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Nombre: Sergi Santos Secanell

Introducción
En la siguiente actividad analizaremos dos obras escultóricas románicas presentes en los
machones del claustro del Monasterio de Santo Domingo de Silos (Burgos). La
imagen que se encuentra a nuestra izquierda trata de la obra “La duda de Santo
Tomás” -realizada el año 1100 y situada en el ángulo noroeste del claustro- y la obra de
nuestra derecha, denominada “Anunciación-coronación de la Virgen” –que se
encuentra en el ángulo suroeste y está datada en los años 1175-1200. En ella podemos
presenciar una clara evolución en la escultura románica hacia el gótico inicial. A
continuación trataremos estas dos obras y la evolución de la escultura románica en los
períodos inicial y pleno hacia el tardorrómanico.

La duda de Santo Tomás


Nos encontramos ante una obra escultórica realizada en el románico pleno por el primer
Maestro de Silos.

Con relieve hecho en piedra, tiene una temática predominantemente religiosa, con
sentido simbólico, algo característico en todo el arte románico, teniendo las esculturas
una función más didáctica (en este caso, para los monjes), que decorativa.

En ella se nos representa el momento en que el apóstol Tomás, rodeado del resto de
apóstoles, retira con su mano izquierda el manto de Cristo, mientras que con el índice de
la mano derecha toca la herida del costado de Cristo para salir de dudas sobre su
resurrección.
La escena está enmarcada por un conjunto de elementos arquitectónicos: columnas,
capiteles y arcos, del cual se elevan dos almenas (elemento arquitectónico militar típico
medieval). En las enjutas observamos un hombre haciendo sonar un cuerno en señal de
exultación y una mujer tocando la pandereta celebrando la resurrección en la supuesta
Jerusalén celeste. Esta iconografía representando la resurrección, salvación y
Jerusalén celeste será algo usual en el arte románico.

Las figuras están hechas en bajo relieve, con las extremidades representadas de forma
esquemática y geométrica, encontrándose dentro del marco arquitectónico y
adaptándose al marco, sin sobresalir del arco de medio punto, algo característico en
el arte románico. Encontramos tres planos de profundidad representados claramente en
el volumen de las figuras de los apóstoles, generando una mayor profundidad en el arco
de medio punto, lo que nos permitirá ver detalles de los rostros, manos, pies y ropajes
de los apóstoles superpuestos esculpidos en la segunda y tercera fila.

Respecto a las tres filas de apóstoles, rige el principio de isocefalia con las cabezas de
los apóstoles lineales en primera y segunda fila, con rostros inexpresivos y casi
idénticos, sin ninguna comunicación entre personajes y con posturas hieráticas,
siendo todas estas características comunes en el arte románico, pero especialmente en el
románico inicial y pleno, aunque en este caso podremos diferenciar las figuras por las
epigrafías en los nimbos de los apóstoles, un nimbo que también contiene la figura de
Cristo pero, en su caso, crucífero.

A destacar los apóstoles de la tercera fila, los cuales se adaptan al marco ladeando las
cabezas hacia la escena principal, teniendo los apóstoles un protagonismo secundario en
la escultura, excepto Juan. Esto lo podemos comprobar en su disposición en el ángulo
inferior izquierdo (al lado de Cristo y Tomás) y sobre todo en las pupilas de sus ojos,
que son las únicas perfiladas claramente, al igual que las de Cristo y Tomás, siendo este
último el único de los apóstoles que necesitó ver para creer.

Finalmente, destacar la perspectiva jerárquica representada en un mayor tamaño en la


figura de Jesús, otro rasgo característico en todas las épocas del arte románico, y
coincidente con la escultura dedicada a la “Anunciación-coronación de la Virgen” que
trataremos a continuación.

Anunciación-coronación de la Virgen
En este punto analizaremos una escultura realizada en el tardorrománico por el segundo
Maestro de Silos. Esta escultura nos muestra un estilo sustancialmente distinto al de
“La duda de Santo Tomás”, ya que supone una evolución hacia el naturalismo del
Pórtico de la Gloria de la Catedral de Santiago y, finalmente, hacia el primer gótico,
dejando el carácter antinaturalista del románico inicial y pleno.

Aunque se trata de una escultura con características diferentes a las del románico pleno,
el escultor sigue representando la escena en el marco habitual de columna-capitel-arco
de medio punto y torreado, donde una arquería está sustentada por columnillas en las
que se enroscan paños con un arco velado con cortinaje enmarcando la escena.
Se nos representa una duplicidad de temas, donde dos ángeles coronan la Virgen, justo
en el momento en el que el arcángel Gabriel, postrado ante ella, le anuncia que
concebirá a Dios hecho hombre. En ella, ya podemos comprobar significativas
diferencias respecto a las anteriores esculturas románicas como: la naturalidad de los
pliegues, el volumen de las figuras en altorrelieve con sus formas redondeadas o la
mayor expresividad, patente en detalles como la sonrisa del ángel (gesto pregótico).

Por lo tanto, se deja a parte el hieratismo y la inexpresividad, ganando la escultura


realismo y mayor libertad de movimiento respecto al marco arquitectónico. Esto último
puede contrastarse en la posición de los ángeles respecto al arco de medio punto, en
contrapartida a la escultura de “Santo Tomás”, donde los apóstoles se encuentran
ladeados adaptándose al arco.

Las figuras resultan mejor estilizadas y sus gestos más cuidados, por ejemplo, en la
mano izquierda de la Virgen al recoger su manto, en la sonrisa del ángel, así como sus
ojos o labios. También a destacar el ropaje: con mayor exuberancia y con los pliegues
en las vestiduras mejor ejecutadas, recordando al Maiestas Domini y Tetramorfo de la
iglesia de Santiago en Palencia realizado por Carrión de los Condes.

A pesar de las diferencias que hemos podido analizar, se siguen manteniendo


características presentes en el románico pleno, como la ornamentación, representada en
los capiteles, arco, fustes, cimacios, etc., la adaptación al marco arquitectónico o la
perspectiva jerárquica donde la Virgen en sus dimensiones es mayor que los ángeles.

Evolución escultórica en el románico y conclusiones


Una vez analizadas las diferencias sustanciales entre dos esculturas del románico pleno
y tardorrománico -las dos presentes en el mismo claustro-, debemos explicar los
fundamentos que nos han hecho referirnos mayoritariamente al románico pleno y
tardorrománico.

Cabe destacar que el románico inicial tiene su mayor influencia en el ámbito


arquitectónico, con escasa aportación escultórica (principalmente, monumental) y,
algunas existentes, como los dinteles de la portada de Sant Genís les Fonts y San
Andrés de Sureda, han sido consideradas prerrománicas, ya que aunque se adaptan al
marco arquitectónico (en este caso, figuras en relieve en espacios definidos por
columnas y arcos) no se amoldan a un marco arquitectónico real.

Por lo tanto, la relevancia en el románico inicial respecto a la escultura queda delimitada


a características comunes en relación con el románico pleno y tardorrománico, como la
adaptación al marco (discutida por Isidro Bango), la ornamentación mediante capiteles,
columnillas y arcos, o la función didáctica de las mismas. Esto me ha hecho centrar la
tarea explicativa de las esculturas en el desarrollo y análisis de las múltiples y
sustanciales diferencias entre el románico pleno y el tardorrománico que hemos
detallado, como: naturalismo y antinaturalismo, expresividad, hieratismo, estilización y
forma de las figuras, diferencias en las vestiduras y pliegues, altorrelieve o bajorrelieve.
BIBLIOGRAFÍA

Apuntes Unidad 5 “Arte Románico”. Carlos Polanco Melero.

WEBGRAFÍA

http://www.arquivoltas.com/15-Burgos/02-Silos06.htm

http://artemagistral.blogspot.com/2015/09/relieves-del-claustro-de-santo-domingo.html

AUDIOVISUAL

https://www.youtube.com/watch?v=xhqvjqm-kcs

(En el minuto 1:35 se puede ver la escultura de Santo Tomás con las proporciones
adaptadas al marco arquitectónico).

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