Este documento analiza la parábola del sembrador a través de cinco secciones. Explica que la cosecha depende de la calidad de la tierra, representando la tierra a las personas que reciben la semilla de la palabra de Dios. Algunos no la entienden y son engañados, otros la reciben con alegría pero no perduran, y otros se dejan ahogar por las preocupaciones de la vida. Solo aquellos cuya tierra es buena, que comprenden la palabra y la llevan a la práctica, dan una
Este documento analiza la parábola del sembrador a través de cinco secciones. Explica que la cosecha depende de la calidad de la tierra, representando la tierra a las personas que reciben la semilla de la palabra de Dios. Algunos no la entienden y son engañados, otros la reciben con alegría pero no perduran, y otros se dejan ahogar por las preocupaciones de la vida. Solo aquellos cuya tierra es buena, que comprenden la palabra y la llevan a la práctica, dan una
Este documento analiza la parábola del sembrador a través de cinco secciones. Explica que la cosecha depende de la calidad de la tierra, representando la tierra a las personas que reciben la semilla de la palabra de Dios. Algunos no la entienden y son engañados, otros la reciben con alegría pero no perduran, y otros se dejan ahogar por las preocupaciones de la vida. Solo aquellos cuya tierra es buena, que comprenden la palabra y la llevan a la práctica, dan una
INTRODUCCION: Esta parábola la entendemos mejor aquellos que nos hemos criado en el campo. Al ver como el sembrador sale a sembrar frijoles: Los anda en un morral y mete su mano y los tira en el campo… Caen en diferentes partes… Proposición: La buena cosecha depende de la calidad de la tierra. ¿Por qué decimos que depende de la calidad de la tierra? Veamos:
I. “Oyendo cualquiera la palabra del reino, y no entendiéndola,
viene el malo, y arrebata lo que fue sembrado en su corazón; éste es el que fue sembrado junto al camino” (v. 19). 1. Aunque la siembra está sembrada en el corazón, no consigue pegarse a nada. 2. La persona no la comprende. Comprensión, en este contexto, es más que asentimiento intelectual. Requiere apropiar la palabra a un nivel más profundo – llevándola al corazón – viviendo según la fe. 3. No hacer esto deja la semilla y la palabra vulnerable al malo, el cual raras veces pierde una oportunidad para actuar. “Algún terreno se ha endurecido… Algunos oyentes están insensibles, endurecidos por la vida, sus desilusiones, las circunstancias que les rodean. No pueden oír, porque no se dejan oír” (Pfatteicher, 60). 4. Muchos están endurecidos porque han sufrido mucho, otros han visto mucho mal testimonio de los cristianos; otros, porque han sido engañados por los predicadores. 5. Muchos están en las iglesias, pero no dan fruto: Solo pasan murmurando, criticando, hablando y no dan nada, ni hacen nada. 6. Otros ni entran, ni dejan entrar: “Me contó alguien que él vio cuando un hermano nuevo estaba agarrando un sobre para dar sus diezmos y se le acerco uno de esos hermanos que le digo, y le dijo: para qué estas regalando tu dinero”. II. “Y el que fue sembrado en pedregales” (v. 20). 1. Alguna semilla se planta en pedregales – roca cubierta por una capa fina de tierra. La siembra recibe calor de la roca debajo y brota rápidamente. 2. Sin embargo, no puede desarrollar fuertes raíces en el terreno rocoso y, por lo tanto, pronto se marchita y muere. 3. Jesús nos dice que éstas son las personas, al principio, responden a la palabra con alegría, pero después son los que corren cuando las cosas se ponen difíciles. 4. Se convierten cristianos – caminan por el pasillo donde ésa es la tradición – asisten a clases de comulgante donde ésa es la tradición – se hacen miembros de la iglesia. 5. Estábamos emocionados por ellos, porque ellos estaban emocionados. Celebramos en sus celebraciones, pero por seguro que nos decepcionamos por su desilusión. 6. Una vez que descubren la realidad de ser discípulo, se van. Nos recuerda a la canción, “Nos casamos durante una calentura.” Estas personas hacen muchas cosas en momentos de calentura. 7. Se complacen con la emoción, pero les falta compromiso – se complacen con su energía, pero les falta lealtad – son rápidos en tomar una decisión y rápidos en cambiarla. Su falta de permanencia les condena. Se marchitan y mueren. 8. Pero el caso aquí es más significante que un entusiasmo que se desvanece. Cristianos a menudo se enfrentan con oposición. “La expectativa de persecución ya ha sido un tema importante con Mateo (véase 5:11-12; 10:16-25). El que sigue a Jesús debe estar preparado para este evento y debe perdurar a través de él hasta el final (cf. 23:34-36; 24:9-13)” (Hagner). 9. En las iglesias hay muchas piedras de tropiezo y el Señor Jesús dijo que era necesario que hubiera. 10.Muchos andan buscando una iglesia que hagan lo que ellos quieren, que sea como ellos piensan, que sean perfectos los hermanos y los pastores… III. “Y el que fue sembrado en espinas” (v. 22). 1. La tercera siembra es sembrada en terreno espinoso (v. 22). No rinde nada, porque pronto se encuentra ahogado por “el afán de este siglo” (he merimna tou aionos – literalmente “la ansiedad del siglo”) y “el engaño de las riquezas” (he apate tou ploutou– literalmente “el engaño de las riquezas”). 2. La persona que tiene fe debe mantenerse enfocado en Jesús, quien nos enseña a no estar ansiosos (merimnate) sobre lo que vamos a comer o beber, o llevar de ropa, porque “vuestro Padre celestial sabe que necesitáis de todas estas cosas.” Jesús aconseja, “Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas” (6:25- 33). 3. La fe nos alivia de la angustia y hace innecesario buscar riquezas, porque Jesús nos ha asegurado de la providencia de Dios – Dios sabe lo que necesitamos – Dios se ocupará de nosotros. Jesús nos enseña como criar la fe, evitando a los que nos ahoguen. 4. En su comentario de este versículo, Bruner nos advierte contra “cristianismo centrado en temas” como terreno espinoso en el que crear iglesias. Demasiadas veces, nuestras agendas sociales y políticas nos consumen hasta que Jesús ya no está en el centro y el frente de nuestro predicar. Nuestras agendas sociales y políticas le ahogan. Bruner nos advierte que “todas las cristiandades politizadas están en peligro de extinción. Centrarse en Cristo lealmente… es el antídoto a temarios fatales” (Bruner, 483). 5. Si nos enfocamos en Cristo, él nos guiará para que mejoremos nuestra sociedad y nuestra política. Sin embargo, si empezamos en el otro extremo, encontraremos que no solo hemos perdido a Cristo en nuestro ajetreo, sino también que cualquier cambio social o político que hemos conseguido se demostrará efímero. 6. “El afán de este siglo” (v. 22). ¿De qué está la gente ansiosa hoy? Hagamos una lista. Las posibilidades son interminables. A nivel personal, estamos preocupados por dinero y las cosas que el dinero puede comprar – deudas y el problema de pagarlas – trabajos y el progreso de carreras – cuidado de la salud – ocupaciones – tiempo de ocio (como conseguirlo y disfrutarlo) – como nos relacionamos con otras personas – y un sinnúmero de otras cosas. En el extremo grande de la escala, estamos preocupados por terrorismo – guerra – crímenes y sus castigos – liderazgo moral y político – economía – y un número de otros temas importantes. 7. “El engaño de las riquezas” (v. 22). ¿Ha visto recientemente artículos sobre gente rica pero miserable? (Pista: lea las secciones del ocio, deportes, y negocios. Están llenas de historias de gente miserablemente rica y de su ansiedad). Siempre estamos tentados a creer que el dinero solucionaría todos nuestros problemas, pero eso raras veces es verdad. 8. Estas dos frases, “El afán de este siglo” y “El engaño de las riquezas” están impregnadas de posibilidades para la enseñanza. IV. “Mas el que fue sembrado en buena tierra, éste es el que oye y entiende la palabra, y el que lleva fruto: y lleva uno a ciento, y otro a sesenta, y otro a treinta” (v. 23). 1. Esto es lo que fanáticos de números llaman “el punto final.” Sí, perdemos mucho aliento en el camino – y en el terreno rocoso – y en el terreno espinado. Sí, alguna de la siembra – quizá la mayoría – nunca rendirá cosecha. Sin embargo, eso no importa, porque aquéllos que oyen la palabra y la comprenden (la llevan a sus corazones – viven por ella – apuestan sus vidas sobre ella), producen una cosecha milagrosamente abundante. 2. “Los dos últimos verbos en la breve historia del terreno fructuoso son “rinde frutos y hace cosas’ (karpophorei kai poiei). La palabra traducida ‘hace cosas’ es la palabra importante que se encuentra frecuentemente en el Sermón del monte y en otros lugares, la palabra griega poiein, que significa hacer (véase 7:21, 24, 26; 12:50). El hacer es de gran importancia en el Evangelio de Mateo (contrastado con Pablo)” (Bruner, 496). 3. Dan de sus bienes, evangelizan, reparten tratados, trabajan en los ministerios de buena gana y con todo el corazón, visitan a los enfermos y oran por ellos, trabajan en las vendimias, van a dar santa cena a los ancianos y enfermos, dan sus diezmos y ofrendas; no se quejan, no murmuran. 4. Aprender a vivir por encima de los problemas matrimoniales, de trabajo, de salud, de la iglesia. Saben que deben amar aun a sus enemigos, cuanto más a los hermanos… 5. Ilustración: las ovejas y el cerdo chillón… V. CONCLUSION: En las iglesias hay hermanos de hogares estables, que poco a poco se van haciendo de sus cosas, que trabajan en la obra y Dios los usa… otros, se corren a los meses, otros se quedan en las iglesias para piedras de tropiezo, murmuradores, quejosos y para estar desanimando a los que realmente quieren salir adelante… el problema no esta en el sembrador, ni en la semilla… el problema está en la clase de tierra que somos.