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Jorge Enrique Garro Peche, por don José Gabriel Granda Gordillo,
interviniendo de conformidad con el artículo 290 del Texto Único Ordenado de la Ley
Orgánica del Poder Judicial, en los seguidos con la Empresa Minera Shougang
Hierro Perú S.A.A, sobre Indemnización por daños y perjuicios, a Usted, digo:
Primero: Es del caso indicar que la empresa demandada también a través del
numeral 12 del rubro medios probatorios de la contestación de demanda, solicita que el
demandante sea sometido a evaluación médica, petición que habría sido atendido por
Audiencia Única que tuvo lugar el día 17 de junio de 2008 (fs. 98 a 100), mediante
Resolución N° 05 se dispone “practíquese en caso de ser necesario”. Criterio que no habría
sido impugnado por la empresa, generándose de esa manera un consentimiento tácito.
Debe mencionarse también que al momento de emitir la sentencia de primera instancia
(Resolución N° 24) que obra a fs. 234 a 243 en su parte resolutiva nuevamente se dispone
“Innecesario practicar nuevo examen al demandante”. Asimismo, la Sala Mixta Superior de
Nasca de ese entonces, con ocasión de atender los autos materia de alzada sobre este
extremo falla confirmando lo innecesario que resulta un nuevo examen médico en el
accionante.
“Décimo: (…) en cuanto a la probanza del daño, cuestión central por la que el Ad
Quem revocó la apelada y declaró infundada la demanda, conviene anotar que el
Examen Médico Ocupacional número 13807, emitido por el Instituto de Salud
Ocupacional “Alberto Hurtado Abadía, de fecha seis de julio del dos mil, el mismo que
diagnostica la enfermedad profesional de neumoconiosis en segundo estadío de
evolución, obrante a fojas tres, constituye prueba idónea y suficiente respecto de la
existencia misma del daño invocado por el demandante; puesto que, la acreditación
del detrimento físico sufrido por los trabajadores en los casos de enfermedad
profesional de neumoconiosis, no exige necesariamente éstos tengan que someterse
a la evaluación (y entiéndase, a los trámites administrativos que ello conlleva) de la
Comisión Médica Evaluadora de Incapacidades de EsSalud y/o de entidad similar, en
tanto, la pretensión exigida en los procesos laborales, como el del presente caso, no
está relacionada con la obtención de pensión de invalidez o renta vitalicia, es decir,
temas pensionarios, sino que gira en torno a obtener del órgano jurisdiccional una
respuesta favorable que ordene a la empresa demandada el abono de suma dineraria
que resarza, de algún modo, el daño irrogado a su persona; por lo que, en este
contexto, la sola presentación de documento público emitido por representante de la
Salud de alguna entidad estatal es útil para los efectos de la probanza del daño;
criterio que ha sido ratificado en la sentencia emitida por el Tribunal Constitucional,
recaída en el proceso número 04104-2005-PA/TC”.
III. Agravios:
El interés jurídico que justifica la interposición del presente recurso surge del
agravio o gravamen que ocasiona la resolución impugnada, al ordenar que se declare
infundada la oposición formulada por mi parte contra el medio probatorio literal I de los
medios probatorios de CENTROMIN PERÚ S.A, consistente en nueva evaluación médica,
apartándose de sentencias en Casación expedidas por la misma Corte Suprema que han
dispuesto lo innecesario de nueva evaluación médica para procesos como el de los materia.
Por tanto:
A Usted, Señor Juzgador, se sirva conceder la presente apelación con el efecto
respectivo.
Otrosí digo: Que, no adjunto arancel judicial por derecho de apelación, toda vez que
por cuerda separada a la presente vengo en solicitar el concesorio de auxilio o beneficio
judicial.