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PROLEGÓMENOS A TODA HISTORIA FUTURA DE LA ANATOMÍA

HUMANA

Autor para correspondencia: Hans Contreras-Pulache, Av. Arequipa 440,


Oficina 801, Escuela de Medicina Humana, Facultad de Ciencias de la Salud,
Universidad Privada Norbert Wiener, Lima 51001, Perú. Email:
hans.contreras@uwiener.edu.pe

Conflictos de interés: Los autores declaran no tener conflictos de interés

Fuentes de financiamiento: Financiado por los autores.

Responsabilidades éticas: Se declaran las responsabilidades éticas y se


afirma el no infringir los principios internacionales de bioética.

Derecho a la privacidad y consentimiento informado: Este estudio no uso


consentimiento informado

Reconocimiento de autoría: Todos los autores contribuyeron igualmente al


desarrollo de este estudio

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RESUMEN

A lo largo de la historia de la anatomía, se puede identificar al último medio


siglo cuando ha tenido lugar el paso del estudio del cadáver al estudio del
cuerpo humano vivo. Así, un recuento de la historia de la anatomía, más que
mirar hacia el pasado exige pensar desde el presente: ¿cuánto puede aportar
la anatomía a la comprensión del cuerpo humano vivo? Pareciera que la
anatomía se encuentra entrampada en el estudio del cadáver. Este artículo
concluye proponiendo la necesidad de establecer una nueva anatomía, que
permita explicar no solo la estructura del cuerpo humano sino a ese cuerpo
humano como una estructura activada o mejor como una actividad
estructurada.

Palabras clave: cadáver, fisiología, histología, morfofisiología, neurociencia.

ABSTRACT

Throughout the history of anatomy, the last half century can be identified when
the passageway from the study of the corpse to the study of the living human
body has taken place. Thus, a retelling of the history of anatomy, rather than
looking to the past, requires thinking from the present: how much can anatomy
contribute to the understanding of the living human body? It seems that the
anatomy is trapped in the corpse study. This article concludes by proposing the
need to establish a new anatomy, which allows explaining not only the structure
of the human body but to that human body as an activated structure or bettering
as a structured activity.

Keywords: corpse, physiology, histology, morphophysiology, neuroscience.

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Introducción

Quienes han contado o pretendido contar la historia de cualquier disciplina, han


olvidado con frecuencia que una cosa es el relato de los hechos y otra, muy
distinta, el desarrollo histórico de los hechos mismos. El desarrollo histórico, en
sí, no necesariamente sigue una linealidad, incluso es arriesgado afirmar que
siga una finalidad (parece ser que la finalidad es más una justificación a
posteriori). El relato de los hechos históricos, por otra parte, se sostiene sobre
una ilación: sobre una narración que en última instancia pretende una
coherencia. Todo relato, toda narración, implica en sí, para cuando se trata de
la historia de una disciplina, una teleología. En este contexto, narrar la historia
de una disciplina resulta entonces siempre una reactualización (una puesta al
día) de dicha disciplina. Puestos en el caso que nos convoca (el caso de la
anatomía humana), diremos que escribir la historia de la anatomía significa un
modo de revivir a la anatomía como tal. O más que revivirla (porque solo se
revive lo que está muerto, y la anatomía no ha muerto nunca), mejor diríamos:
florecerla. Escribir la historia de la anatomía es hacer florecer a la anatomía.

Así, contracorriente al modo actual como se narra la historia de la anatomía


(mirando esencialmente hacia el pasado), preferimos una historia que mire
hacia el futuro (aun cuando esta mirada imprima un sesgo hacia la parte más
compleja de la anatomía: la neuroanatomía).

Para empezar a plantearnos, así las cosas, entonces, vamos a afirmar que, a
grandes rasgos, desde el siglo XIV, la anatomía se hizo científico-técnica,
definiendo su método: cortar; su objeto: el cadáver; y su objetivo: comprender
la estructura del cuerpo humano. Y en su desarrollo histórico posterior, no es
sino hasta hace medio siglo (en la segunda mitad del siglo XX), en que le ha
acontecido su más importante innovación. La tecnología desarrollada en los
últimos 50 años, ha significado una renovación rotunda para la anatomía,
desde la noción de “cortar” (el método mismo de la anatomía); y junto con este,
y sin perder de vista su objetivo, la anatomía se ha permitido (en el curso de su
desarrollo más reciente) cambiar de objeto de estudio (aunque más que
cambiarlo es avivarlo): pasando del cadáver al ser humano vivo.

En este desarrollo histórico (el corpus de la anatomía científico-técnica), que


lleva siete siglos, la anatomía empezó estudiando al cadáver humano y ha

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terminado explicando al ser humano vivo, siempre fiel a su objetivo, que es,
comprender la estructura del cuerpo humano. Hoy, más que nunca la anatomía
tiene un rol sumamente preciado. A saber, la anatomía es la única disciplina
que tiene por objetivo la comprensión de la estructura del cuerpo humano. Así,
en el coro de la interdisciplinariedad contemporánea, la anatomía es la única
disciplina que puede ofrecer una comprensión de la estructura del cuerpo
humano en general, y en particular (y aquí su máxima actualidad), la
explicación de la estructura del sistema nervioso humano (y con este, del
cerebro) (Engelhardt, 2018).

Obviamente que la anatomía no bastará sola para resolver los problemas que
nos plantea la comprensión del cerebro humano, lo que queremos aquí resaltar
es que más que una disciplina cuya historia se tenga que contar hacia el
pasado, en la anatomía se exige una visión hacia el futuro, es decir, resaltar
que es en ella en donde se pueden encontrar los puntos de las íes, cada vez
que nos preguntemos por la estructura del cerebro humano, y de todo el
cuerpo en general.

Anatomía asendereada

Es en su capacidad de dar respuesta a esta inquietud (cómo se estructura el


cerebro humano) es donde radica el santo grial de la anatomía de nuestros
días. Así, de este modo, vamos a proponer, a modo de resumen, nuestras
situaciones problemáticas:

1. Cuando los filósofos de la mente se han acercado a la anatomía no han


encontrado plenas respuestas a sus interrogantes, debido a ello han
caído en un pleno dualismo (tener que explicar la mente o la consciencia
al margen de la estructura del cerebro) o han caído en monismos que no
han resuelto con certeza: el problema mente-cerebro (Dennett, 2017;
Bennett et al., 2009)
2. Cuando los psicólogos se han acercado a la anatomía, han desarrollado
esencialmente una aproximación cognitivista de la estructura del cerebro
que no hace diferencias entre el cerebro del mamífero y el cerebro
humano propiamente dicho (Dehaene, 2018; Ortiz, 2010)

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3. Cuando los sociólogos se han acercado a la anatomía, han terminado
igual que los filósofos, y quizá peor, puesto que el acercamiento ha
implicado el sacrificio de la sociología misma, reduciéndola
esencialmente a la condición de vivir en grupos: y por tanto buscando
los sustratos en el cerebro que aseguren esta condición (en lugar de
considerar que todo el cerebro es social, por ejemplo, que sería lo
correcto, se ha propuesto que existiría un “cerebro social” o lo que es lo
mismo: unas partes en el cerebro que aseguran la condición social de un
individuo, y en el colmo: se ha buscado en animales dichos centros con
objeto de afirmar que si en los animales existen dichas áreas, por tanto
en el humano también deben existir). En suma, cuando se busca lo
social en los animales, creemos, que se ha sacrificado a la sociología
(Ortiz, 2019).

El problema esencial que se ve en estos campos es que aun a pesar de su


desarrollo histórico, y de ubicarse actualmente en una posición protagónica, la
anatomía no ha podido: ni siquiera en los últimos 50 años (con todo el empuje
de la tecnología más avanzada), aportar lo siguiente: una comprensión cabal
de la estructura del sistema nervioso que permita explicar a su vez, la
estructura activada, o la actividad estructurada del mismo. En esto, la anatomía
parece amarrada a las limitaciones iniciales de su devenir: el estudio en
cadáveres. Es como si la anatomía pudiera explicar la estructura del cadáver,
pero lamentablemente, ni la filosofía, ni la psicología, ni la sociología precisan
explicar al muerto sino al ser humano vivo (Ortiz, 2013).

Pasemos ahora repaso, solo superficialmente, de este entrampamiento con el


cadáver, para el caso de la anatomía del sistema nervioso:

1. Cuando explicamos la actividad del cerebro en términos de lóbulos


cerebrales (que es una noción estrictamente hecha para estudiar la
anatomía estructural de la corteza cerebral: por lo mismo sus puntos
referenciales de definición son meras líneas o trazos que se hacen sobre
el órgano cadavérico). Es como si cada vez que se quiere pensar al
sistema nervioso vivo se tenga solo el sistema nervioso del cadáver y
que se le agitara a este con objeto de demostrar su carácter vital.

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2. Lo mismo cuando se habla de sustancia gris y sustancia blanca, o
materia gris y blanca; se ha perdido completamente la noción original de
estos términos (y en ausencia de otros nuevos, se han utilizado los
mismos sin la rigurosidad adecuada) que hace referencia a un tejido
muerto que toma una coloración producto de su descomposición como
tal (para decirlo rápido: en el cerebro de una persona viva no hay nada
gris: a menos que sea un zombi, pero, hasta donde tenemos
conocimiento, los zombis no existen) (Hernández-Yépez & Contreras-
Pulache, 2019, Contreras-Pulache et al., 2019)
3. Otro punto similar pasa por las nociones de sistema nervioso central y
sistema nervioso periférico, que en cualquier cadáver se pueden
identificar sin ningún problema pero que en términos de actividad
fisiológica continua, no tiene sentido diferenciar una parte del sistema
nervioso solo porque está a un lado o al otro de una estructura ósea
(Ortiz, 2019)

Hacia delante: por una nueva historia de la anatomía humana

Por esta razón, podríamos decir que la anatomía actualmente tiene una deuda
pendiente: y es la de asumirse con mayoría de edad frente a su nuevo “objeto
de estudio”: ya no el cadáver, sino el cuerpo humano vivo.

Obviamente para esto, se precisa que la anatomía aporte una explicación de la


estructura que permita imaginar y pensar luego una explicación de la activación
de dicha estructura (lo cual ya escapa de los límites de la anatomía). Puestas
las cosas en este sentido, urge preguntarnos: ¿para explicar al ser humano
vivo se debe partir de la anatomía o se debe llegar a la anatomía? El
entrampamiento de la anatomía en las nociones del cadáver parece empujar la
balanza hacia la segunda de estas alternativas. Pero precisamos que para que
esto ocurra: la anatomía debe insuflarse desde afuera (y desde adentro) con un
paradigma radicalmente distinto. Así como la anatomía del cadáver se afilió a la
histología, la nueva anatomía del cuerpo humano vivo, sin desligarse de la
histología (con quien ya se encuentra entretejida), se afilia innegablemente a la
fisiología. La explicación morfofisiológica parece ser el signo de la anatomía de
nuestro tiempo. Esta nueva anatomía, nos parece, aún no existe o en su

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defecto: se encuentra en ciernes: anatomía no del cadáver, sino del cuerpo
humano vivo; anatomía que no busca explicar solo la estructura sino que,
entrelazada con la fisiología (en una sola concepción), busca explicar la
estructura activada, es decir al ser humano vivo: actividad estructurada
(Contreras-Pulache et al., 2019; Ortiz, 2004). Esta es, consideramos en breve,
el problema pendiente de la historia de la anatomía, y, tal como hemos
afirmado, no se resolverá mirando hacia atrás sino esforzándonos en mirar
hacia delante. Toda historia futura de la anatomía, a menos que sea una
repetición del modo como nos hemos venido contando la historia hasta nuestro
tiempo, pasa por replantear esta cuestión fundamental: la anatomía ya no está
para limitarse a la estructura cadavérica, urge un nuevo replanteamiento, un
nuevo paradigma.

Referencias

1. Bennett M, Dennett D, Hacker P, Searle J, Robinson DN. Neuroscience


and Philosophy: Brain, Mind, and Language. New York: Columbia
University Press; 2009.
2. Contreras-Pulache, H., Espinoza-Lecca, E., y Moya-Salazar, J.
Biographical Approach to Pedro Ortiz Cabanillas (1933-2011) and him
Informational Sociobiological Theory in the context of the scientific
neurology. Int J Morphol. 2019; 37(4): 1316-1324.
3. Dehaene S. En busca de la mente. México: Siglo XXI Eds.; 2018.
4. Dennett D. From Bacteria to Bach and Back. The evolutions of minds.
Londres: Penguin; 2017.
5. Engelhardt, B. Cluster: barriers of the central nervous system. Acta
Neuropathologica. 2018; 135(3): 307–310.
6. Hernández-Yépez P, Contreras Pulache H. Lo que dijeron las
neurociencias en el apocalipsis zombi: The Walking Dead TS-19 (2010).
Rev Med Cine 2019;15 (2): 121-4.
7. Ortiz P. 2010.
8. Ortiz P. Cuadernos de Psicobiología Social 1. Introducción a una
Psicobiologíadel Hombre. 1ed. Lima: Fondo Editorial Universidad
Nacional Mayor de San Marcos; 2004.
9. Ortiz P. La explicación científica del hombre. Lima: Centro de
Investigaciones Anastomosis; 2013
10. Ortiz P. Problemas actuales de la educación y la neurociencia. Lima:
Fondo Editorial de la Universidad de Ciencias y Humanidades; 2019.

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11. Ortiz P. Psicobiologia Social (Tomo 2). Lima: Fondo Editorial de la
Universidad de Ciencias y Humanidades; 2019.

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