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Constituye una práctica del mercado crediticio exigir la suscripción de pagarés en blanco que
garanticen el cumplimiento de las obligaciones contraídas con una entidad financiera. Si bien
desde un punto de vista jurídico esta práctica no es susceptible de reproche alguno, pues
nuestra legislación contempla normas que expresamente la avalan, la tendencia europea al
respecto se ha inclinado en las dos últimas décadas por la idea de eliminar éstas y otras
exigencias análogas que estiman constituyen conductas abusivas.
I. Antecedentes generales
Las características esenciales del pagaré están dadas por las menciones o
enunciaciones que de faltar, privan al pagaré del carácter de tal y que el legislador
de la Ley N° 18.902 consagra en su artículo 102.
Cabe hacer presente que las menciones exigidas para el pagaré, son similares a las
exigidas por la ley para la letra de cambio. Lo mismo ocurre en casi toda su
estructura. Así, al pagaré le son aplicables las normas relativas a la letra de cambio
en lo que no sea contrario a su naturaleza y a las disposiciones especiales que rigen
al primero3.
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Documento elaborado por James Wilkins Binder, abogado, Magíster de Derecho de los Negocios. Área
Apoyo Legal, Asesoría Parlamentaria BCN. E-mail: jwilkins@bcn.cl. Anexo: 3197. 30 Octubre 2007.
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De conformidad con el artículo 102 de la Ley N° 18.902, el pagaré debe contener las siguientes
enunciaciones: 1) La indicación de ser pagaré, escrita en el mismo idioma empleado en el título; 2) la
promesa no sujeta a condición, de pagar una determinada o determinable cantidad de dinero; 3) el lugar
y época del pago (no obstante, si el pagaré no indicare el lugar del pago, se entenderá que éste debe
efectuarse en el lugar de su expedición, y si no contuviere la fecha de vencimiento, se considerará
pagadero a la vista); 4) el nombre y apellido del beneficiario o la persona a cuya orden se ha de efectuar
el pago o la indicación de que es pagadero al portador; 5) El lugar y fecha de expedición; y 6) la firma
del suscriptor.
3
Artículo 107 de la Ley N° 18.092.
2
Por último, debe considerarse que, para la validez del instrumento cambiario en
estudio, debe cumplirse, además, con las exigencias que el Derecho Común
establece para los actos jurídicos unilaterales abstractos, tales como capacidad y
voluntad exenta de vicios4.
Es práctica que los bancos e instituciones financieras para garantizar los créditos
que otorgan a sus clientes, exijan documentar los mismos mediante la suscripción
de pagarés o la aceptación de letras de cambio por una suma determinada y a un
plazo fijo establecido.
suscribir, en nombre de los clientes, los pagarés necesarios para exigir a estos
últimos el cumplimiento de las obligaciones derivadas del uso de dichos créditos.
obligación que ello se sujete a las instrucciones que haya recibido de los obligados
al pago del mismo6 7.
De lo anterior se infiere que nuestra legislación consagra amplia libertad para
suscribir pagarés en blanco, esto es, sin necesidad de incorporar, al momento de su
firma, las menciones exigidas por la citada ley para la validez del pagaré. El único
requisito es que la incorporación de estas menciones por parte del tenedor, debe
efectuarse en consideración a las instrucciones efectuadas por el obligado al pago.
Para satisfacer esto último, los bancos se amparan en el mandato que el obligado
les otorga, precisamente, para completar el pagaré.
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Artículo 11 de la Ley 18.092 dispone: “Sin perjuicio de lo dispuesto en el artículo 2°, si la letra de
cambio no contiene las menciones de que trata el artículo 1°, cualquier tenedor legítimo podrá
incorporarlas antes del cobro del documento, sujetándose en todo ello a las instrucciones que haya
recibido de los obligados al pago de la letra. Si se llenare en contravención a las instrucciones, el
respectivo obligado podrá eximirse de su pago probando tal circunstancia. Esta exoneración de
responsabilidad no podrá hacerse valer respecto del tenedor de buena fe. Todo lo anterior no obsta al
ejercicio de las acciones penales que fueren procedentes”.
7
El profesor Álvaro Puelma, en su obra “Letra de Cambio y Pagaré, Ley N° 18.092”, Editorial Jurídica de
Chile, 1999, sostiene que nuestra legislación en este punto siguió a la Ley de Instrumentos Negociables
de los Estados Unidos de Norteamérica y al Código de Comercio Colombiano.
8
Ello, sin considerar conductas abusivas de estas instituciones que puedan traducirse en un delito como
lo constituye el tipo penal de abuso de firma en blanco y que en el caso descrito podría tener lugar
cuando el banco o la institución financiera completan el respectivo pagaré sin contar con instrucciones del
obligado al pago de dicho instrumento privado. (Artículo 470 N° 3 del Código Penal)
5
El tratamiento que la Unión Europea ha dedicado a este tema, dice relación con la
protección que pretende brindar a los consumidores contra prácticas que denominan
de “desleales” y que se refieren a la utilización de letras de cambio, pagarés y
cheques, como garantías de créditos.
Si bien no existe una normativa emanada de los órganos de la Unión Europea que
regule de manera específica la suscripción de pagarés en blanco para la contratación
de créditos de consumo, el Parlamento Europeo no ha dejado de manifestarse
cauteloso respecto a la utilización de estos instrumentos en las relaciones jurídicas
entabladas con los consumidores. Un ejemplo de ello supone la Directiva
87/102/CEE del 22 de diciembre de 1.986, modificada por las Directivas 90/88/CEE
y 98/7/CEE que, con el objetivo de armonizar las normas en materia de créditos de
consumo, establece en su artículo 10, la obligación de los Estados Miembros de
ofrecer a los consumidores una protección adicional a la otorgada por las normas
generales de protección al consumidor en los casos de utilización de letras de
cambio, pagarés o cheques para realizar pagos o conceder garantías 9.
9
Disponible en: http://eur-lex.europa.eu/LexUriServ/LexUriServ.do?uri=CELEX:31987L0102:ES:HTML
(Octubre, 2007)
10
Por transposición entendemos el proceso por el cual los distintos Estados miembros de la Unión
asimilan las directivas del Parlamento Europeo y adaptan su legislación interna para cumplir con ellas.
6
Entre los estados miembros que no han prohibido el uso de dichos instrumentos y
han optado por autorizar su uso, proveyendo una especial consideración a la
protección al consumidor en este aspecto, se encuentran Irlanda, Italia y Portugal.
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Informe de la Comisión Europea sobre la transposición de la Directiva 87/102/CEE. En:
http://aei.pitt.edu/4843/01/001018_1.pdf (Octubre-2007)
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COM (2005) 483 final. Dictado por la Comisión de las Comunidades Europeas.
Disponible en: http://eur-lex.europa.eu/LexUriServ/LexUriServ.do?uri=COM:2005:0483:FIN:ES:HTML
(Octubre-2007).
7
que garanticen, por medio de una letra de cambio o de un pagaré, el pago de los
compromisos que hayan contraído en virtud de dicho contrato.
Asimismo, no podrán hacerles firmar un cheque como garantía del reembolso total o
parcial del importe adeudado.”
Por tratarse de una propuesta que en el futuro podría aprobarse como Directiva,
actualmente no es vinculante para los Estados Miembros. Con todo, es una
expresión de la tendencia en materia de protección al consumidor que sin duda se
manifestará en el futuro en modificaciones legales que prohíban el uso de letras de
cambio, pagaré y cheques como garantías de créditos de consumo.
V. Conclusiones
Dicho lo anterior, puede afirmarse que existe una amplia gama de alternativas
destinadas a regular las prácticas tratadas, que van desde prohibir derechamente a
los agentes del mercado financiero la práctica de exigir la suscripción de pagarés en
blanco o mandatos, hasta imponer exigencias relativas al manejo de estos
instrumentos.
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Sin embargo, si se considera que lo que debe perseguir cualquier nueva regulación
es otorgar seguridad a los consumidores afectados por la práctica estudiada,
cualquier nueva normativa debiera, principalmente, centrarse en normar el
contenido y atribuciones de los mandatos otorgados por los clientes a los agentes
del mercado financiero. Así, podría establecerse, entre otros aspectos: 1) La
obligación de los agentes de restituir los pagarés que hagan firmar a sus clientes,
tan pronto se pague la deuda o se ponga término al contrato; o 2) establecer plazos
máximos para que los agentes hagan uso de la facultad contenida en los contratos
para suscribir o completar, en cada caso, los pagarés que posteriormente utilizan
como título ejecutivo. Esto, como una forma de evitar que los bancos y emisores de
tarjetas de crédito no bancarias, puedan fabricar títulos ejecutivos respecto de
deudas cuyos plazos de prescripción se encuentran cumplidos.