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Los electrolitos son sustancias que pueden disociarse en aniones o cationes cuando se
disuelven en agua; dichas sustancias cumplen importantes funciones fisiológicas como el
equilibrio osmótico, el equilibrio acidobásico y las diferentes concentraciones
intracelulares y extracelulares.
El sodio que es el principal catión del líquido extracelular tiene una concentración sérica
normal de 136 a 145 mEq/l, es por esto que regula tanto el volumen extracelular como el
volumen plasmático; además interviene en la función neuromuscular y en el
mantenimiento del equilibrio acidobásico.
Existe una hiponatremia cuanto el valor plasmático del sodio es menor a 135 mEq/l, entre
sus causas se encuentran: consumo excesivo de agua, causas renales como el
hipoaldosteronismo (enfermedad de Addison) y la excesiva producción de la hormona
antidiurética (ADH) conocido como Síndrome de Secreción Inadecuada de hormona
Antidiurética (SIADH), además de ciertos medicamentos que evitan la función la
aldosterona, otras causas como lesiones cerebrales, enfermedades pulmonares, cáncer,
insuficiencia cardiaca, antipsicóticos, también la hiponatremia está provocada por diarrea
y vómitos. La hiponatremia provoca fatiga, cansancio, cefalea, nauseas, convulsiones ya
que afecta a las células encefálicas.
Si el pH sanguíneo se encuentra por debajo de 7,35 indica que existe una mayor
concentración de iones de hidrogeno por ende estamos frente a una acidosis, mientras que
valores por encima de 7,45 indica que existe una menor concentración de iones de
hidrogeno, esto significa que estamos frente a una alcalosis.
Existen sustancias que mantienen el equilibrio adecuado del pH que son conocidas como
amortiguadores o buffer, donde los principales amortiguadores intracelulares son las
proteínas y fosfatos, mientras que los principales buffer en el líquido extracelular son la
hemoglobina, bicarbonato y ácido carbónico. Además de estas sustancias, los pulmones
y los riñones también modulan la concentración de hidrogeniones.
Para poder saber si existen trastornos acidobásicos se requiere una gasometría arterial, en
el que se valoran ciertos parámetros como el pH, Pco2 con valores normales de 35-45
mmHg, Po2 con valores entre 80-100 mmHg, bicarbonato con 22-26 mmHg y por último
la saturación de oxigeno con valores normales de >95%.
Al igual que la acidosis, la alcalosis puede ser tanto metabólica como respiratoria; la
alcalosis respiratoria se caracteriza por una disminución de Pco2 también acompañada de
una compensación renal, que consiste en la disminución de excreción renal de ácidos con
disminución del bicarbonato, una de las causas que la desencadena es el ejercicio intenso;
una alcalosis metabólica está caracterizada por aumento del bicarbonato acompañada de
hipoventilación con aumento de Pco2.
Es muy importante conocer no solo los valores normales del pH sino también el de todos
los parámetros de la gasometría arterial ya que así podremos identificar qué tipo de
trastorno acidobásico está cursando un paciente.