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1.

Principio de Integridad: Este principio plantea que todas las


prestaciones que se otorgan deben ser suficientes para dar solución al
problema social respectivo, que deben cubrir en forma plena las
contingencias de que se trate, que sean capaces en los hechos de
solucionar el estado de necesidad que se experimente. Como lo expone
Vásquez Fernández: “La suficiencia de las prestaciones debe ser
genética y funcional, es decir, los beneficios deben nacer suficientes y
mantener ese nivel en el tiempo, característica esta última que algunos
denominan solidez de los beneficios, y que es perfectamente visualizarle
en el caso de las prestaciones en dinero de carácter periódico como las
pensiones”1. De lo ya mencionado, podemos señalar que este principio
hace referencia a la intensidad o al alcance con que deben suministrarse
las prestaciones económicas y asistenciales de la Seguridad Social en
forma oportuna, suficiente y completo; es decir, en tiempo, cantidad y
calidad de servicio.

El ámbito de acciones relativas a este principio debe ampliarse más allá


de las prestaciones y a la mantención de su nivel, debe también
implementar medidas preventivas de los infortunios, y que sean
curativas y rehabilitadoras de las consecuencias de estos. Estas
medidas han de abarcar todos los riesgos sociales que amenazan a las
personas, tanto los que apuntan hacia la salud como al aspecto
económico, social y cultural. A modo de ejemplo, en cuanto a la salud,
esta debe ser cubierta en forma integral, comprendiendo las atenciones
médicas, quirúrgicas, dentales, medicamentos, hospitalización, entre
otras. En el ámbito de los montos de las prestaciones, estas deben ser
tales que permitan a las personas seguir viviendo en condiciones
relativamente similares a las que tenían cuando gozaban de capacidad
laboral, y a la vez, no excesivos para no debilitar la voluntad de volver a
la vida activa si es posible, dependiendo del infortunio. En este sentido,
Paul Durand en su ensayo “La Política Contemporánea de Seguridad
Social” señala que: “Los sistemas de seguridad social fijan el nivel de las
prestaciones dentro de un doble límite: 1º Con el fin de prestar seguridad
real, las prestaciones de seguridad social no deben fijarse a un nivel
demasiado bajo. Su cuantía debe ser suficiente para asegurar una renta
que no sea demasiado inferior al nivel de vida norma (…) 2º Las
prestaciones no deben tener, por otra parte, un nivel demasiado alto, a
fin de no debilitar la voluntad de reemprender el trabajo, particularmente
en las casos de enfermedad o paro (…)” 2. Es por ello, que la prestación
que se otorgue debe cubrir en forma plena y a tiempo, la contingencia de
que se trate: debe responder a las necesidades efectivas del sector al
que van destinadas, con niveles de dignidad, oportunidad y eficacia.
1
VÁSQUEZ FERNÁNDEZ, Magdalena. Prestaciones por accidentes del trabajo y enfermedades
profesionales. Editorial Jurídica de Chile, Santiago, 1980, pág. 36.
2
PAUL DURAND, “La política contemporánea de seguridad social”, Centro de Publicaciones, Ministerio
del Trabajo y Seguridad Social, Madrid, España, 1991, pág. 32
2. Principio de Unidad: Principio rector de la seguridad social, enfatiza la
idea que la organización sistemática, funcional y normativa de un
sistema de pensiones tiene que tener una coherencia única, tanto
interna como externamente. Por ende, el principio de unidad vendría a
ser la articulación de políticas, instituciones, procedimientos y
prestaciones para alcanzar los fines de la seguridad social. Supone la
implantación de un sistema de manera tal, que toda institución estatal,
paraestatal o privada, que actúe en el campo de la previsión social deba
hacerlo bajo una cierta unidad y/o coordinación para evitar duplicidades
e ineficacias en la gestión.3
Orlandini Molina4, establece que la esencia de este principio se advierte
si apreciamos, en primer lugar, la distinta naturaleza de los riesgos
cubiertos por la seguridad social; esto involucra necesariamente un
tratamiento distinto para cada uno de ellos al interior del sistema que se
implemente. Y, en segundo lugar, el hecho que la seguridad social como
sistema social pueda ser definido como “un conjunto integrado por
recursos humanos, económicos, jurídicos, técnicos, organizados para la
satisfacción de estados de necesidad que experimentan ciertas
personas, provocadas por las llamadas contingencias sociales”. Del cual
se colige, que este principio de unidad pretende la existencia de
sistemas de Seguridad Social sin regímenes especiales y
discriminatorios.
Otro punto a abordar respecto a la unidad se ve reflejada en los
planteamiento de la OIT 5, al pregonar constantemente que ante cada
prestación médica o previsional de seguridad social, los sistemas legales
e institucionales de cada país deben respetar ciertos derechos y
garantías de las personas, y para ello, ser consecuente entre los
resguardos constitucionales, como las leyes que la regulan y aplican,
como las que sancionan su incumplimiento, todo debe formar una
unidad. Relacionándose con los demás principios, no puede haber
incoherencias normativas en la seguridad social, habrá y debe haber
diferentes legislaciones especializadas, pero esto no contradice la
unidad, sino que va encaminado a una necesidad de atender cada
necesidad de forma integral, desarrollando un marco unitario a todo el
sistema.

3
http://biblioteca.esucomex.cl/RCA/Principios%20y%20normas%20de%20la%20seguridad.pdf Revisado
el 10 de diciembre de 2019.
4
ORLANDINI MOLINA, Luis. “La Seguridad Social Hacia El Siglo XXI – Sus Principios y Cambios
Institucionales”, Revista de Seguridad Social. C.I.S.S. Nº 200, mayo-junio 1996, pág. 126.
5
Convenio N° 102 sobre la seguridad social en 35° Conferencia de 1952; N° 117 sobre política social y N°
118 sobre igualdad de trato en 46° Conferencia de 1962; N° 128 sobre las prestaciones de invalidez, vejez
y sobrevivientes en 51° Conferencia de 1967; y N° 157 sobre la conservación de derechos en materia de
seguridad social en 68° Conferencia de 1982.
En nuestro derecho existe un marco coherente y organizado entre las
diversas entidades intervinientes en materias de seguridad social, pero
lo importante es establecer que su funcionamiento es coordinado,
armónico y eficiente, en el cumplimiento de la tarea de responder a las
contingencias que afectan a las personas.
3. Principio de Internacionalidad: Principio muy arraigado a las fuentes
de la seguridad social, se refiere a que las instituciones de cada país,
junto con el sistema normativo que acompaña a estas instituciones,
deben adecuarse a un sistema internacional. Esta afirmación tiene
doble función, primero se refiere a que cada país que ha suscrito o
ratificado los convenios internacionales de la OIT, al desarrollar su
sistema de seguridad social debe respetar los principios rectores
impuestos por estos convenios. En segundo lugar, se refiere a la
capacidad que debe tener cada sistema de pensiones para adaptarse a
las necesidades de las personas, al trabajar y cotizar en diversos países,
fuera de su país natal, de forma que no se formen lagunas al momento
de jubilarse.
Asimismo, los convenios y los tratados, bilaterales o multilaterales, que
son promovidos por las políticas de planificación a nivel internacional,
independiente del objetivo por el cual se ha redactado el instrumento,
siempre tratan las cotizaciones de los trabajadores y la forma que deben
hacerse valer y traspasarse entre los países.
Esto viene siendo perseguido por causa del desarrollo de la migración a
nivel mundial, la aceleración de la globalización económica ha generado
más trabajadores migrantes que lo ocurrido en cualquier otro tiempo. El
desempleo y la creciente pobreza han determinado que muchos
trabajadores de los países en desarrollo busquen trabajo en el
extranjero. Los países desarrollados han aumentado su demanda de
trabajadores, especialmente de trabajadores no calificados. Como
consecuencia de ello, son millones los trabajadores y sus familias que
viajan a otros países para encontrar trabajo. Se estima que actualmente
existen en el mundo 200 millones de migrantes, de los que
aproximadamente la mitad son trabajadores, y aproximadamente un
20% de estos se encuentra en situación irregular.6
Ante esta situación de irregularidad mundial, la OIT en el Convenio N° 97
sobre los trabajadores migrantes 7, artículo 6, compromete a todo Estado
miembro que debe tratar a los migrantes como si fueran nacionales en
los temas relativos a la seguridad social. En el Convenio N° 143 8
compromete a los Estados, a determinar sistemáticamente si se
encuentran trabajadores migrante ilegales y fiscalizar las redes de
6
ASEVEDO RIVAS, Víctor y ORTEGA CARQUIN, Vladimir. Los principios de la Seguridad Social en la
reforma previsional y la nueva institucionalidad. Editorial Jurídica de Chile, Santiago, 1980.Pág. 78.
7
32° Conferencia del año 1949
8
60° Conferencia del año 1975
empleos ilegales, mediante la cooperación internacional de las agencias
internas de cada país encargadas de este tema. Por ende, deducimos
que los Estados deben respetar los derechos en curso de adquisición,
esto enfocado en la continuación del seguro social o al cálculo de las
pensiones y prestaciones que le corresponda según sea el caso, para lo
cual los Estados deben desarrollar una institucionalidad que permita
complementar la internacionalidad de las prestaciones de seguridad
social y la integración de los trabajadores migrantes en cada país.

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