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LA CONTRATACIÓN ADMINISTRATIVA
Y LA LEY 19.886: ASPECTOS A CONSIDERAR
EN UN RECUENTO JURISPRUDENCIAL
RAMIRO A. MENDOZA ZÚÑIGA
PROFESOR DE DERECHO ADMINISTRATIVO
P. UNIVERSIDAD CATÓLICA DE CHILE
I.
INTRODUCCIÓN
(1) En nuestro medio, SOTO KLOSS, EDUARDO, “La concesión de servicio público. Notas para una precisión
conceptual en el Derecho Chileno”, en Revista Ius Publicum N°9 (2002); ARÓSTICA MALDONADO, IVÁN
“Licitación Pública: conceptos, principios y tramitación”, Revista Actualidad Jurídica N°13 (2006); y del mismo
autor, “La estabilidad de los contratos administrativos”, Revista Actualidad Jurídica N°6 (2002). Adviértase
además los artículos: “Las Críticas al Sistema de la Contratación Pública (entrevista a los académicos E.
NAVARRO B. y RAMIRO MENDOZA Z.)”, en La Semana Jurídica Año 4 N°243, semana del 4 al 10 de julio
de 2005; y recientemente en “Tribunal de Contratación Pública”, en la Semana Jurídica, Año 5 N° 297, semana
del 17 al 23 de julio de 2006.
(2) Al respecto, vid CASSAGNE, JUAN CARLOS, “El Contrato Administrativo, Ediciones Abeledo-Perrot, 1999;
BARRA, RODOLFO C. “Los Actos Administrativos Contractuales. Teoría del acto coligado”. Editorial Ábaco
de Rodolfo Depalma, 1989; SOSA WAGNER, FRANCISCO “El Contrato Público de Suministro”. Editorial
Civitas S.A., 1996; GONZÁLEZ-VARAS IBAÑEZ, SANTIAGO,“El Contrato Administrativo”, Ediciones
Civitas, 2003; GIMENO FELIZ, JOSÉ MARÍA (Coordinador) “Contratación de las Administraciones
Públicas: Análisis práctico de la nueva normativa sobre contratación pública”, 2004; HORGÉ BAENA,
CONCEPCIÓN “La modificación del contrato administrativo de obra”, Ediciones Marcial Pons, 1997;
“DEL PIAZOO, CARLOS E. “Manual de Contratación Administrativa”, Tomos I y II, partes general
y especial, Colección Manuales Burocráticos, 1993; GARCÍA-TREVIJANO GARNICA, “La cesión del
contrato administrativo. La subcontratación”, primera edición, Ediciones Civitas, 1997; Documento V
Congreso Luso-Hispano de profesores de derecho administrativo (varios autores), “La contratación pública
en el horizonte de la integración europea”, ediciones Instituto Nacional de Administración Pública (INAP),
2004; “Contratación empresarial en los sectores de transportes, energía, telecomunicaciones y agua potable.
Los llamados contratos de interés público”. Ediciones Cámara de Comercio e Industria de Madrid, 1996;
“EMBID IRUJO, ANTONIO y COLOM PIAZUELO, ELOY. “Comentarios a la ley reguladora del Contrato
de Concesión de Obras Públicas”, ediciones Thomson Aranzadi, segunda edición de 2004.
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II.
ÁMBITO DE APLICACIÓN DE LA LEY 19.886 Y SU REGLAMENTO
En primer término, es necesario hacer presente que la Ley 19.886 no es propiamente una
ley de contratación administrativa, consideración que fluye de su propio título, toda vez
que se circunscribe a regular una especie dentro del género de la contratación pública,
cuál es el contrato de suministro (o doctrinariamente llamado de “aprovisionamiento”)
y el contrato de prestación de servicios(5), circunstancia relevante, habida cuenta
de la existencia de una serie de otras figuras contractuales públicas con normativa
propia o bien simplemente no reguladas. La importancia de este cuerpo normativo
reside entonces, en constituir un intento sistematizador de a lo menos un área de la
contratación administrativa, recaída conforme al artículo 2° de la Ley “en la compra
o el arrendamiento, incluso con opción de compra, de productos o bienes muebles”.
Una primera característica que surge de la revisión del referido precepto legal es su
naturaleza de ley de bases, en cuanto se constituye en depositaria de los principios
fundantes de la contratación administrativa en estudio, importando dicha condición
un elemento inicial a considerar al momento de pretender precisar su sentido y
alcance. Es así como Contraloría ha dispuesto “Adicionalmente, y sin perjuicio
de lo indicado, cumple señalar que los cuerpos legales de que se trata [Ley
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19.880 y Ley 19.886] constituyen leyes de bases, esto es, contienen las reglas y
principios directrices mínimos, fundamentales y obligatorios que rigen a los sectores
de la Administración del Estado a los cuales se refieren, ya en relación con los
procedimientos administrativos, ya con la celebración de contratos administrativos
de suministro y prestación de servicios, circunstancia que resulta determinante a los
efectos de definir su alcance (...)”(Dictamen 24.152 de 2005). Añadiendo la entidad
contralora que, “Ahora bien, como puede apreciarse, la Ley N°19.886 ha establecido,
en lo que interesa, a partir de su vigencia -el 29 de agosto de 2003 con arreglo a su
artículo 39-, un nuevo régimen normativo para la celebración de contratos a título
oneroso para el suministro de bienes muebles y de los servicios que la Administración
del Estado requiera para el desarrollo de sus funciones, régimen normativo que, en
consecuencia, resulta obligatorio para todas las reparticiones estatales a las cuales
le es aplicable” (Dictamen 3.888 de 2004). Complementando lo anterior, se dispone
que, “las disposiciones recién aludidas [ley 19.886] son obligatorias para todos
los órganos de la Administración, e incluso para los órganos del sector público no
regidos por esta ley, con las solas excepciones previstas en ellas” (Dictamen 12.679
de 2005).
Al respecto, conviene tener presente que al ser la Ley 19.886, por regla general,
vinculante para la Administración en lo concerniente a sus procesos de adquisición
de bienes muebles y prestación de servicios, su eficacia la ha asumido Contraloría
no sólo respecto del órgano o servicio público afecto a su normativa, sino que
además por cierto respecto de sus dependencias, al disponer “En tales condiciones, y
atendido que -como ya se indicó- el servicio de bienestar de que se trata constituye
una dependencia del Servicio de Salud Metropolitano Sur a través de la cual se
desarrollan funciones que le han sido asignadas por el ordenamiento, es menester
concluir que los convenios relativos a ese servicio de bienestar que se suscriban por
la jefatura superior de la ocurrente no se encuentran al margen de la aplicación
de las disposiciones contenidas en Ley N° 19.886 y su reglamento” (Dictamen
59041 de 2004). En similares términos se sostiene que “Por consiguiente, y
considerando lo recién expuesto, es del caso reiterar que atendido que los Servicios
de Bienestar creados de acuerdo con la normativa antes individualizada constituyen
una dependencia de la entidad pública de que forman parte, a través de la cual
se desarrollan las funciones que le han sido asignadas por el ordenamiento, debe
concluirse que los convenios relativos a esos Servicios de Bienestar que se suscriban
por la jefatura superior de la repartición respectiva se encuentran sujetos a las
disposiciones de Ley N° 19.886, ya individualizada, y a su reglamento, aprobado
por el Decreto N° 250, de 2004, del Ministerio de Hacienda, normativa a la cual
deberán ceñirse a efectos preparar y concluir los acuerdos de voluntades pertinentes
(Dictamen 28.985 de 2005). A mayor abundamiento, se señala que “Por otro lado,
debe observarse el inciso final del artículo 12 de las mismas bases administrativas,
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Ahora bien, la Ley 19.886 además goza de supletoriedad respecto de aquellos contratos
expresamente excluidos al amparo del artículo 3° de la ley, al entrar a regular frente al
silencio de la normativa particular. Al respecto, la Contraloría General ha establecido
que “ (...) De acuerdo a la normativa señalada, es dable indicar, en lo que interesa,
que los contratos relacionados con la ejecución y concesión de obras públicas, que
cuentan con una regulación específica, se sujetarán a ella y no a las disposiciones de
Ley N° 19.886, y sólo en la medida en que existan aspectos no regulados, se aplicará
entonces, supletoriamente, las disposiciones de la ley en comento”(Dictamen 39.472
de 2005).
Ahora bien, no obstante los claros términos del artículo 3° letra a) de la Ley 19.886,
Contraloría ha precisado y hecho aplicable a los casos exceptuados, ciertos aspectos
de la Ley 19.886 relativos a los sistemas de información, al establecer que “Sobre
el particular, corresponde anotar que en el referido pronunciamiento se precisó
que si bien las regulaciones de Ley N° 19.886 para la celebración de contratos
no resultan aplicables a los ya aludidos convenios de prestación de servicios que
los órganos de la Administración del Estado suscriban con personas naturales -los
cuales deberán ajustarse a los procedimientos establecidos en las disposiciones
estatutarias pertinentes, y, en su caso, a las normas generales relativas a los convenios
a honorarios de que se trate-, respecto de los mismos, y por las razones de orden
normativo que en él se detallan, se debe cumplir con la preceptiva relativa al Sistema
de Información de las Compras y Contrataciones Públicas contenida en los artículos
19 a 21 de Ley N° 19.886, y en su reglamento”(Dictamen 34.033 de 2005).
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Por otra parte, tratándose de la exclusión legal de los convenios que celebren entre si
los organismos públicos a que hace referencia la letra b) del artículo 3°, Contraloría ha
reiterado el claro sentido de la disposición legal al señalar que “De conformidad con
el articulo 3°, letra b), de Ley N° 19.886, sobre Bases de Contratos Administrativos de
Suministro y Prestación de Servicios, no son aplicables las normas sobre contratación
contenidas en dicho cuerpo legal al convenio de que se trata, por referirse a uno
a celebrarse entre sí por organismos públicos enumerados en el artículo 2°, inciso
primero, del DL. N° 1.263, de 1975, Ley Orgánica de Administración Financiera
del Estado, de tal manera que no corresponde el otorgamiento de la autorización
aludida” (Dictamen 34.459 de 2005).
Así las cosas, para el caso de la excepción relativa a los contratos relacionados
con la ejecución y concesión de obras públicas (artículo 3 letra e)(6), Contraloría
ha dado una fiel interpretación de la disposición legal en cuanto a exceptuar las
obras públicas del ámbito de aplicación de la Ley 19.886, salvo en lo relativo al
sometimiento a la jurisdicción del Tribunal de la Contratación Pública, en la medida
que sea procedente señalando que “El proyecto “Reposición Hospital XX” cumple
las exigencias mencionadas, por lo que su ejecución importa construir una obra
pública y, en tales condiciones, el contrato que se celebre queda excluido en términos
generales de las disposiciones de Ley N° 19.886, sin perjuicio de la aplicación de la
normativa de su Capítulo V, del Tribunal de Contratación Pública, como igualmente
(6) Entendida por la jurisprudencia de Contraloría como “toda obra inmueble, financiada con fondos del Estado
y destinada a cumplir una finalidad pública, requisitos que es menester que concurran en forma copulativa”
(Dictamen 21.607 de 2004). Complementando lo anterior, Contraloría ha sostenido que “Respecto del alcance
de la expresión “ejecución y concesión de obras públicas”, cabe precisar que la ley en examen no distingue,
de manera que debe entenderse referida a todos los contratos de confección de obras de naturaleza inmueble,
construidas o financiadas por el Estado y destinadas a cumplir una finalidad pública, ejecutadas a través de
cualquiera de los sistemas que contempla la ley, incluido el de concesiones” (Dictamen 18.740 de 2004).
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III.
ACTUACIONES RELATIVAS A LA CONTRATACIÓN:
EN ESPECIAL LO RELATIVO A LA HABILITACIÓN PARA PROCEDER
A LA CONTRATACIÓN DIRECTA Y A LA FORMA DE PONDERAR LOS
ANTECEDENTES AL MOMENTO DE LA ADJUDICACIÓN
(7) El artículo 2 N° 27 del Reglamento de la Ley 19.886, define trato o contratación directa como “Procedimiento
de contratación que por la naturaleza de la negociación debe efectuarse sin la concurrencia de los requisitos
señalados para la Licitación o Propuesta Pública y para la Privada”.
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• “En relación con la materia, cumple hacer presente que mediante el Dictamen
N° 839, de 2006, esta Entidad Fiscalizadora devolvió por primera vez el
documento de la suma atendido, en síntesis, que no se encontraban acreditadas
ni fundamentadas las circunstancias invocadas por dicha Secretaría de
Estado para justificar la adopción del procedimiento excepcional del trato o
contratación directa, esto es, los casos y criterios contenidos en el artículo
10°, número 7, letras d), e) y f) del Decreto N° 250, de 2004, del Ministerio
de Hacienda, que aprobó el reglamento de la Ley N° 19.886”(Dictamen 9405
de 2006).
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Ahora bien, en cuanto a la habilitación para proceder a recurrir por parte de los
órganos públicos al mecanismo de la contratación directa, la Contraloría ha estimado
su procedencia tratándose de prórrogas de contrato cuando “ (...) por considerarse
“indispensable para las necesidades de la Entidad y sólo por el tiempo en que se
procede a un nuevo Proceso de Compras, siempre que el monto de dicha prórroga no
supere las 1.000 UTM”, condiciones que no concurren en la especie, toda vez que
se conviene una extensión hasta el 8 de agosto de 2005, prorrogable mensualmente
(Dictamen 27.606 de 2005).
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IV.
UTILIZACIÓN DE SISTEMAS DE INFORMACIÓN EN LAS COMPRAS
Y CONTRATACIONES POR LOS MEDIOS ELECTRÓNICOS
• “(...) Los organismos públicos regidos por esta ley deberán cotizar, licitar,
contratar, adjudicar, solicitar el despacho y, en general, desarrollar todos sus
procesos de adquisición y contratación de bienes, servicios y obras a que alude
la presente ley, utilizando solamente los sistemas electrónicos o digitales que
establezca al efecto la Dirección de Compras y Contratación Pública” y, en
su inciso final añade que, “no obstante, el reglamento determinará los casos
en los cuales es posible desarrollar procesos de adquisición y contratación
sin utilizar los referidos sistemas”(Dictamen 22.256 de 2006).
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• “Ello, por cuanto los artículos 24, 30 y 33 del Decreto N° 250, de 2004,
del Ministerio de Hacienda, que aprueba el Reglamento de Ley N° 19.886,
de Bases sobre Contratos Administrativos de Suministro y Prestación de
Servicios, prevén que las ofertas respectivas deberán ser enviadas por los
proponentes mediante el Sistema de Información electrónica regulado en el
mismo, el cual es, a su vez el único mecanismo a través del cual las entidades
licitantes pueden recibir y proceder a la apertura de las mismas, y que
sólo excepcionalmente, en los casos del Artículo 62 del Reglamento, podrán
recibirse tales antecedentes en soporte papel y procederse a su apertura física,
circunstancias que no son mencionadas” (Dictamen 19.343 de 2005).
• “Por otra parte, es del caso hacer presente que los artículos 18, 19 y 20,
situados en el Capítulo IV del texto legal en estudio, imponen a todos los
organismos sometidos a la mencionada normativa la necesidad de llevar a
efecto todos sus procesos de adquisición y contratación, y de informar acerca
de los mismos, a través de los sistemas digitales o electrónicos a que se
refieren dichos preceptos” (Dictamen 53.271 de 2004).
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V.
DEL TRIBUNAL DE LA CONTRATACIÓN PÚBLICA
Ahora bien, en cuanto a su competencia debemos recordar que conforme texto expreso
de la Ley 19.886 esta se extiende desde la aprobación de las bases de licitación
hasta la adjudicación(11), careciendo por lo tanto el tribunal de competencia para
pronunciarse respecto de situaciones no comprendidas dentro de los dos mencionados
hitos del procedimiento de contratación, tanto de compras públicas, asesorías e incluso
contratos de obras públicas.
Sin perjuicio de lo anterior, es preciso indicar además, que la competencia del Tribunal
de la Contratación Pública, se extiende más allá del propio ámbito de la Ley 19.886,
dado que su jurisdicción contempla incluso negocios jurídicos públicos no afectos
a la Ley en estudio. Al respecto, se ha dictaminado que, “En consecuencia, debe
entenderse que si bien la asesoría de la especie no se encuentra sometida para
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(12) Sentencia pronunciada por la Iltma. Corte de Apelaciones de Rancagua, con fecha 23 de abril de 2004, rol
219.953. Considerando 4°. Confirmada por la Excma. Corte Suprema, 12 de mayo de 2004, rol 1674-2004.
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motivo del contrato de participación”, esto es, está llamada a resolver los conflictos
que tuvieren lugar entre las partes una vez celebrados los acuerdos de voluntades
pertinentes” (Dictamen 18.740 de 2004).
VI.
LA DIRECCIÓN DE COMPRAS PÚBLICAS
(13) Cuyo marco normativo radicaba en el Decreto N° 404 de 1978, del Ministerio de Hacienda, que fijó el
texto refundido, coordinado y sistematizado del DFL N°353 de 1960, Ley Orgánica de la Dirección de
Aprovisionamiento del Estado.
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VII.
CONCLUSIÓN
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