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La ventaja competitiva es un factor que brinda un grado de superioridad referente al

posicionamiento en el mercado con respecto a los demás competidores quienes ofertan un


producto o servicio similar, esto se da ya que los mismos presentan atributos que aportan un mayor
nivel de satisfacción para los clientes. Al hablar de ventaja competitiva externa, se refiere a los
costos a los que se ofrecen los productos los cuales son menores al de los competidores o bien a un
alto rendimiento de lo ofertado, por otro lado, la ventaja competitiva interna es aquella en la que
se toman en consideración los costos unitarios por fabricación de los productos, siendo estos más
bajos por lo que se obtiene una mejor rentabilidad. De igual manera la ventaja competitiva puede
ir dirigida hacia la oferta de productos al menor costo posible para los clientes o bien ofreciendo
atributos únicos.

Teniendo en consideración que la cadena de valor es muy importante para una compañía, el
conjunto de actividades complejas que se desarrollan para alcanzar un alto nivel de competitividad
se denomina sistema de valor. La cadena de valor de los proveedores es la que se encarga del
abastecimiento de suministros de calidad a la empresa. La cadena de valor de los canales se encarga
de la entrega del producto final a los clientes, en donde los distribuidores juegan un gran papel.
Finalmente, las cadenas de valor de los compradores determinan las necesidades de los mismos.
Por todo ello, se puede determinar que no solo se debe estudiar la cadena de valor interna de la
empresa, si no que se debe tener en mente tanto las actividades de distribución, así como el
abastecimiento de las materias primas necesarias para ofertar productos de calidad.

Habiendo analizado la cadena de valor y teniendo presente cuáles son los factores que pueden
aportar a la ventaja competitiva, es necesario adoptar una estrategia que permita avanzar en la
misión de esta, lo cual debe ir enfocado en el aumento de la producción o bien en la disminución de
costos. La s estrategias a adoptar pueden ser: Liderazgo o dominación a través de costos,
diferenciación y concentración. El objetivo principal de estas estrategias es mantener los costos
bajos, sin dejar de lado la calidad de los productos, ya que esto permite tener una mayor flexibilidad
con los proveedores, y de igual manera permite tener un mejor posicionamiento en el mercado en
relación a los competidores con ofertas similares. Sin embargo, si se tiene en mente la
diferenciación, se debe contemplar que pueden existir muchas empresas las cuales presenten
productos con bajos costos, lo que realmente importa aquí es el nivel de investigación que se aporte
para un mejor diseño de productos. Como último punto, si el objetivo es la concentración, en ese
caso se debe realizar un estudio completo sobre las necesidades del segmento de clientes al que va
dirigido el producto, donde también se tiene en mente el liderazgo en costos, pero sólo para el
segmento escogido.

Al ofertar un producto en el mercado se debe analizar el precio que estaría dispuesto a pagar un
comprador por el mismo, esto sin tener pérdidas por costos de producción, lo que se puede lograr
realizando un estudio de las cadenas de valor pertinentes y adoptando estrategias que permitan a
la empresa reducir dichos costos manteniendo la calidad de los productos y con ello la satisfacción
del cliente. En resumidas cuentas, el cliente prefiere un producto cuya suma de valores positivos
(producto, servicio, personal, imagen y marca) sea mayor a los valores negativos (costos, tiempo y
energía empleada) del producto, por lo que es de vital importancia el análisis de la cadena de valor,
la cual permitirá una gestión más eficiente sobre los segmentos hacia los cuales va encaminada la
empresa.

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