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Nov 23, 2018 9:19 AM

‘Vea el bien por su duro trabajo’ — BIBLIOTECA EN


LÍNEA Watchtower

https://wol.jw.org/es/wol/d/r4/lp-s/1977643#h=23:852-25:373
‘Vea el bien por su duro trabajoʼ
“¡Mira! La mejor cosa que yo mismo he visto, la cual es bella, es que
uno coma y beba y vea el bien por todo su duro trabajo.”—Ecl. 5A18.

1. Como se muestra en 1 Timoteo 1A11, ¿qué clase de Dios es Jehová, y por eso a qué conclusión
podemos llegar, correctamente, en cuanto a lo que él desea para sus criaturas inteligentes? (Deu.
12A18; 26A11; Sal. 32A11)

JEHOVÁ el Dios Altísimo es sumamente feliz, se deleita en su perfección y en sus


obras. (1 Tim. 1A11) Además, él desea que sus criaturas inteligentes,
especialmente sus siervos fieles, compartan esa felicidad.

2. ¿Cómo revela lo que percibimos con nuestros sentidos que Jehová ‘nos ha proporcionado todas
las cosas ricamente para que disfrutemos de ellasʼ?

2 Sí, nuestros mismísimos sentidos están diseñados para percibir una tremenda
variedad de vistas, sonidos, olores, sabores y texturas. ¡Qué placer puede haber
en ver brillantes puestas de sol, cielos tachonados de estrellas, ríos en senda
serpenteante, lagos serenos, cascadas en precipitación, playas bordeadas de
palmeras, praderas exuberantes y montañas cubiertas de nieve! ¡Qué deleitable
puede ser el sabor de las frutas frescas o de las comidas nutritivas, bien
preparadas, y de los exquisitos postres! Hay disfrute cuando sentimos las brisas
apacibles en un día caluroso y, hasta más, cuando sentimos que nos tocan o
abrazan las personas a quienes amamos. Además, ¿no es agradable escuchar el
murmullo de los riachuelos, el azote de las olas contra la costa, el susurro de las
hojas en el viento, el gorjeo y el canto de las aves y la risa de niños felices? ¡Y qué
deleite se puede tener al dar un paseo por un bosque o parque hermoso y
percibir la dulce fragancia de las flores! En realidad, tenemos que concordar con
el inspirado apóstol Pablo: Dios “nos proporciona todas las cosas ricamente para
que disfrutemos de ellas.”—1 Tim. 6A17.

3. ¿Qué dice la Biblia en cuanto al punto de vista de Dios de que disfrutemos del alimento y la
bebida?

3 Definitivamente el propósito de Dios es que disfrutemos de lo que él ha


provisto tan generosamente para toda la humanidad. (Hech. 14A16, 17) Esto fue lo
que concluyó el sabio rey Salomón después de emprender una cuidadosa
investigación de los asuntos terrestres. Dijo: “¡Mira! La mejor cosa que yo mismo
he visto, la cual es bella, es que uno coma y beba y vea el bien por todo su duro
trabajo.”—Ecl. 5A18.

4. ¿Cómo demuestra el ejemplo de Jesucristo que es correcto que los cristianos disfruten de las
cosas materiales?

4 Esto sin duda debe aplicar a los siervos cristianos de Jehová. El cabeza de la
congregación cristiana, Jesucristo, dio el ejemplo perfecto en disfrutar de las
cosas materiales. De ninguna manera fue asceta. Aceptaba invitaciones a
comidas y banquetes. (Luc. 5A29; 7A36; 14A1; 19A5, 6) Su primer milagro —
convertir agua en el mejor vino— contribuyó a que se disfrutara de un banquete
de bodas. (Juan 2A1-11) Porque no apreciaron el equilibrio de Jesús en estos
asuntos, ciertos individuos lanzaron la falsa acusación: “¡Miren! Un hombre
glotón y dado a beber vino.” (Mat. 11A19) No reconocieron que Jesucristo estaba
utilizando apropiadamente las copiosas provisiones de su Padre, mientras que al
mismo tiempo siempre daba el primer lugar a los asuntos espirituales.—Mat.
6A24-34.

VEA DE MODO REALISTA LOS PLACERES


5. Según la profecía bíblica, ¿entre quiénes en los “últimos días” se encontraría a amadores del
placer, y por qué presenta esto un peligro para los siervos fieles de Jehová?

5 Aunque por lo tanto es correcto el que los siervos de Dios se complazcan en el


alimento y la bebida, así como en diversas formas de recreación, hay trampas
que se deben evitar. Según la profecía bíblica, sería entre cristianos profesos de
los “últimos días” que se encontraría a “amadores de placeres más bien que
amadores de Dios.” (2 Tim. 3A4) Estas personas empezarían a vivir para el placer,
y pondrían en primer lugar en su vida el ocuparse en diversiones. Enfrentándose
a la fuerte influencia que ejercen hoy los buscadores de placeres, los siervos
fieles de Jehová tienen que estar alerta para que esto no empiece a afectar su
modo de pensar.

6, 7. (a) ¿A qué conclusión sana llegó el rey Salomón tocante al júbilo y la risa? (b) ¿Precisamente
cómo hemos de entender las palabras de Salomón?

6 El punto de vista realista de los placeres que presentó el rey Salomón puede
ser sumamente útil. Él dice de su investigación y hallazgos: “Dije yo, yo mismo,
en mi corazón: ‘De veras ven ahora, déjame probarte con regocijo. También, ve lo
bueno.ʼ Y, ¡mira! eso también era vanidad. Le dije a la risa: ‘¡Demencia!ʼ y al
regocijo: ‘Esto ¿qué logra?ʼ”—Ecl. 2A1, 2.
7 ¿Qué es, exactamente, lo que está llamando a nuestra atención aquí Salomón?
Sus palabras aclaran que la ávida búsqueda de diversiones no puede producir
felicidad genuina y duradera. Él halló que el experimentar regocijo o júbilo solo
por sentirlo en sí mismo era “vanidad,” vacuidad. Esto se debe a que en sí ese
“regocijo” no puede producir nada que verdaderamente valga la pena. Se admite
que las diversiones y la risa pueden ayudar a uno a olvidar temporalmente sus
problemas. Pero los problemas no van a desaparecer, sino que todavía estarán
allí para que uno se enfrente a ellos después de terminar el período de diversión.
Además, cuando uno sencillamente despide con risa irreflexiva asuntos muy
serios, no está usando buen juicio y bien puede ser que irrite a otros. Por eso se
puede llamar “demencia” a la risa de uno. En cuanto al “regocijo” o júbilo que
pudiera asociarse con un bromista consuetudinario, en realidad no asciende a
nada de valor. Como lo expresó Salomón: “Esto ¿qué logra?” Sí, ¿qué resultados
tangibles y significativos produce tal júbilo?
8. ¿Cómo nos puede ayudar el que apliquemos la lección que se puede sacar de la investigación
de Salomón?

8 Si nos dejamos guiar por los hechos que descubrió la investigación de


Salomón, de seguro que no vamos a permitir que los placeres eclipsen o echen
fuera de nuestra vida las actividades espirituales. Esto exige de uno moderación
en la cantidad de reuniones sociales a las que uno asista y la cantidad de tiempo
que les dedique. Si repetidas veces fuésemos a pasar una buena parte de la
noche en asuntos sociales, ¿cómo sería posible que estuviésemos alerta al día
siguiente para las oportunidades espirituales, como las reuniones de
congregación o la testificación pública? Si el acostarse a altas horas de la noche
debido a estar participando en recreación resultara en que alguien estuviera
demasiado cansado para las actividades espirituales, ¿no estaría
descontrolándose la búsqueda de diversiones? Aunque correctamente
disfrutemos de reuniones sociales sanas y edificantes y de otras formas de
esparcimiento, éstas no deben llegar a ser las cosas importantes de nuestra vida.
Debemos continuar hallando nuestra mayor satisfacción en una vida que gire en
torno de servicio fiel a Jehová Dios.

9. ¿De qué quizás tengan que cuidarse los cristianos que sean fundamentalmente serios?

9 Por otra parte, puesto que el regocijo y la risa sí tienen un lugar apropiado entre
los siervos de Dios, los cristianos que sean fundamentalmente serios y que
tengan poco interés en ciertas formas de recreación no deben despreciar
ni criticar a compañeros de creencia que disfruten sanamente de deportes, baile
u otras diversiones. (Rom. 14A10-12) Aconseja la Biblia: “No te hagas justo en
demasía.” (Ecl. 7A16) De modo que uno debe cuidarse para no llegar a estar
preocupado en demasía en cuanto a asuntos estrictamente personales y producir
discusiones acerca de ellos. El ser así justo en demasía podría conducir a uno a
desplegar celo precipitado e imprudente y, lo que es peor, una actitud
despiadada, desamorosa, que pudiera resultar en que uno perdiera el favor y la
bendición de Dios.

HAY QUE CONTROLAR LOS PLACERES


10. ¿Qué problemas surgieron con relación a las “fiestas de amor” que celebraban los cristianos
primitivos?

10 Queda patente que hay que mantener en su lugar los placeres para que
no surjan problemas serios. Esto fue algo a lo cual tuvieron que hacer frente los
cristianos del primer siglo con relación a sus “fiestas de amor,” que parece que
eran banquetes en los cuales hasta cristianos pobres podían disfrutar de buen
alimento y asociación edificante. Lamentablemente, personas que carecían de un
punto de vista espiritual aprovecharon estas ocasiones para satisfacer pasiones
egoístas. Debido a esto el discípulo cristiano Judas aludió a ciertos individuos
como “rocas escondidas bajo agua en sus fiestas de amor.” (Jud. 12) El que
alguien se envolviera con estos individuos que tenían motivos incorrectos
pudiera haber conducido a que sufriera el naufragio de su fe. De modo similar, el
apóstol Pedro escribió: “Ellos consideran un placer el vivir lujosamente durante el
día. Son manchas y tachas, que se entregan con desenfrenado deleite a sus
enseñanzas engañosas mientras banquetean junto con ustedes.” (2 Ped. 2A13)
Estas personas tenían como única mira satisfacer el placer sensual tanto de día
como de noche. Bajo capa de ser cristianos, llevaban a cabo las prácticas
desvergonzadas del mundo alejado de Dios. Como manchas y tachas,
deslustraban el excelente registro de los cristianos fieles y causaban gran
oprobio al santo nombre de Dios. Al expresar sus “enseñanzas engañosas,” sus
puntos de vista corrompidos, evidentemente lograban convertir reuniones sanas
de cristianos en asuntos ruidosos y estrepitosos de desenfreno.

11. ¿Qué no se debe permitir en las reuniones sociales que celebra el pueblo de Dios?

11 En esto hay una lección vital para los siervos de Dios hoy día. Es bueno que los
cristianos se reúnan y disfruten de compañerismo así como de alimento y bebida
en moderación. Pero no se debe permitir mundanalidad en estas reuniones si se
quiere que sean espiritualmente edificantes. ¿Qué es una reunión donde las
bebidas alcohólicas fluyen muy libremente, donde la música continúa con su
fragor hasta las primeras horas de la mañana y donde la gente participa en baile
desenfrenado? Es una fiesta mundana, una parranda, prescindiendo del nombre
respetable que ciertas personas traten de darle.

12. ¿Cuál debe ser el sentir de los cristianos en cuanto al holgorio desenfrenado?

12 Los cristianos verdaderos se han hartado de tal holgorio desenfrenado durante


el tiempo en que ignoraban la voluntad y el propósito de Dios. No quieren tener
nada que ver con una ocasión que se caracterice por beber en exceso, desorden
y sensualidad o una reunión que incluya alguna de estas facetas o que siquiera
raye en ellas. Ahora que han sido iluminados, toman a pechos el consejo bíblico:
“Como de día andemos decentemente, no en diversiones estrepitosas y
borracheras, no en coito ilícito y conducta relajada, no en contienda y celos.”
(Rom. 13A13) “Porque basta el tiempo que ha pasado para que ustedes hayan
obrado la voluntad de las naciones cuando procedían en hechos de conducta
relajada, lujurias, excesos con vino, diversiones estrepitosas, partidas de beber e
idolatrías ilegales.”—1 Ped. 4A3.

13, 14. Como claramente lo muestran Gálatas 5A21 e Isaías 5A11, 12, ¿por qué se hallan en grave
peligro los buscadores de placeres?

13 Este es un asunto muy serio. A los individuos que se entregan a diversiones


estrepitosas o parrandas se les menciona en las Escrituras entre los que
“no heredarán el reino de Dios.” (Gál. 5A21) Por lo tanto, las personas que
empiezan a vivir solo para el placer están en grave peligro. Esto se enfatiza
enérgicamente con relación a ciertos israelitas del tiempo de Isaías. El vino fluía
muy libremente en sus fiestas. A medida que la noche iba adelantando los
parranderos se iban haciendo estrepitosos y turbulentos. Su ruidoso banquetear
estaba acompañado de música sensual que tenía el propósito de excitar las
pasiones. Por lo tanto, por medio de su profeta Isaías, Jehová les dirigió estas
palabras: “¡Ay de los que están levantándose muy de mañana para buscar solo
licor embriagante, que van quedándose hasta tarde en la oscuridad nocturna de
modo que el vino mismo los inflama! Y tiene que resultar que haya arpa e
instrumento de cuerdas, pandereta y flauta, y vino en sus banquetes; pero la
actividad de Jehová no miran, y la obra de sus manos no han visto.”—Isa.
5A11, 12.
14 Correctamente, ay o calamidad les sobrevendría a estos buscadores de
placeres. No pensaban en agradar al Creador. Su único objetivo era satisfacer
sus deseos carnales desde el principio del día. No son diferentes las cosas hoy
día. Las personas que se entregan al parrandear desenfrenado no están dando
ninguna consideración a las obras de Jehová. ¿Cómo podría alguien meditar en
las magníficas actividades de Jehová al son de música sensual y al mismo tiempo
estar comiendo y bebiendo en exceso? Como lo describe Isaías, durante el
período de satisfacer sus propios deseos, los buscadores de placeres obran
como si no hubiese ninguna evidencia que testificara de la existencia y
actividades del Altísimo. Por lo tanto, tal como sucedió en el tiempo del profeta,
los parranderos no arrepentidos están desaprobados ante Jehová Dios.

15. ¿Cómo advirtió Jesús del peligro de envolverse en vivir para el placer?

15 Es digno de notarse que Jesucristo puso sobre aviso a sus discípulos del grave
peligro de hacerse buscadores de placeres, al mandar: “Presten atención a
ustedes mismos para que sus corazones nunca lleguen a estar cargados debido
a comer con exceso y beber con exceso.” (Luc. 21A34) El abusar del alimento y la
bebida puede sobrecargar el corazón con sentimientos de culpa y no dejar lugar
para ningún deseo de cosas espirituales. Como resultado, el individuo puede
caer en somnolencia espiritual, quedar ciego a las responsabilidades que vienen
con el ser discípulo de Jesucristo. Si fuese a continuar en esa condición, la
venida del Hijo de Dios en capacidad de ejecutor de la venganza divina lo
sorprendería como un “lazo.” Advirtió Jesús: “Vendrá sobre todos los que moran
sobre la haz de toda la tierra. Manténganse despiertos, pues, en todo tiempo
haciendo ruego para que logren escapar de todas estas cosas que están
destinadas a suceder, y estar en pie delante del Hijo del hombre.” (Luc.
21A35, 36) Ciertamente los “últimos días” no son tiempo para que alguien pase
por alto estas palabras y se deslice a prácticas mundanas en las reuniones
sociales.

CÓMO IMPEDIR PROBLEMAS


16. ¿Son necesariamente buenos compañeros todos los miembros de la congregación cristiana?

16 ¿Cómo puede uno impedir que los asuntos sociales se hagan mundanos y, por
lo tanto, perjudiciales en sentido espiritual y desaprobados desde el punto de
vista divino? Se tiene que dar consideración a que los invitados no introduzcan
una influencia malsana. El apóstol Pablo, en su carta a Timoteo, señaló que
no todos los miembros de la congregación cristiana son necesariamente
compañeros deseables. Escribió: “Ahora bien, en una casa grande no hay
solamente vasos de oro y de plata, sino también de madera y barro, y algunos
para un propósito honroso mas otros para un propósito falto de honra. Si pues
alguien se mantiene apartado de éstos, será vaso para propósito honroso,
santificado, útil a su dueño, preparado para toda buena obra. De modo que, huye
de los deseos incidentales a la juventud, mas sigue tras la justicia, la fe, el amor,
la paz, junto con los que de corazón limpio invocan al Señor.”—2 Tim. 2A20-22.

17. ¿Con quiénes en la congregación no deben asociarse los cristianos de manera social, y por
qué? (2 Tes. 3A6-15)

17 En armonía con esto, los cristianos tienen la responsabilidad de mantenerse


separados de aquellos sobre cuya conducta haya duda seria. Ciertamente
no están obligados a invitar a sus reuniones sociales a personas de las cuales se
conoce que son desenfrenadas en su habla o que en otros sentidos se dan a
excesos. De hecho, el invitar a esas personas no les ayudaría. En vez de recibir
estímulo para efectuar cambios necesarios, bien podrían inferir que sus palabras
y acciones insalubres son aceptables para la congregación cristiana.

18. (a) ¿Qué debe guiar a los siervos de Dios en toda su actividad? (b) ¿Qué factores contribuyen
por lo general a una reunión edificante de cristianos?

18 En toda ocasión en que los siervos de Dios disfruten de compañerismo entre


sí, deben tener presente la admonición de la Biblia: “Sea que estén comiendo, o
bebiendo, o haciendo cualquier otra cosa, hagan todas las cosas para la gloria de
Dios.” (1 Cor. 10A31) Podemos hacernos la pregunta: ¿Está trayendo realmente la
ocasión alabanza a Jehová Dios? Por lo general toda persona puede disfrutar de
asociación edificante cuando las reuniones sociales se mantienen en un tamaño
razonable, cuando se ejerce cuidado sobre a quién se invita y el anfitrión
cristiano asume a conciencia plena responsabilidad por lo que suceda. Por
ejemplo, si una congregación entera disfruta junta de un día de campo,
indudablemente los ancianos querrían utilizar su influencia para que resulte lo
bueno. Por supuesto, cuando las reuniones sociales atraen a gente de fuera de la
congregación sin que se ejerza distinción, es difícil, si no imposible, que los
ancianos ejerzan control sano sobre el grupo. Todo el que hace arreglos para una
reunión social, por lo tanto, debe tener presente esto y evitar circunstancias que
se presten a una falta de control y de dirección apropiados.

19. Con relación a las reuniones sociales, ¿qué principios podemos sacar de Lucas 14A13, 14 y
Mateo 6A3?

19 El cristiano también debe tener presente la importancia de no invitar siempre a


los mismos individuos selectos para que compartan con él el fruto de su trabajo.
Puede haber otros compañeros de creencia que apreciarían tal asociación sana,
y que se beneficiarían muchísimo de ella... por ejemplo, los ancianos y las viudas.
Jesucristo recomendó: “Cuando des un banquete, invita a los pobres, a los
lisiados, a los cojos, a los ciegos; y serás feliz, porque ellos no tienen con qué
pagártelo.” (Luc. 14A13, 14) Difícilmente podría estar en armonía con esta
recomendación el que alguien hiciera arreglos para ocasiones de tanto derroche
que se requiriera que los invitados pagaran una cuota para sufragar los gastos y
que hasta resultaran en ganancia para el mismo individuo como anfitrión.
Además, una ocasión tal que fuera demasiado grande pudiera enfocar indebida
atención en el que hubiera hecho los arreglos para ella, y esto sería contrario al
espíritu del consejo de Jesús de que “no sepa tu mano izquierda lo que hace tu
derecha.”—Mat. 6A3.

20. ¿En qué bien puede resultar el aplicar los principios bíblicos en las reuniones sociales? (2 Ped.
3A11-14)

20 En verdad, cuando se sigue el consejo bíblico, los siervos de Jehová Dios


pueden deleitarse verdaderamente en el fruto de su trabajo y en compartir con
otros su gozo. Permanecen despiertos espiritualmente y evitan toda
mundanalidad. Entonces sus reuniones sociales pueden glorificar al Dios feliz
Jehová y mover a los observadores sinceros a decir: “Dios verdaderamente está
entre ustedes.” (1 Cor. 14A25) Además, continúan estando en condición de
aprobados ante Dios y Cristo, ansiosamente a la expectativa del tiempo en que
“el Señor Soberano Jehová ciertamente limpiará las lágrimas de todo rostro” y
“hará para todos los pueblos . . . un banquete de platos con mucho aceite”... para
que disfruten de él equilibradamente junto con todas las demás provisiones
amorosas que hay en la creación de Dios.—Isa. 25A6-8.

[Ilustración de la página 12]

¿Edifica el holgorio desenfrenado?

[Ilustración de la página 13]

¿O, más bien, debe usted buscar entretenimiento sano de familia?

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