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Enero 5 de 2020, puente entre la Venezuela democrática y la Benesuela de Cubalandia

´´El precio de desentenderse de la política


es el ser gobernados por los peores hombres.´´
Platón (Atenas, 427 - 347 a.C.)

´´La guerra no consiste solo en la batalla


sino en la voluntad de contender.´´
Thomas Hobbes (Inglaterra, 1588 – 1679)

´´La política no es una especulación;


es una Ciencia más pura y la más digna,
después de la filosofía,
de ocupar las inteligencias nobles.´´
Juan Pablo Duarte (Santo Domingo, 1813 – Caracas, 1876)

´´Mientras no se escarmiente a los traidores como se debe,


los buenos y verdaderos … serán siempre victimas de sus maquinaciones´´
Juan Pablo Duarte (Santo Domingo, 1813 – Caracas, 1876)

Momentos como los que vivimos a propósito del ventilador bilateral de la corrupción en
Venezuela, no han de abrir opciones a pensadores viscerales y si, al frío análisis de la
realidad. Hay quienes se plantean, alentar la renuncia de Guaidó, otros reclaman y
proponen desde las bondades de su exilio.

En democracia, todos, absolutamente todos tenemos derecho a opinar. Esa no es la


cuestión. Si me preguntan y con base en mi conocimiento y experiencia, puedo dar mi
opinión sobre la dolencia que me afecte y sin embargo, recurriré a la opinión experta y
entrenada del médico. En materia política ocurre de manera idéntica, cada uno de
nosotros tiene sus propias opiniones pero, la cuestión está en que quienes disponen,
mejor información y formación en cuanto entrenada la mente para el análisis de lo
complejo y más allá de las vísceras, pueden apuntalar el camino y hacernos fácil la
comprensión del momento país que vivimos hoy.

Digo que no meto las manos al fuego ni siquiera por mí, empero, analizo la situación y
considero que con los diputados verdeados, consideraciones cero. No hay perdón y han
de ser ejemplarmente execrados de la vida política nacional como muestra de que
actuamos para la conformación de un país donde el comportamiento ético político
adquiere una dimensión distinta a la preconizada en los últimos cuarenta años.

En cualquier evaluación que se haga, por encima de la coyuntura concreta en la que


estamos, es evidente que se han producido avances hacia los objetivos que se han
planteado en cuanto al cese de la usurpación, sobre manera en este último año. Este
capitulo que presenciamos es de mayores beneficios que lo que pueda perjudicar a la
oposición. La preocupación está del lado de la usurpación no solo descubierta en lo que
han sido sus conocidas intenciones, sino además, desmantelada en su accionar.
Mantengo y sostengo mi apoyo a Guaidó. Pero hay que tomar decisiones de todo orden,
la primera, liberarse definitivamente de la disciplina y tutela partidista. Ni Leopoldo López,
ni su padre son dueños del país, como tampoco, a decir de Capriles, Guaidó es depositario
de un cheque en blanco. Aquí, por delante de todos, la unidad superior en función del
país, de la recuperación de la constitución y la institucionalidad nacional, de la
recuperación del territorio país, de la inclusión y un gobierno para todos los venezolanos,
cuestión que no es exclusivamente inmanente a Guaidó y que si él no lo hace, hay otros
que bien pueden suplantarle y realizar la tarea. Pero ese no es ni al caso, ni la solución.

Guaidó merece aun nuestro respaldo, no podemos echar por tierra los avances políticos
alcanzados internamente y en el exterior. Aun le sostiene un margen de maniobra que
corresponde a la duda razonable, pero él y solo él pueden poner definitivamente el juego
interno a su favor. Calderón Berti ha enviado un mensaje claro y contundente.

Si los partidos políticos no pueden superar lastres y atreverse con todo a la construcción
definitiva de la unidad superior, la sociedad civil ha manifestado -con todas sus
limitaciones en el manejo de lo política y la política- que está dispuesta y puede armar
capacidades suficientes para asumir el reto y mantener el camino hacia los objetivos
planteados en el Estatuto para la Transición que fuera aprobado en su oportunidad por la
Asamblea Nacional.

Si Guaidó decide ampliar su Zona de Confort para la acción política, considero debe
hacerse presidente de todos los venezolanos, lo cual implica alimentarse de mucha más
humildad que la que hasta ahora hecho gala, alejando de su lado y entorno toda variante
negativa. El daño ha sido más que suficiente y él no ha sido afectado en su línea de
flotación. Es quien detenta el respaldo nacional e internacional y ahora, la sociedad civil le
ha puesto la oportunidad de develarse como verdadero estadista, más allá de la coyuntura
2019.

No es el momento de andar en herméticas Hummer y si de andar a pie. Momento de


quienes superando la distancia temporal y evolutiva que nos separa del Homo erectus,
caminan, aprecian los árboles y se elevan observando el bosque, la brisa y el sentido de
los vientos, pasando de lo sistémico a lo global, a lo holístico e integral del análisis, las
tendencias y las decisiones.

O sea, ser militante de un partido político ya no genera masa intelectual suficientemente


calificada en el ámbito social para habérselas con la realidad del momento. Hace falta algo
más. Hace falta el conocimiento y la prudencia que dan los años como bien nos lo legara
en su pensamiento libertario, palabras más, palabras menos Antonio Machado...
´´caminante no hay caminos, se hace camino al andar. Al andar se hace camino y al mirar
la vista atrás, se ve la senda que nunca se ha de volver a pisar´´. Parábola que retrata las
reflexiones de Heráclito de Éfeso cuando afirma que ´´nadie se baña dos veces en el
mismo río´´. Por tanto es momento de apurar el paso y cruzar los puentes, hemos llegado
a la orilla del rió y no hay marcha atrás.

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