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Eso sí, todos los días debes hacer unas acciones básicas que te iremos
contando. Las rutinas deben ser constantes. En el momento en que no lo
hagas, lo notarás tú, lo notará tu casa y será el inicio, una vez más, del
desorden.
Los imprescindibles.
Para mantener la casa limpia a diario, hay tres imprescindibles.
Fregar la vajilla
Hacer la cama
Haz la cama cuando te levantes o antes de salir de
casa, después de ventilar el dormitorio.
Limpiar el baño
Piensa en este principio cada vez que quieras comprar algo nuevo para la
casa. ¿Realmente lo necesito? ¿Dónde lo voy a poner? Si lo tienes claro,
cómpralo. Si no, no lo compres hasta que lo sepas.
Día 1
Día 2
Estos son ejemplos de dos días. Lo habitual en ellos es que, si son los dos
primeros en que aplicas el método, pasen 15 minutos y tengas la actividad a
medias. No continúes. Termina la actividad al día siguiente y pasa a hacer
otra cosa. Según como sea de grande tu casa o el punto de desorden y
suciedad con el que comiences, tardarás un poco más o menos en conseguir
una casa que a diario te de satisfacción cuando llegas a ella.
En solo unos días, aplicando este método y los dos anteriores que te hemos
contado ya (cada cosa en su lugar, incluso tras su uso, y los imprescindibles
a diario) lograrás mejorar el aspecto de tu hogar.
Y, por favor, dedícate tiempo a ti, a tus amigos y familiares. El domingo no
hagas nada (salvo lo imprescindible, que ya te lo hemos contado en otro
post).
Por lo general, esto deberías hacerlo una vez al año o en cada cambio de
estación. Procura pensar en la distribución del armario, utilizar los altillos,
bajos de camas y otros lugares para guardar la ropa de otras temporadas o
de poco uso en casa. Si tienes la suerte de tener trastero, te recomendamos
que este tipo de prendas, bien empaquetadas, las almacenes allí.
Vamos ahora a ver todo lo que hemos sacado. Sepáralo todo en 3 grupos.
Las prendas que están en buen estado y te pones. Las que está en buen
estado pero apenas o nunca te las pones. Si no te lo has puesto en los
últimos 12 meses, inclúyelo en este grupo. Y, por último, las que están en
mal estado y hay que tirar. Procura que tus familiares que viven en casa
(pareja, hijos, etc.) estén allí para colaborar. No te deshagas de prendas,
Por este motivo, el grupo de la ropa que no te pones seguramente sea el más
numeroso. Mira con atención esta ropa y divídela en otros dos grupos: la
ropa que vas a regalar a quien la necesite (vecinos, amigos, familiares,
donación a ONG o iglesia, etc.) y la que no tiene uso, que deberás tirarla.
La ropa que ahora tienes a la vista debe ser la de temporada. Divídela por
tipo: camisetas, camisas, pantalones, faldas, zapatos, cinturones,
pañuelos… y coloca cada uno en su lugar del armario.
Orden en los armarios II:
consideraciones generales
Si tienes ropa que puede serte útil en algún otro momento (por ejemplo, la ropa
actual de una mujer embarazada, que deberá volver a usarla una vez que dé a
luz), guárdala en un lugar menos accesible. Si tienes suficiente espacio también
puedes guardar la ropa en cajas o bolsas transparentes con una etiqueta que
identifique el contenido.
Los armarios deben ordenarse por alturas, una para cada tipo de prenda.
Esto facilita la búsqueda y ayudará a tener un armario de aspecto ordenado.
Para optimizar al máximo el uso de cajoneras y elegir las más adecuadas, resulta práctico conocer
las medidas de lo que se guardará en ellas. Para calcular el espacio, se pueden tomar de referencia
algunos volúmenes estándar:
Contenedor de diseño: puede ser una caja especial, con una forma
menos vista, metálica...
En muchas ocasiones, más de las que nos gustaría, nos damos cuenta de que
determinados accesorios o prendas no sabemos dónde colocarlas. No hemos
sabido encontrar su lugar, y por tanto, siempre están creando desorden en
nuestros armarios y casas en general.
Recuerda que para saber dónde guardar estas prendas es importante tener
ordenado el resto del armario o vestidor. Procura tener etiquetadas todas las
cajas, con texto y/o fotos a la vista. Organiza la ropa siguiendo un criterio,
el que tú prefieras, pero elige uno (ropa de chico/chica, por colores, por
conjuntos, ropa larga/corta, abrigos juntos, vestidos todos en el mismo
lugar, bolsos...).
Y para esas cosas que nunca sabemos dónde poner, te sugerimos algunas
ideas:
Cinturones: si los doblas, haciéndolos un ovillo, puedes guardarlos en
un cajón o caja con separadores. También en el mercado tienes
perchas portacinturones para los armarios. Otra idea más barata
consiste en comprar un gancho (los hay de muchos tamaños, elige
uno grande y ancho, que soporte el peso) y ponerlo en la puerta del
armario o en un lateral. También hemos visto la idea de utilizar los
percheros que se ponen detrás de las puertas para este fin.
Carteras: hay quien tiene más de una y de dos carteras. En este caso
te recomendamos que guardes el resto en una caja, poniéndolas de
canto para localizarlas rápido y eficazmente.
¿Qué hacemos con la ropa de una sola puesta que no está manchada
ni para lavar? Hay quien prefiere lavarlas a mano con agua y un poco
de jabón neutro para eliminar olores como el tabaco o el sudor. Pero
si tu ropa no tiene ninguno de estos problemas, ¿dónde la pones? En
primer lugar airéala, tendiéndola o colgándola de una percha durante
un par de horas, si es al aire mejor. Después dóblala con cuidado y
colócala en una balda que destines a este efecto (ropa de segunda
puesta), o en una caja sin tapa -puede ser de cartón o de mimbre
forrada con tela. Y mantenla a la vista.
Limpia una vez al mes las baldas y revisa que los cajones están en
orden.
En las barras para colgar la ropa, procura utilizar los mismos ganchos
o perchas y que queden a la misma altura. Esto te facilitará la
búsqueda de la ropa y te permitirá distinguirla rápidamente.
Separa las prendas largas, como los vestidos, de las cortas, como las
camisas. Te ayudará a localizar las prendas, ya que visualmente las
tendrás separadas.
Planificando la semana
Compra: mucha gente hace compras mensuales y otras personas van al día.
Sea cual sea tu ritmo de compras, planifícala. Ve a comprar siempre con un
listado de las cosas que te faltan y necesitas, y siempre después de comer.
Lo notará tu bolsillo, positivamente. A muchas personas se les olvida con
facilidad apuntar cosas en lista. Procura mantener un papel y un bolígrafo
en la cocina o despensa. Apunta todo aquello que se acabe o que necesites
comprar. De este modo no olvidarás nada importante.
Ropa: esta acción es muy positiva una vez que la conviertes en rutina. Y si
hay niños en casa, es muy importante enseñarles a hacerlo desde que son
pequeños. Antes de acostarte abre el armario y decide qué te vas a poner al
día siguiente. Elígelo todo, desde el traje o el vestido, hasta la corbata y los
zapatos, pasando por los accesorios, como los gemelos, el bolso o los
pendientes. Esto te ayudará a muchas cosas: ahorrarás tiempo por la
mañana y podrás dormir unos minutos más; aprovecharás más tu ropa, ya
que verás complementos que usas menos a menudo y los incorporarás a tu
vestuario, como ese bolso que tienes abandonado en un rincón o ese reloj
lleno de polvo sobre la mesa. Además, estarás más fresco y con más ideas
para combinar tu ropa.
Guardar los papeles en casa parece sencillo. Por lo general, nos olvidamos
de ello y los guardamos de modo rutinario. El problema se presenta cierto
día, cuando necesitamos un papel muy concreto. ¿Dónde dejaste el último
recibo del pago del impuesto de la vivienda?¿Y el de circulación? Entre
tanto ticket, ahora que lo necesitas no encuentras el que corresponde a la
garantía del aparato que se te acaba de estropear. Vamos a solucionar este
problema desde hoy.
No hace falta que guardes todos los papeles que llegan a casa. Vamos a
indicarte los que es necesario que guardes. El resto es innecesario y
ocuparán un espacio muy preciado de tu casa.
Durante un año:
Cinco años:
Duración variable:
En primer lugar, evita los cajones. Son el primer enemigo de los papeles.
Acabas acumulando sin orden y un día encuentras que están a rebosar.
Antes de hacer ninguna otra cosa, abre todas las cartas y documentación
que haya llegado. Elimina los inservibles (recicla todo el papel y los sobres)
y deja a un lado los que vas a guardar. Recuerda que le puedes pedir al
banco un acceso online a tus cuentas, evitando que te envíen montones de
cartas con tus recibos. A partir de este momento, serán recibos digitales, y
no ocuparán espacio en casa.
Si realizas a diario este proceso, será rápido y muy eficaz. Apenas tendrás
que guardar nada a diario. Si tienes algo que guardar, hazlo en ese
momento. No acumules los papeles en ningún sitio.
Hay quien prefiere hacer este proceso cada dos o tres días. No lo
recomendamos, pero si lo prefieres así, procura tener en la entrada de casa o
en el salón un lugar donde almacenar la documentación (una caja, un
portadocumentos, etc.). El peligro de hacerlo así radica en que acumularás
y siempre quedará alguna carta sin abrir.
Guarda los tickets de compra junto a las garantías de los productos. Así no
se perderán y será sencillo tenerlo todo a mano.