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Facultad de reglamentar

los derechos constitucionales1

¿Se pueden reglamentar los derechos constitucionales?

Facultad de reglamentar los derechos en el sistema constitucional argentino


(arts. 14 y 75 de la C.N. y art. 30 de la Convención Americana de Derechos Humanos)

La facultad de reglamentar los derechos constitucionales surge de los arts. 14 y 28 de


la Constitución Nacional.

El artículo 14 refiere a las reglamentación de los derechos constitucionales, al


condicionar el goce de los derechos civiles

“a las leyes que reglamenten su ejercicio”.

El artículo 28 de la Constitución Nacional también refiere a la reglamentación de los


derechos constitucionales al establecer que:

“Los principios, garantías y derechos reconocidos en los artículos


anteriores no podrán ser alterados por las leyes que reglamentan
su ejercicio”.

El análisis armónico de los artículos referidos precedentemente permiten afirmar que


el constituyente ha previsto la posibilidad de que el órgano legislativo reglamente los
derechos constitucionales.
Respecto de los instrumentos internacionales con jerarquía constitucional, la
posibilidad de limitar los derechos fundamentales por medio de la reglamentación de los
mismos, también surge del art. 32, inc. 2 de la Convención Americana sobre Derechos
Humanos (Pacto de San José de Costa Rica), que establece que

“Los derechos de cada persona están limitados por los derechos

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Por Andrés Martin Salgado

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de los demás, por la seguridad de todos y por las justas exigencias
del bien común, en una sociedad democrática”.

¿Se puede delegar la función de reglamentación de los derechos constitucionales?

La facultad de reglamentar los derechos constitucionales a favor del interés


público, es una función que se encuentra a cargo del Poder Legislativo.
No se pueden reglamentar ni restringir derechos constitucionales, sino a través de la
ley formal.
Por ello, la regla general es que es una función indelegable. Excepcionalmente, el
legislador puede delegar en el Poder Ejecutivo la reglamentación del poder de policía, a
condición de que la ley establezca los parámetros dentro de los cuales puede operar el
Poder Ejecutivo (nuca puede decidir con absoluta discreción ni arbitrio).
En tal sentido, el primer párrafo del art. 76 de la C.N. dice que:

Art. 76 de la C.N.: “Se prohíbe la delegación legislativa en el


Poder Ejecutivo, salvo en materias determinadas de la
administración o de emergencia pública, con plazo fijado para su
ejercicio y dentro de las bases de la delegación que el Congreso
establezca”.

¿Es necesario que la reglamentación de los derechos


constitucionales persiga alguna finalidad?

Si, el interés general

¿Cuál es la finalidad de la reglamentación de los derechos constitucionales?


Evolución histórica del poder de policía

La función de reglamentar los derechos constitucionales ha ido variando con el


transcurso del tiempo, originándose dos concepciones diferentes.
Una primera noción de la función reglamentaria (estrecha), coincide con la primera

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etapa del constitucionalismo (liberalismo).

En esta etapa, la reglamentación de los derechos constitucionales solo se ejerce con


la finalidad de impedir el ejercicio de los derechos individuales, cuando estos afectan el
“interés público”; la reglamentación apunta sólo a la defensa de la seguridad, moralidad
y salubridad (se conoce a esta etapa como la del Estado Gendarme).

La segunda noción de la función reglamentaria (amplia), coincide con el


constitucionalismo social. Se advierte un mayor intervencionismo del Estado para
“promover” la actividad de los particulares con la finalidad de lograr el BIENESTAR
GENERAL”.

Para esta noción del poder de policía, el Estado debe intervenir en la actividad
privada cuando ella es insuficiente o dominante, para proteger al débil y de esa manera
asegurar la igualdad de posibilidades (se conoce a esta etapa como Estado de Bienestar).

Poder de policía en épocas de NORMALIDAD

Se ocupa de reglamentar sobre los tres clásicos objetivos del Estado:

a) moralidad: se restringen ciertos derechos con la finalidad de resguardarse la moral


pública (no la moral individual contemplada en el art. 19 de la CN).
Ejemplos: prohibición de corridas de toros; prohibición de ingreso de mujeres solas a
locales de bailables; prohibición de venta de libros y exhibición de películas por
considerarlas inmoral; negativa de otorgamiento de personería jurídica a comunidad
homosexual, etc.

b) seguridad: se restringen derechos para la protección de la vida e integridad física de las


personas, de la tranquilidad pública y la convivencia de la sociedad, y de la subsistencia e
independencia del Estado
Ejemplos: uso obligatorio de cinturón de seguridad y casco. Prohibición de ocupar
cargos públicos y ejercer docencia a los que se calificaban como comunistas; prohibición a
los argentinos naturalizados de trabajar en ciertas actividades; expulsión de extranjeros sin

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juicio previo; negativa de autorización para fusión de varias sociedades petroleras, etc.

c) salubridad: en materia sanitaria: retiro de autorización a dueños de saladeros para


continuar con faenas frente a una epidemia de fiebre amarilla; instalación de
sanatorios privados fuera del radio urbano (fue revocada por la CSJN).

PROSPERIDAD

Además, en época de normalidad, el poder de policía también es ejercido con la finalidad


de lograr
 el desarrollo integral del hombre,
 el crecimiento económico y
 la justicia social (PROSPERIDAD).

Tiene sustento en el preámbulo, cuando postula el bienestar general y en el art. 75, incs.
18 y 19.

Art. 75 de la Constitución Nacional

A través del art. 75, incs. 18 y 19, las provincias delegaron en el Congreso el
ejercicio del poder de policía de la prosperidad:
75. Corresponde al Congreso:...
18. Proveer lo conducente a la prosperidad del país, al adelanto y bienestar de
todas las provincias, y al progreso de la ilustración, dictando planes de instrucción general
y universitaria, y promoviendo la industria, la inmigración, la construcción de
ferrocarriles y canales navegables, la colonización de tierras de propiedad nacional, la
introducción y establecimiento de nuevas industrias, la importación de capitales
extranjeros y la exploración de los ríos interiores, por leyes protectoras de éstos fines y por
concesiones temporales de privilegios y recompensas de estímulo.
19. Proveer lo conducente al desarrollo humano, al progreso económico con justicia
social, a la productividad de la economía nacional, a la generación de empleo, a la
formación profesional de los trabajadores, a la defensa del valor de la moneda, a la
investigación y al desarrollo científico y tecnológico, su difusión y aprovechamiento.

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Proveer al crecimiento armónico de la Nación y al poblamiento de su territorio;
promover políticas diferenciadas que tiendan a equilibrar el desigual desarrollo relativo de
provincias y regiones. Para estas iniciativas, el Senado será Cámara de origen.
Sancionar leyes de organización y de base de la educación que consoliden la unidad
nacional respetando las particularidades provinciales y locales; que aseguren la
responsabilidad indelegable del Estado, la participación de la familia y la sociedad, la
promoción de los valores democráticos y la igualdad de oportunidades y posibilidades sin
discriminación alguna; y que garanticen los principios de gratuidad y equidad de la
educación pública estatal y la autonomía y autarquía de las universidades nacionales.
Dictar leyes que protejan la identidad y pluralidad cultural, la libre creación y
circulación de las obras del autor; el patrimonio artístico y los espacios culturales y
audiovisuales.

Ejemplos: conceder privilegios y recompensas de estímulo a ferrocarriles (eximisión de


impuestos); concesión de servicios públicos; intervención orientadora en la economía
(retenciones / valor dólar); intervención represiva (defensa del consumidor); prohibición de
monopolios (ley de medios); expropiaciones (art. 17, 2º parte)

Art. 17 de la C.N.: La propiedad es inviolable, y ningún habitante de la Nación puede ser


privado de ella, sino en virtud de sentencia fundada en ley. La expropiación por causa de
utilidad pública, debe ser calificada por ley y previamente indemnizada. Solo el Congreso
impone las contribuciones que se expresan en el artículo 4. Ningún servicio personal es
exigible, sino en virtud de ley o de sentencia fundada en ley. Todo autor o inventor es
propietario exclusivo de su obra, invento o descubrimiento, por el término que le acuerde
la ley. La confiscación de bienes queda borrada para siempre del código penal argentino.
Ningún cuerpo armado puede hacer requisiciones, ni exigir auxilios de ninguna especie.

¿La reglamentación de los derechos constitucionales tiene algún límite?

Límites a la reglamentación de los derechos


(art. 28 de la C.N.)

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Al inicio referí que el artículo 28 de la Constitución Nacional permitía inferir la
facultad de reglamentar los derechos constitucionales.
Asimismo, dicha norma también establece un límite a la reglamentación, al establecer
expresamente que dicha reglamentación no puede alterar la eficacia del derecho
constitucional, por lo que las leyes que reglamenten los derechos constitucionales no
pueden desvirtuar los derechos constitucionales.
Esta limitación se conoce como “principio de razonabilidad”.

Art. 28 de la C.N.: “Los principios, garantías y derechos


reconocidos en los artículos anteriores no podrán ser alterados por
las leyes que reglamentan su ejercicio”.

Comentario: El art. 28 de la C.N. es el que permite afirmar que las leyes que reglamentan los
derechos constitucionales se encuentran en un plano inferior al de los derechos constitucionales, puesto que se
deben adecuar a los mismos, no pudiendo alterarlos o desvirtuarlos.

¿Qué sucede cuando se viola el límite de razonabilidad?

¿Quién efectúa el control de razonabilidad?

El Poder Judicial, a través del control de constitucionalidad.

Los límites a la reglamentación de los derechos fundamentales también surge del art.
30 del Pacto de San José de Costa Rica, al señalar la necesidad de que las restricciones lo
sean conforme “a leyes que se dictaren por razones de interés general y con el propósito
para el cual han sido establecidos.”

Límites a la reglamentación de los derechos fundamentales


(en épocas de anormalidad o de emergencia)
(arts. 23 y 99 in. 16 de la C.N. y art. 27 de la C.A.D.H.

Resulta indiscutible la posibilidad de reglamentar los derechos constitucionales; sin


embargo, para determinar cuál es el límite de dicha reglamentación, es necesario diferenciar

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entre reglamentación en épocas de normalidad y reglamentación en épocas de emergencia.

Cuando se produce una situación de emergencia (política, económica, etc.), el Estado


puede restringir más intensamente el ejercicio de los derechos individuales, para beneficio
del interés general (siempre en forma transitoria).

Existen situaciones extraordinarias en las que algunas partes de la Constitución no


puede funcionar correctamente al no presentarse los supuestos de hecho sobre los que
dicho orden descansa. Por ello, se ha dicho que los acontecimientos extraordinarios
merecen soluciones extraordinarias.

Los requisitos que debe cumplir el poder de policía en épocas de emergencia, son los
siguientes:
a) Que exista un situación de emergencia que imponga al Estado el deber de
amparar los intereses vitales de la comunidad;
b) Que esa situación sea declarada por ley del Congreso;
c) Que las restricciones sean transitorias
d) Que los medios elegidos para superar la emergencia sea proporcionados al fin
perseguido

Ejemplos: hiperinflación; corralito; pesificación; cupos de exportación; fijación de


precios máximos; pago en bonos.

Estado de sitio
(art. 23 de la C.N.)

En la Constitución Nacional están previstos expresamente algunos casos de


emergencia (estado de sitio y guerra).
art. 23. En caso de conmoción interior o de ataque exterior que
pongan en peligro el ejercicio de esta Constitución y de las
autoridades creadas por ella, se declarará en estado de sitio la
provincia o territorio en donde exista la perturbación del orden,
quedando suspensas allí las garantías constitucionales. Pero
durante ésta suspensión no podrá el presidente de la República

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condenar por si ni aplicar penas. Su poder se limitará en tal caso
respecto de las personas, a arrestarlas o trasladarlas de un punto
a otro de la Nación, si ellas no prefiriesen salir fuera del territorio
argentino.

Conmoción interior: rebeliones, sediciones, insurrecciones y sublevaciones.


Ataque exterior: movilización de fuerzas extranjeras, declaración de guerra,
introducción de tropas, etc.

¿Quién declara el estado de sitio?

Solo el gobierno federal (no las autoridades provinciales, porque es una facultad
delegada).

En caso de conmoción interior (arts. 75, inc. 29 y arts. 99, inc. 16), lo declara el
Congreso; si está de receso el Congreso, lo declara el Poder Ejecutivo, debiendo luego
aprobarlo o suspenderlo el Congreso, previa convocatoria a cesiones extraordinarias en el
mismo decreto. Similar a la intervención federal (art. 99, inc. 20).

Art. 75. Corresponde al Congreso:...


inc. 29) Declarar en estado de sitio uno o varios puntos de la
Nación en caso de conmoción interior y aprobar o suspender el
estado de sitio declarado, durante su receso, por el Poder
Ejecutivo.

En caso de ataque exterior (arts. 61), el estado de sitio es declarado por el Poder
Ejecutivo, con autorización del Senado.

Art. 61 de la C.N.: Corresponde también al Senado autorizar al


presidente de la Nación para que declare en estado de sitio, uno o
varios puntos de la República en caso de ataque exterior.

Límites a la limitación de derechos fundamentales


en el Pacto de San José de Costa Rica

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La Convención Americana de Derechos Humanos diferencia entre épocas de
normalidad y épocas de emergencia.
En épocas de emergencia, el inc. 1, del art. 27 del Pacto de San José de Costa Rica,
establece la posibilidad de que se suspendan ciertas garantías, al establece que:

Art. 27 de la C.A.D.H., inc. 1º) En caso de guerra, de peligro


público o de otra emergencia que amenace la independencia o
seguridad del Estado Parte, éste podrá adoptar disposiciones que,
en la medida y por el tiempo estrictamente limitados a las
exigencias de la situación, suspendan las obligaciones contraídas
en virtud de esta Convención, siempre que tales disposiciones no
sean incompatibles con las demás obligaciones que les impone el
derecho internacional y no entrañen discriminación alguna
fundada en motivos de raza, color, sexo, idioma, religión u origen
social”.

Posteriormente, el inc. 2, del referido art. 27, señala los derechos que -aún en épocas
de emergencia- no pueden ser suspendidos (se conoce con núcleo irreductible), al establecer
que:

“2º) La disposición precedente no autoriza la suspensión de los


derechos determinados en los siguientes artículos: 3 (Derecho al
reconocimiento de la personalidad jurídica); 4 (Derecho a la
vida); 5 (Derecho a la integridad personal); 6 (Prohibición de la
esclavitud y servidumbre); 9 (Principio de legalidad y de
retroactividad); 12 (Libertad de conciencia y de religión); 17
(Protección a la familia); 18 (Derecho al nombre); 19 (Derecho
del niño); 20 (Derecho a la nacionalidad), y 23 (Derechos
políticos), ni de las garantías judiciales indispensables para la
protección de tales derechos...”.

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