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INTRODUCCION
Por ello para la mayoría de los estudiosos resulta fundamental que el análisis de
estos tipos penales deba enmarcarse en el ámbito de los peligros presentados en
una sociedad moderna como la que actualmente vivimos y en las manifestaciones
sociales que en el futuro se presentaran.
. CAPITULO I
De allí que los delitos contra la seguridad pública son aquellos que generan una
situación de peligro respecto de otros bienes jurídicos respecto de cuya integridad
debe velar el Estado.
En esencia, el peligro constituye un juicio sobre una situación real ,que debe
efectuarse en el momento de la ejecución. Este juicio de peligro es siempre un
juicio ex ante que prescinde, de los factores reales que no son reconocibles desde
un determinado momento en el tiempo. Si ex post todas las condiciones resultan
posibles de abarcar visualmente, la lesión es segura o queda excluida totalmente.
1. CUESTIONES PRELIMINARES
Las pistas y carreteras del país presentan una panorama desgarrador, producto de
las víctimas que día a día cobran las impericias y/o negligencias de los
conductores, que en estado de ebriedad o bajo el efecto de sustancias
psicotrópicas, causan la muerte de miles de peruanos, enlutando a numerosas
familias, que acongojados, demandan una respuesta enérgica por parte del
Estado.
Es preocupante ver cómo un gran grueso de los conductores, conducen sus
vehículos automotores, de forma temeraria, sea por manejar influenciados por el
alcohol o sustancias psicotrópicas, por conducir a gran velocidad a reglas de la
experiencia, son generadoras de un peligro intolerable para la seguridad vial, la
vida y la integridad física de todos los ciudadanos, Es bajo tal entendimiento, que
el delito de conducción en estado de ebriedad o drogadicción para muchas
personas representa uno de esos hitos legislativos en los que el ciudadano
percibe más que nunca la potencial peligrosidad de su conducta por el uso
Delitos contra la seguridad pública – Peligro común.
indebido de un instrumento tan familiar Y diario como son los vehículos a motor.
Consecuentemente, estar correctamente informados sobre el alcance Y las
consecuencias de esta norma debe, además, interesar no sólo a los usuarios sino
especialmente a los profesionales de los diferentes sectores sociales, económicos
y jurídicos para los que tanto la seguridad vial como su traducción penal forman
parte de su quehacer diario.
De la construcción del tipo penal, se aprecia que el delito comentado posee, por sí
mismo, un evidente contexto de riesgo en cuanto a las potenciales víctimas de los
accidentes que puedan generarse por la conducción vehicular irresponsable, más
no se exige en la tipicidad -como esta redactada (/ege lata)- que tenga que
colocarse en un real peligro a un bien jurídico personal. Esta es la razón por la
cual el legislador basándose en la experiencia, prohíben aquellas conductas que
normalmente desembocan en resultados lesivos; ejemplo de ello es que manejar
un vehículo luego de haberse excedido en el consumo de alcohol o de algún tipo
de estupefaciente sustancia psicotrópica por regla general, pone en concreto
peligro la vida o integridad de terceros dada, por un lado, la incapacidad del
conductor para maniobrar adecuadamente el vehículo y la grave entidad lesiva
derivada de un alcance, un frenazo, una maniobra evasiva, un mínimo despiste -
factores todos ellos de probable producción en tales circunstancias- Y por otro, la
eventualidad de la presencia de otros usuarios que pueden verse expuestos a su
conducta.
4. TIPO OBJETIVO
a. El sujeto activo
El sujeto activo del injusto, puede ser cualquier persona (la norma sustantiva no
distingue si el conductor debe estar legalmente autorizado para ejercer la
manipulación del vehículo). Se dice en la doctrina que se trata de un delito de
«propia mano», donde la realización de la conducta típica es una condición de
facticidad, que no puede ser transmitida del hombre de adelante al hombre de
atrás, pues sólo el conductor es quien maneja un vehículo automotor en estado de
ebriedad. Construcción teórica-conceptual que se deriva de la postura objetiva-
formal de autoría, desde un punto de vista mecanicista de las cosas. Los delitos
que clásicamente han sido caracterizados como delitos de propia mano, son los
de violación, conducción en estado de ebriedad, bigamia y falso testimonio . Para
HUGO BENITEZ, esta conducta puede realizarse directamente sobre el volante o
mecanismo normal de conducción del vehículo como por comando a distancia
(radiocontrol o similar). Debemos entender que el tipo no admite la autoría
mediata, es decir que solo puede ser autor quien conduce el vehículo. Lo que
deberá desentrañarse es si esto de por sí lo transforma en un delito especial, y si
el mismo puede calificarse como de "propia mano".
Siguiendo los postulados anotados, no sería admisible una Autoría Mediata en el
delito in examine, empero debemos partir de un análisis material-normativo, en el
que lo importa es el dominio del decurso de la acción típica, debiéndose centrar el
análisis en el objeto del ataque antijurídico, que en este caso es la «Seguridad del
Tráfico Rodado», de manera que al ámbito de protección de la norma han de
ingresar todos aquellos comportamientos que se dirigen a su afectación, no a
reprimir de quien se embriaga, pese a sus deberes normativos. Por consiguiente,
quien esta por detrás, puede fácilmente determinar a otro a que injiera dosis de
bebidas alcohólicas en cantidad significativa, que puede ser un in imputable, que
por sus deficiencias psíquicas, no está en condición de auto-conducirse conforme
a sentido; en el caso del error de tipo del hombre de adelante, puede también
aceptarse, siempre que las particularidades circunstancias del autor inmediato así
lo permita. Se confunde los indicios, que han de recogerse en las primeras
diligencias de investigación, necesarios para construir la hipótesis de incriminación
(teoría del caso), para que el Fiscal formalice la denuncia penal ante el órgano
jurisdiccional o, para formalizar la Investigación Preparatoria, en términos del
nuevo CPP.
Si se adoptará la posición de descartar la prueba de la no peligrosidad, es decir,
de que el imputado no esté en condiciones de poder destruir las bases de la
imputación delictiva y, al fiscal, de aparejar suficiente acervo probatorio,
quebrantamos las bases materiales de un Derecho penal democrático y de un
Proceso penal a la imagen y semejanza de los dictados de un Estado de Derecho.
b. Sujeto pasivo
Lo es la sociedad, por cuanto este tipo no prevé lesión alguna de bien específico y
concreto, conforme la naturaleza del bien jurídico tutelado en la presente
capitulación.
Delitos contra la seguridad pública – Peligro común.
c. Modalidad típica
Del análisis de los supuestos típicos comprendidos bajo los alcances normativos,
del el artículo 2740 del CP, se puede apreciar que la conducta prohibida, está
compuesta por dos elementos que son necesarios para la configuración del delito,
estos son:
a. La conducción, operatividad o maniobra de un vehículo motorizado,
instrumento, herramienta, máquina u otro análogo .En principio, de acuerdo a los
supuestos de la norma, debe entenderse por conducción, operatividad o maniobra
a toda acción que consiste en manejar y/o manipular, los mecanismos de la
dirección de un vehículo motorizado u otro análogo, desplazándolo en el espacio.
Con ello se comprueba la necesidad de que la conducción exige la puesta en
marcha del objeto de riesgo. Ello supone necesariamente que la acción de
conducir ha de tener una cierta duración temporal y traducirse en el recorrido de
un espacio y, que haya de tomar lugar en la vía pública, de forma que ha de
rechazarse si se produce en el estacionamiento particular así como en un lugar
desolado, criterios de mínima lesividad así lo aconsejan. En la ejecutoria recaída
en el Exp. N° 511-97, se expone lo siguiente: "Si bien es cierto que conforme al
dopaje etílico, éste arroja ebriedad superficial, también lo es que en autos no
existen elementos que conlleven a la certeza de que el encausado se encontraba
conduciendo un vehículo, toda vez que éste ha señalado categóricamente que se
encontraba libando licor en la plaza con sus amigos con su vehículo estacionado,
por lo que el solo dicho del efectivo policial no logra producir convicción ni tiene
por sí solo verdadera naturaleza de prueba". Asimismo, es importante tener en
cuenta que no sólo es conductor u operador el que efectivamente maneja el
vehículo físicamente o tiene el control del mismo, sino también quien ejerce
cualquiera de sus funciones que de estas se deriven, y por tanto, es conductor
quien dirige o maniobra el vehículo, máquina o instrumento.
El objeto del delito por medio del cual el autor genera la situación de riesgo puede
ser un vehículo motorizado, algún instrumento, herramienta u otro análogo,
siempre y cuando se encuentre operativo, es decir, funcionalmente idóneo, si esto
no es así, aquel borrachito que sube a su vehículo y pretende encender su
vehículo sin éxito, estaríamos ante un delito de imposible realización. Es de verse
que no queda claro a qué se refiere la norma penal con los demás objetos del
delito distinto a los vehículos motorizados, dejando a la discrecionalidad la
posibilidad de poder calificar sobre mecanismos mecánicos u de otra índole;
debiéndose descartar a las bicicletas, patines, skateboards, por carecer de un
motor, que impulse su recorrido.
6. AGRAVANTE
El artículo -sub examine-, establece como agravante, cuando «el agente presta
servicios de transporte público de pasajeros, mercancías o carga en general,
encontrándose en estado de ebriedad, con presencia de alcohol en la sangre en
proporción superior de 0,25 gramos-litro, o bajo el efecto de drogas tóxicas,
estupefacientes, sustancias psicotrópicas o sintéticas», dando lugar a una
reacción penal intensificada.
Sobre el criterio de agravación, algunas legislaciones como la española, han
dispuesto, por ejemplo, que cuando se trate de vehículos destinados al transporte
de mercancías con una masa máxima autorizada superior a 3,5000 kilogramos,
vehículos destinados al transporte de viajeros de más de nueve plazas, o de
servicio público, al transporte escolar y de menores, al de mercancías peligrosas o
de servicio de urgencia o transportes especiales, los conductores no podrán
hacerlo con una tasa de alcohol en la sangre superior a 0,3 gramos litros de
alcohol, o de alcohol en aire aspirado superior a 0,15 miligramos de Iitro717.
Vemos, entonces, que la Ley N° 29439 del 19 de noviembre del 2009, modifica el
artículo 274° del CP718, definiendo una valoración jurídico-penal diferenciada,
cuando se trata de un conductor de transporte público, sostenido sobre el
contenido de la Imputación Individual. Resultando, por ende, que el grado de
alcohol en la sangre, se mantiene en el nivel de 0,5 gramos litro, cuando el agente
es un conductor de transporte particular, según la modificación efectuada al
articulado, vía la sanción de la Ley N° 27753 del 09 de junio del 2002.
De lo anotado, se advierte que el legislador ha fijado -normativamente-, una
distinción penológica, conforme las características particulares del autor,
considerando de mayor gravedad cuando el agente es conductor de un vehículo
de transporte público. Es cierto, que quienes conducen automotores, dirigidos a la
prestación de un servicio público, tienen la exigencia de conducirse con gran
cuidado, al transportar ciudadanos, quienes pueden verse afectados, cuando el
conductor efectúa maniobras temerarias o no puede controlar el dominio del
vehículo, dada la influencia de la ingesta de alcohol; pero, no es menos cierto, que
la penalización de una conducta según los principios del Estado Constitucional de
Derecho, ha de sujetarse al principio de igualdad, de no establecer diferencias
donde la ley no lo hace; todos los ciudadanos tienen el deber de conducir
vehículos automotores, sin estar bajo las influencias de bebidas alcohólicas. En
todo caso, dichas circunstancias, pueden ser tomadas en cuenta, en el ámbito de
la «Determinación judicial de la pena», pero no como un elemento de distinción en
la construcción punitiva.
Estadísticas recientes revelan que cuatro (4) de cada 10 (diez) accidentes fatales
son protagonizados por vehículos de transporte público; esto quiere decir, que
más de la mitad de las muertes en nuestra pistas y carreteras, obedecen a la
negligencia de conductores particulares.
Puede que los conductores de transporte público, contravengan permanentemente
las normas contenidas en el Código Nacional de Tránsito, mas de seguro, quienes
más incurren en la infracción penal -in comento-, son los particulares, tal como se
pone en manifiesto con los operativos de alcoholemia, que toman lugar en zonas y
lugares estratégicos de las ciudades peruanas. Según la modificatoria producida
Delitos contra la seguridad pública – Peligro común.
por la Ley N° 29439, se le está asignando al Derecho penal, tareas que desbordan
su basilar legitimador.
FORMAS AGRAVADAS
Art. 275.- «La pena será privativa de libertad no menor de seis ni mayor de quince
años cuando en la comisión del delito previsto en el artículo 2730 concurre
cualquiera de las siguientes circunstancias:
1. Si hay peligro de muerte para las personas.
2. Si el incendio provoca explosión o destruye bienes de valor científico,
histórico, artístico, cultural) religioso, asistencial, militar o de importancia
económica.
3. Si resultan lesiones graves o muerte y el agente pudo prever estos
resultados.))
ANÁLISIS NORMATIVO DEL TIPO PENAL
La producción de ciertos estados de desvalor, inciden en una tipificación
específica por parte del legislador, en cuanto resultados antijurídicos Y/O estados
visibles de peligro, que son abarcados en la construcción de las denominadas
Delitos contra la seguridad pública – Peligro común.
La agravante -in examine-, contiene dos supuestos a saber: -en el primero, resulta
suficiente que se produzca una explosión a consecuencia del incendio para que la
conducta merezca un juicio de del injusto penal intensificado, sin embargo, no se
establece si es necesario que la explosión sea objetivamente relevante o si basta
el cumplimiento del supuesto para que la conducta sea sancionada con mayor
severidad.
A nuestro entender, consideramos que la explosión debe ser lo suficientemente
adecuada y/o idónea, como para causar un daño a las personas o a su patrimonio,
caso contrario estaríamos en una situación de exageración penal, en donde el tipo
penal se encuentra alejado de los principios básicos que orientan al Derecho
penal. Aspecto a saber, es que el evento de la «explosión», se encuentra ya
previsto como modalidad del injusto, según los alcances normativos del artículo
2730 del CP; por ende, a fin de evitar confusiones normativas, debe distinguirse
que el injusto agravado -in comento-, implica necesariamente, que la explosión
sea consecuencia del incendio, pues si el primero fue creado directamente por la
conducta del autor, generadora del peligro común, la tipicidad se desplaza al
artículo 2730 del CP.
Segundo, el legislador nacional, ha considerado importante prevenir la no
destrucción (incolumidad) del patrimonio cultural material (entendido como bienes
que son expresión de la nacionalidad o identidad de un pueblo y que poseen un
especial interés histórico, así como los bienes asistencia les, militares o de
importancia económica, a través de una sanción penal de mayor severidad. Se
otorga una protección penal de mayor expresión punitivista, que tiende a
reconocer la vital importancia que estos bienes tienen para la Nación peruana;
injusto de agravación, que debe ser diferenciado, de la figura delictiva prevista en
el artículo 2300 del CP; que en puridad sería el medio empleado.
En estos supuestos, existen elementos objetivos expresados en el resultado de
daño que permite al legislador poder aplicar la norma penal con menos
dificultades, sin embargo, se deja a la interpretación discrecional, los conceptos de
bienes asistenciales, militares y de importancia económica, con lo cual a nuestro
entender se genera el riesgo de abusos o interpretaciones erróneas. Dicho en
otros términos: una construcción abierta, puede propiciar interpretaciones
antojadizas, cuya subjetividad, puede terminar por colisionar los fines esenciales
del Derecho penal.
c. Si resultan lesiones graves o muerte y el agente pudo prever estos
resultado
En este supuesto las circunstancias de calificación agravada establecida por el
legislador peruano, consiste en causar la muerte o provocar lesiones graves a las
víctimas del delito, como obra del incendio y/o explosión, esto es, lo que
manifiesta el acento del mayor desvalor, es un resultado no querido y/o conocido
por el autor, pero sí previsible.
La razón de una reacción penal más severa, reside en la naturaleza del bien
jurídico afectado: la vida e integridad personal, es considerado como uno de los
bienes de protección de preponderancia valorativa, según la cúspide de intereses,
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ESTRAGOS ESPECIALES
Art. 276.- ((El que causa estragos por medio de inundación, desmoronamiento,
derrumbe o por cualquier otro medio análogo, será reprimido conforme a la pena
señalada en los artículos 273 y 275, según el caso.
COMENTARIO
El legislador ha extendido toda la red de punición a cuanto conductas que, por su
desvalor, puede generar un peligro común, hacia las personas o las cosas y ante
determinados resultados, cuyos efectos perjudiciales pueden provocar riesgos
inminentes hacia los intereses jurídicos mencionados.
El juicio del injusto se basa en las posibles consecuencias gravosas que, pueden
sobrevenir como consecuencia del «estrago causado por medio de inundación,
desmoronamiento, derrumbe o cualquier otro medio análogo»; lo que es objeto de
punición, entonces, constituye la generación de una situación altamente dañosa,
donde la inundación o derrumbe que haya de causar el autor, propicia un perjuicio
de gran magnitud, colocándose en riesgo potencial de lesión las cosas o las
personas.
¿Qué debemos entender por «estragos»? Importa la causación de daños, la
destrucción de viviendas, puentes, pistas, así como toda afectación visible, cuya
intensidad determina una situación de real peligro para los intereses jurídicos
fundamentales. Desde el punto de vista legal, MANZANILLO define como un
resultado dañoso que afecta colectivamente, con efectos extraordinariamente
graves o complejos y amplios, las cosas y personas amparadas por la ley,
produciendo conmoción pública. Quiere decir, también, ruina, daño, asolamiento.
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MODALIDADES CULPOSAS
Art. 278.- ((El que, por culpa, ocasiona un desastre de los previstos en los
artículos 273, 275 Y 276, será reprimido con pena privativa de libertad no menor
de uno ni mayor de tres años
• COMENTARIO
La descripción sociológica de la «Sociedad del Riesgo» genera una suerte de
incidencias en varios planos de la política jurídica del Estado, de forma particular
en la política criminal, proponiendo la penalización de una serie de conductas que
manifiestan estados de Peligro Común, bajo el entendido que la incriminación de
Delitos contra la seguridad pública – Peligro común.
El delito de tenencia ilícita tiene una lesividad propia: el ciudadano tiene derecho a
confiar en la fiscalización y control especialmente intenso sobre circulación y uso
de instrumentos particularmente peligrosos, anota GARCIA ALBERO. Es
precisamente esa confianza en un «estado jurídicamente garantizado» sobre la
disposición de tales objetos la que constituye un valor en sí mismo, y la que
entronca precisamente con un concepto estricto de orden público, entendido como
«tranquilidad y sosiego» en las manifestaciones de la vida social.
En la doctrina nacional, se dice que la seguridad pública o ciudadana consolida
una situación de convivencia con normalidad, vale decir, preservando cualquier
situación de peligro o amenaza para los derechos y bienes esenciales para la vida
comunitaria.
organización de tal magnitud y desarrollo que exige definir no sólo una ala del
problema, sino el conjunto del proceso delictivo.
4. TIPICIDAD OBJETIVA
a. Sujeto activo
Puede ser cualquier persona, según la descripción típica del articulo 279°, no se
exige una cualidad específica para poder ser considerado autor, basta la libertad
de auto-configuración conductiva.
¿Puede presentarse un caso de Autoría Mediata, o es acaso un delito de propia
mano? Un hombre de atrás puede emplear al hombre de adelante, quien no sabe
que es un arma de fuego, que no conoce que se requiere de una autorización para
su posesión, o simplemente del inimputable (enajenado mental); v. gr., puede
almacenar el material explosivo, una persona sin haberse percatado de la
naturaleza del objeto.
Cuando el detentador ilegal se la da a otra persona, para que se la guarde, ella a
sabiendas de tratarse de un arma de fuego, lo hace y en una intervención policial
de allanamiento, la hallan en el interior del domicilio. A nuestro parecer se habrá
dado el tipo penal en cuestión, en tanto el hecho de «tener en su poder», supone
su mera posesión, sin necesidad de que ésta sea encontrada en la vía pública. No
es lo mismo el acto de conducir un vehículo bajo la influencia del alcohol que
poseer ilegalmente un arma de fuego, éste último puede ser usado en cualquier
circunstancia, siempre que tenga idoneidad funcional.
Una Co-autoría en el supuesto típico de Tenencia ilegítima de armas de fuego, de
dudosa aceptación, en el sentido de que la tenencia es sobre un objeto en
particular, por lo que cada individuo, por el porte de cada arma, es autor de forma
independiente. No obstante, puede presentarse el caso de que el arma de fuego
sea detectada en un lugar donde se encuentran dos personas, donde ambas
saben de su ilícita procedencia, quienes lo poseen de forma compartida. Es ahí,
donde se advierte una dificultad interpretativa,
donde la solución correcta sería admitir la Co-autoría, al verse que lo que interesa
es el dominio fáctico sobre el objeto material del delito, lo que es admisible cuando
dos o más personas tienen en su poder un arma de fuego; así, GARCIA ALBERO,
al señalar que pese a que la doctrina y jurisprudencia han calificado dicho delito
como de propia mano, por cuanto que sólo podría cometerlo quien goza de la
posesión del arma de forma exclusiva y excluyente, ello no es óbice a que el arma
pueda pertenecer a diferentes personas, o incluso estar a disposición de varios
con indistinta utilización, supuesto en el que todas ellas responderían en concepto
de tenencia compartida, siempre que, conocedores de su existencia, la tuvieran
indistintamente a libre disposición de cualquiera -mediando pacto explícito o
implícito. Nótese, que acá no se podrá verificar registros de co-posesión del arma,
sino que la tenencia compartida, importa una acreditación solamente fáctica, de
todos aquellos que tienen plena disponibilidad del arma.
La coautoría se fundamenta, pues, en una conjunta disponibilidad con posibilidad
de su indistinta utilización por varios individuos de forma simultánea o sucesiva,
independiente de quién sea en cada momento el tenedor o usuario del arma.
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5. CONCURSO DELICTIVO
¿Puede admitirse un concurso entre el delito del artículo 279° con el delito de
lesiones? Pueden presentarse dos posibilidades, la primera cuando el agente, usa
el arma para golpear físicamente a su víctima (como objeto contundente), sin
contar con licencia para su posesión, o cuando porta el arma y golpea al agraviado
con sus puños.
6. FORMAS DE IMPERFECTA EJECUCIÓN
incautación, por lo que es del caso absolverlo, pues la conducta típica está
referida a la posesión ilegítima".
De igual forma, que el delito de conducción bajo estado de ebriedad, los efectos
antijurídicos se prolongan en tiempo, mientras el autor porta en su poder el arma
de fuego, sin contar con la licencia respectiva.
Dicho lo anterior, no podemos admitir la posibilidad de un delito tentado; si es que
el arma de fuego no posee aptitud funcional, será constitutivo de un delito
imposible.
Art. 279-A.- ((El que produce, desarrolla, comercializa, almacena, vende, adquiere,
usa o posee armas químicas, -contraviniendo las prohibiciones establecidas en la
Convención sobre Armas Químicas adoptada por las Naciones Unidas en 1992- o
las transfiere a otro, o el que promueve, favorece o facilita que se realicen dichos
actos será reprimido con pena privativa de libertad no menor de cinco ni mayor de
veinte años.
El que ilegítimamente se dedique a la fabricación, importación, exportación,
transferencia, comercialización, intermediación, transporte, tenencia, ocultamiento,
usurpación, porte y use ilícitamente armas, municiones, explosivos de guerra y
otros materiales relacionados, será reprimido con pena privativa de libertad no
menor de diez ni mayor de veinte años.
La pena será no menor de veinte ni mayor de treinta y cinco años si a
consecuencia del empleo de las armas descritas en el párrafo precedente se
causare la muerte o lesiones graves de la víctima o de terceras personas."
Art. 279-B.- ((El que sustrae o arrebate armas de fuego en general, o municiones y
granadas de guerra o explosivos a miembros de las Fuerzas Armadas o de la
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