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Escuela de Estudios de Postgrados

Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales


Universidad de San Carlos de Guatemala

Doctorado en Derecho Constitucional Internacional


Cohorte 2019-2021

Curso/Módulo:
CONTROL COMPARADO DE CONVENCIONALIDAD
Prof.: Dr. MARCELO FERNANDO TRUCCO

Informe final de seminario:


CAUSAS DE RESPONSABILIDAD INTERNACIONAL POR
INCUMPLIMIENTO DE LAS SENTENCIAS DE LA CORTE
INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS

Doctorando:
JORGE FERNANDO PERUSINA MÉRIDA
Guatemala, 2 de abril de 2019
Tabla de contenido
INTRODUCCIÓN .............................................................................................................. 1

1. GENERALIDADES DEL SISTEMA INTERAMERICANO DE DERECHOS HUMANOS.............. 2

1. Comisión Interamericana de Derechos Humanos ................................................................. 3


Competencia de la Comisión ..................................................................................................................... 3

2. Corte Interamericana de Derechos Humanos ....................................................................... 4

2. LA RESPONSABILIDAD INTERNACIONAL FRENTE AL INCUMPLIMIENTO DE


COMPROMISOS INTERNACIONALES ................................................................................ 5

3. SENTENCIAS DE LA CORTE INTERAMERICANA DE DERECHOS DICTADAS EN CONTRA DE


GUATEMALA Y SU ESTADO DE CUMPLIMIENTO .............................................................. 8

4. CAUSAS DE RESPONSABILIDAD INTERNACIONAL POR INCUMPLIMIENTO DE LAS


SENTENCIAS DE LA CORTE INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS ....................... 11

CONCLUSIONES ............................................................................................................ 18

BIBLIOGRAFÍA............................................................................................................... 19

i
INTRODUCCIÓN

En la actualidad existen mecanismos externos como lo son los órganos regionales


(Sistema Interamericano) en los cuales las personas que se consideren afectadas
de violaciones a los derechos humanos encuentran un refugio ante el abuso de
poder indiscriminado y arbitrariedad patente en muchas decisiones del Estado,
ámbitos en los cuales se ha comprometido a cumplirlos y respetarlos, pero que en
la práctica parecieran ser meras declaraciones, al no dotarlos de la eficacia
necesaria.

La presente investigación parte de la idea que, el Estado de Guatemala ha incurrido


en responsabilidad internacional por incumplimiento de las sentencias de la Corte
Interamericana de Derechos Humanos, principalmente por la falta de efectividad y
fuerza ejecutiva de los Derechos Humanos en Guatemala, extremo que se traduce
en inobservancia del derecho internacional, por lo cual se estudiara la labor de la
Corte de Constitucionalidad, como garante de los derechos fundamentales.

Como el lector podrá inferir, de acuerdo con el titulo de la presente investigación el


objetivo de esta, es determinar cuales son las causas por la cuales el Estado de
Guatemala ha incumplido, con lo resuelto por la Corte Interamericana de Derechos
Humanos, en ese sentido y con el objeto de poner en contexto al lector, inicialmente
se abordarán generalidades relacionadas al Sistema Interamericano de Derechos
Humanos. Acto seguido se procederá a estudiar la responsabilidad internacional.
Adicionalmente, el tercer apartado de la presente investigación abordará a manera
de resumen las diferentes sentencias que la Corte Interamericana de Derechos
Humanos ha dictado en contra de Guatemala. Para finalmente, adentrarse en el
tema central de la presente investigación.

1
1. GENERALIDADES DEL SISTEMA INTERAMERICANO DE
DERECHOS HUMANOS

El sistema Interamericano de Derechos Humanos, tiene su inicio con la suscripción


de los estados parte, de la Convención Americana sobre Derechos Humanos en
1967; y el cual tiene como fin de brindar una protección más eficiente e incluyente
a los derechos humanos, que cada Estado debe brindar a sus habitantes.

El Sistema Interamericana, es un sistema regional de promoción y protección de


derechos humanos y está compuesto por dos órganos: la Comisión Interamericana
de Derechos Humanos (“CIDH” o “Comisión”) y la Corte Interamericana de
Derechos Humanos (“Corte IDH”), los cuales monitorean el cumplimiento por parte
de los Estados miembros de la Organización de los Estados Americanos (“OEA”)
con las obligaciones contraídas. (Organizacion de los Estados Americanos, 2012).

El Sistema se define como el procedimiento o juicio internacional a que están


sometidos los Estados parte de la Convención Americana sobre Derechos Humanos
en el caso que se presente en su contra denuncia por violación a los derechos
humanos, con el fin de proteger, resguardar o restituir los derechos de todos los
seres humanos en América (Propuesta de un Sistema para la Ejecución de
Sentencias de la Corte Interamericana de Derechos Humanos en Guatemala,
2011).

En la actualidad, la Convención Americana ha sido ratificada por 25 Estados y entró


en vigor el 18 de julio de 1978, en dicha convención se establece la obligación de
los Estados parte, de respetar derechos y libertades mínimas, así como la obligación
de adoptar disposiciones para garantizar el ejercicio y disfrute de los derechos
civiles y políticos y los derechos económicos sociales y culturales, partiendo del
reconocimiento que hace la Declaración Universal de los Derechos Humanos, sobre
estos derechos.

2
1. Comisión Interamericana de Derechos Humanos

La Comisión es un órgano principal y autónomo de la OEA creado en 1959, cuyo


mandato surgió de la Carta de la OEA. La Comisión está integrada por siete
miembros/as independientes, expertos/as en derechos humanos, que no
representan a ningún país y son elegidos/as por la Asamblea General de la OEA,
con competencia en todos los Estados miembros de la OEA. (Organización de los
Estados Americanos, 2017).

La función principal de la Comisión es la de promover la observancia y la defensa


de los derechos humanos y servir como órgano consultivo de la Organización de
Estados Americanos en esta materia. La Comisión, por un lado, tiene competencias
con dimensiones políticas, entre las cuales destacan la realización de visitas in loco
y la preparación de informes acerca de la situación de los derechos humanos en los
Estados miembros. Por otro lado, realiza funciones con una dimensión cuasi-
judicial. Es dentro de esta competencia que recibe las denuncias de particulares u
organizaciones relativas a violaciones a derechos humanos, examina esas
peticiones y adjudica los casos en el supuesto de que se cumplan los requisitos de
admisibilidad. (Corte Interamericana de Derechos Humanos, 2016).

La Comisión es considerada como un órgano de admisión de denuncias a la Corte


Interamericana de Derechos Humanos, tiene funciones que le permiten recibir y
examinar denuncias de presuntas violaciones de los derechos humanos,
interpuestas por personas o grupos de personas, así como por otros Estados partes
de la convención.

Competencia de la Comisión

En los artículos 44 y 45 de la Convención Americana Sobre Derechos Humanos se


establece que, cualquier persona sea de forma individual o colectiva (ONG), así

3
como otros Estados miembros de la OEA pueden presentar a la Comisión denuncias
o quejas referentes a violaciones a los derechos humanos reconocidos en dicha
Convención.

2. Corte Interamericana de Derechos Humanos

Es una institución judicial autónoma cuyo objetivo es aplicar e interpretar la


Convención Americana. La Corte Interamericana ejerce una función contenciosa,
dentro de la que se encuentra la resolución de casos contenciosos y el mecanismo
de supervisión de sentencias; una función consultiva; y la función de dictar medidas
provisionales (Corte Interamericana de Derechos Humanos, 2016).

La Corte IDH fue constituida en 1979 por la Convención Americana, como un órgano
judicial autónomo de la OEA, la cual tiene su sede en la ciudad de San José, Costa
Rica, se encuentra compuesta por siete jueces electos entre los Estados miembros
de la OEA y un secretario. A la presente fecha la Corte puede conocer denuncias
en contra de 20 Estados, en virtud que estos han reconocido su competencia
contenciosa.

De acuerdo con el artículo 67 de la Convención Americana Sobre Derechos


Humanos, las decisiones de la Corte son definitivas y los Estados Partes, que luego
del proceso establecido sean declarados responsables, se comprometen a
cumplirlas, pudiendo únicamente requerir que el fallo respectivo sea interpretado.
La sentencia de la Corte podrá disponer que el Estado que se hallare responsable
de violar los derechos humanos de un individuo y/o colectividad, repare las
consecuencias de esa violación y si se estimare la indemnización de ésta, de
acuerdo con el artículo 63 de dicha convención.

En el caso de Guatemala, la Convención Americana sobre Derechos Humanos, fue


ratificada el 22 de noviembre de 1969 y con fecha 9 de marzo de 1987 presentó, en

4
la Secretaría General de la OEA, el Acuerdo Gubernativo No. 123-87, de 20 de
febrero de 1987; por medio del cual reconoce la competencia de la Corte
Interamericana de Derechos Humanos, en los siguientes términos:

“ARTÍCULO 1. Declarar que reconoce como obligatoria de pleno derecho y


sin convención especial, la competencia de la Corte Interamericana de
Derechos Humanos, sobre todos los casos relativos a la interpretación o
aplicación de la Convención Americana sobre Derechos Humanos.

ARTÍCULO 2. La aceptación de la competencia de la Corte Interamericana


de Derechos Humanos se hace por plazo indefinido, con carácter general,
bajo condiciones de reciprocidad y con la reserva de que los casos en que
se reconoce la competencia son exclusivamente los acaecidos con
posterioridad a la fecha en que esta declaración sea presentada al Secretario
de la Organización de los Estados Americanos”.

Al haber reconocido la competencia de la Corte IDH el Estado Guatemalteco, ha


aceptado que sean sometidas a dicha Corte, todas aquellas denuncias y/o quejas
de incumplimiento a las obligaciones de proteger y garantizar a sus habitantes sus
derechos y libertades humanas.

2. LA RESPONSABILIDAD INTERNACIONAL FRENTE AL


INCUMPLIMIENTO DE COMPROMISOS INTERNACIONALES

La responsabilidad en el Derecho Internacional (responsability) se relaciona con las


consecuencias de las infracciones (indebidas) cometidas por los Estados y otros
sujetos del derecho internacional. El punto de partida es siempre la violación o la
omisión de un deber de derecho internacional (la violación de lo que se conoce
como norma primaria). (Herdegen, 2005)

5
De acuerdo con el Derecho de los Tratados, codificado en la Convención de Viena
sobre el Derecho de los Tratados, los tratados internacionales suscritos por los
Estados en el pleno ejercicio de su soberanía deben ser cumplidos por estos de
buena fe, principalmente, derivado de la observancia del principio "Pacta sunt
servanda" el cual se encuentra contemplado en el artículo 26 de la referida
convención, regulando a su vez el artículo 27 que, un Estado “no podrá invocar las
disposiciones de su derecho interno como justificación del incumplimiento de un
tratado”. Derivado de las normas anteriormente citadas, pareciera que no debieran
existir razones que lo Estados pudieran invocar para incumplir sus compromisos
internacionales. Sin embargo, en la practica se ha llegado a considerar como el
principal problema del Derecho Internacional Publico la falta de efectividad que
tienen los instrumentos jurídicos internacionales, mismo destino guaran las
resoluciones o sentencias y cualquier acto derivado de los primeras, ante la negativa
infundada de un Estado de cumplir con los compromisos adoptados, o los derivados
de dichos compromisos. A la consecuencia del incumplimiento de los compromisos
internacionales por parte de un Estado es a lo que se le conoce como: “la
responsabilidad internacional del Estado”.

Por su parte la Asamblea General de las Naciones Unidas, ha definido la


Responsabilidad Internacional en el artículo 1 de la resolución AG/56/83, como:
“Todo hecho internacionalmente ilícito del Estado genera su responsabilidad
internacional” y el artículo 2 de la referida resolución, establece que el hecho
internacionalmente ilícito puede consistir en acción u omisión si: “a) Es atribuible al
Estado según el derecho internacional; y b) Constituye una violación de una
obligación internacional del Estado”.

En cuanto al concepto de “Estado”, es necesario acotar que el derecho internacional


publico reconoce como elementos del Estado, entre otros, el territorio, población y
el gobierno; en este orden de ideas la responsabilidad internacional puede ser
derivada de acciones u omisiones, ya sea de la población o del gobierno. Sin

6
embargo, la antes referida resolución, establece en el artículo 4 que se considera
hecho Internacionalmente ilícito el que se haya realizado ejerciendo “(…) funciones
legislativas, ejecutivas, judiciales o de otra índole (…)”.

Ante un hecho internacionalmente ilícito cometido por un Estado, éste debe verse
compelido repararlo, como una consecuencia de la Responsabilidad Internacional,
en ese sentido establece, e Artículo 31 de la resolución AG/56/83 de la Asamblea
General de las Naciones Unidas que: “Reparación 1. El Estado responsable está
obligado a reparar íntegramente el perjuicio causado por el hecho
internacionalmente ilícito. 2. El perjuicio comprende todo daño, tanto material como
moral, causado por el hecho internacionalmente ilícito del Estado”.

En cuanto a las obligaciones derivadas de la violación de un compromiso


internacional, el Tribunal Permanente de Justicia Internacional (órgano que precedió
a la Corte Internacional de Justicia), conoció el asunto nominado como “La Fabrica
de Chorzow” (Reclamación por Indemnización de Alemania en contra de Polonia,
del 13 de septiembre 1928) en el cual dicho tribunal establece la obligación de
reparar como un principio del derecho internacional, debiendo entender que, una
vez haya sido declarada la responsabilidad internacional el Estado se encuentra
obligado a reparar los daños y/o perjuicios que pudo haber ocasionado, debiendo
restituir la situación, que provoco la declaración de responsabilidad, al estado en el
que debieran encontrarse si no se hubiesen suscitados los hechos contrarios al
derecho internacional, o en palabras del Tribunal Permanente de Justicia
Internacional “…la reparación debe, en la medida de lo posible, anular todas las
consecuencias del acto ilegal y restablecer la situación que debió haber existido con
toda probabilidad, si el acto no se hubiere cometido”, a esto se le conoce como el
“Estándar Chorzow”.

La responsabilidad internacional admite determinadas causales de justificación la


doctrina del derecho internacional publico derivado de lo que la International Law

7
Commission -establecida por mandado de la Asamblea General de las Naciones
Unidas-, he llegado a reconocer en el documento “Materials on the Responsibility of
States for Internationally Wrongful Acts” , como causales de justificación, se tiene
entre otras, las siguientes:

a) El consentimiento;
b) La auto defensa o defensa propia;
c) La fuerza mayor y estado de necesidad; y
d) Las represalias;

3. SENTENCIAS DE LA CORTE INTERAMERICANA DE


DERECHOS DICTADAS EN CONTRA DE GUATEMALA Y SU
ESTADO DE CUMPLIMIENTO

De acuerdo con la información disponible en la pagina web de la Corte


Interamericana de Derechos Humanos, dicha Corte ha dictado las siguientes
sentencias en contra del Estado de Guatemala:

1. Caso Villaseñor Velarde y otros Vs. Guatemala. Sentencia de 5 de febrero


de 2019.
2. Caso Cuscul Pivaral y otros Vs. Guatemala. Sentencia de 23 de agosto de
2018.
3. Caso Coc Max y otros (Masacre de Xamán) Vs. Guatemala. Sentencia de 22
de agosto de 2018.
4. Caso Ramírez Escobar y otros Vs. Guatemala. Sentencia de 9 de marzo de
2018.
5. Caso Gutiérrez Hernández y otros Vs. Guatemala. Sentencia de 24 de agosto
de 2017.
6. Caso Miembros de la Aldea Chichupac y comunidades vecinas del Municipio
de Rabinal Vs. Guatemala. Sentencia de 30 de noviembre de 2016.

8
7. Caso Chinchilla Sandoval y otros Vs. Guatemala. Sentencia de 29 de febrero
de 2016.
8. Caso Maldonado Ordóñez Vs. Guatemala. Sentencia de 3 de mayo de 2016.
9. Caso Velásquez Paiz y otros Vs. Guatemala. Sentencia de 19 de noviembre
de 2015.
10. Caso Defensor de Derechos Humanos y otros Vs. Guatemala. Sentencia de
28 de agosto de 2014.
11. Caso Véliz Franco y otros Vs. Guatemala. Sentencia de 19 de mayo de 2014.
12. Caso Gudiel Álvarez y otros ("Diario Militar") Vs. Guatemala. Sentencia de 20
noviembre de 2012.
13. Caso Masacres de Río Negro Vs. Guatemala. Sentencia de 4 de septiembre
de 2012.
14. Caso Chitay Nech y otros Vs. Guatemala. Sentencia de 25 de mayo de 2010.
15. Caso de la Masacre de Las Dos Erres Vs. Guatemala. Sentencia de 24 de
noviembre de 2009.
16. Caso Tiu Tojín Vs. Guatemala. Sentencia de 26 de noviembre de 2008.
17. Caso Raxcacó Reyes Vs. Guatemala. Sentencia de 15 de septiembre de
2005.
18. Caso Fermín Ramírez Vs. Guatemala. Sentencia de 20 de junio de 2005.

En el año 2017 el presente autor, como parte de la tesis de postgrado para obtener
el titulo de Maestría en Derecho Internacional, solicitó a la a Comisión Presidencial
Coordinadora de la Política del Ejecutivo en materia de Derechos Humanos -
COPREDEH-, información sobre las Sentencias que la Corte Interamericana de
Derechos Humanos ha dictado contra el Estado de Guatemala que se han cumplido
a cabalidad, habiendo respondido dicha Comisión que: “Ninguna de las sentencias
emitidas por la Honorable Corte IDH se encuentra cumplida en su totalidad”.

Lo anterior ha provocado en mas de una vez, que la Corte IDH en 85 ocasiones la


haya practicado “Supervisiones de Cumplimiento de Sentencias” facultad contenida

9
en el artículo 69 del Reglamento de la Corte Interamericana de Derechos Humanos
aprobado por la Corte en su LXXXV Período Ordinario de Sesiones celebrado del
16 al 28 de noviembre de 2009, el cual establece que:

1. La supervisión de las sentencias y de más decisiones de la Corte se


realizará mediante la presentación de informes estatales y de las
correspondientes observaciones a dichos informes por parte de las víctimas
o sus representantes. La Comisión deberá presentar observaciones al
informe del Estado y a las observaciones de las víctimas o sus
representantes.
2. La Corte podrá requerir a otras fuentes de información datos relevantes
sobre el caso, que permitan apreciar el cumplimiento. Para los mismos
efectos también podrá requerir los peritajes e informes que crea oportunos.
3. Cuando lo considere pertinente, el Tribunal podrá convocar al Estado y a
los representantes de las víctimas a una audiencia para supervisar el
cumplimiento de sus decisiones, y en ésta escuchará el parecer de la
Comisión.
4. Cuando el Tribunal cuente con la información pertinente, determinará el
estado del cumplimiento de lo resuelto y emitirá las resoluciones que estime
pertinentes.
5. Estas disposiciones se aplican también para casos no sometidos por la
Comisión.

Dicha función se deriva de lo que para el efecto establece el Artículo 33 de la


Convención Americana el cual establece que: “Son competentes para conocer de
los asuntos relacionados con el cumplimiento de los compromisos contraídos por
los Estados Partes en esta Convención: a) La Comisión Interamericana de
Derechos Humanos, llamada en adelante la Comisión, y b) La Corte Interamericana
de Derechos Humanos, llamada en adelante la Corte”.

10
Que de el 100% de sentencias dictadas en contra del Estado de Guatemala no se
haya cumplido ninguna es un hecho deplorable, aun mas considerado que la
Constitución Política de la Republica de Guatemala establece en el artículo 1 que:
“El Estado de Guatemala se organiza para proteger a la persona y a la familia; su
fin supremo es la realización del bien común” y en ese sentido establece el artículo
46 que la: “Preeminencia del Derecho Internacional. Se establece el principio
general de que en materia de derechos humanos, los tratados y convenciones
aceptados y ratificados por Guatemala, tienen preeminencia sobre el derecho
interno”. Sin embargo, de lo anteriores citados artículos, la misma constitución en
otros artículos pareciera desdecirse sobre tal preminencia, extremo que será
analizado en el titulo final de la presente investigación.

4. CAUSAS DE RESPONSABILIDAD INTERNACIONAL POR


INCUMPLIMIENTO DE LAS SENTENCIAS DE LA CORTE
INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS

Como el lector podrá inferir, de acuerdo al titulo de la presente investigación el


objetivo de la misma, es determinar cuales son las causas por la cuales el Estado
de Guatemala ha incumplido, con lo resuelto por la Corte IDH, sin embargo es
importante aclarar que, cumplir con dicho objetivo requeriría un análisis extensivo y
meticuloso que llevaría al presente autor, asumo, a explorar tanto causas jurídicas,
sociales y culturales, extremo que no es posible cumplir en una investigación de
esta tipo ni con el tiempo que se dispone para la misma, dicho esto el presente
apartado versara sobre estudiar, la que de manera particular el autor considera es
la principal causa que hace incumplir al Estado de Guatemala con las sentencias de
la Corte IDH, pudiendo resumirse esta como la inobservancia del derecho
internacional de los derechos humanos; conclusión, que como ya se indico
anteriormente, no deviene de un análisis exhaustivo de las que pudieran
considerarse otras causas del incumplimiento de sentencias.

11
A manera de introducción del presente apartado es importante indicar que el Estado
de Guatemala suscribió el 23 de mayo de 1969 la Convención de Viena sobre el
Derecho de los Tratados la cual fue ratificada por Guatemala el 14 de mayo de 1997,
con reservas a los artículos 11,12, 25, 27 y 66.

En el Instrumento de ratificación, se estipuló lo siguiente:

• Guatemala no acepta ninguna disposición de la Convención que pueda


perjudicar sus derechos y reclamación sobre el territorio de Belice y que
aplicará la disposición contenida en el artículo 38 de la misma sólo en los casos
que considere que lo hace en interés nacional.
• Se reserva en cuanto a no aplicar los artículos 25 y 66 de la Convención por
ser ambos incompatibles con las disposiciones de la Constitución Política en
Vigor.
• Se hace la reserva al Artículo 27 de la Convención, en el sentido de que el
mismo se entiende referido a las disposiciones de la legislación secundaria de
Guatemala y no a la de su Constitución Política, porque ésta prevalece
• Se reserva en cuanto a la no aplicación de los artículos 11 y 12 de la
Convención en virtud de que, “El consentimiento de Guatemala para obligarse
por un tratado se encuentra sujeto al cumplimiento de los requisitos y
procedimientos establecidos en su Constitución Política. Para Guatemala, la
firma o rubrica de un tratado por parte de su representante, deberá entenderse
que es siempre ad-referéndum, sujetos en uno u otro caso a confirmación por
parte de su Gobierno”.

Es importante aclarar que, al momento de realizar las referidas reservas, se


encontraba vigente la Constitución de la República de Guatemala, decretada por la
Asamblea Constituyente el 15 de septiembre de 1965, en ese sentido tiempo
después de haber entrado en vigor la Constitución actual, el Estado de Guatemala

12
retiró las reservas formuladas a los artículos 11 y 12 mediante el Acuerdo
Gubernativo 64-2007, el 28 de febrero de 2007.

De la lectura de la reserva hecha por el Estado de Guatemala, a la forma en que


debe interpretarse el artículo 27 de la Convención de Viena sobre el Derecho de los
Tratados es evidente que, el Estado Guatemalteco se resiste a cumplir con sus
obligaciones internacionales, al limitar la posibilidad de cumplir con el espíritu de la
propia norma (artículo 27), ya que siempre y cuando un tratado contrarié la
constitución ésta prevalecerá, aun cuando dicho extremo imposibilite la aplicación
del tratado y aun mas importante impida cumplirlo de buena fe.

La actual Constitución Política de la Republica pareciere conteste con el criterio


anteriormente expuesto, al establecer en el articulo 204 que:

“Los tribunales de justicia en toda resolución o sentencia observarán


obligadamente el principio de que la Constitución de la República prevalece
sobre cualquier ley o tratado”.

En ese sentido la Corte de Constitucionalidad en la sentencia dictada dentro del


expediente 639-95 del 11 de diciembre de 1996 ha sentado su posición señalando
que:
“en la cúspide del ordenamiento jurídico está la Constitución y ésta, como ley
suprema, es vinculante para gobernantes y gobernados a efecto de lograr la
consolidación del Estado Constitucional de Derecho. Esa superlegalidad se
reconoce, con absoluta precisión, en tres artículos de la Ley Fundamental: el
44 que dispone que serán nulas ipso jure las leyes y disposiciones
gubernativas o de cualquier otro orden que disminuyan, restrinjan o
tergiversen los derechos que la Constitución garantiza; el 175 que afirma que
ninguna ley podrá contrariar sus disposiciones y que las que violen o
tergiversen sus mandatos serán nulas ipso jure; y el 204 que establece que

13
los tribunales de justicia en toda resolución o sentencia observarán
obligadamente el principio de que la Constitución prevalece sobre cualquier
ley o tratado...”.

Lo anterior refuerza la posición inicial del presente autor, de que una de las causas
de responsabilidad internacional por incumplimiento de las sentencias de la Corte
IDH es la inobservancia del derecho internacional de los derechos humanos. En ese
sentido se puede mencionar otra sentencia de la Corte de Constitucionalidad que
viene a consolidar la posición del Estado Guatemalteco y esta se da análisis, del
antes citado articulo 46 en el cual dicha Corte señala que:

“en materia de derechos humanos, los tratados y convenciones aceptados y


ratificados por Guatemala, tienen preeminencia sobre el derecho interno”, al
respecto la Corte ha establecido que: “parte del principio hermenéutico de
que la Constitución debe interpretarse como un conjunto armónico, en el
significado de que cada parte debe determinarse en forma acorde con las
restantes, que ninguna disposición debe ser considerada aisladamente y que
debe preferirse la conclusión que armonice y no la que coloque en pugna a
las distintas cláusulas del texto. En primer término, el hecho de que la
Constitución haya establecido esa supremacía sobre el Derecho interno debe
entenderse como su reconocimiento a la evolución que en materia de
derechos humanos se ha dado y tiene que ir dando, pero su jerarquización
es la de ingresar al ordenamiento jurídico con carácter de norma
constitucional que concuerde con su conjunto, pero nunca con potestad
reformadora y menos derogatoria de sus preceptos por la eventualidad de
entrar en contradicción con normas de la propia Constitución, y este ingreso
se daría no por vía de su artículo 46, sino -en consonancia con el artículo 2.
de la Convención- por la del primer párrafo del 44 constitucional...’ El artículo
46 jerarquiza tales derechos humanos con rango superior a la legislación
ordinaria o derivada, pero no puede reconocérsele ninguna superioridad

14
sobre la Constitución, porque si tales derechos, en el caso de serlo, guardan
armonía con la misma, entonces su ingreso al sistema normativo no tiene
problema, pero si entraren en contradicción con la Carta Magna, su efecto
sería modificador o derogatorio, lo cual provocaría conflicto con las cláusulas
de la misma que garantizan su rigidez y superioridad y con la disposición que
únicamente el poder constituyente o el refrendo popular, según sea el caso,
tienen facultad reformadora de la Constitución”.

Los fallos de la Corte de Constitucionalidad parecieran estar basados en la teoría


antigua, en la cual se consideraba que la jerarquía de los tratados internacionales
devenía de la forma en la que estos entran al ordenamiento jurídico. En dicha teoría,
por mucho tiempo, se considero derivado que los tratados internacionales eran
ratificados por medio de un decreto del congreso, estos tenían la misma jerarquía
que una ley, teoría de la cual, la misma Corte de Constitucionalidad se ha apartado
al considerar en la sentencia del 5 de febrero de 1997 dictada dentro del expediente
No. 11-96, que:

“el decreto del Congreso en virtud del cual se ratifica un tratado sólo es el
medio por el cual el Estado incorpora a su ordenamiento jurídico su
contenido. Este decreto no forma parte del tratado, ni éste de aquel; en el
fondo siguen siendo dos cuerpos normativos distintos y la reforma de uno no
necesariamente supone la reforma del otro”.

Es importante, en este momento, aclarar al lector que, la Corte de


Constitucionalidad se renueva cada 5 años, por lo cual sus criterios tienden a variar
con la integración de nuevos magistrados, por lo cual no debiera parecer extraño
que cada cierto tiempo se aparten de la jurisprudencia y criterios ya establecidos,
tal como se puede apreciar a continuación, cuando en la sentencia del 17 de julio
de 2012, dictada dentro del expediente 1822-2011 la Corte establece que:

15
“… por ello que por vía de los artículos 44 y 46 citados, se incorpora la figura
del Bloque de Constitucionalidad como un conjunto de normas
internacionales referidas a derechos inherentes a la persona, incluyendo
todas aquellas libertades y facultades que aunque no figuren en su texto
formal, respondan directamente al concepto de dignidad de la persona, pues
el derecho, por ser dinámico, tiene reglas y principios que están
evolucionando y cuya integración con esta figura permite su interpretación
como derechos propios del ser humano. El alcance del Bloque de
Constitucionalidad es de carácter eminentemente procesal, es decir, que
determina que los instrumentos internacionales en materia de derechos
humanos que componen aquel son también parámetro para ejercer el control
constitucional del derecho interno. Así, a juicio de esta Corte, el artículo 46
constitucional denota la inclusión de los tratados en el Bloque de
Constitucionalidad, cuyo respeto se impone al resto del ordenamiento
jurídico, exigiendo la adaptación de las normas de inferior categoría a los
mandatos contenidos en aquellos instrumentos. El contenido del Bloque de
Constitucionalidad está perfilado por la Constitución, y esta Corte, como
máximo intérprete de la norma suprema, cuyas decisiones son vinculantes a
los poderes públicos, es la competente para determinar, en cada caso, qué
instrumentos se encuentran contenidos en aquel. En orden a la materia de
estudio, se determina que los instrumentos internacionales en materia de
derechos humanos aplicables son la Convención contra la Tortura y Otros
Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes, y la Convención
Interamericana para Prevenir y Sancionar la Tortura. Esa inclusión se realiza
por remisión del artículo 46 y, consecuentemente, por el carácter de ius
cogens que tienen las normas de estos instrumentos que, como tal, asumen
categoría de compromisos internacionales adquiridos por el Estado. (art. 149
constitucional). Lo que involucra, en el caso concreto, verificar el
cumplimiento de los compromisos adquiridos en normas internacionales en

16
materia de Derechos Humanos, para evidenciar si existe una comisión
legislativa parcial en la creación de la figura tipo de ‘tortura’…”.

A juicio del presente autor, aunque novedosa para el ámbito guatemalteco, la Corte
de Constitucionalidad, nuevamente se mantiene en la posición de desconocer la
supremacía que ostentan los convenios internacionales en materia de derechos
humanos, fundamentándose en la teoría del “Bloque de Constitucionalidad” que, a
pesar de ser un avance, no se adapta a la posición internacionalmente aceptada de
que, el Derecho Internacional de los Derechos Humanos prevalece sobre el derecho
interno incluida la constitución.

Es así como, el presente autor puede afirmar que, mientras el Estado de Guatemala
no reconozca la preminencia que el derecho internacional de los derechos humanos
ostenta (superior a la Constitución), difícilmente podrán constreñirse a los
organismos del Estado a cumplir las sentencias de la Corte IDH, organismos que
parecieran aferrarse al hacer prevalecer la constitución sobre el derecho
internacional, aun en contra del beneficio personal de sus habitantes.

17
CONCLUSIONES

1. El Estado guatemalteco al haber suscrito la Convención Americana sobre


Derechos Humanos (Pacto de San José de Costa Rica), se obligó a respetar
derechos y libertades mínimas, así como a adoptar disposiciones para
garantizar el ejercicio y disfrute de los derechos civiles y políticos y los
derechos económicos sociales y culturales.

2. Los tratados internacionales suscritos por los Estados en el pleno ejercicio


de su soberanía deben ser cumplidos por estos de buena fe.

3. A la consecuencia del incumplimiento de los compromisos internacionales


por parte de un Estado se le conoce como: “la responsabilidad internacional
del Estado”.

4. Ninguna de las sentencias emitidas por la Corte IDH en contra del Estado de
Guatemala se encuentra cumplida en su totalidad.

5. La Constitución Guatemalteca dota de jerarquía supra legal a los convenios


en materia de derechos humanos, encontrándose estos en un rango superior
a las leyes, pero no superiores a ésta.

6. Mientras el Estado de Guatemala no reconozca la preminencia del derecho


internacional de los derechos humanos, como superiores a la Constitución,
difícilmente podrán ser cumplidas las sentencias de la Corte IDH.

18
BIBLIOGRAFÍA

Organizacion de los Estados Americanos. (2012). Sistema de Peticion y Casos. En


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