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1, n° 1, giugno 2017
Carlos Macusaya Cruz nació en El Alto. Es- en el periódico digital PuKara. Es autor de
tudió Comunicación Social en la Universi- los libros “Desde el sujeto racializado.
dad Mayor de San Andrés y fundó, junto a Consideraciones sobre el pensamiento in-
otros activistas, el Movimiento Indianista dianista de Fausto Reinaga” (2014) y “Del
Katarista (MINKA). Trabaja temas como la indianismo al pensamiento amáutico. La
historia de los movimientos indianistas y decadencia de Fausto Reinaga” (2015),
kataristas en el siglo XX, racialización, también es coautor, junto a Pedro Portugal,
identidad y poder, entre otros. Ha escrito del libro “El indianismo katarista. Una mi-
varios artículos, varios de ellos publicados rada crítica” (2016).
c.macusaya@gmail.com
Recibido: 23/05/2017
Aceptado: 29/05/2017
Disponible en línea: 30/06/2017
This work is licensed under the Creative Commons © Carlos Macusaya Cruz
Vigencia de categorías coloniales
2017 ⎸América Crítica. Vol. 1, n° 1, giugno 2017: 171-176.
DOI: 10.13125/américacrítica/2943
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sus “usos y costumbres”. Así, los habi- sean y se vean como “indígenas”, usando
tantes de esos pueblos asumieron que el lenguaje promovido por esos organis-
para obtener algunos recursos o ser favo- mos y asumiendo posturas de victimiza-
recidos por algún proyecto tenían que ción para llamar la atención, siendo de
mostrarse como reacios a los cambios y ese modo expresiones de identidades
como entusiastas defensores de la tradi- postizas al gusto de los organizadores.
ción (hablando de cosmovisiones, ha-
ciendo rituales, vistiendo “ropa tradicio- 3.
nal”, etc.), buscando encajar en el este-
El uso de la categoría “indígena origi-
reotipo sobre los “indígenas”. Lo resal-
nario campesino” expresa las limitacio-
tante es que cuando los funcionarios de
nes sobre cómo se entienden las relacio-
ONG’s y del estado (que representan
nes sociales en Bolivia, y en específico,
para esas poblaciones posibles recursos
con respecto a las poblaciones racializa-
económicos) se retiran la vida de los po-
das, las cuales viven en su mayoría en las
bladores vuelve a ser normal, dejando de
ciudades y se dedican a actividades “in-
lado el exotismo y las expresiones folkló-
formales”. Se asume que, por ejemplo,
ricas.
los aymaras como “indígena originario
Asimismo, a nivel internacional, se
campesinos” son seres que única y “na-
han formado élites entre estas poblacio-
turalmente” viven en el campo o el área
nes y que se autoidentifican como indí-
rural. Pero esto es más un prejuicio que
genas para ser favorecidos por la discri-
recuerda a la idea de “ciudad de españo-
minación positiva y apelando los senti-
les y ciudad de indios”.
mientos de culpa de los “blancos”. Estas
Los procesos de estratificación social,
élites, exhibiéndose exóticamente, suelen
la inserción en los circuitos de circula-
ser reunidas en eventos internacionales
ción de mercancías, etc., hoy por hoy nos
que no han mejorado la vida de las po-
muestran que entre los “indígenas” andi-
blaciones consideradas indígenas (claro
nos se está dando un fuerte proceso de
que la vida de estas élites que viven de la
diferenciaciones sociales. Claro que este
discriminación positiva sí ha mejorado).
no es un fenómeno nuevo, sino que se
Más que la capacidad de quienes forman
asienta sobre procesos anteriores. Por
esas élites, lo que las posiciona en esos
ejemplo, la Reforma Agraria (1953) dio
espacios es su vínculo con funcionarios
lugar a un proceso de desplazamiento
de organismos internacionales o con al-
poblacional de las áreas rurales hacia las
guna organización en los países de don-
ciudades y así, en los 90’s más de la mi-
de provienen. Así, lo que importa es que
tad de los habitantes del país vivían en