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CANAAN
Tratemos de ubicar inicialmente las naciones según Génesis capítulo 10
para geográficamente hacernos una idea aproximada de la región de
la que estamos hablando.
Primeramente conviene aclarar que partiremos del reparto de las tierras
que se produce después del diluvio entre los hijos de Noé
No olvidemos que Canaán es un término hebreo válido para el nombre
de un personaje bíblico, no sólo el nombre de una región. Un personaje
además, sobre el que descendió una maldición. "Maldito sea Canaán.
Sea el siervo de los siervos de sus hermanos." Gn 9.2
Génesis 12 Reina-Valera
Llamamiento de Abram
Jehová había dicho a Abram: «Vete de tu tierra, de tu parentela y de la casa de tu
padre, a la tierra que te mostraré. 2 Haré de ti una nación grande, te bendeciré,
engrandeceré tu nombre y serás bendición. 3 Bendeciré a los que te bendigan, y a
los que te maldigan maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la
tierra.»
4
Se fue Abram, como Jehová le dijo, y con él marchó Lot. Tenía Abram setenta y
cinco años de edad cuando salió de Harán. 5 Tomó, pues, Abram a Sarai, su mujer,
y a Lot, hijo de su hermano, y todos los bienes que habían ganado y las personas
que habían adquirido en Harán, y salieron para ir a tierra de Canaán.
Llegaron a Canaán, 6 y pasó Abram por aquella tierra hasta el lugar de Siquem,
donde está la encina de More. El cananeo vivía entonces en la tierra. 7 Y se apareció
Jehová a Abram, y le dijo: «A tu descendencia daré esta tierra.» Y edificó allí un
altar a Jehová, quien se le había aparecido. 8 De allí pasó a un monte al oriente de
Bet-el, y plantó su tienda entre Bet-el al occidente y Hai al oriente; edificó en ese
lugar un altar a Jehová, e invocó el nombre de Jehová. 9 Luego Abram partió de allí,
avanzando poco a poco hacia el Neguev.
Abram en Egipto
10
Hubo entonces hambre en la tierra; y descendió Abram a Egipto para vivir allí,
porque era mucha el hambre en la tierra.
Genesis 15
13
Entonces Jehová le dijo:
—Ten por cierto que tu descendencia habitará en tierra ajena, será esclava allí y
será oprimida cuatrocientos años. 14
Pero también a la nación a la cual servirán
juzgaré yo; y después de esto saldrán con gran riqueza. 15
Tú, en tanto, te reunirás
en paz con tus padres y serás sepultado en buena vejez. 16
Y tus descendientes
volverán acá en la cuarta generación, porque hasta entonces no habrá llegado a su
colmo la maldad del amorreo.
Por qué había que expulsar a los cananeos de la Tierra Prometida? Porque no les pertenecía
aquel territorio; eran lo que hoy llamaríamos ocupantes ilegales. Unos cuatrocientos años
antes, Dios les había prometido aquella tierra a su siervo Abrahán y a sus descendientes
(Génesis 15:18). Y cumplió su promesa al permitir que los descendientes de Abrahán —
la nación de Israel— ocuparan la región. Quizás algunos objeten que los cananeos tenían
derechos sobre la tierra porque vivían allí antes que los israelitas. Pero ¿quién tiene la
última palabra al decidir a quién le pertenece un territorio? Está claro que Dios, pues es
el Soberano del universo
Recordemos que Israel sale de Egipto por voluntad de Dios con mano
poderosa a través de su siervo Moisés para ser llevado como un pueblo
libre a una nueva tierra, Canaán en cumplimiento de lo que Dios había
prometido a su siervo Abraham hacía muchos años, El mandato consistía
en conquistar y eliminar toda contaminación de esa tierra.
Con respecto a los cananeos, Dios le advirtió a Israel: “No deben morar
en tu tierra, para que no te hagan pecar contra mí. En caso de que
sirvieras a sus dioses, eso llegaría a ser un lazo para ti” (Éxodo 23:33).
Y tiempo después, Moisés le recordó al pueblo: “Es por la iniquidad de
estas naciones por lo que Jehová tu Dios las va a expulsar de delante de
ti” (Deuteronomio 9:5).
Más aún, el tiempo de gracia para estas tribus fue extendido 38 años más
de lo que Dios hubiese querido. Al echar a Israel al desierto por 38 años
más por su rebelión, estas tribus tuvieron otra oportunidad para
abandonar sus caminos de mal, pero se resistieron. Terminaron
rechazando esta última oportunidad que el Cielo les brindaba.
Por vía de precaución era necesario borrar del país los últimos vestigios
del culto idólatra. En esto, Josué dio a la nación un buen comienzo. Si
Israel hubiese seguido por el mismo camino, ¡cuán distinta hubiera sido la
historia!
¿Nos preguntamos todavía por qué Dios mandó a Israel que exterminara
a los cananeos? Tenía derecho a seguir viviendo una civilización de
semejante inmundicia y brutalidad? Esto es uno de los ejemplos de la
historia, de la ira de Dios contra la maldad de las naciones. Los
arqueólogos que cavan en las ruinas de las ciudades cananeas se
preguntan por qué Dios no las destruyó mucho antes
Genesis 15: 12 Mas á la caída del sol sobrecogió el sueño á Abram, y he aquí que el
pavor de una grande obscuridad cayó sobre él. 13 Entonces dijo á Abram: Ten por
cierto que tu simiente será peregrina en tierra no suya, y servirá á los de allí, y serán por
ellos afligidos cuatrocientos años. 14 Mas también á la gente á quien servirán, juzgaré
yo; y después de esto saldrán con grande riqueza. 15 Y tú vendrás á tus padres en paz,
y serás sepultado en buena vejez. 16 Y en la cuarta generación volverán acá: porque
aun no está cumplida la maldad del Amorrheo hasta aquí.
Dios le concedió 400 años para arrepentirse mas 40 años adicionales por
Israel andar por el desierto por su falta de fe. Era suficiente tiempo para
abandonar el pecado y seguir al Dios de Noé, sus antecesor. Entre los
cananeos hubo quien aceptara servir a Jehová de los ejercitos, por
ejemplo Rahab y su famila fue salva por su fe. No todos los cananeos
necesariamente participaban en los cultos a los demonios. Quienes lo
hicieron lo hicieron por su propia voluntad.
El odio de Dios hacia estas prácticas era muy clara y por razones muy
justas; eran dirigidas a demonios y sacrificaban a los inocentes. La
prácticas de los cananeos eran muy conocidas desde tiempos antiguos.
Antes de poseer la tierra prometida, a Israel se le encargo que erradicara
estos pueblos por el pecado de los pueblos y por el porpio bien de Israel.
Los jueces, profetas, el Rey Saúl, y el Rey David les hicieron frente a estas
naciones y sus prácticas trayendo paz y estabilidad a Israel. Pero la
apostasía y mal ejemplo del Rey Salomón que lo trajo a Israel y enseñó a
su pueblo a practicarlo impunemente.
1 ro Reyes 11:6-8;
Empero el rey Salomón amó, a más de la hija de Faraón, muchas mujeres extranjeras: a
las de Moab, a las de Ammón, a las de Idumea, a las de Sidón, y a las Hetheas; 2 Gentes
de las cuales Jehová había dicho a los hijos de Israel: No entraréis a ellas, ni ellas entrarán
a vosotros; porque ciertamente harán inclinar vuestros corazones tras sus dioses. A éstas
pues se juntó Salomón con amor. 3 Y tuvo setecientas mujeres reinas, y trescientas
concubinas; y sus mujeres torcieron su corazón. 4 Y ya que Salomón era viejo, sus mujeres
inclinaron su corazón tras dioses ajenos; y su corazón no era perfecto con Jehová su
Dios, como el corazón de su padre David. 5 Porque Salomón siguió á Astaroth, diosa de
los Sidonios, y á Milcom, abominación de los Ammonitas. 6 E hizo Salomón lo malo en los
ojos de Jehová, y no fue cumplidamente tras Jehová como David su
padre. 7Entonces edificó Salomón un alto á Chêmos, abominación de Moab, en el
monte que está enfrente de Jerusalem (Nota: Esto es el Monte de los Olivos); y á Moloch,
abominación de los hijos de Ammón. 8 Y así hizo para todas sus mujeres extranjeras, las
cuales quemaban perfumes, y sacrificaban a sus dioses.
El pueblo de Dios era muy dado a compaginar el culto a Dios con el culto
a los ídolos, sol, luna, animales… Esto fue una constante también después
de Moisés.
En la etapa que empieza con la salida de la esclavitud de Egipto, Dios va
educando a su pueblo para que acepte la liberación plena volviendo a
la adoración a Dios, reconociéndole como único Dios.
Esto es lo que realmente le cuesta al hombre, liberarse de las esclavitudes
de los ídolos. De hecho, va buscando nuevas esclavitudes a medida que
va saliendo de otras. A pesar de ello, Dios nunca lo abandona y lo va
conduciendo hacia la verdadera libertad.
AL SACERDOCIO
EL TABERNACULO
Es una tienda especial para adorar a Jehová. Se le llama el tabernáculo. El
pueblo lo terminó en un solo año después que salió de Egipto.
Fue idea de Jehová. Mientras Moisés estaba arriba en el monte Sinaí, Jehová le
dijo cómo hacerlo. Le dijo que lo hiciera de modo que pudiera desmontarse
fácilmente. Así las partes se podrían llevar a otro lugar, y allí juntarse de nuevo.
Por eso, cuando los israelitas se mudaban de un lugar a otro en el desierto,
llevaban consigo la tienda. La tienda está en el medio del campamento, y los
israelitas viven en sus tiendas alrededor de ella.
Durante la travesía del Éxodo por el desierto del Sinaí, Dios constituyó al
pueblo de Israel como "un reino de sacerdotes y una nación consagrada"
(Ex 19,6). Pero dentro de ese pueblo sacerdotal, escogió una de las doce
tribus, la de Levi, para el servicio litúrgico. Estos sacerdotes eran
consagrados mediante un rito propio ( Ex 29,1-30) y sus funciones,
deberes y ritos vienen establecidos minuciosamente, sobre todo en el
libro del Levítico.
El oficio del sacerdocio fue puesto por Dios (Éxodo 28:1). Los sacerdotes de
Israel tenían que ser de la tribu de Leví, y estaban a cargo del servicio a Dios.
Los levitas que no fueran sacerdotes estaban al servicio de ellos (Números 3:59).
Aarón fue elegido como el primer sumo sacerdote, y sus hijos Nadab, Abiú,
Eleazar e Itamar fueron nombrados sacerdotes. Antes de ellos ser considerados
sacerdotes siquiera, tenían que ser lavados con agua (Éxodo 29:4),
demostrando así la necesidad e importancia de una pureza moral o santidad.
Aarón mismo era de la tribu de Leví, mientras que sólo a el y sus descendientes
se les fue dado el sacerdocio, toda la tribu de Leví tenía un llamado especial a
ayudar a Aarón y los sacerdotes. El sacerdocio se le confió a la tribu de Leví. Había
grados: el Sumo Pontífice, los sacerdotes jefes y los simples sacerdotes. Dios mandó consagrar
a Aarón como Sumo Pontífice. Los Los levitas estaban para apoyar el ministerio de
los sacerdotes, ellos no tenían una posición destacada, pero importantes para
su servicio detrás de escenas. Hoy todos queremos figurar en la plataforma. Los
Levitas no tenían permiso de hacer lo que los sacerdotes hacían. En la misma
manera el Nuevo Testamento dice que todos nosotros somos “partes” diferentes
del cuerpo cada uno con dones particulares y llamados.
Los pertenecientes a esta tribu, sacerdotal por excelencia, no recibieron
ninguna parte de heredad, cuando el pueblo llegó a establecerse en la
tierra prometida. Dios mismo fue la parte de su herencia (Jos 13,33).
Aarón como sumo sacerdote primero fue lavado y luego ungido con aceite
(Éxodo 29:7. El aceite es símbolo del Espíritu Santo). Lo cual es un tipo de Cristo,
quién siguiendo el orden de consagración de los sacerdotes fue
primeramente bautizado en agua y después “ungido" con el Espíritu Santo de
Dios (Mateo 3:16-17)
No solo Aarón sino también los demás sacerdotes fueron primero "lavados" y
luego "ungidos" (Levítico 8:24, 30), con aceite y rociados con la sangre del
sacrificio que estaba sobre el altar. Esto es figura de la conversión que ocurre
en los seres humanos que se arrepienten de sus pecados, se lavan sus
pecados por medio del bautismo para el perdón de pecados y reciben el don
del Espíritu Santo (Hechos 2:38). La sangre de Cristo, el Cordero de Dios
inmolado en la cruz, les REVISTE, LES SANTIFICA. Esto es lo que el apóstol
Pablo escribe a los Romanos: "…el poder de Dios para salvación"(Romanos
1:16).
En este punto es bueno mencionar que la vocación sacerdotal de Aarón tuvo su
origen en Dios mismo; porque "…nadie toma para sí esta honra, sino el que
es llamado por Dios como lo fue Aarón" (Hebreos 5:4).
Las calificaciones morales, espirituales y hasta físicas que debían reunir los
sacerdotes, la forma de ordenación y el atuendo o vestimenta que les
caracterizaba, particularmente al sumo sacerdote, fueron establecidas por Dios
mismo con el propósito de proyectar de una forma inequívoca, el ideal de
que sin santidad nadie "verá al Señor"(Hebreos 12:14).
Por disposición del mismo Dios en su palabra los sacerdotes y la tribu de Leví no recibieron
poción de tierra sino que Jehová fue su porción y esto es símbolo de más que suficiencia pues
podemos ver en la descripción de las escrituras todos los beneficios que traía el oficio del
sacerdocio para la persona y su familia, mucho mayores a recibir una tierra para cuidarla y
trabajarla.
27
Vino un varón de Dios ante Elí, y le dijo: «Así ha dicho Jehová: “¿No me
manifesté yo claramente a la casa de tu padre cuando estaban en Egipto en
la casa del faraón? 28 Lo escogí para que fuera mi sacerdote entre todas las
tribus de Israel, para que ofreciera sobre mi altar, quemara incienso y
llevara efod delante de mí. Yo concedí a la casa de tu padre todas las
ofrendas de los hijos de Israel. 29 ¿Por qué habéis pisoteado los sacrificios y
las ofrendas que yo mandé ofrecer en el Tabernáculo? ¿Por qué has honrado
a tus hijos más que a mí, haciéndolos engordar con lo principal de todas las
ofrendas de mi pueblo Israel?” 30 Por eso Jehová, el Dios de Israel, dice: “Yo
había prometido que tu casa y la casa de tu padre andarían siempre delante
de mí”; pero ahora ha dicho Jehová: “Nunca haga yo tal cosa, porque yo
honro a los que me honran, y los que me desprecian serán tenidos en
poco. 31 Vienen días en que cortaré tu brazo y el brazo de la casa de tu padre,
de modo que no haya ancianos en tu casa. 32 Verás tu casa humillada,
mientras Dios colma de bienes a Israel, de manera que nunca habrá
ancianos en tu casa. 33 Aquel de los tuyos a quien yo no excluya del servicio
de mi altar, será para que se consuman tus ojos y se llene tu alma de dolor;
y todos los nacidos en tu casa morirán en la plenitud de la edad. 34 Te será
por señal esto que acontecerá a tus dos hijos, Ofni y Finees: ambos morirán
el mismo día. 35 En cambio, yo me suscitaré un sacerdote fiel, que obre
conforme a mi corazón y mis deseos; le edificaré casa firme y andará delante
de mi ungido todos los días. 36 El que haya quedado en tu casa vendrá a
postrarse delante de él por una moneda de plata y un bocado de pan, y le
dirá: ‘Te ruego que me agregues a alguno de los servicios sacerdotales para
que pueda comer un bocado de pan.’”»
La Torá, los primeros cinco libros del Antiguo Testamento, es el texto más antiguo y
sagrado para los judíos.
En aquellos días, no había rey en Israel, todos hacían lo que era correcto a
sus ojos (Jueces 21:25).
Durante éste período gran mayoría de los judíos estaban totalmente dedicados
a la Torá y tomaban decisiones de forma acertada sin necesitar que alguien les
dijera qué hacer. Con seguridad, ésta es la situación ideal. Las tribus operaban
como una unión de estados independientes, con un fuerte liderazgo central que
se erguía sólo cuando la nación era amenazada por un enemigo externo.
Por supuesto, la falta de una autoridad central luego de la muerte de Josué tuvo
consecuencias negativas; una pequeña minoría tomó esto como una licencia
para caer en la idolatría y en la inmoralidad. Esto ocurrió en gran parte porque
los judíos no se deshicieron completamente de los canaanitas como se les había
ordenado, y la influencia canaanita pagana se hizo sentir.
Siempre que los judíos abandonan a Dios, las repercusiones son inmediatas:
Y dejaron al Dios de sus padres, que los había sacado de la tierra de Egipto,
y fueron tras otros dioses… Por eso se encendió la ira de Hashem contra
Israel, y los entregó en manos de saqueadores que los despojaron y en
manos de sus enemigos (Jueces 2:12-14).
Éste es uno de los patrones más importantes y repetitivos que tenemos que
entender sobre cómo funciona la historia judía. Cuando los judíos no cumplen
su pacto con Dios, ocurren cosas malas – por lo general, viene un enemigo y los
ataca.
Los jueces en el Antiguo testamento fueron 12 hombres y una mujer que
actuaron como jueces durante el período comprendido entre la muerte
de Josué y el tiempo de Samuel.
Más que un estado o una nación, Israel es una comunidad de diversas tribus, unida
por una misma fe. Pero esta fe también se ve amenazada por la corrupción de sus
sacerdotes. El sacerdote Elí es justo, pero no sus hijos. Los hijos de Samuel tampoco
serán íntegros como su padre y se dejarán comprar a cambio de favores y dinero. Al
declive político se suma la degeneración religiosa. – Los Israelitas quitaron sus ojos
de Dios y los pusieron en las circunstancias y la opresión igual que lo hacemos
nosotros hoy.
Samuel fue Sacerdote, profeta, juez: en Samuel se unen tres facetas que lo
convierten en el segundo gran personaje del Antiguo Testamento después de Moisés,
y en una figura de transición entre la era de las tribus y la monarquía israelita.
LOS REYES DE ISRAEL Y DE JUDA
En el periodo de los jueces existía una teocracia, donde los líderes eran
elegidos y dirigidos por Dios, y no una monarquía hereditaria como
sucedió con los reyes.
El pretexto que usaron los judíos para pedir un rey como las otras naciones
fue que los jueces Y SACERDOTES de ese momento (hijos de Samuel) “se
volvieron tras la avaricia, dejándose sobornar y pervirtiendo el derecho”
(1 S. 8.3) pero esto se debía principalmente a que no habían sido elegidos
por Dios, sino por el mismo Samuel (1 S. 8.1-22).
6
Pero no agradó a Samuel que le dijeran: «Danos un rey que nos juzgue», y
oró a Jehová. 7 Dijo Jehová a Samuel: «Oye la voz del pueblo en todo lo que
ellos digan; porque no te han desechado a ti, sino a mí me han desechado,
para que no reine sobre ellos. 8 Conforme a todas las obras que han hecho
desde el día que los saqué de Egipto hasta hoy, dejándome a mí y sirviendo
a dioses ajenos, así hacen también contigo. 9 Ahora, pues, oye su voz; pero
hazles una advertencia solemne y muéstrales cómo los tratará el rey que
reinará sobre ellos.»
Ante la insistencia del pueblo judío de tener su propio rey, Dios les advirtió
las consecuencias de esta decisión. Esto se conoce como la voluntad
permisiva de Dios, ante tanta insistencia de una persona por algo,
finalmente Dios lo permite, sin embargo esto no significa que Dios haya
cambiado de parecer, Él les advierte lo que les va suceder, para que
después no intenten culparlo. Finalmente Dios les permitió que tuvieran su
rey, pero no era la voluntad directa de Dios, como SI lo eran los jueces.
10
Samuel repitió todas las palabras de Jehová al pueblo que le había pedido
rey. 11
Dijo, pues:
—Así hará el rey que reine sobre vosotros: tomará vuestros hijos y los
destinará a sus carros y a su gente de a caballo, para que corran delante de
su carro. 12
Los empleará como jefes de millar y jefes de cincuentenas; los
pondrá a que aren sus campos y sieguen sus mieses, y a que fabriquen sus
armas de guerra y los pertrechos de sus carros.13 Tomará también a vuestras
hijas para perfumistas, cocineras y amasadoras. 14
Asimismo tomará lo
mejor de vuestras tierras, de vuestras viñas y de vuestros olivares, para
dárselo a sus siervos.15 Diezmará vuestro grano y vuestras viñas, para
dárselo a sus oficiales y a sus siervos. 16
Tomará vuestros siervos y vuestras
siervas, vuestros mejores jóvenes y vuestros asnos, para emplearlos en sus
obras.17 Diezmará también vuestros rebaños y seréis sus siervos. 18
Aquel día
os lamentaréis a causa del rey que habréis elegido, pero entonces Jehová no
os responderá.
19
Pero el pueblo no quiso oír la voz de Samuel, y dijo:
21
Oyó Samuel todas las palabras del pueblo y las repitió a oídos de
Jehová. 22
Pero Jehová dijo a Samuel:
Luego vino David como Rey de Israel (1 Samuel 16) un hombre conforme
al corazón de Dios que hizo grandes hazañas, conquistó pueblos ganó
guerras extendió la nación pero que en algunos momentos también …
Conocemos la historia.
Hasta ahora han existido 3 Reyes: Saúl, David y Salomón. Han gobernado
por casi 120 años.
SALOMON
1 Reyes 3:5
Yavé se enojó contra Salomón, porque se había apartado de él. Dos veces se le
había aparecido, y le había dado órdenes al respecto: «No sigas a otros dioses.» Pero
Salomón no lo tomó en cuenta. (1 Rey 11, 1-9).
Solamente los israelitas del sur, los del país de Judá, reconocieron a
Roboam por su rey. (1 Re 12, 17)
Sólo los israelitas del sur, las tribus de Judá y Benjamín + los Levitas que
eran los Sacerdotes se quedaron con Roboam.
Jeroboam reina en el norte con las otras 10 Tribus, pero sin Sacerdotes,
pues los Levitas se habían quedado con Roboam.
La división de los dos reinos los convierte en presas fáciles para las
apetencias de los vecinos y las venganzas pendientes.
Los profetas dijeron: en ambos reinos, los reyes de Israel y Judá persiguen
solamente el lucro (Is 9.18-21).
Asiria invade a Israel y se lleva a la mayoría de la gente, dejando un
pequeño resto en el Norte. Esas 10 tribus que constituían en Reino de
Norte o Israel desaparecen y las dispersan por el Reino Asirio.
¿Qué más hizo el Rey de Asiria con los habitantes del Reino del Norte?
VOLVAMOS A LA MONARQUIA
1 Reyes 11:29-32
En el reino del Norte hubo 19 reyes y todos hicieron lo malo delante de los
ojos de Jehová, siendo uno tras otro cada vez peores, hubo sucesivos
cambios de linaje, la monarquía no se mantuvo en una familia sino que
fue reemplazada 8 veces. Alguien se levantaba contra el rey y lo
derrocaba y mataba a toda su descendencia, siervos y hasta sus
sacerdotes y otro linaje gobernaba.
El Reino del sur JUDÁ capital Jerusalén existió 344 años hasta que fue
exiliado en Babilonia en el año 587 AC
Muchos de los habitantes del reino del Norte, al verse oprimidos por la
maldad de sus reyes se exiliaron en el Reino del sur permitiendo así el
crecimiento de Jerusalén que había quedado como una pequeña
nación y además permitió que recogiera un remanente de todas las
tribus iniciales. Esto se presentó mayormente durante el reinado de Acab.
Jerusalén fue reconstruida y su cautiverio fueron 70 años.
PROFFETAS
TRANSICIONES DE SU LABOR
Los profetas del Antiguo Testamento tenían una labor que realizar, pero
en tanto se desarrollaba la historia de la Biblia, sus labores pasaron por
transiciones.
Para entender cómo pasaron por transiciones las labores de los profetas
del Antiguo Testamento, nos ayudaría pensar en la profecía durante
cuatro etapas históricas:
Pre-Monárquico
Cuando exploramos estos tiempos antes de que hubiera un rey en Israel,
es fácil ver varios aspectos de la profecía. Primero, había relativamente
pocos profetas durante este tiempo. El término "nabi " no aparece muy
seguido en los libros desde Génesis hasta Jueces. Hay menos de veinte
referencias en estos libros, y varias de ellas concernientes a los futuros
profetas que estaban por venir. Así que había muy pocos profetas
durante el inicio del tiempo cuando no había rey.
Monárquico
Aunque Dios quería que Israel tuviera un rey humano, Él sabía también
que los reyes de naturaleza humana caída presentarían un peligro serio
a la nación. Los seres humanos simplemente no saben cómo manejar
demasiado poder. Por lo regular, se corrompen y abusan de aquellos que
están bajo su autoridad.
Claro que tan pronto como leemos la historia de los reyes de Israel,
descubrimos que no observaban las restricciones que Moisés les puso. Y
así que Dios envió profetas para atestiguar en contra de la
desobediencia de los reyes y de la gente que los seguía. Los profetas
sustentaban un oficio formal para balancear el poder de los reyes.
Podemos ver esta asociación de los profetas y los reyes en muchos
pasajes de la Biblia. Natán el profeta estuvo delante de David. Oded
profetizó a Acaz. Elías criticó a Acab.
Exílico
Bien, en el 722 AC., Samaria, la capital del norte de Israel, cayó ante los
Asirios. Y en el 586 AC., Jerusalén cayó ante los Babilonios. Un gran número
del pueblo de Dios fue tomado de sus tierras y fueron exiliados a otras
naciones. Durante este tiempo, dos rasgos caracterizaron los ministerios
de los profetas.
Claro, junto al exilio estaba la disolución del reinado de Israel, y por esta
razón, el servicio de los profetas a Dios llegó a ser más y más diverso e
informal otra vez. En su mayoría, los verdaderos profetas de Dios pasaban
su tiempo explicando el exilio e instruyendo al pueblo de Dios acerca de
la posibilidad de regresar a la tierra. Así que podemos ver que durante el
exilio había menos profetas, y se preocupaban mucho menos de los reyes
de Israel.
Post-Exílico
Después del período del exilio, llegamos a esas escasas generaciones que
vieron la actividad profética en el período post-exílico. El primer líder del
período post-exílico, Zorobabel, comenzó a revivir a la nación. El
potencial para una monarquía re-instituida resucitó. Como resultado, dos
cosas le pasó a la profecía. El número de profetas permaneció
relativamente igual, pero hubo alguna actividad muy importante que se
llevó a cabo entre los profetas.
Así fue que la profecía se volvió algo prominente, y más o menos formal,
en tanto que la institución de la monarquía se levantó y cayó. Cuando
exploramos las palabras de algunos profetas en particular, siempre
debemos tener en mente en qué período estamos, ya sea en el pre-
monarquíco, monárquico, exílico, o post-exílico. Estas transiciones en la
labor de los profetas nos darán una orientación para entender sus
palabras.
Hasta aquí, hemos visto los diversos títulos dados a los profetas, y las
maneras en que se desarrolló la profecía en la historia de Israel. Ahora,
veremos las expectativas de la labor de un profeta.