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© Mario Martín Merino, 2017

EL FACTOR RELIGIOSO COMO ARMA POLÍTICA:


EL EXORCISMO DE NICOLE OBRY Y EL “MILAGRO DE LAON”

Introducción
El cisma religioso ocurrido en la Cristiandad occidental en el siglo XVI a consecuencia de la irrupción del
Protestantismo, desencadenará un periodo marcado por guerras de religión que se prolongarán hasta mediados
del XVII, y cuyos efectos en Francia fueron devastadores. El conocido como “Asunto de los Pasquines ” marcó
el auge de distintas tendencias cismáticas en Francia. En la mañana del domingo 8 de octubre de 1534, en varias
ciudades del norte del país, incluyendo París, los calvinistas clavaron varios libelos en lugares públicos para
poner en conocimiento de todos los que el autor evangélico Antoine Marcout opinaba sobre la doctrina de la
Real Presencia 1.
De acuerdo con esa doctrina de la Iglesia Católica, el cuerpo de Cristo se materializa milagrosamente ante los
presentes en las manos de los sacerdotes en el momento de la consagración de la Misa. Para los calvinistas
franceses, que más tarde serán conocidos con el término de hugonotes, esa doctrina era una indudable muestra
del materialismo que caracterizaba al Catolicismo, y de que los sacerdotes no eran más que meros dispensadores
de lo que estos denominaban como “magia papal”. Estas concepciones tuvieron amplia repercusión durante este
periodo de guerras religiosas que se desarrollaron en Francia entre los años 1560 y 1629. Los católicos se
sirvieron de esa “magia papal” para combatir a los hugonotes no solo mediante las armas, sino también con
ceremoniales y una variada simbología. Las demostraciones públicas fueron un elemento esencial en las guerras
de religión, siendo utilizadas por el Catolicismo como muestras de aprobación divina a su causa. Cuando los
exorcistas católicos se presentaban en público con supuestos posesos, estos tenían una inmejorable oportunidad
para mostrar al pueblo el poder del Catolicismo.
Teológicamente, los enfrentamientos que los exorcistas sostenían contra el Demonio no podían ser considerados
como algo real, ya que el Demonio siempre está supeditado a Dios y no puede vencerle, además de no poder
obrar sin previo consentimiento divino. Los católicos más acérrimos veían estas manifestaciones públicas como
una señal divina que ponía de manifiesto la superioridad de la fe católica frente a los herejes, mientras que otros
eran contrarios a las mismas al considerarlas fruto de la superstición. Debido a las particularidades de estos
enfrentamientos religiosos, surgirán formas de exorcismo más extremas y radicales que en épocas anteriores.
Uno de los casos más célebres y de mayor repercusión, no solo en Francia, sino en todo el continente europeo,
fue el de una joven de dieciséis años llamada Nicole Obry, que dará lugar en 1566 al conocido como “Milagro
de Laon”.
Nicole Obry
En 1578, el sacerdote y hebraísta Jean Boulaese publicó una compilación de diversos textos en los cuales cada
uno de sus autores describía sus impresiones sobre el exorcismo y posterior milagro que tuvieron lugar en la
localidad de Vervins, siendo su principal protagonista Nicole Obry. El título de la mencionada obra, Le Thresor
et entiere histoire de la triomphante victoire du corps de Dieu sur l´esprit malign Beelzebub, es en sí mismo
una declaración de intenciones sobre lo contenido en la compilación, la propia visión de Boulaese sobre los
hechos y las actuaciones llevadas a cabo por las autoridades civiles y eclesiásticas, que certificaron la veracidad
de los hechos ocurridos en ese lugar de Francia.
En la Edad Moderna, los títulos de las obras solían ser bastante extensos, pero en este caso, muestra las
preocupaciones del autor sobre las medidas tomadas por la Iglesia Católica para combatir hechos potencialmente
heréticos. El título completo de la obra de Boulaese es el siguiente:
El Tesoro e Historia Completa de la Triunfante Victoria del Cuerpo de Cristo sobre el Maligno Espíritu de
Belcebú lograda en Laon en el año 1566 […] recogida palabra por palabra de textos y actas públicas
fehacientemente recogidos por el Notario, herejes y por más de ciento cincuenta mil personas que vieron y
escucharon los hechos, que de acuerdo con la fe y la patente real emitida por duplicado, certifican que lo

1
Mack P.Holt, The French Wars of Religion, 1562–1629 (Cambridge, New York, Melbourne: Cambridge University Press, 1995), pp.
18–21; Robin Briggs, Early Modern France, 1560– 1715 (Oxford: Oxford University Press, 1977).
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sucedido y las actuaciones llevadas a cabo, sirvieron para restaurar la fe, y cuyos juicios deben ser creídos.
Todo ello fue presentado ante el Papa, el Rey y el Canciller de Francia, así como al primer Presidente del
Parlamento de París, siendo posteriormente impreso de acuerdo con la petición de Jean Boulaese, sacerdote y
profesor de las Sagradas Escrituras Hebreas 2.
(trad. propia)
El título muestra la preocupación en la época por poner de relevancia la veracidad y autoridad de los hechos
recogidos en la obra, pero su significativa extensión es un signo de la complejidad e impredecible naturaleza de
esa autoridad. Tras el notario, los primeros en ser mencionados son los herejes, siendo los más representativos
en aquella etapa histórica los hugonotes, que tras el exitoso exorcismo de Obry se convirtieron a la fe católica.
Esa conversión fue considerada en sí misma un milagro, por lo que los hechos sobre la misma son especialmente
apreciados. Los hugonotes eran considerados los más próximos al Demonio y a sus obras, por lo que el éxito
del exorcismo realizado a Nicole Obry fue visto como un triunfo sobre todos los herejes 3, especialmente por
una Iglesia Católica envuelta en guerras de religión durante el siglo XVI.
El 3 de noviembre de 1565, Nicole Obry, una joven de dieciséis años recientemente casada, fue a la iglesia de
Vervins, en la diócesis de Laon, para visitar la tumba de su abuelo Joachim Vuillot y rezar por su alma. Mientras
la joven se encontraba absorta en sus rezos, un hombre vestido de blanco se apareció ante ella, afirmando ser el
espíritu de su difunto abuelo. Momentos después, la aparición comenzó a perseguirla, logrando penetrar en el
cuerpo de Obry 4. Como resultado de lo ocurrido, la joven cayó gravemente enferma, llegando a recibir la
extremaunción 5. Durante su enfermedad, el espíritu no paraba de hablarle y manifestarse ante ella, pidiéndole
misas por la salvación de su alma y para que tanto la joven como su familia, peregrinasen a Santiago de
Compostela. Aunque Obry informó de los deseos del espíritu a sus familiares, estos no fueron a Santiago de
Compostela, lo cual hizo que la posesión de Obry continuase, cuyos síntomas se acrecentaron cuando la enferma
comenzó a hablar con voz masculina afirmando que se trataba del espíritu de su abuelo, y que lo que estaba
padeciendo no era otra cosa que un designio de Dios 6.
A comienzos de la Edad Moderna, la creencia en las apariciones y visitas de los espíritus de los difuntos estaba
bastante extendida. De acuerdo con la tradición, esas visitas tenían lugar cuando un familiar moría de forma
inesperada, tal y como le había ocurrido a Vouillot, sin haber podido confesarse o haber cumplido una promesa
hecha en vida.
Las almas en pena, condenadas a vagar en el Purgatorio, trataban de comunicarse con sus familiares para que
cumpliesen con algo que estas no habían podido realizar en vida, infligiendo su desesperación y dolor a los
vivos. De acuerdo con la teología cristiana, esto puede ser lo que le ocurrió a Nicole Obry, aunque por sistema,
la Iglesia consideraba semejantes fenómenos una inequívoca manifestación del Demonio. Obry sufrió diversas
incapacidades como pérdida de la audición, de la vista y de movilidad, además de una extrema rigidez. Los
padres y familiares de Obry comenzaron a dudar de que se tratase del espíritu de su pariente fallecido, por lo
que buscaron ayuda en la Iglesia, concretamente en dos clérigos locales que trataron de expulsar al espíritu sin
éxito 7, por lo que decidieron llamar a un padre dominico, Pierre de la Motte, para que se hiciera cargo.
El 27 de noviembre, La Motte realizó un exorcismo de prueba a Obry con el fin de determinar la naturaleza del
espíritu que la atormentaba 8. La Motte procedió a interrogar al espíritu en latín para determinar si se trataba de
una posesión demoniaca, ya que la Iglesia consideraba como prueba inequívoca de ello la capacidad del poseído

2
D.P.Walker, Unclean Spirits: Possession and exorcism in France and England in the late sixteenth and early seventeenth centuries
(London: Scolar Press, 1981) pp. 19–28; Irena Backus, Le Miracle de Laon: le déraisonnable, le raisonnable, l’apocalyptique et le
politique dans les récits du miracle de Laon, (1566–1578) (Paris: Vrin, 1994)
3
Jonathan L.Pearl, The Crime of Crimes: demonology and politics in France, 1560–1620 (Waterloo, Ontario: Wilfred Laurier University
Press, 1999), ch. 3.
4
Jean Boulaese, Labregee histoire du grand miracle par Nostre Seigneur Jesus Christ en la Saincte Hostie du Sacrement de l’Autel,
faict a Laon 1566 (reprinted in Boulaese, Thresor), p. 2.
5
Boulaese, Labregee histoire, p. 2.
6
Boulaese, Labregee histoire, p. 2-3.
7
Boulaese, Labregee histoire, p. 3.
8
Boulaese, Thresor, p. 64.
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de comprender y expresarse en lenguajes desconocidos para ellos. En este caso, y para sorpresa de La Motte, el
espíritu tenía preferencia a responder y expresarse en francés.
El dominico esparció agua bendita sobre el rostro de la joven, lo cual provocó fuertes convulsiones y aversión
por parte de la poseída a cualquier elemento sagrado 9. La Motte logró conocer el nombre del espíritu, que
afirmó ser Belcebú, príncipe de los demonios y Señor de las Moscas 10.
Durante la Edad Moderna, los teólogos católicos consideraban que si bien el demonio era capaz de hacerse con
el control del cuerpo de los poseídos, generalmente no podía hacerlo sobre sus almas 11, pese a que algunos
autores que escribieron sobre el caso de Obry manifiestan su desconocimiento sobre ese detalle 12. Uno de ellos
describe la posesión como “la confusión de la carne, de la sangre y de sus miembros debido a la presencia de
espíritus maléficos” 13. En algunas ocasiones, se distinguía entre una posesión propiamente dicha y una
“obsesión”, considerada esta última como una forma de incursión diabólica de menor entidad y efectos menos
severos que se limitaban a visiones y visitas de seres demoniacos 14.
Entre las posibles causas que podían desencadenar una posesión se encuentran los propios pecados de los
poseídos, así como maldiciones y hechizos por parte de terceros. Fenómenos asociados a las posesiones como
la clarividencia y los éxtasis, eran más frecuentes en mujeres jóvenes que en varones de edad similar. Las
supuestas posesiones multitudinarias en conventos femeninos fueron una constante durante toda la Edad
Moderna. Parece ser que durante esta época existieron diversos tipos de posesiones demoniacas, tantas como
tipos de gente. De acuerdo con Cesáreo de Heisterbach, las posesiones ocurrían cuando un espíritu diabólico
“arroja su maldad como una flecha, provocando desasosiego y la germinación de los vicios en las almas” 15.
Esa forma de posesión era una de las más comunes en una etapa histórica en donde la esperanza de los católicos
por cumplir con todos y cada uno de sus compromisos religiosos, se exacerbó considerablemente.
Tanto el Nuevo Testamento como las hagiografías, así como tratados médicos y demonológicos, recogían un
amplio catálogo de síntomas que podían ser indicativos de una posesión, siendo los más característicos los
siguientes: convulsiones, rigidez, violentas contorsiones faciales o corporales, levitación, sansonismo,
conocimiento de lenguas extrañas por el poseso, balbuceos ininteligibles, hablar con voces alteradas y ajenas a
su sexo, clarividencia… así como una completa pérdida sensorial que parecía sumir a los afectados en un estado
catatónico 16.
El ambrosiano Francesco Maria Guazzo en su obra de 1608 titulada Compendium Maleficarum, llega a
enumerar hasta cincuenta síntomas de posesión 17. Asimismo, la imposibilidad de curar una dolencia durante un
prolongado periodo de tiempo, también podía ser interpretada como un indicio de posesión diabólica.
Determinadas anomalías como un pulso normal tras haber sufrido violentas convulsiones o la ausencia de dolor
tras haber clavado agujas en el cuerpo del afectado, eran consideradas manifestaciones del demonio. Del mismo
modo, las reacciones violentas ante objetos sagrados, eran otra inequívoca señal de la presencia del Maligno.
Objetivamente, cualesquiera que fuesen los síntomas, determinar que una determinada afección era
consecuencia de una posesión demoniaca, no significaba gran cosa, excepto la posibilidad de poder acabar con
ella por medio de un exorcismo. Para probar su veracidad, una posesión requería de un exorcismo.

9
Irena Backus, Le Miracle de Laon: le déraisonnable, le raisonnable, l’apocalyptique et le politique, p. 15.
10
Boulaese, Labregee histoire, p. 3.
11
Caesarius of Heisterbach, citing Gennadius, in The Dialogue on Miracles, 2 vols, trans. H.von E.Scott and C.Swinton Bland, with an
introduction by G.G.Coulton (London: Routledge, 1929), p. 335.
12
[Jean Boulaese], Le Miracle de Laon en Lannoys, [facsimile in] A.H.Chaubard (ed.) (Lyon: Sauvegarde Historique, 1955), p. 5.
13
Pierre Crespet, Deux Livres de la hayne de Sathan et malins esprits contre l’homme, & de l’homme contre eux (Paris: Guillaume de
la Noue, 1590), fol. 206v.
14
[Pierre Maignart], Traicté des marques des possedez, et la preuve de la veritable possession des religieuses de Louviers, par P.M.
Esc., D. en M (Rouen: Charles Osmont, 1644), p. 14.
15
Caesarius von Heisterbach, The Dialogue on Miracles, p. 335.
16
Marcos 9:26.
17
Francesco Maria Guazzo, Compendium Maleficarum: the Montague Summers edition (1608), trans. E.A.Ashwin (New York: Dover,
1988), pp. 167–9.
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Debido a que los síntomas podían dividirse entre los estrictamente físicos y los de tipo religioso, en estos casos
la actuación del exorcista podía ser determinante para constatar la autenticidad de una posesión, incluso antes
de haber logrado expulsar al espíritu maléfico. Un médico de la época llamado Barthélemy Pardoux, reconoció
que un doctor no puede provocar los síntomas de una enfermedad, pero que un exorcista si puede influir
decisivamente en el comportamiento de un poseso 18.
La figura de Pierre de la Motte fue decisiva en este caso, y sus exorcismos preventivos fueron aceptados sin
impedimento alguno por la jerarquía eclesiástica, ya que le permitieron determinar la naturaleza del espíritu que
atormentaba a Obry, así como conocer detalles relevantes sobre el mismo que le ayudaron a expulsarle con
éxito. No obstante, otros exorcismos más largos y elaborados que no lograban expulsar al ente maléfico
inmediatamente, podían ser potencialmente polémicos. Tras determinar fehacientemente la naturaleza
demoniaca del espíritu que había poseído a la joven Obry, La Motte se convirtió en el exorcista principal de
este caso, y sus acciones, refrendadas por la propia Iglesia. La posesión y exorcismo de Obry, que se desarrolló
entre noviembre de 1565 y agosto de 1566, fueron conocidos internacionalmente en su época, llegando a ser
entrevistada por importantes personalidades de la corte francesa.

I. Vervins
Tras conocer la naturaleza maléfica del espíritu que había tomado posesión de Obry, La Motte llevó a la joven
hasta la iglesia de Vervins con el propósito de constatar fehacientemente que se trataba de un genuino caso de
posesión diabólica. Para entonces, los síntomas físicos se habían agravado considerablemente hasta límites
grotescos, lo cual fue interpretado como una inequívoca señal de que no se trataba de un simple espíritu, sino
de algo mucho más maléfico. Obry había comenzado a mostrar una fuerza completamente inapropiada para su
edad y condición física, siendo imposible que tres hombres adultos pudieran controlarla estando esta postrada
en su cama. Los cada vez más violentos espasmos que sufría eran consecuencia del tormento infligido por el
demonio, tal y como manifestó el párroco de la localidad, que rezó fervorosamente por su alma. La abuela de
la joven sugirió darle agua bendita mezclada con vino, cosa que hicieron sin que Obry tuviese conocimiento de
ello, lo cual causó una reacción extremadamente violenta por parte del espíritu demoniaco que la poseía al
percatarse de los intentos que estaban llevando a cabo para expulsarle. Tan pronto el cristal del vaso tocó los
labios de la posesa, se desataron las primeras reacciones, que son descritas del siguiente modo:
“…repentinamente su cuello y cabeza giraron completamente, y su garganta y estomago se hincharon […] Su
rostro comenzó a alargarse y tomar un color rojizo […] como la cresta de un pavo […] Sus ojos se pusieron
en blanco y comenzaron a girar de manera horrible. La lengua era larga y gruesa, cambiando de rojo a un
púrpura negruzco, así como a otros colores, cayendo hasta su barbilla, y en ocasiones incluso más allá 19”.
El demonio se manifestó a través de Obry a los allí presentes, revelando sus más horribles pecados sin que los
labios de la joven se moviesen en ningún momento. El demonio afirmó “que los hugonotes eran sus siervos y
que estos seguían todas sus órdenes sin reproche alguno” 20.
Parece ser que esta polémica afirmación del demonio fue sabiamente utilizada por La Motte para sus propósitos,
que no dudó en hacerla pública y promocionarla todo lo que pudo como herramienta propagandística para
exacerbar aún más las tensiones existentes entre los católicos franceses y los hugonotes calvinistas.
Hacia 1565 había tenido lugar la primera de las seis guerras de religión que sumirán al reino de Francia durante
los siguientes sesenta años en una situación ciertamente complicada. El Edicto de Amboise del 19 de marzo de
1563, que había puesto fin al primero de esos enfrentamientos, garantizaba la libertad religiosa de los hugonotes,
pero las tensiones seguían aún latentes.

18
Congnard, Histoire de Marthe Brossier pretendue possedee tiree du Latin de Messire Jacques August. de Thou, President au
Parlement de Paris. Avec quelques remarques et considerations generales sur cette Matiere, tirées pour la plus part aussi du Latin de
Bartholomaeus Perdulcis celebre Medecin de la Faculté de Paris (Rouen: Jacques Herault, 1652), p. 31.
19
Jean Boulaese, Le Manuel de l’admirable victoire du corps de Dieu sur l’esprit maling Beelzebub, obtenuë a Laon 1566, in Boulaese,
Thresor, p. 72.
20
Boulaese, Manuel, p. 72.
© Mario Martín Merino, 2017

Muchos católicos consideraron que el Edicto permitía a esos “agentes del Diablo” seguir viviendo su herejía
sin consecuencias y poner a Francia en manos del Mal 21. Algunos notables de la Iglesia Católica optaron por
una postura más tolerante y conciliadora con el fin de mantener el orden público en el reino. El caso de Obry
no hizo más que poner aún más de relieve todas esas diferencias entre unos y otros. Pese al cisma protestante,
los reformistas católicos temían que un exorcismo público pudiese incrementar las tensiones religiosas, hecho
que pretendía La Motte, para lo cual antes de llegar a Vervins pasó por Laon para obtener la aprobación del
deán de la catedral, Christofle de Héricourt, para proceder al exorcismo de Obry 22. Cuando La Motte llevó a
Obry a la iglesia de Vervins para su exorcizarla, vio como se había alzado un andamio en la iglesia para permitir
que todo aquel que quisiera, pudiese ver el desarrollo del exorcismo.
Debido a la influencia y control de Belcebú sobre Obry, esta fue incapaz de confesarse y de tomar la hostia
consagrada. La Motte se valío de manuales de bautismo como guía para exorcizar a la joven, ya que en estos es
posible encontrar varias fórmulas para expulsar a los demonios de los recién nacidos 23. El uso de esos manuales
puede ser percibido como una consecuencia de la escasez por aquellas fechas de textos especialmente dedicados
a la realización de exorcismos, pero a finales del siglo XVI comenzarán a publicarse varios de ellos por toda
Europa occidental. Con la ayuda de otros sacerdotes y de los habitantes de Vervins y de otros pueblos de los
alrededores, La Motte realizó varias procesiones y rezos colectivos por la liberación de Obry 24.
Durante el exorcismo en Vervins, en el momento en el que La Motte tocó la frente de Obry con su crucifijo, la
joven pareció recobrar el juicio, logrando confesarse y tomar la hostia consagrada varias veces en el espacio de
una hora, que fue vista como el triunfo del poder de la Iglesia Católica sobre el Mal. No obstante, esa repetición
puede ser considerada como un signo de debilidad y de falta de efectividad de los remedios empleados en el
ritual de exorcismo 25.
No obstante, tan solo se trató de una pequeña victoria, ya que Belcebú aún seguía en el cuerpo de la joven,
afirmando que estaba “en una de sus piernas o en su brazo izquierdo” y que llamaría a otros veintinueve
demonios para que le ayudasen 26. El 4 de enero de 1566, la Iglesia llamó a sus propios refuerzos en la figura
del Obispo de Laon, Jean de Bours. De acuerdo con lo manifestado por Belcebú, solo abandonaría el cuerpo de
Obry a cambio del alma del obispo, añadiendo que no lo haría en Vervins. Los sacerdotes y Obry dejaron
Vervins para dirigirse al Santuario de Nuestra Señora de Liesse, en donde la joven rezó a la Virgen y La Motte
logró expulsar a veintiséis demonios tras ofrecerle una hostia consagrada. Poco después, la comitiva marchó
hacia Pierrepoint, en donde se logró expulsar a un nuevo demonio que atendía al nombre de Legio 27. Finalmente
se encaminaron hacia la catedral de Laon con la esperanza de expulsar de una vez por todas a los tres últimos
demonios que aún permanecían en el cuerpo de Obry: Belcebú, Cerbero y Astaroth 28.
La posesión de Obry había tenido lugar durante los tres primeros meses de su matrimonio, y en opinión de
Crouzet, quizá pudo tratarse de una forma de liberarse de su vida de casada y de un matrimonio de conveniencia
que no era de su agrado 29.
Existen pocas evidencias sobre otros exorcismos de la importancia del de Obry, aunque el célebre teórico
político Jean Bodin hace referencia al exorcismo público de una mujer en París en 1552, al cual acudió una
“infinidad de personas” 30.

21
Crouzet, ‘A woman and the Devil’, pp. 196–7.
22
Backus, Le Miracle de Laon: le déraisonnable, le, raisonnable, l’apocalyptique et le politique, p. 15.
23
Boulaese, Thresor, fol. 29v. Edward Muir, Ritual in Early Modern Europe (Cambridge and New York: Cambridge University Press,
1997), p. 21.
24
[Boulaese], Le Miracle de Laon en Lannoys, p. 6.
25
[Boulaese], Le Miracle de Laon en Lannoys, p. 6.
26
[Boulaese], Le Miracle de Laon en Lannoys, p. 6.
27
Boulaese, Thresor, pp. 118–31.
28
‘Declaration des lettres de l’Alphabet’, key to the contemporary engraving by Thomas Belot, showing the miracle action by action,
in Chaubard edition of [Boulaese], Miracle de Laon en Lannoys (unpaginated).
29
Crouzet, ‘A woman and the Devil’, p. 196.
30
Jean Bodin, De la demonomanie des sorciers, fols 84r, 175v.
© Mario Martín Merino, 2017

No obstante, y refiriéndose al caso de Obry, solo existe una certeza : si La Motte no hubiese sugerido la
posibilidad de que se trataba de una posesión demoniaca, su caso y posterior exorcismo no habrían gozado de
veracidad alguna, la cual logró cuando fue confirmado por un miembro de la jerarquía eclesiástica pese a los
aspectos más polémicos del asunto.
II. Laon
El 24 de enero de 1566, Obry llegó a Laon en medio de una procesión organizada por los sacerdotes del lugar,
en donde posteriormente sería entrevistada por el obispo Jean de Bours 31. Del mismo modo que en Vervins, se
había alzado un andamio junto a la catedral de Laon para que todos los interesados pudiesen ver los exorcismos
que el propio obispo iba a realizar a la joven. Políticamente, uno de los objetivos del exorcismo de Obry era
usarlo como arma de propaganda política contra los hugonotes, a los que se identificó como siervos del Diablo,
así como poner de relieve el poder de la Iglesia Católica, representada en el éxito de la hostia consagrada como
el mejor y más efectivo remedio para acabar con el Mal.
Thomas Belot realizó un extenso grabado describiendo los exorcismos que tuvieron lugar en Laon, siendo
publicado en 1569 junto a varios fragmentos de los diálogos que el obispo Bours mantuvo con Belcebú. En el
grabado pueden verse varias escenas, como el traslado de la joven en una litera al interior de la catedral de Laon,
su rostro desfigurado por obra de Belcebú, un grupo de hombres intentado contenerla a duras penas en la cama
debido a su extraordinaria fuerza, así como a un nutrido grupo de fieles rezando por la salvación de su alma.
El texto que acompaña al grabado dice lo siguiente:
“En Laon, la endemoniada es llevada hacia la Iglesia en procesión, en donde un buen fraile reza por ella.
Entonces el obispo da la Misa, para posteriormente hacer el ritual.
Ante esto Belcebú responde: he entrado en este cuerpo por deseo de Dios, por los pecados de los hombres, para
mostrarles que estoy aquí para convertir o endurecer a mis hugonotes, o bien para convertir a los unos en la
fe de los otros o viceversa, por la sangre de Dios, que tengo que cumplir con el encargo. Haré que todos sean
uno.
El obispo responde: Jesús es el único que puede hacernos a todos uno, en una sola religión […] Debes
reconocer a tu Señor, el que hará que marches.
Belcebú responde: ¿Quién? ¿Tu Juan el Blanco? 32
El obispo responde al demonio: Es por eso por lo que Él te persigue.
Belcebú ríe y le responde: Estoy constreñido por ello, aquí está la Hoc, aquí está la Hoc 33.
El demoño repitió esas palabras varias veces, lo cual sorprendió a los presentes. Entonces el obispo eleva el
precioso Cuerpo de Cristo, diciendo: Mira, aquí está el precioso Cuerpo de nuestro Salvador Jesucristo tu
Señor. No dirás ni una palabra más. Te ordeno en el nombre y virtud del precioso cuerpo de nuestro Salvador
y Señor Jesucristo, aquí presente, es por lo que te ordeno que abandones el cuerpo de esta criatura de Dios,
sin dañar a nadie, y que regreses a las profundidades del infierno, para que sufras tormento y no vuelvas aquí.
Márchate espíritu maligno, sal, aquí está tu Señor, sal.
La endemoniada, con la cara de un gran demonio, levita varios metros en el aire, y solloza horriblemente. Los
congregados en la Iglesia lo ven y oyen, y redoblan sus plegarias piadosas hacia el Señor implorando su
merced.
Entonces, completamente inmóvil y rígida, privada de todos los sentidos, se muestra ante todos como una
estatua de madera, siendo esta la sensación de todos aquellos que la tocaron 34.”

31
Backus, Le Miracle de Laon: le déraisonnable, le raisonnable, l’apocalyptique et le politique, p. 18.
32
Se refiere a la presencia del cuerpo de Cristo en la hostia consagrada.
33
Hoc est corpus meum (Este es mi cuerpo).
34
‘Declaration des lettres de l’Alphabet’.
© Mario Martín Merino, 2017

Lo narrado anteriormente fue la última manifestación de Belcebú, cuyo poder disminuyó considerablemente
cuando Obry logró tomar de nuevo la hostia consagrada. El 8 de febrero de 1566, a las tres de la tarde, Belcebú
abandonó el cuerpo de la joven. Esta fecha fue conmemorada como el “Milagro de Laon”, observada hasta la
Revolución Francesa 35.

Grabado de Thomas Belot en la obra de Jean Boulaese Le Thrésor et entière histoire de la triomphante victoire du corps de Dieu sur
l’esprit maling Beelzebub, obtenuë à Laon l’an 1566, Paris: N.Chesneau, 1578. Bibliothèque Nationale de France

Los acontecimientos hasta ahora narrados muestran la versión triunfalista de lo sucedido. Desde el mismo
momento que figuras significativas del estamento eclesiástico como el obispo Jean de Bours, se involucraron
en el caso, este fue considerado digno de toda veracidad. En opinión de Erik Midelfort, es significativo que no
sea posible encontrar ningún texto o certificado oficial católico que haga referencia a un exorcismo ineficaz 36.
Los hugonotes también habían tratado de exorcizar a Obry para acabar con las afirmaciones de que los únicos
éxitos válidos eran los de la Iglesia Católica y sus fieles. No está claro que procesos llevaron a cabo los
hugonotes en sus intentos para exorcizar a Obry, pero muy probablemente rezaron por ella al tiempo que hacían
imposiciones de manos.
Uno de los primeros informes sobre este caso, escrito por Jean Boulaese, expone claramente que pese a que
tanto los hugonotes como los católicos intentaron exorcizar a la joven, solamente tuvieron éxito estos últimos.

35
Walker, Unclean Spirits, p. 28.
36
Midelfort, ‘The Devil and the German people’, p. 118.
© Mario Martín Merino, 2017

No obstante, los hugonotes afirmaron que fue éxito suyo, lo cual mostraba la superioridad de sus creencias sobre
la Iglesia.
Cuando los hugonotes no estaban intentando exorcizar a Obry, se dedicaban a acusar a la joven y a los exorcistas
católicos de ser los creadores e instigadores de un gran fraude, e insistieron en que sus propios médicos pudiesen
examinarla con el fin de que ambas corrientes religiosas pudiesen certificar de común acuerdo la autenticidad
de los hechos.
Un grupo de hugonotes de Laon llegaron a secuestrar a Obry para que uno de sus médicos pudiese envenenarla
utilizando “un maloliente y sospechoso brebaje” 37 que no logró acabar con su vida debido a que estaba
protegida por Dios mismo 38. Los hugonotes también intentaron asesinar a La Motte 39 mientras Luis de Borbón,
príncipe de Condé y gobernador de la Picardía, pretendía convertir a Obry al protestantismo con la ayuda de un
teólogo hugonote, manteniéndola aprisionada durante seis semanas. El padre de la joven pidió ayuda a Carlos
IX de Francia, que en aquellos momentos estaba viajando por el reino acompañado de su madre, Catalina de
Médicis. El hecho de que el príncipe de Condé hubiese mostrado tanto interés por Obry, motivo que el rey
decidiese involucrarse en el tema, logrando que fuese liberada a comienzos de junio de 1566 40.
Los hugonotes no dudaron en acusar a la madre de Obry y a los sacerdotes católicos de ser los causantes de la
posesión a consecuencia de su implicación en prácticas heréticas como la brujería, pero estas afirmaciones no
fueron tenidas en cuenta. Algunos hugonotes creían en la autenticidad de la posesión, pero esta no había sido
causada por Dios, sino por la maldad humana. Curiosamente, la propia Obry hizo tres acusaciones de brujería,
asegurando que había sido víctima de varios hechizos y maldiciones que habían provocado su posesión 41. Las
afirmaciones de Obry fueron completamente ignoradas debido a que curiosamente en ningún momento había
acusado a los hugonotes de los causantes de su mal, aunque es posible que de haberlo hecho, estas hubiesen
sido convenientemente silenciadas para evitar un estallido de la violencia, lo cual hizo que las autoridades
eclesiásticas considerasen limitar la asistencia del público a futuros exorcismos.
El 29 de enero de 1566, el Duque de Montmorency, aliado a la causa católica y gobernador de la Isla de Francia,
temeroso de que se produjeran altercados, mandó interrumpir todas las procesiones religiosas y ordenó que se
celebrasen en el interior de la catedral 42. Pocos días más tarde, el 31 de enero, un notario real comenzó a dejar
constancia por escrito de todos los hechos que, de uno u otro modo, estaban relacionados con el caso de Obry
43
.
El obispo Jean de Bours mandó que todos los presentes en el exorcismo, alrededor de doscientas personas,
firmasen un documento asegurando que todo lo que habían visto era auténtico, y que él mismo había llevado a
cabo no menos de quince exorcismos en el transcurso de ocho días 44.
La figura del propio rey fue esencial en el proceso. Cuando Carlos IX accedió a las peticiones del padre de Obry
para que liberase a su hija del príncipe de Condé, también dio al marido de esta, Pierre, diez escudos a cambio
de que toda la familia volviese a Vervins 45, lo cual puede interpretarse como una medida para alejar el asunto
de la opinión pública. Asimismo, el rey dispuso que el deán de la catedral de Laon, Christofle de Héricourt,
escribiese la historia de lo sucedido 46.
El teólogo y hebraísta Jean Boulaese estuvo presente en algunos de los exorcismos, y en agosto de 1566 publicó
un panfleto titulado El Milagro de Laon en Lannoys, en latín, francés, español, alemán e italiano. En busca de
patronazgo, dedicó una de las versiones al rey de España y otra al Papa, las cuales entregó en persona a sus

37
Backus, Le Miracle de Laon: le déraisonnable, le raisonnable, l’apocalyptique et le politique, p. 18.
38
Crespet, Deux Livres de la hayne de Sathan, (Paris: Guillaume de la Noue, 1590), fol. 21 1r.
39
Backus, Le Miracle de Laon: le déraisonnable, le raisonnable, l’apocalyptique et le politique, p. 17.
40
Crouzet, ‘A woman and the Devil’, pp. 209–10.
41
Walker, Unclean Spirits, p. 26; Boulaese, Thresor, p. 82; Crouzet, ‘A woman and the Devil’, p. 196.
42
Backus, Le Miracle de Laon: le déraisonnable, le raisonnable, l’apocalyptique et le politique, p. 18.
43
Backus, Le Miracle de Laon: le déraisonnable, le raisonnable, l’apocalyptique et le politique, p. 19.
44
[Boulaese], Le Miracle de Laon en Lannoys, p. 8.; Boulaese, Thresor, p. 355.
45
Backus, Le Miracle de Laon: le déraisonnable, le raisonnable, l’apocalyptique et le politique, p. 20.
46
Crouzet, ‘A woman and the Devil’, p. 210.
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distinguidos destinatarios. Con la ayuda de Guillaume Postel logrará hacer poco tiempo después otra edición en
latín 47. Hacia 1578 logró recopilar los testimonios del deán Christofle de Héricourt, del canónigo Nicolás
Despynois y del notario real Guillaume Gorret, los cuales publicó junto otros relatos y documentos en su
Thresor. Unos años antes, en 1571, un conocido de Boulaese llamado Barthélemy Faye, miembro del
Parlamento de París, había publicado un tratado escrito en latín de temática similar, titulado Energumenicus 48.
La publicación de otros trabajos escritos en latín sobre el Milagro de Laon, destinados especialmente a miembros
de la élite nobiliaria y eclesiástica, dotó a los hechos de mayor credibilidad.
Las referencias contenidas en el texto de Boulaese permiten verificar la concepción que sobre el ritual del
exorcismo se tenía en la Francia de la segunda mitad del siglo XVI, así como de los cambios que se estaban
produciendo en la doctrina católica en una etapa histórica marcada por un significativo cisma religioso y guerras
de religión. Boulaese afirma que “…la fe de los católicos se reforzó a través de los sentidos y del precioso
cuerpo de nuestro salvador y señor Jesucristo, que había logrado destruir y expulsar a Belcebú” 49. Los
exorcistas presentes en Laon habían animado a los presentes a tocar a la joven poseída para que pudiesen
constatar por ellos mismos la veracidad de los que allí estaba sucediendo, y Boulaese recoge afirmaciones como
la siguiente: “…Belcebú la había convertido en algo horrible de mirar, terrible de escuchar e increíblemente
rígido de tocar” 50.
Epílogo
A fines de la década de 1570 se produjo una profunda división en el catolicismo francés. Por un lado los
regalistas, partidarios de unificar toda Francia bajo la doctrina católica y tomar las medidas que fuesen
necesarias para acabar con cualquier herejía en el país, y por otro la Santa Liga Católica, identificada con España
y partidaria de acabar con los hugonotes por la fuerza de las armas 51. Esta división del frente católico no hizo
más que incrementar en algunos aspectos la ambivalencia de las creencias de los católicos en algunas cuestiones
como la de los propios exorcismos y la conveniencia de su publicidad.
En opinión de Dennis Crouzet, el “Milagro de Laon” puede ser interpretado como un modelo para el estilo de
predicación que en las décadas de los años 1580 y 1590 llevará a cabo la Iglesia católica francesa, caracterizado
por su vigor y por sus provocativas e intimidantes manifestaciones religiosas 52. A partir de 1566 y en décadas
posteriores, el exorcismo se convirtió en uno de los principales medios de la propaganda anti-protestante 53.
Aunque algunos exorcismos no se utilizaron con fines propagandísticos, la mayor parte de ellos lo fueron. La
localización geográfica de una significativa cantidad de estos casos muestra una estrecha relación con las
actuaciones de la Santa Liga Católica, las cuales tuvieron mayor incidencia en París y en el noreste de Francia
por su proximidad a los Países Bajos Españoles , así como en otros lugares como Lyon, en donde existía una
notable rivalidad religiosa. En esta ciudad, el franciscano Jean Benedicti aseguró haber llevado a cabo
numerosos exorcismos 54. Otros casos similares al de Nicole Obry, pero de indudablemente menor repercusión,
tuvieron lugar en Annonay en 1581, en Soissons en 1582 y en Rouerge en 1587 55.

47
Backus, Le Miracle de Laon: le déraisonnable, le raisonnable, l’apocalyptique et le politique, pp. 11–14; Walker, Unclean Spirits,
pp. 20–1
48
Barthélemy Faye, Energumenicus (Paris: Sebastian Nivelle, 1571).
49
Boulaese, Thresor, fol. 21r.
50
[Boulaese], Le Miracle de Laon en Lannoys, p. 5.
51
Mack P.Holt, The French Wars of Religion, 1562–1629 (Cambridge, New York and Melbourne: Cambridge University Press, 1995),
pp. 122, 127; Robin Briggs, Early Modern France, 1560–1715 (Oxford and New York: Oxford University Press, 1977), pp. 24–6.
52
Crouzet, ‘A woman and the Devil’, p. 211.
53
‘How the Devil destroyed a saint’s parish (Mattaincourt 1627–31)’
54
Jean Benedicti, La Triomphante victoire de la vierge Marie, sur sept malins esprits, finalement chassés du corps d’une femme, dans
l’Eglise des Cordeliers de Lyon (Lyon: Pierre Rigaud, 1611).
55
Walker, Unclean Spirits, pp. 28–33, Charles Blendecq, Cinq Histoires admirables, esquelles est monstré comme miraculeusement
par la vertu et puissance du S. sacrement de l’autel a esté chassé Beelzebub, Paris: G.Chaudière, 1582 & Gervasius Tornacensis, Divina
quatuor energumenorum liberation (Paris: G.Chaudière, 1583); Richeome, Trois discours, pp. 199–201; Claude Caron,
L’antechrist demasque (Tournon: Guillaume Linocier, 1589), pp. 56–89.
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En 1590, Pierre Crespet afirma que en 1588 unos monjes celestinos tenían en su convento a dos posesas,
momento que coincidió con el mayor auge de la Santa Liga Católica, y que una de ellas había sido exorcizada
frente a “cientos de personas” 56. Otro informe fechado en 1591 recoge los exorcismos que se llevaron a cabo
en Louviers para liberar a Françoise Fontaine del Maligno, los cuales hicieron que tanto católicos como
hugonotes rezasen juntos por la salvación de su alma 57.
La posesión y exorcismo de la monja Jeanne Féry en los Países Bajos Españoles fue utilizado
propagandísticamente en Francia tras la publicación de los hechos en París en 1586, coincidiendo con el
incremento de poder e influencia de la Santa Liga Católica 58.
Es significativo que la historia de Nicole Obry fuese conocida en tiempos de paz, y que nunca se conociesen
casos similares durante periodos de guerra, lo cual puede sugerir que los católicos usaron los exorcismos como
una forma alternativa de lucha contra sus adversarios 59, aunque algunos católicos mostraron su escepticismo
sobre muchos de estos casos de posesión, y no dudaron en manifestar sus objeciones ante la posibilidad de
darlos a conocer públicamente. En 1585, en Amiens, el cirujano real Pierre Pigray asistió a una mujer de
veintisiete años que afirmaba estar poseída, pero cuando se personó el obispo en el lugar y amenazó tanto a ella
como a sus padres con darles unos buenos latigazos, estos reconocieron que se trataba de un fraude 60. Unos
años más tarde, en 1583, en Reims, se convocó un sínodo nacional con el objetivo de publicar una serie de
medidas que permitiesen reducir lo máximo posible los exorcismos de carácter público 61.
Fray Gerard Grudius relata como una joven y su familia intentaron promover una falsa posesión para mejorar
su situación económica, lo cual provocó que el exorcista Fray Jean Benedicti los amenazase con castigarlos
duramente y encarcelarlos. En tono ciertamente jocoso, Grudius afirmó: “Creo que hizo un excelente exorcismo
a todos y cada uno de ellos”. 62
Gracias a la exposición pública de los rituales de exorcismo, se logró la conversión de muchas personas, que
ante la excepcional violencia que se empleaba en los mismos, no dudaron en convertirse al catolicismo. El
jurista Florimond de Raemond afirmó que su conversión a la fe católica se debió al impacto que le provocaron
los hechos del “Milagro de Laon” 63.
Entre fines del siglo XV y comienzos del XVI, el Catolicismo intentó expurgar de su seño cualquier creencia o
manifestación que estuviese relacionada de algún modo con la superstición. El máximo exponente de este
movimiento fueron el jesuita Louis Richeome, que en 1597 procedió a reelaborar la historia del Catolicismo
teniendo en consideración el impacto del ritual de exorcismo. Su relato comienza con los exorcismos llevados
a cabo por el propio Jesús, los recogidos en las hagiografías y los más próximos a su época, con el objetivo de
establecer una clara continuidad histórica que justificase la bondad de este ritual como forma de acabar con el
Mal en todas sus manifestaciones.

56
Crespet, Deux Livres de la hayne de Sathan, fol. 21 1r.
57
Pierre-Victor Palma Cayet, Chronologie novenaire, contenant l’histoire de la guerre sous le, règne du très-chrestien Roy de France
et de Navarre, Henri IV (1589–1598) in Michaud and Poujoulat (eds), Nouvelle collection des mémoires rélatifs à l’histoire de France,
vol. 12 (Paris: Didier, 1857), pp. 310–17.
58
[François Buisseret], Histoire admirable et veritable des choses advenues a l’endroict d’une Religieuse professe du convent des Soeurs
noires, de la ville de Mons en Hainaut, natifve de Sore sur Sambre, aagee de vingt cinq ans, possedee du maling esprit, & depuis delivree
(Paris: Claude de Monstre-oeil, 1586).
59
Nicole Jacques-Chaquin and Maxime Préaud, Les Sorciers du Carroi de Marlou: un procès de sorcellerie en Berry, 1582–1583
(Grenoble: Jérôme Millon, 1996).
60
Pierre Pigray, Epitome des preceptes de Medecine et Chirurgie. avec ample declaration des remedes propres aux malades (Lyon:
S.Rigaud, 1616), pp. 453–6.
61
[Michel Marescot], A true discourse, upon the matter of Martha Brossier of Romorantin, pretended to be possessed by a devill, trans.
Abraham Hartwel (London: John Wolfe, 1599), p. 38.
62
Benedicti, Triomphante Victoire, pp. 73–4.
63
Histoire de la naissance, progres, et decadence de l’heresie de ce siecle (Arras: R.Maudhuy,1611), p. 204.
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En opinión de Richeome, es el exorcismo lo que hace destacar al Catolicismo sobre cualquier otra fe, y hace
referencia a una historia sobre Lutero y el fracaso de este al intentar exorcizar a una mujer 64. Asimismo,
consideró que el ritual de exorcismo no solo tiene poder para salvar a un sujeto en concreto, sino también a
todo el conjunto de la Iglesia Católica 65.
A lo largo de esta etapa, el exorcismo se convertirá en una forma ritual claramente identificada con el
Catolicismo, y pese a existir la posibilidad de que en algunas ocasiones los exorcistas y sus prácticas pudiesen
enviar un mensaje contradictorio a los fieles, hecho sobre el cual eran plenamente conscientes los propios
exorcistas, las primeras obras literarias que sobre esta cuestión aparecieron en Francia fueron bastante
polémicas. La creciente popularidad del rito del exorcismo en toda Europa tuvo como consecuencia la
publicación de numerosos manuales. Los escritos del franciscano italiano Girolamo Menghi, basados en su
mayor parte en testimonios de exorcistas, fueron utilizados por aquellos sacerdotes que eran acusados de ser
poco menos que unos charlatanes, para demostrar ante las autoridades eclesiásticas la legitimidad de sus
acciones por muy controvertidas que fueran estas 66.
Pese a que Menghi había denunciado el abuso de ritos inapropiados como parte de los exorcismos, la publicación
de numerosos manuales y tratados referidos al tema, en ocasiones contradictorios entre sí, motivó que en 1614
la Iglesia Católica promoviese la publicación del Rituale Romanum con el propósito de establecer unas
directrices claras que fuesen seguidas por todos. Aunque en Francia no se publicaron muchos manuales de
exorcismos, la influencia de Menghi fue considerable en estos. No obstante, y para desesperación de los
reformistas católicos algunas prácticas ciertamente polémicas continuaron 67. El jesuita Martín Del Río advirtió
de la posibilidad de que algunos exorcistas colaborasen con el Maligno, afirmando que todos aquellos que
empleasen fórmulas o ritos propios, eran potencialmente sospechosos de haber alcanzado algún tipo de acuerdo
con el Demonio para hacerles parecer ante los ojos de los demás, como unos grandes y exitosos exorcistas 68.
A comienzos del siglo XVII se desencadenó en toda Europa Occidental una obsesión por la presencia del
Maligno en prácticamente todos los planos de la existencia, lo cual provocó la aparición de diversos modos para
combatirle, tales como la caza de brujas, la publicación de manuales especializados y la celebración de
multitudinarios exorcismos públicos. Estas formas de luchar contra el Mal no siempre eran consistentes entre
sí, hecho que provocó encendidas discusiones entre aquellos que creían ciegamente en la efectividad de estos y
otros que sostenían que no eran más que fraudes fruto de pactos con el Demonio mismo.

64
Richeome, Trois discours, pp. 203–4.
65
Richeome, Trois discours, p. 201.
66
Ruth Martin, Witchcraft and the Inquisition in Venice, 1550–1650 (Oxford: Basil Blackwell, 1989), p. 181.
67
David Gentilcore, From Bishop to Witch: the system of the sacred in early modern Terra d’Otranto (Manchester and New York:
Manchester University Press, 1992), pp. 7, 13, 105,107, 110.
68
Del Rio, Disquisitionum magicarum Lib. VI ‘Anacephalaeosis’, p. 334.
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Bibliografía

Fuentes primarias
 Benedicti, Jean, La Triomphante victoire de la vierge Marie, sur sept malins esprits, finalemant
chassées du corps d’une femme, dans l’Eglise des Cordeliers de Lyon, Lyon: Pierre Rigaud, 1611.
 Blendecq, Charles, Cinq Histoires admirables, esquelles est monstré comme miraculeusement par la
vertu et puissance du S. sacrement de l’autel a esté chassé Beelzebub, Paris: G. Chaudière, 1582.
 Bodin, Jean, De la demonomanie des sorciers, rev. edn, Paris: Jacques du Puys, 1587.
 Boulaese, Jean, L’Abbregee histoire du grand miracle par nostre Sauveur & Seigneur Jesus-Christ en
la saincte Hostie du Sacrement de l’Autel, faict à Laon 1566, Paris: Thomas Belot, 1573.
—— Le Manuel de l’admirable victoire du corps de Dieu sur l’esprit maling Beelzebub obtenue à
Laon, 1566, Liège: H.Houins, 1598.
—— Le Miracle de Laon en Lannoys, ed. A.H.Chaubard, Lyon: Sauvegarde Historique, 1955.
—— Le Thresor et entiere histoire de la triomphante victoire du corps de Dieu sur l’esprit maling
Beelzebub, obtenuë a Laon l’an mil cinq cens soixante six, Paris: Nicolas Chesneau, 1578.
 Caesarius von Heisterbach, The Dialogue on Miracles, 2 vols, trans. H.von E.Scott and C.Swinton
Bland, introduction by G.G.Coulton, London: Routledge, 1929.
 Caron, Claude, L’Antechrist demasque, Tournon: Guillaume Linocier, 1589.
 Crespet, Pierre, Deux Livres de la hayne de Sathan et malins esprits contre l’homme, & de l’homme
contre eux, Paris: Guillaume de la Noue, 1590.
 Congnard, Histoire de Marthe Brossier pretendue possedee tiree du Latin de Messire Jacques August.
de Thou, President au Parlement de Paris. Avec quelques remarques et considerations generales sur
cette Matiere, tirées pour la plus part aussi du Latin de Bartholomaeus Perdulcis celebre Medecin de
la Faculté de Paris. Le tout pour servir d’appendice & de plus ample éclarcissement au sujet d’un
liure intitulé La Pieté affligée ou Discours Historique & Theoligique de la possession des Religieuses
dictes de Sainte Elizabeth de Louviers &c, Rouen: Jacques Herault, 1652.
 Del Rio, Martín, Disquisitionum magicarum libri sex, Louvain: Gérard Rivière, 1599–1600.
 Guazzo, Francesco Maria, Compendium Maleficarum: the Montague Summers edition (1608), trans.
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 Maignart, Pierre, Traicté des marques des possedez, et la preuve de la veritable possession des
religieuses de Louviers, par P.M.Esc., D. en M, Rouen: Charles Osmont, 1644.
 Marescot, Michel, A True discourse, upon the matter of Martha Brossier of Romorantin,
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 Pierre-Victor Palma Cayet, Chronologie novenaire, contenant l’histoire de la guerre sous le,
règne du très-chrestien Roy de France et de Navarre, Henri IV (1589–1598), in Michaud
and Poujoulat (eds), Nouvelle collection des mémoires rélatifs à l’histoire de France, vol. 12
(Paris: Didier, 1857)
 Pigray, Pierre, Epitome des Preceptes de Medecine et Chirurgie. Avec ample declaration des
remedes propres aux malades, Lyon: S.Rigaud, 1616.
 Raemond, Florimond de, Histoire de la naissance, progres, et decadence de l’heresie de ce siècle,
Paris, 1605, Arras: R.Maudhuy, 1611.
 Richeome, Louis, Trois discours pour la religion catholique: des miracles, des saincts et des images,
Bordeaux: S.Millanges, 1598.
 Tornacensis, Gervasius, Divina quatuor energumenorum liberation, Paris: G.Chaudière, 1583.
© Mario Martín Merino, 2017

Fuentes secundarias

 Backus, Irena, Le Miracle de Laon: le déraisonnable, le raisonnable, l’apocalyptique et le politique


dans les récits du miracle de Laon (1566–1578), Paris: Vrin, 1994.
 Briggs, Robin, Early Modern France, 1560–1715, Oxford: Oxford University Press, 1977.
 Crouzet, Denis, ‘A woman and the Devil: possession and exorcism in sixteenth-century France’, trans.
Michael Wolfe, in Michael Wolfe (ed.), Changing Identities in Early Modern France, Durham, N.C.:
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 Pearl, Jonathan L., The Crime of Crimes: demonology and politics in France, 1560–1620, Waterloo,
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