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A3: Colombia entre globalización o proteccionismo

En el presente texto se analizará el fenómeno de la globalización, así como los efectos que este trae
para países como Colombia. Posteriormente se explicarán los factores que hacen que dicho
fenómeno tenga consecuencias perjudiciales sobre el país y que se debería cambiar para que la
globalización empiece a tener efectos positivos sobre Colombia. Finalmente, a modo de conclusión,
se establecerán los diferentes cambios que se deberían generar en Colombia para lograr un
desarrollo económico y social y si este va o no de la mano con la globalización.

La globalización es un fenómeno de integración mundial en diferentes ámbitos como el político,


social, económico, cultural, y tecnológico. Esta integración ha eliminado fronteras o barreras
nacionales y geopolíticas a nivel global creando una especie de comunidad y sociedad mundial, las
personas además de ser ciudadanas de su ciudad o país son también ciudadanos globales. La
globalización trae consigo no solo un nivel más alto de integración sino también de
interdependencia entre los diferentes países, principalmente por la disminución de barreras
comerciales y financieras (COE, 2017).

Por un lado, la globalización permite la circulación de bienes y productos importados, ayuda a


disminuir la inflación, potencia el aumento de inversiones extranjeras, fomenta las buenas
relaciones entre países que traen consigo intercambios culturales y es un escenario ideal para el
desarrollo tecnológico. Además, la globalización crea una “conciencia planetaria de justicia social”
como explica Carlos Caballero en su Análisis de problemas colombianos. Caballero muestra cómo,
gracias a la globalización, los problemas, principalmente sociales, de un país o continente pasan a
ser problemas de todo el planeta, responsabilizando a los demás países a ayudar y generan
indignación general. Este es un factor positivo de la globalización ya que permite poner los
derechos humanos, políticos y sociales de cada persona por encima de las barreras geopolíticas que
existen y fomentar la mejora y garantía de estos. La globalización actualmente tiene consecuencias
en la mayoría de los aspectos de la vida de las personas sobre todo en los ámbitos sociales,
económicos y políticos.

Por otro lado, se ha criticado gravemente la globalización y se le ha tildado de deficiente ya que


permite que la riqueza se concentre en la mayoría de los países desarrollados, y esto promueve la
brecha entre ricos y pobres. La globalización en el ámbito económico se funda en el libre comercio
y prevé el aumento de calidad de vida de las personas, sin embargo, en los últimos años se ha visto
que la brecha de desigualdad entre ricos y pobres es cada vez mayor. Dicha brecha genera
desigualdad social que a su vez genera limitaciones para el uso y acceso de diferentes recursos
como la educación, la tecnología, la salud, entre otros. Se dice que la globalización es mala para los
países con economías con altos componentes agrícolas ya que se le termina pagando menos dinero a
los agricultores por sus productos y se crean condiciones e incentivos que promueven el trabajo
“abusivo” (COE, 2017) ya que los países desarrollados empiezan a abrir industrias en los países en
vía de desarrollo donde la mano de obra es más económica. Además de estos factores, se
argumenta que, al romper las barreras nacionales y geopolíticas totalmente, se generará una pérdida
de identidad cultural y tradicional de las naciones, creando una cultura global que está dominada y
guiada por la influencia de las grandes potencias sobre los demás países del planeta.

Colombia, al igual que la mayoría de los países latinoamericanos, tuvo un gran crecimiento
económico y se insertó en la economía global gracias a las exportaciones. Las exportaciones de
productos primarios en Colombia fueron un factor decisivo para el desarrollo económico del país y
logró posicionarse por ejemplo como uno de los grandes exportadores de café. Teniendo, en gran
parte de su historia, un crecimiento guiado por las exportaciones no es sensato pensar que Colombia
debería cerrar sus puertas y volver al proteccionismo. Es cierto los aranceles que se generan al
importar producen un gran ingreso para el país y que este monto se vería perjudicado con la
globalización, sin embargo, se deben tener en cuenta aspectos y factores que van más allá del
balance económico para poder establecer si se debería participar o no en la globalización y si esta
benéfica o no para el país. La globalización es un fenómeno que afecta a todo el planeta y es
necesario saber cómo y estar preparado para recibir dicho fenómeno, que es casi imposible de
evitar. Para poder entender esto es necesario distinguir entre globalización política, comercial y
económica, como nos muestra Caballero en su escrito. En primer lugar, la globalización política,
manejada de manera correcta trae consigo efectos benéficos como explica Caballero “la
globalización política ha impedido que los países perpetúen sistemas políticos que funcionan mal”
(Caballero, 2010). Como nos explica el autor, este tipo de globalización impide que los temas
sociales y políticos sigan siendo ignorados y le da responsabilidad a la sociedad como un todo (no
solo el Gobierno) de que actúen de manera contundente frente a estas problemáticas. Viendo los
efectos que dicha globalización tiene se podría afirmar que es necesario que Colombia participe en
este y que se atenga a los deberes y derechos impuestos por las diferentes organizaciones
mundiales. En cuanto a la globalización financiera, esta es necesaria para el crecimiento del país sin
embargo Colombia no ha tenido un buen desempeño en esta como nos explica Caballero “muchas
de las crisis se generaron por nuestros propios errores, como falta de ahorro, considerables déficits
fiscales, altas tasas de inflación y subsidios excesivos para sectores con influjo político” (Caballero,
2010). Colombia debe mejorar en estos aspectos, pero se debe salir del error de pensar que la
globalización comercial y la financiera es lo mismo y debemos parar de ver el comercio como si
fuera un mecanismo perjudicial. Como nos cuenta Caballero, ninguno de los problemas que hemos
tenido actualmente en las últimas crisis tiene que ver con el crecimiento del comercio global, se
debe impedir el proteccionismo y apoyar el flujo de comercio internacional.

La globalización ha afectado negativamente los países latinoamericanos y en especial a Colombia


porque en estos no se ve un Estado fuerte y sólido capaz de contrarrestar las desventajas del
fenómeno de la globalización, como explica Caballero “Lo grave es que, si la globalización
demanda algo en especial, ello es precisamente la existencia de un Estado eficaz y prestigioso,
habido en cuenta los problemas que vienen con ella […] Se requiere estabilidad política, y para ello
es indispensable la paz social, los avances en la lucha contra la pobreza y en la búsqueda de la
igualdad” (Caballero,2010). Colombia debe aprender de los errores del pasado e impulsar al Estado
a consolidarse para brindar las herramientas necesarias para así lograr aprovechar los beneficios de
la globalización y no verse perjudicada por este fenómeno. Es necesario que el Estado sea eficiente
en la prestación de los servicios públicos y como lo vemos en el texto de Caballero, es necesario
que se promueva el mejoramiento de sistemas como el de salud, política, justicia, infraestructura,
pero sobre todo protección y apoyo a las personas vulnerables o en condición de pobreza. Como nos
explica Wolf “The fundamental role of the governments of free societies is to protect the liberties of
the citizens. But they are also, increasingly, required to provide other public goods: health,
education, infrastructure and environmental regulation” (Wolf, 2004). El problema entonces no es
de la globalización como tal, el problema es la incapacidad que tiene el Estado colombiano para
tratar con esta por eso es necesario que haya cambios en las políticas e instituciones de nuestro país.
Sin embargo, esto es un gran reto para Colombia ya que es necesario tener elementos específicos
para poder crear políticas e instituciones efectivas,como afirma Wolf “The first requirement of
effective policy is a range of qualities that come under the headings of credibility, predictability,
transparency and consistency, both ober time and across activities” (Wolf, 2004). Es precisamente
muchos de estos atributos los que le hacen falta a las instituciones y políticas y en general al Estado
en Colombia como la consistencia y transparencia, además de la poca credibilidad que tiene la
sociedad colombiana frente a estos.

Podemos concluir que es necesario generar cambios en las instituciones y políticas en Colombia.
Este cambio se puede empezar atacando diferentes problemas que afronta el Estado colombiano y la
sociedad colombiana actualmente. En primer lugar, como afirma Caballero, se debería atacar el
mercado negro y contrabando. Estos son mecanismos que perjudican gravemente la economía
nacional e internacional y también tienen repercusiones en la esfera política y social del país. Se
debe también eliminar la corrupción, o por lo menos reducirla, ya que como afirma Wolf la
corrupción limita y bloquea el crecimiento económico por dos factores. En primer lugar, se sabe
que por medio de la corrupción la economía interna se ve perjudicada porque los presupuestos no se
cumplen y no se logran terminar proyectos por falta de recursos que terminan en manos de personas
con bastante poder político. En segundo lugar, como menciona Wolf, las personas no quieren
invertir ni tienen como objetivo de desarrollo y crecimiento económico países con alto grado de
corrupción. Frente a esto el Estado, así como la sociedad ha intentado luchar durante años, sin
embargo, no se ve actualmente la mejoría, pero por lo menos se cree que está habiendo un cambio
de actitud por parte de la sociedad colombiana ya que esta se está volviendo más crítica y
apoderando de su derecho a la participación como se vio el pasado domingo en la Consulta Popular
Anticorrupción. Esto se puede ver en la noticia de Semana donde afirma que “Los resultados de la
consulta anticorrupción son inesperados, casi épicos. Ningún analista había contemplado que el
mecanismo pudiera rozar el umbral. El reto de los promotores de la consulta anticorrupción, en la
víspera, ya se presentía como una quijotada. Convocar a 12,1 millones de votantes, la tercera parte
del censo electoral, un 20 por ciento más de los apoyos con los que Iván Duque llegó a la
presidencia. Y hacerlo en un país con un abstencionismo enraizado, sin las maquinarias de los
partidos moviendo la jornada y sin el apoyo de todos los líderes que direccionan el voto de opinión.
Les faltó muy poco, menos de un millón de sufragios.” (Semana, 2018). Esto muestra que la
sociedad se está volviendo crítica y se está apoderando, teniendo voz y mostrando su inconformidad
hacia la corrupción. La sociedad no puede estar más conformada por “ignorantes racionales” como
afirma Wolf. En tercer lugar, se debe atacar el problema de infraestructura, para que se pueda
generar crecimiento en lugares del país que actualmente son inaccesibles, eliminando la brecha
mencionada al inicio del texto. En cuarto lugar, se debe luchar contra el narcotráfico, que ha
afectado por años la economía del país, no solo por ser una actividad ilegal sino porque, así como
pasa con la mayor parte de las exportaciones, no existen mecanismos eficientes para transferir el
excedente de capital del sector exportador a los demás sectores de la economía del país. Finalmente
se debe mejorar y utilizar como herramienta de cambio la educación, como muestra Caballero. Una
sociedad educada es una sociedad que va a velar por el desarrollo económico, político y social del
país dejando de lado la lucha por intereses personales. Recopilando, se puede afirmar que la
sociedad colombiana ha empezado a cambiar y que ahora es tarea del Estado estar en la capacidad
de cambiar y modificar políticas e instituciones para así lograr atacar las desventajas de la
globalización, pero al mismo tiempo beneficiarse de este proceso. Como afirma Wolf, para que una
economía de mercado funcione el Estado debe cumplir tres funciones. “First, to provide things-
known as public goods-that the market cannot provide for itself; second, to internalize externalities
or remedy market failures; and, third, to help people who, for a number of reasons, do worse from
the market or are more vulnerable to what happens within than society finds tolerable” (Wolf 2004).
El Estado colombiano debe reformarse para estar en la capacidad de cumplir dichas funciones.

B3: El futuro de Colombia ante el libre mercado

En el presente texto se analizará el libre mercado como consecuencia de la globalización, así como
los efectos que este trae para países como Colombia. Se deben tener en cuenta los dos aspectos
mencionados por Adam Smith para explicar el funcionamiento del mercado (el interés individual y
la competencia). Posteriormente se explicarán las concepciones que se tienen sobre dicho
mecanismo de mercado, en especial los tratados de libre comercio, ya que actualmente se cree que
tiene consecuencias perjudiciales para las economías de los países en particular y que se debería
cambiar para que el libre mercado y por ende la globalización empiece a tener efectos positivos
sobre Colombia. Finalmente, a modo de conclusión, se establecerán los diferentes cambios que se
deberían generar en Colombia para lograr un desarrollo económico y social y si este va o no de la
mano con el libre mercado.

En primer lugar, la globalización es un fenómeno de integración mundial en diferentes ámbitos


como el político, social, económico, cultural, y tecnológico. Esta integración ha eliminado fronteras
o barreras nacionales y geopolíticas a nivel global creando una especie de comunidad y sociedad
mundial, las personas además de ser ciudadanas de su ciudad o país son también ciudadanos
globales. La globalización trae consigo no solo un nivel más alto de integración sino también de
interdependencia entre los diferentes países, principalmente por la disminución de barreras
comerciales y financieras (COE, 2017). Gracias a este proceso y fenómeno se han generado alianzas
tanto económicas como políticas y solidarias entre diferentes países, y como consecuencia se
obtiene un intercambio cultural muy amplio que surge, sin embargo, en detrimento de las culturas
individuales de cada país, cada cultura y cada comunidad. Este fenómeno permite la circulación de
bienes y productos importados, ayuda a disminuir la inflación, potencia el aumento de inversiones
extranjeras, fomenta las buenas relaciones entre países que traen consigo intercambios culturales y
es un escenario ideal para el desarrollo tecnológico. Gracias a la globalización, los problemas,
principalmente sociales, de un país o continente pasan a ser problemas de todo el planeta,
responsabilizando a los demás países a ayudar y generan indignación general. Este es un factor
positivo de la globalización ya que permite poner los derechos humanos, políticos y sociales de
cada persona por encima de las barreras geopolíticas que existen y fomentar la mejora y garantía de
estos. La globalización actualmente tiene consecuencias en la mayoría de los aspectos de la vida de
las personas sobre todo en los ámbitos sociales, económicos y políticos.

Por otro lado, se ha criticado gravemente la globalización y se le ha tildado de deficiente ya que


permite que la riqueza se concentre en la mayoría de los países desarrollados, y esto promueve la
brecha entre ricos y pobres. La globalización en el ámbito económico se funda en el libre comercio
y prevé el aumento de calidad de vida de las personas, sin embargo, en los últimos años se ha visto
que la brecha de desigualdad entre ricos y pobres es cada vez mayor. Dicha brecha genera
desigualdad social que a su vez genera limitaciones para el uso y acceso de diferentes recursos
como la educación, la tecnología, la salud, entre otros. Se dice que la globalización es mala para los
países con economías con altos componentes agrícolas ya que se le termina pagando menos dinero a
los agricultores por sus productos y se crean condiciones e incentivos que promueven el trabajo
“abusivo” (COE, 2017) ya que los países desarrollados empiezan a abrir industrias en los países en
vía de desarrollo donde la mano de obra es más económica. Además de estos factores, se
argumenta que, al romper las barreras nacionales y geopolíticas totalmente, se generará una pérdida
de identidad cultural y tradicional de las naciones, creando una cultura global que está dominada y
guiada por la influencia de las grandes potencias sobre los demás países del planeta.

Un claro ejemplo de la globalización son los Tratados de Libre Comercio (TLC) que surgen entre
diferentes países. Con estos acuerdos se busca reducir o eliminar las tasas arancelarias para lograr
así un intercambio comercial libre entre los países pertenecientes a dicho tratado. Los países, en
especial, los países desarrollados que han logrado aumentar los estándares de vida rápidamente por
largos periodos han tenido varias políticas y estrategias sin embargo todos tienen en común los
siguientes factores explicados en The Economist “Nor have they grown by somehow promoting
exports and blocking all imports. Rather, they liberalised some markets in order to stimulate
competition, internally and from imports; and they ensured that imports of most basic commodities
and components faced few barriers, in order to keep prices down for the users ofsuch goods. They
adopted liberal trade partially, selectively and mostly gradually.” (The Economist, 2003). Colombia
en las últimas décadas acuerdos con Estados Unidos, México, El Salvador, Guatemala, Honduras,
Chile, Canadá, Corea, Costa Rica, Cuba y la Unión Europea y hace parte de acuerdos como Alianza
del Pacífico, EFTA, MercoSur, CAN, entre otros. Los Tratados de Libre Comercio como producto
de la globalización traen consigo ventajas y desventajas y afectan de manera diferente cada país.
Los acuerdos comerciales están orientados a que los países se dediquen a producir los bienes que
resultan más eficientes y productivos para ellos e importar los bienes en los que no son tan
competitivos o tienen falencias de productividad y eficiencia, según el Ministerio de Comercio,
Industria y Turismo. Estos han beneficiado a diferentes países, como se observa en el artículo de
The Economist “The past half-century can be seen as a long exploration of the power of liberal
trade to raise living standards, not only in the rich world but among the poor too […] The process is
lamentably patchy and far from complete. Still, it has been an extraordinary success which holds
great promise for the future” (The Economist, 2003).

Se procederá ahora a analizar los Tratados de Libre Comercio basándonos en el modelo presentado
por Smith y su teoría económica. Smith buscaba fomentar la riqueza de toda la nación y no de un
grupo económico o actor económico específico. La teoría económica de Smith se basaba en la
“mano invisible” según la cual persiguiendo los intereses privados se lograba el bien común y se
satisfacían los intereses de la sociedad, el único requisito era dejar al mercado ser abierto y libre, sin
necesidad de intervenciones. Smith también tenía una posición en contra a la intervención del
estado en la economía. Se oponía a las restricciones a la importación y a las primas a la exportación,
así como a las leyes de gobierno destinadas a proteger la industria contra la competencia. Bajo este
escenario para Adam Smith los tratados económicos comerciales (TLCs específicamente) serían
beneficiosos, ya que ayudan a abrir la economía colombiana hacia la competencia internacional.
Smith explica un ciclo de autorregulación en el cual si se deja libremente al mercado este tiende a
encontrar sus propios niveles adecuados de precios, salarios, beneficios y producción. Sin embargo,
los puntos a favor de los TLCs expuestos anteriormente no son válidos hoy en día ya que no
tenemos como base el escenario ideal explicado por Smith. El mundo de Smith en el cuál basó su
teoría no es un mundo realizable hoy en día ya que en el mundo de Smith ninguna compañía tiene
un volumen suficiente o capacidad suficiente para alterar las presiones de la competencia, sin
embargo, esto hoy en día si ocurre. Hoy en día el mercado se caracteriza por el gran tamaño de los
actores presentes en él. Además, se deben pensar en los países en cuestión. Un tratado entre
Colombia y Estados Unidos o la Unión Europea no es benéfico para Colombia por el tamaño y las
capacidades de dichos países. Estados Unidos y la Unión Europea son agentes comerciales que
tienen unas ventajas competitivas muy amplias y gracias a estas pueden llegar a ofrecer productos y
servicios de mejor calidad a un precio menor que los productos o servicios ofrecidos internamente
en el mercado colombiano. La economía colombiana no está en la capacidad de competir con
agentes de dicho tamaño, y en este caso la participación de estos no fomentaría la competencia ni
promovería la productividad, sino que la destruiría porque el intercambio proporcionado por los
TLCs no sería proporcional. Esto se puede ver claramente reflejado en la noticia de mayo del
presente año en el que el sector lácteo afirma que, si el país implementa un TLC con Nueva
Zelanda, el sector lechero en Colombia quebraría en un año, como se ve en el artículo “El dirigente
gremial aseguró que no tiene sentido para la economía colombiana, ni para el sector, que entre a
jugar comercialmente el país más poderoso en la industria lechera mundial. Lo que haría que la
producción y ventas se vengan completamente abajo” (Dinero, 2018). Esto se daría principalmente
por la incapacidad de competir frente a Nueva Zelanda, que es el jugador lechero más importante a
nivel mundial, en tema de precios, calidad y alcance de la firma. Esto sumado a la informalidad del
sector, al igual que en muchos sectores económicos colombianos. Por esto el gobierno les pide a los
lecheros que se solidaricen y que si tienen excedente de producción no lo trasladen por precios más
bajos a los mercados informales.

Colombia, al igual que la mayoría de los países latinoamericanos, tuvo un gran crecimiento
económico y se insertó en la economía global gracias a las exportaciones. Las exportaciones de
productos primarios en Colombia fueron un factor decisivo para el desarrollo económico del país y
logró posicionarse por ejemplo como uno de los grandes exportadores de café. Teniendo, en gran
parte de su historia, un crecimiento guiado por las exportaciones no es sensato pensar que Colombia
debería cerrar sus puertas y volver al proteccionismo. Es cierto los aranceles que se generan al
importar producen un gran ingreso para el país y que este monto se vería perjudicado con la
globalización, sin embargo, se deben tener en cuenta aspectos y factores que van más allá del
balance económico para poder establecer si se debería participar o no en la globalización y si esta
benéfica o no para el país. El libre mercado, como consecuencia de la globalización, es un
fenómeno que afecta a todo el planeta y es necesario saber cómo y estar preparado para recibir
dicho fenómeno, que es casi imposible de evitar. Se tiene que eliminar la concepción de que el libre
mercado que trae consigo la globalización es algo malo, como se explica en The Economist
“Sceptics about trade use such increases in global inequality as evidence that under liberalism the
rich get richer and the poor stay poor. Yet that is wrong.” (The Economist, 2003).

La globalización ha afectado negativamente los países latinoamericanos y en especial a Colombia


porque en estos no se ve un Estado fuerte y sólido capaz de contrarrestar las desventajas del
fenómeno de la globalización, como se afirma en The Economist es necesario también que los
países tengan un algo y elevado grado de democracia para fomentar y favorecer el libre comercio,
eliminando el abuso de poder y poniendo límites constitucionales (The Economist, 2003). Colombia
debe aprender de los errores del pasado e impulsar al Estado a consolidarse para brindar las
herramientas necesarias para así lograr aprovechar los beneficios de la globalización y no verse
perjudicada por este fenómeno. Es necesario que el Estado sea eficiente en la prestación de los
servicios públicos y que se promueva el mejoramiento de sistemas como el de salud, política,
justicia, infraestructura, pero sobre todo protección y apoyo a las personas vulnerables o en
condición de pobreza. El problema entonces no es de la globalización como tal, el problema es la
incapacidad que tiene el Estado colombiano para tratar con esta por eso es necesario que haya
cambios en las políticas e instituciones de nuestro país. Con base en el Informe de 2018 del
Ministerio, para economías pequeñas como la colombiana, la apertura a la competencia
internacional puede funcionar como principal motor de crecimiento de la productividad. Además, la
creación de acuerdos económicos es un fenómeno que se está desarrollando vastamente en América
Latina, y muchos de los países pertenecientes a esta región representan una competencia para
Colombia, por lo tanto, si la competencia implementa este tipo de acuerdos Colombia no debería
quedarse atrás, ya que podría correr el riesgo de ser excluida o desplazada. Se debería intentar
lograr con estos una ventaja competitiva.

Podemos concluir que es necesario entender que “The truth about market liberalisation and
economic growth is not that it increases inequality, nor that it hurts the poor: just the opposite.”
(The Economist, 2003). Se deben crear las condiciones ideales donde el libre mercado pueda
desarrollarse y para esto se deben generar cambios en las instituciones y políticas en Colombia.
Además, es necesario implementar planes que busquen el desarrollo en el menor tiempo posible de
Colombia para poder tener una competencia justa en el contexto mundial. Otra posible solución
podría ser elaborar un tratado de libre comercio para toda América Latina como explica el Banco
Interamericano de Desarrollo. El Banco Interamericano de Desarrollo propone un nuevo tratado de
libre comercio que integre a toda la región. Si esto se logra, se estima que se podría tener un
aumento inmediato del 9% sobre las exportaciones de bienes intermedios y se estima que se podría
mitigar la perdida de exportaciones (aprox. 40%) debido a choques en el comercio internacional
(BID, 2018). Colombia, así como América Latina, deben procurar implementar proyectos que
fomenten la creación de tecnologías y procesos productivos para poder competir en un contexto
internacional y deben saber aprovechar los recursos que tienen, así como la solidaridad entre la
región.

A4: El panorama colombiano frente a la desigualdad

En el presente texto se busca analizar uno de los factores que más afecta a la sociedad colombiana:
la desigualdad. Se busca entender porqué en nuestro país existe una brecha tan grande entre ricos y
pobres en comparación a otros países y porqué cada vez esta crisis se hace más grande. Se analizará
la situación bajo la visión del economista Thomas Picketty y varios de sus ideales expresados en su
libro Capital in the Twenty-First Century. Analizando las posibles soluciones dadas por Picketty y
la viabilidad o pertinencia de aplicarlas en Colombia se concluirá el texto proponiendo diferentes
medidas sobre política pública para intentar disminuir la brecha mencionada anteriormente.

Actualmente Colombia es uno de los países que presenta mayores índices de desigualdad a nivel
mundial, y es la clara muestra de que no necesariamente el crecimiento de un país trae consigo una
disminución entre pobres y ricos. El índice GINI es un índice que explica la distribución de los
ingresos de cada país o territorio donde 0 es una distribución perfecta y equitativa y 1 representa la
mayor desigualdad en la que una sola persona acumula todo el capital. Al presente, Colombia tiene
un índice GINI de 0.53 que ubica al país como el segundo país más inequitativo de América Latina
y en el séptimo puesto del ranking mundial (UN Periódico digital, 2018). Colombia se ubica al lado
de países que tienen muchas más carencias que nuestro país y donde las circunstancias muchas
veces son más adversas respecto a las de Colombia. Como se muestra en la noticia Los retos de
Colombia contra la desigualdad “En opinión de la exministra Cecilia López Montaño es una
vergüenza que a Colombia en esta clase de estudios comparativos se le ubique al lado de Haití o
Guatemala, naciones que padecen múltiples carencias y no gozan de la riqueza e ingresos que tiene
nuestro país, pero que parecerían estar mal repartidos.” (Radio Nacional de Colombia, 2018).

Siguiendo los planteamientos de Piketty “when the rate of return on capital exceeds the rate of
growth of output and income, as it did in the nineteenth century and seems quite likely to do again
in the twenty-first, capitalism automatically generates arbitrary and unsustainable inequalities that
radically undermine the meritocratic values on which democratic societies are based.” (Piketty,
2014). Acá Podemos ver cómo la desigualdad nace cuando la tasa de rendimiento de capital excede
la tasa de crecimiento de la producción y del ingreso y es esto lo que ha sucedido y está sucediendo
a grandes rasgos en Colombia. En Colombia, así como en la mayoría de los países América Latina
el capital tiende a concentrarse en muy pocas manos creando brechas de gran magnitud entre los
salarios de las personas y las condiciones y calidad de vida de las personas. La situación de muchos
países de América Latina y en especial de Colombia se puede entender como consecuencia del
“principio de acumulación infinita” tomado por Piketty de los planteamientos de Marx y este se
define como “the inexorable tendency for capital to accumulate and become concentrated in ever
fewer hands, with no natural limit to the process” (Piketty, 2014). Este es un punto clave ya que
mediante dicho principio podemos afirmar que no es suficiente con disminuir la pobreza en
Colombia como muchas veces se cree, la reducción de la pobreza no ayuda a la desigualdad si a
esta reducción se le suma el hecho de que a los ricos se les siga dando más. Dicha acumulación no
tiene límites y es contra la cual se debe luchar, contra la redistribución equitativa del capital.

Se deben entonces analizar los factores decisivos que hacen que esta brecha no disminuya y que
tristemente en las últimas décadas se agrande y ver si las propuestas hechas por Piketty son
pertinentes para el caso colombiano. Picketty propone como solución a la desigualdad la imposición
de impuestos, sin embargo, sus propuestas se muestran izquierdistas y exageradas y no son
pertinentes para muchos de los casos ya que pueden llegar a desincentivar partes de la economía,
como se afirma en el artículo de The Economist “He prescribes a progressive global tax on capital
(an annual levy that could start at 0.1% and hits a maximum of perhaps 10% on the greatest
fortunes). He also suggests a punitive 80% tax rate on incomes above $500,000 or so. […] Most
economists, common sense and a lot of French businesspeople would argue that higher taxes on
income and wealth put off entrepreneurs and risk taking; he blithely dismisses that. […] Some
capital taxes could sit nicely in a sensible 21st-century policy toolkit (inheritance taxes, in
particular), but they are not the only, or even the main, way to ensure broad-based prosperity.” (The
Economist, 2014). Podemos entonces afirmar que las medidas que Picketty propone adoptar son un
poco drásticas y que serían muy difíciles de implementar en Colombia ya que desincentivarían en
gran parte a empresarios y comerciantes y podrían llegar a fomentar la informalidad.

En cuanto al escenario colombiano existen diferentes problemáticas que se deben tratar. En primer
lugar, los trabajadores en Colombia están muy mal remunerados y ya no se prestan todas las
garantías laborales que se prestaban años atrás debido a cambios en los últimos años que generaban
flexibilidad en la contratación, quitando posibilidades de una mejor calidad de vida a los
trabajadores. La disminución de las garantías laborales que dan una mejor calidad de vida y los
altos impuestos promueven cada vez más la informalidad, el cuál es otro de los grandes problemas
en Colombia respecto a los trabajadores. Este es un punto también del análisis de Piketty en el que
menciona que a pesar del crecimiento industrial la condición de las masas y trabajadores seguía
siendo igual. Es necesario que el salario sea correspondiente al costo de vida en Colombia y
también al trabajo que se desarrolla y preparación que se tiene, y un mecanismo que podría hacer
esto viable es la reducción de impuestos hacia las empresas con el fin de que estas puedan aumentar
un poco el sueldo de los empleados. Por otro lado, es necesario que se generen incentivos al empleo
formal.

En segundo lugar, relacionado con el salario de los empleados y trabajadores, se encuentran las
oportunidades que se les brindan a estos para aumentar su acumulación de capital. El
emprendimiento en Colombia nace sobre todo en los niveles socioeconómicos más altos generando
más acumulación de capital en estos y son muy pocas las oportunidades que se les brindad a
personas de niveles socioeconómicos mas bajos de generar emprendimientos o empresas propias y
esta puede ser entonces una de las razones por las que se produce estancamiento. El Gobierno
debería impulsar programas o designar parte de los recursos de bienestar social a fomentar y
promover el emprendimiento en niveles socioeconómicos bajos para que estas personas puedan
tener las oportunidades de generar y acumular.

En tercer lugar, se tiene la educación. Piketty afirma que las dos grandes fuerzas que ayudan a que
la brecha entre pobres y ricos converja son la difusión del conocimiento y la inversión en
entrenamiento y habilidades (Piketty, 2014). Estos dos factores pueden transmitirse por medio de la
educación, sin embargo, en Colombia existe un gran problema con la educación. Por un lado, la
educación pública ofrece un nivel de calidad muy bajo. Puede que en Colombia la educación
pública tenga una cobertura igual a la de otros países en América Latina, sin embargo, la calidad
que esta ofrece es muy baja. Además, en Colombia las personas de escasos recursos ven la
educación como “una pérdida de tiempo” ya que no ven que el estudiar de frutos y afirman que no
vale la pena el esfuerzo. Los papás no incentivan a los hijos a estudiar ya que después del colegio
no les pueden prometer un futuro universitario de calidad por lo tanto los promueven a disertar y
empezar a trabajar desde muy jóvenes. Por otro lado, la educación de calidad en Colombia tiene
costos muy altos que no pueden ser cubiertos por la mayoría de las familias colombianas. El
Gobierno debe reformar el sector de la educación promoviendo una educación pública de mejor
calidad y mostrando que la educación es una inversión que sí vale la pena y que es uno de los
caminos mediante los cuales la mayor parte de la sociedad colombiana podría empezar a acumular
capital.

En cuarto y último lugar se tiene la corrupción y la evasión de impuestos. Colombia es un país que
está altamente marcado por el fenómeno de la corrupción y este es una de las principales causas de
la desigualdad en Colombia y es uno de los mecanismos más frecuentes de cómo los más ricos o
poderosos terminan quedándose con una gran cantidad de dinero que no les pertenece. Por otro
lado, se tiene la evasión de impuestos que es también frecuente en Colombia y que, si los impuestos
son el mecanismo utilizado para la redistribución del capital, la evasión representa una de sus
principales falencias. Cómo explica Piketty, existen fuerzas de convergencia y fuerzas de
divergencia de la brecha entre ricos y pobres (Piketty, 2014). Las soluciones propuestas por los
puntos anteriores se muestran como fuerzas de convergencia, medidas para reducir la brecha. Por
otro lado, la corrupción y la evasión se muestran como fuerzas de divergencia que ayudan a
agrandar dicha brecha. Como afirma Piketty “The crucial fact is that no matter how potent a force
the diffusion of knowledge and skills may be, especially in promoting convergence between
countries, it can nevertheless be thwarted and overwhelmed by powerful forces pushing in the
opposite direction, toward greater inequality” (Piketty, 2014). Por medio de esta cita Podemos ver
como así Colombia se esfuerce por mejorar la educación, la condición de los trabajadores, entre
otros, no lo va a lograr si no se combaten primero fenómenos como la corrupción o evasión. Cómo
se explica en la noticia de la Radio Nacional de Colombia “Asimismo, plantea el caso de países
desarrollados en donde, si bien, las empresas no son grabadas de manera tan estricta, quienes son
propietarios de éstas sí pagan lo que corresponde y de esa forma aportan a la redistribución. Sin
embargo, subraya que aquí siguen existiendo muchas estrategias de evasión por parte de quienes
son propietarios de los grandes capitales.” ((Radio Nacional de Colombia, 2018).

Se puede concluir que para mitigar la desigualdad en Colombia existen diferentes mecanismos que
no necesariamente implican políticas de impuestos inimaginables y que se debe luchar
principalmente contra la corrupción y evasión de impuestos para así lograr mejorar sectores como el
sector de educación y el mercado laboral.

B4: La justicia transicional en Colombia y sus grandes desafíos

En el presente texto se analizará la charla dada por Yesid Reyes Alvarado sobre el proceso de paz y
el sistema penal y los grandes retos tienen los nuevos organismos creados como el sistema de
Justicia Transicional y la Jurisdicción Especial Para la Paz en el periodo del postconflicto. Yesid
Reyes estudió Derecho en la Universidad Externado de Colombia, y en esta institución realizó
diferentes posgrados en Ciencias Penales, Criminología, entre otros y posteriormente realizó
estudios en el exterior obteniendo el título de Doctor en Derecho. Es profesor de la Universidad
Externado de Colombia y ha sido docente en diferentes instituciones educativas a nivel nacional e
internacional. Ha sido un político colombiano importante y en el presente año renunció a la
Jurisdicción Especial para la Paz. El propósito de la charla fue el de explicar un poco el
funcionamiento y composición de la Justicia Transicional en Colombia creada para manejar el fin
del conflicto entre el Estado y las FARC y explicar los grandes retos que tiene esta actualmente. La
charla buscaba responder uno de los interrogantes más comunes que ha surgido en los colombianos
acerca del posconflicto y de como se hará justicia respecto a los delitos cometidos y que va a pasar
con las víctimas. Busca entonces responder a las preguntas ¿Para qué crear una jurisdicción especial
para la paz? ¿Para qué crear nuevas normas y manejo del delito?

Como explica Reyes, un Estado está constituido desde sus orígenes como un sistema social, político
y económico. El Estado cuenta con la posibilidad de que se cometen delitos desde su configuración,
se tiene en cuenta las personas que no van a cumplir las reglas completas y por esto existe
normalmente un sistema penal y judicial que se encarga de ello en cada Estado. Reyes nos muestra
que existen dos tipos de delito principalmente, la delincuencia ordinaria y la delincuencia contra el
sistema. La delincuencia contra el sistema o delincuencia política son los delitos que cuestionan la
organización social, política o económica del Estado. Estos delitos están divididos a su vez en puros
y conexos. Por otro lado, la delincuencia ordinaria es inherente al sistema, y se trata de las personas
que no acatan las normas de manera completa y correcta. La justicia ordinaria es el ente que lucha
contra esta y busca que los delitos no se repitan, a través del ejemplo del castigo. Esta justicia es
reactiva, es decir que no está orientada a la prevención del delito sino a la respuesta frente al delito
cometido.

La jurisdicción ordinaria es un órgano muy importante y grande en Colombia, sin embargo, esta
presenta varias limitaciones que hacen que no sea posible que esta jurisdicción se haga cargo de
manejar el problema de los culpables, delitos y víctimas del conflicto armado en Colombia entre las
FARC y el Estado. La primera limitación es la cantidad de víctimas, delitos y culpables que trae
consigo el conflicto. La jurisdicción ordinaria no está en la capacidad de abarcar y manejar un
conflicto de tal magnitud en el que se declararon en primer lugar 60.000 personas desaparecidas
aproximadamente, un número abismal, no comparable con nada de lo que ha pasado en ningún otro
país. En segundo lugar, se estimaron 7.000.000 de desplazados lo que hace que el país se posicione
entre los dos primeros países con más desplazados en el mundo. En tercer lugar, se calcularon
aproximadamente 8.000.000 de víctimas y 10.000.000 de delitos cometidos. Son magnitudes
impensables y se ha comprobado que si se le entrega tal cantidad de problemas a resolver a la
justicia ordinaria probablemente tardarían varias decenas de años en resolverlos, alrededor de 100
años. La segunda limitación es el hecho de que la mayoría de los delitos fueron cometidos de
manera colectiva por lo tanto no se saben los nombres de los culpables particulares, la mayoría de
periódicos y noticieros cuando presentan un delito muestran como culpable a las FARC, sin
embargo no se muestra una lista de personas concreta y se sabe que la mayoría de estos responden a
decisiones colectivas. En tercer lugar, la justicia ordinaria no está en la capacidad de mirar el
contexto del conflicto, los jueces ordinarios solo determinan el delito, el posible culpable y se le
condena a este por el delito en particular más no es relevante el contexto en el cual el delito fue
cometido. Es claro que en el conflicto armado debe ser diferente porque la mayoría de los delitos
que se cometieron no hubieran sucedido individualmente, se debe tener en cuenta el contexto donde
se desarrollaron. Por último, la justicia ordinaria tiene limitaciones en lo que respecta a la
indemnización de las víctimas. En la justicia ordinaria las victimas son indemnizadas después de
que el culpable ha sido condenado, sin embargo, en el caso del conflicto armado es imposible
determinar los culpables y esto tomaría más de 100 años, por lo tanto, no se podría seguir con la
lógica de esperar a que se culpe y judicialice al culpable para poder llevar a cabo una
indemnización.

El Estado buscó crear organismos y cuerpos especializados como la justicia transicional y la


jurisdicción especial para la paz que estuvieran en la capacidad de manejar las limitaciones que la
justicia ordinaria presentaba. Esto se logró de la manera descrita a continuación. En primer lugar, el
problema de investigar el culpable y del tiempo que esto lleva se solucionó por medio de una
justicia selectiva en la que se decidió no juzgar a todos los que hicieron parte del conflicto armado
por medio de la jurisdicción especial para la paz. En segundo lugar, se creó la Comisión de la
verdad ya que los jueces ordinarios no tenían la capacidad de ver la verdad del conflicto, ya que
ellos solo buscaban encontrar la verdad en casos puntuales. Por lo tanto, esta comisión se creó con
el fin de poder ver desde arriba el conflicto armado en su totalidad. En tercer lugar, se crearon
mecanismos de reparación a las victimas que fueran independientes de la responsabilidad penal. De
esta manera las víctimas no tendrían que esperar un largo tiempo para ser reparados. Se recibe en
este caso una reparación por haber sido víctima del conflicto armado en general y no por haber sido
víctima de un delito en particular. Por último, se crearon garantías de no repetición. Se busca a toda
costa evitar la repetición del conflicto, pero para poder evitarlo es necesario conocer sus causas y
los jueces penales ordinarios no se ocupan normalmente de las causas de la delincuencia, por lo
tanto, para el caso del conflicto armado era necesaria una instancia que se encargara de evidenciar
las causas para así poder garantizar la no repetición del conflicto. Se concluye entonces que el
sistema creado es un sistema selectivo por varios factores. En primer lugar, es selectivo en cuanto a
las personas de quienes se va a ocupar (se va a juzgar a guerrilleros de las FARC, integrantes de
fuerzas armadas y del Estado y a terceros). Es selectivo en cuanto a los delitos a los que se les va a
conceder amnistía, ya que solo se permitirá este mecanismo para los delitos que internacionalmente
permiten amnistía. Es selectivo en cuanto a que se va a priorizar a los máximos responsables y a los
delitos más representativos y graves. Y por último es selectivo en cuanto a las sanciones que se van
a aplicar.

Después de explicar la estructura de la justicia transicional, Reyes hizo énfasis en el hecho de que la
Jurisdicción especial y la justicia transicional se ha entendido entre los colombianos como algo
netamente jurídico, sin embargo, el componente jurídico dentro de este es mínimo y por primera
vez el componente principal del sistema es el de encontrar las causas del conflicto, alrededor del
70% del sistema está dedicado a este fin. Según el conferencista, es muy importante que el sistema
se vea como un sistema, como un todo integrado, y no simplemente como el mecanismo por el cual
se van a juzgar los delitos cometidos durante el conflicto. Posteriormente Reyes explico los
grandes retos que tiene la Justicia transicional en Colombia actualmente.

Por un lado, se tienen diferentes retos a nivel interno. En primer lugar, se tiene la correcta selección
de los casos representativos a ser juzgados. Si esto no se lleva de una manera adecuada, no se va a
lograr tener un alto grado de conformidad y confianza tanto nacional como internacional. En
segundo lugar, se deben poder ofrecer resultados en tiempo razonable. En tercer lugar, es
importante entender que solo hay una forma de seleccionar los casos a juzgar, por lo tanto, las
diferentes partes que componen el sistema deben tener el mismo propósito. Debe haber una
coordinación de intereses y poder articular de manera orgánica las diferentes salas. Se deben
respetar las competencias entre los diferentes organismos. Ya se han mostrado conflictos sobre
como funcionan las diferentes secciones y la coordinación de estas. Por ende, esto muestra un
grandísimo desafío operativo.

Por otro lado, en el marco global el principal reto es lograr conseguir confianza de los colombianos,
pero sobre todo a nivel internacional por medio de la transparencia, eficiencia e imparcialidad de los
nuevos organismos creados.

Se puede concluir entonces que teóricamente el sistema creado es un sistema muy bien diseñado, ya
que se muestran objetivos claros y mecanismos de funcionamiento precisos, sin embargo, se
muestran grandes dudas e incertidumbre al momento de la implementación. No se está mostrando a
Colombia ni al mundo la importancia del sistema completo se está haciendo mucho énfasis en la
parte jurídica sin embargo se debe ver y estudiar como sistema, como una totalidad. Para poder
lograr una buena implementación del sistema creado y de los acuerdos estipulados es necesario
cambiar las instituciones colombianas. Como se menciona en el libro Why nations fail de
Acemoglu y Robinson, las instituciones y el recorrido de una nación pueden determinar el éxito o
fracaso de esta. Por lo tanto, podemos ver que para poder crear un sistema que funcione es
necesario estudiar el pasado histórico colombiano perenemente afectado por el conflicto y los
errores que han permitido que esto suceda, así como las instituciones poco eficientes y fuertes que
no impidieron ni ayudaron a que el conflicto se detuviera a lo largo de la historia. Se deben generar
cambios en las instituciones que permitan que Colombia renazca, y el buen funcionamiento de las
nuevas instituciones y organismos creados pueden ser ejemplo de esto si se dejan de lado los
conflictos de intereses y trabas que por tantos años han dañado nuestras instituciones. Se tiene que
lograr una sociedad con instituciones que, como describen Acemoglu y Robinson “[…] enable them
to choose their occupations freely, acquire schooling and skills, and encourage their emploters to
invest in the best technology, whick leads to higher wages for them. They also have access to
political institutions that allow them to take part in the democratic process, to elect their
representatives and replace them if they misbehave. In consequence, politicians provide the basic
services that the citizens demand.” (Acemoglu & Robinson, 2012). Colombia tiene que llegar a
tener instituciones que mejoren la calidad de vida de los colombianos, que promuevan el desarrollo
y crecimiento del país, se tiene que generar una nueva mentalidad, donde los políticos y
funcionarios públicos sean capaces de anteponer el bien común antes del privado para así lograr
mitigar la corrupción y permitir el buen funcionamientos de sistemas como el de la justicia
transicional, y no hay mejor momento para hacerlo que ahora, cuando el país finalmente alcanzó la
paz y la sociedad colombiana está tomando responsabilidad y no está dispuesta a quedarse de
brazos cruzados. Además, se le está adjudicando toda la responsabilidad de una buena
implementación de los acuerdos y del proceso de posconflicto al Estado, sin embargo, es
responsabilidad de todos los colombianos que el periodo de posconflicto sea un periodo provechoso
y culmine con éxito. Como se vio en la charla de Andrés Cancimance sobre el Putumayo, es
necesario también mucha más tolerancia y empatía por parte de los individuos de la sociedad
colombiana y global. Son los colombianos y ciudadanos del mundo los encargados de ayudar al
Estado a que el sistema creado funcione, y a que la reinserción de todos los actores del conflicto se
lleve a cabo de una manera adecuada. Como lo explicaba Cancimance es muy importante hacerle
ver a las personas que resolver un conflicto por medio de la violencia no es la solución y es
precisamente eso lo que busca el nuevo sistema y que la finalización del conflicto es un punto
determinante en la historia colombiana que puede cambiar el curso de la nación pero que debe saber
cómo hacerse y que es responsabilidad de todos y no se puede permitir la repetición de los típicos
errores colombianos que han afectado el pasado.

A5: La desigualdad en Colombia como producto de su recorrido histórico y de sus


instituciones

En el presente texto se busca analizar como en Colombia, al igual que en muchos países de
Latinoamérica y Centro América, el recorrido histórico del país y la formación y funcionamiento de
sus instituciones han causado un gran nivel de desigualdad. El análisis se llevará a cabo a la luz de
uno de los fragmentos del libro Why nations fail de Acemoglu y Robinson, en el cual se muestra la
gran diferencia que traen la historia y las instituciones entre países desarrollados y potencias como
Estados Unidos y países tercermundistas y pobres como países de África subsahariana y de
Latinoamérica. Se estudiará posteriormente la importancia que tiene generar nuevas políticas
públicas para corregir los errores del pasado, teniendo como principal foco el posconflicto y cómo
este puede llegar a ser un proceso que ayude al cambio de las instituciones colombianas para
mitigar la desigualdad.
Actualmente, vivimos en un mundo en el cual la desigualdad y diferencias entre países es
protagonista. Existen y se han formado a lo largo de la historia países que han logrado solidificar
cuerpos políticos, económicos y sociales eficaces y fuertes, que han permitido un gran crecimiento
y desarrollo del país y a su vez, una gran evolución e incremento de la calidad de vida de sus
habitantes. Por otro lado, están los países en los cuales las instituciones no han permitido un
desarrollo y crecimiento adecuado generando condiciones de pobreza y muchas veces de
precariedad, en las cuales los individuos no gozan de todas las libertades y derechos que deberían y
se ven privados de servicios y condiciones básicas para una vida digna.

Colombia se ha presentado siempre en el segundo grupo y se ha caracterizado por un alto grado de


desigualdad interna. La desigualdad en Colombia viene de muchos años e incluso siglos atrás,
generándose en primera instancia después de la conquista española, como sucedió en muchos países
centroamericanos y latinoamericanos. Como explican Acemoglu y Robinson, después de la
conquista se limitó el acceso de la población a muchos servicios, como la tenencia de tierras y se
permitió la acumulación de riquezas en las partes más altas de la sociedad (Acemoglu & Robinson,
2012). Los autores en cuestión explican el hecho de que las instituciones públicas, sobre todo
económicas y políticas, cumplen un rol decisivo en determinar si una nación es exitosa o no y se ve
como en Colombia a lo largo de la historia, las instituciones han sido grandes promotoras de la
desigualdad social, política y económica que se vive dentro del país y que lo hace estar en gran
diferencia respecto a las potencias mundiales. Como se menciona en el fragmento de Why nations
fail “Economic institutions shape economic incentives: the incentives to become educated, to save
and invest, to innovate and adopt new technologies, and so on. It is the political process that
determines what economic institutions people live under, and it is the political institutions that
determine how this process Works” (Acemoglu & Robinson, 2012). Por medio de esta cita los
autores, además de mostrarnos que dichas instituciones ayudan a que una nación sea exitosa,
muestran que no basta con la creación de estas instituciones, sino que también es fundamental la
relación entre estas para lograr un desarrollo y crecimiento integral y el funcionamiento eficaz y
efectivo de estas.

Es importante entender como las instituciones se relacionan entre sí y como el alcance de algunas
depende de otras, así como los incentivos de unas promueven las buenas acciones en otras. Este es
uno de los puntos críticos en Colombia, ya que Colombia posee los elementos para ser una nación
económicamente exitosa, ya que cuenta por ejemplo con los recursos primarios para destacarse en
el mercado internacional, así como grandes posibilidades de inversión sin embargo son las
instituciones políticas y sociales que no han dejado que las instituciones económicas se desarrollen
de una buena manera frenando y estancando la situación del país y generando altos niveles de
desigualdad. Es importante precisar que son los políticos colombianos los que guían dichas
instituciones ineficientes, por lo tanto, es oportuno entender que son los colombianos corruptos y
egoístas, en busca de sus intereses individuales que promueven el mal funcionamiento de dichas
instituciones y que si esto no cambia se seguirán perpetuando los gobiernos llenos de corrupción, de
desigualdad social, económica y política y de acumulación de riqueza en la élite colombiana.

En Colombia, es necesario entonces que se generen cambios de diferente índole para poder luchar
contra los orígenes indebidos de las instituciones colombianas y la perpetuación de las malas
practicas en estas. El posconflicto es un periodo muy importante en este contexto ya que puede ser
utilizado como herramienta para transformar y crear medidas de cambio de estas instituciones. El
posconflicto es un momento clave en la historia de Colombia ya que representa el fin de un
conflicto que ha marcado el curso y situación del país durante muchos años. El posconflicto es un
punto de inflexión en la historia colombiana ya que en este periodo muchos colombianos van a
volver a la vida civil, adquiriendo libertades individuales que antes se veían privadas, teniendo
derechos y deberes como colombianos y es un momento en el cual es posible cambiar las
instituciones por la flexibilidad que este periodo trae consigo. Es necesario tener instituciones
solidas y eficientes para comenzar esta nueva etapa de paz y reconstrucción y hacer de este
momento un momento provechoso para un cambio positivo que ayude a combatir los problemas con
los que el país ha luchado por años.

Se debería en primer lugar tratar el tema de acceso a las tierras por parte de los campesinos y el
tema de los desplazados, las personas que fueron despojadas de sus tierras en el campo. Por un lado,
se deberían generar títulos de propiedad a los desplazados para que retornen a sus tierras y la
vuelvan productiva. La idea es que los campesinos vuelvan las tierras lo más provechosas posibles
con la seguridad de que son suyas, que de este momento en adelante nadie podrá llegar a
despojarlos o a quitarles sus tierras y su única fuente de ingreso a la fuerza. Por otro lado, se
deberían generar y aceptar créditos de bajo costo para que los campesinos tengan más
oportunidades de renovar y modernizar el campo. Estos podrían utilizar los créditos para invertir en
infraestructura, tecnología y demás que los pueden ayudar a volver las tierras más productivas y por
ende más provechosas. Se deben generar estos tipos de incentivos para que, en primer lugar, los
campesinos tengan un acceso facilitado a las tierras y no se sigan permitiendo que los títulos de
propiedad de dichas tierras sigan en manos equivocadas y en segundo lugar generar incentivos que
promuevan la producción y utilidad. Colombia tiene mucho potencial agrario, finalmente fue esta
industria la que posicionó a Colombia en el mercado internacional y promovió su desarrollo y
crecimiento, por ende, debe ser de vital importancia defender los intereses del gremio agrario y
generar condiciones que promuevan el buen desarrollo de las actividades agrarias.

En segundo lugar, se debería tratar el tema de la centralización del poder. Por constitución, el poder
colombiano es centralizado, sin embargo, se debería ceder un poco más de poder a nivel local
(regional, departamental y de ciudades). Se debería darles a los entes gubernamentales de cada zona
un poco más de poder, pero sobre todo un poco más de recursos y de autonomía en estos para que
no sea un proceso tan burocrático y lento de tener que esperar a que los recursos sean concedidos
desde el centro y que la solución del problema venga tomada también desde el centro. Por esta
burocracia y lentitud muchas de las zonas más marginadas o inaccesibles hoy en día siguen
viviendo con problemas que debieron haber sido resuelto tiempo atrás pero que el gobierno central
ha dejado de lado.

En tercer lugar, se encuentra la desmovilización y la reinserción en la sociedad de todos los


pertenecientes al grupo armado. Como se explica en la noticia Los retos del próximo presidente de
Colombia en materia de posconflicto “Entre las necesidades urgentes a tener en cuenta, está la
política de reincorporación de las Farc, en la que Ávila señala que solamente se ha aprobado un
proyecto productivo entre los 12.300 guerrilleros desmovilizados y asegura que “si se quiere evitar
que vuelvan a delinquir hay que garantizarles un proyecto de vida” (Radio Nacional, 2018). Es
necesario por lo tanto poder generar incentivos y garantías de que todas las personas que siguen el
proceso de reinserción tienen las mismas oportunidades en cuanto a empleo, educación, vivienda,
salud, entre otros. Estas son oportunidades con las que ni siquiera la totalidad de los colombianos
fuera del conflicto cuenta. Por lo tanto, es necesario hacer un cambio dentro de las instituciones
sociales, políticas y económicas que promueven dichas oportunidades. El Gobierno debe reformar
el sector de la educación promoviendo una educación pública de mejor calidad y mostrando que la
educación es una inversión que sí vale la pena y que es uno de los caminos mediante los cuales la
sociedad colombiana está en la capacidad de cambiar ella misma las instituciones. El Gobierno
también debería impulsar programas o designar parte de los recursos de bienestar social a fomentar
y promover el emprendimiento en niveles socioeconómicos bajos para que estas personas puedan
tener las oportunidades de generar y acumular capital. El Gobierno finalmente debe encargarse de
proveer un buen servicio de salud y vivienda, pero, sobre todo, se debe generar una gran lucha
contra el trabajo informal.

Estos cambios no van a ser efectivos o posibles si no se logra combatir el gran fenómeno que ha
perjudicado a lo largo de la historia las instituciones colombianas, el fenómeno de la corrupción. No
es posible hacer los cambios mencionados en los puntos anteriores si los políticos colombianos o
altos funcionarios de dichas instituciones siguen persiguiendo sus intereses individuales, lo que
conlleva a una mala asignación y utilización de los recursos destinados para estos fines y como
consecuencia no se logra ninguno de los objetivos planteados. La corrupción es una de las
principales causas de la desigualdad en Colombia y es uno de los mecanismos más frecuentes de
cómo los más ricos o poderosos terminan quedándose con una gran cantidad de dinero que no les
pertenece. Como explican Acemoglu y Robinson la corrupción es un determinante clave del éxito o
no de un país y del grado de pobreza que hay en este “[…] is poor precisely because it has been
ruled by a narrow elite that have organized society for their own Benefit at the expense of the vast
mass of people. Political power has been narrowly concentrated and has been used to create wealth
for those who possess it […]” (Acemoglu & Robinson, 2012) y esto es precisamente lo que sucede
en Colombia.

Se puede concluir que se deben hacer diferentes cambios de política económica, pública y social
para poder cambiar los errores y raíces perjudiciales que tienen las instituciones colombianas y es
necesario aprovechar el periodo de posconflicto que está viviendo Colombia como una herramienta
transformante, que determine un nuevo comienzo y marque la historia colombiana no solo como el
fin del conflicto sino como el inicio de un país mas transparente, mas correcto y justo, con
instituciones fuertes, democráticas y efectivas que velen por el bien de todos los colombianos y del
país como un todo. Se tiene que lograr una sociedad con instituciones que, como describen
Acemoglu y Robinson “[…] enable them to choose their occupations freely, acquire schooling and
skills, and encourage their emploters to invest in the best technology, whick leads to higher wages
for them. They also have access to political institutions that allow them to take part in the
democratic process, to elect their representatives and replace them if they misbehave. In
consequence, politicians provide the basic services that the citizens demand.” (Acemoglu &
Robinson, 2012). Colombia tiene que llegar a tener instituciones que mejoren la calidad de vida de
los colombianos, que promuevan el desarrollo y crecimiento del país, se tiene que generar una
nueva mentalidad, donde los políticos y funcionarios públicos sean capaces de anteponer el bien
común antes del privado para así lograr mitigar la corrupción y generar equidad por medio de la
redistribución, y no hay mejor momento para hacerlo que ahora, cuando el país finalmente logró la
paz y finalmente la sociedad colombiana está tomando responsabilidad y no está dispuesta a
quedarse de brazos cruzados.
A6: El proceso de paz en medio de la miseria en Colombia

En el presente texto se busca analizar las instituciones colombianas como causantes de muchos
problemas como el narcotráfico y la guerrilla y ver cómo el proceso de paz en Colombia puede
verse afectado por estas. Esto se analizará a la luz de la lectura La Miseria en Colombia y se busca
responder a qué políticas y cambios se deberían generar para que en Colombia se logre tener
instituciones más incluyentes tanto en el centro como en la periferia.

Cómo se puede entender de la lectura de Acemoglu y Robinson Why nations fail, las instituciones
públicas, sobre todo económicas y políticas, cumplen un rol decisivo en determinar si una nación es
exitosa o no y se ve como en Colombia a lo largo de la historia, las instituciones han sido grandes
promotoras de la desigualdad social, política y económica que se vive dentro del país y que lo hace
estar en gran diferencia respecto a las potencias mundiales. Las instituciones no pueden seguir
promoviendo dichos errores y defectos, se tiene que lograr una sociedad con instituciones que,
como describen Acemoglu y Robinson “[…] enable them to choose their occupations freely,
acquire schooling and skills, and encourage their emploters to invest in the best technology, whick
leads to higher wages for them. They also have access to political institutions that allow them to
take part in the democratic process, to elect their representatives and replace them if they
misbehave. In consequence, politicians provide the basic services that the citizens demand.”
(Acemoglu & Robinson, 2012). Además, como se menciona en el fragmento de Why nations fail
“Economic institutions shape economic incentives: the incentives to become educated, to save and
invest, to innovate and adopt new technologies, and so on. It is the political process that determines
what economic institutions people live under, and it is the political institutions that determine how
this process Works” (Acemoglu & Robinson, 2012). Por medio de esta cita los autores, además de
mostrarnos que dichas instituciones ayudan a que una nación sea exitosa, muestran que no basta con
la creación de estas instituciones, sino que también es fundamental la relación entre estas para
lograr un desarrollo y crecimiento integral y el funcionamiento eficaz y efectivo de estas. Por lo
tanto, Colombia tiene que llegar a tener instituciones que mejoren la calidad de vida de los
colombianos, que promuevan el desarrollo y crecimiento del país, se tiene que generar una nueva
mentalidad, donde los políticos y funcionarios públicos sean capaces de anteponer el bien común
antes del privado para así lograr mitigar la corrupción y generar equidad por medio de la
redistribución, y no hay mejor momento para hacerlo que ahora, cuando el país finalmente logró la
paz y finalmente la sociedad colombiana está tomando responsabilidad y no está dispuesta a
quedarse de brazos cruzados.

Es importante entender como las instituciones se relacionan entre sí y como el alcance de algunas
depende de otras, así como los incentivos de unas promueven las buenas acciones en otras. Este es
uno de los puntos críticos en Colombia, ya que Colombia posee los elementos para ser una nación
económicamente exitosa, ya que cuenta por ejemplo con los recursos primarios para destacarse en
el mercado internacional, así como grandes posibilidades de inversión sin embargo son las
instituciones políticas y sociales que no han dejado que las instituciones económicas se desarrollen
de una buena manera frenando y estancando la situación del país y generando altos niveles de
desigualdad. Es importante precisar que son los políticos colombianos los que guían dichas
instituciones ineficientes, por lo tanto, es oportuno entender que son los colombianos corruptos y
egoístas, en busca de sus intereses individuales que promueven el mal funcionamiento de dichas
instituciones y que si esto no cambia se seguirán perpetuando los gobiernos llenos de corrupción, de
desigualdad social, económica y política y de acumulación de riqueza en la élite colombiana.

Las instituciones colombianas se han caracterizado por ser extractivas y sobre todo las instituciones
políticas, creando una infinidad de problemas e impidiendo cada vez más el avance del país y de la
capital. Gracias a dichas instituciones no ha sido posible ni siquiera asegurar el derecho de la
democracia, como afirma Robinson, “la realidad es que la democracia de Colombia es, y siempre ha
sido, altamente disfuncional y de muy baja calidad. Enfatizo tres razones para ello: la primera es el
gran impacto de la violencia y el fraude en las elecciones colombianas, la segunda es el grado en el
que la compra de votos se emplea para ganar elecciones, y la tercera es el grado y el impacto del
clientelismo.” (Robinson, 2016). Sobre el clientelismo, Carmen Saldías en su conferencia afirma
que, “Bogotá era parte del engranaje clientelista que la bolsa de empleos nacional y de contratos
manejaba para repartir entre todas las camarillas de todas partes” (Saldías, 2018). Ante este
escenario, es imposible lograr corregir los errores del pasado e implementar de una buena manera
los acuerdos de paz, las instituciones colombianas deben cumplir por lo menos el deber y derecho
más básico sobre el que se fundan que es la democracia.

Las instituciones no han podido lidiar tampoco con el problema de distribución que trae consigo el
crecimiento y modernización. Según Robinson “El grado de pobreza en una sociedad depende del
nivel de ingreso, pero también de su distribución. Detrás de estos se encuentran factores como las
existencias y la distribución de bienes como la tierra y el capital humano, el funcionamiento del
mercado laboral y el nivel de desempleo, y la provisión de bienes y servicios públicos por parte del
Gobierno” (Robinson, 2016). Cómo afirma la conferencista, Colombia crece, pero no redistribuye.
Puede producir mucha riqueza, pero no le llega a la gente, cómo se ve en la lectura de La miseria en
Colombia “Desde un punto de vista contable, la razón por la que hay colombianos pobres es porque
hay mucha desigualdad en el país, donde, por ejemplo, el 45% del ingreso nacional es devengado
por el 10% más rico de la población y el 14% de los terratenientes son propietarios del 80% de la
tierra.” (Robinson, 2016).

En Colombia, es necesario entonces que se generen cambios de diferente índole para poder luchar
contra los orígenes indebidos de las instituciones colombianas y la perpetuación de las malas
prácticas en estas. El posconflicto es un periodo muy importante en este contexto ya que puede ser
utilizado como herramienta para transformar y crear medidas de cambio de estas instituciones. El
posconflicto es un momento clave en la historia de Colombia ya que representa el fin de un
conflicto que ha marcado el curso y situación del país durante muchos años. El posconflicto es un
punto de inflexión en la historia colombiana ya que en este periodo muchos colombianos van a
volver a la vida civil, adquiriendo libertades individuales que antes se veían privadas, teniendo
derechos y deberes como colombianos y es un momento en el cual es posible cambiar las
instituciones por la flexibilidad que este periodo trae consigo. Es necesario tener instituciones
sólidas y eficientes para comenzar esta nueva etapa de paz y reconstrucción y hacer de este
momento un momento provechoso para un cambio positivo que ayude a combatir los problemas con
los que el país ha luchado por años.

Es muy importante lograr cambios efectivos en la época del posconflicto para así hacer valer dichos
acuerdos. Colombia debe convertirse en un Estado capaz y efectivo que como menciona Robinson
“Tener un Estado capaz y efectivo es un prerrequisito para el desarrollo económico y la reducción
de la pobreza, y suministrar bienes públicos básicos como la ley y el orden, derechos de propiedad y
seguridad” (Robinson, 2016). Cómo comenta Robinson el Estado colombiano es lamentable y
deficiente en todas estas dimensiones y no se puede pretender llegar a la paz y a una nueva sociedad
cargando dichas deficiencias que pueden hacer que el acuerdo de paz se convierta en una de las
muchas promesas por las que al final nadie responde.

El cambio en las instituciones, sobre todo en las instituciones políticas, se debe dar por su puesto en
los políticos que toman los cargos y toman el deber de responsabilizarse por el bienestar del país y
sus ciudadanos, sin embargo, el cambio también se debe generar por parte de todos los ciudadanos.
Se deben generar cambios en los ciudadanos que permitan incentivarlos para alzar su voz y
promover la democracia, justicia y eficiencia, que tengan la capacidad de generar cambios que
realmente funcionen, no se puede permitir tener un país lleno de personas que se quejan sobre las
instituciones pero a la hora de la verdad son muy pocos los que hacen algo para mejorarlas. Como
afirma Robinson “He argumentado que esto se debe a que la mayoría de los colombianos han estado
atrapados dentro de un sistema de instituciones económicas extractivas que los ha mantenido
pobres, pues asfixia sus iniciativas, sus incentivos y sus oportunidades. También los ha mantenido
vulnerables e impotentes porque detrás de las instituciones económicas extractivas se encuentra un
conjunto de instituciones políticas extractivas que han concentrado el poder de manera estrecha y
han llevado a la creación de un Estado débil e inefectivo.” (Robinson, 2016). Con base en esta cita
podemos entender el gran efecto que tienen las instituciones débiles, ineficaces y corruptas en la
vida de los colombianos, se detallan que estas son culpables de las grandes desgracias de Colombia,
sin embargo, también se entiende cual es el cambio necesario de mentalidad en los colombianos.
Como se ve en el fragmento, los colombianos no deben dejar que dichas instituciones sigan
asfixiando sus iniciativas, incentivos y oportunidades, así como deben evitar a toda costa la
concentración del poder. La sociedad colombiana ha esperado mucho tiempo que el cambio se de en
las altas élites, las instituciones, los políticos y el Estado, sin embargo, no pueden seguir pasando
los años y que la sociedad se mantenga en dicha posición. Es necesario que esta genere el gran
cambio y sea una herramienta para la buena implementación del acuerdo, una herramienta que sirva
de ejemplo y una herramienta para la creación de instituciones justas, fuertes, no corruptas y que
por encima de todo ofrezcan democracia y velen por el bienestar del país en su totalidad.

B5: La sociedad colombiana, una sociedad no preparada para la paz

En el presente texto se busca analizar la charla dada por Germán Ávila Plazas sobre la
impreparación que tiene la sociedad colombiana para afrontar el escenario de paz y que desafíos
tiene actualmente la sociedad para prepararse. Germán Ávila Plazas es economista de la
Universidad Nacional de Colombia y fue parte durante muchos años del grupo de insurgencia M-
19. Hizo parte del grupo de voceros políticos del Frente Sur del M-19 Después de su
desmovilización Germán Ávila ocupó el cargo de director de la Federación de Vivienda Popular
(Fenavip) y hoy en día sigue involucrado en el sector de la vivienda.

Cómo explicó Ávila durante la charla, la historia universal ha Estado permanentemente marcada por
el conflicto y por las guerras y los personajes históricos importantes normalmente son guerreros que
han ganado dichos conflictos y batallas. Son muy pocos las personas que han sido héroes sin haber
participado en un conflicto armado como Gandhi, Mandela, Cristo, entre otros, sin embargo, estos
han sido muy pocos. Los conflictos han traído consigo el horror de la guerra, se van dejando de lado
los principios por los cuales se luchaba, se vuelven costosas y sangrientas, y como afirma Ávila, nos
vuelve viejos antes de tiempo y terminan los padres enterrando a los hijos. La historia de Colombia
en particular ha Estado marcada y afectada por conflictos armados desde sus principios, como por
ejemplo la Guerra de los Artesanos, la Guerra de los Mil Días, el asesinato de Jorge Eliecer Gaitán,
entre otros. De los 60’s para acá los protagonistas han sido los conflictos entre el Estado, las
guerrillas y los grupos paramilitares.

Para explicar un poco el conflicto con las guerrillas, Ávila procedió a explicarnos como funcionó y
surgió el M-19 y como se logró su desmovilización. Ávila explicó que en Colombia se generó un
grupo de jóvenes y de profesionales con ideales y principios similares que estaban dispuestos a
luchar por estos. Este grupo se dio cuenta que en los muchos de los países de Latinoamérica y Sur
América se estaban generando diferentes revoluciones, sin embargo, todas estas eran armadas y la
única revolución pacífica que se generó fue la de Allende en Chile, sin embargo, esta no fue exitosa.
El grupo concluyó que era necesario hacer una revolución armada y así nació el M-19. Durante el
conflicto con el M-19 se desarrolló un fenómeno que Ávila llama “guerra psicológica” en la que se
busca ganar el espíritu de la sociedad para respaldar uno de los bandos en conflicto. Este concepto
está muy ligado a la publicidad en la guerra y se ha visto como esta ha afectado la mayoría de los
conflictos armados en la historia. Se busca por medio de esta guerra lograr el respaldo de la
población y la principal estrategia es mostrar al adversario lo más degradado posible, y como cuenta
Ávila esto fue lo que hizo el ejército colombiano ya que se representaba los contrincantes como
“criminales sin principios”. Al proponer que el contrincante es un criminal sin principios se le está
quitando todo el poder de negociación a este y de hablar o luchar, ya que alguien sin principios es
alguien con el que ni siquiera se puede negociar o racionar. El objetivo principal era hacer la
revolución, lograr el fin y terminarla inmediatamente, ellos pensaron que iba a ser algo corto, sin
embargo, ya metidos en el conflicto se dieron cuenta que la guerra iba a ser muy costosa y larga y
que el ganar el conflicto no se comparaba con el costo que este tenía. Es este el momento en el que
el M-19 considera desmovilizarse y llevar a cabo un proceso de paz, ya que por medio de estas
acciones podían pasar la revolución dele escenario armado al escenario político. Como Ávila
comenta, en el proceso de negociación con el M-19 se negociaron “bobaditas”, y ha sido uno de los
acuerdos de paz más simples del mundo. La negociación era casi innecesaria porque lo que animaba
al M-19 no era lo que se pudiera negociar o obtener de dicha negociación sino lo que se iba a lograr
después de la negociación. Cuando se desmovilizaron, a pesar de la guerra psicológica efectuada
por el Ejército Nacional, lograron obtener un gran apoyo de la sociedad colombiana y se
encontraron con una gran simpatía de parte de la gente, se logró que un partido político diferente a
los tradicionales ganara y se logró modificar la constitución.

Después de esta breve explicación sobre el M-19, Ávila evidenció algunas diferencias del conflicto
que vivió el M-19 y el conflicto de las FARC y el Estado. La diferencia más notoria es la duración.
El conflicto con las FARC duró aproximadamente 60 años, ha sido el conflicto más largo en los
últimos dos siglos de la humanidad. Este es un punto muy importante ya que, en conflictos de tantos
años, los valores y principios del conflicto se van diluyendo y cada vez se van permitiendo más
alteraciones a los principios fundamentales de la guerra. En primer lugar, la guerra se empieza a
volver cruda y cruel. Cada vez es más la agresión permitida y se hacen menos los valores por los
cuales se luchaba. De acuerdo con lo que Ávila propone se deberían crear y cumplir normas y leyes
dentro del conflicto, limitar hasta donde se puede llegar en una confrontación armada, no se debería
permitir cualquier cosa como últimamente sucedió ni se debería llevar al contrincante hasta su
máxima capacidad. Los revolucionarios, como lo cuenta el conferencista, deberían ir a la guerra
odiándola y odiando las armas, la guerra en si misma destruye muchos principios y valores y si los
revolucionarios no llegan a esta odiándola se vuelven mercenarios de la guerra. Por ende, el trato
dentro de la guerra se va perdiendo y esta es otra de las diferencias con las FARC. En el M-19 el
comandante exigía que se les diera un trato generoso y benévolo a los prisioneros, ya que si ellos
saben que se les va a tratar con respeto y dignamente no van a poner tanta resistencia al momento
de rendirse, por lo tanto, la guerra va a ser menos dura. Ninguna de las partes del último conflicto,
por otro lado, se comportó de esta manera, no tenían como objetivo volver la guerra menos
sangrienta, se hizo pensando en que los prisioneros debían luchar hasta el último momento sufrir.
Por otro lado, debido a que los principios se van perdiendo a causa de la guerra, se empiezan a
diluir principios ideológicos y a permitir cosas y relaciones que eran impensables como la relación
entre narcotráfico y guerrillas. Antes de la guerra era impensable una relación de este estilo, pero se
dio esta relación posteriormente por la necesidad de dinero y poder de este modo se financiaba la
guerra por medio del narcotráfico. Finalmente, debido a la magnitud de la guerra y a los horrores de
esta, a la sociedad se va anestesiando, y esto sucedió mucho en la sociedad colombiana. Las cifras y
noticias violentas y crueles parecían ya no sorprender a la sociedad. Esto causa que la sociedad que
no ha vivido la guerra tome un poco la posición de darle la espalda a esta. Esto ha generado que los
actores de la guerra sean los que se convenzan más rápido de la necesidad de acabar con el conflicto
mientras que los más radicales en no acabarla son los que no la han vivido.

El acuerdo de paz se firmó y ahora estamos en el periodo del posconflicto, pero como afirma Ávila
somos una sociedad no preparada para la paz. Según el conferencista, para que una sociedad esté
preparada se necesitan dos cosas: que las economías de la guerra se desactiven y que el miedo y el
odio no tengan más utilidad política. Según Ávila en Colombia se va a dar primero la pérdida de
poder político del odio y el miedo sin embargo se tienen graves problemas con la desactivación de
economías de guerra principalmente por todo el problema de distribución de tierras y el retraso en la
reforma agraria. Respecto a este problema de redistribución y restitución de tierras el Estado tiene la
solución, como nos comenta Ávila, ya que están presentes los territorios a ser distribuidos y esto
ayudó a la negociación, sin embargo, a la hora de la implementación, se muestran mecanismos muy
pobres y poco efectivos, como menciona también Yesid Reyes en su charla sobre la Jurisdicción
Especial y Justicia Transicional. Debido a que la paz no contaba con la simpatía por ejemplo que
contaba el M-19, para el primer grupo armado, se vuelven fundamentales los factores y derechos
que se negocian en el acuerdo y como lo indican tanto Ávila como Reyes el acuerdo teóricamente
es un acuerdo “perfecto”, pero se tiene que luchar por que la implementación se cumpla de una
manera adecuada y efectiva para mitigar la posibilidad de caer en los errores del pasado.

Para poder lograr una buena implementación del sistema creado y de los acuerdos estipulados es
necesario cambiar las instituciones colombianas. Como se menciona en el libro Why nations fail de
Acemoglu y Robinson, las instituciones y el recorrido de una nación pueden determinar el éxito o
fracaso de esta. Por lo tanto, podemos ver que para poder crear un sistema que funcione es
necesario estudiar el pasado histórico colombiano perenemente afectado por el conflicto y los
errores que han permitido que esto suceda, así como las instituciones poco eficientes y fuertes que
no impidieron ni ayudaron a que el conflicto se detuviera a lo largo de la historia. El conferencista
mencionó que en Colombia están presentes la mayoría de los factores que se describen en Why
nations fail como causantes del fracaso de una nación. Estos son pobreza, corrupción, la economía
ilegal, entre otros. Por lo tanto, se deben generar cambios en las instituciones que permitan que
Colombia renazca, y el buen funcionamiento de las nuevas instituciones y organismos creados
pueden ser ejemplo de esto si se dejan de lado los conflictos de intereses y trabas que por tantos
años han dañado nuestras instituciones. Se tiene que lograr una sociedad con instituciones que,
como describen Acemoglu y Robinson “[…] enable them to choose their occupations freely,
acquire schooling and skills, and encourage their emploters to invest in the best technology, whick
leads to higher wages for them. They also have access to political institutions that allow them to
take part in the democratic process, to elect their representatives and replace them if they
misbehave. In consequence, politicians provide the basic services that the citizens demand.”
(Acemoglu & Robinson, 2012). Colombia tiene que llegar a tener instituciones que mejoren la
calidad de vida de los colombianos, que promuevan el desarrollo y crecimiento del país, se tiene
que generar una nueva mentalidad, donde los políticos y funcionarios públicos sean capaces de
anteponer el bien común antes del privado para así lograr mitigar la corrupción y permitir el buen
funcionamientos de sistemas como el de la justicia transicional, y no hay mejor momento para
hacerlo que ahora, cuando el país finalmente alcanzó la paz y la sociedad colombiana está tomando
responsabilidad y no está dispuesta a quedarse de brazos cruzados. Además, se le está adjudicando
toda la responsabilidad de una buena implementación de los acuerdos y del proceso de posconflicto
al Estado, sin embargo, es responsabilidad de todos los colombianos que el periodo de posconflicto
sea un periodo provechoso y culmine con éxito. Como se vio en la charla de Andrés Cancimance
sobre el Putumayo, es necesario también mucha más tolerancia y empatía por parte de los
individuos de la sociedad colombiana y global. Son los colombianos y ciudadanos del mundo los
encargados de ayudar al Estado a que el sistema creado funcione, y a que la reinserción de todos los
actores del conflicto se lleve a cabo de una manera adecuada. Como lo explicaban Cancimance y
Ávila, es muy importante hacerle ver a las personas que resolver un conflicto por medio de la
violencia no es la solución, que los conflictos armados son más costosos respecto a la victoria que
se obtiene y que la finalización del conflicto es un punto determinante en la historia colombiana que
puede cambiar el curso de la nación pero que debe saber cómo hacerse y que es responsabilidad de
todos y no se puede permitir la repetición de los típicos errores colombianos que han afectado el
pasado.

B5 bis: Bogotá, ejemplo del constante fracaso de las instituciones colombianas

En el presente texto se busca analizar la conferencia dada por Fernando Rojas Parra sobre el curso
que ha tenido Bogotá desde que fue designada como capital y tuvo la primera alcaldía y cómo este
curso ha determinado lo que es hoy Bogotá como ciudad y capital de nuestro país. Fernando Rojas
Parra es politólogo de la Universidad de los Andes e hizo un posgrado en resolución de conflictos,
una maestría en gestión urbana y un doctorado en historia en la Universidad de los Andes. Ha sido
profesor de la Universidad Javeriana y el Rosario. Se busca con este texto analizar la reflexión
expuesta por Rojas a la luz de diferentes lecturas del curso que tratan el tema de la relevancia que
tienen las instituciones de un país para determinar el rumbo de este.

La charla dio inicio analizando dos factores claves para poder entender la reflexión de Rojas: el
concepto de modernización y el ángulo desde el cual se está haciendo la reflexión. Según Rojas, la
modernización es un proceso de transformación que tiene una tensión muy fuerte con el pasado
utilizándolo como referencia. Otro factor relevante es el ángulo desde le cuál se analiza la situación,
ya que no hay afirmaciones o posiciones que estén libres de una carga ideológica y eso se traduce
en la ciudad. Por otro lado, Rojas evidenció dos fenómenos que han marcado la política colombiana
y que se ven reflejados el hecho de que Bogotá sea una ciudad modelo sin modelo. Estos son las
respuestas que no responden a los problemas que se están dando y que los políticos tienden a sufrir
el síndrome de la negación en el cual no asumen la responsabilidad sobre los errores que cometen.

La historia comienza con Andrés Pastrana el cual fue el primer alcalde de elección popular y
posteriormente presidente con el lema de “es diciendo y haciendo”. Los principales logros que
Pastrana logró fueron, en primer lugar, las campañas de seguridad ciudadana y construcción de los
CAI. En cuanto a infraestructura, pastrana construyó la Troncal de la Caracas, el puente de la 92, y
luchó por la recuperación del espacio público. Su mayor éxito fueron los proyectos de suministros
de agua y educación. Estos proyectos fueron la base que permitió que Bogotá tenga el nivel de
cobertura en servicios públicos (acueducto y alcantarillado) y en educación que hoy tiene. La
historia continua con Juan Martín Caicedo (1990-1992), actual presidente del gremio de la
infraestructura, pero que en su periodo como alcalde no hizo mucho. Una gran idea que tuvo fue la
construcción de los CADES, sin embargo, lo destituyen del cargo por la pérdida de unos subsidios
de programas en educación. A Caicedo lo sigue Jaime Castro, con la nueva constitución y Bogotá
como distrito capital. Bajo su mandato se hizo una reforma tributaria con la cual se resolvieron
varios de los problemas financieros de Bogotá, sin embargo, se le ha tildado de ser un obstáculo
para la modernización de Bogotá. Con el se crea la constitución política de Bogotá. En este
momento los bogotanos ya están cansados de los políticos y no creen en nadie, creen que todo se lo
van a robar y es en este momento que llega Mockus con su mito fundacional de bajarse los
pantalones en un auditorio de la Universidad Nacional, ganándole en ese momento a Peñalosa.
Mockus logra conectarse con un momento clave de los bogotanos en el cual se cuestionaban quien
era la persona indicada para sacarnos de la situación caótica que se estaba viviendo y Mockus logró
representar la pregunta a dicho interrogante. Mockus logró darle un nuevo empaquetamiento al
civismo y logró aplicar cosas que todos los ciudadanos sabían que debían hacer pero que no lo
hacían como cruzar por la cebra en un semáforo y ese fue uno de sus mayores aportes.
Posteriormente Mockus se retira de la alcaldía para postularse como presidente y es en este
momento que llega Peñalosa, que sabía mucho de ciudad pero que no fue escogido por su
conocimiento sino por miedo a que ganara el otro candidato. En tres años logra poner en marcha
muchas soluciones para Bogotá muy interesantes y revolucionarias como la ciclorruta, el
Transmilenio, las bibliotecas, y dio la idea de que los bogotanos podían tener una ciudad moderna.
Después de dicho mandato vuelve al puesto Mockus como oportunidad de continuación del proceso
de modernización, sin embargo, la gente ya no creía en Mockus por haber abandonado la alcaldía.
Mockus pide perdón por esto y vuelve a ganar el apoyo de las personas. Fue un momento de
continuidad para la ciudad y se generó la idea de que la ciudad por fin tenía un rumbo. Esta
continuidad se frena con la llegada a la alcaldía de Luis Eduardo Garzón, el cual “logró llegar a
dicho puesto ya que tenía una afinidad y una chispa que es muy difícil que la tenga un político y
logró vencer al contrincante por medio de frases coloquiales” (Rojas, 2018). Dichas habilidades
generaron mucha afinidad y conexión en las personas. Se preocupó por temas como el hambre en
Bogotá y con él ganó la izquierda y se generaba una discontinuidad y un cambio de dirección. Esto
empezó a generar una división en la ciudad entre sur y norte. Entre pobres y ricos, y en ese
momento el Polo Democrático toma mucha fuerza y se convierte en referente político. Con dicho
alcalde empieza un nuevo fenómeno: el clientelismo de izquierda. Su gobierno termina y llega al
mando Samuel Moreno. Samuel Moreno es el candidato que más votos ha ganado en la historia
para tomar dicho cargo, sin embargo, esta gran cantidad no se le atribuye a el como candidato sino
al Polo Democrático. Samuel Moreno se basó en la construcción de megaproyectos como el metro,
las grandes autopistas, entre otros. En un debate respondió que compraría votos si es necesario y se
podría decir que en esto se resume su gobierno. Con el crece el movimiento de izquierda que
buscaba crecer como partido y mantener el control de una ciudad como Bogotá. Según Rojas,
Samuel Moreno y Álvaro Uribe son iguales, ya que ambos extremos terminan pareciéndose y
actuaron de manera similar. Su gobierno acaba y llega Gustavo Petro al poder y este es un personaje
que tiene una gran facilidad para conectarse con la gente, logró tener claro una serie de problemas
que son preocupaciones de la gente actual y tiene una facilidad de verbo impresionante. El recoge
muchos de los malestares que afectaban a la población bogotana, sin embargo, no supo resolverlos.
Petro funcionaba a partir de la polarización. Mostró estudios sobre el Metro, había un punto de
inicio y había información que no se utilizó. El termina su alcaldía y las personas quieren volver al
que sabe: Peñalosa, sin embargo, en este ultimo mandato no ha cumplido con las cosas que
prometió. En cuanto a Transmilenio y el sistema integrado de transporte, no responden con las
necesidades que se tenían, el problema es realmente que tipo de sistema se necesita y esa discusión
no se dio, además no se está haciendo caso a muchos de los estudios ya hechos. En cuanto al uso de
dichos medios de transporte, problema ya no es de cultura ciudadana, el problema es de desespero.
No hay medidas concretas para decir que la situación ha avanzado ni que se ha aprendido de los
problemas existentes. Por otro lado, en cuanto al metro, Rojas afirma que sigue faltando mucha
información. Otro gran problema ha sido la discusión respecto a la reserva Van Der Hammen sobre
la cual Peñalosa quiere intervenir sin tener en cuenta el potencial y consecuencias de esto. Hoy no
está presente la nueva ciudad que Peñalosa buscaba presentar. Peñalosa está en un gran divorcio con
la opinión pública, Rojas lo define como “antipopular”, ya que comenzó a pelear hasta con los que
le dieron el voto, no buscó ganárselos como aliados. Rojas terminó la conferencia afirmando que
como están hoy las cosas las dos fuerzas que podrían unirse para ganar es el Centro y Petro, sin
embargo, se deben revisar los elementos y posibles candidatos para que dicha unión sea exitosa.
Según Rojas, hoy en día la gente no tiene paciencia y es un momento importante para todos los que
están estudiando y trabajando para tratar de ayudar a encontrar un camino que direccione a Bogotá,
sin embargo, este camino no es claro.

Durante la conferencia se pudieron evidenciar varios puntos importantes relacionados con los temas
de clase. En primer lugar, está el concepto de la libertad. Por medio de las definiciones expuestas
por Kayek en su escrito Los Fundamentos de la Libertad, se busca explicar que la libertad es la
condición según la cual las personas pueden tomar decisiones sin ninguna influencia o constricción,
muy diferente a lo que se entiende comúnmente por libertad como “capacidad para pensar y hacer
lo que uno quiera”. Es este el punto en donde radica el problema, ya que los políticos colombianos,
como se pudo ver en la historia de la alcaldía de Bogotá, tienden a entender la libertad que les
otorga su cargo como “capacidad para hacer y pensar lo que uno quiera”, muchas veces ignorando
el bienestar de la comunidad y anteponiendo los intereses privados o las pocas ganas de hacer las
cosas bien hechas.

Por otro lado, por medio de la historia contada y de su análisis podemos entender la importancia y
al mismo tiempo la debilidad que tienen las instituciones colombianas que han hecho que hasta
políticos calificados fracasen y llevan al mando y triunfo a políticos no calificados ni capaces. Para
poder lograr una buena implementación de las diferentes propuestas, soluciones y sistemas es
necesario cambiar las instituciones colombianas. Como se menciona en el libro Why nations fail de
Acemoglu y Robinson, las instituciones y el recorrido de una nación pueden determinar el éxito o
fracaso de esta. Por lo tanto, podemos ver que para poder crear un sistema que funcione es
necesario estudiar el pasado histórico colombiano perenemente afectado por el conflicto y los
errores que han permitido que esto suceda, así como las instituciones poco eficientes y fuertes. Se
deben generar cambios en las instituciones que permitan que Colombia renazca, y el buen
funcionamiento de las nuevas instituciones y organismos creados pueden ser ejemplo de esto si se
dejan de lado los conflictos de intereses y trabas que por tantos años han dañado nuestras
instituciones. Se tiene que lograr una sociedad con instituciones que, como describen Acemoglu y
Robinson “[…] enable them to choose their occupations freely, acquire schooling and skills, and
encourage their emploters to invest in the best technology, whick leads to higher wages for them.
They also have access to political institutions that allow them to take part in the democratic process,
to elect their representatives and replace them if they misbehave. In consequence, politicians
provide the basic services that the citizens demand.” (Acemoglu & Robinson, 2012). Colombia
tiene que llegar a tener instituciones que mejoren la calidad de vida de los colombianos, que
promuevan el desarrollo y crecimiento del país, se tiene que generar una nueva mentalidad, donde
los políticos y funcionarios públicos sean capaces de anteponer el bien común antes del privado
para así lograr mitigar la corrupción y permitir el buen funcionamiento de los diferentes sistemas.

Otro concepto importante es el de la globalización política, como lo explica Caballero en su escrito


Análisis de problemas colombianos. La globalización política, manejada de manera correcta trae
consigo efectos benéficos como explica Caballero “la globalización política ha impedido que los
países perpetúen sistemas políticos que funcionan mal” (Caballero, 2010). Como nos explica el
autor, este tipo de globalización impide que los temas sociales y políticos sigan siendo ignorados y
le da responsabilidad a la sociedad como un todo (no solo el Gobierno) de que actúen de manera
contundente frente a estas problemáticas. Viendo los efectos que dicha globalización tiene se podría
afirmar que es necesario que Colombia participe en este y que se atenga a los deberes y derechos
impuestos por las diferentes organizaciones mundiales.

En base a los conceptos de clase y a la charla dada por Rojas podemos concluir que para que las
cosas cambien es necesario un gran cambio, que más que venir de parte de los políticos, debe venir
de parte de los ciudadanos. Estos deben ser el principal motor de cambio, que ayude como
menciona Rojas a determinar el curso de la ciudad y del país. No se puede seguir perpetuando los
mismos errores del pasado ni ignorando el contexto ni las situaciones que se están viviendo. Si se
quiere lograr un cambio se debe hacer algo para lograrlo.

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