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© Mario Martín Merino, 2016

THAMUGADI: UNA CIUDAD ROMANA EN EL NORTE DE ÁFRICA

I. Introducción

Los restos de la antigua ciudad romana de Thamugadi, también conocida como Timgad,
localizada al noreste del territorio de la actual República de Argelia, y más
concretamente en la provincia argelina de Batna, a unos 35 km de su capital con el
mismo nombre. Esta importante colonia romana, denominada Colonia Marciana
Trajana Thamugadi, fue fundada hacia el año 100 de nuestra era, durante el gobierno
del emperador Trajano (53-117, r. 98-117).  

La ciudad, que en sus primeros momentos ocupó una superficie de aproximadamente 12


ha, contó con importantes edificios e infraestructuras tales como termas, templos y un
teatro, además de un gran foro. Posteriormente, y debido al crecimiento poblacional, su
extensión llegará a incrementarse hasta las 50 ha. Gracias a los restos arqueológicos que
han llegado hasta nuestros días y de su planta, considerada como uno de los mejores
ejemplos urbanísticos de época romana, en 1982 recibió la calificación de Patrimonio
de la Humanidad por la UNESCO. 

II. Breve historia de Thamugadi

La fundación de Thamugadi se halla estrechamente vinculada a la presencia y


actividades de la Legio III Augusta (1) en el Norte de África. En el año 81, una cohorte
perteneciente a esa legión se estableció en Lambaesis (2) , y entre los años 115 y 120
d.C. lo haría al completo en ese lugar. En el año 100 d.C. la Legio III Augusta, bajo el
mando del legatus augusti pro praetore Lucius Munatius Gallus, recibieron el mandato
imperial de Trajano de fundar una colonia para los veteranos de la mencionada legión,
que tal y como hemos mencionado, recibiría el nombre de Colonia Marciana Trajana
Thamugadi.  

La denominación de la ciudad como Marciana fue un homenaje a la hermana del


emperador, Ulpia Marciana (48-112), y en lo que respecta al nombre de Thamugadi,
probablemente se trataba de un vocablo indígena utilizado para denominar a ese lugar. 
Se ha especulado con la posibilidad de que con anterioridad a la fundación de la colonia
romana hubiese existido un asentamiento nativo en el lugar.
 
(1) Fundada por orden del emperador César Augusto en el año 43 a.C., sus actividades se circunscribieron
a las provincias romanas norteafricanas, permaneciendo en servicio hasta comienzos del siglo V d.C. 
(2) Fue en su origen un campamento de la Legio III Augusta. En el siglo III d.C. llegará a convertirse en
capital de la provincia romana de Numidia, para posteriormente, perder tal condición en 325 debido a la
nueva estructuración imperial efectuada por el emperador Constantino.  
Asimismo, se ha barajado la hipótesis de que la fundación de Thamugadi hubiese
respondido a intereses estrictamente militares, pese a que en los primeros momentos tras
su fundación la protección que los veteranos establecidos hubiesen podido brindar a la
colonia no habría sido suficiente como para hacer frente con éxito a posibles incursiones
de tribus nativas. Indirectamente, Thamugadi contribuyó militarmente a la Legio III
Augusta, acantonada en las proximidades, proveyéndola de reclutas y de avituallamiento
gracias a sus producciones de cereal y aceituna. 

La fundación de Thamugadi constituyó uno de los últimos ejemplos de donaciones


colectivas de tierras y de la concesión de la ciudadanía romana a veteranos de las
legiones en el Norte de África. Las colonias que se fundarán posteriormente, tan solo
detentarán una posición meramente honorífica derivada de la nomenclatura recibida, sin
que ello implicase la concesión de la ciudadanía romana a sus habitantes.

A lo largo del siglo IV d.C. el cristianismo arraigó vigorosamente en Thamugadi, que se


convertirá en uno de los más destacados focos donatistas (3), llegando incluso a plantar
cara tanto a la Iglesia Católica como al poder imperial. En el 388, Optato (4), el obispo
donatista de la ciudad, sellará una alianza con los circumcelliones (5) y contará con el
apoyo de Gildo, lo cual les permitirá resistir hasta el 398. Tras la celebración de la
Conferencia de Cartago (7) en 411, los donatistas de Thamugadi retomarán la lucha, que
se prolongará hasta el 418.  

Con el establecimiento de los vándalos en el Norte de África en el 429, comenzará el


principio del fin de Thamugadi. Algunos años más tarde, en 484, sufrirá los ataques de
los mauri (8), lo cual hará que la población abandone la ciudad. Según Procopio, las
murallas de la ciudad fueron derribadas. Las evidencias arqueológicas muestran que,
pese a lo ocurrido y al posterior declive de la colonia, la actividad agrícola prosiguió,
pero con menor vigor que en época romana.  

 
(3) Movimiento herético rigorista surgido en el Norte de África como consecuencia de la política de
Constantino y la situación de la Iglesia en aquellos momentos. Liderado por Donato, obispo de Cartago,
hacía especial énfasis en las exigencias morales y afirmaba que la santidad solamente se halla en aquellos
libres de pecado y declaraba la invalidez de los sacramentos administrados por sacerdotes pecadores.
Asimismo afirmaba que el poder imperial y la Iglesia no debían compartir vínculos.
(4) También llamado Gildoniano por su relación con Gildo. Promovió persecuciones contra otras
concepciones cristianas tales como el rogatismo, el maximianismo y el catolicismo. San Agustín de
Hipona afirmó que sus excesos y despropósitos eran innumerables (Contra epistulam Parmeniam, vol II). 
(5) Bandas peligrosas e incontroladas compuestas por gentes desarraigadas que a sus causas de tipo social
añadieron otras de tipo religioso e independentista. Se identificaron con los postulados donatistas y
durante gran parte del siglo IV trastornaron el orden establecido en el Norte de África con sus acciones.
(6) Conde de África entre 386 y 397. Se alzó contra el emperador Honorio.
(7) Promovida por un mandato imperial de Honorio para terminar definitivamente con el donatismo, fue
conducida por el diplomático hispanorromano Marcelino de Cartago, venerado posteriormente como
santo. 
(8) Término latino para designar a las tribus bereberes de la antigua provincia romana de Mauritania.
III. El yacimiento arqueológico

En el yacimiento arqueológico de Timgad podemos ver una serie de importantes restos,


siendo algunos de los más destacados:

 el foro: situado en el centro de la trama urbana. Su construcción, patrocinada por


la ciudad, no pudo realizarse según el plan original y, debido a ello, el capitolio
no llego a ser incluido en el mismo. Muestra una planta rectangular y contaba
con cuatro pórticos encargados de delimitar su espacio. En el foro se encontra-
ban importantes edificios de la ciudad tales como la curia, una basílica y un tem-
plo tetrástilo dedicado a la Victoria. Gracias al hallazgo de varios podios con
inscripciones, se ha constatado la presencia de varias estatuas en el recinto.

 el teatro: localizado al sur del foro, fue construido en una ladera. Su cávea mide
63 metros de diámetro y se estima que pudo haber albergado hasta 3500 o 4000
espectadores.

 la biblioteca: con el hallazgo en 1906 de una inscripción latina que identificaba a


este edificio como tal, sabemos que en algún momento del siglo III d.C., un se-
nador llamado Marcus Flavius Rogatianus donó 400.000 sestercios a la ciudad
para su construcción. Según estimaciones llevadas a cabo a partir de sus restos,
se cree que pudo contar con hasta 28.000 volúmenes.

 el Capitolio: debido a que se emplazó fuera del foro, se hizo destacar con su gran
monumentalidad. Se construyó durante el siglo II y fue remodelado en el siglo
IV. Su insólita ubicación se debe, tal y como se ha mencionado anteriormente, a
que el foro nunca llegó a construirse según lo planeado, y debido a ello, la distri-
bución urbana sufrió profundas modificaciones y pasará a reorganizarse a partir
de éste edificio.

 el Barrio de Sertius: como consecuencia de la ampliación de la trama urbana ha-


cia el oeste, la muralla que originariamente protegía la ciudad acabó quedando
incluida en el centro de esta nueva zona. Se decidió derribarla para disponer de
nuevo terreno urbanizable. La distribución y planta de esta nueva parte de la ciu-
dad no respetará el trazado original de la misma.

 Aqua Septimiana Felix: se trata de una fuente natural en las proximidades de la


ciudad que proporcionaba agua a un gran estanque, en torno al cual se erigió en
el siglo II un santuario que fue considerado como uno de los más importantes
del Norte de África debido a sus dimensiones, cuyos restos se localizan a unos
300m al sur del yacimiento arqueológico. En la parte posterior del santuario ha-
bía varios templos, entre los cuales destacaba el dedicado a la Dea Patria, es de-
cir, a África, deidad caracterizada iconográficamente por llevar una piel de ele-
fante sobre su cabeza y portar una cornucopia entre sus brazos. El santuario fue
conectado al núcleo urbano y a las termas con un gran paseo columnado de
150m de largo por 44m de ancho. Este santuario gozó de gran popularidad du-
rante la dinastía de los Severos (193-235).

 El Arco de Trajano: se trata de uno de los escasos monumentos que aún perma-
necen en pie. Se encuentra en el extremo occidental del decumano, orientado en
dirección a Lambaesis. Medía 12m de altura y cuenta con tres arcos cuyas di-
mensiones son: el central cuenta con una altura de 6m y los laterales de aproxi-
madamente 4m.

IV. Demografía de Thamugadi

El estudio de la demografía del mundo antiguo en general y los cálculos de población referi-
dos al mundo romano en particular, puede llegar a ser bastante problemático debido al es-
caso número de datos con los que contamos. Sabemos que periódicamente (cada cinco
años) se realizaron censos, pero desafortunadamente no se han conservado datos cuantitati-
vos, a excepción de algunos contenidos en papiros referidos al Egipto de época romana, que
nos han aportado datos de gran importancia (Bagnall y Frier, 2006) sobre la cuestión.

Para cuantificar la población se utilizan varias metodologías de análisis cuantitativo, como


por ejemplo las dimensiones del núcleo urbano, el análisis de la densidad de las estructuras
habitacionales, cálculos sobre la productividad del territorio circundante al núcleo poblacio-
nal, el volumen de agua canalizada hacia el asentamiento, la capacidad de los edificios de
espectáculos (teatros, anfiteatros…) y el número de miembros pertenecientes al ordo decu-
rionum.

Aunque no todos los investigadores están de acuerdo respecto a las cifras obtenidas, y en
diversas ocasiones las valoraciones efectuadas teniendo en consideración otras variables o
estrategias distintas a las mencionadas, generalmente y teniendo en cuenta que las dinámi-
cas de población están sujetas a variaciones temporales, podríamos afirmar que la cuenca
mediterránea se caracterizaba por contar con muy pocas ciudades de gran tamaño, pero con
un destacado número de núcleos de población de mediano (entre 20000 y 50000 habitantes)
y de pequeño tamaño (5000 - 10000 habitantes).

En el caso de Thamugadi y tras el estudio de los datos obtenidos, se ha estimado que origi-
nalmente fue concebida para albergar una población de unos 16.000 habitantes, pero debido
a sucesivas ampliaciones de la trama urbana como consecuencia del incremento poblacio-
nal, ese número pudo sobrepasarse. Algunos autores como Gallo (1981), Duncan-Jones
(1982), Henige (1998) o Fusshöller (1991) discrepan y dudan que Thamugadi alcanzase tal
número de habitantes, estimando en su lugar una población de entre 4000 - 6000 personas.
Para sus cálculos tomaron en consideración el tamaño del área construida, el número de uni-
dades residenciales y la extensión de los terrenos circundantes aptos para el cultivo y nece-
sarios para satisfacer adecuadamente a tal volumen de población (unas 5000 ha).
Tras tener en cuenta esos datos y compararlos con otros estudios realizados en asentamien-
tos de similares características, y según los mencionados autores, la densidad media de po-
blación en Thamugadi sería de unos 80 hab/km2, lo cual no explica como una ciudad con
ese número de habitantes pudo contar con un teatro que podía albergar entre 3500 y 4000
personas. Otros investigadores no comparten ese resultado, y estiman que la densidad de
población de Thamugadi fue de 360 hab/ha.

Si utilizamos la fórmula propuesta por Carerras Montfort en su artículo titulado Una nueva
perspectiva para el estudio demográfico de la Hispania Romana, que toma en considera-
ción la extensión ocupada por el núcleo poblacional así como una densidad de población
previamente estimada, podemos obtener otra aproximación en lo que se refiere al número
total de habitantes que pudo albergar Thamugadi en diversos momentos según su extensión
mínima (12 ha) y máxima (50 ha) estimadas. Asimismo, debemos tener en cuenta que los
resultados que obtengamos de la aplicación de la mencionada fórmula, estarán sujetos a va-
riaciones, dependiendo de si se trata de un núcleo rural o urbano, y en el caso de tratarse del
segundo caso, si estos son de tipo primario o secundario. En el caso concreto de Thamu-
gadi, se trata claramente de un centro de población urbano, tal y como se infiere por las in-
fraestructuras y edificaciones halladas, como por ejemplo el foro, las termas y el teatro.

Si aplicamos la fórmula propuesta por Carreras Montfort y tomamos como extensión más
probable de la ciudad las 12 hectáreas y la densidad de población más aceptada por los in-
vestigadores (360 hab/ha), obtendríamos una población de 4320 habitantes, lo cual nos
acercaría a las estimaciones dadas por Gallo, Duncan-Jones, Henige o Fusshöller. En el
caso de tomar la extensión máxima de 50 ha y la densidad de población anteriormente utili-
zada, la población ascendería hasta los 18.000, lo cual explicaría el porqué de la capacidad
del teatro de la ciudad.

V. Recursos naturales del entorno

Como bien sabemos, las ciudades romanas no se concebían sin unos terrenos de cultivo
circundantes, básicos para conseguir el tan necesario sustento para la población en ellas
establecida.
Thamugadi estaba localizada en el Aurès, un macizo montañoso situado al noreste de la
actual Argelia, que conforma la parte oriental del Atlas sahariano. El macizo es atrave-
sado en dirección noreste-suroeste por una depresión sinclinal por la cual discurre el río
Abiod. El Aurès es una zona privilegiada en lo que respecta al agua, ya que anualmente
es posible contar con unos mil doscientos millones de m2 , lo que permite la explotación
de varios manantiales en la provincia de Batna, en donde se encuentra el yacimiento ar-
queológico de Thamugadi. La vocación agropecuaria en Batna tiene una fuerte tradición
desde tiempos antiguos, siendo su producción más representativa los cereales. La pro-
vincia cuenta con al menos ocho fuentes termales, siendo la de Oughendja la que abas-
tece de agua a Timgad. Asimismo, la región del Aurès cuenta con importantes recursos
minerales, como por ejemplo minas de áridos, dolomita, mármol y yeso.  
Hasta hace relativamente escasas fechas, se ha creído que la zona del Aurès estuvo al
margen de la romanización, o al menos esta tuvo escasa penetración, siendo conside-
rado un foco de resistencia y de conflictos, lo cual motivó el establecimiento militar ro-
mano en la zona. Gracias a los estudios de Morizot (1994), sabemos que esto no fue así
y que el Aurès fue una región de cultivo, y la presencia militar romana fue puntual. 
La colonia de Thamugadi contaba con un territorio estimado en 150.000 ha, aunque
buena parte de ellas no eran aptas para el cultivo debido a la naturaleza rocosa del en-
torno. En dirección oeste el territorio no era muy extenso debido a la proximidad con el
perteneciente a Verecunda, una colonia de veteranos de la Legio III Augusta situada al
noreste de Lambaesis. Hacia el este ocurría igual, pero en este caso al encontrarse con
los de Mascula, cuyos restos han desparecido. A unos 25 km al norte de Thamugadi se
han hallado vestigios de centuriaciones que, muy probablemente, se realizaron en el
mismo momento de la fundación del enclave, caracterizadas por su regularidad a la hora
de ser distribuidas, lo cual revela un concienzudo trabajo por parte de los agrimensores
romanos.  

La titularidad de las tierras de cultivo no estaba en manos particulares exclusivamente, ya


que el propio emperador poseía buena parte de ellas que eran administradas en su nombre
por libertos, que en calidad de procuradores estaban encargados de ponerlas a producir y/o
arrendarlas. No se ha detectado la presencia de grandes latifundios en Thamugadi, pero se-
gún las indagaciones realizadas por P. Morizot (1994), las más productivas serían propiedad
de los más poderosos de la ciudad.

Los productos obtenidos de las tierras de cultivo de Thamugadi consistían básicamente en


cereales y aceituna, aunque también se obtenían otros derivados de la explotación forestal.
Se han encontrado restos de varios molinos de aceite y de granjas, así como de un edificio
de grandes dimensiones que habría gestionado la producción de un fundo de entre 7 y 8 ha.
Además, y según los estudios realizados por A.Wilson (2000), la producción textil en Tha-
mugadi gozó en su tiempo de cierta importancia.

CONCLUSIÓN

Las tierras del Norte de África bajo dominio romano fueron consideradas durante largo
tiempo de gran riqueza. Gracias al desarrollo de la agricultura fue posible obtener exceden-
tes que eran exportados por toda la cuenca mediterránea. Entre las producciones agrícolas
más destacadas estaban el trigo y el aceite, aunque no debemos olvidarnos de la explotación
de otros recursos tales como los procedentes de una arboricultura caracterizada por su varie-
dad. Sin duda alguna los cultivos destinados al mercado local también fueron muy impor-
tantes para el adecuado aprovisionamiento de la ciudad, aunque debido a la alta demanda de
grano, en ocasiones fueron abandonados.

En el caso de Thamugadi, fue una rica y próspera colonia que sirvió, entre otras cosas, para
mostrar el poderío de Roma en el Norte de África gracias a sus suntuosos edificios e infra-
estructuras, que reflejaban las ventajas del modo de vida romano frente a otros pueblos.
En lo que respecta a su situación geográfica y los distintos recursos disponibles en la zona,
aunque actualmente las tierras del Norte de África y de modo general, muestren una impor-
tante desertización y por lo tanto una notable carencia de recursos, sobre todo hídricos y a
consecuencia de ello también vegetales, pero en el caso de la región argelina del Aurès, ve-
mos que no es el caso, ya que es una zona que goza de abundantes recursos hídricos, bien
en forma de fuentes o manantiales, o por precipitaciones, lo cual posibilitó en el caso que
nos ocupa, que la antigua ciudad de Thamugadi contase con los recursos necesarios para la
satisfacer las necesidades de su población.

PLANTA DE LA ANTIGUA CIUDAD ROMANA DE THAMUGADI

Planta hipodámica de Thamugadi (Timgad) en tiempos de Trajano y posteriores expansiones, incluyendo


el área hacia el norte con el templo de Saturno (Lassus, 1969).

Vista satelital de la antigua ciudad romana de Thamugadi (Airbus Defence & Space)
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS Y FUENTES DE INTERNET

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Universal III (Historia de Roma), UNED, Madrid (2008) Págs. 605-607 
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