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I. DEFINICIÓN DE PSICOPATOLOGÍA
La psicopatología es la disciplina que analiza las motivaciones y las particularidades de las enfermedades de carácter
mental. Este estudio puede llevarse a cabo con varios enfoques o modelos, entre los cuales pueden citarse al biomédico,
al psicodinámico, al socio-biológico y al conductual.
1. PSICOPATOLOGÍA CRIMINAL
La psicopatología criminal estudia la relación existente entre el crimen y los trastornos psicológicos. Los trastornos
psicológicos que más se suelen relacionar con el crimen son: el Negativista Desafiante, el Explosivo intermitente, el de
Conducta, el de Personalidad Antisocial y algunas Parafilias. Sin embargo, el psicópata es considerado por la criminología
como el actor de los crímenes más crueles y presenta unas características definitorias más allá del Trastorno de la
Personalidad Antisocial. (Castillo, 2016)
2. PSICOPATOLOGÍA Y DELINCUENCIA
A pesar de los numerosos estudios llevados a cabo para relacionar la delincuencia y los trastornos psicopatológicos, no
pueden extraerse conclusiones definitivas, entre otras cosas porque muchas de tales investigaciones se han realizado
con delincuentes privados de libertad, circunstancia que puede favorecer la aparición de ciertos trastornos mentales,
como alteraciones emocionales, trastorno límite de la personalidad y trastornos disociativos (Luberto, Zavatti y
Gualandri, 1997).
1.1. NEUROSIS
Las tres instancias psíquicas, “yo, ello y súper yo” determinan la dinámica de la personalidad. El ello, al dominar los
estados instintivos y su rápida satisfacción genera un conflicto con el yo y el superyó, así el yo al adecuar la expresión de
un instinto a la realidad utiliza mecanismos de defensa. Esta defensa del yo no permite la total expresión de un instinto
de modo tal que una parte del instinto logrará descarga y otra parte no, esta parte residual, ante la necesidad de
expresión busca otros medios de descarga. La descarga se va a expresar de manera simbólica en tres formas
principalmente.
CLASES DE NEUROSIS
a. NEUROSIS HISTÉRICA.
b. NEUROSIS OBSESIVO-COMPULSIVA.
c. NEUROSIS FÓBICA.
2.2. PSICOSIS
En general los trastornos psicóticos se caracterizan por un grado variable de desorganización de la personalidad en la
cual se destruye la relación con la realidad y existe una incapacidad para el trabajo, un aislamiento psíquico y social, que
lo hace un marginado social.
Las personas con trastorno psicótico tienen fallas en el juicio de realidad, que es la capacidad que permite al sujeto
distinguir entre los estímulos provenientes del mundo externo y los provenientes del mundo interno, así el psicótico
confunde las percepciones de sí mismo y las del mundo externo.
ESQUIZOFRENIA
La esquizofrenia es uno de los trastornos más graves de la personalidad en la cual la disociación con la realidad es
grande. El esquizofrénico se experimenta así mismo en una desesperante soledad y completo aislamiento; además no se
experimenta a si mismo como una persona completa sino más bien como si estuviese dividida de varias maneras.
PARANOIA
Otro tipo de psicosis es la paranoia (Psicosis Paranoica), que se diferencia de la esquizofrenia paranoide debido a que en
la primera el contenido del delirio está bien estructurado, es decir es muy semejante a la realidad y es difícil aún para el
clínico experto, identificarlo, mientras que en la esquizofrenia paranoide, el delirio rebasa lo creíble aún para el lego en
la materia.
2.1. TOXICOMANÍAS
Al hablar de toxicomanías nos referimos a la personalidad dependiente que se proyecta claramente a través del
alcoholismo o de la adicción a las drogas. La personalidad dependiente juega un papel muy importante en la aplicación
de la criminología, especialmente por la inestabilidad emocional que manifiesta, la desinhibición en sus relaciones con
los demás y el progresivo deterioro físico y social.
a. ESTUPEFACIENTES
b. PSICOTRÓPICOS O NEUROTRÓPICOS.
c. VOLÁTILES O INHALABLES.
2.2. PSICOPATÍA
La personalidad psicopática es una personalidad anómala que posee una desarmonía intrapsíquica congénita,
posee un inestable equilibrio psíquico sin perder el contacto con la realidad, presenta episódicamente reacciones
desequilibradas, afectivas, caracterológicas y temperamentales; esto le lleva ineludiblemente a un desajuste social.
a. EL PSICÓPATA DESALMADO
b. EL PSICÓPATA NECESITADO DE ESTIMACIÓN:
c. EL PSICÓPATA IMPULSIVO:
III. INIMPUTABILIDAD
1. LA CIRCUNSTANCIA DE QUE UNA PERSONA PRESENTE UN TRASTORNO MENTAL O ANOMALÍA PSÍQUICA,
¿DEBE TRADUCIRSE EN SU DECLARATORIA DE INIMPUTABILIDAD, SI SE LE ATRIBUYE UN HECHO
DELICTIVO?
El concepto técnico jurídico de delito se encuentra conformado por tres elementos, a partir de un comportamiento
humano: la tipicidad, la antijuricidad y la culpabilidad.
En síntesis, el solo hecho de que una persona padezca, verbigracia, de esquizofrenia paranoide, no significa que deba
reputarse como inimputable, pues dependerá, si al momento del hecho delictivo se encontraba, por ejemplo, en un
estado psicótico que le impidió comprender el carácter delictivo del hecho y/o de dirigir su actuación conforme con
dicha comprensión.
Como bien lo anota Vargas, la enfermedad mental no es sinónimo de peligrosidad social, pues existen enfermos
mentales graves e incluso crónicos que, en ningún momento, tienen tendencia a delinquir ni a hacer daño alguno a los
demás ni a sí mismos (Vargas, 1983).
8. ENTRE TODAS LAS MEDIDAS DE SEGURIDAD CURATIVAS, ¿DEBE OPTARSE POR EL INTERNAMIENTO
PSIQUIÁTRICO COMO PRIMERA OPCIÓN?
La tesis, según la cual el internamiento psiquiátrico debe ser la regla como medida de seguridad curativa, es un mito.
Cada caso concreto debe analizarse con cautela en función de la peligrosidad del sujeto, tomando en cuenta que existen
otros tipos de medidas que pueden cumplir con una finalidad de prevención especial (terapéutica) y, a su vez,
“resguardar” a la sociedad en general, partiendo de que históricamente una de las razones de estas medidas es la
“defensa social”. (Quirós, 2017)
9. ¿LA SITUACIÓN JURÍDICA DEL INIMPUTABLE SIEMPRE ES MÁS VENTAJOSA QUE LA DEL IMPUTABLE?
Conforme lo apunta Ziffer, quien es internado en un establecimiento psiquiátrico con frecuencia cuenta con menos
derechos que un condenado penal, pues no pocas veces, a igualdad de delito, el tiempo de internación es mucho más
prolongado que el tiempo correspondiente a una pena, pues al autor culpable le espera una pena temporalmente
limitada con independencia de que los esfuerzos resocializadores durante la ejecución de la pena tengan éxito o no,
situación que, en principio, no se plantea respecto de un enfermo psiquiátrico (Ziffer, 2008).