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I

MEDICINA
DEPORTIVA
1 PERFIL
FISIOLÓGICO

Thomas Reilly

El fútbol exige esfuerzos fisiológicos a sus practicantes. Éstos están determi-


nados tanto por el ritmo de juego durante el partido como por los niveles físicos
y de motivación de los jugadores en un ejercicio de alta intensidad. Sin la com-
binación necesaria de atributos fisiológicos, los jugadores no serían capaces de
manejar el esfuerzo que les impone un fútbol intensamente competitivo. El
esfuerzo fisiológico asociado con el juego tiene consecuencias tanto en los tests
físicos como en los regímenes de entrenamiento.
La descripción del esfuerzo se puede determinar por un análisis de manteni-
miento de los jugadores durante un partido. La intensidad del ejercicio se puede
medir por los índices de esfuerzo, así como por la distancia recorrida durante el
partido o la relación ejercicio-descanso. En la variedad de factores influye
el índice de esfuerzo, incluyendo los estilos de juego, el estado nutricional y/o el
físico. Hay consecuencias energéticas asociadas con la ejecución de técnicas de
juego, que se sobreimponen a los patrones del índice de esfuerzo. La conexión
con técnicas de juego es más obvia durante los entrenamientos. Una nota más a
considerar en esta revisión es el asesoramiento de calidad de juego y los factores
que afectan a la producción de goles.

PERFIL DE ÍNDICE DE ESFUERZO

Los perfiles de esfuerzo pueden clasificarse en términos de tipo de actividad,


intensidad (o calidad), duración (o distancia) y frecuencia. Estos esfuerzos se
producen en un contexto de juego directo o indirecto. Los cambios en el perfil
del índice de esfuerzo pueden deberse a la fatiga o a deficiencias físicas, las cua-
les pueden proceder de programas de entrenamiento y tienen consecuencias en el
suministro energético o en la prevención de lesiones. Por ejemplo, los errores a
destiempo en una entrada o en una pugna por la posesión del balón son más fre-
cuentes si el jugador está fatigado.
2 METABOLISMO
DE LA ENERGÍA

Björn Ekblom

En el fútbol, los períodos en los que se realizan esprints de elevada intensi-


dad durante un corto espacio de tiempo se alternan con períodos en los que se
corre con menor intensidad y con momentos en los que el jugador trota, camina
o simplemente permanece de pie. Con escasas diferencias entre los partidos, la
distancia media cubierta por un jugador de campo se sitúa entre los 10-11 km.
Aproximadamente el 10% de la distancia total recorrida durante un partido se
debe a carreras de alta velocidad. Respecto a la media del equipo, los centrocam-
pistas cubren un distancia mayor, mientras que los defensas cubren una menor.
Por añadidura, todos los jugadores realizan actividades que demandan energía,
como entrar al contrario, saltar y acelerar. Así, para que sea posible satisfacer las
demandas energéticas de un partido de fútbol es preciso implicar tanto los siste-
mas energéticos aeróbicos como los sistemas anaeróbicos. En este capítulo se
discutirán los conocimientos de que disponemos en la actualidad sobre la deman-
da total de energía, así como la contribución de los distintos sistemas energéticos.

PRODUCCIÓN AERÓBICA DE ENERGÍA

Frecuencia cardíaca

Debido a que en la actualidad no es posible realizar mediciones de la produc-


ción aeróbica de energía durante la celebración de un partido de fútbol, deben
emplearse distintos métodos para la estimación del consumo de oxígeno. El pri-
mer método utiliza el factor fisiológico más obvio: la frecuencia cardíaca.
La figura 2-1 muestra la frecuencia cardíaca de un centrocampista provisto de
un transmisor de frecuencia durante un partido convencional. Como se ve en la
figura, el jugador tiene una frecuencia superior al 90% de su frecuencia máxima
en muchas partes del encuentro. Aunque incluso en momentos de ejercicio inter-
mitente los factores psicológicos y otros factores pueden aumentar superficial-
3 FUERZA,
RAPIDEZ Y
FLEXIBILIDAD
Gilbert W. Gleim

En el fútbol, la mayor parte de la atención se concentra en los aspectos técni-


cos y tácticos del juego, con el resultado de que, con frecuencia, los entrenado-
res desatienden los aspectos fisiológicos del rendimiento deportivo. No obstante,
los factores fisiológicos del rendimiento son tan importantes en el fútbol como
en cualquier otro deporte. Este hecho no se ve desmentido por los equipos parti-
cipantes en los campeonatos mundiales, como lo demuestran los exámenes ruti-
narios realizados en equipos de elite en todo el territorio de Brasil, el ganador de
la Copa del Mundo de 1994. Aunque no se ha demostrado que tales intervencio-
nes provoquen grandes cambios en la capacidad táctica y técnica, es evidente que
poseer un cuerpo en forma no supone ninguna desventaja.
Como dice el doctor James A. Nicholas, “nuestro conocimiento está limitado
por nuestra capacidad para realizar mediciones”. Esta afirmación pone de mani-
fiesto un gran número de dificultades, como la aplicación de la biométrica a los
deportes. Los factores que pueden repercutir sobre las mediciones son tan diver-
sos como: desacuerdos respecto a las definiciones, precisión y posibilidad de
reproducir las mediciones, motivación del atleta al realizar las pruebas y momen-
to de la sesión de entrenamiento en que se realiza dicha prueba.
La fuerza, flexibilidad, velocidad y agilidad son aspectos importantes del ren-
dimiento futbolístico. Se utilizarán las siguientes definiciones de los términos:
fuerza, la cantidad máxima de fuerza ejercida por un segmento corporal por
medio de la tensión muscular; flexibilidad, la movilidad disponible a través de
una o más articulaciones; velocidad, la distancia recorrida dividida por el tiem-
po empleado en recorrer dicha distancia; agilidad, velocidad más la capacidad
para realizar un súbito cambio en la dirección del movimiento.

FUERZA
Probablemente, la fuerza es el más estudiado de todos los factores de rendi-
miento. Los factores que influyen sobre la fuerza son el área de sección cruzada
4 APLICACIONES
DIETÉTICAS

Charlotte C. McIntosh
Michael K. McIntosh

LA NECESIDAD DE NUTRIENTES

La comida es algo más que una sustancia que consumimos para satisfacer las
papilas gustativas o combatir el hambre. La comida, especialmente en la canti-
dad y variedad adecuadas, es esencial para sobrevivir. Nadie puede vivir sólo de
agua con azúcar: aunque proporcione las calorías y los líquidos suficientes, apor-
ta poca nutrición. La muerte provocada por desnutrición sería la consecuencia
final de la falta de los nutrientes esenciales en la comida y de la cantidad nece-
saria de líquidos. La comida proporciona sustancias nutritivas denominadas
nutrientes, imprescindibles para el crecimiento y el desarrollo, un buen estado de
salud, la prevención de enfermedades y la optimización del rendimiento físico y
mental. Un cuerpo bien alimentado es fuerte, resistente, eficaz y capaz de adap-
tarse rápidamente a los cambios de su estado fisiológico. Mejorar los hábitos ali-
mentarios implica pensar en la comida como algo más que un simple combusti-
ble para el cuerpo. En definitiva, en cada trozo de carne, pieza de fruta, plato de
pasta o ración de verduras se encuentran los nutrientes que hacen posible la vida.
¿Por qué deben preocuparse los deportistas por estar bien alimentados? ¿No
podrán funcionar igual comiendo donuts, hamburguesas y pizza? Claro está que
los atletas pueden obtener las calorías suficientes consumiendo estas comidas,
pero sólo con ellas no podrían conseguir los nutrientes vitales necesarios para un
rendimiento máximo. Las personas necesitamos vitaminas y minerales como los
que se encuentran en los cereales, las frutas, las verduras, los productos lácteos
y las carnes para estar en buena forma física. El cuerpo humano es resistente y
puede tolerar muchas deficiencias nutritivas antes de que los síntomas obvios de
una mala nutrición sean visibles. Sin embargo, un nivel nutritivo pobre limita la
actividad diaria tanto en atletas como en personas sedentarias. No podemos espe-
rar que un coche funcione bien si en el depósito hay agua en lugar de la gasoli-
5 NECESIDADES
NUTRICIONALES

Kristine Larson Clark

Actualmente las personas se preocupan más por lo que comen. La única


excepción son los adolescentes. La actitud independiente de los adolescentes pre-
valece sobre el interés por mantener unos buenos hábitos alimentarios. Para los
deportistas adolescentes, la elección de las dietas y de los alimentos viene deter-
minada más por la presión de grupo y la socialización que por los factores nutri-
tivos reales. Científicamente, la nutrición y el ejercicio físico han conseguido
grandes progresos en el rendimiento de un individuo. El reto sigue siendo incul-
car a los adolescentes unos hábitos alimentarios adecuados.
Puesto que la mayoría de adolescentes no tienen la oportunidad de hablar
personalmente con un dietista deportivo, deben ser los padres, entrenadores y
preparadores físicos los que les guíen en la elección de alimentos que les ayu-
den a obtener un rendimiento óptimo. Los dietistas deben aconsejar con sus
conocimientos nutritivos y desmentir las dicotomías entre “buenos” y “malos”
alimentos.
Las bases para promover unos niveles de crecimiento adecuados y unas calo-
rías y micronutrientes necesarios para soportar el ejercicio están en función de
los alimentos que consumen los jóvenes deportistas y con qué frecuencia. En este
capítulo se describen los aspectos de la nutrición que afectan al rendimiento físi-
co y las estrategias didácticas para promover unas conductas alimentarias sanas
para los futbolistas adolescentes.

NECESIDADES ENERGÉTICAS
El fútbol está considerado como un deporte de alta intensidad y de actividad
intermitente. Los niños menores de 10 años participan en partidos divididos en
cuatro partes de 12 minutos cada una. Tiene lugar un descanso de 5 minutos entre
cada cuarto del partido, y un descanso de 10 minutos después de los dos prime-
ros cuartos. Los jóvenes mayores de 10 años participan en partidos divididos en
dos partes, de 25 minutos de duración cada parte, y de 45 minutos por cada parte
6 NUTRICIÓN Y
RENDIMIENTO

Donald T. Kirkendall

Los capítulos 4 y 5 ponen de manifiesto que la nutrición es importante para


el rendimiento físico. El efecto de los alimentos sobre el funcionamiento muscu-
lar ya fue un tema de debate en 1939. Desde entonces, se han escrito estudios que
demuestran que el rendimiento muscular puede superarse si se mejora la alimen-
tación.
La mayoría de investigaciones se han centrado en las actividades de resisten-
cia como las carreras de larga distancia, el ciclismo y la natación. Aunque la dis-
tancia recorrida durante un partido de fútbol, de aproximadamente 10 km, es
menor que los 42,2 km de la maratón, la nutrición pueden influir igualmente en
el rendimiento. Los requisitos del juego, descritos en el capítulo 1, son útiles para
entender la importancia de la alimentación en deportes intensos como el fútbol.
Este capítulo, basado en los conceptos nutritivos expuestos en los dos capítulos
anteriores (capítulos 4 y 5), está dirigido a los jugadores y equipos profesionales
que entrenan y compiten regularmente.
La principal fuente de energía es el glucógeno, una cadena de moléculas
conectadas. Se almacena en el músculo esquelético y en el hígado. Cuando los
niveles de glucógeno en los músculos son elevados, el tiempo hasta alcanzar el
agotamiento se prolonga. ¿Cómo pueden aumentarse los niveles de glucógeno
en la masa muscular? Los métodos anteriores requerían que el deportista comie-
ra pequeñas cantidades de hidratos de carbono durante unos días mientras du-
raran los entrenamientos. Esto hacía reducir el suministro de glucógeno a los
músculos. Un par de días antes de la competición, el deportista aumentaba el
consumo de hidratos de carbono a la vez que reducía el volumen y la intensidad
del entrenamiento. El resultado era un rebote de glucógeno a niveles superiores
a lo normal. Este método no se practica frecuentemente porque los niveles de
glucógeno en deportistas que entrenan están reducidos normalmente, de modo
que no hay necesidad de disminuir su consumo. Actualmente, los deportistas
siguen entrenando hasta el período previo a la competición cuando el volumen
y la intensidad del entrenamiento disminuyen, punto en el que aumentan su con-
7 LÍQUIDOS Y
ELECTRÓLITOS

Donald T. Kirkendall

La primera investigación sobre los efectos del calor durante el ejercicio se


realizó durante la construcción de Hoover Dam cerca de Boulder City, Nevada.
Se publicó en los años treinta el primer estudio sobre el consumo de líquidos, la
transpiración y las consecuencias del ejercicio bajo temperaturas que oscilaban
entre los 34-48OC. Durante la década siguiente, el gobierno militar analizó las
características de la actividad física en condiciones de calor e investigó las con-
diciones del ejercicio bélico en el desierto. Este trabajo fue resumido en 1947 en
Physiology of Man in the Desert. Los efectos y las consecuencias del trabajo físi-
co en condiciones de calor, el nivel de transpiración, la deshidratación, la pérdi-
da de sal y la ingestión de líquidos han sido temas de estudio durante más de
medio siglo.
Ningún texto sobre la fisiología del ejercicio publicado antes de 1970 men-
cionaba los riesgos potenciales del ejercicio en condiciones de calor y las conse-
cuencias de la restricción de agua. Los corredores de maratón ingerían tan sólo
una o dos bebidas durante una carrera. Los corredores de fondo pueden retener
reservas de agua hasta las tres cuartas partes de una carrera de 160 km.
La restricción de agua durante el ejercicio carece de sentido y debe conside-
rarse como una negligencia. Sin embargo, en el mundo del deporte, se ha come-
tido el error de pensar que mientras los atletas ganen las carreras, no hay necesi-
dad de motivar el consumo de líquidos durante el ejercicio.
Este capítulo analiza los factores del ejercicio en condiciones de calor que
afectan el rendimiento deportivo, las consecuencias de la ingestión de líquidos
durante el ejercicio y los efectos generales de jugar a fútbol en condiciones de
calor. Los efectos de la restricción de agua antes del ejercicio (hipohidratación)
no será un tema de análisis en este apartado. En cambio, se revisarán principal-
mente los efectos de la ingestión o de la restricción de líquidos que se observan
cuando una persona con un buen nivel de hidratación realiza ejercicio físico en
condiciones de calor.
II
BIOMECÁNICA
8 REMATES DE
CABEZA

James M. Lynch
Jeffrey A. Bauer
Rematar un balón de fútbol con la cabeza implica una serie de actos dinámi-
cos que deben coordinarse con precisión para garantizar el lanzamiento correcto
de la pelota. El cuerpo entero debe estar preparado para que el impulso dé resul-
tado. Esta habilidad se vuelve más difícil cuando el jugador debe rematar el
balón mientras corre o salta en presencia de sus adversarios y en combinación
con otros factores diversos.

BIOMECÁNICA DE LOS REMATES DE CABEZA


Rematar correctamente el balón es una operación compleja que requiere
mucha práctica. El balón debe golpearse con la parte de la frente donde empieza
el cabello, en la región que utilizamos para comprobar la presencia de fiebre. Los
remates conllevan un movimiento activo; es decir, el jugador debería golpear el
balón en lugar de ser el balón quien golpea al jugador a fin de dirigir adecuada-
mente la jugada.
Cuando se remata el balón, el movimiento inicial del tronco se realiza en una
extensión hacia atrás. La cabeza y el cuerpo se extienden como una misma uni-
dad con la barbilla posicionada hacia la zona pectoral. Esta inclinación hacia
atrás permitirá una mayor velocidad hacia delante mediante la subsiguiente
acción de la cadera y de los flexores de la cintura. Los brazos se extienden hacia
delante alejándose del tronco para equilibrar y proteger al jugador que remata de
los otros participantes que puedan salir a su encuentro. Si el acto del testarazo
está incorporado en un movimiento de salto, las piernas deben adoptar una posi-
ción hacia atrás y ligeramente hacia arriba en preparación para rematar el balón.
Es necesario calcular con precisión el tiempo y el momento para rematar el
balón. La cabeza y los hombros se inclinan hacia delante como una única unidad
durante el acercamiento al balón. Esto requiere la activación de los flexores de
las caderas y del tronco. Los ojos permanecen abiertos y centrados en el balón
9 BIOMECÁNICA
DEL DISPARO
Y DEL BALÓN

William R. Barfield
La biomecánica se emplea para definir los métodos anatómicos y mecánicos
que describen el movimiento. La biomecánica del fútbol, sus técnicas, material y
el balón en sí han sido investigados a fondo desde hace varios años. Este capítu-
lo resume áreas de interés para la comunidad del fútbol, incluyendo a aquellos
que están interesados en medicina deportiva, enseñanza y entrenamiento. Las
principales áreas de interés incluyen: niveles de desarrollo, cinemática y dinámi-
ca del disparo, ángulo de aproximación, reacción de fuerza en el terreno durante
el disparo, pauta temporal, contacto con la pelota, actividad muscular, medidas
de fuerza evaluadas isocinéticamente y el balón en sí. Finalmente unas cuantas
sugerencias para futuras investigaciones.
En el fútbol, la principal habilidad empleada por los jugadores es la de dispa-
rar. Dada su importancia fundamental en el juego, esta técnica ha sido investiga-
da con frecuencia en la literatura.

NIVELES DE DESARROLLO
Las investigaciones acerca de los niveles de desarrollo (en cuanto a disparar)
llevados a cabo con jugadores de 2 a 5 años demuestran que prácticamente no
cogen impulso al lanzar un balón estático. Con niños de 6-12 años, hay una
mayor tendencia a hacer aproximaciones rápidas y con más ángulo, y con
una coordinación parcial más idónea con respecto a la velocidad de impulso de
la extremidad. Sin embargo, el hallazgo más importante es la amplia gama de
habilidades expuestas entre jugadores de la misma edad.
Ya que el fútbol es un deporte de parar y arrancar, podría suponerse que la
fuerza de las piernas sería superior entre los jugadores de fútbol que en otro tipo
de atletas. Se sometieron a niños de sexto curso a pruebas antes y después de
nueve semanas de temporada, para determinar si la naturaleza de parar y arran-
car del fútbol incrementaba la fuerza de sus piernas. Los resultados fueron poco
concluyentes ya que tanto los controles como los sujetos del estudio incrementa-
10 CALZADO
DE FÚTBOL
Y SUPERFICIES
DE JUEGO
Raymond Rocco Monto

Aunque el calzado de fútbol ha sufrido una transformación impresionante


durante las dos últimas décadas, ha permanecido muy olvidado. Dado el creci-
miento a nivel internacional del juego, los fabricantes de calzado deportivo se
están concentrando en el desarrollo del calzado y el material para el fútbol. Como
resultado, no paran de llegar nuevos diseños de calzado al mercado futbolístico.
El propósito de este capítulo es preparar a jugadores, entrenadores y preparado-
res para esta revolución en el material para fútbol.

EPIDEMIOLOGÍA
Durante el transcurso de un entrenamiento o partido de fútbol normal, depen-
diendo de la posición, un jugador correrá aproximadamente 10 km. Dada
la media de las zancadas, la mayoría de jugadores efectúan aproximadamente
4.200 taconazos por partido y más de 75.000 taconazos durante un típico mes de
entrenamiento. La fuerza en el pie mientras corremos es aproximadamente 50
veces superior a la que usamos para andar, y debe absorverse cinco veces esta
cantidad. Si añadimos a esto la carga habitual de las extremidades inferiores,
entre 3 y 6 veces el peso del cuerpo en cada taconazo, es comprensible que los
jugadores de fútbol tengan un alto riesgo de lesiones por uso excesivo.
Un balón de fútbol estándar pesa 400-450 gramos y puede ser disparado a
velocidades por encima de los 120 km/hora. Los estudios biomecánicos del dis-
paro han demostrado una significativa traslación y rotación en las cargas de tor-
sión de la rodilla y el pie durante el disparo. La mayor parte de esta torsión es
generada por los flexores de la cadera actuando concéntricamente, con los
músculos extensores de la rodilla como agonistas para acelerar la parte inferior
de la pierna hacia la pelota. Estas torsiones han sido calculadas a 2.000 Newton
(N)/m con la parte inferior de la pierna absorbiendo apenas un 15% de esta ener-
CALZADO DE FÚTBOL Y SUPERFICIES DE JUEGO
139

anterior del tobillo con desgarro del ligamento tibioperoneo. Estas lesiones sin-
desmóticas son menos frecuentes que las lesiones por inversión, pero su curación
es mucho más lenta. Las investigaciones recientes destacan la propiocepción
debilitada como un factor recurrente en las torceduras de tobillo. Otros estudios
muestran la inversión disminuida del tobillo con la elevada altura del empeine,
lo que puede perjudicar la flexibilidad y los niveles de rendimiento.
La cinemática, o la anatomía dinámica, de la articulación del tobillo también
juega un papel importante en el modo de andar. El astrágalo es irregular en su
borde medial debido a que articula con el calcáneo para formar la articulación
subtalar. Esto crea una disfunción entre los ejes de movimiento medial y lateral.
Como resultado, el astrágalo se tambalea sobre el calcáneo como un neumático

Figura 10-4. A. El ligamento peroneoastragalino anterior se tuerce cuando el tobillo es flexio-


nado hacia abajo. B. El ligamento peroneocalcáneo se tuerce cuando el tobillo es flexionado
hacia arriba, C. Los ligamentos sindesmóticos tibioperoneos se tuercen cuando el tobillo efec-
túa una rotación.
III
EL MÉDICO
DE EQUIPO
11 ELROL DEL
MÉDICO DE
EQUIPO

Douglas W. Brown

INTRODUCCIÓN
El rol del médico de equipo varía según el tipo, la situación y la organización
del equipo, y depende además de muchos otros factores. Este capítulo tratará
sobre el rol del médico de equipo desde una perspectiva general y también desde
la perspectiva específica de un médico de equipo nacional que ha viajado a com-
peticiones internacionales. El autor tiene 10 años de experiencia en viajes con
varios equipos nacionales de Estados Unidos durante competiciones internacio-
nales, y acompañó al equipo nacional femenino a la Copa del Mundo en Suecia
en 1995, y al equipo nacional masculino en la Copa del Mundo en Italia en 1990.

CUALIDADES PERSONALES DE UN MÉDICO DE EQUIPO


Es importante que el médico de equipo quiera formar parte del mismo. Un
médico de equipo con éxito debe adoptar una actitud de colaboración. En algu-
nos aspectos, es el miembro menos esencial del equipo, dado que los jugadores,
preparadores físicos y el entrenador contribuyen de forma más directa y asidua a
la misión del equipo. No obstante, cuando alguien está enfermo o tiene una lesión
grave, el médico del equipo es esencial. En este contexto, es necesario que éste
asuma un rol de liderazgo y de responsabilidad. El mejor médico de equipo es
aquel que respeta a los jugadores, entrenadores y directivos como profesional de
la salud competente y que se adapta fácilmente al rol de apoyo y colaboración
con los jugadores del equipo.
El médico debe comprometerse a ayudar al equipo. A menudo, las delegacio-
nes de viaje del equipo internacional son pocas, y hay muchas obligaciones y
tareas que realizar. Aunque muchas de estas tareas no son del campo habitual del
médico, él / ella debe estar dispuesto a ayudar siempre que sea posible. Los infor-
12 MATERIAL CLÍNICO
DEL MÉDICO
DE EQUIPO

William J. Heinz

Puede resultar difícil decidir qué medicamentos y suministros llevar a un


evento deportivo. Algunos de los factores que deben tenerse en consideración
son el tipo y el lugar del evento, las condiciones climáticas, el número de juga-
dores y su sexo. La complejidad aumenta en los viajes internacionales con un
equipo grande. En estas situaciones, el médico de equipo debe actuar como una
sala de emergencia portátil porque tal vez no se puede contar con la comunidad
médica local en caso de enfermedad o lesión. Preparar un botiquín médico de
esta magnitud puede ser complicado incluso para un médico de equipo con expe-
riencia, debido al alcance y a la cantidad de medicamentos necesarios. Los cos-
tes iniciales y los costes para mantener y reponer el botiquín pueden ser increí-
bles. Como se asume que los médicos que viajan con equipos nacionales tienen
un importante bagaje en el campo de la traumatología, no se debaten estos temas.
También se da por hecho que los médicos son competentes para proporcionar la
asistencia médica primaria. A causa de las limitaciones de espacio y de su uso
poco frecuente, los medicamentos y materiales necesarios para problemas cardí-
acos graves no están incluidos.
Los médicos del equipo de la selección de fútbol de EE.UU. tuvieron que
hacer frente a una multitud de problemas potenciales cuando viajaban con los
equipos nacionales. Por este motivo, el comité médico de deportes de fútbol de
Estados Unidos. decidió desarrollar botiquines médicos estándares para que los
equipos nacionales los utilizaran en sus viajes al extranjero. Estos botiquínes son
financiados por la asociación de fútbol de Estados Unidos y son transportados
junto con el material del equipo, minimizando así los problemas de transporte y
aduanas. Una característica única del botiquín médico de fútbol de Estados
Unidos es su diseño, basado en una guía médica (v. apéndice de este capítulo).
Esta guía describe las opciones de tratamiento para muchos problemas médicos
urgentes que pueden surgir cuando se viaja con un equipo. Está editado al estilo
de los libros de cocina, utilizando los principales sistemas corporales como cate-
13 EXÁMENES
FÍSICOS DE
PREPARTICIPACIÓN

W. Benjamin Kibler
G. Naessens

4) Esteroides sistémicos (Decadron* [dexametasona], una dosis).


Los exámenes físicos de preparticipación (EFPP) deben analizarse en térmi-
nos de qué utilidad tienen, quién debe realizarlos (un doctor en medicina, un
fisioterapéuta físico, un entrenador deportivo, un médico de asistencia primaria
o el médico del equipo), qué aspectos de la forma física se deben valorar y cuá-
les son los requisitos legales de los exámenes. Este capítulo tratará sobre estos
puntos e intentará crear un marco de trabajo para los exámenes físicos de prepar-
ticipación para los jugadores de fútbol que beneficiará tanto a entrenadores y
jugadores, como a médicos de equipo.

PROPÓSITOS
Los propósitos de los exámenes EFPP son realizar una evaluación específica
de las necesidades del fútbol, preparar a los deportistas para jugar a fútbol y
minimizar el riesgo de lesiones. Para alcanzar plenamente estos objetivos, es
necesario crear un marco de trabajo para reunir los datos pertinentes.

MARCO DE TRABAJO
El marco de trabajo debe basarse en el modelo del “punto crítico” de interac-
ción del atleta con el deporte. En este modelo, el “punto crítico” en la actividad
deportiva que determina el punto máximo de rendimiento y de lesión se produce
cuando las exigencias específicas de la actividad interactúan con la constitución
musculosquelética del individuo en respuesta a tales exigencias (fig. 13-1). En
14 ASISTENCIA
MÉDICA
DURANTE EL
CAMPEONATO
W. Ben Kibler
Beven Pace Livingston
John McMullen
Los campeonatos juveniles de fútbol son una parte importante del Programa
de la Federación de Fútbol de EE.UU. Estos torneos, que normalmente duran 3
o 4 días, reúnen entre 200 y 2.000 jóvenes que juegan 25 partidos por competi-
ción. Según la probabilidad estadística, muchas de las lesiones que se producen
son de esperar. Pueden ir desde lesiones musculosqueléticas a problemas médi-
cos o enfermedades relacionadas con el calor que pueden afectar a los jugadores,
árbitros y aficionados. Debido a estos riesgos, los organizadores del torneo deben
asignar una alta prioridad a la asistencia médica en el lugar del encuentro. Llevar
a cabo apropiadamente esta asistencia médica es complejo: requiere organiza-
ción, plan de acción, personal y recursos para hacer posible la participación segu-
ra de todos los deportistas. Este capítulo desarrolla los principios básicos de pla-
nificación y de ejecución de la asistencia médica en torneos de fútbol juvenil.

PLANIFICACIÓN
Organizaciones

La planificación de la asistencia médica requiere la participación de la orga-


nización de fútbol patrocinadora y de la organización médica responsable. Cada
organización debe definir detalladamente las obligaciones y las responsabilida-
des específicas. Deben llegar a un acuerdo de cooperación e iniciar las reuniones
al principio del proceso de planificación de cada torneo. La ejecución de la asis-
tencia médica es más eficaz si el proceso de planificación incluye un acuerdo
entre las organizaciones sobre las metas, los objetivos y los métodos.
IV
LESIONES
15 LESIONES
AGUDAS

Werner Muller
Este capítulo pone a disposición del lector 25 años de experiencia en el cuida-
do ortopédico de jugadores de fútbol profesional. Los datos han sido recopilados
desde 1967-1991 durante la actividad del autor como cirujano ortopédico del
Fútbol Club Basel 1893; un equipo que estuvo en primera división durante 20 de
estos 25 años. Todos los datos presentados conciernen a los 22 jugadores del pri-
mer equipo. Del año 1967 al 1991, de más de 3.000 lesiones comunicadas al segu-
ro del club, 83 lesiones concretas necesitaron tratamiento quirúrgico primario.
Los datos indican la parte del cuerpo donde se producen con más frecuencia
las lesiones y el porcentaje total de éstas según su ubicación (p. ej., extremidades
superiores o inferiores). Hay algunas cuestiones de interés: ¿dónde encontramos
estas lesiones?, ¿cuáles son las lesiones benignas con un buen pronóstico que
permiten volver al terreno de juego?, ¿cuáles son tan graves que no permiten la
vuelta al campo?

MATERIAL Y MÉTODOS

Muchas de las lesiones menores, que no se registraron en el seguro, fueron


tratadas por los médicos y fisioterapeutas del club en el estadio. Estas lesiones
menores no fueron comunicadas. Si el jugador lesionado necesitaba radiografías,
tenía que ver al médico del club o necesitaba tratamiento más específico y no
podía jugar (compensación por indisposición laboral), la lesión se comunicaba a
la compañía de seguros y se registraba en su documentación. Todas las lesiones
informadas y documentadas entre 1987 y 1991 fueron analizadas. La estimación
del número total de lesiones durante una carrera de 25 años se basó en este pe-
ríodo de 4 años.

Interpolación, interpretación y estimación

Hubo 485 lesiones en 4 años. Se extrapoló que hubo más de 3.000 accidentes
graves registrados en el seguro (AGRS) en estos 25 años. Estas lesiones requi-
16 LESIONES AGUDAS
DE CABEZA
Y DE CUELLO
James M. Lynch
Jeffrey A. Bauer
Uno de los muchos aspectos únicos del fútbol es el uso consciente de la cabe-
za para dirigir la pelota. Los remates de cabeza son un componente recurrente del
juego. La cabeza puede emplearse para pasar una pelota, fijarla en el suelo para
poder controlarla o marcar un gol. Un análisis de los partidos de primera división
presentó un promedio de 100 cabezazos por partido. Si le añadimos un número
desconocido de cabezazos durante los entrenamientos, el resultado podría ser de
miles de cabezazos a lo largo de una carrera futbolística con éxito. Numerosos
informes han planteado la cuestión de las lesiones graves y crónicas relacionadas
con los testarazos continuados.

EPIDEMIOLOGÍA
Las lesiones de cabeza y de cuello representan aproximadamente el 10% de
las lesiones que se producen en el fútbol. Esto se corresponde con el hecho
de que la cabeza y el cuello concentran aproximadamente el 10% del área total de
superficie corporal. Los informes muestran una variedad de un 4% a un 22%
de lesiones en fútbol relacionadas con el cuello y la cabeza. Se ha afirmado que
el mecanismo de lesiones en la cabeza en fútbol ha cambiado a través de los años.
Antes de 1960, la mayoría de los informes parecían ser de lesiones por contacto
cabeza-pelota. Se añadió una funda de plástico a la pelota para reducir la satura-
ción de agua y el consecuente aumento de peso. Los informes después de 1980
parecen identificar el contacto de cabeza con cabeza como el principal mecanis-
mo de lesión.
En un estudio realizado en Noruega, las lesiones de cabeza y de cuello repre-
sentaron el 8,2% de las lesiones en fútbol en un período de más de 1 año; el 8,5%
en jugadores , y el 5,5% en jugadoras. Las lesiones de cabeza sucedieron más fre-
cuentemente en partidos que en entrenamientos, y representaron el 28,4% de las
lesiones en todos los deportes durante este largo proyecto de un año. Un estudio
17 LESIONES
CRÓNICAS
DE CABEZA
Y CUELLO
Gary A. Green
Sheldon E. Jordan
INTRODUCCIÓN
Aunque el futbolista medio golpea el balón con la cabeza hasta diez veces por
partido, hay pocos estudios que hayan examinado los efectos que se producen
sobre la cabeza y el cuello. Parece como si la cabeza no corriera el mismo tipo
de riesgo de lesión que otras partes del cuerpo, como son las extremidades infe-
riores, que han sido estudiadas más extensamente. Sin embargo, la cabeza y el
cuello corren el riesgo de sufrir lesiones graves y crónicas. Este capítulo destaca
los tipos de lesiones que se producen, y la gestión, el tratamiento y la prevención
de tales lesiones. En comparación con otros deportes como el boxeo y el fútbol
americano, el fútbol (soccer en inglés) se considera relativamente seguro para la
cabeza y el cuello, a pesar de ser clasificado como deporte de contacto/colisión
por la Academia Americana de Pediatría. En este capítulo se examinarán las for-
mas en que se pueden producir lesiones de cuello y de cabeza durante un parti-
do de fútbol. La primera forma de lesión tiene como resultado un traumatismo
agudo y sucede cuando hay un impacto importante con otro jugador, el suelo o
un objeto fijo como es el poste de la portería. El siguiente tipo de lesión es con-
secuencia de lesiones agudas de cuello y de cabeza que los jugadores han sufri-
do durante su carrera deportiva y que conducen al desarrollo de síntomas cróni-
cos de cuello y cabeza. Finalmente, los impactos menores y repetitivos de cabe-
za con el balón pueden causar una encefalopatía acumulativa.

EPIDEMIOLOGÍA
Un análisis de los estudios médicos a nivel mundial ofrece numerosas des-
cripciones de casos de lesiones agudas de cuello y cabeza. La tabla 17-1 resume
18 LESIONES EN LAS
EXTREMIDADES
SUPERIORES
James Gilbert

INTRODUCCIÓN
En el fútbol, las lesiones en las extremidades superiores no son tan comunes
como las de las extremidades inferiores. Se calcula que comprenden entre el 10%
y el 15% del total. Las lesiones en las extremidades superiores suelen producir-
se cuando tiene lugar una colisión entre jugadores, o cuando un jugador se gol-
pea en el suelo con la parte exterior del hombro o con la mano extendida
(fig. 18-1). Lo habitual es que sean los porteros los que sufren lesiones en las
manos, mientras que el resto de lesiones en las extremidades superiores suelen
repartirse por igual entre los demás jugadores.
Algunas lesiones, en especial las de la zona del hombro, pueden revestir cier-
ta gravedad a causa de la potencia del impacto. Hay otras lesiones causadas por
impactos de elevada potencia que no deben ser ignoradas, ya que pueden causar
serios daños. Los traumatismos en la zona de la cabeza y el cuello deben ser con-
siderados como tales hasta que se demuestre lo contrario, y dado que este tipo de
lesiones suele implicar un elevado índice de riesgo para las estructuras neurovas-
culares, la posibilidad de un traumatismo no deberá descartarse en ningún
momento. La articulación situada por encima y por debajo del golpe deberá ser
examinada, pues la potencia del impacto puede causar daños colaterales que
necesiten urgente tratamiento quirúrgico.
Tras un detenido examen, la mayoría de las lesiones pueden ser inmoviliza-
das con un cabestrillo o una tablilla. Las lesiones con complicaciones vasculares
o acusadas deformaciones deben ser reducidas, en primer lugar, mediante una
suave tracción longitudinal. A continuación, lo normal es efectuar radiografías de
la zona lesionada y, si es preciso, consultar con un traumatólogo. Finalmente, al
jugador se le permitirá volver a la competición sólo cuando su traumatismo neu-
rovascular haya desaparecido por completo y demuestre que es capaz de desarro-
llar su gama de movimientos funcionales con un nivel de fuerza prácticamente
normal.
19 LESIONES EN
EL TRONCO Y
EN LA ESPALDA
John R. McCarroll

EPIDEMIOLOGÍA
Las lesiones por encima de la cintura no son comunes en el fútbol. La suma
de las lesiones de tórax, espalda, abdomen, pelvis e ingles no llega al 10% del
total de lesiones que causan pérdida de tiempo de juego. Según la literatura exis-
tente sobre las lesiones en el fútbol, la incidencia de las lesiones de tronco está
entre el 0% y el 13% (tabla 19-1). Según la base de datos sobre las lesiones de la
National Collegiate Athletic Association (NCAA), la incidencia de las lesiones
de tórax y de espalda es, en los hombres, de 0,41 por cada 1.000 situaciones posi-
bles, y, en las mujeres, de 0,43 por 1.000.
Hace poco se publicó un informe con todas las lesiones de tronco sufridas por
los jugadores de fútbol de la Universidad de Indiana desde 1975 (tabla 19-2). La
lesión más común era la que afectaba la columna lumbar, seguida de lesiones en
la cadera, la columna torácica y el abdomen. La mayoría de estas lesiones eran
contusiones, desgarros de gravedad media y distensiones. Muy pocos necesita-
ron atención médica. Se perdió muy poco tiempo de juego, y tan sólo un caso
relacionado con los discos lumbares tuvo que ser tratado quirúrgicamente.

LESIONES ABDOMINALES
Órganos internos

Aunque en el fútbol se producen pocas lesiones abdominales, se trata de


lesiones potencialmente graves que pueden tener consecuencias fatales si no son
detectadas de inmediato.

Mecanismo de la lesión
A causa de la protección proporcionada por la pelvis, las costillas y los
músculos asociados, el abdomen puede soportar la mayoría de los golpes que
20 LESIONES
INGUINALES

Lars Peterson

INTRODUCCIÓN
El fútbol es uno de los deportes más populares y extendidos del mundo. Más
de 400 millones de hombres lo practican con frecuencia, existen aproximada-
mente 200 millones de jugadores federados y otros 200 millones juegan a fútbol
por diversión. El fútbol femenino es uno de los deportes de mayor crecimiento,
y se calcula que existen unos 30 millones de competidoras que participan en tor-
neos organizados. Los Campeonatos del Mundo de Fútbol atraen a una gran can-
tidad de público y a audiencias televisivas de todo el mundo. Pero el fútbol es un
deporte de contacto, y las lesiones por traumatismo y desgaste se producen con
frecuencia. Las lesiones más comunes en la zona de las ingles afectan el aductor
largo, el recto abdominal, el recto femoral y las unidades musculares del tendón
del psoasilíaco. El principal síntoma es el dolor, si bien en las ingles puede tener
otras causas. Cuando el dolor está causado por lesiones en las unidades muscu-
lares de los tendones, la lesión no necesitará ni diagnóstico ni terapia siempre que
sea tratada en las primeras fases de la misma (fig. 20-1). Respecto al dolor de
ingles crónico, los síntomas pueden ser vagos y poco específicos. El tratamiento
de este tipo de dolor exige un detallado análisis del historial clínico del pacien-
te, del modo en que se produjo la lesión y, asimismo, la realización de una
cuidadosa exploración física.

EPIDEMIOLOGÍA
En el fútbol, las lesiones pueden estar causadas por el desgaste o por un
impacto. El porcentaje se sitúa entre 15 y 20 lesiones por cada 1.000 horas de
juego. En los partidos suelen producirse de 3 a 4 veces más lesiones que en los
entrenamientos. La incidencia de las lesiones parece ser superior en las mujeres
que en los hombres. Los hombres sufren 7,6 lesiones por cada 1.000 horas de
21 PUBALGIA
ATLÉTICA Y DOLOR
INGUINAL
CRÓNICO
John Lones

En los atletas, el diagnóstico y el tratamiento del dolor persistente de ingles


puede entrañar dificultades. A menudo los síntomas son vagos y poco específi-
cos, y el examen físico no siempre resulta definitivo. La gama de diagnósticos
posibles incluye tendinitis, distensión de los músculos abdominales, de la cade-
ra o del muslo, patologías de la articulación de la cadera, hernias, afecciones
musculares de la superficie pélvica, neuropatía lumbar, trastornos del tracto geni-
tourinario y osteitis púbica.

EPIDEMIOLOGÍA
No disponemos de estadísticas que cuantifiquen la incidencia de este tipo de
lesiones. La mayoría de las estadísticas agrupan las lesiones por zonas y no por
tipos específicos de lesión. Asimismo, es difícil estimar el número de situaciones
de riesgo en relación con los distintos deportes, hecho que impide la obtención de
datos significativos.
La sistemática tensión implicada en el regate, el chut y el pase del balón de
fútbol puede desembocar en una afección llamada pubalgia. Esta patología ha
sido correctamente descrita en Europa: en Francia, su nombre es pubalgie, y en
Gran Bretaña es conocida como “ingle de Gilmore”. También ha sido detectada
en corredores de velocidad, jugadores de fútbol americano y otros atletas de alta
competición.

MECANISMO DE LA LESIÓN
Esta patología se caracteriza por un dolor crónico y persistente en las ingles,
dolor que es consecuencia de una debilidad o de una afección cerca de la inser-
ción púbica del recto abdominal y la aponeurosis oblicua interna. Se cree que los
22 OPCIONES DE
TRATAMIENTO EN
LAS LESIONES DEL
LIGAMENTO
CRUZADO ANTERIOR
Paolo Aglietti
Giovanni Zaccherotti
Pietro DeBiase
EPIDEMIOLOGÍA
En el futbol, las lesiones en la pierna son frecuentes debido al elevado núme-
ro de participantes (unos 22 millones en todo el mundo) y a los mecanismos
específicos implicados en los chuts, los cruces y las entradas. La epidemiología
de las lesiones en el fútbol ha sido estudiada por diversos autores (tabla 22-1). El
grado de incidencia de las lesiones oscila entre 4,0 y 7,6 por jugador y 1.000
horas de juego. Las extremidades inferiores son las más expuestas a sufrir lesio-
nes, y totalizan entre el 64% y el 93% de las lesiones. Las lesiones en la rodilla
representan entre el 18% y el 26% de todas las lesiones en el fútbol, y la mayo-
ría de ellas afectan los ligamentos o el menisco. Es frecuente que dichas lesiones
también afecten el ligamento cruzado anterior. La lesión en esta zona es la más
perjudicial para un jugador de fútbol. Aproximadamente, la mitad de las lesiones
de rodilla afectan dicho ligamento.

DISCAPACIDAD
La discapacidad de un atleta tras un desgarro en el ligamento cruzado ante-
rior se encuentra ampliamente documentada en la literatura médica. Sólo un
reducido número de jugadores de fútbol vuelven a la competición sin haber sido
sometidos a intervención quirúrgica en el ligamento desgarrado. A menudo, este
tipo de lesión aparta a una atleta de la competición durante largo tiempo y, en
23 LESIONES DEL
LIGAMENTO
COLATERAL Y
DEL LIGAMENTO
CRUZADO
POSTERIOR
William G. Clancy, Jr.
Scott E. Strasburger
EL LIGAMENTO CRUZADO POSTERIOR

El ligamento cruzado posterior es el ligamento más fuerte de la rodilla, con


una fortaleza dos veces mayor que la del ligamento cruzado anterior. La masa del
ligamento surge de la parte posterolateral del cóndilo femoral medial y se inser-
ta en el surco central posterior de la tibia. Hay dos bandas funcionales: la mayor,
que se tensa con la flexión de la banda anterior, y la menor, tensada al realizarse
la extensión de la banda posterior.
La longitud aproximada de ambos ligamentos –el ligamento cruzado poste-
rior y el ligamento cruzado anterior– es de unos 38 mm. El ligamento cruzado
posterior es unos 2 mm más ancho que el anterior, cuya anchura es de 11 mm.
Aproximadamente el 95% de la fuerza empleada para resistir el desplazamiento
posterior viene dada por el ligamento cruzado posterior. Dicho ligamento tam-
bién es responsable del desplazamiento posterior del fémur durante la flexión. La
insuficiencia del ligamento posterior es causa de desplazamiento tibial creciente
en dirección posterior, dando como resultado una anomalía biomecánica en la
rodilla y rozamiento creciente a través de la superficie articular.

Mecanismo de la lesión
Aunque las lesiones del ligamento cruzado posterior son frecuentes, su inci-
dencia es la décima parte de la del ligamento cruzado anterior. Por lo general, las
lesiones aisladas del ligamento cruzado posterior están causadas por una de
24 MENISCO

Barry Boden

El menisco tiene varias funciones, la más importante de las cuales es la trans-


misión de la fuerza desde el fémur a la tibia. Mientras que la pierna y la rodilla
sufren lesiones con frecuencia durante la práctica del fútbol, los giros, cruces y
apoyos inherentes al juego a menudo desembocan en lesiones de menisco. Los
estudios identifican la lesión según su ubicación en la articulación y no según el
tipo de lesión específica. Como consecuencia, existen pocas estadísticas útiles
referentes a las lesiones de menisco.
Las lesiones inestables de menisco a menudo producen síntomas mecánicos
que impiden que la rodilla desarrolle toda su gama de movimientos de manera
fluida. La eliminación del menisco hace que el cartílago articular del fémur y la
tibia soporte una carga excesiva; en consecuencia, es un factor que acelera el de-
sarrollo de la artritis. Dependiendo del tamaño y la ubicación del desgarro de
menisco, el tratamiento puede variar desde una terapia no operatoria hasta una
meniscectomía artroscópica parcial o reparación del menisco. Para el futuro se
barajan modalidades como la inyección de sustancias que estimulen la curación
del menisco o el trasplante de menisco.

ANATOMÍA
Los meniscos medial y lateral son estructuras semilunares fibrocartilaginosas
situadas entre el fémur y la tibia (fig. 24-1). La irrigación sanguínea del menis-
co, que disminuye con la edad, está limitada a un irrigación periférica de entre el
20% y el 30%. Por consiguiente, los únicos desgarros con posibilidad de cura son
los situados en la zona periférica. Aunque el menisco no contiene fibras nervio-
sas, los desgarros inestables de menisco pueden ser dolorosos, ya que el menis-
co puede presionar sobre la cápsula ricamente inervada.
Existen varias diferencias entre el menisco medial y el menisco lateral. El pri-
mero, en forma de C, cubre aproximadamente la mitad de la plataforma tibial
interna, mientras que el segundo, en forma de O, constituye algo más de las tres
25 PROBLEMAS
FEMORORROTULIANOS

Bruce Reider

Los problemas femororrotulianos son frecuentes en todos los deportes inclui-


do el fútbol. No obstante, estos problemas suelen producirse raramente en el fút-
bol de alta competición. Esto puede deberse al desarrollo de los músculos del
cuádriceps, que protegen a los jugadores de elite de muchas de las causas más
comunes de dolor femororrotuliano. Además, estos problemas femororrotulianos
son tan serios que los jugadores con predisposición a padecerlos quizá no lleguen
jamás a la alta competición.
La naturaleza de los trastornos femororrotulianos cambia según la edad del
deportista. Por ejemplo, los problemas rotulianos en los jugadores jóvenes de fút-
bol pueden estar influidos por las variaciones de desarrollo tales como el alinea-
miento de los miembros, la morfología rotuliana, la estabilidad rotuliana y las
variaciones displásicas del desarrollo del cuádriceps. Los deportistas de edad
más avanzada pueden sufrir modificaciones causadas por el desgaste, tales como
ataques, erosión del cartílago articular rotuliano y degeneración del tendón rotu-
liano.
A cualquier edad puede producirse un impacto que cause síntomas femororro-
tulianos. Los impactos agudos, como la caída directa sobre la rodilla, pueden
originar una fractura rotuliana abierta o, más comúnmente, condrosis traumática
del cartílago hialino de la rótula o de la tróclea femoral. El desgaste crónico tam-
bién puede causar condrosis progresiva de la rótula o tendinosis de los tendones
rotuliano o del cuádriceps. El desgaste puede estar relacionado con el chut, la
carrera o el entrenamiento de fuerza y de resistencia.

MECANISMO DE LA LESIÓN
Aunque los pacientes suelen dar descripciones distintas del dolor femororro-
tuliano, lo que normalmente intentan describir es un intenso dolor en la zona
anterior. A menudo se cogen la parte frontal de la rodilla y afirman que el dolor
está “dentro de la rodilla”, “en la parte interna de la rodilla” o “bajo la cápsula
26 LESIONES
CARTILAGINOSAS
DE RODILLA
William E. Garrett, Jr.
Donald T. Kirkendall

Las lesiones en el cartílago articular están suscitando una atención creciente


entre los profesionales de la medicina relacionados con el fútbol. Durante los
últimos años, el interés por los aspectos básicos y clínicos del ligamento cruza-
do en relación con la práctica del fútbol ha dado como resultado un acuerdo
general en lo referente a su diagnóstico y tratamiento. En contraste con ello, se
ha escrito poco acerca de las lesiones del cartílago articular, y no hay acuerdo
respecto al modo de tratar esta patología. Aunque la mayoría de estas lesiones
pueden ser tratadas de una manera que permita el retorno a la práctica deportiva,
algunas de ellas acaban con las carreras de los deportistas.
La rodilla consta de dos tipos de cartílagos. Todas las articulaciones sinovia-
les que pueden moverse libremente tienen una fina capa de cartílago articular que
rodea los extremos de los huesos. Este cartílago hialino posee una notable con-
sistencia, compresión, elasticidad y capacidad para distribuir las cargas. Las
células están separadas por amplios espacios. Estas funciones, unidas a la baja
densidad de las células, permiten minimizar la tensión en el hueso subcartilagi-
noso situado bajo el cartílago. El cartílago contiene una inervación neural relati-
vamente escasa, carece de drenaje linfático y está prácticamente desprovisto de
vasos sanguíneos. Debido a su falta de vascularidad, las inflamaciones causadas
por las lesiones en el cartílago son pequeñas. Las células del cartílago articular
reciben sus nutrientes del líquido sinovial que baña todas las superficies de la
articulación. En muchas personas, el funcionamiento normal de la articulación
puede durar toda la vida.
El segundo tipo de cartílago presente en la rodilla, el menisco, en forma de
dos lunas crecientes, está compuesto de fibrocartílago y resulta muy apropiado
para absorber las cargas de la rodilla. Estas almohadillas están situadas en la cara
plana de la tibia. Cuando un atleta ha sido tratado con artroscopia a causa de una
27 DISTENSIONES
MUSCULARES

William E. Garrett, Jr.

Las distensiones musculares son bien conocidas por los jugadores de fútbol y
por los profesionales de la medicina implicados en su tratamiento. La lesión indi-
recta del músculo no está causada por un impacto directo, sino más bien por un
estiramiento o una tensión excesivas. Con frecuencia, estas lesiones indirectas
son llamadas distensiones o tirones. En el lenguaje de la ingeniería, la distensión
es una medida precisa del estiramiento. La distensión es citada a menudo como
la lesión más frecuente en las actividades deportivas, y comprende aproximada-
mente el 30% del total de las lesiones tratadas por la medicina deportiva.

EPIDEMIOLOGÍA
Existen numerosos estudios sobre la epidemiología de las lesiones. La pierna
es el miembro que se lesiona con mayor frecuencia, y el tobillo es la zona más
afectada. Estos estudios epidemiológicos calculan que las distensiones constitu-
yen entre el 10% y el 30% de todas las lesiones del fútbol. Aunque pueden cau-
sar la pérdida de tiempo de juego, muchos jugadores lesionados siguen tomando
parte en la competición sin tener en cuenta la significativa disminución de su ren-
dimiento.

MECANISMO DE LA DISTENSIÓN MUSCULAR

Cada deporte está afectado de un tipo de distensión muscular característico.


Los requerimientos fisiológicos del fútbol incluyen la carrera de velocidad, de
resistencia, la aceleración y desaceleración rápidas, los súbitos cambios de direc-
ción, los saltos, los remates de cabeza y muchas otras actividades que someten
los grupos musculares a situaciones de riesgo. Los más expuestos a lesión son los
músculos del muslo. Las distensiones son más frecuentes en el fútbol que en
cualquier otro deporte. Las más comunes son las distensiones de los isqiotibia-
les, seguidas de las distensiones del cuádriceps.
28 LESIONESAGUDAS
Y CRÓNICAS DEL
TENDÓN
William G. Clancy, Jr.
Gregory M. Fox

INTRODUCCIÓN
Los jugadores de fútbol son particularmente vulnerables a las lesiones agudas
y crónicas del tendón debido a los cruces, los giros, los chuts, las rápidas acele-
raciones y desaceleraciones y la actividad repetitiva e incesante durante el parti-
do. En la mayoría de las lesiones crónicas del tendón, la aparición de los sínto-
mas no suele estar relacionada con un episodio traumático concreto. Los sínto-
mas suelen presentarse de manera insidiosa, y empeoran si se intenta mantener
el nivel previo de juego. Las roturas agudas del tendón tienen lugar cuando el
punto de tensión de un tendón normal o patológico se ve sobrepasado por la
carga aplicada a dicho tendón. En este capítulo nos ocuparemos de la anatomía
del tendón, de sus condiciones patológicas y de los aspectos relacionados con el
tratamiento operatorio y no operatorio de las lesiones de tendón crónicas y agu-
das.

ANATOMÍA DEL TENDÓN


El tendón consiste en una disposición uniforme de colágeno que conecta el
músculo con el hueso. Las fibras de colágeno recorren toda la longitud del ten-
dón en una estructura matricial compuesta de hidratos de carbono complejos lla-
mados poliglucosas. Las fibras de colágeno se agrupan para formar haces prima-
rios. Estos haces primarios se reúnen en una forma hexagonal con un área de sec-
ción cruzada de 0,125-0,375 mm para formar haces secundarios o fascículos. A
continuación, los haces secundarios forman haces terciarios. Los haces están
separados por una envoltura de tejido conectivo suelto que contiene el riego vas-
cular y las estructuras linfáticas y nerviosas. La capa de tejido conectivo que
envuelve directamente cada fascículo es el endotendón. La capa siguiente, bajo la
29 CONTUSIONES
Y HEMATOMAS

Tonu Saartok

INTRODUCCIÓN
El fútbol es un deporte de contacto en el que los jugadores corren el riesgo de
sufrir contusiones a causa de entradas intencionadas, antirreglamentarias o coli-
siones accidentales. Las contusiones resultantes pueden ser consideradas como
una parte del juego, como el resultado de una infracción o como un accidente.
Las contusiones musculares son traumatismos en los tejidos musculares
esqueléticos causados por impactos directos no penetrantes cuyo resultado es el
aplastamiento agudo de las fibras musculares, la pérdida de sangre y los hemato-
mas localizados. Aunque las contusiones en la cabeza, el tórax o el abdomen sean
poco frecuentes, estas lesiones pueden ser mortales. Por tanto, la rapidez del
diagnóstico y del tratamiento es fundamental.

CLASIFICACIÓN DE LAS CONTUSIONES MUSCULARES


La hemorragia intramuscular que no se haya extendido fuera del epimisio
(funda rígida de un vientre muscular), puede desembocar en hematomas intra-
musculares osmóticamente activos. Estos hematomas pueden provocar un incre-
mento de la presión intramuscular, dolor agudo y discapacidad. El tratamiento de
esta afección puede requerir intervención quirúrgica.
Los hematomas intermusculares en los que la hemorragia se extiende al exterior
de la fascia muscular y subcutáneamente suelen ser benignos. La equimosis cutá-
nea o extravasación intraarticular bajo el lugar de la herida aparece con frecuencia
de 2 a 3 días después de la lesión. La cirugía es recomendable en algunos casos.

EPIDEMIOLOGÍA
Las contusiones musculares son heridas frecuentes en el fútbol. A causa de la
naturaleza benigna de la mayoría de las contusiones, los datos epidemiológicos
30 FRACTURASPOR
SOBRECARGA

Thomas P. Knapp
Bert R. Mandelbaum

INTRODUCCIÓN
En el año 200 a.C., Aristóteles definió correctamente a los “Vencedores
Olímpicos” diciendo que eran “...aquellos que no malgastan sus fuerzas a causa
de un entrenamiento prematuro y excesivo”. Las fracturas por desgaste localiza-
das en la tibia han recibido diversos nombres, entre los que se cuentan algunos
como el síndrome del esfuerzo del compartimiento posterior, fracturas por fati-
ga, rigidez muscular antiálgica de la espinilla, periostitis tibial anterior y síndro-
me de sobrecarga interna de la tibia.
Pentecost define una fractura por insuficiencia como aquella fractura produ-
cida por sobrecarga habitual o fisiológica aplicada sobre un hueso con una resis-
tencia elástica deficiente. Por contraste, una fractura por fatiga (por sobrecarga)
se produce cuando se aplica una sobrecarga anormal a un hueso con una resis-
tencia elástica normal.
En los jugadores de fútbol amateur y profesional, las fracturas por sobrecar-
ga se están convirtiendo en un hecho corriente. Por ejemplo, 9 de los 24 compo-
nentes del Equipo Nacional de Fútbol de EE.UU. que participó en el
Campeonato del Mundo de 1994 sufrieron fracturas por sobrecarga.
En la actualidad, Estados Unidos cuenta con 18 millones de jugadores de fút-
bol dedicados a la competición y el entrenamiento, incluyendo jugadores de elite,
los que juegan por diversión, jóvenes y mujeres. Cada uno de estos grupos debe-
ría ser considerado separadamente. Si las fracturas por sobrecarga no son diag-
nosticadas a tiempo, pueden causar una significativa pérdida de tiempo de juego
e incluso forzar a abandonar prematuramente la competición. A causa del eleva-
do número de participantes, el mayor tiempo de juego y la intensidad cada vez
mayor del fútbol, los profesionales de la medicina deportiva deben saber cómo
diagnosticar, tratar y prevenir estos problemas de manera adecuada.
31 LESIONES AGUDAS
EN EL PIE
Y EL TOBILLO

Per A. F. H. Renstrom

En la práctica deportiva, las lesiones en el tobillo y en el pie ocurren con fre-


cuencia. De hecho, en Estados Unidos se produce aproximadamente una lesión
por inversión del ligamento del tobillo por cada 10.000 personas. Estas lesiones
suelen afectar de manera señalada a los jóvenes, probablemente porque muchos
de ellos practican algún deporte o actividad física. Las lesiones de tobillo son las
más comunes en los deportes y las actividades recreativas. El 29% de todas
las lesiones en las extremidades inferiores son lesiones de tobillo, y de éstas, el
75% afectan los ligamentos laterales. En los estudiantes de instituto, las lesiones
de tobillo son las más frecuentes en todos los deportes con la excepción del tenis
y la natación. El mayor porcentaje de lesiones de tobillo tiene lugar en el balon-
cesto, en el cual algo más de la mitad de las lesiones afectan el tobillo.

EPIDEMIOLOGÍA
Los esguinces de tobillo constituyen entre el 17% y el 20% de todas las lesio-
nes en el fútbol. La incidencia de los esguinces de tobillo varía entre 1,7 y el 2,0
por cada mil horas de juego. A pesar de la elevada frecuencia de las lesiones de
tobillo, las diferencias entre las técnicas de diagnóstico clínico y los métodos
de tratamiento son considerables. Aunque durante la práctica del fútbol también
se producen con frecuencia lesiones en el pie, su incidencia no es bien conocida.
En este capítulo se discutirán factores de importancia relacionados con el meca-
nismo de las lesiones en el pie y en el tobillo en el fútbol; asimismo, también se
discutirán dichos factores en relación con las lesiones comunes en el pie.

MECANISMO DE LAS LESIONES DE TOBILLO

Durante 2 años se realizó un estudio prospectivo con 17 equipos de fútbol.


Los equipos registraron las lesiones que se produjeron durante el entrenamiento
32 ESGUINCES DE
TOBILLO Y
SÍNDROMES DE
ATRAPAMIENTO

Thomas P. Knapp
Bert R. Mandelbaum
Los esguinces agudos de tobillo y el dolor e inestabilidad crónicos son hechos
comunes y susceptibles de provocar discapacidad en los jugadores de fútbol. La
lesión más común en el fútbol, el deporte más popular del mundo, es el esguin-
ce de tobillo. Los esguinces menores de tobillo son frecuentes, y permiten que el
atleta vuelva a la competición y al entrenamiento con una mínima pérdida de
tiempo de juego. Los esguinces de tobillo moderados y graves pueden causar una
significativa morbosidad, dando como resultado un largo período de inactividad,
dolor crónico y recalcitrante, inestabilidad funcional, debilidad, pérdida de pro-
piocepción y discapacidad atlética. Los objetivos para el tratamiento de los
esguinces de tobillo deberían incluir la prevención, la minimización de la mor-
bosidad y la creación de las condiciones para el retorno al terreno de juego.
En este capítulo se definirá la mecánica y la génesis patológica y el espectro
de los esguinces agudos de tobillo y del síndrome de dolor de tobillo crónico
(atrapamiento). Además, se someterá a discusión un algoritmo que permite el
diagnóstico eficaz, el tratamiento efectivo y la rehabilitación con restauración del
nivel de actividad atlética anterior a la lesión.

EPIDEMIOLOGÍA DE LOS ESGUINCES DE TOBILLO


Los esguinces de los ligamentos laterales son las lesiones más frecuentes
entre los atletas. De hecho, el 85% de todas las lesiones de tobillo son esguinces.
Aproximadamente un tercio de las lesiones del fútbol, la mitad de las del balon-
cesto y una cuarta parte de las del voleibol son esguinces agudos de tobillo. En
consecuencia, los esguinces son una lesión atlética común.
33 REGLAS Y
ÁRBITROS

Per A. F. H. Renstrom

Las reglas constituyen el marco en el que debe desarrollarse el deporte. Estas


reglas deben establecerse lo antes posible. Las primeras reglas oficiales para el
fútbol se dictaron en 1848 en el Trinity College, en Cambridge, Inglaterra. Las 17
reglas del fútbol no han variado en los últimos 100 años. Las reglas básicas del
fútbol están recogidas en un manual que, con escasas excepciones, es el mismo
desde 1938. Estas reglas sólo pueden ser modificadas por la Comisión de la
Asociación Internacional de Fútbol, que fue fundada en Londres en 1886. Esta
comisión consta de cuatro delegados procedentes las Asociaciones de Gran
Bretaña (Inglaterra, Escocia, Irlanda y el País de Gales) y de cuatro representan-
tes de la FIFA, la Federación Internacional de Fútbol. Las modificaciones en las
reglas sólo pueden realizarse durante la reunión anual de la comisión que se cele-
bra cada junio, y para ello deben contar con la aprobación de al menos el 75% de
los miembros presentes. Con independencia de lo apropiados que sean los cam-
bios propuestos, las asociaciones nacionales dependientes de la FIFA no pueden
realizar cambios en el reglamento sin la previa autorización de la comisión.

REGLAS Y RIESGO DE LESIÓN


Las reglas se ajustan a las exigencias de cada deporte. Uno de los objetivos fun-
damentales de las reglas es hacer que la práctica deportiva sea lo más segura posi-
ble. Este hecho cobra una especial importancia en un deporte de contacto como el
fútbol. En el fútbol internacional de elite, las reglas son a menudo interpretadas y
aplicadas de diferente manera que en el fútbol nacional o de nivel local. El resul-
tado de este hecho es un mayor riesgo de lesión para los jugadores internacionales.
El peligro de la entrada por detrás ha sido objeto de discusión durante muchos
años. No hay reglas suficientemente específicas para controlar este hecho poten-
cialmente traumático. Aunque muchos jugadores entran por detrás con la inten-
ción de alcanzar el balón, no es extraño que lo que pretendan es detener al juga-
dor. Este tipo de entrada por detrás tiene un elevado riesgo de lesión.
34 RESULTADOS
Y SECUELAS
A LARGO PLAZO
DE LA PRÁCTICA
DEL FÚTBOL
Ejnar Eriksson
Lars-Ingle Svensson
Tho Kam San
Anders Valentin

El fútbol es popular en todo el mundo. Se calcula que juegan al fútbol un


mínimo de 40 millones de personas. En consecuencia, el fútbol es la fuente de un
gran número de lesiones. La incidencia de los diversos tipos de lesiones en el fút-
bol ha sido determinada por varios estudios. No obstante, existen pocos estudios
dedicados a examinar los efectos a largo plazo de las lesiones en el fútbol. Un
ejemplo es el trabajo de Roos y sus colaboradores, en el que se informa del pre-
dominio de las señales radiológicas de osteoartrosis de la rodilla y de su relación
con las lesiones anteriores de rodilla. Estos investigadores compararon 286 exju-
gadores de fútbol con 572 controles según edad. Los sujetos tenían una edad pro-
medio de 55 años. El predominio de la osteoartrosis de rodilla entre los contro-
les era del 1,6%, del 4,2% en los jugadores de fútbol aficionados y del 15,5% en
los jugadores de elite. De los 71 jugadores estudiados, 7 tenían una lesión en el
ligamento cruzado anterior, y 40 habían sufrido meniscectomías.
Neyret informó sobre un seguimiento mínimo de 20 años realizado a 77 juga-
dores de fútbol que, a raíz de una lesión aislada en el menisco o un combinación
de rotura de menisco y de ligamento cruzado anterior, fueron sometidos a resec-
ción del menisco. El grupo aquejado de lesión aislada en el menisco mostró sig-
nos radiológicos de osteoartritis en un 24% de los casos, mientras que en el grupo
afectado de rotura del ligamento cruzado anterior este porcentaje se elevó hasta
el 77%. En el grupo afectado de lesión aislada, el 49% practicaba algún deporte,
V
PREVENCIÓN Y
REHABILITACIÓN
DE LAS LESIONES
35 CALENTAMIENTO
Y ESTIRAMIENTO

William E. Garrett, Jr.

INTRODUCCIÓN
Los estiramientos y el calentamiento están recomendados por la mayoría de
los atletas y las personas relacionadas con la medicina deportiva como medio
para aumentar la flexibilidad, mejorar el nivel competitivo y prevenir las lesio-
nes. Aunque se trata de una creencia ampliamente difundida, la base científica del
estiramiento no se conoce con exactitud. En este caso, el estado de la investiga-
ción es distinto al del entrenamiento anaeróbico, de fuerza y de resistencia, para
los que se dispone de una literatura médica sobre fisiología altamente desarrolla-
da que permite cuantificar las ventajas y conocer las técnicas apropiadas para
desarrollar las distintas zonas. Por lo que respecta al calentamiento y la flexibili-
dad, los principios básicos permanecen en un estadio primitivo de desarrollo, eso
por no hablar de las aplicaciones clínicas, que todavía están más atrasadas.
Podemos definir la flexibilidad como la gama total de movilidad de una arti-
culación o de un segmento corporal compuesto de varias articulaciones conti-
guas. Esta movilidad se verá limitada por la movilidad inherente que una articu-
lación es capaz de desarrollar, así como por las limitaciones que los músculos
que cruzan la articulación imponen a dicha movilidad. Por ejemplo, la rodilla
puede ser extendida totalmente cuando la cadera se encuentra en posición neu-
tra. El ángulo de extensión total está limitado por las estructuras intrínsecas de la
rodilla. No obstante, cuando la cadera está flexionada al máximo, la extensión de
la rodilla se ve sensiblemente reducida en la mayoría de los casos. En tales con-
diciones, las limitaciones se manifiestan en forma de rigidez en los músculos
posteriores de la cadera y isquiotibiales, cuya extensibilidad inherente no permi-
tirá la extensión de la rodilla. En general, la flexibilidad y el calentamiento se lle-
van a cabo con el fin de mejorar o incrementar, más que la gama de movilidad
permitida por las articulaciones en sí mismas, la gama de movilidad permitida
por los músculos. En este capítulo procederemos a examinar las contribuciones
musculares a la flexibilidad y el calentamiento.
36 VENDAJES,
TOBILLERAS
Y EQUIPAMIENTO
PROTECTOR
Ray Jaffet
Richard Lopez
TOBILLO
Como cualquier deporte de contacto, el fútbol tiene un riesgo inherente de
lesión. La incidencia de las lesiones de fútbol durante una temporada fluctúa entre
el 70% y el 90%. La mayoría de estas lesiones (64%-88%) afectan a los miembros
inferiores, siendo el tobillo la parte que sufre lesiones con mayor
frecuencia. A consecuencia de este fenómeno, los preparadores físicos y los profe-
sionales de la medicina deportiva han intentado reducir la incidencia de las lesio-
nes, tanto las iniciales como las recurrentes. A lo largo de los años, se ha
empleado una amplia gama de estrategias de prevención. En un esfuerzo por mejo-
rar la estabilidad dinámica del tobillo, se han realizado ejercicios de fortalecimien-
to muscular, de estiramiento de la cuerda del talón y de calentamiento; también se
han utilizado vendajes, y se ha diseñado un calzado especial. A pesar de estos
esfuerzos, la incidencia de los esguinces de tobillo ha seguido siendo muy eleva-
da. Recientemente, se han adaptado nuevas medidas profilácticas. Estas medidas
incluyen el desarrollo de tobilleras con cordones y tobilleras semirrígidas.

Vendajes

Tradicionalmente, los vendajes adhesivos no elásticos han constituido el


método más utilizado para reducir el número y la gravedad de las lesiones de
tobillo. Recientemente, su efectividad como medida profiláctica ha sido cuestio-
nada. Aunque la creencia en el valor profiláctico de los vendajes se basa en
hechos anecdóticos y en ciertos datos clínicos, su capacidad para proporcionar
apoyo a lo largo del tiempo es discutible. Algunos estudios han mostrado que la
venda pierde tensión al cabo de 10 minutos de ejercicio, proporcionando tan sólo
37 CRITERIOS DE
REHABILITACIÓN
Y DE RETORNO
A LA PRÁCTICA
DEPORTIVA
Bruce J. Snell

En muchas ocasiones, las decisiones más difíciles de tomar para el equipo


médico son las referentes a la vuelta de un atleta lesionado a la práctica deporti-
va. El proceso de decisión debe contar con todos los miembros del equipo médi-
co, incluyendo el doctor, el entrenador y el jugador. Se examinarán a continua-
ción los diversos factores implicados en esta decisión. No obstante, para que la
determinación sea lo más objetiva posible, deberá enfocarse desde un punto de
vista sistemático. La progresión funcional es la herramienta empleada para enca-
rar el proceso de manera objetiva.
Históricamente, el tratamiento de un atleta lesionado se ha dividido en la
rehabilitación de la lesión seguida de la valoración de la capacidad del atleta para
volver a la competición. En la actualidad, la rehabilitación es un proceso conti-
nuo que culmina en la decisión de volver a jugar. Por consiguiente, la rehabilita-
ción debe integrarse en el proceso de determinación del momento de vuelta a la
competición. Esto se consigue por medio de la progresión funcional.

DETERMINACIÓN DEL MOMENTO EN QUE UN ATLETA


DEBERÍA REEMPRENDER LA PRÁCTICA DEPORTIVA
Es posible que los éxitos clínicos por sí solos no garanticen una práctica
deportiva segura. El objetivo de la rehabilitación y del proceso subsiguiente de
toma de decisión debería ser la seguridad de la práctica y la efectividad del ren-
dimiento. Si la rehabilitación se limita al marco clínico, el resultado puede ser
una recuperación incompleta de la capacidad atlética. En el proceso de rehabili-
tación hay tres aspectos determinantes.
VI
LOS JÓVENES
Y EL FÚTBOL
38 EPIDEMIOLOGÍA
DE LAS LESIONES
DE LOS JÓVENES
John Lohnes

El fútbol es el deporte de más rápido crecimiento entre los jóvenes america-


nos. Se trata de un deporte muy recomendable para los chicos en edad escolar,
ya que es relativamente seguro, no precisa de un equipo especial o excesivamen-
te caro, es fácil de aprender y no hay que poseer unas características físicas sin-
gulares para practicarlo.
La Federación Internacional de Fútbol (FIFA) informa que en 1984 estaban
registrados más de 60 millones de jugadores, y que otros 60 millones de jugado-
res no registrados practicaban el fútbol en todo el mundo. En el caso de los
Estados Unidos, aunque el fútbol recibe menos atención por parte de los espec-
tadores que en otros países, se ha convertido en un deporte extremadamente
popular entre los más jóvenes. Es difícil conocer las cifras exactas sobre la par-
ticipación, ya que hay programas municipales, programas recreativos y equipos
que no están afiliados a ninguna escuela, ni tampoco registrados en la Federación
Juvenil de Fútbol de Estados Unidos. No obstante, el Consejo de la Industria del
Fútbol de América calcula que más de 6 millones de chicos menores de 12 años
jugaron en un equipo de fútbol en un 1990. En la Asociación Americana de
Fútbol hay registrados más de 1,6 millones de jugadores menores de 18 años, y
otros 300.000 están registrados en la Organización Americana de Fútbol Juvenil.

INCIDENCIA DE LAS LESIONES


A pesar de su enorme popularidad, se han llevado a cabo pocos estudios epi-
demiológicos sobre las lesiones en el fútbol, y en particular sobre las lesiones en
los jugadores jóvenes. En los últimos años, se han publicado algunos estudios al
respecto en lengua inglesa. Los resultados de estas investigaciones están resumi-
dos en la tabla 38-1.
Cuatro estudios informaron sobre las lesiones acontecidas en grandes campe-
onatos para jóvenes. Aunque las poblaciones eran extensas y las condiciones
estaban controladas, hubo discrepancias respecto a la definición de lo que debía
39 LAS LESIONES EN
EL FÚTBOL Y LOS
ADOLESCENTES
Peter Krumins
Bruce Reider
INTRODUCCIÓN
Los profesionales de la medicina encargados de tratar a los jugadores de fút-
bol adolescentes deben saber en qué se diferencia este grupo de edad de los niños
y los mayores en lo relativo al desarrollo físico y los patrones de lesiones poten-
ciales. Los factores que concurren en este especial período de susceptibilidad son
diversos. En primer lugar, los adolescentes se ven afectados por ciertas vulnera-
bilidades relacionadas con su estadio de crecimiento. Sus cartílagos epifisarios y
apofisarios todavía están abiertos, expuestos a sufrir una rotura traumática. Sus
ligamentos y tendones están, probablemente, en su punto máximo de fuerza ten-
sora, una fuerza que puede ser superior a la del hueso al que están ligados y que
puede desembocar en fracturas avulsivas. Debido a ello hay otros factores
que sitúan su esqueleto en situación de riesgo. Estos factores predisponen a los
adolescentes a dolencias como la espondilólisis ístmica y la osteocondritis dise-
cante, que alcanzan su máxima incidencia en este grupo de edad por razones que
todavía deben ser explicadas.
El segundo factor importante en la epidemiología de las lesiones de los ado-
lescentes son las anomalías menores congénitas o desarrolladas. Estas anomalías
pueden adoptar la forma de un navicular accesorio, un menisco discoide o ano-
malías del mecanismo extensor que predisponen a la inestabilidad rotuliana.
El tercer factor que influye sobre los patrones de lesión adolescentes es el
importante incremento de las fuerzas a las que se somete el esqueleto inmaduro.
Este incremento se debe a la hipertrofia muscular causada por la abundancia de
hormonas adolescentes y a presiones culturales que prescriben la realización de
unas sesiones de entrenamiento más prolongadas y más intensas. En pocas pala-
bras, el esqueleto del niño entra a formar parte del mundo de los adultos.
En este capítulo se describen algunos de los diversos tipos de lesiones que
afectan al atleta adolescente cuando se enfrenta a las demandas del fútbol.
VII
LAS MUJERES
EN EL FÚTBOL
40 LA JUGADORA
DE FÚTBOL

Michelle Akers

A medida que los roles de la mujer han ido cambiando en todo el mundo,
tanto desde un punto de vista social como desde un punto de vista cultural, se ha
producido un aumento de popularidad y de participación en el fútbol por parte de
las mujeres. Hoy existen programas para equipos nacionales y ligas para muje-
res, así como entrenadoras femeninas, árbitros y directivas, y todo ello en un
deporte que ha sido considerado tradicionalmente como exclusivamente mascu-
lino. Las figuras 40-1 y 40-2 recogen algunas estadísticas referentes al nivel de
participación de las mujeres en el fútbol. Tratándose del deporte de más rápido
crecimiento en Estados Unidos, en 10 años el fútbol ha visto incrementado en un
83% su número de participantes a nivel de instituto y, respecto a los adultos, su
participación se ha incrementado en un 34% desde 1987 (tanto en hombres como
en mujeres). Con el aumento del número de jugadoras, no obstante, surge la
necesidad de contar con entrenadoras cualificadas. La tabla 40-1 informa sobre
el número aproximado de entrenadoras licenciadas en la escuela técnica de
Fútbol de Estados Unidos y en la Asociación Nacional de Entrenadores de Fútbol
de América.

LAS MUJERES Y EL JUEGO

Este capítulo expresa el punto de vista de una atleta femenina. He formado


parte del Equipo Nacional de Fútbol de Estados Unidos desde la creación del
equipo en 1985. En su corta historia, el equipo ha cosechado varios éxitos. En
1991, Estados Unidos ganó el primer Campeonato Mundial Femenino de Fútbol
organizado por la Federación Internacional de Fútbol (FIFA) celebrado en
Suecia; asimismo, en fecha reciente consiguieron el tercer lugar en la Copa del
Mundo de 1995, también celebrada en Suecia.
En la actualidad, no existen ligas femeninas profesionales o semiprofesiona-
les en Estados Unidos. Después de licenciarse en la universidad, las jugadoras de
elite que desean proseguir su carrera se ven obligadas a jugar en distintos países
41 LESIONESDE
LAS JUGADORAS
FEDERADAS
Elizabeth A. Arendt
Randall Dick
El fútbol es el deporte más popular del mundo. Hasta la década de 1970, fue
un deporte casi exclusivamente masculino. El Primer Campeonato Europeo
Femenino de Fútbol se celebró en 1983-1984. Desde entonces, el interés y la par-
ticipación en el deporte han ido incrementándose progresivamente. En nuestros
días, el fútbol femenino se practica en 50 países.
El fútbol es un deporte de aceptación creciente en Estados Unidos, en parti-
cular entre las mujeres. En los varones en edad de instituto, la participación se ha
quintuplicado entre 1972 y 1995. Por lo que respecta a las mujeres, los niveles
de participación de 1995 eran 237 veces superiores a los de 1972, lo que signifi-
ca el mayor crecimiento de la última década.
El crecimiento del fútbol federado, en especial entre las mujeres, también
muestra una rápida tendencia al alza. Este crecimiento está reflejado en el incre-
mento de la participación en el fútbol por parte de instituciones pertenecientes a
la Asociación Atlética Nacional Colegiada (NCAA). Gracias a la integración de
los deportes femeninos en la esfera de la NCAA en 1982, es posible realizar un
atento seguimiento y comparación de la participación de sus instituciones desde
esa fecha. En 1982 había 521 equipos masculinos, con un total de 13.000 atletas
participantes, frente a los 80 equipos femeninos con una participación total de
1.855 atletas. En la actualidad, hay más de 600 programas de fútbol NCAA para
hombres y, aproximadamente, 450 programas de fútbol para mujeres. Este hecho
refleja un incremento en la participación de aproximadamente un 17% en los
hombres, frente a un 458% en las mujeres (figs. 41-1 y 41-2). Estos hechos indi-
can que los programas para las jugadoras federadas está viendo incrementada su
popularidad de manera considerable, hecho que se refleja en el número de insti-
tuciones de la NCAA que patrocinan dichos programas.
Aunque las lesiones futbolísticas masculinas han sido objeto de diversas
investigaciones, existen pocos estudios dedicados a las lesiones femeninas. Este
capítulo examina los datos actuales relativos a las lesiones en el colectivo de
42 ASPECTOS
NUTRICIONALES
EN LA MUJER
Emily M. Haymes

La nutrición puede desempeñar un importante papel en la práctica deportiva.


Los deportes de equipo, como el fútbol, que incluyen carreras intermitentes y de
elevada intensidad, necesitan el aporte de hidratos de carbono como primera
fuente de energía. Los deportes de resistencia requieren una cantidad adecuada
de hemoglobina en la sangre para poder transportar el oxígeno a los músculos
con el fin de producir energía. La baja ingestión de hierro puede desembocar en
deficiencia y anemia, que disminuye la resistencia.
Disponemos de poca información referente a los hábitos nutricionales de las
jugadoras de fútbol. La mayoría de los datos relativos a la ingestión de nutrien-
tes que figuran en este capítulo proceden de estudios realizados sobre mujeres
que participan en deportes de equipo, en especial el hockey sobre hierba y el
lacrosse. Estos dos deportes fueron seleccionados a causa de sus similitudes con
el fútbol, tanto en su modo de juego como en la energía consumida durante el
partido.

NECESIDADES ENERGÉTICAS
Las características tempomotrices del fútbol femenino muestran unas pautas
similares a las del fútbol masculino, si bien en una distancia ligeramente inferior.
Un estudio mostró que, durante un partido de 80 minutos, el 13% del tiempo
transcurría estando de pie, el 38% andando, el 23% trotando, el 17% corriendo a
baja potencia, el 6% corriendo a media potencia, el 2% corriendo a elevada
potencia y el 1% corriendo a toda potencia (fig. 42-1). El porcentaje de tiempo
empleado en cada una de las actividades era similar al de los jugadores de elite
daneses que disputaban los partidos de la Liga Danesa. La distancia recorrida por
una centrocampista en un partido internacional fue de 9.500 m. La distancia
media cubierta por la jugadoras suecas de elite durante la competición apenas se
situaba por debajo de los 8.500 m.
VIII
ASPECTOS
SOCIOLÓGICOS
Y PSICOLÓGICOS
43 CUESTIONES
DE PSICOLOGÍA
DEPORTIVA EN EL
FÚTBOL JUVENIL
Robert A. Swoap

El fútbol es un deporte muy popular entre los niños de todo el mundo. En los
Estados Unidos, varios millones de niños participan en programas de fútbol orga-
nizados. El fútbol permite a los niños experimentar diversas experiencias. La
participación de los niños en el fútbol no es inherentemente beneficiosa o perju-
dicial, pues depende de un gran número de factores, incluyendo el modo en que
se estructura y se supervisa su participación.
En este capítulo se informará sobre la naturaleza y la cualidad de la experien-
cia constituida por el fútbol juvenil a partir del examen de las tres áreas más
importantes de la psicología deportiva del fútbol juvenil: la motivación para la
participación, el estrés causado por la competición y el entrenamiento.

MOTIVACIÓN PARA LA PARTICIPACIÓN


Por qué los niños juegan a fútbol

La participación en el fútbol juvenil, y en los deportes juveniles en general,


puede ser beneficiosa. Los beneficios físicos incluyen el desarrollo de la coordi-
nación, el incremento de la fuerza y la resistencia muscular y la adquisición de
habilidades específicamente deportivas. Los beneficios psicosociales incluyen el
desarrollo de la capacidad de liderazgo, del espíritu cooperativo y de la deporti-
vidad, el hecho de entablar amistades, y la diversión y el fortalecimiento de la
confianza en uno mismo, de la autodisciplina y de la perseverancia.
Para conocer los motivos por los que los jóvenes se implican en la práctica
deportiva, los investigadores han preguntado a los niños acerca de sus motivos
para jugar. Las razones mencionadas con mayor frecuencia son la diversión, el
estar con los amigos o la posibilidad de poder hacer nuevas amistades, el apren-
dizaje y desarrollo de habilidades, el éxito o el triunfo y la excitación propia de
44 EL ABUSO DE
MEDICAMENTOS
EN EL FÚTBOL

Eduardo Enrique de Rose

ASPECTOS HISTÓRICOS

Según Filóstrato, los atletas de los antiguos Juegos Olímpicos creían que el
consumo de infusiones de hierbas y de setas podía incrementar sus niveles de
rendimiento. Otra interesante forma de dopaje consistía en preparar una solución
con aceite, polvo y sudor tomado de la piel del atleta después de la competición.
Esta mezcla se extraía en los vestuarios con un estrígilo, un instrumento metáli-
co en forma de L. El atleta lo vendía a otros participantes, los cuales creían que
bebiéndose la mezcla podrían llegar a tener las mismas capacidades físicas del
campeón.
Los modernos Juegos Olímpicos fueron inaugurados por Pierre de Coubertin
en la ciudad de Atenas en 1896. Entre 1896 y 1932, y con la excepción de los
años de la Primera Guerra Mundial, se celebraron nueve Juegos Olímpicos. En
aquel momento, el dopaje no era frecuente, exceptuando el uso de ciertas drogas
entre los ciclistas. La mezcla más común que se utilizaba para aumentar el ren-
dimiento era una cóctel de cocaína, cafeína y estricnina.
Entre 1936 y 1964 se celebraron seis Juegos Olímpicos, con excepción del
período de la Segunda Guerra Mundial. En este punto de la historia, los Juegos
eran utilizados como un instrumento propagandístico para la promoción de cier-
tos regímenes políticos. Este hecho modificó el ideal original de Coubertin, de
manera que el hecho de ganar empezó a convertirse en algo más importante que
competir. Durante este período, las sustancias empleadas con mayor frecuencia
fueron las anfetaminas y, después de 1954, los esteroides anabólicos. Con el
objetivo de controlar el uso de los agentes de dopaje, el Comité Olímpico
Internacional nombró una Comisión Médica. Dicha Comisión empezó a realizar
controles médicos, bajo la supervisión del príncipe Alejandro de Merode, duran-
te los Juegos Olímpicos de 1968.
Entre 1968 y 1980 se celebraron cuatro Juegos Olímpicos. Se introdujo la pri-

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