Vous êtes sur la page 1sur 5

LA DOCTRINA DE LA PREDESTINACIÓN

Introducción

Como dijo Charles Spurgeon (1834 – 1892), famoso pastor bautista reformado
(calvinista) ingles, la predestinación divina es la doctrina que sostiene que Dios ha
predestinado a ciertas personas para vida eterna. Como ya podrá apreciarse, la
doctrina de la predestinación divina es un concepto ligado al calvinismo, motivo por
el cual esta doctrina es rechazada por los protestantes que no adhieren a las
doctrinas de Juan Calvino.

Como quiera que sea, existen varios pasajes bíblicos que nos hablan (de manera
inequívoca) de la predestinación divina:

Romanos, 9:21 ¿O no tiene potestad el alfarero sobre el barro, para hacer de la


misma masa un vaso para honra y otro para deshonra? 9:22 ¿Y qué, si Dios,
queriendo mostrar su ira y hacer notorio su poder, soportó con mucha paciencia los
vasos de ira preparados para destrucción, 9:23 y para hacer notorias las riquezas
de su gloria, las mostró para con los vasos de misericordia que él preparó de
antemano para gloria, 9:24 a los cuales también ha llamado, esto es, a nosotros, no
sólo de los judíos, sino también de los gentiles?

Efesios, 1:4 según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que
fuésemos santos y sin mancha delante de él, 1:5 en amor habiéndonos
predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro
afecto de su voluntad,

1 Pedro, 2:8 y: Piedra de tropiezo, y roca que hace caer, porque tropiezan en la
palabra, siendo desobedientes; a lo cual fueron también destinados.
Judas, 1:4 Porque algunos hombres han entrado encubiertamente, los que desde
antes habían sido destinados para esta condenación, hombres impíos, que
convierten en libertinaje la gracia de nuestro Dios, y niegan a Dios el único
soberano, y a nuestro Señor Jesucristo.

En el AT nos encontramos con la predestinación del profeta Jeremías:

Jeremías, 1:5 Antes que te formase en el vientre te conocí, y antes que nacieses te
santifiqué, te di por profeta a las naciones.

En el NT, el apóstol Pablo habla de su propia predestinación:

Gálatas, 1:15 Pero cuando agradó a Dios, que me apartó desde el vientre de mi
madre, y me llamó por su gracia, 1:16 revelar a su Hijo en mí, para que yo le
predicase entre los gentiles, no consulté en seguida con carne y sangre,

La pregunta no es si Dios predestina (ya vimos que si lo hace) sino que la pregunta
sería en base a qué criterios lo hace. Como se trata de un Dios santo, justo y
misericordioso, es claro que no lo puede hacer en función de unos criterios
caprichosos o arbitrarios (Dios no puede violar sus atributos). Podríamos decir,
entonces, que Dios predestina en función de su conocimiento anticipado del futuro.

La primera pista la tenemos en:

1 Pedro, 1:1 Pedro, apóstol de Jesucristo, a los expatriados de la dispersión en el


Ponto, Galacia, Capadocia, Asia y Bitinia, 1:2 elegidos según la presciencia de Dios
Padre en santificación del Espíritu, para obedecer y ser rociados con la sangre de
Jesucristo: Gracia y paz os sean multiplicadas.

Cuando la Biblia habla de la presciencia de Dios (Isaías, 42:9, Hechos, 2:23, 1º


Pedro, 1:12), quiere decir que El conoce con exactitud la condición de todas las
cosas y todos los acontecimientos, sean posibles, reales, futuros, pasados o
predestinados (1º Samuel, 23:10-13, Jeremías, 38:17-20).

El término presciencia esta mencionado literalmente en la Biblia solo en 1º Pedro,


1:2 pero también esta aludido como “conocimiento anticipado” (y también por Pedro)
en:

Hechos, 2:22 Varones israelitas, oíd estas palabras: Jesús nazareno, varón
aprobado por Dios entre vosotros con las maravillas, prodigios y señales que Dios
hizo entre vosotros por medio de él, como vosotros mismos sabéis; 2:23 a éste,
entregado por el determinado consejo y anticipado conocimiento de Dios,
prendisteis y matasteis por manos de inicuos, crucificándole;
La presciencia es un atributo de Dios por el que los acontecimientos futuros son
conocidos por El de antemano y sin mediar ningún indicio objetivo de que están por
ocurrir. Cuando la Biblia habla de predestinación hay que entenderla a la luz de este
concepto de presciencia. La predestinación por parte de Dios no es, entonces,
caprichosa ni arbitraria sino que Dios predestina en función de lo que ya vio que va
a ocurrir en el futuro.

Los que niegan la doctrina de la predestinación sostienen que la predestinación de


la que habla Romanos, 8:29-30 se refiere a la iglesia considerada como un cuerpo
colectivo y no a personas individuales. Pero la predestinación a nivel individual está
presente en la Biblia, como vimos, en el AT, respecto de Jeremías (Jeremías, 1:5)
y, en el NT, respecto de Pablo (Gálatas, 1:15-16).

La predestinación como doctrina

Pero los pasajes que pueden considerarse el sustento por excelencia de la doctrina
de la predestinación los escribió el apóstol Pablo:

Romanos, 8:29 Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que
fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito
entre muchos hermanos. 8:30 Y a los que predestinó, a éstos también llamó; y a los
que llamó, a éstos también justificó; y a los que justificó, a éstos también glorificó.

Jack Kelley (reconocido ensayista bíblico norteamericano, lamentablemente


fallecido en el otoño americano de 2015), lo explica maravillosamente bien:

Si usted es salvo, Dios lo sabía desde antes que creara la Tierra. Previo a darle a
Adán su primer aliento, Él miró sobre toda la vasta extensión del tiempo y vio el
momento en que usted tomaría esa decisión voluntaria e independiente para servirlo
a Él (Él lo sabía de antemano).

Es en ese momento cuando Dios hace una reservación para usted en el Reino,
jurando que nunca borrará su nombre del libro (Él predestinó). Cuando llegó el
momento correcto Él le habló a su corazón, sabiendo que usted respondería (Él
llamó). Y cuando usted lo hizo Él le purificó de todos sus pecados, considerándolo
a usted, desde ese momento en adelante, como si nunca hubiera pecado (Él
justificó). Y un día, pronto, Él le dará a usted un cuerpo nuevo eterno y un lugar
cerca de Él en Su Reino (Él glorificó) [Romanos 8:29-30].

En el contexto del tiempo usted tomó su propia y libre decisión para aceptar el
perdón que Jesús adquirió para usted. Pero habiendo visto el fin desde el principio,
Él siempre supo que usted lo haría. Durante toda su vida Él le ha estado
observando, preparándole para el día en que usted tomaría esa decisión. Y desde
entonces, Él le ha protegido, porque Él ha prometido que nunca perderá a nadie
que se le haya dado (Juan, 6:39-40). Él sabe que es el trabajo del pastor guardar a
las ovejas. Y Él es el Buen Pastor.

El vocablo griego traducido conoció de antemano significa tener un conocimiento


previo, o conocer con anterioridad, y la palabra traducida predestinó significa
asignar. La palabra traducida llamar proviene de la raíz que significa mandar,
ordenar, o alentar. Justificar significa rendir a una persona como justa, y glorificar
significa alabar, elogiar, aumentar o celebrar, hacerlo glorioso.

En términos simples Pablo estaba diciendo que Dios tenía un conocimiento previo
de todas las personas que lo escogerían a Él y nos asignó un lugar en Su reino en
ese momento. Usted podría decir que Dios hizo una reservación para nosotros por
adelantado. En el momento apropiado en nuestra vida Él nos anima a tomar la
decisión que Él ya sabía que tomaríamos y, cuando lo hicimos, Él aplicó el pago
que ya había hecho por nuestros pecados, borrando la pizarra y justificándonos así
como Él es justo. En el Rapto/Resurrección Él nos glorificará para siempre.

Dios, en suma, miro sobre la vasta extensión del tiempo y supo, desde antes de dar
el primer aliento a Adán, quienes se iban a acercar a Él.

Ahora miremos a lo que Pablo no dijo en Romanos, 8:29-30. Él no mencionó


ninguna pérdida entre cualquiera de los cinco pasos. Los que Dios conoció de
antemano son los que Él predestinó. Los que Él predestinó son los que Él llamó.
Los que Él llamó son los que Él justificó, y los que Él justificó son los que Él glorificó.
Ninguna persona se cae en las rajaduras, y ninguna entra en el proceso a la mitad
del mismo. Él conocía a todas las personas antes que Él empezara y Él no pierde a
ninguna de ellas en el proceso.

La respuesta se encuentra en nuestro entendimiento del tiempo. Como seres físicos


estamos gobernados por las leyes del tiempo. Estas leyes nos restringen de dos
maneras importantes. Solamente podemos mirar hacia atrás (podemos ver el
pasado, pero no podemos volver allí para cambiarlo) y nos estamos adentrando
constantemente en el futuro (pero no sabemos lo que este nos deparará). Pero Dios
no tiene esas limitaciones. Él puede ver el fin desde el principio, y conocía todo lo
que sucedería en Su creación antes de que sucediera:

Isaías, 46:9 Acordaos de las cosas pasadas desde los tiempos antiguos; porque yo
soy Dios, y no hay otro Dios, y nada hay semejante a mí, 46:10 que anuncio lo por
venir desde el principio, y desde la antigüedad lo que aún no era hecho; que digo:
Mi consejo permanecerá, y haré todo lo que quiero;
Sin embargo, el conocer todo desde el principio no es lo mismo que controlar todo
lo que sucede. Dentro del contexto del tiempo, nosotros tomamos nuestras propias
decisiones y somos responsables de nuestras propias acciones. Podemos
demostrar esto de una manera simple cuando miramos un video de un evento
deportivo que ya ha sucedido. Cuando se tomó el video los jugadores y
entrenadores hacían el mejor esfuerzo para ganar, empleando ciertas estrategias
durante el juego las cuales ellos creían que les ayudarían a ganar, y cambiando
esas estrategias cuando la situación lo ameritaba.

Cuando estamos mirando ese video no estamos controlando el comportamiento de


los jugadores puesto que ya sabemos el resultado que producirá su
comportamiento. Y así que mientras están haciendo lo mejor que pueden creyendo
que van a ganar, ya nosotros sabemos el resultado antes de empezar a mirar ese
video. La vida es infinitamente más compleja pero el principio es el mismo. Igual
que los jugadores en el juego, nosotros tomamos nuestras propias decisiones
acerca de cómo vivir nuestra vida, pero Dios conoce cuál va a ser el resultado de
esas decisiones, y Él sabía eso desde antes que nuestra vida empezara.

Aquí es donde está la gran diferencia entre Dios y nosotros. Mientras que miramos
ese video, estamos limitados a ser observadores pasivos. Nada podemos hacer
para influenciar el comportamiento de los jugadores. Pero Dios no se contenta de
ser un observador pasivo. Él quiere que todos sean salvos, y de manera continua
obra para influenciar nuestro comportamiento.

QUE DIOS LOS BENDIGA A TODOS!!!

Marcelo D. D’Amico
Maestro de la Palabra – Ministerio REY DE GLORIA

Vous aimerez peut-être aussi