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GARCÍA DE ENTERRÍA, EDUARDO, “LA CONSTITUCIÓN COMO NORMA

JURÍDICA”, ESTUDIOS MONOGRÁFICOS. PÁGS. 291-341.

I. RESUMEN

En la concepción tradicional de constitución no se le otorgaba valor normativo –


Kelsen-, pues sólo debía contener principios programáticos, indicaciones que el
legislador acataba al momento de crear normas.

La Constitución surge como un tipo de norma en Occidente a finales del siglo XVIII,
emblemáticamente se señala la Independencia de Estados Unidos de Norteamérica
y la Revolución Francesa, pues ya no se concibe como la norma que define en un
instrumento único la estructura policía superior de un Estado, sino, la que lo hace
desde determinados supuestos y con un determinado contenido. De conformidad
con el artículo 16 de la Declaración Francesa de Derechos del Hombre y del
Ciudadano de 1789 toda sociedad en la cual no esté asegurada la garantía de los
derechos ni determinada la separación de poderes no tiene Constitución. – Este
concepto fue radicalizado por la derecha (los monarcas son los que otorgar cartas
constitucionales, principio monárquico) y por la izquierda (estructura del poder.
Concepción de Lassalle, constituciones de papel)

Deja de ser una norma con un origen y un contenido determinado, invocable ante
los Tribunales, comienza a teorizarse como una mera exigencia lógica de la unidad
del ordenamiento –Kelsen-, pieza lógico-sistemática, concepto formal y abstracto.

A finales del siglo XIX, después de la Constitución de Weimar, la Segunda Guerra


Mundial y sus consecuencias, surge el movimiento constitucional, entiende por
constitución lo que el pueblo decide por sí mismo (pág. 295), es decir, (1) establece
un orden político determinado, definido por su estructura básica y en su función, (2)
en esa estructura ha de participar el pueblo –mayoritariamente- de modo que quien
ejerza el poder sea servidor del pueblo y no su propietario, con funciones limitadas.
Se conceptualiza a la Constitución como instrumento jurídico que expresa el
principio de autodeterminación política comunitaria, carácter originario y no derivado
de la Constitución, así como el principio de limitación del poder. (1) Configura y
ordena los poderes por ella constituidos, (2) establece límites del ejercicio del poder,
(3) establece el ámbito de libertades y derechos fundamentales, (4) establece los
objetivos positivos y prestaciones que el poder debe cumplir en beneficio de la
autoridad, (5) transforma al poder de facto en poder jurídico. (6) NO COMO UNA
NORMA CUALQUIERA, DE CUALQUIER CONTENIDO, SINO COMO
PORTADORA DE UNOS DETERMINADOS VALORES MATERIALES, ES LA
BASE ENTERA DEL ORDENAMIENTO JURÍDICO.

Es una norma jurídica efectiva aplicable en sí y por sí misma porque –


características-: no es sólo una norma, sino que es la primera de las normas del
orden jurídico (supremacía), norma normarum; tiene una pretensión de
permanencia (cláusula de intangibilidad) pues de ella dimanan obligaciones de
inmediato cumplimiento, resistente frente a cualquier norma u orden contraria;
control de la constitución; vincula inmediatamente a la totalidad de los jueces y
Tribunales, sujetos públicos y privados; es de aplicación directa, deroga por sí
misma las Leyes anteriores contrarias a sus regulaciones y se ha convertido en una
regla de aplicación directa y primaria no obstante una ley contraria.

La gran aportación americana es plasmar en una Constitución escrita un parámetro


normativo superior que decide la validez de las Leyes del Parlamento (control
difuso), gobierno de los jueces. La europea es la del legislador negativo, gobierno
de las leyes.

Interpretación conforme. Consecuencia del carácter normativo. La supremacía


constitucional y su carácter central en la construcción y validez del ordenamiento
obligan a interpretarlo en el sentido que resulta de los principios y reglas
constitucionales.

Control convencionalidad. Todas las leyes tienen presunción de constitucionalidad.

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