Al plantearnos cuáles son las problemáticas predominantes en las
familias actuales y por ende con qué modalidades abordarlas, no podemos dejar de señalar las notables transformaciones que las configuraciones familiares han experimentado en tanto parte de un tejido social a su vez en intenso y acelerado proceso de cambio. La familia se ha transformado tanto en lo que hace a sus integrantes y modos visibles de configuración como en roles, funciones y expectativas sociales establecidas para cada uno de sus miembros.
Diversidades familiares
En décadas pasadas, las familias que no se adecuaban a un modelo de
alta vigencia como fue el propuesto por la familia burguesa, es decir, la familia constituida por una pareja vitalicia, sus hijos y familias de origen, fueron consideradas versiones carenciadas o enfermizas de dicho modelo. A modo de ejemplo, las familias monoparentales fueron en alguna época denominadas "rotas" o "deshechas". Correspondían especialmente a la marginalidad, en los mismos tiempos en que las clases medias sostenían el modelo burgués como único y perenne.
Por lo general, se trataba de mujeres con sus hijos, quienes sufrían
carencias económicas muchas veces conectadas con la escasa inserción femenina en los procesos productivos, agravada por los requerimientos de la crianza no compartida de los hijos. A menudo, las problemáticas de tales familias fueron interpretadas en relación con la presunta "descomposición" del modelo familiar prescripto. Eran evaluadas, y aí solían pensarse a sí mismas, como un retazo de familia, conjunto al que faltaba una parte, mutilado respecto de las expectativas globales y con frecuencia también propias. Su extensión a partir del divorcio a capas sociales altas y medias, su incremento también ligado a nuevas lógicas culturales que las validan como configuración familiar viable y aun elegida por algunos, les dio más jerarquía y aceptación.
Pérdida de la asimetría parentofilial
Entre las múltiples problemáticas propias de la familia de hoy, abordaré en esta oportunidad dos cuestiones frecuentes en la consulta. En primer término, tomaré en cuenta una cuestión relevante en las familias con niños y adolescentes y la designaré como "la cuestión de las asimetrías."
Para ello, propondré primero algunas definiciones acerca de la familia y
sus funciones en el mundo de hoy, desde una perspectiva específica, la psicoanalítica. Entiendo que dichas funciones se refieren a la constitución del psiquismo de los descendientes, a través de dos operaciones centrales: de sostén y de corte. Uds. reconocerán en ellas la función de interdicción paterna y la función materna erogeneizante. Prefiero no utilizar tales denominaciones, "paterna" y "materna", ya que también responden a un modelo determinado de familia y dado que se trata de funciones que pueden ser detentadas por distintos personajes, más allá de los padres.
Estas operaciones se sustentan en la asimetría entre psiquismos
constituidos y otros, de los niños, en vías de constitución. La familia no desempeña con exclusividad su función constructiva: la producción de subjetividad es resorte de distintos sectores de la trama social.
Si en la familia burguesa los vínculos endogámicos se hallaban
fuertemente investidos, dándose lugar a distintas configuraciones de la violencia y el autoritarismo, hace algunas décadas surgen formas de control social de los vínculos intrafamiliares que implican la "intrusión" en ese espacio hasta entonces casi sagrado. Aparece, de este modo, un desplazamiento del saber de los padres a otras figuras sociales: pediatras, psicólogos, docentes, psicopedagogos que se va trasladando en especial a los consultores mediáticos. La consulta a los mismos sustituye la sanción disciplinaria intrafamiliar, o el consejo y la experiencia de la familia ampliada.
Familias ensambladas
Tomaré ahora en consideración un último punto, algunas problemáticas
propias de la clínica de las familias ensambladas, hoy muy frecuentes en la consulta por la elevada incidencia del divorcio. En el momento del ensamble -constitución de la nueva pareja que da origen a la familia ensamblada- emerge una fantasmática en la cual tiende a reiterarse la posibilidad de quedarse sin lugar en la nueva configuración; dicha temática, que considero propia de múltiples familias compuestas por cónyuges con hijos de uniones previas, aparece en distintos integrantes: es decir, tiende a circular. Es cuando esto se fija en uno o más integrantes del grupo que nos encontramos con trastornos en el o los sujetos afectados, por quienes en ocasiones llegan a la consulta.
Dicha falta de lugar queda en muchos casos expresada a través de la
dimensión concreta del espacio familiar. Así, el conflicto en relación con la distribución de los hijos en los dormitorios es frecuente, tanto como ciertas vivencias de la pareja sobre la precariedad de su propio espacio en la vivienda familiar. Esto refiere a un vínculo conyugal a menudo endeble respecto de otras relaciones previas y dotadas de estabilidad, como las de cada integrante de la alianza con sus propios hijos: es así que suelen aparecer también en la consulta de pareja, ante la posibilidad de una nueva separación.
Con frecuencia los integrantes de estas familias, tanto las
monoparentales como las ensambladas, tienden todavía a pensar la nueva organización con los lugares de la familia de primeras. nupcias, sostenida por varias generaciones como patrón ideal en nuestra cultura. Ello afecta la originalidad de la familia naciente, nunca mera reproducción de moldes anteriores.
En relación con esto, en los grupos ensamblados aquellos integrantes
que no logran adecuarse a rígidas matrices preexistentes -hijos de matrimonios anteriores, hijos no convivientes, nuevos cónyuges- ven peligrar su posible pertenencia. La clínica muestra con frecuencia bandos contrapuestos integrados por cada uno de los cónyuges con sus propios hijos; la fractura de la nueva pareja, enfrentada por el sostén de los valores que presidieron las familias previas convertidos en baluartes no negociables; cierta descalificación de los hijos no convivientes, "casi hijos" o "menos hijos" que los siempre presentes: trastornos vinculados en gran medida al hecho de aplicar a la nueva familia las varas anteriores y convertir esa original producción familiar en un intento de reconstitución de las familias previas perdidas, desmintiendo la transformación. Recordemos el difícil y siempre doloroso trabajo de elaboración del duelo ligado al proceso de divorcio.