Vous êtes sur la page 1sur 14

Cómo hacerse rico

Uno de los grandes emprendedores del mundo comparte sus secreto


por Felix Dennis

RESUMEN EJECUTIVO
Este libro está dirigido a personas que desean hacerse ricas a
toda costa. En él encontrarás los útiles consejos de un hombre
que se enriqueció con su propio esfuerzo y que ahora pone a
tu disposición toda la experiencia adquirida en el camino.
De su mano, aprenderás a reconocer los obstáculos que te
impiden iniciarte en el camino de la riqueza y cómo enfrentarte
a ellos, las actitudes necesarias para iniciar un negocio y
todos los posibles errores que puedes cometer. Conocerás la
importancia de la propiedad, y de habilidades como negociar
y delegar en otros. Sabrás incluso de los aspectos oscuros y
poco recomendables de la riqueza y se te aconsejará el modo
de no perder lo alcanzado.
Si sólo sueñas con ser rico, pero no estás dispuesto a todo por
conseguirlo, si te domina el miedo y prefieres la seguridad de
un trabajo estable, este libro no fue hecho para ti. Pero si
estás dispuesto a conjurar el temor al fracaso y lanzarte de
cabeza al ruedo en la lucha por alcanzar la riqueza, seguramente
te ayudará a lograrlo.
Razones para no hacerse rico
Para mucha gente, lo más difícil es arrancar en el camino de la
riqueza y esgrimen diversos argumentos para no intentarlo.
Hay tres categorías fundamentales:
1- Joven y relativamente pobre: arguyes tu falta de experiencia
y capital, pero eres la persona a la que más útil puede ser
este libro. Tu mayor ventaja: no tienes nada que perder, puedes
arriesgarte. Además, tienes mucha energía para emplear
en tu propósito de hacerte rico, un instintivo dominio de la
tecnología moderna y estás más dispuesto a aprender,
admitir y rectificar tus errores. El saber convencional
siempre te aconsejará no intentarlo, no lo escuches.
2- Ligeramente mejor y en vías de mejorar: arguyes el temor
a perder lo que has conseguido hasta ahora (un trabajo
decente en un cargo medio, con posibilidad de ascenso). Tu
ventaja es tu experiencia en la empresa donde trabajas, sabes
cómo funciona y un poco sobre su industria. Deja de trabajar
por la riqueza de otros y hazlo por la tuya propia. Tu
juventud y energía decaen. Aprovecha ahora.
3- Directivo o profesional de alto rango: argumentas que
debes anteponer la seguridad y felicidad de tus hijos y temes
perder el capital que has logrado. Tu ventaja es que sabes
casi todo sobre tu empresa y su industria, además de qué
hacer para tener éxito en ella y cómo, pues has ayudado a
que les ocurra a otros. Si te atreves, serás uno en un millón.
Las oportunidades son escasas, pero no es imposible.
Otros aspectos como sexo, raza, color, educación o calificación
profesional tampoco son obstáculos para acceder a la
riqueza. El dinero es una de las sustancias más neutrales de la
Tierra. Pueden tratar de impedir que lo obtengas, pero sólo
tendrán éxito si tú lo permites.
Todo el mundo lo puede intentar. Veamos las probabilidades
aritméticas: sólo el 0.000016% de los 60 millones de ciudadanos
británicos es rico. Si la riqueza se decidiera por lotería,
tendrías 16 oportunidades en un millón de estar en el primer
millar de ricos. No es tan grave, pues no todas las personas
están en la lid. Excluyendo a los que están enfermos, son
demasiado viejos o demasiados jóvenes, han elegido profesiones
que excluyen esa posibilidad, o simplemente no están
interesados en ser ricos, te quedaría alrededor de un millón de
rivales. Ya no necesitas ser uno en un millón, sino uno entre
mil. Por algo dicen que las estadísticas mienten.
Otras razones para no hacerse rico:
- La riqueza siembra el caos en tu vida privada: no te deja
tiempo para hacer lo que te gusta, y te lanza a un mundo de
narcóticos, mujeres, bebida y libertinaje. Sigues con las
mismas aflicciones que cuando eras pobre. Y todo eso mina
tu salud.
- Hacer dinero se convierte en una droga: no el dinero en sí
mismo, sino hacerlo.
Es posible que puedas evitar estos errores cuando te hagas
rico. En todo caso, nada de eso es razón para no intentarlo.
Comenzando a hacerse rico
Comenzar es el paso más difícil, por eso una vez que lo logres,
ya la mitad del trabajo está hecha. El mundo está lleno de
Jeremías, llenos de sabiduría convencional que intentarán
persuadirte de no intentarlo, citando hechos con cifras,
estadísticas y gráficos, para probar tus probabilidades de
fracasar. No los escuches.
El miedo nos ronda a todos. Le temes básicamente a dos cosas:
1) La decepción, propia o de otros, tal vez con repercusiones
financieras.
2) La exposición de ese fracaso al mundo exterior y
especialmente a tus iguales.
Si deseas ser rico, hazte de una armadura mental. No tan
gruesa que te haga sordo a los consejos y críticas constructivas
y te aísle de familiares y amigos, pero lo suficiente para ignorar
las burlas y el regodeo en los inevitables fracasos, y la mal
disimulada envidia por los eventuales éxitos.
Debes ser consciente de tu temor a fracasar y seguir el camino
trazado. Es como un caballo al que puedes arrear, encauzando
toda esa fuerza emocional en el sentido de tu meta. Si no lo
logras, te tirará al suelo y seguirás siendo pobre.
Y una vez que haz logrado vencer el miedo y comenzar, no te
rindas. El inicio siempre es desesperante y te encontrarás con
las gentiles voces de sirena de padres y amigos, que preocupados
por tu bienestar y secretamente temerosos de que tengas
éxito, tratarán de disuadirte.
Tienes que elegir. Puedes vivir con comodidad, acceder a
seguridad social, buenos salarios y empleos con colegas y
retiros decentes, sin la posibilidad del ignominioso fracaso. Si
eres de los que se quedan aspirando a algo, las voces se impondrán
y eso será lo correcto. Si eres de los que actúan, no te
rendirás y serás rico.
La búsqueda
Antes que nada, decide qué quieres hacer con tu vida. Si te
sientes movido hacia una vocación particular, entonces es
hacia allá a donde te debes dirigir.
No sigas una carrera, a menos que sea como plataforma de
lanzamiento o para conocer mejor una industria y no trabajes
para otros más que para alimentarte o entrenarte en gerencia y
habilidades de negociación. Pero cuidado, el salario se vuelve
adictivo y trabajar mucho tiempo para otra persona embota tu
capacidad de tomar riesgos. También olvida el espíritu de
grupo. En comercio es una desventaja y un freno para las
ambiciones individuales.
Ya puesto a buscar, no elijas un sector glamoroso o de moda,
sino uno en crecimiento. Al subir la marea, tu bote subirá con
ella. Industrias nuevas o de rápido desarrollo con bajos costos
de inicio ofrecen más oportunidades de hacerse ricos que las
ya establecidas, que van declinando o necesitan mucha inversión.
Dentro de una industria elige sus sectores en crecimiento,
siempre más atractivos para invertir.
Tres factores de la búsqueda:
1- Inclinación: la apasionada afinidad con algún asunto en
combinación con una gerencia efectiva, ventas y técnicas de
marketing, pueden ser una solución a la medida.
2- Aptitud: explota al máximo tus talentos naturales. Si tus
inclinaciones se anteponen y las sigues, no te harás rico. No
pidas consejo a tus padres, a ellos su amor no los deja ver
objetivamente tus habilidades y potencial. Un padrino, un
profesor de tu confianza o un consejero de carrera, serán
más imparciales.
3- Destino: a veces cuenta más el instinto de tomar una
oportunidad que se presenta (un descubrimiento fortuito o
una sugestión paranormal), y arriesgarse por lo que otros
creen una locura.
Ten en cuenta, además, que una idea por sí sola no es nada y si
produce riqueza, ésta pocas veces va al bolsillo de su creador.
Lo que se patenta no es la idea, sino el método de implementarla.
No te hará rico a menos que sea ejecutada eficiente y
originalmente.
Si pierdes el tiempo desarrollando en tu mente grandes ideas,
es más probable que hagas ricos a otros. Pero si nunca has
tenido una, y te has capacitado en ejecutar las de otro, puedes
tener éxito. Búscalas y ponlas a trabajar.
Las ideas pueden emular entre sí y también ser robadas. Lo
original no siempre es lo mejor. Vigila estrechamente a tu rival
y nunca te avergüences de emular una estrategia ganadora.
Obteniendo capital
Para quien busca ser rico, pedir prestado terminará siendo una
necesidad. Hay mucho capital buscando oportunidades de
inversión. Existen varios animales en ese mar:
- Tiburones: grandes inversores, usureros, tarjetas de crédito
o instrumentos similares. Cobran intereses muy por encima
de la capacidad de un negocio legal. Evítalos, podrían
llevarte a la bancarrota.
- Delfines: compañías de capital de riesgo, que pueden ayudarte
a arrancar, o convenirte cuando busques una rápida
inyección de capital, pero te presionarán por resultados rápidos
y no te ayudarán a crear valor a largo plazo.
- Peces: personas que confían en ti y en diversas maneras te
ayudarán en el camino, a veces trabajando para ti por muy
poco dinero, aconsejándote o facilitándose trámites o servicios
con poco o ningún costo, fiándote dinero con apenas
garantías, y otras formas. Con ellos puede tomar más
tiempo, pero serás más rico y hasta más feliz, a la larga.
Importante: Siempre resulta humillante tener que extender la
mano, pero quien busca hacerse rico, no lo evita. Si no
soportas la idea de postrarte para obtener la semilla de maíz, es
casi seguro que nunca tendrás tu propia hacienda.
Los cinco errores más comunes del inicio
1- Confundir deseo con compulsión: El deseo de ser rico no es
suficiente. Cuando todo parece perdido, los socios desertan, y
la bancarrota está frente a ti, todo lo que puede sostenerte es tu
compulsión de tener éxito a cualquier precio.
2- Excesivo optimismo con el flujo de efectivo: En toda nueva
empresa es vital el manejo correcto del flujo de efectivo. Evita
sucumbir al síndrome del avestruz (tendencia a enfocarse en
los nuevos negocios y descuidar las tareas mundanas como
nominas, rentas e impuestos) y escucha siempre a tu contador.
3- Reforzar el fracaso: Es muy difícil de evitar. No sabemos
cómo juzgar que ha habido un fracaso, para cesar de reforzarlo
y continuar. Es un asunto de probabilidad el perseverar en un
producto o servicio en problemas financieros, puedes ganar
finalmente o terminar perdiéndolo todo.
4- Pensar en pequeño y actuar en grande: Si crees que eres
infalible y que ya lo lograste, tendrás un rudo despertar. Piensa
en grande y actúa en pequeño, lo que significa mantenerte
flexible, con sentido de la proporción y humildad, escuchar,
aprender y emular el éxito donde quiera que esté. Nunca creas
que ya ganaste el juego.
5- Escatimar en talento: Nadie se hace rico sin talento, ya sea
el suyo propio o el de otros. Aprende a identificar, contratar y
cultivar el talento. Es la clave para crecer y el crecimiento es la
clave de la riqueza. No escatimes con él. Para conservarlo,
provéeles no sólo un buen salario (no siempre desean dinero),
sino nuevas oportunidades y retos.
Haciéndote rico
Las virtudes cardinales para hacerse rico son:
1- Persistencia: Es el reconocimiento de que se cometió un
error pero que se puede emprender un nuevo plan de acción.
No significa repetir el mismo error. Eso es tozudez.
2- Autoconfianza: Si la posees, nada te será imposible, pero
si tú mismo no crees en ti, nadie más lo hará. No significa
ignorar las dudas, importantes a la hora de tomar de
decisiones. Aprende a incorporarlas en tu pensamiento o
ellas te regirán a ti. No hay término medio.
3- Confía en tus instintos: No seas su esclavo, pero si te
dicen: ¡ve!, debes decidir si quieres ser rico o no. No puede
ser algo deliberado. Conviértete en un depredador, espera
pacientemente, alerta y olfateando el aire y guarda una
fuerza asesina para contener a la presa cuando saltes sobre
ella.
4- Haz más canastas: ¡diversifica! No tengas todos los huevos
en la misma cesta, diversifica tus negocios. No al principio,
cuando debes concentrarte en una sola cosa, pero una
vez que has tenido logros y obtenido algún dinero, busca
otras oportunidades alrededor. Mientras más cestas, mejor.
5- Escucha y aprende: Nunca te niegues a escuchar a los
desconocidos que se acerquen a ti con ideas, aunque establece
ciertas reglas para que no se convierta en una molestia.
Tampoco podemos desestimar a la suerte, que según Séneca,
es lo que ocurre cuando la preparación encuentra a la oportunidad.
Estando preparado y disponible para aprovecharla cuando
aparezca, podrás fabricar tu propia suerte. Evita luego tener
que decir: Si tan sólo…
Consejos para “tener suerte”:
- Prepárate a ti mismo para ella, pero no salgas a buscarla.
Déjala que venga a ti.
- Nunca te quejes ni te describas a ti mismo como
desafortunado.
- No le agradezcas a tus estrellas de la suerte. No pueden
oírte.
- No te salgas del camino trazado ni te distraigas con lo que
encuentras a los lados.
- Recuerda que los depredadores tienen siempre más suerte
que sus presas.
- Haz de ti un héroe. Si serlo no es tu estilo, entonces finge.
Eventualmente lo alcanzarás.
- Sólo hazlo. Es mucho más fácil disculparse que pedir
permiso.
Propiedad y sociedades
Para hacerte rico, debes ser un propietario. Cada porcentaje de
algo que poseas es crucial. Vale la pena luchar por ello de
todas las formas posibles. En la obtención de dinero, nada más
cuenta; sólo lo que poseas.
Nunca entregues una simple acción de algo que hayas adquirido
o creado, a menos que tengas que hacerlo. Si quieres favorecer
a tus empleados, dales incentivos en bonos, pero ni una
sola acción. Si amas a tu hermano, dale todo el dinero que
necesite, nada de acciones.
Lo más aconsejable es no formar sociedades, si quieres empezar
un negocio con tu hermano, proponle ser tú el propietario y
que él trabaje para ti. Lucha por eso. Si no lo logras, trata de
tener al menos el 75%. Chantajéalo. Trabaja más horas que él.
Encuentra más capital. Haz cualquier cosa. Pero quédate con la
mayor parte de las acciones.
Una sociedad siempre refleja dos principios:
1. ¿Quien está poniendo qué capital en la empresa?
2. ¿Quién está haciendo qué trabajo en la empresa?
Lo ideal es que te establezcas a ti mismo primero y sólo
entonces invites socios. Retén el mayor control y no perderás
tiempo en obtener consensos. Podrás concentrarte en el
negocio y hacer dinero. O perderlo, sin culpa añadida.
Si tienes que tomar accionistas minoritarios, sé cauteloso.
Busca un abogado paciente y estudia con él los estatutos de la
nueva compañía. Antes de firmar los documentos, considera
cómo podría terminar la sociedad con el menor daño para el
negocio y los socios. Pero si puedes evitarlo, no entres en una
sociedad.
Las cosas no funcionan igual cuando se trata de empresas de
capital abierto (aquellas cuyas acciones se cotizan en la bolsa),
las cuales no puedes poseer, aunque sí obtener un buen control
de ellas. Su razón de ser es empujar el precio de sus acciones,
que es determinado por analistas (para quienes crecer a cualquier
precio es su dios e invertir para obtener ganancias es
desperdiciar dinero que se puede utilizar en crecer).
La empresa privada, en cambio, vive de ganancias y reservas.
Requiere un balance entre inversión y dividendos. El crecimiento
no es la meta en sí misma, creces sólo si eso tiene sentido
para crecer. Los primeros años de una compañía pública
son duros y terribles, pero puedes ganar mucho dinero en ellas.
Algunas habilidades clave
Negociación: negociar en el sentido popular del término tiene
poco que ver con hacerse rico. En la mayoría de los casos no
se está negociando, sino resolviendo problemas cotidianos.
Pero una gran negociación puede hacer una real diferencia en
algunas situaciones. Lo más importante es establecer de qué
lado está la debilidad. Usualmente la hay en ambos campos,
pero debes averiguar para cuál es más apremiante y potencialmente
catastrófica. Averigua todo lo que puedas del contrario
y si es necesario, obtén ayuda profesional, aunque nunca
entregues el control de la negociación.
Delegación: es cuando el trabajo asumido por tus colegas y
empleados es más importante que el tuyo, que será sólo guiarlos
en la dirección correcta. Su ejercicio responsable te permite
obtener los mejor de los otros y hacerte rico en el proceso.
Mantente alerta a los signos de que hay un candidato a promover
y en quien delegar. Son inteligentes, trabajan duro, parecen
amar el trabajo, no pierden tiempo en chismes, escuchan y
corrigen sus errores y no los repiten. La mayoría no trabaja
para hacerse rico, pero casi todos desean ser respetados. Con
promoción das respeto y con delegación das promoción.
Repartir ganancias: al terminar el año, es importante repartir
las ganancias con quienes han trabajado para ti. Una de las
maneras es a través de bonos de desempeño para tus empleados.
Sé generoso con ellos, pero en los altos niveles, insiste en
la responsabilidad colectiva para su obtención y analiza con
los gerentes los beneficios de la compañía y sus resultados.
También ten presente que para muchos empleados el dinero no
es su principal motivación. La habilidad de discernir un buen
trabajo, la cortesía de decirlo y tratar a la persona con justicia y
camaradería, es mejor que incentivarlos financieramente.
Enfrentar la competencia: la competencia es el motor que mueve
al capitalismo occidental. Cómo reacciones a ella, define el
que permanezcas rico o incluso que puedas serlo en absoluto.
Si tu competidor es grande y está ansioso por comprarte, tal
vez debas dejarlo, por el precio correcto. Si es pequeño, trata
de alquilarlo, comprarlo o unirte a él. Si no es posible,
destrúyelo. Si tampoco funciona, sean amigos y conspiren
contra el competidor mayor.
Incrementar ganancias (Algunas sugerencias):
1- Despide a los sapos, incompetentes, flojos y arribistas.
2- Sé un ejemplo de frugalidad.
3- Busca y promueve el talento, incluso entrevistando a los
talentos de tus rivales.
4- Vende un activo cuando esté al tope de su valor.
5- Disfruta el negocio de hacer dinero.
Enfocarse: hacerte rico debe ser el principal foco de tu vida de
negocios. Olvida tus gustos y preferencias y enfoca tus esfuerzos
en la bola que dice: “El dinero está aquí”. No desaproveches
las oportunidades que se presenten, créate un entorno de
trabajo adecuado (gente inteligente, astuta y calificada, que
crea en tus ideas y trabaje contigo y para ti) y preocúpate
porque se haga siempre el mejor trabajo. Tu negocio debe ser
fuente de orgullo tanto como de dinero.
Resolución de problemas y fin del juego
Guía para el propietario
(o cómo saber cuándo salir corriendo)
Si crees que tu empresa está destinada a fracasar y ves que
existe una manera de jugar a “pasar la papa caliente”, no
dudes. Suéltala y busca una nueva oportunidad. La cuestión es
saber cuando abandonar. Escucha cuidadosamente a tus contadores
o contrata a uno de tu confianza cuando el fracaso esté
en el aire y necesites consejo.
Si las cosas están a punto de colapsar y eres el dueño de la
compañía o de gran parte de ella, todavía puedes intentar
algunas cosas.
1- Ante todo, no desesperes. Lo único que perderás será
dinero. No es tan importante.
2- Determina por cuánto tiempo puedes continuar con el
negocio sin caer en la ilegalidad (esto no lo hagas nunca).
3- Analiza sus posibilidades reales de seguir produciendo en
manos de otro. Míralo bajo otra luz: ¿Es un negocio válido?
¿Podría ayudar más capital?
4- Si concluyes que no tiene valor, aún no abandones. Al
menos trata de venderlo o hasta de subastarlo.
5- Si ya lo hiciste todo y nada resultó…
Si es necesario, declárate en bancarrota. Pero no te escondas
de tus acreedores, da la cara y muéstrales que tratas de hacer lo
mejor. Y haz todo lo posible porque aquéllos que te sirvieron
reciban su dinero. Cerrar un negocio o declararse en bancarrota
es un asunto miserable. No lo hagas peor omitiendo pedir
disculpas y evadiendo la responsabilidad.
Siempre hay chance de regresar. Eres una persona mas
experimentada
y la próxima vez no cometerás los mismos errores.
Cómo mantenerse rico
Ahora que ya eres rico, debes aprender a conservar lo logrado.
Estos consejos te ayudarán:
- Mientras más dinero entregues, más dinero regresará a ti.
Tan pronto como lo gastes, regales, prestes o inviertas,
olvídalo y no te preocupes por su retorno.
- No le prestes a tus amigos, pues perderás tanto la amistad
como el dinero.
- Cuanto antes puedas, controla esa etapa inicial de euforia
que lleva a excesivos gastos y no te conviertas en un adicto
al lujo.
- Acostúmbrate a poner límites a amigos y conocidos.
- Desarrolla otra pasión aparte de hacer dinero. Rápido.
- Ten tus propios consejeros privados y de primera clase.
- No hagas amistad ni duermas con tu personal.
- Elige a los asesores de personal con enorme cuidado.
- Toma medidas para garantizar tu seguridad.
- Nunca dejes de buscar y promover talentos.
- Ningún trato es totalmente obligatorio. Si los términos no
te convencen, aléjate.
- Guía. No seas guiado.
- Permanece lo más saludable que puedas.
- Vende el negocio antes de que tengas que hacerlo.
- Recuerda que eres sólo más rico que ellos. No más
inteligente.
Importante: Si quieres permanecer rico, procura mantenerte
dentro de la legalidad. Tu empresa es una entidad legal con
derechos y deberes. Si sacas dinero de ella, decláralo y paga
los correspondientes impuestos.
No muevas dinero a tu bolsillo sin reportarlo, ni uses los activos
de la compañía en tu vida personal. Contrata a un consejero
tributario tan pronto comiences a ganar más allá de tu
salario. Te aconsejará cómo pagar el mínimo impuesto posible.
Recapitulación para lectores flojos
1- Advertencias sobre la riqueza:
- La excesiva idolatría puede permear tu integridad, tu
confianza en otros y el amor de tus seres queridos. Te hará
desconfiar en ti mismo y de tu destino.
- La juventud es tu mejor riqueza. Piensa si quieres emplearla
en hacerte rico. El tiempo que uses en ello no puede ser
recuperado, tanto si tienes éxito como si fracasas. Y aun si
lo logras, sólo tendrás un montón de dinero.
- Para cuando la hayas adquirido, serás presa de muchos
hábitos, temerás perderla y gastarás mucho tiempo en
defenderla.
- No da felicidad. Produce aislamiento y soledad. Sólo puedes
confiar aquéllos que conocías antes de ser rico. El
mundo puede convertirse en un lugar oscuro, pequeño y
poco generoso.
Si aún quieres ser rico, ok, vuelve a la parte en que te daba
consejos para emprender la empresa. Pero lo último es parte
importante del libro. Márcalo y vuelve a leerlo en 20 años.
2- Libérate: hacerse rico parte de una actitud mental. Debes
liberarte, en tu mente, de toda tu vida previa. Rompe los lazos
con tus padres y la casa familiar, ignora las influencias
negativas de los Jeremías, y suelta el miedo al fracaso. Deja de
trabajar para otros y deshazte de esa cultura de seguridad que
te han transmitido.
3- Escoge la montaña correcta: el mundo esta lleno de dinero.
Alguno tiene tu nombre en él. Sólo tienes que recogerlo. Está
en esa montaña que ya está haciendo a otro montón de gente
rica. Tu instinto te guiará hasta la montaña correcta, pero no
intentes algo por lo que no sientas empatía, sólo porque crees
que tienes que hacerlo. Busca algo que te atraiga, que explote
tus talentos naturales.
4- No le temas a nada: si quieres ser rico, debes conjurar el
miedo. Ponlo boca abajo, pisotéalo, aplástalo y enciérralo bajo
llave en lo más profundo de tu corazón. Tu vida cambiará.
Percibirás todo el dinero que hay en el mundo y lo fácil que es
obtenerlo. No sucumbas al miedo. Que otros te teman a ti.
Aprovéchalo para tu propia ventaja.
5- ¡Anda, anda, anda!: adelante. Nunca comenzarás si no lo
haces ahora. Siempre habrá razones para ser precavido.
Expúlsalas, sólo son excusas. Cierto que podrías tener éxito y
descubrir que no estás tan feliz como esperabas. Pero ésa no es
una razón para no comenzar. Nunca sabrás lo que sucederá si
no lo intentas.
Pirámide invertida de hacerse rico:
Te comprometes o no lo haces. No término medio.
Libérate de influencias negativas.
Escoge la montaña correcta
No le temas a nada
Comienza ya
¡Anda!
Los ocho secretos de hacerse rico
1- Analiza tu necesidad: el deseo es insuficiente. La compulsión
es obligatoria.
2- Libérate de las influencias negativas: nunca te rindas.
Mantente en el camino.
3- Ignora las grandes ideas: concéntrate en la gran ejecución.
4- Enfócate: mantén la vista sobre la bola que dice: “El
dinero está aquí”.
5- Contrata a gente talentosa más inteligentes que tú: delega.
Comparte el pastel anual.
6- La propiedad es el verdadero secreto: agarra cada punto
porcentual que puedas.
7- Vende antes de que necesites hacerlo, o cuando te
aburras: vacía tu mente cuando estés negociando.
8- No temas a nada ni a nadie: hazte rico. Recuerda regalarlo
todo.

Vous aimerez peut-être aussi