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IMPACTO DE LOS PROYECTOS
SOCIALES EN AYACUCHO
(PERÚ)
Mayo, 2000
Esta investigación fue presentada como tesis de grado para optar
el Título de Licenciado en Antropología en la Facultad de
Ciencias Sociales de la Pontificia Universidad Católica del Perú.
2
Más difícil que constatar la destrucción del tejido social es evaluar el
impacto cultural y psicológico de esa destrucción, descubrir las
³cicatrices de la violencia´, del miedo y de la convivencia con la muerte.
3
4
ÍNDICE
INTRODUCCIÓN
BIBLIOGRAFÍA
5
6
IMPACTO DE LOS PROYECTOS SOCIALES EN
AYACUCHO (PERÚ)
INTRODUCCIÓN
Uno de los primeros pasos que se debe tomar para realizar este necesario análisis
de las dificultades presentadas en las intervenciones promotoras del desarrollo es
observar cuidadosamente y compenetrarse con la situación real de las poblaciones
directamente afectadas, es decir, con la situación de las comunidades campesinas
y pagos de casi todo el departamento. Sólo a partir de este conocimiento será
7
posible diseñar estrategias de intervención oportunas y adecuadas, portadoras de
instrumentos especializados de reflexión y praxis. Estrategias de intervención que
contengan una estructura lógica planificada, con la orientación de su propuesta
deducida de las necesidades particulares de cada contexto y con evidente
consistencia entre sus objetivos, sus metas, sus actividades y los recursos
requeridos para su implementación.
Los contenidos expuestos en este trabajo, iniciado en enero de 1995, son el fruto
de poco más de cinco años de observación cuidadosa y de contacto permanente
con los pobladores de Huayao. Durante este tiempo, se tuvo la invaluable
oportunidad de ver el surgimiento y desarrollo de diversos problemas, el
planteamiento e implementación de soluciones desde distintos agentes de
promoción y las consecuencias resultantes de estas medidas. Esta observación
nos permitió sistematizar nuestras conclusiones atendiendo a la mecánica del
prolongado proceso transcurrido, superando cualquier conclusión aparente
deducida de una observación parcial realizada en determinado corte en el tiempo.
8
desarrollo local. Para ello, postulamos que tomando como base las lecciones
aprendidas de la ejecución de programas y proyectos del Estado, ONGDs e Iglesia
Católica en Huayao, es posible delinear un esquema básico de intervención,
planteando estrategias específicas para trabajar con poblaciones afectadas por la
pobreza extrema y la violencia política.
(1) Este conjunto de principios conformado tanto por el marco teórico que da sustento a los programas y
proyectos como por el instrumental destinado a operacionalizar las intervenciones de promoción del desarrollo es
comúnmente llamado ³proyectología´.
9
caracterizamos de forma más específica a los pobladores de Huayao. Esta
caracterización contiene criterios de análisis socioeconómico, cultural y político,
trabajados mediante técnicas de antropología aplicada.
Cabe recordar que, a pesar que toda intervención genera un impacto a mediano y
largo plazo, no necesariamente éste es siempre positivo. Una inadecuada
intervención con carencia de herramientas rigurosas apropiadas, de metodologías y
del correspondiente profesionalismo puede llegar a hacer más daño que el
problema mismo que intenta ser solucionado. Lamentablemente, la posibilidad de
generar ³efectos perversos´ está siempre presente, por más bueno que sea el
diseño del proyecto. Estas externalidades, productos colaterales de algunas
intervenciones, forman parte central del análisis que a continuación presentamos.
10
los integrantes de las ONGDs de Ayacucho, el párroco de Tambo, agentes
pastorales de Huayao, comandos de la ronda, ronderos, campesinos de la
agrupación multicomunal y del distrito, comerciantes, migrantes temporales,
mujeres, niños, etc., tanto en Huayao como en las ciudades de Huamanga y
Tambo, en torno a los procesos socioeconómicos, políticos y culturales locales en
los cuales se contextualizaba la vida de los pobladores de la zona de estudio.
11
12
CAPÍTULO I
13
a través de una transferencia de capacidades en el trabajo de promoción en agente
protagónico de su propio desarrollo.
Los recursos son vistos como instrumentos o insumos, y la mejor calidad de vida
14
es entendida como amplitud de opciones efectivas de acción humana,
incluyendo la libertad de poder escoger entre ellas.
De esta forma, las políticas sociales pueden ser definidas como sistemas de
planificación del desarrollo, como estructuras operativas de los modelos de
desarrollo, pues ³al menos implícitamente, los diferentes paradigmas del desarrollo
se transmiten a través de las herramientas, las medidas y los indicadores utilizados
para medir los resultados´ (GOULET: 1996: 46). La política social vigente en el
Perú, implementada desde el Estado, al igual que en la mayoría de países en
América Latina, basa su actividad en la progresiva transferencia de su
responsabilidad social, de tal manera que sean las instituciones privadas
(principalmente el empresariado) las que asuman roles redistributivos de recursos e
ingreso en nuestras sociedades. Por esta razón, el Estado ha dejado de ser aquel
³empresario social´ tímidamente solidario que se pretendía presentar como un
promotor del bienestar general, pasando a desligarse de sus antiguos compromisos
y delegando progresivamente al sector privado la oferta de bienes y servicios
sociales. Actualmente, sólo viene asumiendo ±sin mucho éxito, por cierto± la
responsabilidad de apoyar significativamente a los sectores en extrema pobreza,
focalizando su intervención a través de una estrategia de estratificación
socioeconómica (2) que pretende potenciar la demanda.
(2) La Estrategia Focalizada de Lucha Contra la Pobreza Extrema (EFLCPE) se define como un conjunto de
acciones dirigidas a atender las necesidades básicas de la población en pobreza extrema y a eliminar las barreras
que les impiden una participación en igualdad de condiciones en la economía del país, enfatizando las acciones
en los distritos con mayor índice de pobreza (419 en total, con una población de 2¶660,000 pobres extremos).
Esta estrategia, implementada desde 1996 tiene como objetivo principal reducir en un 50 % hasta el año 2000 el
número de peruanos que viven en condiciones de extrema pobreza.
(3) Expuesto por David Easton en: ³Esquema para el análisis político´. Ed. Amorrortu. Buenos Aires,1969.
15
población ubicada en la base de la pirámide socioeconómica que canaliza sus
necesidades a través de una serie de interacciones entre distintas instancias
sociales representativas. Dicho proceso de elaboración se desarrolla atendiendo
las siguientes fases:
b) Esta demanda social es, a su vez, identificada y asumida por las instituciones
sociales representativas de la sociedad civil, especialmente de la población
pobre y en extrema pobreza (organizaciones populares, gremios, sindicatos,
iglesias, ONGDs, etc.) con el objetivo principal de darle mayor peso específico.
De inmediato, es canalizada hacia las respectivas instancias de gobierno,
dependiendo de la naturaleza de la necesidad expuesta, transformándola en
demanda política.
Cuando los productos del sistema político, las políticas sociales, no satisfacen las
demandas sociales y políticas se produce el conflicto. Por su parte, los insumos
16
(demanda y apoyo) sirven de variables sintéticas que concentran y reflejan todo lo
que en el entorno "intrasocietal" es significativo en el origen de la tensión política.
GRÁFICO Nº 1
17
Por su parte, los Programas Sociales son subsistemas temáticos especializados
que permiten la operacionalización de los lineamientos de las políticas sociales. La
implementación de los distintos programas sociales ya no es exclusiva
responsabilidad del Estado. Y aunque la mayor cantidad de recursos destinados a
la promoción social pertenece al Estado, la participación privada cada vez es más
importante.
A su vez, todo programa está constituido por una serie de Proyectos Sociales,
relacionados y coordinados entre sí, los mismos que representan las mínimas
unidades operativas de promoción. En términos generales, podemos decir que un
proyecto es la búsqueda de una solución sistematizada y creativa ante el
planteamiento de un problema que tiende a resolver alguna necesidad humana. En
tanto solución a una gran variedad de problemas, existen también diversas clases
de proyectos. Estos pueden ser proyectos de asistencia social, de inversión social,
privada, etc.
GRÁFICO Nº 2
ENFOQUE DE
DESARROLLO
POLÍTICAS
SOCIALES
PROGRAMAS
SOCIALES
PROYECTOS
SOCIALES
Intentando una segunda definición, podemos decir también que un proyecto social
es un conjunto de actividades interrelacionadas y coordinadas dentro de los límites
de recursos y tiempos determinados, destinadas a alcanzar objetivos específicos
de desarrollo (PREVAL: 1997: 42). Por su dinámica particular de implementación,
los proyectos sociales son al mismo tiempo instrumentos operativos y propuestas
teóricas de desarrollo.
Debido a la complejidad de los problemas que atienden, todo proyecto social que
no se encuentre enmarcado dentro de un programa de intervención mayor,
constituye una alternativa insuficiente, inmediatista frente a las demandas de su
población beneficiaria y su impacto carece de sostenibilidad en el tiempo.
19
x Inversión social en infraestructura para facilitar procesos productivos
(redes viales, de comunicación, instalaciones de fluido eléctrico, agua
potable, sanidad, etc.)
GRÁFICO Nº 3
T AUTOFINANCIAMIENTO
- Fortalecimiento institucional
I - Generación de capital de inversión y reservas
P - Acceso a crédito bancario
- Asistencia técnica y consultoría
O - Innovación financiera e investigación
S
INFRAESTRUCTURA SOCIO-ECONÓMICA
- Recursos humanos
D - Producción
E - Institucionalidad
- Tecnología
A
P AYUDA DE EMERGENCIA
- Alimentación
O - Salud
Y - Vivienda
O
PROYECTOS DE PROYECTOS DE PROYECTOS DE
ASISTENCIA SOCIAL INVERSIÓN SOCIAL INVERSIÓN PRIVADA
Por surgir a partir de las necesidades del entorno, los proyectos son altamente
vulnerables ante la intervención de las distintas variables externas proveniente, por
ejemplo, del contexto macroeconómico, político o sociocultural. De aquí surge una
práctica de planificación que cada vez va cobrando una mayor importancia en las
entidades promotoras del desarrollo: el monitoreo del entorno.
Para poder entender mejor esta influencia, podemos ubicar, principalmente dos
grandes fuentes de externalidades:
Por esta razón, los proyectos sociales deben alternar adecuadamente dos factores:
el conocimiento sistemático de la realidad y el manejo de instrumentos de gestión.
En este sentido, un proyecto de desarrollo condensa una propuesta de cambio y
conduce hacia una apuesta específica por él. Define que pasos se deben ejecutar
para afrontar un problema, por qué, a través de qué medios y para qué. Se
caracterizan por conjugar una doble lógica, de conocimiento y de acción, una
reflexión de los centros sobre la sociedad y apuestas concretas para transformarla.
Además, a través de esa propuesta, es posible apreciar un punto de vista acerca
de la sociedad y sus actores.
21
1.2. CICLO DE LOS PROYECTOS SOCIALES
1.2.1. DIAGNÓSTICO
Es la etapa más importante del ciclo del proyecto y también del proceso de
promoción del desarrollo. Se trata de un proceso cíclico pues consiste en propiciar
un permanente intercambio de información entre los agentes técnicos de la
promoción y los actores sociales/agentes económicos destinatarios de la
intervención. Y, ³en la medida en que este progresa, la participación y la
comunicación entre los diversos grupos de interés se torna cada vez más
importante´. (PLAZA y SEPÚLVEDA: 1996: 51)
A través del carácter participativo, tanto los diagnósticos como el resto de las
etapas del ciclo del proyecto, incorporan a la población destinataria en calidad de
cogestores, elaborando, utilizando y evaluando los instrumentos y procedimientos
correspondientes. Por tanto, los diagnósticos adquieren dicho carácter participativo
en la medida que posibilitan la interacción del equipo técnico con la población en
las labores de elaboración de instrumentos, recojo y análisis de información y
validación y consistencia de los datos obtenidos.
22
b) Delimitación precisa de la unidad de acción.- Momento en el que se pone a
prueba la hipótesis de la existencia de la microrregión.
Al interior de los diagnósticos temáticos también existen diversas clases, con sus
respectivas metodologías, métodos e instrumentos. Con la finalidad de abaratar los
costos de pre-inversión de los proyectos, se suele usar un tipo de diagnóstico que
brinda una visión puntual de determinados aspectos centrales en una zona de
trabajo. Estos diagnósticos, además de ser participativos, tienen la cualidad de ser
esquemáticos y puntuales, por tanto, realizables en un corto periodo de tiempo.
Existen muchas clases de estos diagnósticos ³rápidos´ y ³participativos´. Tal vez el
más conocido de ellos sea el llamado Diagnóstico Rural Participativo (DRP).
El DRP ³es un medio para estimular y apoyar a los miembros de un grupo social a
explorar, analizar y evaluar en un plazo de tiempo razonable sus limitaciones y
potenciales de desarrollo, y a tomar decisiones fundadas y oportunas en relación a
proyectos de desarrollo´ (SCHÖNHUTH: 1994: 5). Por tanto, tiene la cualidad de
acentuar el papel activo de los pobladores en la realización y análisis de la
investigación y en la evaluación de los resultados. Al implementarlo se trata de que
los pobladores logren ³compartir sus propias realidades´, sus perspectivas y
enfoques de desarrollo.
El DRP suele contar entre sus métodos más comunes de recopilación de datos
sociales a los mapas, los diagramas de Venn, los diagramas de flujos, las
fotografías y dibujos, la observación participantes, los diarios, las matrices de
actividades principales, la triangulación, los focus group, el análisis de fuentes
secundarias, etc.
1.2.2. ELABORACIÓN
x Diagnóstico.
x Estudio técnico, social, económico y de la capacidad institucional.
x Análisis de género, de impacto ambiental y de sostenibilidad.
x Estudios específicos (4)
(4) Se usan para diseñar proyectos productivos y suelen ser tres: estudio de mercado, estudio técnico
(localización y tamaño) o estudio de ingeniería y estudio económico-financiero.
25
1.2.3. EJECUCIÓN
Es una valoración continua tanto del funcionamiento de las actividades del proyecto
en el contexto de los calendarios de ejecución como de la utilización de los insumos
del proyecto por parte de las poblaciones fijadas como objetivo. Es necesario para
realizar el control de calidad y también identificar y aprovechar oportunidades no
anticipadas en el diseño original del proyecto. El registro de información del
seguimiento debe facilitar la elaboración de informes de uso interno y externo, así
como suministrar información para evaluaciones y para la planificación de
proyectos en el futuro.
En la medida de lo posible, cada una de las etapas del ciclo de los proyectos debe
caracterizarse por la presencia de enfoques transversales que le den articulación y
consistencia. La priorización de estos enfoques transversales dependerá de los
criterios empleados por la ONGD y/o la institución financiera a la hora de intervenir.
Un enfoque transversal es el que asigna al proyecto un factor de intervención
integral, que comprende la mayor parte (e incluso muchas veces todos) los
aspectos del mismo. Los más importantes son los enfoques de Cultura, Medio
Ambiente y Género, con la aplicación de criterios participativos a través de los
cuales los destinatarios sean cogestores del proyecto.
Aunque suele aparecer como una de las etapas finales, las evaluaciones no
siempre se deben realizar sólo al finalizar la implementación del proyecto. Para
garantizar la eficacia, eficiencia e impacto de un proyecto deben realizarse la
siguiente serie de evaluaciones a lo largo del ciclo:
27
b) Evaluación de Medio Plazo (evaluación a mitad de periodo)
28
elaboración, la evaluación ex ante, la ejecución, el seguimiento y la
evaluación de las actividades de desarrollo por realizarse en el futuro.
Uno de los problemas principales de este tipo de análisis es que deja de lado el
examen de los objetivos de los proyectos aceptando que ellos derivan siempre de
una decisión política y que tienen como propósito minimizar los costos de
realización.
Este análisis está orientado a medir el efecto de los factores ajenos a la eficiencia
operacional que pueden dificultar y hasta impedir que muchos proyectos sociales
alcances sus objetivos. Por ³impacto´ se entiende ³la medida en que un proyecto,
en función a sus objetivos, transforma alguna parcela de la realidad´ (COHEN:
1992: 181).
Como señala Parodi (1997: 289) los resultados alcanzados por un proyecto sólo
pueden ser medidos adecuadamente si se sabe a priori qué hubiera ocurrido si no
llegaba a implementarse el proyecto en cuestión. Como generalmente esto es
imposible de determinar, se suele escoger un grupo de control, el mismo que nos
facilitará formarnos una idea de cómo serían la situación del grupo de
destinatarios ³sin proyecto´.
31
Donde OB es la magnitud del impacto alcanzado o estimado. La idea es llegar a
establecer las suficientes relaciones costo-impacto por cada opción técnicamente
viable para poder seleccionar la que minimice el costo por unidad de impacto.
Los indicadores deben ser medibles, objetivos (significar lo mismo para todos los
involucrados en la intervención), válidos (medir lo que dicen medir), fiables (las
conclusiones basadas en ellos deben ser las mismas, aunque la medición sea
realizada por personas distintas, en momentos diversos y en diferentes
circunstancias), pertinentes (guardar correspondencia con los objetivos del
proyecto), sensibles (reflejar los cambios experimentados en la situación
observada), específicos (basarse en los datos disponibles), eficaces en función de
los costos (los resultados deben compensar el tiempo y el dinero que cuesta
obtenerlos) y oportunos (debe ser posible recoger los datos con una rapidez
razonable).
32
Los indicadores de desarrollo son los referentes más importantes para detectar los
problemas a través de los diagnósticos como para la selección de medidas a tomar
para superarlos. Son básicos para orientar la intervención, para tomar decisiones
en torno a la priorización de tal o cual y en la asignación de recursos.
3 D U W L F L S D F L y Q 9 R OX Q W D G + D E L O LG D G
2 U J D Q L] D F Ly Q
Entre los tipos de proyectos que requieren de una participación más directa y
constate se encuentran los de salud. Son muchos los ejemplos a lo largo del país a
través de los cuales la población organizada, sea como agrupaciones de
promotores de salud, comités de vigilancia o como Comités Locales de
Administración de Salud (CLAS), viene administrando proyectos de salud de
manera conjunta con las instancias locales del Ministerio de Salud (MINSA) y/o con
ONGDs especializadas. Por tal motivo, a modo de ejemplo, es oportuno citar un
estudio realizado en 1994 por el Programa de Salud y Nutrición Básica (PSNB) del
MINSA y un grupo de ONGDs en el cual se puede apreciar la intensidad
participativa de la población en las distintas etapas del ciclo de una muestra de
proyectos:
34
GRÁFICO Nº 4
50
45
40
35
% de proyectos
30
25
20
15
10
5
0
Seguimiento
Programación
Definición del
Evaluación ex
administrativa
Diagnóstico
de avances
Supervisión
actividades
proyecto
post
de
Fuente: Estudio Rol de las ONG y modelos de salud desarrollados (1994). En:
MINSA. ³Caracterización de las ONG en salud y nutrición en el ámbito
del PSNB´. Lima, 1997.
De acuerdo a este estudio, las etapas en las cuales se nota un mayor índice de
participación por parte de la población destinataria son en la elaboración de los
diagnósticos, la programación de actividades y el seguimiento de los avances
obtenidos a lo largo de la ejecución. Por otro lado, es considerablemente reducida
dicha participación en etapas como la supervisión administrativa o la evaluación ex
post.
Quién planea y dirige el proceso Jefes, superiores o expertos Pobladores locales, personal y
externos jefes de los proyectos, y otras
personas involucradas, a
menudo con la ayuda de un
c o n d u c to r
En términos operativos del enfoque, con respecto a las técnicas específicas del
SEP, podemos constatar que entre las más empleadas se encuentran:
- Diagramas de Venn, para mostrar los cambios en las relaciones entre grupos,
instituciones e individuos.
(5) IDS - PREVAL. ³Síntesis Informativa´. Institute of Development Studies. Sussex, Nº 12. Noviembre de
1998. Página 1.
36
de opciones o resultados.
De esta forma, el enfoque participativo en los proyectos va más allá del mero hecho
de ³adaptar el diseño y la ejecución de los mismos a las necesidades y
capacidades de la gente a la que habrán de beneficiar´ (CERNEA: 1997: 535).
Implica, como ya hemos señalado, importantes niveles de corresponsabilidad. Al
mismo tiempo, estos niveles propios de cogestión y corresponsabilidad deben
determinares mediante consulta a la población destinataria, de modo que, desde un
inicio, sea posible verificar si las variadas clases de participación propuestas son
factibles y aceptables.
GRÁFICO Nº 5
SEGUIMIENTO Y
EVALUACIÓN
DIAGNÓSTICO Y PARTICIPATIVOS
SISTEMATIZACIÓN
PARTICIPATIVOS
PLANIFICACIÓN IMPLEMENTACIÓN
PARTICIPATIVA CONJUNTA
37
1.5. ENFOQUES TRANSVERSALES DE INTERVENCIÓN
El género es una categoría sociocultural que se basa en la existencia de las diferencias entre
hombres y mujeres y que lleva a comprenderlas, entender los comportamientos y las relaciones
que los causan y a tratar de construir (o reconstruir) relaciones armónicas en un ambiente de
equidad. Como sabemos, las relaciones entre hombres y mujeres están socialmente construidas y
son transmitidas de generación en generación. Cada uno de los patrones de comportamiento y
estereotipos manejados por nuestro entorno social no es estático, como se puede pensar, sino
que presenta una dinámica muy particular a lo largo del tiempo.
Trabajar con enfoque de género en la promoción del desarrollo, como un elemento transversal,
significa tener en cuenta en todo momento del ciclo de los proyectos las diferencias entre
hombres y mujeres. Esto implica incorporar un nivel importante de reconocimiento de los
parámetros empleados para definir la división funcional del trabajo, diversificados de acuerdo a la
composición cultural de la población destinataria. Significa en especial reconocer, entre otras
cosas, el triple rol desempeñado tanto por los varones como por las mujeres en nuestra sociedad:
productivo, reproductivo y de gestión comunal.
a) Necesidades Prácticas de Género (NPG).- Son las necesidades inmediatas identificadas por
las mujeres y/o los varones en el cumplimiento de sus roles de género, aquellas que desde sus
respectivas condiciones concretas de género, buscan compensar las deficiencias que
experimentan en su vida cotidiana pero cuya satisfacción beneficia generalmente a todo el
núcleo familiar y no exclusivamente a la mujer o al hombre. No constituyen un reto para la
división del trabajo por género. Entre ellas, por ejemplo, podemos ubicar la necesidad por
contar con agua potable, cunas, transporte adecuado, empleo, etc.
En términos operativos, luego de haber identificado las condiciones del entorno, en especial las
actividades y tareas que tienen hombres y mujeres, la distribución de sus tiempos, su peso
específico en el proceso de toma de decisiones, etc., se identifican los grupos en los que se
generará un impacto específico como resultado de la intervención. Esta tarea no sólo implica una
participación del equipo ejecutor sino principalmente de los beneficiarios/as, pues para cada
grupo destinatario se debe identificar de manera participativa los roles e impactos. El equipo
ejecutor debe preguntar a qué roles específicamente se dirige el proyecto, como impactará en los
roles identificados, cuál será el impacto en otros roles, la determinación de las necesidades de
género, cuáles son las necesidades se busca atender y de qué tipo, que otras necesidades deben
atenderse, etc. Esta identificación es posible a través de un diagnóstico de género, el mismo que
debe tener en cuenta, fundamentalmente la división del trabajo por género (roles), el nivel de
influencia de la estructura familiar en la carga de trabajo de la mujer y el hombre, la medición del
tiempo y esfuerzo invertido en el desempeño de los tres tipos de roles femeninos, la modalidad de
acceso, uso y control de los recursos y beneficios, junto con la modalidad de generación de
ingresos y distribución de gastos al interior de la estructura familiar.
Todo proyecto que incorpora la perspectiva de género debe contener una clara lógica de
empoderamiento en su intervención, propiciando la inclusión de la mujer y la facilitación de su
protagonismo en los distintos espacios de la vida social. Esta labor se puede lograr potenciación
la capacidad interlocución y gestión de la mujer en los espacios donde se desarrolla.
Existe una gran diferencia entre los proyectos con perspectiva de ³Mujer y Desarrollo´ y los
proyectos con enfoque de género. Cuando planteamos una intervención con perspectiva de
género, nuestras actividades deben implicar trabajos de mujer y desarrollo, pero la labor más
complicada es la periférica, la que implica una sensibilización que cree condiciones para el
desarrollo equitativo tanto de varones como de mujeres y una atención directa a las NEG de los
varones.
Cada vez con mayor intensidad se hace necesario un análisis del impacto ambiental de los
proyectos de desarrollo, incluyendo de manera especial a los proyectos sociales. Dicho análisis
no se debe restringir a determinar los grados de deterioro ambiental ocasionados por las
actividades de los proyectos sino que debe plantear una evaluación integral de la salud de la
población, el medio natural, la base de los recursos naturales, la gestión de estos recursos en el
futuro y los entornos creados por el hombre y sus elementos.
Todo proyecto causa un determinado impacto en el medio ambiente, tanto positivo como
negativo. La idea es que los respectivos equipos ejecutores conozcan cada uno de estos
impactos generados y contar con estrategias de potenciación para el aprovechamiento de los
impactos positivos y estrategias de contingencia para mitigar los impactos negativos.
Los dos instrumentos metodológicos principales para incorporar este enfoque de manera práctica
en las intervenciones de promoción del desarrollo son el Estudio de Impacto Ambiental (EsIA) y la
Evaluación de Impacto Ambiental (EIA).
El EsIA es un estudio técnico, de carácter multidisciplinario que incorporado con la EIA, está
destinado a predecir, identificar, valorar y corregir (mitigar) las consecuencias o efectos
ambientales que determinadas actividades pueden causar en la calidad de vida de las
poblaciones atendidas. Mientras que la EIA es un procedimiento técnico y jurídico±administrativo
que tiene por objeto la evaluación, predicción e interpretación de los impactos ambientales que un
proyecto específico produciría en caso de ser implementado.
Tanto el EsIA como la EIA adquieren mayor importancia cuando los proyectos que van a
implementarse se ubican en espacios particularmente vulnerables, tales como: suelos
susceptibles de erosión, salinización o inundación, áreas susceptibles de desertificación,
humedales, bosques pluviales tropicales, áreas costeras, pequeñas islas, arrecifes de coral,
39
manglares, etc., especies de animales y plantas amenazados y sus biotipos (recursos genéticos),
paisajes naturales y culturales únicos u objetos de valor estético, histórico, arqueológico, cultural y
científico, áreas de importancia para grupos étnicos vulnerables.
Ya desde los años setenta se inició un fuerte proceso de énfasis en el reconocimiento de los
procesos socioantropológicos como componentes indispensables a la hora de planificar y
gestionar los proyectos sociales de desarrollo (6). En aquel tiempo se propuso una nueva
conceptualización de las políticas de desarrollo que consistió, principalmente, en tomar distancia
de las teorías del trickle down (goteo hacia abajo) como enfoque de intervención para el alivio a la
pobreza. Es entonces cuando el concepto de lo ³participativo´ entra en la escena de los proyectos
y se constituye en estrategia obligatoria, involucrando a los ³grupos objetivo´ en la gestión directa
de los proyectos. ³El cambio, que consistió en desplazar el énfasis casi exclusivo en la
infraestructura física hacia el reconocimiento de las estructuras sociales, y en trasladarlo desde un
oscilante etnocentrismo en las intervenciones para el desarrollo hacia el reconocimiento de las
culturas indígenas, formó parte del viraje hacia los proyectos de desarrollo centrados en los
protagonistas (las personas)´ (CERNEA: 1997: 26).
Dentro de este marco teórico para las propuestas de desarrollo, una de las herramientas menos
usadas y, tal vez, la más importantes dentro de este paquete sociocultural para proyectos de
(6) Esto no significa que dicho reconocimiento haya surgido recién en esta época, sino que la importancia de cada uno de sus
componentes en los procesos de desarrollo se fue haciendo más evidente durante estos años, conforme se intensificaba también la
intervención planificada del desarrollo.
40
desarrollo es la Evaluación de Impacto Cultural (EIC), la misma que se define como aquella
medición del nivel de logro de los objetivos de un programa o proyecto, que se realiza tomando
como criterio eje el cambio cultural originado a través de la intervención. Este análisis, propio de
la antropología aplicada, ofrece una nueva perspectiva evaluativa, eminentemente participativa,
complementaria a las presentadas anteriormente, sustentando la incorporación de un nuevo
enfoque transversal de intervención: la cultura.
Para efectos de este tipo de análisis, entenderemos ³impacto´ como el ³cambio generado en una
o más personas centrado en la expansión de su capacidad de ser individual y social´ (PÉREZ
COSCIO: 1998: 9). Es decir, es todo aquel cambio consecuencia de la intervención que ha
contribuido a la adquisición de conocimientos, habilidades y destrezas por parte de la población
destinataria. De otro lado, también forma parte del impacto aquellos cambios negativos, productos
directos o indirectos de la intervención.
De igual manera, en términos operativos, consideramos ³cultura´ como ³todo aquello que un
hombre aprende como miembro de su sociedad. Incluye todos los conocimientos, convenciones y
expectativas que comparten los integrantes de un grupo y que aprenden sus hijos´ (7). Ese
aprendizaje supone una participación creativa mediante la cual no sólo nos convertimos en
receptores de conocimientos y sentimientos, sino que al mismo tiempo somos capaces de
crearlos, enriquecerlos y transmitirlos. En consecuencia, la cultura propia es, en primera instancia,
el factor que determina los estilos de vida, comportamientos sociales, tipo de producción y
organización de los pueblos en todo el mundo. Las diferencias existentes aparecen como
consecuencia de la forma en que estas sociedades se adaptaron, a través de los siglos, a las
condiciones de su hábitat.
A pesar de las últimas tendencias reflejadas en los modelos vigentes, los paradigmas de
desarrollo que están detrás de los programas y proyectos no se encuentran circunscritos al
ámbito económico. Los conflictos sociales y desequilibrios existentes al interior de los distintos
grupos humanos plantean la necesidad de considerar cualquier propuesta de desarrollo en su
totalidad, de manera especial en su aspecto sociocultural. En tal sentido, toda propuesta de
desarrollo implica una relación directa con la cosmovisión de la población destinataria, de la
manera cómo ve el mundo y qué mecanismos utiliza ante la necesidad de transformar una
realidad no deseada.
A su vez, debemos recordar que toda intervención de desarrollo constituye una propuesta de
cambio sociocultural determinado. Propuesta que pasa por reconocer como adecuados algunos
elementos culturales y como inadecuados otros. Es por esta razón que la dinámica del proceso de
desarrollo necesita de un sistema institucional flexible en el cual intervenir; una sociedad lo
suficientemente ³transformable´, tanto a nivel externo, para aceptar paradigmas foráneos, como al
interior para sacar provecho de sus propias contradicciones y procesos gestados al interior de la
misma.
Esta forma de concebir los programas y proyectos de desarrollo plantea una dinámica
permanente de encuentro cultural, en la que participan tres tipos de estructuras culturales: la
originaria de la población objetivo (la misma que, de hecho, nunca es monolítica sino que se
presenta como un conglomerado multicultural), la foránea, propia de los diversos agentes
externos de desarrollo (con diversos esquemas mejor definido, respaldados en enfoques propios
(7) Tomado de: SILLS, David. ³Enciclopedia Internacional de las Ciencias Sociales´. Tomo I Página 398.
41
de desarrollo) y la resultante del encuentro de ambas. Esta última es la que menos se observa,
pero es la estructura cultural que se convierte en principal insumo de la EIC.
GRÁFICO Nº 6
CULTURA CULTURA DE LA
ESTATAL COOPERACIÓN
CENTRAL INTERNACIONAL
POBLACIÓN
OBJETIVO
CULTURA DE
CULTURA DE
LOS GOBIERNOS
LOCALES LAS ONGDs
Por diversos motivos, el seguimiento fiel de esta perspectiva cultural de desarrollo ha planteado
una serie de inconvenientes a lo largo del tiempo. En primer término, existen muchos organismos
promotores de desarrollo que, pretendiendo invalidar la importancia que tiene la cultura propia de
los pueblos atendidos, imponen criterios foráneos a realidades inadecuadamente analizadas con
anterioridad. Otras instituciones, en cambio, en una actitud contraria a la anterior ±pero no por ello
pertinente± asumen la cultura de los pueblos atendidos como un reducto inexpugnable que debe
ser preservado de la contaminación occidental a como dé lugar.
Bajo este esquema de comprensión resulta imposible entender los múltiples cambios que han
venido ocurriendo en los últimos años. Cambios que rompen definitivamente la barrera de lo
tradicional y lo moderno presentando modelos ³híbridos´, donde los grupos sociales
supuestamente ³tradicionales´ incorporan elementos del modo de vida ³moderno´ gracias a
procesos de inclusión como la globalización y, al mismo tiempo, los grupos sociales ³modernos´
admiten como propios elementos culturales tachados de ³tradicionales´. Este proceso de
³simbiosis cultural´ plantea la necesidad de manejar nuevos paradigmas y nuevos instrumentos
de análisis e interpretación, que enfoquen la problemática desde el punto de vista de las
instituciones y de su práctica social.
En el campo de las promoción del desarrollo, las propuestas implementadas a través de los
proyectos no pueden comprenderse ni valorarse apropiadamente si los valores culturales
afectados por ellas se omiten o son tratados de un modo meramente instrumental. Esto se debe a
dos razones:
La primera es que las actitudes culturales y la ³racionalidad existencial´ ±proceso por el cual la
sociedad traza una estrategia consciente para alcanzar sus metas, teniendo en cuenta su
habilidad para procesar información y la compulsión que pesa sobre ella (BASTIDE: 1971: 24)±
de la población objetivo, beneficiaria de las iniciativas de desarrollo, afectan el grado de
receptividad y aceptación que desplegarán hacia estas iniciativas.
La segunda es que debido a que los proyectos de desarrollo son primordialmente valores
instrumentales, es decir, son apreciados como medios que tienen la finalidad de mejorar,
cualitativamente, la vida humana, deben ser juzgados de manera crítica por los parámetros de los
valores culturales que engloben estas metas cualitativas: el estado de bienestar, la sociedad justa
y el equilibrio ecológico. Por tanto, los proyectos de desarrollo deben sujetarse al examen crítico
de si mejoran efectivamente la calidad de vida de los destinatarios, construyen una sociedad justa
y mantienen el equilibrio entre la sociedad y la naturaleza, tal como las respectivas culturas
destinatarias de la intervención entienden estos valores.
Bajo estas circunstancias, el peligro del etnocentrismo es evidente. Cuando existe un grupo
relativamente homogéneo, el trabajo del antropólogo se facilita pues incluso tratándose de un
grupo social en crisis, donde cada grupo puede ser portador de una subcultura, todos estos
grupos, en armonía o conflicto, manejan una misma cosmovisión, una concepción de vida propia,
de las relaciones sociales, etc. Las dificultades se presentan cuando los destinatarios de la
intervención no constituyen un grupo homogéneo. Por ello, es indispensable conocer a
profundidad la estructura de cada cultura antes de emprender cualquier intervención sobre ella.
1.6.2. Metodología
A nivel metodológico, se presenta la necesidad de construir una serie de técnicas y métodos para
llevar a cabo, de manera integral, la EIC. La metodología alternativa que necesita ser construida
requiere de un set mínimo de variables estandarizadas, a partir de las cuales se puedan medir los
cambios culturales generados por las diversas intervenciones de desarrollo y de una progresiva
validación en el campo. Tratando de contribuir parcialmente a este esfuerzo, como punto de
partida presentamos a continuación los siguientes indicadores culturales de desarrollo. Estos
indicadores funcionan como catalizadores del proceso de desarrollo y se pueden agrupar en dos
bloques, uno referido a las posibles barreras que pueden presentarse frente a una propuesta de
cambio desde un esquema de desarrollo foráneo y otro referido a los elementos al interior de la
cultura local que pueden facilitar la inserción de componentes foráneos de desarrollo (8).
Además de la medición de los niveles de participación en las distintas etapas del ciclo de los
proyectos, existen dos paquetes de indicadores que nos facilitarán la ejecución de la EIC: los
(8) Gran parte de este instrumental fue originalmente presentado por George Foster, en su libro ³Las culturas tradicionales y los
cambios técnicos´ (1964). En dicho texto se expone una serie de barreras culturales y de estímulos para el cambio que debe ser
considerada para garantizar el éxito de la intervención de los proyectos de desarrollo. Para fines de este trabajo la propuesta de
Foster, de carácter eminentemente intervencionista, ha necesitado ser ajustada de acuerdo a los parámetros participativos antes
expuestos. Así, aunque no compartimos el enfoque de fondo empleado por Foster, tomamos como punto de partida algunos de los
aspectos de realidad, a modo de indicadores, que él consideró para implementar su propuesta.
43
indicadores que dan cuenta de las posibles barreras que pueden aparecer en la población
destinataria de una intervención ante la propuesta e implementación de un proyecto de desarrollo
y los que nos muestran los estímulos existentes en esta misma población ante el proyecto.
a) Barreras culturales
x Etnocentrismo: Los valores de todos los pueblos son una función de su modo de vida y no
pueden ser extendidos sin considerar el contexto en el cual surgieron y se desarrollaron. Por
tanto, no se puede ver el conjunto de alternativas de desarrollo únicamente desde la cultura
del organismo promotor del proceso. Debemos tener presente que siempre que se toma la
iniciativa para promover un proceso de desarrollo se corre el riesgo de ver las cosas desde
un punto de vista unilateral y hegemónico. Frente a este peligro, es necesario conocer bien
±de modo integral± la realidad en la cual se pretende intervenir.
x Valores relativos: Están referidos al enfoque de trabajo que maneja la institución promotora
del proceso de desarrollo, a nivel de valores culturales, frente al manejado por los
destinatarios de la ayuda. Muchas veces se cree que ³si el técnico tiene dificultades en
desarrollar su programa es porque la gente extraordinariamente cerrada de mollera no
puede ver los evidentes ventajas del cambio, o bien porque el técnico no se ha dado la
maña que debiera en la presentación de su caso´ (FOSTER: 1964: 76-77), sin considerar
que en realidad lo que puede estar existiendo es una valoración absolutamente distintas de
las alternativas de desarrollo propuestas. Estos juicios de valor estarán íntimamente ligados
con toda la lógica de reproducción social que posee el grupo poblacional que se pretende
atender, con su historia con su constitución interna, con sus niveles de relación con otros
grupos, con sus experiencias previas de promoción del desarrollo, etc.
b) Barreras sociales
En este punto es pertinente considerar también que existe una mayor identificación interna
(cohesión) en grupos humanos pequeños. Por tanto, resulta más fácil proponer cambios en
estos grupos, si están en sintonía con los retos del entorno.
x Centro de autoridad: Se trata de ubicar los centros de poder, las correlaciones de fuerza
tanto a nivel familiar como comunitario e intereses al interior de todo grupo social. Interesa
ver de manera particular los tipos de liderazgo, los mecanismos de toma de decisiones y las
formas de gobierno.
x Conflictos internos: Referido al análisis de intereses de los distintos sectores al interior del
grupo social, de sus empatías y contradicciones. Aquí nuevamente cobra especial
importancia la historia de la agrupación social y los mecanismos a través de los cuales se
llegó a la actual consolidación social.
c) Barreras psicológicas
x Percepción general: Se refiere a la forma cómo ve la población los cambios y a los agentes
promotores de dichos cambios. Por ello, es importante trabajar previamente la ³imagen de la
propuesta´, la forma de presentación. Estos procedimientos son desarrollados por una
disciplina aún insuficientemente difundida de la gerencia social: el mercadeo social.
x Concepciones en torno al don: Se trata de ver cuál es la lógica de retribución que se plantea
45
en el grupo destinatario; cómo ven los regalos, qué responsabilidades origina. Cuál es el
problema de las donaciones gubernamentales y privadas.
x Problemas de comunicación: Implica un análisis especial del rol que desempeñan el idioma,
el lenguaje de los comportamientos (actitudes) y los códigos diferenciados. Nuevamente, se
trata de otro de los componentes importantes desarrollados por el mercadeo social. Es
necesario establecer dos niveles mínimos de comunicación: uno general, a través del cual
todos los agentes involucrados en el proceso puedan expresarse y entenderse libremente, y
otro especial, a través del cual se pueda manejar la información más fina, la que no necesita
ser de dominio público. Para ello será necesario contar con un grupo de informantes clave,
con los cuales se debe establecer una relación más estrecha.
Frente a todas las barreras vistas anteriormente, surge la necesidad de buscar factores al interior
de la cultura de la población destinataria de la intervención que faciliten el proceso de innovación
tecnológica y, en general, de promoción de desarrollo. Por tanto, ³la táctica del desarrollo
planificado no sólo requiere descubrir y neutralizar las barreras que se oponen al cambio, sino
también buscar y utilizar una serie de factores positivos´ (FOSTER: 1964: 138). A diferencia de la
estrategia propuesta por Foster, la mejor manera de neutralizar los efectos negativos de estas
barreras frente a las propuestas de cambio consiste en adaptar, mediante técnicas participativas,
dichas propuestas a los reales requerimientos y necesidades de la población destinataria.
Los factores positivos, o estímulos para el cambio, pueden ser los siguientes:
46
c) La situación de competencia: Referida a la sana explotación de los sentimientos locales y/o
regionales de superación frente a otras localidades y/o regiones cercanas, por ejemplo.
e) Motivos religiosos: Analizar, en sentido general, cuál es el rol de las creencias en la dinámica
social y cuál es la valoración que desde allí se formula en torno a la propuesta de desarrollo
presentada.
A partir de este set mínimo de indicadores es posible plantear un análisis general del impacto de
las propuestas foráneas de desarrollo social en una determinada población o grupo humano. No
significa que éstos sean los únicos factores a explorar, ni siquiera que se trate de los más
importantes. Pero si se trata de elementos centrales que nos pueden dar una idea exacta del
posible éxito o fracaso que pueda tener una iniciativa de promoción a través de un programa o
proyecto específico.
47
GRÁFICO Nº 7
&,&/2'(/26352<(&72662&,$/(6
1- DIAGNÓSTICO 2- ELABORACIÓN 3- EJECUCIÓN 4- EVALUACIÓN
x Lectura de la realidad / x Antecedentes y x Organización interna del x Evaluación final
ubicación de problemas, Justificación trabajo / empleo de
determinación y ponderación recursos x Evaluación ex post
de necesidades x Objetivos de desarrollo /
generales (superiores) / x Puesta en marcha x Metodología de Evaluación:
x Identificación y análisis de específicos
actores sociales, x Supervisión y * Análisis Costo/Beneficio
instituciones y procesos x Metas / actividades Seguimiento (Control de * Análisis Costo/Efectividad
Avances y Costos) * Análisis de Impacto
x Diagnóstico microrregional, x Indicadores de Proceso y * Análisis Costo/Eficiencia
Diagnóstico Rural de Impacto x Evaluación de medio
Participativo (DRP), Estudio término x Evaluación especializada de
Etnográfico Rápido (EER), x Hipótesis y estrategia de impacto:
Estudio de Impacto intervención x Evaluación continua
Ambiental (EsIA), etc. * Evaluación de Impacto
x Recursos necesarios Cultural (EIC)
x Elección de modelo base de (Recursos Humanos, * Evaluación de Impacto
desarrollo Financieros y Tiempo) Ambiental (EIA)
x Evaluación ex ante
I---------------------------------------RETROALIMENTACIÓN-------------------------------------I
DIAGNÓSTICO
FASE PRE-OPERATIVA
(EX-ANTE)
RETROALIMENTACIÓN
ELABORACIÓN
48
CAPÍTULO II
El departamento de Ayacucho es el segundo más pobre del país y uno de los lugares más
afectados por la violencia política y la crisis económica durante los últimos años. Actualmente, sus
habitantes tienen una esperanza de vida al nacer de 60.9 años y un ingreso per cápita
aproximado (en nuevos soles de noviembre de 1995) de 118 S/. A pesar de tener un Indice de
Desarrollo Humano (IDH) bajo, en los últimos años se ha presentado una ligera tendencia a la
mejora (9).
Fuente: INEI. PNUD. Informe sobre desarrollo humano del Perú. Índices e indicadores. Lima, 1997
Con una población mayoritariamente rural, Ayacucho presenta altas tasas de desnutrición crónica,
mortalidad infantil y analfabetismo femenino. De acuerdo a la información de FONCODES en su
³Mapa de Inversión Social´, los principales indicadores de pobreza a nivel provincial son los
siguientes:
CUADRO Nº 1
AYACUCHO 1995: PRINCIPALES INDICADORES DE POBREZA
Paucar del Sara Sara 10,549 48.4 48.7 48.7 30.4 42.4
(9) El IDH mide el adelanto medio de la capacidad humana básica. Es elaborado utilizando cuatro indicadores: la longevidad es
medida por la esperanza de vida al nacer, el nivel educativo es medido en función de una combinación de alfabetización de adultos
y promedio de años de estudio, y el nivel de vida es medido por el ingreso per cápita. Varía entre 0 y 1, considerándose ³alto´
cuando se encuentra entre 0.800 y 1, ³mediano´ entre 0.799 y 0.500, y ³bajo´ entre 0.500 y 0.
49
Por otro lado, desde hace varias décadas el sector agropecuario del departamento está pasando
por una severa crisis. No sólo porque la tierra cultivable correspondiente a cada unidad doméstica
agropecuaria es muy escasa sino que, además, la calidad de la misma es bastante baja. De los
4¶418,104 has. de extensión que posee el departamento, sólo 1¶717,424 (38.87 %) se encuentran
destinadas a la actividad agropecuaria. El resto del territorio está constituido por montes, bosques
y pastos naturales. Según el III Censo Nacional Agropecuario de 1994, existe en el departamento
un total de 88,646 productores del campo. El 0.8 % de estos campesinos (es decir, 705) no
cuentan con tierras de cultivo propias, por lo que se ven obligados a arrendarlas.
El bajo nivel de productividad del suelo, la inadecuada articulación a redes de mercado, los bajos
precios de los productos agropecuarios (en chacra), la falta de políticas de promoción al agro,
antes de la violencia política, ya habían propiciado un proceso acelerado de despoblamiento del
campo. En algo más de 50 años, el índice de ruralidad ha descendido de 76.2 % (en 1940) hasta
51.9 % (en 1993). A pesar de esta situación, Ayacucho sigue siendo, por un pequeño margen
aún, un departamento predominantemente rural.
Como casi en la totalidad de la sierra andina, la superficie agrícola ayacuchana está constituida,
principalmente, por tierras de secano. Existen 123,858.77 has. que necesitan de las lluvias para
producir (59.5%), mientras que las 84,477.18 has. restantes se encuentran bajo riego (40.5 %).
En esta superficie total se siembran los siguientes productos:
CUADRO Nº 2
AYACUCHO - LA MAR 1994: EXTENSIÓN DE LOS PRINCIPALES CULTIVOS
(Has.)
Fuente: III Censo Nacional Agropecuario. Resultados definitivos. INEI. Lima, 1994
El PBI agropecuario del departamento para 1992 representaba el 0.97% del ya deteriorado PBI
agropecuario nacional y las cosas no han mejorado para los campesinos ayacuchanos hasta hoy.
Por otro lado, el crecimiento tanto de la superficie cultivada como de la producción misma ha sido
bastante irregular durante los últimos años.
50
GRÁFICO Nº 4
AYACUCHO: VOLUMEN DE PRODUCCIÓN DE LOS
PRINCIPALES PRODUCTOS AGRÍCOLAS 1990-1995
(T.M.)
14000
12000
10000
8000
Maíz amilaceo
6000 Frijol
Papa
4000
Trigo
2000
0
1990 1991 1992 1993 1994 1995
Fuente: MINISTERIO DE AGRICULTURA. Oficina de Información Agraria. II Compendio Estadístico Agrario, 1990-93.
Doc. Producción Agraria 1994, 1995. Boletín Estadístico Mensual.
Los principales cultivos en el departamento son el maíz amiláceo, el trigo, frijol y la papa. Dentro
de éstos, llama la atención que el volumen de producción de papa, en comparación de los demás
productos de la región, es bastante pequeño y ha presentado la misma tendencia irregular que los
demás cultivos. Registró un pequeño pico en 1991 (58.6 T.M.) para luego superar dicho volumen
y mantener una producción estable en 1994 y 1995 (70.8 y 70.9 T.M. respectivamente).
Además de la escasez de tierras cultivables y la pobreza del suelo, existe otro factor que
condiciona los bajos niveles productivos: los campesinos ayacuchanos carecen de un nivel
tecnológico significativo. De acuerdo a los datos del último Censo Agropecuario, la producción
ayacuchana presenta los siguientes tipos de prácticas:
CUADRO Nº 3
AYACUCHO 1994: PRÁCTICAS TECNOLÓGICAS AGROPECUARIAS
Fuente: INEI. III Censo Nacional Agropecuario. Resultados definitivos. Lima, 1994
51
La actividad ganadera complementa las labores agrícolas de los campesinos, con mayor
relevancia en la parte sur del departamento. A pesar de presentar algunos altibajos, el ganado
ayacuchano mantuvo un stock cuasi constante de cabezas de las diferentes especies durante los
años más duros de la guerra interna. Esto se debe, principalmente, a dos factores. El primero se
relaciona a la facilidad que tiene mantener un hato de ganado aún cuando la población adopte un
estilo de vida semi-nómade. Los continuos desplazamientos que se vieron forzados a realizar un
buen porcentaje de la población campesina ayacuchana no impidieron significativamente que se
siga desarrollando la crianza de animales. Además, debido al abandono de gran parte de los
campos de cultivo, los pastos naturales tuvieron mayor oportunidad de crecer y abastecer a este
ganado.
GRÁFICO Nº 5
1000000
800000
600000
400000
200000
0
1986 1987
1988 1989
1990 1991
1992 1993 1994 1995
La cantidad de cabezas de ovinos creció de 604,100 en 1986, años en los que la guerra se
encontraba en pleno apogeo, a 878,700 en 1994, registrándose al año siguiente un decrecimiento
de 20 % aproximadamente.
52
CUADRO Nº 4
32%/$&,Ð1*$1$'(5$'($<$&8&+2
90,0 85,0 84,1 111,0 94,1 104,4 113,8 111,4 134,9 106,1
212,0 200,0 205,0 239,4 205,9 214,0 217,4 215,4 277,8 253,1
Fuente: MINISTERIO DE AGRICULTURA. Oficina de Información Agraria. II Compendio Estadístico Agrario, 1990-93.
Doc. Producción Pecuaria 1994, 1995
53
Con respecto a las principales fuentes de energía utilizadas, podemos apreciar que el 66.92 %
(59,321 en total) de los agricultores ayacuchanos emplean energía sólo animal, mientras que el
25.33 % (22,457) emplea sólo energía humana. Los agricultores que intercalan la energía
mecánica y animal, o los que emplean sólo energía mecánica para sus labores agropecuarias son
la minoría. En el primer caso, nos referimos al 5.99 % de los agricultores (5,307) y en el segundo
al 0.73 % (tan sólo 649).
El tractor es la herramienta mecánica más usada en los campos ayacuchanos. Sin embargo, son
pocos los campesinos que realmente poseen un tractor, o tienen los recursos económicos
suficientes para alquilarlo. Sólo 149 productores (el 2.49 % de los campesinos que emplean
energía mecánica) cuentan con un tractor propio. La gran mayoría de estos usuarios (97.16 %)
usa tractores ajenos y un 0.35 % (21 agricultores en todo el departamento) tienen la capacidad
para alquilar tractores ajenos, además de usar los propios.
Ante tales carencias, las labores de asistencia técnica, desarrollo de tecnología intermedia y
transferencia tecnológica se plantean como una necesidad prioritaria. Los organismos
responsables de realizar dicho trabajo no alcanzan la cobertura requerida, presentándose una
situación de real abandono. El Ministerio de Agricultura, institución que logra atender al mayor
número de campesinos en el departamento, sólo brinda asistencia técnica al 5.84 % de los
mismos. Las ONGDs por su parte atienden al 1.14 %, algunos profesionales independientes al
0.53 % y la Universidad Nacional San Cristóbal de Huamanga (UNSCH) únicamente al 0.09%.
La provincia cuenta con una superficie agrícola total de 46,532.88 has, de las cuales 3,897.44
(8.38 %) se encuentran bajo riego, y 42,635.45 (91.62 %) son de secano. En esta provincia
existen 13,447 unidades agropecuarias (13,353 con tierras), con un total de 29,842 parcelas. El
régimen de tenencia de las parcelas es mixto, existiendo 16,272 parcelas en propiedad, 1,126 en
arrendamiento, 12,045 como terreno comunal y 399 bajo otros regímenes de propiedad.
54
CUADRO Nº 5
Superficie (Has) 4 6 ,5 3 2 .8 8 3 2 ,5 6 6 .9 9 1 2 ,2 5 0 .9 2 1 ,7 1 4 .9 8
Fuente: III Censo Nacional Agropecuario. Resultados definitivos. INEI. Lima, 1994
Por su parte, Tambo es uno de los distritos más pobres de esta provincia. Cuenta con una
extensión total de 6,977.34 has. y 1,952 unidades agropecuarias, de las cuales el 86.22 % (1,683
en total) poseen tierras de cultivo, el 12.86 % (251) tierras sólo para el pastoreo y el 0.92 % (18)
no poseen tierras. La extensión total de la superficie agrícola es de 3,649.26 has., encontrándose
bajo riego 1,043.91 has. (28.61 %) y 2,605.38 has. (71.39 %) bajo secano.
La superficie total no agrícola es de 260 has. las mismas que están constituidas por 177 has. de
pastos naturales (100 has. de pastos manejados y 77 has. de pastos aún silvestres), 43 has.
aproximadamente de bosques y montes.
En cuanto a la proporción de esta tierra que posee cada unidad agropecuaria, podemos constatar
que el 72.62 % de los campesinos de Tambo poseen entre 0.1 y 1.9 hectáreas de tierra para
cultivar. La mayor parte de estas tierras son cultivadas por personas naturales. No hay personas
jurídicas en este distrito a cargo de las parcelas, a excepción de 3 comunidades campesinas.
El desarrollo de la guerra interna durante la década de los µ80 y parte de los µ90 no ha hecho sino
agravar la difícil situación económica por la que atravesaban, condicionando los ya deteriorados
márgenes de producción. El abandono de las tierras de cultivo, la descapitalización del campo y el
traslado de un importante porcentaje de la mano de obra fueron los factores económicos más
importantes que influyeron en la agudización de la crisis.
Durante los meses en los que no se requiere de su presencia para realizar las labores agrícolas,
los campesinos trabajan en las ciudades más cercanas, desempeñándose como obreros de
construcción, carpinteros, jornaleros, vendedores, etc. En la mayor parte de los casos se trata de
trabajos que no les exige una especialización particular. De esta forma lograr obtener recursos
para poder financiar la educación de sus hijos, la compra de medicina o de vestimenta. Sin
embargo, la fuente más importante de recursos para estos campesinos, hasta mediados de 1995,
fue el cultivo y cosecha de la hoja de coca en las zonas de ceja de selva más próximas. De esta
forma, la hoja de coca se convirtió en una especie de eficaz "subsidio" para los demás cultivos
tradicionales.
55
CUADRO Nº 6
Nº DE PRODUCTORES 478 168 164 125 84 99 163 186 197 167 116 113 162
AUSENTES 1 SEMANA 15 15 18 14 14 15 15 18 17 17 16 14
AUSENTES 2 SEMANA 11 19 11 9 6 6 6 12 13 10 8 7
AUSENTES 3 SEMANA 6 5 6 2 5 3 6 7 10 16 21 19
AUSENTES 4 SEMANA 136 125 90 59 74 139 159 160 127 73 68 122
TOTAL
SEMANAS AUSENCIA 6070 599 568 418 274 337 592 681 703 581 377 367 573
La fuerte caída del precio de la coca en 1995 cambió radicalmente esta oportunidad de
complementar sus ingresos. Los campesinos ayacuchanos, que habían logrado mantener un
margen de ganancia considerable quedaron de pronto sin este vital subsidio, y sin la fuente
principal de recursos para satisfacer necesidades diferentes a la alimentación.
Los actuales índices de pobreza en el distrito pueden verse reflejados a través de las necesidades
básicas insatisfechas de su población:
CUADRO Nº 7
Una de las comunidades que nos permite apreciar este complejo proceso de reestructuración de
la racionalidad y prácticas económicas posteriores a la difícil situación de la guerra, es la
comunidad de Huayao, integrada por campesinos de distintos anexos que lograron constituir con
mucha dificultad un foco más de resistencia frente al avance de Sendero Luminoso.
En el presente trabajo trataremos de analizar los efectos causados por la violencia en la zona.
Cómo la guerra ha estructurado una determinada racionalidad campesina, condicionando la
producción y el desarrollo.
56
2.2. VIOLENCIA POLÍTICA Y DESPLAZAMIENTO
La totalidad de secuelas dejadas durante éstos casi veinte años de guerra interna es realmente
incalculable. Y aunque nadie aún se ha decidido a realizar el dantesco inventario, podemos
hacernos una ligera idea del conjunto de daños si recordamos las palabras del ex-ministro Carlos
Boloña Behr, quien a finales de 1992 afirmó que, a nivel nacional, ³... Debido a la subversión más
de 22 mil personas murieron, 50,000 niños quedaron huérfanos y 700 mil peruanos fueron
desplazados de su lugar de origen. Se perdieron asimismo 22 mil millones de dólares en bienes
materiales. Los atentados producidos sumaron más de 20 mil, 1100 de los cuales fueron contra
torres de alta tensión´ (Revista ³La Moneda´, diciembre 1992, pagina 69).
Han pasado casi siete años desde aquel recuento y, aunque con mucha menor intensidad, la
guerra interna continua. Ayacucho es, sin duda, el departamento que ha llevado la peor parte en
este conflicto. Pero además de las pérdidas en vidas humanas, daños materiales y oportunidades
de inversión, también debemos considerar otra clase de daños, ocultos, no contables. Esta clase
de daños se manifiesta en dos espacios de relación personal en nuestro contexto: el individual y
el colectivo. Tal vez a nivel individual la más representativa de estas ³huellas ocultas´ sea el daño
psicológico causado a la población desplazada, a los familiares de los detenidos desaparecidos, a
los integrantes de las fuerzas armadas, a los torturados, etc. De igual manera, en el ámbito
colectivo, los daños causados a la dinámica del tejido social, a la capacidad organizativa de la
población, la misma que, debido al miedo y la desconfianza, hoy difícilmente se agrupa para otra
cosa que no sea defenderse y sobrevivir, dan muestra de la crueldad de la guerra que nos tocó
vivir.
En Ayacucho, los primeros años de conflicto fueron los más difíciles de afrontar. ³La población fue
diezmada. Entre 1983 y 1984 tuvo lugar allá un verdadero genocidio. En estos dos años murieron
4,858 ayacuchanos, casi uno de cada cien. En trece años (1980-1993) murieron 10,561, dos de
cada cien (Ideéle. n.62,1994). Ayacucho es el único departamento donde el número de habitantes
disminuyó en términos absolutos entre 1981 y 1993 en 3.5 %. Si descontamos la provincia de
Huamanga, donde se ubica la capital departamental hipertrofiada por refugiados de guerra, la
mengua llega a 15.1 %; y si nos concentramos en las áreas rurales, la curva demográfica cae en
picada 23.2 %´ (DEGREGORI: 1996:16). En la provincia La Mar, una de los más afectados, entre
1980 y 1993, murieron como víctimas de la violencia política 2.66 personas por cada cien.
Aunque el proceso de violencia política generado a inicio de los 80 sólo fue un catalizador de un
proceso migratorio que se venía desarrollando desde mediados de siglo, las condiciones
especiales en las que se desarrolló tal migración, mejor llamada ³desplazamiento´, convirtieron a
los protagonistas del mismo en auténticos refugiados internos de guerra. Como uno de los
primeros efectos de la situación de violencia, 678 productores (con 2,216.45 has.) han
abandonado sus tierras definitivamente en el departamento.
CUADRO Nº 8
PROCESO MIGRATORIO EN AYACUCHO
57
El distrito de Tambo, con una población total de 12,359 habitantes y con un índice de ruralidad del
59.8 %, es una de las más claras muestras de la magnitud del proceso de desplazamiento. Este
distrito registra una tasa de crecimiento poblacional para el periodo 1981-1993 de -2.1 %.
La población desplazada en todo el país, por lo general, sigue conservando los principales
elementos característicos de sus comunidades de origen. Al mismo tiempo, ha incorporado otros
nuevos, propios del lugar actual de residencia. Se han repetido los esquemas de mestizaje
cultural experimentados por los migrantes de la sierra desde los años sesenta, aunque la
presencia de la violencia política asigna una particular connotación a la experiencia. El
desplazamiento representa un choque desestructurador que afecta directamente el tejido social.
Los campesinos desplazados han sufrido la fatal experiencia de perder su referente cultural
material. Los vínculos construidos durante años de convivencia en las zonas de origen
desaparecen de manera violenta, debido principalmente a la muerte de sus seres queridos. Y
deben construir otros referentes nuevos, en condiciones desfavorables, marcadas por el
sentimiento de duelo, persecución, discriminación, sospecha y constante amenaza. Su situación
económica se torna mucho más precaria, puesto que las condiciones de huida forzaron a muchos
de estos campesinos a abandonar sus hogares muchos de ellos se vieron forzados a salir de sus
pueblos únicamente con lo que llevaban puesto. Por este motivo, los desplazados se encuentran
con mayor disponibilidad ante la posibilidad de una nueva movilización, lo cual no implica que
busque enraizarse en un lugar determinado. Así, el retorno permanente se convierte en tan sólo
una de las posibilidades existentes.
Las estadísticas más conservadoras indican que serían 600,000 desplazados por violencia política
en todo el Perú. De acuerdo al INEI, sólo 150,000 han retornado o están decididos a hacerlo.
Ayacucho, que fue el principal departamento expulsor de desplazados, hoy es el primer
departamento receptor de retornantes.
58
CAPÍTULO III
LA ³COMUNIDAD´ RESISTENTE DE HUAYAO
Según los datos del padrón del Comité de Autodefensa y Desarrollo de Huayao (CAD Huayao), la
agrupación multicomunal contaba en marzo de 1996 con 107 jefes de familia, y una población
total de 797 habitantes. De esta población, el 51.35 % son mujeres. Asimismo, el 50 % de la
población tiene entre 0 y 15 años. El porcentaje de jóvenes respecto al total poblacional es
bastante menor, debido a que la mayor parte de ellos (aquellos comprendidos entre los 16 y 25
años) abandonan sus hogares y van a trabajar como jornaleros en las plantaciones de coca del
valle del Apurimac. Son muchos los hogares que tienen a sus hijos jóvenes (uno o dos por familia)
fuera de Huayao. Sin contar a estos jóvenes, Huayao logra concentrar al 6.72% de la población
distrital total.
CUADRO Nº 9
Hasta 1 año 14 0 0 2 5 0 21
De 1 a 4 31 3 8 25 13 11 80
De 5 a 14 90 13 21 46 37 15 222
De 15 a 64 176 27 29 57 75 25 389
Más de 64 47 1 8 5 9 4 74
TOTAL 358 44 66 135 139 55 797
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DEPARTAMENTO DE AYACUCHO
Ubicación de la agrupación multicomunal Huayao
* Huayao
* Ayacucho
Frente a las casas, en el mismo pueblo, hay pequeñas chacras que, en su mayoría, no son de
propiedad de los residentes próximos, aunque son ellos los que las trabajan. La mayor parte de
los dueños formales, pobladores originarios de Huayao, se encuentran actualmente viviendo en la
ciudad de Tambo, Huamanga o en la selva central.
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GRÁFICO Nº 6
CCESCCE
TREBOLPAMPA 7%
17%
CCOCHCCCA
45%
EL TAPIAL
17%
KOYLLURUMI CHOCCETACCE
8% 6%
Uno de los escenarios en los que se revela de forma más clara este proceso de transformación es
en la organización social y política del pueblo. Huayao, como hemos dicho antes, es actualmente
la conjunción de seis pagos organizados, los mismos que tenían autoridades tradicionales
encargadas de asegurar el orden y el normal desarrollo de la dinámica social interna. Sin
embargo, al integrarse, vieron alterada su estructura organizacional particular. Los seis pagos se
convirtieron en el Comité de Autodefensa de Huayao, y de esta manera, la nueva ³comunidad´
adquirió una única estructura jerárquica integrada por dos tipos de autoridades: la ³política´,
representada por el Teniente Gobernador, que era la autoridad adjunta encargada de establecer
el puente entre los pobladores de Huayao y la sede del Gobierno Local (Tambo), y la ³cívica´ (es
decir paramilitar), representada por el Jefe de Ronda o Comando, encargado de dirigir a los
hombres armados de la ronda. Junto a él existen seis jefes de sector (que coinciden con las
zonas donde están asentados los habitantes de los seis pagos).
Ante el protagonismo que adquirió el Comando durante los años de mayor actividad subversiva
en la zona, debido al gran poder que otorga el control sobre las armas en un territorio de guerra,
el cargo de Teniente Gobernador se fue convirtiendo en una responsabilidad meramente
figurativa. Se perdió el interés en asumir dicha responsabilidad y durante los últimos dos años, el
cargo fue designado a dedo, sin que se presentara formalmente un grupo de candidatos ni se
realizara una votación seria. Hasta el día de hoy las cosas no han cambiado mucho.
Esta situación en realidad es el reflejo de lo que ocurría en todo el distrito pues el alcalde de
Tambo tenía (y sigue teniendo) en realidad mucho menos poder que el Jefe del Comando Político
Militar de la zona, el capitán del cuartel de Tambo. Bajo la constante amenaza de incursión por
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parte de Sendero Luminoso, la gente tenía mucho más confianza en el ejército que en el
Gobierno Local para hacer valer sus derechos y garantizar su seguridad. Es tal vez por este
motivo que el alcalde, en un intento de recuperación de su legitimidad perdida, acompañó en
repetidas oportunidades, fusil en mano, a la patrulla especial en las rondas que se realizaban por
todo el distrito.
A pesar de esta estructura externa única, los seis pagos jamás llegaron a integrarse al interior.
Hasta el momento, existen muchas sospechas mutuas, roces e incluso sutiles hostigamientos.
Algunos habitantes de El Tapial, por ejemplo, están convencidos que los pobladores de Ccescce
siguen siendo simpatizantes de Sendero Luminoso (durante fines de los 70 e inicios de los 80
hubo un consolidado grupo de apoyo en ese pago). La misma concepción tienen muchos de los
pobladores de los otros pagos para con sus vecinos, incluso al interior de la misma comunidad, de
manera que nunca es posible realizar una labor comunitaria que implique la participación activa y
desinteresada de todo el colectivo. Es frecuente escuchar que los pobladores de tal o cual pago
responsabilicen a los otros de la situación en la que se encuentran actualmente. ³Ellos trajeron la
desgracia a nuestro pueblo´, afirman señalando a tal o cual grupo de habitantes de Huayao.
La diferencia fundamental que existe entre un sistema organizativo y otro radica en el propósito
institucional de este CAD. Desde el Gobierno, hace algunos años se planteó la necesidad de
aprovechar la consolidación de estos pequeños ³bolsones de Estado´, (llamados rondas, comités
de defensa civil o de autodefensa) ubicados en las zonas declaradas en emergencia, como
agentes eficaces de desarrollo local. La creación de dicha estructura tuvo por objetivo cubrir el
vacío político generado por la obsolescencia de cargos políticos tradicionales (como el de
Teniente Gobernador, por ejemplo), la descomposición institucional que sufrieron las estructuras
organizativas campesinas, y para dar un impulso especial a las labores de reconstrucción y
desarrollo. Por otro lado, la propuesta tuvo tal grado de acierto que no se registró en ningún
momento una superposición de funciones ni conflicto de intereses con las autoridades creadas
por efecto de la guerra, como el cargo de Comando, personaje que seguía concentrando el poder
militar de la comunidad y realizaba las coordinaciones necesarias con el Presidente del CAD de
manera permanente.
Estos cargos administrativos, tanto los políticos como los cívicos, desde 1993 empezaron a ser
ejercidos por los más jóvenes de la comunidad, casi siempre aquellos que regresaban de un
largo periodo de permanencia en la selva, en donde se desempeñaban como jornaleros en las
plantaciones de coca. Estos jóvenes, por lo general, son muy dinámicos, creativos, con muchos
más contactos que sus padres con los habitantes de Tambo y de San Francisco.
Estas autoridades juveniles le han asignado un carácter especial a sus cargos. Uno de los
detalles en los que se nota este carácter es en el hecho de encontrarse muy articulados con los
jefes militares del lugar. Las coordinaciones con ellos son fluidas y, aunque existe un clima de
desconfianza permanente, los jóvenes saben como actuar frente a los soldados. En términos
generales, poseen una mentalidad más abierta, más apta para entablar relaciones comerciales,
pero al mismo tiempo más propensa al soborno, a la corrupción y a la relativización de las
categorías morales tradicionales.
A nivel institucional, Huayao tuvo que adquirir una personería colectiva común. Como ya lo hemos
mencionado, no se trata de una comunidad tradicional andina, asentada en tierras comunitarias,
marcada por una historia común, un conjunto de costumbres, de creencias, de anhelos y
esperanzas. Es más bien una ³comunidad´ típica de los años de guerra, una ³comunidad
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organizada´ a la fuerza gracias al imperio del instinto de sobrevivencia, asentada en tierras que no
son propias, marcada por una historia de persecución, terror y muerte, y legalmente constituida
no como una comunidad de campesinos, sino como un ³comunidad´ de ronderos, de civiles
paramilitarizados. Es por eso que se ha considerado más conveniente llamarla ³agrupación
multicomunal´.
Aunque no es una práctica muy difundida, el ayni se mantiene como sistema de trabajo colectivo
a nivel de la familia extensa. La construcción de la casa para las nuevas parejas de esposos, por
ejemplo, son eventos que se siguen realizando, a pesar de la guerra. Sin embargo, las faenas
comunales de limpieza de la carretera, del canal de agua o de alguna de las instalaciones
comunitarias presentan un alto índice de ausentismo. Sólo cuando el Cuartel de Tambo es el que
convoca, bajo amenaza de acusar de terroristas los inasistentes, es que el éxito de la jornada
está garantizado. Este detalle nos da claras muestras de los límites que presenta no sólo la
cooperación interna en la comunidad, sino especialmente el grado de confianza. Más allá de la
familia extensa, los pobladores de Huayao desconfían de todos los demás, incluyendo a los
integrantes de sus pagos originales.
Además de la familia extensa, existe otro núcleo cohesionador que trasciende los límites de los
pagos originarios. Se trata de los grupos religiosos organizados. Y aunque la mayor parte de los
habitantes de Huayao son de religión católica, no existe un grupo organizado representativo que
pueda ser considerado como un colectivo religioso de referencia. No ocurre lo mismo con un
grupo de cristianos evangélicos, pertenecientes a la Iglesia Pentecostal, los mismos que se
reúnen todos los fines de semana en las antiguas instalaciones del cuartel abandonado por el
ejército. Dicho grupo está conformado mayoritariamente por pobladores del pago de Ccochcca.
Los feligreses de la Iglesia Pentecostal representan algo más del 15 % del total de habitantes de
Huayao y a pesar de su presencia poco representativa en términos cuantitativos entre la
población, gozan de un importante nivel de aceptación y tolerancia. Gracias a esta aceptación se
les concedió el uso de las antiguas instalaciones del cuartel, las mismas que fueron refaccionadas
y acondicionadas para cumplir las funciones de templo.
La aceptación de los grupos evangélicos en las comunidades ayacuchanas en general tiene que
ver mucho con su presencia en los lugares más recónditos durante los años más difíciles de la
guerra. Se trata de grupos compactos, fundamentalistas, que nunca tuvieron temor de enfrentar
directamente a Sendero. Esto significó la muerte para muchos de ellos, por defender sus
convicciones.
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3.2. OTRA HISTORIA DE VIOLENCIA EN LOS ANDES
Pero el pequeño valle del río Huayau no sólo representaba para Sendero un lugar estratégico
muy importante en términos económico-políticos (como germen del ³Estado de Nueva
Democracia´), pues también se trata de un corredor natural en cuyos extremos se hallaban las
alturas huantinas y el camino a la selva de San Francisco. Por tal motivo, decidieron establecer un
comité de apoyo en la comunidad de Ccescce, a 3 horas de Huayao.
Ese mismo año, los Infantes de Marina, presentándose como un auténtico ejército de ocupación
extranjero, formaron 9 campos de refugiados en el distrito de Tambo. Entre ellos se encontraban
los de Huayao (con 581 personas), Patapata (con 400) y Ccescce (con 145). A los habitantes de
estos campos los Infantes les proporcionaron pliegos de plástico para que sean usados como
material en la construcción de viviendas provisionales, ante la próxima llegada de las lluvias.
Como consecuencia de este atropello contra sus derechos humanos, de octubre a diciembre de
1984, murieron en Huayao por lo menos 150 niños por efectos del frío y la humedad.
El maltrato recibido por la población civil por parte de los militares no era el único. Carlos Iván
Degregori, después de visitar la zona durante los meses de 1985 nos relata: ³En Huayao (La
Mar), hostilizados por SL los campesinos bajaron a establecerse como refugiados más cerca a la
guarnición de Tambo, formando una de esas barriadas rurales que han proliferado y donde la
población campesina se desangra lentamente. Mendigos, sin tierra ni ganado diezmado por la
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Marina que lo confiscó y lo vendió todo a intermediarios tambinos, de poco les valió a los Huayao
la cercanía al cuartel. En setiembre, SL les pidió regresar a las alturas, posiblemente porque es
época de siembra y sus huestes necesitan alimentos. Al negarse, los campesinos fueron
masacrados a machetazos. Habían pedido protección militar desde varios días antes, pero
después de Accomarca el Ejército prefiere esperar la definición de la nueva estrategia prometida
por el gobierno y en parte deja hacer y deja pasar. Además, afirman los campesinos que para que
vayan tienen que presentarles sus papitas y su carne, de ganado menor porque el mayor ya fue
saqueado´ (DEGREGORI: 1985: 54)
Un año después, en septiembre de 1986, se encontraban en Huayao unas 300 familias, entre
desplazados y lugareños. El día 26 Sendero incursionó en el pueblo y asesinó a 17 personas, en
su mayoría dirigentes comunales, y destruyó sus casas. Es entonces cuando otro grupo de
pobladores decide migrar a la selva. Lamentablemente, los que se quedan en Huayao son los
comuneros que no contaban con los recursos suficientes para costear los gastos del viaje.
Además, los asesinatos y robos continuos de enseres y animales mantenían a los pobladores del
lugar en un ambiente de zozobra y carencia permanente.
De esta manera, los seis pagos de desplazados quedan convertidos en una sola comunidad:
Huayao. Toman este nombre del pago que antes ocupaba el lugar donde se establecieron
obligados por las circunstancias. Sin embargo, los pobladores de aquel Huayao original ya no
habitaban en la zona. En realidad, Huayao había desaparecido, pues sus pobladores huyeron a
Tambo, Huamanga o la selva central. En su lugar se establecieron los pobladores de El Tapial,
Ccochcca, Koyllurumi, Trebolpampa, Choccetacce y Ccescce. El pago Huayao desaparece, es
abandonado para dar paso a Huayao comunidad.
d) Recuperación del campo por parte del Estado (1993-1998): El ataque del 10 de octubre
de 1992 cambia el rumbo de la historia en Huayao, inclinando al Estado a mantener una
mayor presencia en el lugar. Este episodio coincide con los meses siguientes a la
captura de Abimael Guzmán, situación que causó desconcierto en Sendero y marcó el
inicio de su repliegue.
Como reacción frente a este nuevo ataque, el ingeniero Fujimori, en una visita sorpresa, decidió
apoyar a la comunidad. De inmediato, instaló una base militar con 20 soldados, y el Ministerio de
la Presidencia implementó un "Proyecto Integral de Desarrollo", que comprendía la reconstrucción
de la escuela, la habilitación de la carretera Tambo-Huayao, el establecimiento de una piscigranja
para truchas, la instalación de agua potable y la construcción de un baño público.
Lamentablemente estas obras fueron realizadas sin ningún criterio de planificación, no llegaron
todos los materiales necesarios para la culminación de las obras, ni se brindó apoyo técnico
necesario.
En septiembre de 1993 el Ejército decide retirar la base de Huayao y al mismo tiempo reconoce al
Comité de Autodefensa y Desarrollo de Huayao, el CAD-Huayao. Este comité se convirtió desde
ese momento en la instancia máxima de gobierno local. Por su parte, la Ronda propiamente
dicha, encargada de garantizar la seguridad de los pobladores de Huayao, está hasta hoy
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conformada por 23 jóvenes, entre 18 y 28 años. Para la vigilancia nocturna, el pueblo se dividía
en seis sectores (los mismos que coinciden con las zonas de asentamiento de los integrantes de
los seis pagos), cada uno de los cuales cuenta con un inspector. Todos los días, a las 6 de la
tarde, se realizaba la asamblea general obligatoria. Una vez reunido todos los jefes de familia del
pueblo se distribuían las zonas de vigilancia y se daban las directivas o los informes del día. A la
media hora aproximadamente iniciaba el patrullaje de la ronda, la misma que duraba hasta las 4
de la mañana siguiente. El patrullaje se hacía en dos turnos: el primero terminaba a las 11 p.m.
En Tambo, hasta hoy existe la instancia de coordinación que integra todos los CAD de la zona: el
Comité de Autodefensa y Desarrollo Distrital.
Entre 1994 y 1995 se implementaron los programas de desarrollo que comprendía el Proyecto
Integral emprendido por el gobierno. Un clima de aparente tranquilidad invadió esta zona
anteriormente tan convulsionada. Los campesinos residentes reiniciaron con relativo empeño sus
labores agropecuarias y, a pesar de la constante amenaza que aún representaban las fuerzas no
derrotadas de Sendero, también descuidaron la vigilancia nocturna del pueblo. Las fuerzas de
Oscar Ramírez Durand, ³Camarada Feliciano´, actual líder máximo de Sendero Luminoso,
transitaban de vez en cuando por el camino a San Francisco, asaltando a los campesinos que se
dirigían rumbo a la selva.
En octubre de 1995, en las alturas del Apacheta, en la laguna de Toccto, hubo un enfrentamiento
entre un contingente de 60 senderistas y los soldados del cuartel de Tambo. De dicho encuentro
resultó un soldado herido. Esta reaparición armada de Sendero en la zona puso en alerta a la
mayoría de CAD del distrito. Se reiniciaron los turnos de ronda diaria, las patrullas y el cierre de
acceso nocturno a las comunidades. Sin embargo, no ocurrió lo mismo con el CAD-Huayao que, a
pesar de reanudar sus rondas nocturnas, no puso mayor atención en su seguridad local. Durante
la temporada de lluvias de 1996, en diversas oportunidades, se vio a los senderistas atravesando
a medianoche por uno de los extremos de Huayao, rumbo a las alturas de Huanta, sin que los
ronderos tomen las precauciones correspondientes. Como consecuencia de este descuido el 10
de septiembre de 1996 hubo un nuevo enfrentamiento, esta vez en el propio Huayao. El resultado
de esta intervención pudo haber sido trágico para los pobladores de Huayao si una patrulla del
cuartel de Tambo no hubiera actuado oportunamente. La cercanía de la comunidad a la ciudad de
Tambo fue la que facilitó las cosas. Como saldo del enfrentamiento, las autoridades informaron de
la muerte de seis senderistas.
El clima de zozobra se reinició en todo el distrito de Tambo. La ruta que va de esta ciudad hasta
San Francisco se tornó más peligrosa que de costumbre. Después de las seis de la tarde era
imposible transitar por ella pues los senderistas asaltaban a los transportistas y viajeros para
pedirles cupos y robar alimentos a los camiones de carga.
No se registró ninguna muerte durante estos meses hasta que el 12 de octubre de 1997 es
atacado San Miguel, a media hora de Tambo. El pueblo fue tomado por un grupo de sesenta
senderistas, probablemente los mismos que atacaron Huayao, y los mismos que se habían
dedicado durante los últimos meses asaltar la ruta Tambo-San Miguel y Tambo-San Francisco. El
puesto policial del pueblo fue atacado, resultando muerto uno de los policías y dos civiles.
Además, saquearon numerosos establecimientos comerciales llevándose víveres y equipo de
sobrevivencia.
Huayao permanece en un ambiente de constante amenaza. Las fuerzas senderistas no logran ser
capturadas en su totalidad o derrotadas en combate por las tropas del ejército. El batallón que ha
establecido su cuartel de operaciones en la localidad de Viscatán (en un lugar inaccesible, lleno
de acantilados y largos cañones) tiene un amplio conocimiento del terreno y un escaso pero aún
valioso apoyo de cierto sector minoritario de la población. A pesar de estas relativas ventajas, el
ejército logró capturar el 23 de febrero de 1998, luego de un enfrentamiento en la laguna de
Yanacocha, cerca de Tambo, a 9 senderistas, entre ellos cuatro mujeres. Ellos conformaban el
llamado ³Pelotón II´ y estaban armados con dos fusiles FAL y escopetas W inchester y Mauser,
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armas largas usadas generalmente por los ronderos del lugar.
Hasta el día de hoy las rondas nocturnas continúan, al igual que la constante desconfianza y el
temor.
No existe una producción suficiente para integrar a los campesinos de Huayao en una red de
comercialización más amplia. Y es en gran parte debido al bajo nivel tecnológico que tiene la
agricultura en la zona. Para la preparación del terreno en Huayao sólo se utiliza el tradicional
arado de palo, jalado por dos toros, y el abono natural en casi la totalidad de los cultivos. Para
preparar la nueva campaña, se seleccionan semillas de la cosecha anterior, siendo desconocido
el uso de semillas mejoradas. Únicamente cuando se quiere favorecer el crecimiento de
productos que no se encuentran en su microclima natural se utiliza como fertilizante la urea y el
fosfato diamónico. El empleo de una más adecuada tecnología para desarrollar una agricultura
realmente productiva resulta muy oneroso para el campesino del lugar.
Huayao tiene dos grandes zonas principales de cultivo. La primera de ellas está conformada por
las tierras localizadas en el valle del río Huayau. Estas parcelas son aledañas a las casas donde
actualmente habitan los desplazados de los seis anexos y tienen un abastecimiento regular de
agua. Abarcan una extensión aproximada de 50 has. Las parcelas del valle del río Huayau están
sembradas casi en su totalidad de maíz amiláceo. Los contornos de las mismas están sembrados
de habas. Este último cultivo cumple una función complementaria. Además de servir como
recurso alimenticio, en la parcela evita que el ganado invada y destruya la siembra de maíz.
Debemos tomar en cuenta que ésta es la distribución de tierras y parcelas sólo del territorio del
valle (Cuadro Nº 10). En la mayor parte de casos, no se han tomado en cuenta las parcelas de los
lugares de origen. Según las mediciones realizadas sobre el terreno, al igual que el promedio del
distrito de Tambo, el número promedio de parcelas por unidad agrícola (U.A.) en Huayao es de
3.17, siendo la superficie promedio por parcela de 0.87 hectáreas.
Exceptuando a los pobladores de El Tapial y Trebolpampa, todos los habitantes del actual Huayao
se encuentran en posesión de las tierras de los pobladores del antiguo Huayao. Los propietarios
originales han abandonado sus tierras y actualmente se encuentran en calidad de desplazados en
otras ciudades. Sin embargo, hay unos pocos que, con cierta regularidad, se acercan a cobrar un
alquiler simbólico a los singulares inquilinos. Este costo adicional (el que nunca fue revelado por
los inquilinos) debe cargarse a su costo de producción, dificultando la posibilidad de manejar un
mínimo margen de excedentes.
Por tanto, la primera zona de cultivo, en el valle del río Huayau, está constituida por tierras en
posesión, mientras que la segunda zona, ubicada en cada uno de los pagos de origen, son las
tierras propias.
Los periodos de labores agrícolas se distribuyen de acuerdo al calendario agrícola que aparece
en el cuadro Nº 11.
CUADRO Nº 10
HUAYAO: UNIDADES AGROPECUARIAS CON TIERRAS, POR NÚMERO DE
PARCELAS Y EXTENSIÓN APROXIMADA
(en Hectáreas)
Número de U.A. 44 0 39 5 0
Superficie 18.65 0 15.60 3.05 0
Parcelas 93 0 78 15 0
K O Y L L UR U M I
Número de U.A. 66 2 45 19 0
Superficie 29.8 0.40 18.00 11.40 0
Parcelas 203 2 90 57 0
EL TAPIAL
Número de U.A. 55 37 11 7 0
Superficie 16.85 8.05 4.60 4.20 0
Parcelas 137 37 22 21 0
Fuente: Encuesta y entrevistas no estructuradas aplicadas en la zona durante el trabajo de campo 1995-1996.
J.A.M.
CUADRO Nº 11
CALENDARIO AGRÍCOLA (Principales productos)
Trigo 2 3 3 6 7 1
Cebada 2 3 3 6 7 1
Maíz amiláceo 4 6 1 2 3
Haba 3 5 6 1 2
La presencia significativa del productor de Huayao en el mercado está limitada por diversos
factores. Además de su situación socio-política y de la condición de sus tierras, uno de los más
importantes es su falta de acceso al crédito, instrumento de desarrollo que podría potenciar sus
capacidades. Una de las instituciones más importantes de crédito agrario en la zona son las
³Cajas Rurales de Ahorro y Crédito´, del Ministerio de Agricultura. Esta institución, por la cantidad
de garantías que exige a sus prestatarios, no ha llegado a convertirse en una real alternativa a los
campesinos que si están interesados en acceder a una fuente de recursos temporal. Sin
embargo, en Huayao, por las dificultades al momento de solicitar los préstamos, y también por la
actitud característica de sus pobladores (ya antes descrita) el impacto ha sido nulo. En Huayao
sólo se ha presentado un caso de solicitud de crédito (la de Fermín Ayvar) la misma que se inició
a tramitar durante los primeros meses de 1996 en la Caja Rural en Huamanga.
Esta falta de demanda de créditos agrarios no se debe a la inexistencia de la necesidad. Para los
campesinos de Huayao es muy difícil acceder a los préstamos concedidos por estas Cajas,
debido a la cantidad de avales que son requeridos. Por ejemplo, los créditos de la Caja Rural de
Huamanga sólo pueden ser otorgados amparados en alguna de las siguientes garantías:
La situación de la actividad pecuaria también es bastante precaria. Casi la totalidad de las familias
no cuentan con un establo o lugares apropiados para que los animales puedan pasar la noche sin
sufrir las inclemencias del clima, ni tampoco existe un establo comunal que agrupe todos los
hatos. Esta condición de maltrato afecta seriamente la calidad productiva y reproductiva del
ganado, aunque los campesinos no se percatan de ello. Además, los animales no cuentan con
asistencia sanitaria y la introducción de nuevos pastos naturales es escasa. Una de los
indicadores más elocuentes de la situación de la ganadería es el nivel de producción de las vacas
en Huayao, las mismas que rinden en promedio 2.5 litros diarios de leche, mientras que el
estándar productivo nacional es de 20 litros diarios.
Además del ganado vacuno (vacas ³lecheras´ y toros para las yuntas), la población también
cuenta con porcinos, caprinos y ovinos. En promedio, cada unidad doméstica cuenta con cinco o
seis ejemplares por cada especie. De esta forma, los hatos de ganado -considerando ganado
mayor y menor- de los productores en Huayao están constituidos generalmente por tres o cuatro
vacunos (dos toros y una o dos vacas), algunas veces con un caballo o un burro, cinco cerdos,
cinco cabritos/as u ovejas, y cinco aves de corral.
El ganado para los pobladores de Huayao, como al igual que para los demás pobladores de la
sierra andina, constituye una fuente de capital de resguardo, como instrumento de protección ante
cualquier eventualidad (enfermedad, escolaridad, etc.). De allí la necesidad de mejorar genética
del ganado, pues se registran bajos rendimientos con las actuales especies. Es probable que se
estén presentando casos de degeneración por consanguinidad, situación que da por resultado
animales muy pequeños y de baja productividad.
Puesto que ni la agricultura ni la ganadería son fuentes de ingresos monetarios, los campesinos
de Huayao obtienen su liquidez, principalmente, a través del trabajo asalariado en tierras ajenas o
en obras públicas. Sólo existen tres familias de artesanos que complementan sus ingresos
mediante la venta de tapices en la ciudad. Eventualmente, algunas familias se dedican a la
preparación de quesos que vende en el pueblo de Tambo. Además, existen en el pueblo cuatro
familias que se dedican a la venta de artículos de primera necesidad, obteniendo un margen de
ganancia de 20 a 25 % con respecto a los precios de Tambo, lugar donde se abastecen.
Mientras que el nivel del mercado de bienes y servicios es muy reducido, el de capitales y de
trabajo se ve dinamizado por la actividad cocalera del Valle del Apurimac. La política de
sustitución de cultivos en el valle del Apurimac no ha resultado muy efectiva, pues los cultivos
alternativos propuestos no son rentables si se considera su producción en pequeñas parcelas de
terreno. Tendría mucho más impacto si las parcelas de la mayor parte de productores tuvieran
una extensión mayor de 5 hectáreas.
70
3.3.3. Economía cocalera
Para todas las comunidades andinas, la coca no sólo ha tenido siempre una gran relevancia como
elemento que enriquece la solidaridad social sino también desempeña un doble rol económico
que la llegó a convertir en el factor económico más importante de la zona. Por una parte, estimula
la participación colectiva en el proceso mismo de producción y, como señala Juan Ossio, ³va
pautando el ritmo de las labores´ en el campo. Y por el otro, gracias a la actividad comercial
desarrollada por el narcotráfico, su comercialización brindó, durante los años de auge en el precio
del producto, al campesino un importante margen de ingresos monetarios que ningún otro
producto agropecuario podía ofrecer.
El 11% del territorio ayacuchano es ceja de selva, por tanto tierra propicia para el cultivo de la
coca. Para la década de los 80, el Ministerio de Agricultura nos ofrecerá cifras bastante prudentes
al calcular la producción de coca en el departamento. Según sus estadísticas, el área cosechada
presentó un fuerte descenso a partir del año 1980 pues, de las 1,495 has. que se registraron ese
año, en 1,990 la extensión cultivada apenas alcanzaba las 800 has. La tendencia descendente se
repite al verificar los volúmenes. De las 1,166 TM producidas en 1980, el tonelaje desciende a
648 en 1,990. Los cocales en Ayacucho han mantenido una productividad promedio de 0.8
TM/Has.
Su ventaja más importante siempre ha radicado en su capacidad para generar emplea con
salarios significativamente superiores a los existentes en el mercado. La producción de coca
demanda cuatro veces más la fuerza de trabajo manual requerida por cualquier otro cultivo (400
jornales año por cada hectárea) y eleva fácilmente al triple el salario normal agrícola.
Se puede observar también una caída en el precio de la hoja de coca durante este periodo, en
términos absolutos. Pasa de US $ 3.00 en 1980 a 2.34 en 1992, llegando al punto máximo de
descenso en 1990 cuando se cotizaba en 0.86 US dólares cada kilo. Este mismo año fue el punto
máximo de caída para la producción y el área cosechada. Esto nos podría hacer pensar en una
franca recuperación de la actividad cocalera partir del año 90 en adelante. El pico presentado por
el precio de la coca durante esta década se dio en 1996, cuando en San Francisco se vendía el
kilo en US $ 4.00.
Debido a la agresiva política contra las redes del narcotráfico implementada por los gobiernos de
Perú y Colombia durante 1996 y 1997, se logró reducir considerablemente el nivel de demanda a
su mínima expresión. Una de las principales consecuencias de estos hechos fue la brutal caída
del precio de la coca registrada en los últimos meses de 1996, después del gran pico. Este
descenso hizo llegar el precio hasta 1.5 nuevos soles, en la ciudad de San Francisco. Pero,
debido a la sobreoferta existente, este precio descendió hasta 0.80 nuevos soles el kilo en chacra.
A inicios de 1998, el precio empezó a recuperarse lentamente, llegando al US $ 1.50 durante los
primeros meses. Sin embargo, los últimos meses han marcado un nuevo hito, por la aparición de
nuevas mafias en la zona del Valle del Apurimac, de procedencia colombianas y brasileña.
Gracias a su presencia e impulso de la comercialización, se calcula que en noviembre de este
año existían 8,800 hectáreas de cocales en plena producción, logrando nuevamente elevar el
precio hasta US $ 1.73 el kilo.
Ya desde inicios de los 80, la coca había creado un importante circuito comercial entre las
ciudades de San Francisco, Tambo y todas las comunidades cercanas a la capital de este distrito.
Dicho mercado, aunque tenía como actividad principal la compra-venta de coca, había sido
consolidado de manera complementaria por la transacción de productos agropecuarios de
consumo humano y la gran demanda de fuerza de trabajo en las plantaciones de coca. Los
pobladores de Huayao, como los de otras comunidades de Tambo, no sólo migraban para ofrecer
sus servicios como jornaleros de las plantaciones sino que, al mismo tiempo o de manera
alternativa, vendía en este mercado sus productos agropecuarios (papa, cebolla, maíz, zanahoria,
especies de ganado vacuno, ovino, porcino y aves de corral). La ventaja de este comercio era
71
bastante grande pues todos estos productos, al ser colocados en la ceja de selva, incrementaban
su valor entre 50 y 100 %.
En Huayao, durante los años de auge de la comercialización de hoja de coca en el Valle del río
Apurimac, el 42 % de la población estaba dedicada de manera permanente a la actividad
cocalera, y un 30 % adicional, aproximadamente, participaba de ella en forma esporádica. Esta
labor generó un notable mejoramiento en los niveles de vida de las familias participantes, sin que
necesariamente esto se tradujera como desarrollo del pueblo en su conjunto. La mejora se reflejó,
básicamente en la compra de medicinas, la elevación del nivel nutricional y la inversión en
educación de los hijos menores.
En algunos lugares de la selva nacional, el narcotráfico no sólo potenció los circuitos comerciales
existentes y generó algunos paralelos, sino que también ³promovió´ el desarrollo local de algunas
ciudades e incluso microrregiones. Esto se debe a la estrategia de los grandes narcotraficantes
de hacer algunas obras públicas con la intención de adquirir legitimidad entre la población
lugareña. No es extraño observar colegios, lozas deportivas, antenas parabólicas comunales y
otros servicios construidos o adquiridos por los narcotraficantes y donados a la comunidad. Sin
duda alguna este comportamiento, confundido frecuentemente con un aparente espíritu altruista,
ha mejorados las condiciones de vida de diversas poblaciones.
Los campesinos de Huayao, luego de percibir considerables ingresos por su actividad cocalera,
empezaron a cambiar su sistema de organización del trabajo en función al ciclo productivo
permanente de este producto. También fueron cambiando gradualmente sus hábitos de consumo
ante la presencia de nuevos artículos (sobre todo alimenticios) en el pueblo de Tambo y en las
tiendecitas de su pueblo. Productos que, por fin, se encuentran a su alcance. Este consumo
generó nuevas necesidades, que trajeron consigo fuertes impulsos a continuar indefinidamente
con tan, aparentemente, rentable trabajo.
La economía surgida a partir del narcotráfico no sólo implica una variación en el tipo de actividad
económica realizada, o un desplazamiento temporal de un importante volumen de la mano de
obra disponible. Sus implicaciones van más allá de la esfera económica. Por ejemplo, para que se
dé un crecimiento auto sostenido hacen falta ciertos patrones de conducta indispensables: trabajo
dedicado, tendencia al ahorro, lucidez en la inversión y generación de nuevo capital de trabajo,
Pero como las ganancias obtenidas con la cosecha de coca son obtenidas sin mayores esfuerzos,
no permiten crear hábitos de ahorro ni permiten el consumo de bienes realmente necesarios, en
la mayoría de beneficiarios.
Por otra parte, la incursión en negocios más rentables estimulaba a algunos de estos jóvenes a
entrar de lleno en la ilegalidad. El mercado negro del kerosene, el ácido sulfúrico y el papel
(10) JUSCAMAITA, Enrique. La economía cocalera y su impacto en la dinámica regional: el caso del valle del rio Apurimac -
Ayacucho. Socialismo y participación No 24, CEDEP. Lima, 1983.
72
higiénico, para la fabricación de pasta básica, se fue extendiendo aceleradamente durante los
años de mayor auge del tráfico de hoja de coca en el valle del río Apurimac. Los precios de estos
productos se elevaban fácilmente entre 400 y 500% respecto de su valor inicial.
Desde hace algunos años, este problema ha empezado a afectar directamente la misma
estructura social, creando creó nuevos patrones culturales. Por ejemplo, las ganancias de la
cosecha de coca, por ser obtenidas de manera relativamente fácil, no permitieron nunca crear
una auténtica conciencia del valor del trabajo ni una tendencia hacia el ahorro en las jóvenes
generaciones. El cambio en los hábitos de consumo creó también un conjunto de necesidades
superfluas adyacentes.
Esta mentalidad no sólo atenta contra las futuras inversiones locales en capital físico y financiero,
sino que va directamente en contra de la educación y la cultura, creando concepciones de vida
facilista, amorales y alienadas. Las visiones de realización personal y colectiva se reducen cada
vez más al corto plazo.
73
CAPÍTULO IV
Frente a la difícil situación por la que atraviesa la población de Ayacucho, sobre todo aquellos
campesinos residentes de las comunidades más distantes, un conjunto de instituciones públicas y
privadas, desde sus propias visiones del contexto, recursos e intereses particulares, ha elaborado
diversas propuestas de desarrollo. Y aunque las condiciones del segundo departamento más
pobre del país no son precisamente las más propicias (especialmente a partir de mayo de 1980),
muchas de estas alternativas se hicieron viables y, hasta el momento, vienen rindiendo
importantes resultados a nivel local.
Lamentablemente, por encontrarnos aún inmersos en las postrimerías de una guerra cuyas
consecuencias no han sido procesadas adecuadamente, algunas de las políticas de intervención
implementadas por las instituciones promotoras del desarrollo regional tuvieron efectos
contraproducentes, generando una serie de conflictos en ciertos casos más peligrosos que las
condiciones mismas de vida en Ayacucho.
En este capítulo vamos a analizar la participación de las tres principales instituciones promotoras
del desarrollo en el departamento: el Estado, las ONGDs y la Iglesia Católica. Fueron escogidas
por la intensa participación que han tenido durante estos últimos años y por el importante impacto
generado en la población destinataria de sus proyectos. Ciertamente, no son las únicas
instituciones promotoras del desarrollo existentes en el departamento, pero sin duda se trata de
las más representativas.
Ya desde los primeros años de la guerra se dieron fuertes ataques contra algunas instituciones
promotoras del desarrollo rural en Ayacucho. Uno de los casos más importantes fue el ataque a la
estación ³Allpachaka´, un centro experimental que, desde su fundación en 1965, formaba parte
de la Universidad Nacional San Cristóbal de Huamanga (UNSCH). Dicho centro constituía un
buen ejemplo del paradigma de desarrollo rural que formaba parte de la propuesta de
instituciones promotoras, tanto públicas como privadas. A pesar de constituir una propuesta
directamente dirigida a potenciar las capacidades productivas de los campesinos, también contó
con el aporte de algunos terratenientes ayacuchanos. ³Más de 20 hacendados ofrecieron sus
tierras a la universidad con la esperanza de evitar ser afectados por la Reforma Agraria de 1964«
La asistencia y el financiamiento venían de la Cooperación Técnica Suiza (Swiss Technical
Cooperation), el Servicio Mundial Universitario (World University Service), el gobierno holandés, la
Organización de Estados Americanos y el Instituto Interamericano de Cultivos Andinos (Inter-
American Institute of Andean Crops)´ (SMITH: 1992: 75-76)
Durante los años que Sendero Luminoso tuvo una fuerte presencia dentro de la administración de
la UNSCH, sus dirigentes plantearon diversas críticas al trabajo que realizaba en este centro de
experimentación. Por un lado, censuraban el efecto contraproducente de la corta permanencia de
los estudiantes en el trabajo de campo; curiosamente, Sendero Luminoso no estuvo tan
preocupado por la permanencia de los estudiantes con fines de promoción del desarrollo local
sino como agentes de trabajo político y adoctrinamiento. Además de esto, los senderistas también
denunciaron la ineficacia global del trabajo pues ³los campesinos no aceptaban poner en práctica
las propuestas técnicas y de investigación´ elaboradas desde Allpachaka. (SMITH: 1992: 77)
Uno de sus ideólogos más importantes, el agrónomo Antonio Díaz Martínez, acusó además al
centro de experimentación de estar convirtiéndose en un ³enclave imperialista en los Andes´. El
capital extranjero que financiaba el proyecto era visto como una condenable infiltración. Como
alternativa, la propuesta senderista para la administración del centro fue el manejo colectivo de
los bienes de los trabajadores y la formación de una aldea de producción modelo, cuyos ejes
garantes de la eficacia en el trabajo serían los sistemas recíprocos campesinos, en especial el
ayni y la minka. A pesar de la fuerte oposición senderista, el proyecto siguió adelante y, a
diferencia de lo que pronosticó Díaz Martínez, poco a poco se fue convirtiendo en un verdadero
éxito.
75
decidieron repartirles las pocas vacas que aún quedaban vivas. Por último, dinamitaron y
quemaron las instalaciones y el equipo de trabajo.
Posteriormente a este ataque, las autoridades universitarias, con la ayuda de los campesinos del
lugar, decidieron reconstruir el centro de experimentación. Algunos meses después de iniciada la
obra, el 16 de noviembre de 1982, Sendero realizó una segunda incursión para terminar de
destruir lo que aún quedaba en pie del centro de experimentación.
Detrás de esta intervención, existía una propuesta estratégica de desarrollo por parte de Sendero
Luminoso organizada alrededor de dos ejes: La oposición a la participación del capital extranjero,
aunque se trate de capitales provenientes de la cooperación internacional al desarrollo, y la
instalación de una economía cerrada, la misma que serviría como base de un Estado autárquico
³de nueva democracia´ (12).
La población campesina del país no estuvo dispuesta a acoger como propio el modelo de
desarrollo senderista, pues siempre tuvieron como imagen objetivo una mayor integración a los
grandes mercados, en mejores condiciones de intercambio.
Pero Sendero Luminoso no fue el único agresor responsable de las dificultades que tuvieron que
afrontar los diferentes agentes de investigación y la promoción del desarrollo en esta parte del
país. Muchas comunidades campesinas, instituciones privadas, profesionales, militantes de
izquierda (por mencionar algunos sectores), fueron también las víctimas del otro gran
protagonista de la guerra: el Estado. Y, al igual que Sendero destruyó el campo experimental de
la UNSCH en 1982, un comando paramilitar incursionó, a fines de 1989, nuevamente en los
módulos de experimentación de la UNSCH, destruyendo parte importante de las instalaciones, el
banco de semen para mejoramiento genético, equipo de trabajo y matando a todos los animales
de prueba. Dicha incursión se realizó como preámbulo de la celebración del día del ejército, la
víspera del 9 de diciembre.
(12) A pesar de su oposición a la intromisión extranjera, existía un detalle que Sendero prefirió olvidar al iniciar su actividad
subversiva. Allpachaka estuvo muy vinculada a ellos desde sus propios orígenes, pues desde este centro experimental se realizó una
importante labor de promoción que benefició directamente a los campesinos ayacuchanos. Gracias a la participación de los militantes
de Sendero en esta labor de promoción del desarrollo en contacto directo con los campesinos, les fue más sencillo legitimarse en el
territorio y lograr mucho del respaldo popular de los primeros años.
76
UNSCH: 1994: 13).
Dentro de este esquema, el rol de la modernización, empezando por la concepción misma del
término, es muy particular. ³Nuestros intelectuales y técnicos no quieren, quizás porque no les
conviene, darse cuenta que en nuestro país la importación de tecnologías (ya sea de µpunta¶ o la
µapropiada¶, en la política o la agricultura, pasando por la comunicación y la medicina) no
responden a necesidades endógenas sino al interés del capital transnacional, a la necesidad de
expansión del mercado mundial. No son portadores de modernidad, sino de su producto de
exportación: la modernización, que no es otra cosa que el proceso compulsivo de imponer un
modo de vida típico de una cultura, a las demás culturas consideradas como atrasadas y
subdesarrolladas´ (CCC-UNSCH: 1994: 12). De esta manera, la apuesta es por el rescate de la
tecnología andina tradicional, perfectamente adaptada a las condiciones del medio, preocupada
por la preservación del medio ambiente en la medida que la naturaleza forma parte esencial del
complejo cultural andino, en el cual la reciprocidad, la redistribución y la armonía son ejes
fundamentales.
Los años 1982 y 1983 marcaron el inicio de un prolongado periodo de fuerte represión estatal.
Los miembros de las Fuerzas Armadas muy pronto se convirtieron en elementos tan peligrosos
para la población como los propios senderistas. Entraron en Ayacucho como una auténtica fuerza
de ocupación, acusando a todos los campesinos de colaborar con los subversivos, motivo por el
cual se adjudicaron la ³licencia´ para realizar todo tipo de atropellos.
Desgraciadamente, durante casi diez años las cosas permanecieron sin mayores alteraciones,
salvo la transitoria aparición del General Huamán como Jefe del Comando Político-Militar del
departamento. Su gestión fue un notorio punto de distinción en la consecutiva cadena de
desencuentros con los campesinos, pues se preocupó por insistir en la necesidad de un cambio
en los términos de relación entre las Fuerzas Armadas y la población civil afectada por el
enfrentamiento contra Sendero. Fue un tiempo en el que, además, se redujo significativamente el
número de detenidos desaparecidos, torturados y civiles muertos en incursiones realizadas por el
ejército.
Pero fue sólo a partir de 1991, después de varios años de insistencia por parte de diversos
sectores de la sociedad civil que se dio un auténtico cambio de estrategia de pacificación desde el
Estado, que dicha variación marcó el destino de la guerra. A través de sus instituciones más
representativas en el campo, el gobierno de Fujimori planteó una política de acercamiento y
cooperación. Decididos a cambiar de imagen frente a la población, el Ejército inició campañas de
apoyo social, que incluían corte de pelo, ayuda médica, alimentaria y reconstrucción de la
infraestructura, poniendo al servicio de las comunidades campesinas buena parte de su personal
operativo y toda la maquinaria de ingeniería militar en labores de construcción de puentes y
carreteras.
77
depositó nunca muchas expectativas de desarrollo. Pero este repentino interés estratégico no
sólo cambió significativamente las reglas de juego sino que, al mismo tiempo, formaba parte de
un proceso de redefinición del rol del Estado, el cual sin embargo tampoco logra garantizar la
promoción eficiente del desarrollo. ³La responsabilidad social del Estado ha sido rebautizada con
un término muy usado por el gobierno de los Estados Unidos y difundido masivamente por
entidades multilaterales como el FMI y el BM: la µlucha contra la pobreza¶ (otro nombre de la
µselectividad¶)´ (BEAUMONT: 1996: 91).
La intervención del Estado como agente promotor del desarrollo departamental durante los años
90 se presentó, de manera especial, a través de dos importantes instituciones: FONCODES y el
PAR.
La institución que simboliza mejor este cambio de lógica y que concentra las acciones del
gobierno en el campo de la política social es el Fondo Nacional de Compensación y Desarrollo
Social (FONCODES). Dicho fondo de inversión social, creado en agosto de 1991, tuvo
inicialmente el objetivo de compensar los efectos ocasionados por ajustes económicos iniciales
del gobierno de Fujimori. Sin embargo, los objetivos de FONCODES, poco a poco, lograron
hacerse más ambiciosos e integrales. Actualmente, esta institución ha logrado crear un
determinado espacio de concentración de esfuerzos ante las entidades internacionales de
cooperación técnica, algunas ONGDs nacionales y, por supuesto, el propio Estado. Como el
agente cogestor y al mismo tiempo beneficiario de estos esfuerzos, se coloca a la comunidad
organizada, entablando con ella una relación directa de promoción.
Sin embargo, este fondo de emergencia no ha sido diseñado para atacar directamente las causas
de la pobreza estructural. Como parte de su estrategia de intervención existe la clara conciencia
de la misión ³accesoria´ que cumple. Para garantizar la eficacia de este fondo se requiere una
estrategia y una política de desarrollo económico que le dé el debido sustento, en la que se
prioriza la promoción de los sectores agroexportación, minería y turismo.
El periodo que vamos a analizar como parte de este trabajo corresponde a la política de
intervención anterior, donde la lógica imperante que marcaba la pauta era la lógica del proyecto y
de sus beneficios políticos. Hasta 1996, la mayoría de las veces, para FONCODES ³la necesidad
de traducir determinados objetivos de desarrollo en servicios e inversiones, lejos de construir un
instrumento válido de las estrategias de desarrollo, como debiera ser, (tendía) a convertir a los
proyectos en la política misma de desarrollo. De allí su proliferación, así como la de instituciones
basadas en éstos, o de proyectos que terminan µinstitucionalizándose¶´ (PANIAGÜA: 1991: 15). El
proyecto no se veía enmarcado dentro de un contexto mayor, en el cual constituía un importante
engranaje con necesidad de articulación. El proyecto seguía siendo un instrumento de
cooperación puntual, con sentido en sí mismo, incapaz de garantizar su sostenibilidad en el
tiempo.
Con respecto al tipo de intervención de FONCODES, las líneas de inversión y tipos de proyectos
que financia se dividen de la siguiente manera:
78
CUADRO Nº 12
Entre 1991 y 1993, FONCODES trabajó con un presupuesto financiado en su mayor parte por
fondos estatales. Durante los años siguientes, el interés de las agencias multilaterales por
profundizar en la propuesta de reformas estructurales, mitigando al mismo tiempo los impactos en
la población, permitieron a FONCODES acceder a financiamiento externo, principalmente del
Banco Mundial y del BID. En 1994 se obtuvieron préstamos por US $ 200 millones de estos dos
organismos, mientras que en 1996 se consiguió un refinanciamiento por US $ 300 millones para
el periodo 1997-2000.
A nivel departamental, los montos invertidos por FONCODES desde 1992 hasta 1997 en el
departamento de Ayacucho han sido los siguientes:
79
GRÁFICO Nº 7
12000
10000
8000
(Miles de US $)
6000
4000
2000
0
1992 1993 1994 1995 1996 1997
Desde el primer año de operación de FONCODES hasta el año 1993 se nota un ligero incremento
en los aportes destinados al departamento. Posteriormente, se registra un descenso significativo.
1996 representa un cambio de rumbo en lo concerniente a lineamientos de política social en
Ayacucho. De acuerdo a los propios datos de FONCODES, durante el periodo que va desde el
mes de enero de 1992 hasta el mes de noviembre de 1998, se han invertido en el departamento
S/.110¶700,875, financiando 1,507 proyectos de desarrollo.
CUADRO Nº 13
80
La mayor proporción de recursos fueron destinados a la inversión en infraestructura económica
agropecuaria e infraestructura social educativa, asignando menor importancia a los proyectos de
asistencia social.
En la provincia de La Mar, entre los meses de noviembre de 1991 y diciembre de 1994, del monto
total invertido (US $ 1¶082,417.00) no se aprobó ningún proyecto de Nutrición (Asistencia Social),
Transporte, Energía (Infraestructura Económica) ni de Desarrollo Productivo (tanto Agropecuario
como Multisectorial). Los montos invertidos (en US dólares) en la provincia fueron los siguientes:
CUADRO Nº 14
5 9 ,0 4 8 1 4 ,5 0 5 1 1 9 ,2 8 3 2 ,4 5 5 4 8 2 ,4 7 5 1 9 5 ,3 5 7 2 0 9 ,2 9 4
Aunque mucho de los proyectos implementados por FONCODES en Ayacucho no han seguido el
³conducto regular´ por tratarse de requerimientos de emergencia, es importante conocer cual es
el procedimiento especificado por esta institución. El proceso de implementación de un proyecto
de FONCODES es relativamente sencillo, pero requiere de la participación activa de diversos
actores para su adecuado funcionamiento. Se inicia con la presentación del proyecto por parte de
una organización de base, la misma que elige a un núcleo ejecutor para que realice la
implementación del proyecto. FONCODES evalúa dicha solicitud y destina los fondos de acuerdo
a los resultados de dicha evaluación, la cual atiende básicamente tres criterios de elección: nivel
de pobreza de la zona demandante, tipo de proyecto presentado y antigüedad de la solicitud. La
evaluación ex ante de FONCODES comprende trabajo de gabinete y de campo, y considera
aspectos sociales, económicos, técnicos y ambientales. Antes de iniciarse las obras, FONCODES
debe firmar un convenio con el núcleo ejecutor en el cual se especifiquen todos los términos de
referencia del proyecto a implementarse.
x Dar atención a los centros poblados más pobres (entre 40 y 400 viviendas o entre 200 y 2,000
habitantes) que se encuentran seleccionados en el Mapa de Pobreza.
x Financiar proyectos orientados a la atención de necesidades básicas insatisfechas
(saneamiento básico en ámbitos rurales, infraestructura económica, etc.).
Durante 1995 y 1996, las Oficinas Rurales aplicaban tres criterios de selección como sistema de
81
priorización:
Sin embargo, después de la tercera evaluación ex post de los proyectos financiados por
FONCODES, elaborada por el Instituto Apoyo, se incorporó al proceso de priorización un
sofisticado software (llamado Electre IV), el mismo que consiste en un sistema multivariable en el
cual se introducen ciertos parámetros para obtener un rating de prioridad. Las variables más
importantes que constituyen este sistema son:
De esta forma, FONCODES pasa a ser la entidad responsable de ³guiar y dirigir el proceso de
inversión social de acuerdo a sus fines´ (FONCODES: 1994: 5). Es el agente financiero, pero al
mismo tiempo es la entidad encargada de hacer el seguimiento y evaluar el impacto de los
proyectos que financia.
Por su parte, la organización de base designada, agente solicitante del financiamiento, actúa
como instancia operadora y al mismo tiempo beneficiaria del proyecto. Por último, el núcleo
ejecutor es la instancia responsable de conducir la ejecución del proyecto, coordinando ³las
actividades y medios de inversión para alcanzar los resultados esperados´ (FONCODES: 1994:
5). Debe existir una constante comunicación entre estos dos agentes, de tal manera que los
beneficiarios estén informados de los avances obtenidos por el proyecto.
a) Promotor: Es la persona natural o jurídica (privada o pública) que apoya a las organizaciones
de base y a los núcleos ejecutores en la preparación de los documentos técnicos.
Eventualmente, la organización de base puede designarlo como inspector del proyecto.
Además, FONCODES se responsabiliza, en teoría, a realizar cada tres meses una auditoria
externa y una evaluación de impacto del proyecto en ejecución.
CUADRO Nº 15
En total se implementaron 296 proyectos (frente a los 104 del año anterior), con una inversión
total de 9¶319,000 dólares, concentrándose los recursos en proyectos de infraestructura
económica agropecuaria, infraestructura social educativa y obras de saneamiento.
83
GRÁFICO Nº 8
Promoción y Difusión
84
4.2.2. El Programa de Apoyo al Repoblamiento (PAR)
La población objetivo del PAR está constituida, en su gran mayoría, por los retornantes
voluntarios y aquellos pobladores que permanecieron en sus centros poblados de origen y que
fueron afectados directamente por la violencia política. Los ámbitos de acción, en primera
instancia, son los departamentos de Ayacucho, Apurimac, Huancavelica y Junín.
En 1995, al interior del PAR Ayacucho, existían tres programas de cooperación, cada uno de ellos
con su propia dinámica y presupuesto. Estos programas fueron:
85
b) Programa de Inversión Pública 1995.- Este segundo programa benefició a unas 50,000
familias campesinas. Para ejecutarlo, fue necesario coordinar con diversos organismos del
gobierno central (Ministerios de Agricultura, Salud, Educación, Transporte y Comunicaciones,
Defensa, el gobierno regional "Los Libertadores-W ari", FONCODES, algunos Proyectos
Especiales, el INADE, COOPOP, PRONAA, PRONAMACHCS y el INS). Tuvo como objetivo
principal promover el desarrollo integral de las poblaciones desplazadas en las zonas de
emergencia. El 46,73% de su presupuesto (US $ 34¶972,300) fue destinado exclusivamente a
la atención del departamento de Ayacucho.
CUADRO Nº 16
1995 1996-2000
Atención Básica Desarrollo Integral Atención Básica Desarrollo Integral
Fondos del Fondos de la Fondos del Fondos de la Fondos del Fondos de la Fondos del Fondos de la
Tesoro Cooperación Tesoro Cooperación Tesoro Cooperación Tesoro Cooperación
Público Internacional Público Internacional Público Internacional Público Internacional
Fuente: PAR
A pesar de encontrarse en medio de una guerra interna sin precedentes en nuestro país, algunas
instituciones promotoras decidieron permanecer en su lugar de trabajo, adaptándose a las nuevas
circunstancias impuestas y recreando herramientas que convertirían su labor, a pesar de todos
los obstáculos, en una contribución eficaz a la pacificación.
Para cumplir con su misión, fue preciso reformular muchos fundamentos de las propuestas
precedentes. Se partió de la concepción de promoción al desarrollo, la misma que había sido
entendida hasta entonces por las ONGDs locales como ³la búsqueda de alternativas de desarrollo
y transformación desde una perspectiva popular, en un proceso de acompañamiento, relación
horizontal y reflexión conjunta en estos mismos sectores populares´ (PRATEC y Otros: 1990:
303). Durante los años de la guerra fue necesario incorporar, con carácter prioritario, la defensa
de los derechos humanos como una nueva dimensión que diera sentido a todo ese esfuerzo.
86
La promoción del desarrollo en un contexto de guerra se convierte, hasta hoy, en un reto
sumamente complejo. Ante una situación de total emergencia, el cuestionamiento principal al
implementar una estrategia de intervención es: ¿Cómo crear, o facilitar el surgimiento de las
condiciones necesarias para promover el desarrollo en una población cuya demanda principal e
impostergable es la asistencia?, ¿hasta qué punto es factible hablar de desarrollo sostenible en
un contexto de absoluta carencia?
Durante los años más violentos en Ayacucho, la mayor parte del apoyo consistió en transferir la
máxima cantidad de recursos para satisfacer las necesidades básicas de la población. La ayuda
humanitaria consistía básicamente en el envío de alimentos, medicinas, vestimenta y materiales
de construcción. Sin embargo, esta situación debía plantearse como una ayuda temporal, pues de
prolongarse podría originar efectos contraproducentes para la labor misma de promoción, la
misma que, por su parte, se vio seriamente afectada por las restricciones que representaba la
presencia de Sendero.
Sin embargo, ³existe gran riesgo de que la población de bajos recursos, en su papel de
µbeneficiarios¶ resulte sobre dependiente de sus benefactores en la entrega de insumos, acceso a
créditos, venta de productos u otras facilidades, y finalmente quede en una posición muy
vulnerable´ (VERHAGEN: 1990: 26). Este riesgo aumenta si, en medio de una situación de
emergencia causada por el desarrollo de la violencia política en una región, existe un importante
volumen de recursos que serán distribuidos de manera gratuita.
En el afán de crear espacios de concertación eficientes, las ONGDs locales organizaron diversos
eventos de reflexión y discusión colectiva. Uno de los más importantes espacios fue el primer
seminario taller sobre ³Agricultura Andina y Proyecto Campesino´ realizado en la ciudad de
Huamanga en octubre de 1987. Intentó reflexionar en torno al futuro de la promoción en una
situación de conflicto armado desde una temática determinada. Sin embargo, fueron pocos los
elementos que se presentaron para elaborar una estrategia adecuada de intervención en
Ayacucho. Se puso un mayor énfasis en temas eminentemente técnicos, especializados en
tecnologías andinas. Participaron en este evento FINCA, Asociación Runamaqui, CCC-UNSCH,
CEDAP, CIPA XVIII, CENFOR VIII-A, FADA, IER ´José María Arguedas´, INDA, INIPA, TADEPA,
la Universidad Nacional San Cristóbal de Huamanga, Vecinos Perú y CEPIA.
Al año siguiente, diez ONGDs forman el Comité Interinstitucional de Desarrollo Rural de Ayacucho
- CIDRA para aunar esfuerzos y tener un referente organizacional fuerte que les permita hacer
coordinaciones conjuntas con el Estado. Esta nueva instancia convocaría en enero de 1989, el II
87
Seminario de Tecnologías Andinas ³Mundo Andino y Desarrollo´, el mismo que brindó mayor
cantidad de elementos para la elaboración de la estrategia. Esta vez participaron el CCC-UNSCH,
CEDAP, OAASA, TADEPA, IER José María Arguedas, INDA, Vecinos Perú, FADA, Programa de
Capacitación Escolar Agrícola - CEA, Proyecto Alpaca del INIAA-PAL, PRATEC y la Facultad de
Ciencias Agrarias de la UNSCH.
La objeción principal que Sendero presentaba al trabajo de las ONGDs en el país era la
infiltración de capitales imperialista en nuestra economía y el poder que adquirían a través de este
capital los agentes de la cooperación internacional y sus representantes al interior de los grupos
de población beneficiaria. Resultaba nocivo para sus propuestas todo tipo de trabajo que
construyera conciencia social. Es por eso que decidieron atacar directamente el trabajo de las
ONGDs en las zonas de emergencia. Uno de más afectados fue el Centro de Desarrollo
Agropecuario. ³En setiembre de 1989, miembros del personal de CEDAP fueron detenidos por
una columna senderista y su vehículo fue destruido, como aviso de permanecer fuera del campo
durante el periodo de las elecciones municipales´ (SMITH: 1992: 91). Debido a esta actitud
permanente de hostilidad y confrontación, para 1990 sólo quedaban diecisiete ONGs trabajando
en todo el departamento de Ayacucho.
Un elemento importante en el quehacer de las ONGDs a partir de esta última década ha sido el
replanteamiento de términos en su relación con el Estado. En los años µ80 las actividades de las
ONGDs se definían en oposición al Estado, a través de un discurso y una práctica eminentemente
antigubernamentales. En la actualidad, en Ayacucho (al igual que en el resto del país) han
establecido tres tipos de relaciones con el Estado: a) adaptación a la política social, ubicándose
generalmente en una situación de subordinación frente a las directivas del gobierno; b) mediación
en los casos en que se beneficie directamente a la población. Es el caso, por ejemplo, de las
ONGDs que apoyan le ejecución de proyectos de FONCODES; y c) abierta confrontación. En el
campo de la promoción también se da el singular juego simultáneo de las actividades
complementarias y competitivas.
En un intento de graficar este proceso, podemos decir que se ha establecido una especie de
circuito con sus variantes locales y excepciones. La intervención del ejército de Sendero
Luminoso dejó muchas ³zonas liberadas´ en el departamento; en ellas la presencia de las ONGDs
era prácticamente nula. Para contrarrestar este efecto, las ONGDs se repliegan a Huamanga y
realizan un trabajo promocional de resistencia. Sin embargo al iniciarse el proceso efectivo de
pacificación en el departamento (1992-1993), el repliegue de Sendero coincidió con la fuerte crisis
de financiación para las ONGDs, las mismas que, por su deficiente capacidad instalada, sólo
pudieron, en el mejor de los casos, mantener los trabajos que tenían. Por otro lado, el Estado, con
una mayor cantidad de recursos destinados a la inversión social, ocupó las ex-zonas liberadas de
Sendero y adquirió legitimidad en la población afectada por la violencia.
Por otro lado, el repliegue de las ONGDs ha condicionado bastante la visión que tienen de la
población beneficiaria y de sus problemas. No todas las ONGDs cuentan con un nivel óptimo de
acercamiento a la realidad del departamento como para proponer soluciones viables desde su
experiencia local. Es preciso para estas organizaciones recuperar el acercamiento y la propuesta
de soluciones directas. A veces la distancia condiciona a ubicar respuestas distantes,
³intelectualizadas´, a los problemas prácticos que se presentan. Es preciso generar una instancia
de reflexión, que racionalice los procesos, pero que tengan un referente directo al trabajo
88
promocional de base.
El conocimiento de la realidad local es de fundamental importancia también por otra razón. ³Si hay
una característica intransferible de los proyectos es justamente el hecho de referirse a un ámbito
mínimo de acción para el cual se han diseñado objetivos, resultados y plazos muy precisos. La
reproducción y/o recreación en pequeña escala de ciertas condiciones que permiten a la vez
modular las distorsiones internas generadas por la influencia exógena y paliar las tendencias al
deterioro en la calidad de vida de la población, constituye con seguridad uno de los rasgos de la
acción de los proyectos´(PANIAGÜA: 1991: 4)
Los últimos esfuerzos para formular un plan de desarrollo regional corresponden al CIDRA. Todo
el personal directivo, profesional y técnico recibió, desde mediados de 1995 hasta fines de 1996,
un curso de capacitación ofrecido por el PACT/AID. Además, también participaron como invitados
la UNSCH, el Proyecto Río Cachi y el gobierno regional Los Libertadores-W ari´.
La propuesta del PACT para el trabajo con las ONGDs del Comité abarca las tres grandes líneas
del fortalecimiento institucional:
A nivel general, los beneficios inmediatos de esta capacitación han permitido al personal de las
ONGDs del consorcio del CIDRA tecnificar sus propuestas, ampliar su potencial para planificar y
gestionar proyectos de desarrollo, eliminar la perspectiva cortoplacista de intervención que traía
consigo un débil impacto de las actividades y optimizar los recursos de la cooperación y los del
gobierno central.
El cuadro 17 nos puede dar una idea de la dinámica de trabajo de las ONGDs en el
departamento, las zonas de influencia y las áreas temáticas de sus proyectos. Según esta
89
información, los proyectos de las ONGDs locales están focalizados en la provincia de Huamanga,
mientras que en el resto de provincias el nivel de abandono es significativo. En términos
generales, el apoyo promocional parece presentar una ³preferencia geográfica´ por el norte del
departamento. Las provincias de Vilcashuamán, Víctor Fajardo, Sucre, Huancasancos, Lucanas,
Parinacochas y Paucar del Sara Sara no reciben prácticamente ninguna atención. Al mismo
tiempo, podemos observar la falta de un trabajo integral de las ONGDs ayacuchanas, pues son
muy pocas las organizaciones de promoción que han logrado obtener alcance departamental.
Con respecto a sus áreas temáticas, observamos los proyectos implementados por las ONGDs en
Ayacucho poseen una doble direccionalidad en sus espacios de intervención. Por un lado, se
proponen garantizar un nivel adecuado de sostenibilidad social atendiendo prioritariamente uno de
los servicios básicos más importantes, la salud, y por otro implementan una serie de propuestas
productivas de desarrollo rural y microcrédito. Lamentablemente, este modelo de atención dual (a
necesidades sociales y económicas simultáneamente) sólo está siendo ejecutado en la capital del
departamento, donde los campesinos tienen mayores opciones de alcanzar considerables niveles
de eficiencia.
Por otro lado, la perspectiva de género como enfoque transversal del trabajo institucional en las
ONGDs ayacuchanas va tomando cuerpo poco a poco. Algunas de ellas tienen departamentos
y/o líneas de trabajo dedicadas a la temática de Mujer y Desarrollo (CEPRODEP, CHIRAPAQ,
COTMA, IER, IPAZ, PAIDE). Sin embargo, estos avances no se logran plasmar adecuadamente
en la formulación, ejecución y evaluación de los proyectos propios.
Por último, sorprende una aparente falta de interés por el tema ambiental. Ninguna de las ONGDs
activas en Ayacucho actualmente cuenta con un área específica de ecología y/o medio ambiente,
a pesar que algunos de sus proyectos consideran directamente esta variable.
CUADRO Nº 17
Nutrición 1 1 1 - - 1 3
Infraestructura 3 1 - 1 1 - 1
Salud 7 2 1 2 1 - 2
DD.HH. - 1 1 - - 1 3
Educación 3 - - 1 1 - 1
(13) Este cuadro considera un universo de 23 ONGDs. Además de las 14 ONGDs consideradas por Noriega que trabajan en el
departamento, incluye a AYNI, CEDESPRA, CEPRODEP - Ayacucho, CODEAC, CHIRAPAQ, IDESI, IPAZ - UNSCH, PRISMA -
Ayacucho y VECINOS PERÚ. Por otro lado, no se ha tomado en cuenta al CIPED, registradas por la fuente, pues dicha institución
a cambiado de razón social y hoy se llama CIPPD.
90
Autogestión 3 2 - 1 1 - -
Desarrollo Rural 4 2 2 1 1 1 3
Crédito 7 5 3 1 1 1 3
Prod. Agropec. 5 3 3 1 - - 5
Género 1 1 2 - - 1 1
Fuente: NORIEGA, Jorge. ³Perú: Las Organizaciones No Gubernamentales de Desarrollo (ONGD)´. DESCO.
Lima, 1997. Elaboración propia
En términos generales, a pesar de no contar con una línea ideológica única, la Iglesia Católica en
nuestro país también maneja una determinada concepción del desarrollo, íntimamente ligada a
sus principios teológico-sociales fundamentales. Dicha concepción se encuentra sistematizada y
presentada en la llamada ³Doctrina Social de la Iglesia´, es decir, en aquel conjunto de
enseñanzas y normas referidas a todos aquellos valores humanos que han de realizarse a través
de la cooperación social.
En la mediación socio-analítica se emplean algunos aspectos del análisis social marxista, aunque
como dice L. Boff siempre ³en función y a partir de los pobres´. De esta forma, la TdL usa
libremente del marxismo algunos criterios metodológicos entre los que podemos encontrar la
importancia de los factores económicos en el establecimiento de las estructuras sociales, la
atención a la lucha de clases a través del conflicto de sus intereses, el poder mistificador de las
ideologías (incluyendo las religiosas), entre otros.
A través de una intensa dinámica de inserción, los ³liberacionistas´ lograron, en la mayoría de los
casos, un acercamiento cercano a la identificación. ³Ser como los pobres, para luchar contra la
pobreza´, es una frase que sintetiza su propuesta metodológica de intervención durante los años
91
70 y 80 (14).
Pero este particular estilo de entender la participación social de los católicos no tuvo un eco
significativo en las autoridades más importantes de esta institución. Dichas autoridades
argumentaban que el límite entre lo propiamente religioso y sociopolítico se había perdido y que la
preocupación por la ³cuestión social´ estaba influenciada significativamente por el marxismo
latinoamericano, del cual no se podían separar sus criterios metodológicos sin contaminarse de
su ideología atea. Fue en esta época precisamente cuando la Iglesia Católica presentó una
propuesta mucho más clara y coherente de promoción del desarrollo, con una nueva forma de ver
las relaciones sociales y la equidad, en un afán de recuperar la ya deteriorada inquietud de
búsqueda de la justicia social.
³Una doctrina social de la iglesia, elaborada con la sensibilidad por los más pobres, debe unir con
µsimpatía¶ -en el sentido original del término- tanto una reflexión teológica que percibe
privilegiadamente la significación de los pobres en la revelación y en la construcción del Reino,
como una metodología del análisis social que ahonde en las causas reales de la opresión de los
pobres y ofrezca posibilidades de solución´ (15)
Diversas ONGDs de apoyo al trabajo pastoral del sector liberacionista surgieron durante estos
años, y aún permanecen trabajando a lo largo del país. Según los datos de DESCO, son 36 las
ONGDs ³de Iglesia´ que realizan actualmente trabajo de promoción en el país. Durante mucho
tiempo, complementaron sus iniciativas de promoción socioeconómica con un trabajo de
formación en valores y defensa de la dignidad humana, asignando un carácter integral a su
propuesta. Sin embargo, a más de 25 años de distancia de la experiencia inicial podemos afirmar
que fueron los sectores conservadores los que terminaron por imponer, al interior de la Iglesia
Católica nacional, su perspectiva de trabajo social.
A diferencia de otros lugares en el país, el departamento de Ayacucho no fue uno de los lugares
donde el sector liberacionista pudo desarrollar sus enfoques de trabajo pastoral libremente, pues
su Iglesia local siempre se ha caracterizado siempre por su marcado estilo tradicionalista y
conservador. De allí que, orientada básicamente a la atención de sectores sociales en alto riesgo,
en 1996 la totalidad de las obras sociales de esta jurisdicción eclesiástica sean programas
asistenciales (16). Hasta hoy la situación no ha cambiado substancialmente. De esta manera, se
viene cumpliendo una labor humanitaria importante desde la Iglesia Católica, pero al mismo
tiempo de carácter muy restrictivo y dependiente.
El análisis del caso CARITAS AYACUCHO nos permite ver los alcances y limitaciones que
pueden surgir en un trabajo de promoción al desarrollo dentro de una institución con criterios
rígidos de participación social. Fundada en 1956, su labor principal ha sido servir de intermediaria
en el reparto de alimentos donados por la cooperación internacional a los sectores más
deprimidos de la población en el departamento.
(14) Además de los libros de Gustavo Gutierrez ³Teología de la Liberación. Perspectivas´ (1971) y ³Hablar de Dios desde el
sufrimiento del inocente´(1986), caben destacar entre las obras principales de esta corriente de pensamiento ³Cómo hacer teología de
la liberación´ de Leonardo y Clodovis BOFF (1986), ³Teología de lo político´ de Clodovis BOFF (1980), ³Teología política
cristiana. Guía marxiana´ de Joseph PETULLA (1984) y ³La teología política´ de Marcel XHAUFFLAIRE (1974).
(15) ANTONCICH, Ricardo. Los cristianos ante la injusticia. Hacia una lectura latinoamericana de la doctrina social de la Iglesia.
Centro de Proyección Cristiana. Lima, 1982. Página 80.
(16) La Iglesia Católica ayacuchana tiene ocho obras sociales: CARITAS-OAASA, que realiza los repartos de alimentos donados y
tiene a su cargo un Centro de Salud Materno Infantil; Las Casas Hogar Juan Pablo II, en Huanta y Huancapi, junto con el
Puericultorio ³A. Vivanco Amorín´, instituciones encargadas de la atención de los niños huérfanos y abandonados; el Centro de
Salud ³San Alfonso´, de Huanta; el Comedor de las Hermanas Franciscanas, en Tambo; el Hogar de Ancianos y el Comedor de los
Pobres en Huamanga.
92
Durante los años 80, CARITAS AYACUCHO fue dirigida por el P. Víctor Acuña Cárdenas. Con
treinta años de capellán asimilado a la Guardia Civil, ostentaba el grado de Mayor. Este sacerdote
fue acusado por Sendero Luminoso de ladrón, y de traficar con las donaciones destinadas a los
pobres. El mensaje se transmitió por una radio local el 19 de junio de 1987. Previamente, el 11
de abril de ese mismo año, un extraño incendio había destruido una parte del Templo de La
Magdalena, parroquia que se encontraba a cargo de Acuña. El 3 de diciembre de 1987, cuando
aún se encontraba celebrando una misa, fue asesinado por Sendero.
El P. Carlos Schmitd, S.J., fue designado ese mismo año por el obispo Federico Ritchter Prada
para hacerse cargo de CARITAS Ayacucho. Al iniciar su gestión, se crea la Oficina
Arquidiocesana de Acción Social de Ayacucho (OAASA), institución privada de la iglesia
encargada de atender aspectos de asistencia social y promoción humana. Dentro de su estructura
organizativa, se podía distinguir un área de ³Apoyo Alimentario´, que administraba, controlaba y
supervisaba la distribución de los productos recibidos por CARITAS diocesana; un área de
³Servicio Social´, que comprendía un ³Centro de Socorro´ para la atención de casos de extrema
necesidad y un departamento de ³Servicio Socio-Legal´; un área de ³Proyectos Productivos´ y un
área de ³Salud´. Su presupuesto institucional anual bordeaba el millón de dólares americanos.
OAASA tuvo un rol muy importante atendiendo a la población afectada por violencia política, y el
P. Schmitd adquirió un respetable protagonismo en el trabajo de promoción al desarrollo y
defensa de los derechos humanos. Esta posición generó una serie de celos y conflictos al interior
de la iglesia local, pues sus autoridades se habían caracterizado durante los años de violencia por
apoyar explícitamente a las Fuerzas Armadas en el departamento.
Cuando el Obispo Cipriani asume sus responsabilidades como colaborador de Monseñor Richter
Prada en OAASA, la situación llegó a un punto insostenible para Schmidt. El hostigamiento del
nuevo obispo provocó, en 1990, la destitución del director de OAASA y la desactivación de la
mayor parte de programas de esta oficina. Cipriani consideraba que el trabajo en pro de los
derechos humanos y la promoción de proyectos de desarrollo no eran un trabajo ³sacerdotal´, por
tanto prohibió que los jesuitas en general, y Schmidt en particular, realizaran este tipo de labores.
Además, también mostró su descontento con la participación de los mismos como docentes
universitarios en la UNSCH.
Monseñor Cipriani estaba (y aún se encuentra) ligado estrechamente al gobierno del Ing. Fujimori.
³El Obispo de Ayacucho, no es secreto para nadie, quiere ser cardenal. Su principal limitación
para avanzar es él mismo. Enemigo jurado de los derechos humanos, partidario del golpe de
Estado, defensor de la impunidad, etc., etc., etc.´ (17) fue el responsable principal de la
desarticulación de interesantes propuestas de desarrollo surgidas desde un sector más
progresista de su Iglesia. Al mismo tiempo, desde los primeros meses de su constitución se
convirtió en miembro del directorio de la oficina regional de FONCODES, cargo que abandonó
sólo a finales de 1997.
(17) Revista IDEÉLE, no 95. Publicada por el Instituto de Defensa Legal. Lima, marzo 97. pagina 5.
93
y su capacidad de apoyo al gobierno.
Una notable reducción en los volúmenes de aporte se dejó sentir durante el año 1995, cuando
CARITAS AYACUCHO apoyó a un total de 147 comedores populares, los mismos que
funcionaron como puntos de referencia para el reparto/venta de alimentos. Los productos de
venta simbólica (ya no donación) fueron aceite proveniente de la Unión Europea y los productos
habituales proporcionados por USAID (trigor, harina y soya). El apoyo de la Unión Europea
alcanzó logró una cobertura de 8,000 beneficiarios, mientras que el apoyo de USAID cubrió un
total de 40,773 beneficiarios.
Actualmente, el problema se plantea en otros términos. Debido a la línea política adoptada por el
gobierno actual, sobre todo con respecto a la política de planificación familiar y su consecuente
confrontación con la Iglesia Católica, los volúmenes de ayuda por parte de USAID a CARITAS
PERÚ están siendo reducidos severamente, a tal punto que, para el año 2,000, dicha ayuda será
totalmente retirada.
CARITAS PERÚ se ha empezado a reorganizar para adaptarse a las nuevas situaciones, con
Planificación Estratégica, tanto la central como las distintas CARITAS Diocesanas. Sin embargo,
los proyectos de seguridad alimentaria ven peligrar seriamente su permanencia por carecer de
estrategias de sostenibilidad.
Ante un panorama tan complejo como el que plantea la realidad económico social ayacuchana en
los últimos años, sería imposible diseñar un estilo único de intervención que satisfaga todas las
necesidades y expectativas. La determinación de pertinencia de tal o cual política de intervención
sólo es posible a través de un auténtico proceso de validación casuística, observando total los
detalles del entorno.
Sin embargo, es innegable que han existido algunos aciertos y grandes errores en la mayor parte
de las intervenciones, sean éstas públicas o privadas. En el siguiente balance global trataremos
94
de ver, genéricamente, estos resultados de la gestión del desarrollo en el departamento de
Ayacucho durante los últimos años.
El departamento de Ayacucho es uno de los lugares donde se puede apreciar con mayor nitidez
el impacto del apoyo estatal en la población destinataria. Como ya hemos mencionado, la
consolidación del proceso de pacificación encontró su símbolo más importante en este
departamento. Uno de los indicadores más exactos para cuantificar dicho impacto es el nivel de
asistencia técnica brindada a los campesinos en los trabajos de promoción del desarrollo rural.
Según los datos del INEI, la distribución de esta asistencia es la siguiente:
CUADRO Nº 18
Fuente: INEI. III Censo Nacional Agropecuario. Resultados Definitivos. Departamento de Ayacucho. No 22. INEI.
Lima, Mayo 1996. Tomo IV.
Elaboración propia.
Alrededor del 70% del apoyo técnico a los campesinos es brindado por organismos estatales y, a
diferencia de las ONGDs, dichas instituciones está presente en todas las provincias del
departamento. Sólo el 14.4% de la asistencia estatal se encuentra concentrada en la capital,
demostrando un criterio muchos más equitativo en su política de intervención.
Sin embargo, esta presencia abrumadora en la actualidad se complementa con una competencia
95
por el peculiar monopolio de la asistencia y la promoción al desarrollo a nivel nacional. El gobierno
de Fujimori se mantiene en fuerte competencia con las ONGDs en el afán de copar los amplios
espacios de intervención que quedaron libres durante la guerra. Su finalidad última es revertir la
tendencia de legitimidad en la población que, por la secuela de los últimos acontecimientos de la
coyuntura socioeconómica, va en franco descenso.
Existe cierta idea de lo importante de los mecanismos consultivos. El problema es que como no
son científicos sociales, toman de una manera muy simplista lo participativo.
Una importante limitación es que los miembros de los equipos ejecutores suelen ser técnicos
agrarios y/o expertos en infraestructuras, pero por lo general carecen de especialización en
técnicas de promoción social y cultural. Además, la elaboración, ejecución y evaluación de los
proyectos implementados desde el Estado, a pesar de presentar muchos de ellos una perspectiva
de mujer y desarrollo, carecen de enfoque de género como enfoque transversal.
Por otro lado, tanto la Iglesia católica como el Estado, en determinado tipo de proyectos, han
cometido el grave error de impulsar políticas asistenciales de las diferentes instituciones,
generando y/o consolidando lazos de dependencia difíciles de romper. La generación de esta
dependencia ha tenido consecuencias inmediatas en los niveles de participación de la población
destinataria en los programas y proyectos. Por ejemplo, cada vez es más frecuente encontrar
oposición en muchos campesinos a ofrecer su fuerza de trabajo como aporte propio en la
implementación de proyectos de desarrollo, incluso para algunos programas estatales, pues
existen otros programas y proyectos, también implementados por el Estado, donde no existe esta
exigencia sino que, por el contrario, se remunera el jornal de trabajo comunitario, originalmente
concebido como ³aporte propio´ de la comunidad en la obra.
Uno de los instrumentos que nos pueden dar algunas luces en torno a los impactos logrados por
los proyectos de FONCODES durante los últimos tres años es la ³Cuarta evaluación ex post de
96
los proyectos financiados por FONCODES´. A pesar que el Instituto APOYO S.A. estuvo a cargo
de dicha evaluación (18), podemos apreciar que el documento presenta un tenor de crítica discreta
frente a las principales dificultades detectadas. Aunque de tipo principalmente operativo, entre
estas dificultades podemos encontrar:
x Existe un problema para evaluar los proyectos antiguos pues es difícil encontrar a los
miembros del núcleo ejecutor.
x La encuesta empleada tenía un número elevado de preguntas, por lo que se veía la necesidad
de simplificarla y además, de combinar este tipo de recolección de información con otras
técnicas de carácter cualitativo (focus group, por ejemplo).
x Es necesario actualizar el Mapa de Pobreza empleado, para que la focalización sea más
eficiente y acertada.
De un análisis más detallado del documento, podemos apreciar que la evaluación realizada por el
Instituto Apoyo presentó también diversos errores técnicos. Los consultores de Apoyo, pasando
por alto las técnicas elementales para realizar evaluaciones de impacto para proyectos de
desarrollo presentaron las siguientes carencias:
x No realizan una comparación directa entre las metas propuestas y los resultados alcanzados
por los proyectos, insumo elemental para verificar el nivel de eficacia de los proyectos.
x Se toma en cuenta sólo 350 muestras no aleatorias y cinco beneficiarios para evaluar los
proyectos, careciendo dicha medición de carácter representativo.
Más allá de los inconvenientes técnicos de los evaluadores y las insuficiencias operativas de los
equipos ejecutores se encuentra la verdadera razón por la cual se asignan determinados roles a
los agentes y se plantea la intervención de una forma tan ineficiente. Detrás de toda intervención
estatal del actual gobierno en política social se encuentra en afán electoral de mayor captación de
votos. De esta manera, desgraciadamente la instrumentalización de las necesidades de las
poblaciones más pobres resulta ser una actitud típica cuando se trata de definir la estrategia de
intervención estatal.
(18) El Grupo APOYO, holding del cual el Instituto APOYO es integrante, se ha caracterizado por su posición extremadamente
complaciente frente al gobierno del Ingeniero Fujimori. Tal vez por esta razón ha sido convocado consecutivamente a realizar las
evaluaciones ex post de los proyectos de FONCODES durante los últimos años.
97
impacto no llevó a una consecuente revisión de lo ocurrido en el departamento y al diseño de una
política ad hoc. Muy por el contrario, significó el incremento de los fondos de inversión social
destinados a esta zona del país y la coordinación más intensa de los distintos organismos
estatales para lograr una presencia más marcada en las comunidades. De esta forma, tenemos
que los montos invertidos por el Estado durante el año 1998 tuvieron la siguiente distribución:
98
4.5.2. Intervención desde las ONGDs y la Iglesia Católica
La labor de lobby de las ONGDs para propiciar el cumplimiento de dicha responsabilidad forma
parte de una estrategia integral de intervención. Una auténtica propuesta de desarrollo necesita
de la participación activa del Estado. Es imposible llevar a cabo desde el espacio no
gubernamental, restringido en campo de acción y en recursos, una política integral. Deben
formularse políticas conjuntas que permitan el desarrollo regional a todo nivel. El campo no
gubernamental, por sus limitaciones, funciona sólo como un paliativo.
Lamentablemente, han sido pocas las ONGDs que han atendido de manera integral y sostenida a
la población ayacuchana, y pocas sus líneas de intervención ante una problemática tan compleja.
Han resultado insuficientes las atenciones en líneas tan importantes como los DD.HH., la Salud
Mental (sobre todo la infantil), la transferencia tecnológica y el diseño e implementación de
programas de tecnología intermedia, entre otras.
Aunque la mayor parte de los enfoques de desarrollo empleados apuntaban a lograr el aumento
de capacidades y el nivel de participación social de las poblaciones más necesitadas en el
departamento, los instrumentos empleados en las intervenciones no siempre han sido los más
indicados. La falta permanente de diagnósticos locales, imposibles de hacer durante los años de
la guerra interna, limitaron mucho la acción de las ONGDs y el impacto de sus proyectos.
Por otro lado, también por parte de las ONGDs han existido enfoques de trabajo que presentaban
el problema del desarrollo en términos duales. Principalmente la propuesta de Desarrollo Comunal
Endógeno, encabezada por el CCC-UNSCH planteaba una intervención absolutamente miope a
través de la cual no se respondía a los requerimientos formulados por los propios campesinos. La
modernidad era vista por el CCC como una amenaza y la cultura campesina como un bastión
inexpugnable, sin percatarse que los campesinos ayacuchanos iban incorporando, en un
interesante proceso de ³simbiosis cultural´, elementos de esa amenazante modernidad sin ningún
complejo de culpa ni temor.
La Iglesia Católica por su parte, después de la labor realizada desde OAASA por el P. Schmidt,
no ha sabido proponer una alternativa de desarrollo para los campesinos que se encuentre a la
altura de sus necesidades y problemas. Parte de esta incapacidad se debe también a la falta de
manejo de instrumentos metodológicos adecuados y, sobre todo, de una decisión política de sus
autoridades de trabajar realmente al lado de los más pobres y necesitados tratando de sacarlos
adelantes, superando su condición de pobreza a través de alternativas viables y sostenibles.
100
CAPÍTULO V
En esta perspectiva, el caso del PAR es un interesante ejemplo para analizar pues dicha entidad,
como punto de partida de su intervención en determinado lugar, realiza algunos sondeos y
estudios técnicos específicos antes de programar y ejecutar sus obras, sin que éstos tengan
necesariamente los elementos básicos de un diagnóstico o un estudio de factibilidad. Además,
estos reconocimientos puntuales, que formando parte de la metodología institucional de
intervención se solían hacer hasta 1996, de una forma muy superficial, sin un apoyo
interdisciplinario adecuado y sin los instrumentos especializados. Fue por esta razón que muchas
veces este organismo gubernamental fue incapaz de detectar problemas internos que se
presentaban como auténticos inconvenientes a la hora de implementar los proyectos, problemas
que estaban directamente relacionados con las condiciones de viabilidad y sostenibilidad de los
proyectos ejecutados. Entre estos problemas se encontraban, por ejemplo, rivalidades entre
comunidades campesinas, presencia senderista infiltrada en las organizaciones de base,
existencia de tecnologías tradicionales desaprovechadas, etc. Este clase de factores, eran los
³pequeños detalles´ que muchas veces pasaron por alto los profesionales y técnicos del PAR.
En una entrevista con el Ingeniero Tulio López, Director Regional del PAR - Ayacucho en 1996
(19), dicho funcionario declaró que su institución no acostumbraba hacer estudios integrales en las
comunidades con las que trabaja, sino que simplemente se había limitado a adquirir los
conocimientos básicos indispensables para ejecutar las obras proyectadas. ³Sólo si la población
causa problemas les hacemos el estudio´. Para este funcionario, la mayor parte de los
lineamientos fundamentales y metodologías de la planificación del desarrollo local ya estaban
implícitos en las propuestas del PAR, por lo tanto, no era pertinente ³perder tiempo´ y recursos en
diagnósticos integrales. Cuando se presentaban los ³problemas´, es decir los factores externos
que no habían considerado antes de implementar los proyectos, recién tomaban consciencia de
su importancia y realizaban el paso previo.
De acuerdo a los criterios manejados por el PAR, el principal problema que deben afrontar los
equipos ejecutores de proyectos en las zonas de emergencia es la lógica de subsistencia que
(19 ) La entrevista al funcionario del PAR fue realizada por el autor de este trabajo en las oficinas de la institución, en la ciudad de
Huamanga, el día 25 de enero de 1996.
101
manejan los campesinos andinos como criterio básico de producción. Dicha característica está
condicionada por su entorno cultural pues, para los campesinos ³todo es rutinario, no tienen
mayores expectativas de vida. Su vida es muy sencilla. Son conformistas, pasivos, porque el
medio no les exige a producir más y mejor. Se conforman con lo poco que puedan sacar para
subsistir´.
De acuerdo al Ingeniero López, ³el rendimiento de las tierras es mínimo. Ellos sacan, por ejemplo,
5 o 6 TM. de papa por hectárea, cuando podrían alcanzar perfectamente las 30 TM. No les
pedimos el óptimo internacional, que está entre 50 y 60 TM. Encima, renuncian al uso de
fertilizantes. Con las justas usan un poco de urea y superfosfato´.
Como bien sabemos, existen diversas formas de mejorar los suelos e incrementar los niveles
productivos de la tierra. La agricultura ecológica ha demostrado que los fertilizantes químicos ya
no son la única alternativa y que es responsabilidad de los equipos ejecutores ir propiciando en
los campesinos un manejo de sus tierras orientado al desarrollo sostenible. Por tanto, el hecho
que los campesinos usen urea o superfosfato en mayor o menor medida no es un buen indicador
de sus posibilidades para mejorar la productividad de sus tierras.
Gracias a este tipo de declaraciones podemos apreciar que, a pesar del innegable acercamiento
del Estado a la población ayacuchana ocurrido durante los últimos años, pasando de ser uno de
los más temibles violadores de los derechos humanos a inicios de los ¶80 a ser una importante
fuente de inversión social, está claro que su propósito de ³sacarlos de todo eso, apoyando sus
iniciativas´ necesita ser redefinido, incorporando instrumental técnico de promoción.
Por el gran contenido simbólico que posee todo el departamento de Ayacucho, la intervención de
las instituciones promotoras del desarrollo en poblados altamente afectados por la violencia
política tiene un reconocimiento adicional. Un reconocimiento natural por parte de los
directamente beneficiados por la intervención y otro, no muy frecuente, surgido del colectivo
nacional en su conjunto. Este ³beneficio´ no cuantificable de los programas y proyectos
implementados suele ser capitalizado impropiamente por el Estado, sobre todo en épocas previas
a las elecciones generales o municipales (20).
Dentro de las llamadas ³zonas de emergencia´, uno de los lugares que ha recibido más apoyo por
parte del Estado es la comunidad de Huayao. Después de la matanza de 1992, en una intención
de reconstrucción social acelerada, el Ingeniero Fujimori ordenó la implementación inmediata de
las siguientes obras:
(20) Existen dos ensayos en el número 9 de la revista ³Pretextos´ (DESCO, 1996) que trabajan este tema a profundidad: ARCE,
Moises. ¿Qué tan eficiente es la política social de FONCODES´ y BALBI, Carmen Rosa. ³El fujimorismo: una delegación
vigilada´.
102
sin mayores criterios técnicos, respondiendo simplemente a una solicitud espontánea de la
población. No se hizo un estudio previo de factibilidad para verificar las verdaderas condiciones
en las que se desarrollaría dicha actividad productiva y analizar los circuitos comerciales a los
cuales dicha actividad se articularía. Dicho vacío, en un primer momento, se llenó
artificialmente pues se hicieron los contactos para que los intermediarios de la ciudad de
Ayacucho compraran el producto directamente en la zona, cubriendo por tanto los costos de
transporte.
El Gobierno implementó totalmente la piscigranja con una dotación inicial de cinco mil truchas,
entregando además el alimento necesario para los peces hasta por dos años. Además, dos
miembros de la comunidad fueron capacitados en las piscigranjas de Ingenio (Huancayo) en
las técnicas de crianza y administración del centro productivo.
Aunque las condiciones favorables en las que podía desarrollarse este proyecto de inversión
eran muchas, no se consideró la importancia de una organización social estable y legitimada
que asumiera la administración real a nombre de la comunidad bajo la estructura de una
empresa comunal. La piscigranja no fue considerada nunca como propiedad comunal, razón
por la cual ningún grupo de pobladores se preocupó de ayudar a mantenerla y mejorarla.
Incluso, desde el primer momento se dieron casos de robos nocturnos de truchas por parte de
los mismos campesinos del lugar. Durante los primeros seis meses sólo se reportaron
ganancias de 1,000 soles por concepto de venta de los peces. Además, antes de finalizar el
segundo semestre de gestión irregular, un problema interno hizo que un grupo de pobladores,
haciéndose pasar por senderistas, echaran cube a las truchas, matando en el acto las pocas
que quedaban en los estanques. Por si fuera poco, los 1,000 soles obtenidos por ventas
durante el primer semestre fueron prestados por el responsable de dichos fondos a diversos
pobladores de Huayao, sin llevar un adecuado registro de dichos préstamos, durante una de
las fiestas celebradas en el pueblo. Esta irresponsabilidad originó que posteriormente ninguno
de los deudores reconociera sus compromisos, pues no existía ninguna constancia formal del
número exacto ni de la identidad de los deudores.
Si hacemos un análisis ex post de los resultados logrados por este proyecto, podemos apreciar
lo siguiente:
103
Al preguntar a los responsables del proyecto en la comunidad, la justificación argumentada
ante el fracaso de su gestión fue que el hecho que el Gobierno había construido la obra sin
que ellos se lo pidieran y que, además, no se encontraban en capacidad real de administrarla.
Y aunque se trata de una evidente excusa para evadir la responsabilidad de los destinatarios
en el asunto, no hay duda que la improvisación fue uno de los elementos condicionantes para
el fracaso de este proyecto. El Gobierno hubiera sido capaz de prevenir una situación
semejante de haber contado con un diagnóstico bien elaborado. Dicha herramienta le hubiera
revelado, por ejemplo, la complicada lógica de las fricciones generadas al interior del pueblo y
la dinámica laboral poco comunitaria como consecuencia directa de dicha fricción.
b) Instalación de un reservorio de agua potable.- Esta obra, de 5 metros de largo, por tres de
ancho y 2.5 de altura, de forma trapezoidal, incluye un canal cubierto de unos 500 metros
hasta un pilón construido al interior del cuartel militar (hoy en ruinas) y otro con 100 metros
adicionales que abastece un segundo pilón de agua potable ubicado en la plaza central de
Huayao. También tiene conexión a los servicios higiénicos comunales. A su vez, este
reservorio era abastecido de agua desde las alturas de Ccescce.
En una primera etapa de uso, este reservorio fue utilizado durante poco tiempo (funcionó hasta
febrero de 1995), pues los campesinos contaban con un puquio cercano (a 250 metros de la
plaza) que les abastecía de agua suficiente para satisfacer sus necesidades. En este tiempo,
nunca llegaron a descubrir la utilidad real de dicha infraestructura ni de la importancia de contar
con agua potable, pues contaban con un bien alternativo, de más sencillo acceso y que no les
demandaba un costo adicional de mantenimiento.
Fue precisamente el problema principal de la limpieza de los tubos y canales que llevaban el
agua desde el reservorio hasta la fuente principal el que originó su desuso inicial. Ninguno de
los grupos existente al interior de Huayao se quiso hacer responsable de dicha tarea y pronto
se dejó de realizar.
Además de los pilones, el proyecto alimentaba la instalación de agua potable del cuartel,
incluidas dos duchas. Con el resto de la instalación, las duchas corrieron la misma suerte.
Dichas duchas no se usan hasta el día de hoy.
En un primer momento, era posible pensar que esta obra fue construida sólo con el interés de
facilitar las condiciones de vida e higiene de los soldados residentes en el cuartel. Sin
embargo, al salir los militares del pueblo, a fines de 1993, las instalaciones siguieron siendo
usadas por la población de Huayao. El uso del reservorio les brindaba la oportunidad de
potabilizar el agua, mejorando las condiciones locales de salubridad.
Las condiciones de uso cambiaron radicalmente desde los primeros meses de 1997, cuando
se iniciaron los trabajos de construcción de la carretera Huayao - Usmay (Ccescce), de la que
hablaremos después. El inicio de esta obra originó el bloqueo del puquio, planteando un serio
problema de abastecimiento a los pobladores de Huayao. Fue entonces cuando se planteó la
necesidad de reiniciar las labores comunitarias de limpieza de los canales y del reservorio. De
esta manera, la intervención indirecta de otro proyecto (21) trajo como consecuencia la
reactivación de uno anterior. Por otro lado, si bien es cierto que al quedar parcialmente
bloqueado el puquio se cerró una fuente de abastecimiento de agua para la población, las
abundantes filtraciones en el lugar, al no haber sido totalmente cerrada la fuente han mejorado
las condiciones de cultivo en las tierras cercanas y ofrecen una posibilidad de canalización de
corta extensión.
Ante el inadecuado uso que los habitantes del pueblo le daban a los servicios, estropeando
frecuentemente su funcionamiento con piedras, hojas, bolsas, etc., las autoridades los
clausuraron durante los meses de vacaciones escolares pues consideraron conveniente que
dichos servicios sean utilizados básicamente por los niños del pueblo.
Además, durante 1996 FONCODES construyó varias letrinas a lo largo de la orilla del río
Huayau. Dichas letrinas fueron usadas desde entonces, pero no recibieron el cuidado
adecuado y se iban deteriorando aceleradamente. Ninguna de ellas existe actualmente.
A mediados de este año, debido a la cercanía de las elecciones municipales, uno de los grupos
aspirantes a la alcaldía de Tambo se encargó de refaccionar y pintar el local escolar de
105
Huayao. La población sabía los motivos de tal actividad, motivo por el cual aprovecharon de los
beneficios pero en el momento de la elección optaron por otro candidato.
Además de las obras mencionadas, el Gobierno también entregó en octubre de 1992 paquetes
escolares suficientes para abastecer durante dos años a todos los niños de la comunidad,
botiquines escolares, una camioneta Toyota doble cabina, un equipo completo de carpintería
(incluyendo una sierra eléctrica de gran capacidad, para facilitar la construcción de las casas),
una gran cantidad de calaminas metálicas, frazadas, tiendas de campaña y alimentos.
También se construyó una carretera, habilitando el camino principal del pueblo y un puente de
madera y cemento, el mismo que reducía considerablemente la distancia entre Huayao y Tambo
(anteriormente, debía hacerse un gran rodeo para evitar la parte más profunda del río, y la
duración del viaje a Tambo se incrementaba en una hora adicional, aproximadamente).
Toda esta ayuda llegó a los pobladores de Huayao sin una adecuada planificación previa. Si bien
es cierto que la atención de necesidades básicas requería de una reacción inmediata, no debía
confundirse este tipo de asistencia temporal con la promoción de un desarrollo sostenible, que
parte necesariamente de una planificación seria y paciente.
La inadecuada labor de promoción social directa hizo que, la población de Huayao jamás tomara
consciencia del gran apoyo que estaban recibiendo, pues como versa el acertado título de un
documento de la cooperación holandesa ³lo que no cuesta, no obliga´. Un claro ejemplo lo
encontramos al hablar del apoyo alimentario recibido a través del Programa Nacional de Apoyo
Alimentario - PRONAA. Mediante este programa se entregan mensualmente raciones de manteca
y pescado salado, las mismas que son almacenada en el local comunal, ante la falta de urgencia
por repartirlas. Estos alimentos no repartidos originan la presencia constante de roedores en
estas instalaciones, peligrando las condiciones de salubridad de los alimentos allí almacenados.
El PRONAA se limitó a repartir los alimentos sin considerar otro tipo de condicionamientos como
hábitos y alternativas alimenticias locales.
Esta falta de consciencia por parte de la población llegaba a límites insospechados, incluso a
poner en riesgos su propia seguridad. Diversos testimonios de algunos campesinos mencionan
que al retirarse Sendero Luminoso de la zona, cierto sector (no determinado por ningún
informante) de los propios pobladores de Huayao hostigaban a los soldados del cuartel instalado
en el pueblo. Dicho cuartel era atacado con petardos y disparos de escopetas W inchester y
hechizo, simulando ataques senderistas. El propósito de esto fugaces ³ataques¶ era mantener a la
expectativa a las fuerzas armadas; haciéndolas creer que se encontraban aún en una zona de
gran interés para Sendero. Esto permitiría la permanencia del grupo de militares allí y, al mismo
tiempo, el envío de más apoyo por parte del Gobierno.
Se trataba sin duda de una peligrosa estrategia para obtener recursos y seguridad. Una estrategia
que no dio resultado por mucho tiempo, pues se hizo evidente que los ataques eran simulados, y
que Sendero no tenía absolutamente nada que ver en ellos. Este episodio fue el que motivó el
retiro definitivo del cuartel instalado en Huayao, y del apoyo directo brindado por el Ministerio de
Agricultura mediante PRONAMACHS.
Ya en 1994, al cabo de un año de entregada la ayuda, muy poco era lo que quedaba en pie.
Huayao no supo aprovechar el equipo donado ni potenciar los recursos locales con los que
contaba en ese momento y pronto se vio nuevamente en una situación de carencia y abandono
similar a la que tenía antes de recibir el apoyo del Gobierno. Sólo que esta vez, los militares de la
zona tenían mucho más recelo al recibir a los pobladores de Huayao, en especial a los ronderos.
Debido a estos acontecimientos, los pobladores de Huayao fueron ganando una terrible
reputación, la misma que el lento transcurrir del tiempo costosamente está borrando. Sin
106
embargo, esta imagen externa, aunque redujo significativamente, no obstruyó del todo la
canalización de recursos de algunas instituciones decepcionadas por el fracaso de sus proyectos.
La muestra más clara la encontramos en el mismo Ministerio de Agricultura el que, a pesar de
mantener suspicacias hacia la población destinataria, se acercaron al pueblo a inicios de 1996
con la intención de incorporarlos en uno de los proyectos del PRONAMACHS, dirigidos a
implementar un programa de viveros y módulos de crianza de animales menores. La propuesta
consistía en que el PRONAMACHS se haría cargo de suministrar todos los recursos que fueran
necesarios, la mayor parte de ellos en calidad de donación y el resto como préstamo de
herramientas e insumos, con la única condición que los pobladores de Huayao, a través de
faenas comunales, ayudaran a construir la infraestructura necesaria. Dicho proyecto ya estaba
funcionando en Qeqra (poblado cercano a Huayao) y en otros pueblos con mucho éxito. Sin
embargo, las autoridades de Huayao, luego de hacer la consulta respectiva en una asamblea,
rechazaron el ofrecimiento, pues por dicho trabajo comunal ninguno de los pobladores recibiría
beneficios económicos (léase pago de jornal). Ante tal actitud, el PRONAMACHCS decidió
excluirlos totalmente de todos sus programas de ayuda.
La conducta de los habitantes de Huayao tenía mucho que ver con la forma como se plantearon
los términos de ayuda en otra obra del Gobierno que se había iniciado allí meses antes. En
octubre de 1995 el Ministerio de la Presidencia, a través del PAR, inició en Huayao la
construcción de un Centro Comunal de Servicios Múltiples. Para ejecutar la obra, se
contrataron 33 campesinos del lugar como obreros, y se les pagó un jornal de diez soles hasta
marzo de 1996, fecha en la que se finalizó la obra. Una posición privilegiada para ellos, puesto
que el jornal campesino promedio en la zona se encuentra por debajo de los cinco soles. La
construcción de este local no sólo brindaría un importante espacio de reunión para los
pobladores, sino también permitiría la instalación de un módulo completo de vivienda que serviría
de alojamiento eventual a todo el personal técnico que venía a colaborar con la población.
Dicha capacidad instalada está siendo sub-empleada por los beneficiarios pues algunos de los
ocho ambientes se encuentran en desuso. Entonces cabe preguntarse, ¿qué función cumple este
local?, ¿cuál es la actitud de la comunidad frente a su construcción y mantenimiento?, ¿qué
perspectivas de empleo se tienen a futuro?
No cabe duda de la gran ayuda que representó su construcción en relación a los puestos de
trabajo generados, a pesar del carácter temporal de los mismos. También es evidente la relativa
importancia que pueda tener el hecho de contar con un lugar apropiado para realizar las
asambleas comunales, aunque la comunidad siempre encontró algún espacio para llevarlas a
cabo sin ninguna dificultad. Sin embargo, existe un elemento que no fue tomado en cuenta como
un beneficio adicional del proyecto y hace jugar un rol protagónico a la infraestructura construida.
Un local comunal es un auténtico símbolo de status, por tanto su sola presencia concede a la
comunidad un rango especial. La población de Huayao estaba interesada en su construcción
pues consideraba necesario ubicarse en una mejor posición con respecto a las demás
comunidades cercanas.
Si hacemos un análisis ex post de los resultados logrados por este proyecto, podemos apreciar lo
siguiente:
107
COSTO-EFECTIVIDAD Y COSTO-IMPACTO DE LA OBRA
Al sentirse con la facultad suficiente como para escoger sus fuentes de apoyo y los términos de
relación con ellas, los pobladores de Huayao dieron una de las más claras muestras de lo
perjudicial que puede ser el apoyo si no es bien planificado con anterioridad.
La nueva carretera ha generado efectos muy importantes en el corto tiempo que tiene de uso. Sin
considerar el bloqueo de puquio y la promoción indirecta del uso de las instalaciones de agua
potable, podemos mencionar los siguientes:
Aunque este tipo de sospechas no se restringen -en muchos pobladores aún continúan- a los
pobladores de Ccescce, es innegable que se trataba del sector más aislado de Huayao. Mucho
de la apatía por participar en faenas comunales se explica por la presencia de este grupo que
generó cierto nivel de polarización e incomodidad en el resto. Este es un detalle que hubiera
sido imposible de comprender si no se hacía un análisis más profundo de las relaciones
intracomunales existentes entre los distintos grupos asentados en Huayao.
Lamentablemente, no es el único caso. Otro caso similar, que nos podría ilustrar en torno a las
consecuencias de este tipo de intervención y que no ha sido examinado debidamente aún, es el
de la ya famosa comunidad de Uchuraccay, en la provincia de Huanta.
³Uchuraccay fue objeto de incursiones senderistas en mayo de 1983, luego de la fiesta del
Espíritu Santo, con el saldo de ocho comuneros asesinados; el 16 de julio, durante la Virgen del
Carmen, cuando fueron asesinados seis comuneros y el cuerpo de uno de ellos fue cercenado; el
25 de diciembre, cuando fueron asesinados otros seis comuneros... Una nueva incursión
senderista en febrero de 1984 motivó el éxodo de los comuneros que todavía quedaban´
(DEGREGORI y otros 1996: 50)
Muy pocos han sido los pueblos que han recibido al mismo tiempo, a lo largo de la guerra, tantos
ataques y hostigamientos por un lado, y tanto apoyo y recursos por el otro. Visión Mundial fue la
primera ONGD que ingresó a apoyar técnicamente la zona, fuertemente afectada desde 1982 por
la intervención de los Infantes de Marina, y luego por Sendero Luminoso. Poco tiempo después
también recibió apoyo del Concilio Nacional Evangélico del Perú (a través de la ONGD Ayni),
consistente en calaminas para el techado de viviendas, frazadas, subsidio alimentario, semillas y
herramientas
Una de las consecuencias que trajo consigo la entrega indiscriminada de toda esta ayuda, sin un
trabajo de promoción paralelo, es el curioso fenómeno del ³falso retorno´, a través del cual los
pobladores desplazados aparentemente regresan a sus comunidades de origen y refundan su
pueblo. Para ello reciben el apoyo del PAR por medio de alimentos, materiales de construcción,
módulos productivos, etc. Pero después de recibir los donativos de las entidades públicas y/o
privadas que apoyaron su retorno, regresan a las mismas zonas de refugio donde habitaban
antes, generalmente ubicadas en ciudades próximas. De esta forma ³aprovechan´ los beneficios
que les brinda el Estado, sin arriesgar su seguridad y posibilidades de desarrollo particular
retornando a un lugar donde Sendero aún ronda y donde además no existen las condiciones
externas para promover realmente el desarrollo local.
Esta ³estrategia de sobrevivencia´ ha sido denominada por algunos estudiosos locales como ³vida
a dos pies´, es decir que sólo durante un breve lapso de tiempo permanecen ³con un pie´ en sus
comunidades de origen, ante la presencia de instituciones de apoyo, y durante la mayor parte del
tiempo permanecen en la ciudad que les sirvió de refugio.
Un elemento que está frenando la aparición del fenómeno del retorno en Huayao es la amenaza
latente de una nueva incursión senderista en el lugar. El retorno de la violencia estalla en un
momento bastante inoportuno para las comunidades del lugar. Los grupos de desplazados que se
habían asentado desde hace algunos años en Huamanga, Huancayo, Ica y Lima, habían decidido
regresar, siendo asistidos en su decisión por el PAR. Estos retornantes habían entrado en franco
conflicto con los campesinos residentes (conocidos como ³resistentes´) que habían soportado los
ataques constantes de las Fuerzas Armadas y de Sendero.
Los problemas surgidos, vigentes hasta el día de hoy, no sólo se limitan al establecimiento de la
legítima propiedad de los predios agrícolas abandonados durante la guerra, sino que tienen un
auténtico carácter sociocultural. En definitiva, se trata del choque de dos sociedades campesinas
distintas, las mismas que son incapaces de reconocerse adecuadamente. La guerra, sin que nos
hayamos percatado exactamente de ello, había forjado un tipo diferente de campesino. Los
actuales pobladores del distrito de Tambo, de toda la provincia de La Mar, e incluso de todas las
zonas andinas declaradas en estado de emergencia por la violencia política, no son los mismos
que al iniciar la guerra, en el proceso han desarrollado estrategias de sobrevivencia diferentes,
sistemas de producción y reproducción social singulares y acordes con su nueva realidad, y
también han desarrollado una distinta visión de la sociedad, del mercado, del Estado, en general,
de su entorno.
Ayacucho no es el único lugar donde se han presentado estos conflictos entre retornantes y
110
resistentes. No es tan fácil volver a ordenar un pueblo que ha sido tan castigado durante las dos
últimas décadas, un pueblo que había encontrado la fórmula de adaptación que le había permitido
sobrevivir hasta hoy. En el distrito de Tambo, los campesinos resistentes, sobre todo los ronderos,
liderados por el mítico ³Comandante Zorro´, se quejan que los desplazados han recibido todos los
beneficios del gobierno y a ellos que han tenido el valor de resistir y quedarse no les ha
solucionado sus problemas. Uno de ellos afirmaba: ³todo le han dado a los desplazados, frazadas,
comida, todo. Sólo falta que hasta mujer le den´ (22)
No cabe la menor duda que el Gobierno no ha sabido manejar tan compleja situación y que la
rivalidad entre estos dos grupos de campesinos, víctimas de la violencia desarrollada en sus
pueblos, aún permanece. Lamentablemente, este ambiente de zozobra está siendo capitalizado
por las fuerzas de Sendero Luminoso. De esta forma, los subversivos diseñan estrategias que
promueven discretamente la agudización de las contradicciones entre los recién llegados y los
residentes. Poco a poco, un sentimiento de descontento frente al Gobierno, que es el que facilitan
e impulsa los retornos a través del PAR, va tomando forma en los campesinos resistentes,
especialmente entre los ronderos de Tambo.
Este es uno de los ejemplos más evidentes de choque cultural en la dinámica de promoción del
desarrollo, al interior del propio grupo de población destinataria. Los particulares paradigmas de
desarrollo que manejan tanto los campesinos resistentes como los retornantes son muy distintos.
Por una parte, los retornantes llegan con una visión de desarrollo mixta, con un fuerte
componente rural, pero también con muchos elementos de desarrollo urbano, que les facilita la
comprensión de los procesos socioeconómicos de alcance nacional. A muchos de ellos, después
de su experiencia de estrecho contacto con la ciudad, les resulta más fácil comprender la lógica
de formación de precios agropecuarios o los sistemas de administración pública. Por su parte,
también han aprendido la forma cómo aprovechar los recursos del Estado y su interés político en
su propio beneficio, explotando su situación de víctimas de la violencia política.
Debido a las grandes expectativas generadas a partir del interés que tiene el actual régimen en
ellos, la cobertura de los proyectos planteados por esta población es bastante amplia, implicando
mayores montos de inversión y participación concertada de un mayor número de agentes
sociales. También existe en ellos un fuerte componente de cambio tecnológico e importación de
patrones de consumo de la ciudad a espacios rurales, en un evidente intento de modernizar el
campo y acercarlo de manera más intensa al mercado.
Su visión en torno a Sendero también es diferente, pues muchos de ellos han visto desde lejos el
problema de Sendero, en comparación a sus paisanos resistentes que se vieron obligados a
aprender a convivir con el terror. Como sabemos, en Lima hace años que no se sienten
directamente los estragos de una intervención directa de Sendero, salvo en algunos lugares
donde se presentaron hostigamientos y algunos asesinatos selectivos. Además, muchas ONGDs
y organismos públicos han protegido decididamente a los desplazados en Lima. Eso les permitió
forjar un espíritu de desarrollo, además de un clientelismo fujimorista mayoritario, reflejado en sus
propuestas de desarrollo local.
En cambio, los campesinos resistentes aún tienen claro que su propuesta de desarrollo local pasa
nuevamente por un énfasis en la autodefensa, base social para la promoción del desarrollo en las
zonas de conflicto armado. De esta manera, como veíamos en capítulos anteriores, aunque los
Comités de Defensa Civil se convirtieron también en Comités de Desarrollo, no han perdido su
componente cívico-militar.
El modelo de desarrollo de los resistentes también pasa por un afianzamiento de las estrategias
tradicionales de sobrevivencia campesina (desarrollo de actividades extra-agrícolas y migración
temporal para la venta de mano de obra no calificada). Las expectativas de apoyo son mucho
Hasta el momento, sólo tres ONGDs están presentes en el distrito de Tambo (23). Y en la
comunidad de Huayao únicamente trabajaba, durante los primeros meses de 1995, el Centro de
Investigación para el Desarrollo y Promoción Rural (CEDESPRA). Dicha ONGD apoyaba a las
familias desplazadas de Ccescce, quienes, mayoritariamente, habían expresado sus deseos de
retornar a su comunidad de origen. Un apoyo inicial consistió en proporcionar a cada una de estas
familias 20 kilos de semillas de arveja, 25 kilos de cebada y 6 ovejas, además de asesoría
veterinaria, préstamos para medicina animal, fertilizantes, pesticidas, equipo para la aplicación de
estos químicos y préstamos de herramientas de labranza. También dictaron cursos de
capacitación agropecuaria, implementaron un botiquín veterinario comunal y programaban instalar
una herrería para que los campesinos sean capaces de elaborar sus propias herramientas de
trabajo y generar recursos propios, garantizando la sostenibilidad de la misma. Para iniciar el
trabajo se contrató un herrero de Tambo, como instructor de los pobladores interesados de
Ccescce y se impartió capacitación técnica en la construcción de los moldes, dar el temple
adecuado a las herramientas, etc. El proyecto incluyó la constitución de un banco de herramientas
y un fondo privado para conceder créditos agrícolas.
Lamentablemente, este proyecto duró pocos meses. Y aunque facilitó el retorno posterior de los
pobladores de Huayao, sus actividades no repercutieron en el conjunto de la población de
Huayao.
PAIDE fue otra ONGD que quiso intervenir en esta zona, ampliando su cobertura desde la
provincia de Huamanga, donde trabaja actualmente. Dicha institución elaboró un proyecto de
desarrollo rural integral para las comunidades de Qeqra, Huayao y Vicos a inicios de 1996, el
mismo que debía ser presentado a algunas fuentes privadas de financiamiento canadiense y
holandés. Sin embargo, después de una evaluación realizada por una de sus agencias de
cooperación, llegaron a la conclusión que aún no contaban con la capacidad institucional
suficiente para implementarlo y tuvieron que desistir de la idea.
Aduciendo esta falta de control de las donaciones por parte de la Iglesia, el Estado ha decidido
concentrar el apoyo alimentario a través de PRONAA. Es por eso que los alimentos entregados
por USAID y la Unión Europea dejarán de ser entregados a la Iglesia en el año 2000.
Por otro lado, la comunidad de Huayao pasó una experiencia de promoción desagradable,
experiencia que vale la pena analizar detenidamente. W illiam Reynaga, ingeniero mecánico
egresado de la PUCP, como opción personal eligió realizar su trabajo pastoral en este pueblo y se
convirtió en el catequista de la naciente comunidad cristiana de Huayao, que contaba con siete
integrantes. Desde inicios de 1993 se instaló en la zona y contribuyó a mejorar las condiciones de
vida de los pobladores a través de un importante trabajo inserto de asesoría. Fue testigo
presencial de la mayor parte de acontecimientos ocurridos después de la matanza de 1992 hasta
mediados de 1995, tiempo en el que decide abandonar la comunidad para instalarse
definitivamente en Huamanga.
Para potenciar los esfuerzos desplegados durante la implementación de los proyectos estatales
de 1993, desde esta comunidad cristiana, bajo la asesoría de W illy, se elaboró a fines de 1994 un
proyecto que intentaba promover el desarrollo rural en la comunidad a través de dos líneas de
intervención: el reflotamiento de la crianza de truchas en la piscigranja y el mejoramiento de
ganado para el engorde y producción de leche. Dicho proyecto incluía algunas pequeñas obras de
infraestructura y estaba complementado por una tercera línea organizativa, la misma que a partir
de la comunidad cristiana, intentaría dar el anclaje social necesario a la propuesta.
Este proyecto fue presentado en asamblea a toda la población y aceptado por la gran mayoría.
Sin embargo, como ocurrió con la administración de la piscigranja, no quedaron nunca claros los
términos operativos en los cuales se implementaría. Además, carecía de indicadores que dieran
cuenta exacta de los avances obtenidos, de una estrategia de sostenibilidad que garantizara la
permanencia de sus impactos y de una adecuada inserción del enfoque de género y medio
(24) La siguiente información fue recogida gracias a la colaboración del P. Godofredo Barrientos, Párroco de Tambo.
113
ambiente. A pesar de estos vacíos, el documento fue redactado y presentado a una agencia de
cooperación española con la que se tenía cierto contacto, Manos Unidas.
Al cabo de unos meses la agencia mostró interés en el proyecto, contestando que estaba
dispuesta a financiarlo siempre y cuando recibiera el visto bueno del obispo de lugar, es decir, de
Monseñor Cipriani. Tal demanda era motivada por el carácter del proyecto que, aunque era
esencialmente productivo, planteaba que el equipo principal de ejecutores y responsables del
mismo serían los miembros de las comunidades cristianas tanto de Huayao como de Huamanga.
Es entonces cuando se obstaculizó el proceso de gestiones pues debido al vínculo que tenían
estas comunidades con los sacerdotes jesuitas que trabajaban en Ayacucho ±los mismos que
eran sus creadores y asesores± el obispo Cipriani se negó a avalar el proyecto.
Las consecuencias fueron dramáticas. A partir de ese momento tanto W illiam Reynaga como los
integrantes de la comunidad cristiana no fueron bien vistos por el resto de la población, quienes
no llegaron a entender nunca exactamente porque fracasaron sus intenciones. La responsabilidad
del asunto fue adjudicada al equipo de la propuesta, quienes sin una asesoría técnica adecuada,
no supieron como reformular el proyecto y buscar su financiamiento a través de otras fuentes.
Debido a las expectativas que logró concitar la iniciativa de impulsar nuevamente la piscigranja y
buscar una alternativa productiva con la crianza de ganado mayor, éste fue un episodio que, en
un distinto nivel, incrementó los niveles de desconfianza ya existentes.
La decidida intervención del Estado en Huayao, junto con la menos protagónica presencia de
CEDESPRA, generó un impacto significativo entre sus pobladores. Cada uno de los proyectos
ejecutados incidió de determinada manera en los distintos grupos poblacionales al interior de la
agrupación multicomunal. Y aunque los niveles de diferenciación interna son escasos, es factible
hacer una distinción de las familias a partir de su grado de acercamiento y usufructo con estos
proyectos.
A través del análisis de seis casos de familias residentes en Huayao, con las que tuvimos la
oportunidad de compartir nuestra experiencia de inserción, podremos esbozar una tipología inicial
básica. La reconstrucción de sus actividades cotidianas, su forma de pensar, de sentir, de
manejar el espacio y su racionalidad económica fue una tarea bastante ardua y relativamente
lenta, considerando además que, las naturales reservas del campesino andino en algunos casos,
y el temor a las represalias de los grupos subversivos en otros impidieron una recopilación
exhaustiva.
Los proyectos sociales ejecutados en Huayao, con respecto a su población objetivo, tuvieron los
siguientes grupos de beneficiarios:
a) BENEFICIARIOS DIRECTOS
Juan Urbano, 30 años, natural de Vicos, casado con Roberta Kiwi, procedente del pago de
Ccochcca. Tienen tres hijos menores: Noemí (11 años), Rayda (8) y Juan (5). También vive con la
madre de su esposa. Muy integrados con su familia extensa, Juan ayuda a sus primos y cuñados
a trabajar sus tierras en las zonas altas.
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Presidente del CAD-Huayao durante 1994, Juan es un joven muy respetado en la comunidad.
Precisamente por ser considerado un comunero ejemplar, desempeñó el cargo más importante
de la comunidad. A pesar de ello, no se encuentra totalmente integrado con el resto de los
pobladores. Esta situación es hasta cierto punto comprensible debido a su procedencia ³foránea´
pues no procede de ninguno de los seis pagos que forman la agrupación comunal y a su
pertenencia a la comunidad cristiana católica.
Era propietario de una de las cuatro tiendas del pueblo. Los productos que él comerciaba eran
traídos semanalmente por él mismo desde Tambo. Mantenía una clientela permanente integrada,
por lo general, de los pobladores amigos y familiares. En este sentido, el criterio que se usaba en
Huayao para la elección del lugar de compra no es el que comúnmente podemos apreciar, pues
ellos no compraban necesariamente en la tienda que les resultaba más cercana. Posteriormente,
con la llegada de la carretera y la quiebra de dos de las tiendas, incluida la de Juan, estos criterios
se flexibilizaron.
Se trataba de un negocio pequeño cuyos márgenes de ganancia eran mínimos. En la mayor parte
de los casos se encontraban en el orden del 5 al 10%, teniendo en cuenta además que los
volúmenes de venta eran muy reducidos. Juan también mantenía un contacto permanente con la
capital del distrito, pues allí vendía más de la mitad de su producción de maíz. Esta actividad le
ayudaba a poder mantener más o menos surtida su tienda, sin que esto significara obtener
mayores ganancias. Actualmente, a pesar de haber incrementado su frontera agrícola, toda su
producción de maíz la destina para el autoconsumo.
Además de las dos parcelas que tiene en Huayao (una "doméstica" y otra de regular tamaño, las
dos cultivadas con maíz, y rodeadas para su ³protección´ con habas), tiene una tercera en
Ccescce, de su esposa, unas cinco veces más extensa que la segunda. La parcela doméstica fue
ampliada desde el año pasado, ocupando también toda la parte frontal del terreno que ocupa su
casa. Esta ampliación ha sido posible porque se vio obligado a vender su ganado vacuno,
quedando libre el lugar que éste ocupaba.
Actualmente complementa sus ingresos con la venta de su fuerza laboral en el Valle del
Apurimac, ante el reflotamiento del narcotráfico en la zona. Incluso Noemí, su hija mayor, ha
empezado a ir también a San Francisco para ayudar en casas de familiares a cambio de su
manutención durante su tiempo de permanencia.
La mayor aspiración de Juan es mandar a estudiar a sus hijos a Tambo. Es uno de los pocos
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pobladores que muestra un interesante afán de superación, aunque no siempre cuenta con los
recursos para lograr sus propósitos. Por ello, se encuentra juntando dinero para facilitar un futuro
en mejores condiciones de vida para sus hijos.
Durante el tiempo de construcción del Local Comunal de FONCODES Juan fue contratado como
albañil. Esta elección le correspondía por turno, por decisión del CAD, puesto que no había
participado en ninguna de las construcciones de obras anteriores realizadas en la comunidad. Al
parecer, su falta de participación anterior tenía que ver con la distancia que muestra ante la mayor
parte de comuneros. A pesar de esta distancia, colabora con las faenas de construcción de casas
para parejas jóvenes en el pueblo, sin necesidad que sean familiares o amigos cercanos. Trabaja
también en las faenas en pro de la comunidad en su conjunto, aunque muchas de las mismas
hayan sido suspendidas precisamente por la poca colaboración de la gran mayoría de pobladores
de Huayao. Juan Urbano es consciente de la importancia que tienen estas labores y se encuentra
dispuesto a colaborar.
En su vida cotidiana trabaja y se reúne casi siempre con sus familiares, no tan frecuentemente
con los pocos amigos que tiene en la comunidad. Su medio de interrelación comunal es el
desarrollo de sus actividades económicas, es decir, la venta de sus productos en la tienda en un
primer momento y los ayni.
Las parcelas de Juan tienen pocos productos, sólo los tradicionales entre los comuneros de
Huayao. En las tierras más bajas (3000 m.s.n.m.) tiene maíz, haba, calabaza y arveja. En las
tierras más altas (4000 m.s.n.m.) tiene papa y oca. No siembra pastos para sus animales.
Quienes llevan a pastar a los animales son sus hijas, acompañadas de su abuela. En la zona
intermedia entre los cultivos del centro de Huayao y la zona extrema de El Tapial, existen unas
medianas extensiones de terrenos con pastos naturales. Allí pastan a diario los animales de Juan,
aunque los demás comuneros prefieren llevar sus animales a Trebolpampa, donde el forraje es
más abundante y fresco (para llegar a Trebolpampa hay que caminar una media hora a través de
una elevada colina).
Además del beneficio que le reportó el ser contratado como albañil durante la construcción del
local comunal, unos mil quinientos nuevos soles durante los seis meses que tardó la obra,
también fue empleado en la construcción de la carretera Huayao-Usmay, con un jornal semejante
al recibido por el otro trabajo. El dinero fue destinado para la compra de medicinas, vestimenta,
mejoramiento de la alimentación y gastos de educación para sus hijos.
Sin embargo, si analizamos el caso de la familia Urbano, nos percataremos que fue la carretera
uno de los elementos fundamentales que originó el cierre de su tienda, la misma que le reportaba
un ingreso pequeño pero permanente. Por tanto, a pesar de ser empleado como jornalero,
curiosamente este proyecto lo perjudicó más que beneficiarlo.
Juan Urbano percibe la ayuda del Gobierno como buena, pero insuficiente. Los proyectos
implementados no le han servido para cambiar sustancialmente su situación socioeconómica,
pues sólo han representado paliativos. Consciente de los intentos de manipulación realizados
desde el Estado, esta ayuda puntual no ha hecho inclinar sus intenciones de voto hacia el partido
oficialista. Por este motivo, cree firmemente en que la unión entre los pobladores de Huayao es la
única forma de salir adelante y cambiar las condiciones en el pueblo. Dentro de las alternativas de
salida que presentaba como posibilidad se encuentra el reflotamiento de la piscigranja.
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x FAMILIA PALOMINO (Koyllurumi)
Roberto Palomino, de 40 años, se encuentra casado con Felicitas Lapa Yauli. Tienen tres hijos
mayores, 22, 20 y 12 años de edad. Poseen una gran parcela detrás de su casa, otra un poco
más grande cruzando el río, en Koyllurumi, y una tercera en Trebolpampa. Gracias a la ubicación
de esta última parcela puede tener mejor alimentado a su ganado. Cuenta con cinco cabezas de
ganado, una vaca y cuatro toros. Es uno de los escasos campesinos en la zona que ha construido
-desde 1995- un establo al costado de su casa, y piensa adquirir otra vaca.
Sus parcelas bajas están prácticamente sembradas en su integridad de maíz y están regadas
naturalmente por el río, lo que las ubica entre las mejores parcelas de la comunidad. Por otro
lado, en la parcela de Trebolpampa siembra papa y un poco de cebada.
Se trata de uno de los pobladores más cercanos e integrados al resto de la comunidad, razón por
la cual posee un importante volumen de clientela. Este factor es el que le ha permitido percibir
mejores ingresos por venta y lograr tener la tienda más exitosa del pueblo. Al mismo tiempo,
dicha cercanía le convierte en un trabajador permanente de las faenas comunales e integrante
activo de la ronda de autodefensa.
Un dato importante de mencionar es la gran capacidad de solidaridad que tiene esta familia, a
pesar de no ser una de las más acomodadas. Roberto y su familia están ayudando a las tres
niñas de unos vecinos que quedaron en la total orfandad después de la masacre de Sendero en
el pueblo ocurrida a fines de 1992. No viven con ellas, pero están permanentemente preocupados
por su alimentación y seguridad. La casa de las niñas, las que viven con su abuela, queda al
costado de la parcela de la familia Palomino, detrás de su casa, cruzando el río Huayau.
Por otro lado, es uno de los principales receptores de la ayuda externa, por estar relacionado
directamente con la ronda, dentro de la cual tiene un cargo menor (una coordinación de sector).
Curiosamente, su situación económica próspera no le impide estar atento a los beneficios de la
asistencia del PAR, sino todo lo contrario. Por ello, se le puede considerar un beneficiario directo
por excelencia.
Además de beneficiarse con la carretera, pues su casa y tienda quedan al lado de la misma,
Roberto Palomino también ha sido empleado tanto en la construcción del Local Comunal como de
la propia carretera. El pilón de la plaza también se encuentra relativamente cerca de su casa y
recibe puntualmente el apoyo alimentario del PRONAA.
A diferencia de Juan Urbano, Roberto Palomino por su parte percibe la ayuda del Gobierno como
buena y adecuada. Los proyectos implementados si han representado un cambio sustantivo
favorable en su situación socioeconómica, logrando inclinar su intención de voto y solidaridad
política hacia el partido oficialista. Al mismo tiempo, confía en las posibilidades que también
poseen los propios pobladores para salir adelante y propone como alternativa de solución la
entrega de créditos blandos para todos los pobladores, especialmente para los más necesitados.
Jaime Cordero, de 23 años, es hijo de Dámaso (viudo de 58 años, con un segundo hijo de 22
años, casado). Jaime fue el presidente del CAD-Huayao en 1996. Esta familia posee una
117
considerable extensión de terreno sembrado casi íntegramente de maíz, en la frontera de Huayao
con El Tapial. Por tener sus tierras muy cerca de los pastizales, poseen también muy buen
ganado (en comparación con el resto, puesto que en Huayao no existe en realidad buen ganado),
unas ocho cabezas, cuatro toros y cuatro vacas. El hermano menor es el encargado de
pastorearlas. Cuando hay trabajo fuerte en la chacra, se encarga su esposa del pastoreo.
También mantiene una fluida relación con Tambo. Su cargo como Jefe de la ronda le permite
realizar constantes viajes, especialmente los fines de semana, para reunirse con las autoridades
militares del cuartel. Estos viajes son aprovechados para poder vender parte de su producción de
maíz y habas en el pueblo.
Juan Cordero es uno de los muchos migrantes temporales que iban a cosechar coca al valle del
río Apurimac. Cuando llegó de la selva en agosto de 1995 trajo bastante dinero, pero no lo supo
invertir. Se lo gastó bebiendo con sus amigos en Tambo y comprando ropa fina (casacas de
cuero y zapatillas importadas) y se encontró en necesidad nuevamente de volver. El siguiente
viaje a la selva lo realizó después de dejar su cargo como jefe de la ronda, a mediados de 1997.
Al igual que los demás jóvenes en su situación, el hecho de haber estado en la selva le confiere
bastante consideración dentro de la comunidad. La experiencia adquirida en la selva es muy
apreciada por los pobladores de Huayao, especialmente por los conocimientos económicos y las
habilidades de autodefensa adquiridas. Es por esta razón que todos los jóvenes que ocupan
cargos importantes actualmente en la comunidad, son provenientes de la experiencia de cosecha
de coca.
Jaime es un campesino que está mucho más adaptado al estilo de vida urbano que cualquiera de
sus vecinos mayores. No participa con mucho agrado de las labores agrícolas, tanto las familiares
como las colectivas, aunque reconoce su responsabilidad de participar en ellas ³por el bien del
pueblo´.
Durante 1996, con el dinero que aún conservaba de su viaje a la selva, se dio el lujo de quedarse
todos los lunes o martes en Tambo, sin trabajar. Esta dinámica era posible por los reportes
dominicales que debía presentar en el cuartel como jefe de ronderos. Estas visitas a Tambo eran
aprovechadas para permanecer más días por allá.
Sus tierras están ubicadas en la frontera del pueblo con la zona de El Tapial, y se encuentran
regadas por el río Huayau, en uno de los extremos, y por las filtraciones del puquio bloqueado por
otro. Además, la carretera pasa en frente de ellas, por lo que le resulta sumamente sencillo sacar
sus productos para ser transportados a Tambo. No fue contratado como jornalero en la
construcción del Local Comunal pero sí en la de la carretera. Por último, su casa se encuentra
algo distante de los pilones de abasto de agua potable en el pueblo.
Jaime también percibe la ayuda del Gobierno como buena y adecuada. Los proyectos
implementados han servido para cambiar relativamente su situación socioeconómica, aunque sus
esperanzas de futuro están depositadas en su trabajo en la selva ayacuchana como jornalero en
los cocales. Con respecto a las posibilidades de unión y colaboración mutua de los pobladores de
Huayao se mostró algo escéptico, argumentando que los conflictos generados durante la década
pasada sólo podían ser superados por las nuevas generaciones. Por tanto, estaba seguro que su
generación y, sobre todo, la próxima, dentro de algunos años, se podía encontrar en posibilidades
de elaborar alternativas propias de solución. Por lo pronto, ³el Gobierno tiene el deber de
ayudarnos a salir adelante´.
118
b) BENEFICIARIOS TANGENCIALES
A finales de la década del cincuenta en el norte de Ayacucho se inicia una profunda crisis
económica caracterizada básicamente por la desarticulación del sistema productivo de hacienda.
Dicha situación trajo como consecuencia la venta de muchas haciendas y un intenso proceso
migratorio de los campesinos suscritos a éstas. De esta forma, la colonización de parcelas en el
valle del Apurimac se fue convirtiendo en un recurso eficaz para hacer frente a esta crisis. Huayao
no escapó a este proceso regional de paulatino cambio en las condiciones económicas de
producción.
La familia Ayvar está integrada por Fermín, jefe de familia de 62 años, natural de Tambo, su
(segunda) esposa Silvia Vargas, de 37 años, natural de Huayao, y cuatro hijos, de 12, 10, 8 y 4
años de edad. Los varones, Julio y Fermín, son los mayores, mientras que Mercedes y Asunta
son las últimas.
Fermín Ayvar se vio obligado a salir de Huayao cuando empezó la violencia política a recrudecer
en la zona. En una de las matanzas iniciales de Sendero en la zona perdió a su primera esposa,
con la cual tuvo dos hijos, los mismos que viven actualmente en Tambo. Como muchos otros
jóvenes, sus hijos habían viajado previamente, durante tres años, a trabajar como jornales en los
cultivos de coca del valle del río Apurimac.
En la zona de El Tapial, hacia la década de los 30, existía una antigua hacienda, la misma que,
por motivo de un reparto entre herederos, fue dividida en tres grandes partes. Los propietarios
eran el padre y los tíos de Fermín, a quien le correspondía, en segunda instancia, parte de esta
misma hacienda. Nuevamente, hacia los años setenta, antes de la reforma agraria, esta hacienda
fue dividida por las mismas razones anteriores. Esta vez, Fermín logró no sólo obtener su parte
como heredero, sino que además compró la parte correspondiente a uno de sus cuatro
hermanos, y la de uno de sus tíos que no tenía herederos directos. Gracias a esta transacción,
pudo obtener gran parte de la ex-hacienda, incluyendo los restos de la casa hacienda, hoy en
ruinas.
La extensión de tierras cultivables que posee alcanza un total de 7.6 hectáreas aproximadamente.
Por amplio margen, don Fermín es el hombre de mayores recursos económicos en Huayao, a
pesar de no contar con un campo excesivamente amplio. Es el único de los productores
agropecuarios que se encuentra en condiciones potenciales de acceder a un crédito de la Caja
Rural en Huamanga, pues todavía se encuentre gestionando la titulación total de sus tierras. La
ventaja que lo hace un virtual sujeto de crédito es el hecho de contar con las mejores tierras de la
comunidad, irrigadas permanentemente por el río Huayau a todo lo largo de su extensión.
A pesar de las excelentes condiciones de sus tierras, aún no tiene el hato más numeroso de
ganado, aunque está dentro de sus planes dedicarse a la ganadería extensiva. Sus 4 toros, 2
vacas, 10 ovejas y 3 burros, junto con 5 cerditos, sobrepasan el promedio de las unidades
domésticas de la comunidad, pero no constituyen el hato más grande. En las ruinas de la casa
119
haciendas, aprovechando las derruidas habitaciones como parcelas cercadas, está sembrando
alfalfa y avena. Posteriormente, piensa incrementar la extensión de cultivo de pastos y adquirir
más ganado.
El caso de la familia Ayvar es muy importante de analizar porque presenta una serie de
peculiaridades que nos hablan no sólo del grupo más próspero de la comunidad, sino de algunas
razones por las cuales el resto de pobladores todavía no logra un mejoramiento en sus
condiciones de vida. Las familias que lograron obtener buenas tierras antes de la década del
terror y, luego, pudieron superar la crisis de la guerra, e incluso, aprovecharla en la medida de lo
posible, fueron también aquellas que se quedaron viviendo cerca o en sus propias tierras. Si no lo
hacían, tenían mucho que perder. Tanto el caso de Fermín Ayvar como el de los pobladores de
Trebolpampa muestra, con las ventajas que le proporcionó su permanencia en su lugar original de
residencia, la veracidad de este supuesto.
Si bien es cierto que Sendero Luminoso consideraba un hacendado a Fermín Ayvar, no puso
demasiado empeño en tomar represalias por su huida. No se trataba de un personaje clave en el
dominio del lugar. Aquel corredor natural hacia la selva podía ser dominado con facilidad sin que
la presencia de campesinos como Ayvar interfiriera en esos propósitos. La muerte de Ayvar jamás
fue un asunto estratégico para el grupo levantado en armas y es por eso que Fermín pudo
regresar esporádicamente y luego asentarse definitivamente en sus tierras.
Al principio, Fermín tenía claro que el incremento en la extensión de tierras en su posesión sería
la causa fundamental del consecuente incremento de sus ingresos. Hoy, para él la tierra sigue
siendo la fuente principal de riqueza. Sin embargo, la forma cómo esta tierra permitiría lograrlo
varió con el tiempo. Se podría decir que, dentro de Huayao, la familia Ayvar es la única que está
planteando un proyecto de vida empresarial concreto. Ellos han logrado incorporar elementos de
planificación de producción intensiva, mejorando las condiciones del proceso. Por ejemplo, los
Ayvar son una de las pocas familias que han planificado el cultivo de pastos como parte de una
estrategia familiar de producción ganadera.
La tecnología que emplea para logra estos propósitos aún sigue siendo muy precaria. El, como
ninguno de los agricultores de Huayao, no cuenta con la facilidad de trabajar sus tierras con un
tractor. Usa poco fertilizante artificial y no tiene ninguna práctica de sanidad animal con su
ganado. Además, usa banderillas a manera de espantapájaros para proteger sus cultivos de
panllevar.
Ante el fracaso del proyecto de crianza de truchas en la comunidad, el Sr. Ayvar pretende, a largo
plazo, instalar él solo una piscigranja que realmente funcione, que sea rentable. ³Es un buen
negocio. Lo que pasa es que hubo mucha gente antes allí... Y maldad´ . El problema de la
piscigranja fue un severo conflicto de intereses, motivado principalmente por la diversidad de
procedencias de los pobladores de Huayao. Cada comunidad sabe manejar, casi siempre, la
rivalidad que existe en su interior. Pero cuando se trata de seis comunidades afectadas por la
guerra, y con algunos elementos subversivos infiltrados, las cosas se complican mucho más.
Fermín tiene eso bastante claro, y plantea retomar la idea atacando el problema principal. Si el
centro de producción ahora fuera administrado por una sola familia, con los recursos necesarios
para asegurar su sostenibilidad, el éxito estaría garantizado.
Las dificultades del "tiempo del peligro" (forma como se refirió Fermín de la década de violencia)
donde "era más valiosa la vida que las tierras", ya han pasado. Fermín se ha convertido en un
contratista de mano de obra campesina. Debido a la extensión de sus tierras, le es preciso
contratar algunos pobladores de El Tapial para que le ayuden. A sus empleados les paga el jornal
promedio de la zona, es decir 5 nuevos soles.
Este comportamiento tiene mucho que ver con su contacto directo con la situación de violencia
vivida en Huayao. Fermín Ayvar se muestra menos receloso frente al resto de la población de
Huayao pues ha tenido un mayor contacto con personas de la ciudad. Encontrándose muchas
veces en situaciones realmente difíciles, ha tenido que confiar en diversas personas para poder
salir adelante.
Debido a su situación económica, los beneficios directos de la mayor parte de proyectos no llegan
a este tipo de familias. Con respecto al impacto generado por los proyectos estatales, debemos
plantear más bien de una relación de correspondencia en la que la familia Ayvar se convierte en
un agente catalizador, en un grupo de control o en un modelo a seguir.
A lo largo de los años de la guerra interna, el Sr. Vargas ha sido testigo de múltiples abusos
121
cometidos por las Fuerzas Armadas (especialmente durante la ocupación de la provincia por parte
de los Infantes de Marina). Desde 1983 hasta entrados los 90, la mal entendida autoridad del
Ejército se dejó sentir en la zona debido al afán de los soldados de contrarrestar la fuerte
presencia senderista. Ccescce fue una de las bases de apoyo más fuertes que Sendero tuvo en
el distrito de Tambo.
La familia Vargas está compuesta por una pareja joven que recién empieza a independizarse y a
surgir por su propio esfuerzo. Tienen uno de los mejores hatos de ganado de la comunidad: siete
vacunos, cinco caballos, seis cerdos, diez patos, cinco gallinas y un gallo. Sus expectativas no
son tan grandes como las de la familia Ayvar, pero también tienen grandes deseos de superarse.
A pesar de sus condiciones favorables, la familia Vargas no tiene planeado solicitar ningún crédito
aún, aunque no descartan la posibilidad de hacerlo en un futuro cercano. Tampoco existen
grandes proyectos empresariales, sólo el incremento de la producción de sus tierras, invirtiendo
más horas de trabajo en sus propias tierras e intensificando el comercio de sus productos en
Tambo.
Uno de los elementos que les permitieron surgir rápidamente y hacerse de tan importante hato
ganadero fue el complemento de los ingresos para Teodosio. Él también va frecuentemente a
trabajar como jornalero en los cocales del valle del río Apurimac. Como muchos jóvenes en el
pueblo, debido a la significativa reducción del precio de la coca, dejó de ir por un tiempo. Pero
desde el ligero repunte observado en marzo del 96 (14 nuevos soles por arroba), se animó a
volver cada vez con más frecuencia. Lamentablemente, nos menciona que los márgenes de
ganancia por el trabajo de jornalero no son de ninguna forma comparables con los niveles
promedio durante el apogeo del comercio cocalero, cuando la arroba se vendía, dependiendo de
los meses y las zonas, por lo menos en 140 nuevos soles. Haciendo un ligero análisis
costo/beneficio, Teodosio se percata que el actual precio recién empieza a compensar el esfuerzo
de ir hasta el valle y gastar una fuerte suma en manutención, además de padecer las condiciones
infrahumanas de trabajo, la mala alimentación, el riesgo, etc. Durante los años anteriores de
mayor prosperidad, Teodosio utilizaba los ingresos que obtenía en la selva para comprar
vestimenta, mejorar la calidad de la alimentación familiar y comprar algunas medicinas urgentes.
Cuando hablaba de riesgo en el trabajo como jornalero, Teodosio se refería a los frecuentes
asaltos que están ocurriendo en la carretera a San Francisco desde 1994, cuando las huestes de
Sendero Luminoso son prácticamente desarticuladas y quedan algunos militantes armados
dispersos por la región. La gran mayoría de ellos se está dedicando al bandolerismo. Son muy
pocos los que han ido en busca de Feliciano para incorporarse a su grupo. Además, a las duras
condiciones en las que se trabaja en los cocales, las mismas que originan el surgimiento de
diversas enfermedades. De acuerdo a la información proporcionada por los propios pobladores, el
70 % de los ronderos del valle del río Apurimac se encuentran con desnutrición, el 30 % con
tuberculosis y la gran mayoría presenta síntomas de malaria.
La caída de la economía cocalera marcó una etapa dramática en las familias de Ayacucho. Uno
de los principales problemas económicos que afrontaban es la desaparición de esta especie de
³subsidio´ al que antes tenía relativamente fácil acceso. Todas aquellas necesidades que eran
satisfechas con el dinero de la coca, hoy deben ser dejadas de lado hasta que el precio de la coca
retome sus niveles anteriores.
La familia Vargas es una de las pocas familias que mantiene contacto comercial permanente con
el pueblo de Tambo. Por lo general, los habitantes de Huayao efectúan intercambios ocasionales,
y algunas compra-ventas esporádicas con los comerciantes de la región, agrupados en Tambo los
domingos, con motivo de la feria semanal. Teodosio siempre va a vender a Tambo sus productos
(los que no siempre representan excedentes de producción), sean éstos arvejas, habas, queso o
maíz (producto típico de las parcelas más bajas de la comunidad). También comercializa, con
menos frecuencias, papas pues su familia también tiene parcelas altas, en Patapata.
122
Según la lectura social de Teodosio, uno de los principales problemas que impiden el surgimiento
de los habitantes de Huayao es la falta de unión entre los pobladores de Huayao, coincidiendo
con la opinión de Fermín Ayvar. "Lo que pasa es que son de otro sitio", manifiesta. Y esto lo dice
porque él es uno de los pocos habitantes originarios de Huayao que no huyeron de manera
permanente. Según su propia visión, la gente de las otras comunidades que integran la actual
comunidad de Huayao es muy conformista y no se preocupa mucho de mejorar. ³Son muy
dependientes de la ayuda que nos traen a veces. Si tienen siempre algo que comer, entonces
están contentos´. Por los comentarios hechos por Teodosio, parecer ser que los desplazados de
las seis comunidades cercanas que se instalaron en Huayao no tienen la intención ni la capacidad
de salir de su situación desventajosa.
Otro caso se presentaba con la participación en las faenas comunales de limpieza de la carretera
hasta Huayao o las del canal de agua potable del reservorio. Antes de la construcción de la
carretera Huayao-Usmay, el apoyo en los trabajos comunales era prácticamente nulo, y eran
muchas las oportunidades en las que se tenía que suspender dichas faenas por falta de
asistencia. Los únicos que podían convocar de manera efectiva jornadas conjuntas de trabajo son
las autoridades militares del cuartel de Tambo. Actualmente, aunque los niveles de participación
en estas labores aún no son masivos, se ha logrado dinamizar un poco más al apático grupo de
pobladores de la zona.
Según nos cuenta nuestro informante, la población todavía no está conforme con la actual
situación del precio de la coca. Gracias a este cultivo, la gran mayoría de los pobladores de
Huayao podían satisfacer sus necesidades ³complementarias´ (como la educación de sus hijos, el
mejoramiento de su alimentación, vestimenta, etc.). "Estamos atentos de nuestra selva", de lo que
sucede en ella y de su potencialidad para mejorar las condiciones de vida actuales. Los
pobladores de Huayao se quejan que el dinero no les alcanza y que se encuentran sobreviviendo
gracias a sus cultivos y al apoyo del Gobierno.
En el mes de marzo del año 1996 toda la zona se vio seriamente afectada por el desarrollo de
una epidemia de paludismo que asoló toda la región. La esposa de Teodosio también se vio
afectada por este mal y fue preciso llevarla a la posta médica de Tambo, donde el tratamiento
para este mal era totalmente gratuito. Al parecer, el paludismo llegó debido a la gran cantidad de
migrantes temporales que han regresado infectados de la selva ayacuchana (23).
Teodosio reconoce la ayuda del Gobierno como necesaria, aunque no se siente totalmente
beneficiado por ella. Los proyectos implementados han servido para cambiar relativamente su
situación socioeconómica, sobre todo el de la carretera pues su casa se encuentra en la entrada
del pueblo, a la orilla del camino en un extremo, y del río por el otro. Considera que el Gobierno
debe apoyar más a la región y que debe tener un mayor nivel de control sobre el precio de la
(25) A continuación se presenta el seguimiento de seis casos, todos pobladores de Huayao, con quienes tuve la oportunidad de
compartir gran parte de mi experiencia de inserción.
123
coca, pero no para erradicar su cultivo sino para poder beneficiar de mejor manera a los
campesinos que se ven obligados a trabajar como jornaleros en los cocales.
C) NO BENEFICIARIOS
Marcelina Sánchez, de 53 años, viuda. Abuela de tres niñas: 13, 11 y 9 años. Ellas viven solas, y
tienen una pequeña parcela al costado de su casa. Es muy buena tierra, pues está rodeada casi
totalmente por las aguas del margen derecho del río Huayao. Los productos de esta tierra,
trabajada por algunos vecinos y cuidada por las niñas y, a veces, la esposa de Roberto Palomino,
son destinados íntegramente para el autoconsumo.
Los padres de estas niñas tenían tierras en el mismo Koyllurumi, pero actualmente estas tierras
se encuentran abandonadas. Marcelina y las niñas no tienen ningún tipo de ganado mayor. Sólo
cuentan con un par de cerditos, obsequiados por Roberto Palomino, y 4 gallinas con un gallo.
Cosechan algunos productos para su manutención, pero fundamentalmente esta familia depende
de la solidaridad de sus vecinos, especialmente de Roberto y su familia, quienes se han hecho
cargo indirectamente de ella. Gracias a la facilidad que le brinda contar con alimentos de manera
inmediata a través de la tienda, el apoyo de Roberto es de trascendental importancia.
Este es uno de varios casos que existen en Huayao. Del total de las viudas en Huayao, diez de
ellas se encuentran en una situación similar a la de Marcelina. Ellas son atendidas por algunos
amigos y/o vecinos, pues han perdido a todos sus familiares cercanos, quedando con la
responsabilidad de cuidar varios niños, hijos, nietos o sobrinos suyos.
Por la ubicación de sus tierras en la orilla opuesta del río, esta familia se encuentra muy
distanciada del resto de la comunidad. Por su lado, la comunidad no cuenta con mecanismos
adecuados para hacer frente a situaciones de este tipo, dejando la responsabilidad de los casos a
los pobladores particulares.
Desde 1993, las niñas han dejado de asistir a las escuelas para ocuparse de su abuela y de las
labores de casa y la parcela.
Como era de esperarse, Marcelina aparenta mucho más edad de la que tienen realmente. Habla
sólo en quechua y mostró gran recelo en comunicarse con nosotros y expresar sus opiniones. Sin
embargo, una vez que entró en confianza, pudo compartir con nosotros su gran preocupación. No
estaba al tanto de las ayudas ofrecidas por el Estado y de su distribución al interior de Huayao.
Tampoco sabía de la existencia de una Aldea Infantil en Tambo y de la posibilidad que tenía de
internar allí a sus nietas menores. Sin embargo, al enterarse de los detalles por nosotros, prefirió
mantenerlas en la medida de lo posible pues, después de todo, ³ya estaban acostumbradas´.
Marcelina no tenía una opinión formada sobre los proyectos implementados en el pueblo, pues
desconocía los detalles de su construcción y sus servicios. Hace poco uso del reservorio, pues le
resulta más práctico coger el agua del mismo río. La carretera le resulta muy distante, y no le
proporciona ningún beneficio directo, al igual que el Local Comunal. Paradójicamente, a pesar de
ser una de las familias más necesitadas en Huayao, se trata de personas que no percibieron
ningún beneficio efectivo de ninguno de los proyectos implementados por el Estado o CEDESPRA
en Huayao.
124
5.3. LINEAMIENTOS DE UN NUEVO COMPORTAMIENTO ECONÓMICO
Cada vez con mayor intensidad, las exigencias provenientes del mercado requieren que la
sociedad campesina en su conjunto se vincule con la ciudad como único medio eficaz para
desarrollarse. De esta manera no sólo se beneficia a la ciudad en una provechosa relación de
interdependencia sino que se evita cualquier intento de crear islas de producción en el campo
mediante propuestas de desarrollo endógeno. De esta manera, los campesinos de estas zonas se
han dado cuenta que actualmente sólo es posible autodefinirse si lo hacen en referencia a sus
relaciones con la ciudad.
Los campesinos ayacuchanos que se han visto forzados a desplazarse desde sus lugares de
origen por causa de la violencia política desarrollada en sus zonas de origen. Ellos adoptan la
estrategia de "vivir a dos pies", es decir, forman parte de la PEA rural local, teniendo como
actividad económica principal la agropecuaria, pero al mismo tiempo son parte de la población
urbana. De esta forma articulan en una misma unidad doméstica, y a veces en una sola persona,
la realidad rural con la urbana, construyendo un modo de vida con hábitat dual.
En opinión de Jefrey Gamarra, ³si se puede sintetizar un proceso tan complejo como el de la
guerra en Ayacucho, podríamos ver que existen, a nivel muy general, dos consecuencias directas:
la violencia política generó nuevos procesos menores de cambio social y también aceleró otros ya
existentes de manera latente´ (26).
Uno de los procesos que muestran esta dinámica dual con mayor elocuencia es el fenómeno del
retorno. Los campesinos desplazados, especialmente los jóvenes, en realidad no quieren regresar
a sus lugares de origen o no desean retornar permanentemente. Ellos se han adaptado a la
ciudad, han visto lo provechoso que les resulta vivir en ella, se han acostumbrado fácilmente a ³lo
bueno de la ciudad: música moderna, novelas, TV". Esta sintonía con el modo de vida urbano
está estrechamente al hecho que las zonas de refugio suelen estar muy cerca de las ciudades -
generalmente en las zonas periféricas- y a sus vías de acceso; Charhuamayo, por ejemplo, está
al costado de la carretera, al igual que Milpo.
Para analizar la particularidad del campesino de Huayao después de los tres lustros de violencia
política en Ayacucho debemos tomar en cuenta diversos factores. Al interior de las zonas de
refugio, agrupaciones multicomunales formadas por campesinos de diversos lugares, cuya
población en su inmensa mayoría es desplazada, se está desarrollando un proceso progresivo de
diferenciación. La paulatina desaparición de las formas comunales de cooperación, el pago de
jornales, la introducción de algunos campesinos a las actividades comerciales como principal
El caso más claro de esta situación es el de la coca. La cosecha de hoja de coca en el valle del
río Apurimac se convirtió desde hace como veinte años para un fuerte contingente de agricultores
(entre el 40 y 60% de los comuneros de Huayao, dependiendo de la estacionalidad) en su
actividad económica principal. Los recursos obtenidos han permitido mejorar a los desplazados
sus condiciones de vida y la adaptación al nuevo medio.
Hoy ya no se trata sólo de la coca, debido al descenso de su precio. El trabajo asalariado que
promueve el PAR, en una contratación periódica para obras de infraestructura en la propia
comunidad, está beneficiando a algunos de los pobladores, quienes se asignan esta oportunidad
por turnos correlativos. Las sumas obtenidas por estos trabajos, aunque mínimas en comparación
con los ingresos percibidos por el trabajo en la selva, representan obtención de dinero fresco para
gastos que requieren de liquidez inmediata.
La mayor parte de los entrevistados mencionaron que el destino principal de los recursos
obtenidos gracias a la coca fueron destinados a la educación, vestimenta, salud y complemento
de alimentación. Una vez desaparecida parcialmente esta fuente de recursos, los campesinos se
vieron en la necesidad de buscar otra que les permita cubrir las mismas carencias. El Gobierno, a
través de FONCODES y del PAR, la Iglesia Católica, las Evangélicas y las ONGDs brindan esta
oportunidad, convirtiéndose para sus beneficiarios en centrales proveedoras de subsidios y no
instituciones promotoras del desarrollo local.
Esta tergiversada visión del apoyo que otorgan dichas instituciones está generando en la
población destinataria el desarrollo de una especie de "lógica económica perversa" a través de la
cual el campesino desplazado ayacuchano convierte su particular condición de vulnerabilidad en
una nueva fuente de recursos. Lamentablemente, la diversidad de programas y proyectos de
asistencia, los fondos rotatorios, los préstamos de tecnologías y las entregas directas de
alimentos han propiciado el derroche de recursos y la modalidad de participación poco clara por
parte de los receptores de dichos recursos.
Son tristemente representativos los casos de los criaderos de cerdos alimentados con el trigo y la
soya donadas a la población por CARITAS AYACUCHO en algunas comunidades de Tambo, o la
venta de la harina y el aceite por parte de los mismos beneficiados, supuestamente necesitados
de esta ayuda para sobrevivir. Enterada esta institución de este tipo de conductas, casi
generalizadas en la región, ha decidido cambiar su estrategia de apoyo, eliminando la modalidad
de la donación y creando la figura de la venta a precios simbólicos de los alimentos. Esta nueva
modalidad ha originado rechazo en la mayor parte de beneficiarios, quienes reclaman recibir
gratuitamente lo que la Iglesia recibe de igual forma.
Tal vez en esta condición de ausencia radicó la fortaleza de la propuesta senderista durante sus
primeros años. Iniciada la guerra interna, este modelo pasó de ser una simple propuesta a
convertirse en un esquema impuesto en las mal llamadas "zonas liberadas". Un peculiar esquema
de desarrollo endógeno, casi autárquico, cerrado totalmente al mercado fue constituyéndose en
eje de la organización social de manera impuesta y en una peculiar forma de regresión a estados
originarios. Ante este modelo, teñido de sangre y miseria pudimos apreciar un progresivo proceso
de rechazo de las poblaciones campesinas, la consecuente acción militar y civil del Gobierno y la
posterior nueva racionalidad económica campesina resultante. Estos factores dieron paso a una
original contrapropuesta que orientó a los campesinos a la gestación de un comportamiento
económico mucho mejor ubicado dentro de los parámetros capitalistas pero de ninguna manera
garante de su propio desarrollo.
Antes que Sendero Luminoso llegara a la región la lógica productiva en Huayao, como en todas
las comunidades pobres de nuestra sierra, siempre estuvo dirigida a la obtención de volúmenes
que permitían la sobrevivencia de las familias, destinando parte de la producción obtenida (no
necesariamente los excedentes) para la comercialización menor en las ferias dominicales de
Tambo.
La estrategia de trasfondo era ocupar los territorios donde el Estado no mantenía una presencia
significativa e imposibilitar la circulación de bienes, con la finalidad de desabastecer a las
ciudades cercanas, asumiendo que éstas eran totalmente dependientes de la producción
agropecuaria local.
En torno a este tema afirma Jefrey Gamarra: ³una cosa curiosa con respecto al mercado. Pol Pot
y Stalin eran quienes pretendían llevar la ciudad al campo en sus respectivos países. Y, en cierta
medida, aquí Sendero también pretendió emprender un proceso particular de modernización que
apuntaba a reorganizar la producción en el campo, de manera semejante a las anteriores
propuestas señaladas. Sin embargo, ha sido el campesino, al final de cuentas, el que ha realizado
este ideal, pero de manera pacífica. Es vía un proceso democrático y espontáneo. La violencia ha
servido como catalizador de nuevos procesos sociales que se venían gestando desde hace
décadas ... Tal vez la gran paradoja de Sendero haya sido que su acción tenía detrás una
propuesta anticapitalista, pero lo que logró generar fue todo lo contrario. Actualmente los
campesinos se están relacionando directamente con el mercado, sin necesidad de intermediarios´
(27).
La presencia de los CAD posibilitó el reagrupamiento en las comunidades resistentes, las mismas
que se reubicaron y empezaron a poblarse de fuerza laboral capaz de recuperar los niveles
anteriores de producción. Al mismo tiempo, en las comunidades que habían servido de refugio
para los desplazados, se instalan algunas familias y empiezan a dedicar más tiempo a la
agricultura y menos a la autodefensa. Al retornar la paz a la zona un nuevo esquema productivo
se empieza a maneja en la región.
Sin embargo, no todo era positivo en este resurgimiento del agro ayacuchano. Las secuelas de la
guerra habían minado la estructura social de las comunidades. Habían muchos muertos, muchos
desaparecidos, numerosos discapacitados que no podrían rendir laboralmente como antes. Pero
el daño no sólo era físico. El daño, básicamente, fue psicológico. Una sensación de apatía, de
desolación, de desconfianza y de sin sentido existencial invadía a los más afectados por esta
cruenta guerra. Y esas personas necesitaban de un apoyo especial, un apoyo que difícilmente
llegaría a sus recónditos lugares de residencia.
Ciertamente, la mayor parte de las generalizaciones son impertinentes. Por tal motivo debemos
aclarar que esta actitud estuvo presente en unos más que en otros. Como ya hemos mencionado,
parece ser que los más propensos a este tipo de comportamiento eran los que más habían
sufrido los estragos de la guerra. Sin embargo, ubicamos durante el trabajo de campo muchos
otros casos esperanzadores, en los que la adversidad había servido de catapulta para lograr
enfrentar a la vida desde otra óptica. Lamentablemente, no fueron los casos mayoritarios en la
comunidad de Huayao.
Debido a una inadecuada estrategia de intervención por parte del Gobierno, y de algunas ONGDs
que trabajaban en la zona, los pobladores de Huayao se acostumbraron a los programas de
asistencia no planificados de acuerdo a las necesidades reales existentes. Se dieron cuenta que
podían utilizar su condición de afectados directos de la violencia como un recurso más, un
argumento efectivo a través del cual podrían obtener muchos beneficios sin que ello les reportara
demasiado esfuerzo.
Al intervenir no se tomó en cuenta un factor muy importante a considerar, el hecho de que estas
poblaciones están agrupadas de la manera presente no por propia voluntad, sino obligados por
las circunstancias. Ante la imposibilidad de permanecer separados, única y exclusivamente con
fines de defensa, algunos pagos se unen formando pequeñas comunidades. Pero al interior de
las mismas se mantienen las distancias y, en algunos casos, hasta las rivalidades ancestrales.
En Huayao, dicha infraestructura está configurada por los principales componentes de esta nueva
lógica económica: el incremento de la demanda por bienes de consumo urbano, integración
paulatina al mercado laboral urbano manteniendo como lugar de residencia el ámbito rural,
nuevos criterios de organización comunal, incremento de la dependencia de la ayuda
asistencialista del Estado y perspectiva inmediatista de desarrollo. Tanto el comportamiento de los
actores como la lógica de funcionamiento de las instituciones y la de los procesos internos
responden a cada uno de estos patrones.
De todas estas características, la más representativa es sin duda la lógica mendicante con la que
la población desarrolla sus actividades económicas. Esta lógica es generada principalmente por el
apoyo asistencial ³inadecuadamente´ planificado por el Estado (28). Como sabemos, sus efectos
son altamente destructivos pues ocasiona que la población ±aparentemente beneficiaria± ingrese
en una especie de letargo, el mismo que le impide desarrollar dinámicas participativas de
autoayuda y promoción sostenible del desarrollo local. De esta manera, sin mayores ganas de
participar, quedan esperando que llegue el apoyo externo sin demandar de ellos mayores
esfuerzos.
A lo largo de la implementación de cada uno de los proyectos en Huayao, tanto los estatales
como las actividades de las ONGDs o la Iglesia, el nivel de participación de la comunidad ha sido
prácticamente inexistente. Por tratarse de una población en situación de extrema necesidad, se
adoptó el procedimiento convencional de los proyectos de emergencia, donde la población
desempeña un rol pasivo, de receptor de ayuda, frente a la necesidad de una intervención
inmediata.
Es por este motivo que no se llegó a constituir un núcleo ejecutor local de los proyectos estatales,
quedando todos bajo el monitoreo de supervisores de obra, contratados por el Estado.
Generalmente, dichos supervisores eran ingenieros civiles o agrícolas, los mismos que por tipo de
formación, no prestaban mucha atención a los condicionamientos socioculturales del contexto.
(28) En realidad, si se trata de una intervención planificada, con la particularidad que la generación de estos lazos de dependencia
por parte de la población destinataria es intencional. Para el Gobierno, el asistencialismo es el mejor enfoque de política social para
garantizar la adhesión de la población afectada tanto por la violencia política como por la pobreza extrema.
129
de una población. El caso más evidente es el de las mujeres que, como ya hemos descrito, no
participan activamente en estas asambleas. Si además consideramos que Huayao es la función
de seis comunidades, debemos preguntarnos si efectivamente todos estos grupos expresaron su
opinión o no, y de qué forma se realizó.
Por último, es necesario conocer las verdaderas motivaciones que pueden llevar a un colectivo o
parte de él a escoger tal o cual proyecto. No siempre su decisión está basada en la ³causa
evidente´ que considera el visitante. Al interior de las culturas están presentes muchos factores
que pasan desapercibidos para personas que no conocen a profundidad la población con la que
están tratando. Por tal motivo, no siempre lo solicitado de manera directa va a responder a los
objetivos planteados por las instituciones promotoras del desarrollo. Es preciso llevar a cabo un
trabajo previo de sensibilización, concientización y deliberación colectiva para que la elección de
los proyectos sea resultado de una confluencia de factores internos y externos a la comunidad
destinataria.
A modo de ejemplo, citaremos una encuesta realizada por la Mesa Nacional sobre
Desplazamiento y Afectados por la Violencia Política (MENADES) durante 1999 en 10
comunidades de Ayacucho, Apurimac y Huancavelica. Por la similitud de los procesos históricos
desarrollados en la población y el tipo de intervención del Estado, tomaremos los datos de la
comunidad de Uchuraccay.
Esto nos demuestra que ni siquiera tomando como referencia directa a las instancias generales
de la comunidad podemos pretender lograr una participación completa. Con mayor razón, ante las
exigencias de la gestión directa de los proyectos de desarrollo, sólo el 5 % de la población
respondió afirmativamente.
Esta información se puede complementar con otra referida a los objetivos logrados por las obras
de infraestructura y los proyectos implementados en la comunidad. El 100 % de los entrevistados
consideran que las obras de infraestructura construidas por los diferentes agentes de desarrollo
local funcionan adecuadamente, mientras que sólo el 58 % considera que los proyectos de
desarrollo implementados fueron exitosos y el 32 % considera que los mismos fueron
parcialmente exitosos.
Vale la pena comparar estos resultados con los obtenidos en todo el departamento de Ayacucho,
donde la visión en torno al éxito de los proyectos implementados es menos alentadora.
Considerando que la encuesta se hizo en diez comunidades de Huanta, La Mar y Vilcashuamán,
provincias en las que se concentró el apoyo del Estado, podemos constatar que el 88 % del total
de la población entrevistada opina que actualmente las obras de infraestructura construida
funcionan adecuadamente, mientras que el 83 % considera que los proyectos han sido
parcialmente exitosos, quedando sólo un 17 % que los considera completamente exitosos. Esto
significa que a nivel departamental existe mayor conciencia de las fallas presentadas a lo largo de
la implementación de los proyectos, sobre todo aquellas referidas al logro de objetivos y
generación de impactos.
130
GRÁFICO Nº 9
100
90
80
% de hogares encuestados
70
60
50
40
30
20
10
0
Seleccionaron Opinan que Opinan que Opinan que
proyectos obras proyectos proyectos
funcionan funcionan funcionan
parcialmente
Fuente: FONCODES
Aunque en Huayao no se llevó a cabo una encuesta semejante, se puede constatar que tanto los
niveles de participación en las diferentes organizaciones comunales como las opiniones en torno
a los proyectos son bastante parecidas a las ubicadas en Uchuraccay. Hubo un porcentaje
representativo de población en las asambleas en las cuales se decidió implementar algunos
proyectos, como el de la piscigranja o el del local comunal. Sin embargo, incluso estas obras no
están siendo utilizadas en una capacidad real. Sólo la escuela funciona adecuadamente, mientras
que el local comunal funciona parcialmente, y el reservorio junto con la piscigranja no funciona.
Estas obras han caído en desuso porque la población nunca tomó real conciencia de su
importancia, nunca se apropió de su uso y mantenimiento. El componente participativo
simplemente no estuvo presente a lo largo de las diversas etapas del ciclo de los proyectos.
Son distintos los agentes catalizadores que han intervenido en el proceso de desestructuración de
la sociedad rural ayacuchana en los últimos veinte años: Sendero Luminoso, el Estado, las
ONGDs, la Iglesia Católica, etc. Y muy diversos los múltiples efectos de estas intervenciones. De
acuerdo con Carlos Iván Degregori, más difícil que evaluar los niveles de desestructuración que
han originado estos agentes en la organización social es constatar el impacto cultural y
psicológico originado por la guerra en su conjunto, pues los cambios ocurridos en el entorno
simbólico campesino son menos evidentes que sus transformaciones a nivel organizativo.
Uno de los aspectos más importantes de analizar es la nueva distribución comunal del espacio. Si
antes el centro del pago o comunidad estaba ocupado por la pequeña plaza con su iglesia
católica, ³hoy se encuentran: la cancha de fútbol, que es al mismo tiempo y literalmente µplaza de
armas¶ pues es el lugar en el que cada mañana y cada noche forman -o formaban- los ronderos;
el asta donde se iza casi obsesivamente la bandera; la capilla evangélica, y la escuela. Esta
última ya estaba allí desde antes, en muchos casos también la cancha, aunque no en lugar tan
prominente. El asta y la capilla evangélica nos hablan del surgimiento de nuevas identidades´
(DEGREGORI 1996: 20)
131
El ³modelo de desarrollo´ ±si remotamente cabe el término± propuesto por Sendero tuvo un serio
desencuentro cultural con la población andina ayacuchana. Con la ocupación de los ³tuta puriq´
(29), se modificó seriamente el patrón de ocupación del territorio, especialmente el adoptado para
la producción agrícola pues se hizo imposible diversificar productos a través de la utilización del
máximo de pisos ecológicos. Las zonas más altas fueron paulatinamente abandonadas,
afectándose al mismo tiempo la posesión del ganado, el que en su mayoría fue perdido (matado o
robado tanto por Sendero como por las FFAA).
Resulta muy gráfico constatar que ³conceptos como Estado, clases sociales, partido, nueva
democracia, no lograban ser traducidos culturalmente. A su vez, los referentes culturales andinos
no eran conocidos por estos militantes senderistas. Lo que es más, no les interesaban, en tanto
ellos buscaban µtransformar la mentalidad fatalista-feudal¶ y hacer que asumieran una µfilosofía de
lucha¶. Reducían su discurso a la afirmación entusiasta del incontenible desarrollo de la guerra
popular, que conduciría a los campesinos pobres como ellos al poder, arrasando con la Policía y
el Ejército, y todos aquellos que se opusieran a la revolución´ (DEGREGORI 1996: 46). Con esto
se hizo evidente que el uso de la cultura andina (uso de idioma, vestimenta o música ayacuchana)
por parte de algunos senderistas fue una estrategia netamente instrumental.
Los principales agentes promotores de desarrollo ±Estado, ONGDs e Iglesia Católica± tuvieron un
protagonismo distinto, pero no por ello menos perjudicial. En este trabajo sólo nos ocuparemos
del impacto logrado por sus respectivos proyectos de desarrollo implementados. A continuación,
utilizando el esquema de análisis de la EIC, formulada en el primer capítulo de este texto,
podemos apreciar en mayor detalle el impacto de los proyectos de desarrollo ejecutados en
Huayao:
(29) En quechua significa ³caminantes de la noche´. Es el nombre que reciben los senderistas por movilizarse frecuentemente
durante las noches.
132
MATRIZ DE ANÁLISIS DEL IMPACTO CULTURAL
VARIABLES E PROYECTO DE
INDICADORES DE REACCIÓN DE LA POBLACIÓN DESTINATARIA ASISTENCIA O
IMPACTO CULTURAL INVERSIÓN
SOCIAL
a) POSIBLES
BARRERAS AL
CAMBIO
a.1) Barreras
Culturales
Valores y
a c ti tu d e s
Tradición Huayao, como conjunto de poblados, no posee una tradición local x Todos los
única, aunque sí prácticas tradicionales comunes. Dichas prácticas, proyectos
s o b r e t o d o l a s re l a c i o n a d a s c o n l a s m o d a l i d a d e s d e p r o d u c c i ó n y l a e s ta ta l e s
formación de su racionalidad económica, se vieron seriamente i m p l e m e n ta d o s
a l t e ra d a s c o n l a p ro m o c i ó n i n d i re c t a d e l o q u e h e m o s d e n o m i n a d o
³lógica económica perversa´.
Etnocen- Debido a que se trataba de una zona de paso y no un territorio de x Esta actitud no
trismo control permanente, en Huayao no existe una propuesta efectiva de e s o ri g i n a d a p o r
desarrollo endógeno por parte de Sendero, ni siquiera a nivel de ningún proyecto
p l a n t e a m i e n t o t e ó ri c o . e n p a rt i c u l a r s i n o
c o m o re a c c i ó n
Actualmente, los valores culturales propios de los pobladores de f re n t e a l a
Huayao surgen, en gran parte, a partir de su difícil contexto. A pesar pos ibilidad de
de los evidentes beneficios posteriores que puede representar su fa l ta d e
presencia, la desconfianza, la reserva y el temor forman parte de las b e n e fi c i o s a
a c t i t u d e s c o t i d i a n a s c o n l a s q u e s e t e n í a n q u e e n f re n t a r l o s d i re c t o s p o r p a r t e
responsables de proyectos a la hora de implementarlos en la zona. de los m is m os
El cierre a lo externo en tanto no reporte beneficios evidentes e
i n m e d i a t o s a p a r e c e c o m o u n m e c a n i s m o d e d e f e n s a c u l t u ra l m á s
q u e c o m o e l e m e n t o d i s c ri m i n a t o ri o .
133
Valores Este tal vez sea uno de los principales impactos con la x Todos los
relativos implementación de los proyectos estatales pues se han relativizado proyectos
valores originales como el trabajo comunal, la autosuficiencia, el e s ta ta l e s
d e s e o d e a u t o n o m í a s o c i a l , e c o n ó m i c a y c u l t u ra l , e t c . i m p l e m e n ta d o s
a.2) Barreras
Sociales
Centros de Por tratarse de una región en conflicto bélico (con reducidas x Construcción de
pode r a c c i o n e s e n e s t o s ú l t i m o s a ñ o s ), l a s a u t o ri d a d e s m i l i t a re s la Piscigranja
desempeñan roles mixtos, convirtiéndose, en la práctica, en las x Construcción del
autoridades políticas. El impacto de los proyectos implementados reservorio y de
por el Estado no ha hecho sino legitimar esta situación de poder. los servicios
hi giénic os
I n c l u s o , d u r a n t e l o s p ri m e r o s a ñ o s e n l o s q u e c a m b i a l a e s t r a t e g i a c om unales
del Estado, mostrando francas intenciones de acercamiento y no de x Construcción del
agresión hacia la población afectada por la violencia, los miembros Local Comunal
de las Fuerzas Armadas eran los que se encargaban de realizar x Construcción de
d i r e c t a m e n t e a l g u n a s t a re a s d e p r o m o c i ó n d e l d e s a r r o l l o , s o b r e la Carretera
t o d o re l a c i o n a d a s a l a i m p l e m e n t a c i ó n y m a n t e n i m i e n t o d e l a Huayao-Usmay
infraestructura vial local. x Entrega directa
de bienes y
a l i m e n to s
Caracterís- Se trata de una población con escasos niveles de articulación, x Construcción del
ti c a s d e l a carente de una estructura social única. El impacto de los proyectos reservorio y de
estructura no ha logrado cambiar sustantivamente dicha realidad. Sin los servicios
s oc ia l e m b a rg o , c a b e d e s t a c a r l a i n f l u e n c i a q u e e s t á t e n i e n d o l a c a r re t e ra higiénic os
para dinamizar cierta capacidad de trabajo colectivo, el mismo que c om unales
exige una organización comunal mínima. Lo mismo ocurre con los x Construcción de
servicios de agua potable del pueblo, que demandan de un la Carretera
p e rm a n e n t e m a n t e n i m i e n t o Huayao-Usmay
a.3) Barreras
ps ic oló g ic a s
134
Percepción Existe, en primera instancia, una percepción positiva de la x Todos los
general implementación de proyectos de desarrollo en la zona, y de la proyectos
presencia fuerte del Estado, cumpliendo un rol benefactor. e s ta ta l e s
i m p l e m e n ta d o s
Compren- La función del gobierno ha sido -y sigue siendo- mal interpretada por x Todos los
s ión de la s los habitantes de Huayao. Dicha comprensión ha sido motivada por proyectos
fu n c i o n e s la misma forma de intervenir de las entidades estatales, la que ha e s ta ta l e s
de l p r o p i c i a d o l a f o r m a c i ó n d e u n a i m a g e n c o n f u s a q u e a l t e rn a i m p l e m e n ta d o s
gobierno p o s i c i o n e s p a t e rn a l i s t a s y a s i s t e n c i a l e s c o n o t ra s d o n d e l a s
exigencias metodológicas en la ejecución no resultan ser de total
a c e p t a c i ó n p o r p a rt e d e s u p o b l a c i ó n d e s t i n a t a ri a .
Ide a de los Una de las situaciones más perjudiciales en la promoción del x Entrega directa
regalos desarrollo en la zona ha sido la forma en la que se han manejado de bienes y
l o s p ro g ra m a s a s i s t e n c i a l e s , e n p a rt i c u l a r l a e n t re g a d e d o n a c i o n e s . a l i m e n to s
Percepción Es frecuente que a todos los integrantes de los equipos de los x Todos los
diferente de proyectos los confundan con ingenieros o sacerdotes (o agentes proyectos
la s p a s t o ra l e s e n g e n e r a l ) , p u e s s o n l o s d o s re f e re n t e s l o c a l e s d e e s ta ta l e s
fu n c i o n e s agentes directos de promoción del desarrollo. Por tanto, la i m p l e m e n ta d o s
población cuenta con una idea vaga de las funciones que
d e s e m p e ñ a n l o s m i e m b r o s d e l o s e q u i p o s e j e c u t o re s , u b i c a n d o s ó l o
las responsabilidades básicas. Esto es debido a su falta de
involucramiento con la dinámica del ciclo de los proyectos.
Percepción Por esta misma falta de participación directa, la población x Todos los
distinta de destinataria piensa que el proyecto es un fin en sí mismo, proyectos
l o s fi n e s perdiéndose de vista con facilidad la perspectiva integral de e s ta ta l e s
desarrollo. No suele existir una articulación efectiva vía planes de i m p l e m e n ta d o s
d e s a r ro l l o r e g i o n a l , p u e s l o s b e n e f i c i a r i o s n o s e s i e n t e n p a rt e d e u n
conjunto regional de pobladores afectados por la violencia y
ayudados por el Gobierno como colectivo.
Problemas Los niveles de instrucción en la zona son bastante bajos. Esta x Todos los
de condición dificultó mucho la implementación de actividades de proyectos
aprendizaje capacitación, sobre todo a las mujeres mayores. Además, se e s ta ta l e s
d i s t i n g u í a u n a f a l t a d e i n t e ré s p o r p a rt e d e l o s p o b l a d o r e s q u i e n e s i m p l e m e n ta d o s
sabían que la ayuda estatal estaba asegurada fuera de los
resultados positivos o negativos que tuviera la capacitación
b) ESTÍMULOS
PARA EL
CAMBIO
135
Deseo de Este fue uno de los principales motivos por los cuales las x Construcción del
prestigio autoridades de Huayao solicitaron la construcción de su Local Local Comunal
Comunal. Como ya comentamos, esta infraestructura es, a nivel
regional, un auténtico símbolo de status. Por su parte, el PAR no vio
ningún inconveniente en llevar a cabo la obra, sin tomar conciencia
clara de la real necesidad que la población tenía de tal servicio.
Compro- La implementación de los proyectos por parte del Estado ha x Todos los
m is os de garantizado un significativo nivel de adhesión con el partido proyectos
a m i s ta d oficialista. En este sentido, uno de los principales objetivos de estos e s ta ta l e s
proyectos, más allá del mejoramiento de las condiciones de vida de i m p l e m e n ta d o s
sus beneficiarios, contemplaban la necesidad de intervenir en
poblaciones vulnerables para ganar su adhesión política.
136
CAPITULO VI
La población de la agrupación multicomunal de Huayao constituye uno de los casos típicos en los
que los resultados de los proyectos implementados no cumplen a cabalidad las expectativas
formadas en torno de ellos. Curiosamente, no se trata sólo de un problema de los proyectos
implementados desde el Estado, pues muchos de los errores cometidos a lo largo de las
respectivas ejecuciones suelen apreciarse también en el quehacer de las ONGDs y de las
instituciones de promoción social de las iglesias. Las razones de este parcial fracaso en la gestión
de los proyectos sociales las hemos ido analizando a lo largo de este texto. A continuación, en un
intento de ubicarlas de manera específica, trataremos de sistematizarlas a modo de conclusiones
en dos grandes grupos:
x Debido a una inadecuada estrategia para implementar los programas sociales por parte del
Estado, la mayor parte de la población de Huayao ha sido acostumbrada a la entrega gratuita
de ayuda sin que ello le reporte mayores niveles de exigencia. Esta actitud permanente del
Estado frente a ellos ha provocado el surgimiento de una ³lógica perversa´±cortoplazista,
rentista y absolutamente dependiente± a través de la cual muchos pobladores intentan
aprovechar al máximo los beneficios de los proyectos implementados en su zona sin generar
mecanismos de autosostenimiento que aseguren el impacto del aporte.
Esta situación plantea una serie de problemas anexos como la dificultad de propiciar dinámicas
de trabajo colectivo en torno a la construcción o mejoramiento de servicios públicos; la
carencia de un mínimo sentido de pertenencia de las obras por parte de la población, lo que
trae como consecuencia directa el desinterés en su mantenimiento; la falta de iniciativa de la
población para elaborar y administrar proyectos autogestionados; la desconfianza y/o el
rechazo por parte de entidades de cooperación y promoción del desarrollo, nacionales e
internacionales, que no trabajan con poblaciones que presentan estas actitudes; la
reproducción y asentamiento de dicha lógica como componente característico de la dinámica
social local; y el establecimiento de lazos de dependencia permanentes con el Estado.
x Tratando de salvar esta dificultad, la población de Huayao, al igual que otras comunidades en
circunstancias semejantes, ha iniciado de manera muy particular un proceso de reconstrucción
de su tejido social, marcadamente dependiente del apoyo externo y disperso. En él sólo se
brindan parcialmente a los miembros de esta comunidad algunos medios necesarios para que
puedan ayudar a articular nuevamente sus redes sociales, permitiéndoles desarrollarse ±con
muchas restricciones± a nivel individual, familiar y comunitario. Se genera así una capacidad
limitada pero funcional de desarrollo propio, un ³estilo local´ de desarrollo, del cual la lógica
perversa forma parte importante.
En Huayao hemos podido observar, por ejemplo, que la unidad productiva doméstica empieza
a dejar de funcionar como tal, para poner en primer lugar al individuo como elemento
productivo. De esta manera, los mecanismos sociales de trabajo colectivo van perdiendo su
vigencia paulatinamente, mientras que otras modalidades productivas ±también antiguas±
como el trabajo a destajo ofrecido en los cultivos de coca cobran fuerza, favoreciendo el
proceso de individualización de los campesinos.
x Otro de los elementos que también debemos considerar es que los organismos del Estado sólo
plantean la posibilidad de ejecución de determinado tipo de proyectos, mayoritariamente
relacionados con la implementación de infraestructura. Generalmente, quedan descartados
proyectos de desarrollo social ±tan necesarios en una realidad como la ayacuchana± como los
asociados con el trabajo de reconstrucción del tejido social, tales como procesos de
fortalecimiento institucional, programas de salud mental, conciliación y resolución de conflictos,
derechos humanos y participación ciudadana, educación bilingüe, etc.
138
x Tal vez la constatación más peligrosa y la que resulta de importancia capital en el trabajo de
promoción en el departamento es la priorización de criterio político, el mismo que subordina
cualquier concepto técnico a la hora de intervenir desde el Estado. De esta forma, es claro
notar una marcada interferencia de intereses políticos, empleados como criterios de selección
de zonas, modalidades de intervención, tipo de destinatarios e instituciones encargadas de las
evaluaciones externas de los proyectos.
x Debido a la fuerte presencia del Estado en el departamento, la actividad de las ONGDs que
trabajan en Ayacucho ha sido poco significativa e incapaz de generar impactos que planteen
cambios sustantivos en las condiciones de vida de los campesinos ayacuchanos. A esto se
añade una falta de decisión política por parte de algunas ONGDs nacionales ³grandes´ ±de
comprobada trayectoria± que, ante la posibilidad de extender su ámbito de intervención, no
han querido entrar en esta zona para apoyar la débil presencia del sector privado en los
trabajos de promoción del desarrollo local.
b) PROBLEMÁTICA METODOLÓGICA
x Los modelos de desarrollo empleados por los distintos agentes de desarrollo no están
planteando respuestas adecuadas al problema. Por otro lado, la población viene generando de
manera espontánea un esquema alternativo, absolutamente utilitario, que le es funcional a
corto plazo pero que agudizará su situación de carencias a mediano y largo plazo.
139
b.2. Falta de diagnósticos socioeconómicos y culturales de la zona de intervención
x A pesar de la evidente necesidad de contar con ellos, aún no existe una metodología rigurosa
de formulación de proyectos a través de la cual se exija, de manera ineludible, la realización de
análisis previos de la situación socioeconómica y cultural de la comunidad destinataria. De esta
manera, la importancia de este indispensable instrumento se diluye. Y en caso de existir
algunos diagnósticos iniciales, éstos no pasan de ser estudios técnicos esquemáticos en torno
a la infraestructura a ser edificada o a la obra puntual proyectada.
Además, es necesario que se desarrollen metodologías cada vez más adecuadas para la
elaboración de diagnósticos temáticos, de tal manera que se logre recopilar la información
necesaria de manera rápida y al menor costo posible. Toda la tecnología desarrollada a través
de los Diagnósticos Rurales Rápidos (DRR) es una importante contribución a superar esta
limitación.
La importancia de este análisis suele pasar desapercibida por la mayor parte de entidades
promotoras. Sin embargo, para ser conscientes de ella, sólo hace falta recordar, como
menciona Michael Cernea, que ³muchos de los principios fundamentales de la estructura
social, que están explícitos en los modelos sociológicos, se encuentran ocultos en la práctica
cultural y no necesariamente serán expresados conceptualmente por los miembros de un
grupo cultural; sin embargo, hay que comprender dichos principios y tomarlos en cuenta al
diseñar y ejecutar las intervenciones para el desarrollo´ (1997: 491-492)
x Tampoco existe ni la práctica regular ni los instrumentos técnicos suficientes para llevar a cabo
análisis del impacto cultural de los proyectos de desarrollo. Sólo en términos académicos, poco
a poco va retomando nuevamente su importancia dentro de la antropología del desarrollo y los
profesionales se interesan más en ir creando herramientas especializadas que faciliten tan
importante labor, sin que este proceso tenga frutos en los trabajos de promoción directa.
La finalidad de este trabajo, como se mencionó en la introducción, ha sido mostrar uno de los
casos más representativos del impacto socioeconómico y cultural originado ante la
implementación de un paquete de propuestas de desarrollo en una agrupación multicomunal
ayacuchana. Y a partir de este análisis, esbozar algunos planteamientos a través de los cuales
sea posible corregir posibles errores y potenciar la capacidad de los distintos agentes locales de
desarrollo. Dentro de esta intención, a modo de recomendaciones, en esta sección trataremos de
articular algunos criterios básicos para la elaboración, ejecución y evaluación de proyectos en
contextos afectados simultáneamente por la guerra y la pobreza extrema.
Retomando los lineamientos presentados en 1987, durante el evento ³Ayacucho Siglo XXI´, y
adaptándolos a una realidad local más circunscrita -a nivel de distrito, Tambo- podemos plantear
como imagen-objetivo ´la formación de una estructura productiva orientada a la satisfacción de las
necesidades de la población, basada en el aprovechamiento de los recursos internos, y articulada
sectorial y regionalmente a fin de alcanzar niveles de acumulación y pautas de distribución que
garanticen un desarrollo armónico´ (IGUIÑIZ: 1988: 27). Para lograrlo, es necesario incrementar
considerablemente los niveles de ingreso de la población, elevar los niveles alimenticios y
nutricionales, reducir la tasa de analfabetismo, asegurar el pleno empleo, lograr una racional y
equitativa distribución de ingresos y propiciar la participación efectiva de la población en los
procesos económicos, políticos, sociales y culturales.
x Elaboración de diagnósticos locales especializados, los mismos que deben dar cuenta del
complejo proceso de transformación sociocultural, política y económica ocurrido durante los
últimos años. Las propuestas de desarrollo deben basarse en un profundo conocimiento del
contexto. Esta elaboración de diagnósticos debe ser periódica y debe contar con la
participación directa de la población objetivo a través de metodologías ad hoc.
141
x Desarrollo de instrumentos de intervención, desde de la antropología del desarrollo, para
facilitar los procesos participativos en la gestión de proyectos de desarrollo.
x Preparación de una cartera amplia de proyectos de desarrollo, los mismos que deben atender
los problemas y necesidades detectadas en los diagnósticos. Para ello es importante explorar
las posibilidades/potencialidades existentes, especialmente las oportunidades de inversión
social y privada vinculadas a la explotación de recursos naturales local (trucha, cochinilla,
camélidos, etc.). Dichos proyectos deben cumplir con las exigencias de sostenibilidad
financiera y social.
CUADRO Nº 20
DISTRITO DE TAMBO
NO SABE 118
x La guerra trajo como consecuencia no sólo la migración, la ruptura de los circuitos comerciales
sino también el desequilibrio mental de muchos ciudadanos, especialmente niños, etc. Por
tanto, se debe diseñar una política de salud mental a nivel departamental, la misma que
involucre el compromiso de trabajo efectivo de profesionales especializados.
La implementación de los proyectos de desarrollo debe ser reflejo de una política respaldada por
programas e instituciones sólidas. Las instituciones de la sociedad civil, y en especial las ONGDs,
tienen la responsabilidad de propiciar una participación activa y comprometida del Estado en el
proceso de desarrollo, y no sólo una presencia puntual y desarticulada. Esta labor es necesaria
porque ³ciertas políticas y estrategias gubernamentales tienden a devenir de coberturas teóricas
impracticables, por plausibles que pudieran ser sus contenidos y propósitos. La factibilidad social
de una política se ha venido jugando con frecuencia en el campo mismo de la institucionalidad
estatal´ (PANIAGÜA: 1991: 12). De esta manera, queda planteado un reto que es necesario
asumir en la brevedad posible.
143
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