectiva de los apologistas cris- se produce, en el segundo tercio del
tianos se toma por primera vez como siglo XX, una reacción escéptica, el
fuente principal para reconstruir la orfeoescepticismo, que llegó a poner
forma y ámbitos de influencia del or- en cuestión la existencia misma del
fismo en época imperial. Esta inves- orfismo, que no sería ninguna reali-
tigación surgió primero como una dad distinta de fenómenos como el
tesis doctoral y se ofrece ahora como pitagorismo, el culto de Dioniso o los
material invalorable para compren- misterios eleusinos (p. 28). Nuevos
der desde una perspectiva original el descubrimientos de la segunda mitad
encuentro entre la cultura griega y la del siglo XX desmintieron las tesis es-
judeo-cristiana. cépticas y volvieron a ubicar al orfis-
En el capítulo I, “Introducción”, el mo en un lugar central del estudio de
autor se posiciona en el campo de los la religión y filosofía griegas. Pero los
estudios sobre el orfismo y su relación nuevos estudiosos, según Herrero, no
con el cristianismo, distanciándose de tienen como preocupación central su
dos posturas por las que ha pasado su- relación histórica con el cristianismo,

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ni intentan establecer una influencia en realidad fruto de la teologización de
directa en uno u otro sentido. las propias nociones consustanciales a
El autor dedica la segunda parte los misterios. Entre estas ideas origi-
del primer capítulo a la delimitación nales se encuentra la visión del alma,
terminológica de los principales con- que está encerrada en el cuerpo como
ceptos con los que trabajará a lo largo castigo por una falta primordial, y está
del libro: cristianismo, paganismo y condenada a sufrir un ciclo de reencar-
orfismo. El término cristianismo sim- naciones y/o tormentos en el Más Allá
plifica en exceso la gran complejidad hasta que no expíe su culpa ancestral
de ideas teológicas que coexistían en y pueda así disfrutar de la vida feliz
época imperial; sin embargo, Herrero sempiterna a la que su naturaleza in-
justifica su uso porque no se ocupará mortal la hace aspirar. Herrero enfatiza
del contenido teológico de la literatura además dos aspectos fundamentales
cristiana, sino de su contenido apolo- no tenidos en cuenta en la concepción
gético y de las estrategias que implica. tradicional del orfismo: por un lado,
Justamente a partir de la apologética que éste no es un sistema coherente
el término paganismo pasa a designar y unificado de ideas, sino que se trata
todo lo que no es cristiano ni judío ni de una amalgama de especulaciones,
hereje, es decir, la religión tradicional con muchos elementos comunes pero
griega y romana y los nuevos cultos no organizadas ni sistematizadas; por
surgidos a partir de época helenística. otro, que no hay un grupo social espe-
Este concepto engloba, por lo tanto, cífico constituido por los ‘órficos’, ya
una realidad compuesta de diversidad que no existe una preocupación por la
de cultos y corrientes. uniformidad ritual e ideológica, ni un
Por último, define el orfismo como sentimiento de comunidad. En efecto,
“la elaboración teológica de los ele- el orfismo se superpone a otros tres
mentos míticos y rituales y de la expe- campos distintos: los pitagóricos, los
riencia misma de los misterios griegos: iniciados en Eleusis y los practicantes
un proceso intelectual que fructifica del culto de Dioniso.
a través de poemas, ritos y creencias En el capítulo II, “Presencia y valor
determinados por esta especulación” del orfismo en época imperial”, Herre-
(p. 29). La transmisión escrita, uno de ro examina las formas de la tradición
los rasgos característicos del orfismo, literaria órfica, teogonías, himnos y
“permite a esa especulación lanzarse a catábasis, y las obras de cada género
innovar con más audacia desde la tra- que se han conservado. Luego, exami-
dición” (p. 30). En este sentido, al con- na los rastros del orfismo en la práctica
trario de la opinión más extendida que ritual y sistematiza para ello una gran
asigna a las novedosas ideas órficas un cantidad de testimonios epigráficos y
supuesto origen externo (no griego), el papirológicos que dan cuenta de prác-
autor demuestra –a través de numero- ticas rituales efectivas teñidas de orfis-
sos ejemplos– que muchas de ellas son mo. Dada la enorme variedad de los

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testimonios y la multiplicidad de los ratura apologética, a la que entiende
cultos, divide cuatro zonas para hacer como “la que presenta el cristianismo
el recuento: Grecia, Roma, Egipto y a un público no cristiano” (p. 113).
Asia Menor. Ello le permite comparar Antes de comenzar el análisis, ubica
el peso del orfismo en cada una de es- la literatura apologética en su entorno
tas regiones y sus características dife- y describe sus relaciones tanto con la
renciales. Además, el análisis de esos apologética judía anterior, como con
documentos revela un resurgimiento la apologética anticristiana. Luego,
claro del orfismo (cuyos rastros ritua- proporciona una breve noticia sobre
les casi desaparecieron en época hele- cada uno de los autores cristianos que
nística) a partir del siglo II. tomará en su estudio. En el examen de
El capítulo III, “Espacios de en- las referencias al orfismo presentes en
cuentro entre orfismo y cristianismo”, textos cristianos sigue el criterio que ya
describe las relaciones y los límites había explicitado en la introducción:
fluidos entre las diversas corrientes “este material no debe utilizarse sin un
coexistentes en el mapa ideológico y previo análisis de las fuentes, la inten-
religioso del Imperio. Muchas de ellas ción y la manipulación del apologista
–platonismo, estoicismo, neopitagoris- que lo transmite, pues la apologética es
mo, entre las filosóficas; literatura teo- todo menos inocente y neutral” (p. 23).
lógica pagana, gnosticismo, judaísmo, Así, Herrero analiza en qué contexto
entre las religiosas– mantienen ideas y con qué objetivo aparecen en estos
parejas a las expresadas en los poemas autores las referencias a la figura de Or-
órficos o elementos rituales y literarios feo, a los misterios, al henoteísmo o a la
similares, y en ocasiones el orfismo se teoría de la reencarnación. Asimismo,
integra con estas tradiciones en un da cuenta de las fuentes más probables
caudal común. Por su parte, el cristia- de cada apologista, y establece las re-
nismo también converge y se solapa laciones intertextuales entre ellos. Al
con estas corrientes, pues tampoco final del capítulo evalúa la fiabilidad de
es un sistema aislado y de contornos los apologistas: si bien éstos se basan
perfectamente definidos. De esta ma- sobre todo en fuentes literarias –no en
nera, surgen entre ambos numerosos los poemas órficos directamente– y a
espacios de contacto. pesar de su manipulación, el cuadro
A partir del capítulo IV, “La tradi- general del orfismo que presentan coin­
ción órfica en la literatura apologética”, cide con la realidad que muestran los
el autor pasa a ocuparse de su centro testimonios paganos.
de interés, por lo que este y los dos si- El siguiente capítulo, “Estrategias
guientes capítulos son mucho más ex- cristianas ante el orfismo”, está muy
tensos que los anteriores. Estudia “el relacionado con el anterior, ya que los
origen y significado de las apariciones contenidos de la tradición órfica apare-
de Orfeo, sus poemas y ritos en fuentes cen en los escritos apologéticos enmar-
cristianas”, específicamente, en la lite- cados en una determinada estrategia.

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Por ejemplo, Clemente de Alejandría, un conjunto unificado de creencias y
que en su Protréptico brinda abundante cultos, del que Orfeo se convierte en el
información sobre el contenido teoló- patrón principal. En esta creación arti-
gico y ritual de los misterios de Orfeo, ficial, el cristianismo adopta elementos
utiliza este material para descalificar externos del paganismo para hacerse
y demostrar la indignidad de los dio- comprender en el sistema cultural grie-
ses griegos, razón por la cual, luego de go; a la vez que afecta al orfismo, sobre
citar los elementos más escandalosos el que proyecta los esquemas cristianos.
e inmorales de las teogonías órficas, Esta estrategia tiene consecuencias im-
engloba todos los misterios como un portantísimas: “las estrategias de selec-
conjunto caracterizado por unos ras- ción, manipulación y presentación de
gos comunes de sexo y violencia. Otros la tradición órfica que practicaron los
autores, en cambio, se apropian de los apologistas cristianos determinaron la
poemas órficos con mayor tendencia percepción del cristianismo hasta el si-
al henoteísmo –que identifican a to- glo XIX y que aún perdura en parte hoy
dos los dioses hasta convertirlos en día” (p. 273).
una única divinidad o dan primacía a Sin embargo, a pesar de las defor-
Zeus– como apoyo a la idea cristiana maciones que puede provocar la pers-
del monoteísmo. Por último, algunos pectiva externa, que aborda al orfismo
contenidos de la tradición órfica son desde un interés cristiano, ésta también
directamente omitidos en los textos puede arrojar nueva luz sobre el fenó-
apologéticos, porque su gran simili- meno, precisamente porque lo enfoca
tud con las ideas teológicas cristianas desde un punto de vista único. Pero
hace imposible criticarlos en el bando para iluminar el orfismo desde esta
opuesto, a la vez que podría propiciar perspectiva hay que realizar una labor
el sincretismo. de comparación con el cristianismo,
Por otro lado, en este capítulo tam- tarea que Herrero emprende en el úl-
bién describe de forma muy clara cómo timo capítulo del libro, “El orfismo a la
las semejanzas y diferencias con el or- luz de los textos cristianos”. Deja para
fismo hicieron de esta teología misté- el final la cuestión de las causas de los
rica el eje sobre el que se construye la paralelos, ya que le interesa la analogía
oposición que sustenta toda la literatu- de ideas más que la genealogía entre
ra apologética: el cristianismo frente al ellas, “que puede inducir a proyectar
paganismo. La metáfora de la conver- nociones posteriores sobre sus supues-
sión a la que exhortan los cristianos tos precedentes” (p. 276). En efecto, a
requiere la delimitación de un punto diferencia de los estudiosos anteriores
de partida y otro de llegada, concebi- que critica, no identifica entre esas
dos como dos entes unitarios, opuestos causas relaciones de influencia direc-
y, en cierto modo, simétricos. Por eso, ta en un sentido o en otro, sino que
los textos apologéticos transmitieron reconoce multiplicidad de factores:
una imagen de la religión griega como semejanzas tipológicas, por incluirse

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las dos en las categorías de religiones relación con el cristianismo antiguo y,
de salvación y de religiones del libro; también, con el actual.
semejanzas debidas a sucesivas oleadas Resulta de gran utilidad el “Apéndi-
de orientalismo que se han integrado ce”, donde se transcriben los fragmen-
de manera diferente en cada una; in- tos más importantes de las obras cris-
fluencias del platonismo vulgarizado; tianas en relación al orfismo, los cuales
y, finalmente, influencias mutuas en resultaban demasiado extensos para
ambas direcciones. citarlos en el cuerpo del texto, y a los
Uno de los aportes más valiosos de que se remite en los momentos opor-
este texto es que actualiza el estudio tunos. Asimismo, es una herramienta
del orfismo, por un lado, a través de importante –y no sólo para este trabajo,
un estado de la cuestión que sintetiza sino también para otros de temática re-
las discusiones al respecto y los prin- lacionada– el “Glosario”, donde aclara,
cipales errores que se han cometido, entre otros, el sentido de términos muy
para tratar de superarlos aplicando una específicos de los cultos mistéricos, casi
nueva perspectiva; y, por otro, median- todos ellos conceptos griegos sin tra-
te la recopilación y sistematización de ducción al español actual.
las fuentes más importantes existentes La discusión bibliográfica es muy
–las fuentes literarias, tanto paganas abundante, incluso demasiado, ya que
como cristianas, y las fuentes directas, en ocasiones dificulta la lectura de al-
epigráficas y papirológicas–, muchas gunos pasajes para los no especialistas.
de las cuales han sido descubiertas en En efecto, si bien el autor afirma en el
las últimas décadas. Además, el aná- prólogo que el libro “pretende ser ac-
lisis exhaustivo de los elementos órfi- cesible no sólo a los filólogos clásicos
cos aludidos por los apologistas, de sus y especialistas, sino a todo el que se
estrategias y manipulaciones ilumina interese por la religión antigua” (p. 11),
muchos aspectos de gran valor en la la gran especificidad de algunas discu-
comprensión del fenómeno y de su siones vigentes en el campo de investi-
gación entorpecen este propósito.

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