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TEMA: EL SEMBRADOR, LA SEMILLA Y LA TIERRA.

TEXTO: Mateo 13:1-9, 18-23.


INTRODUCCION: Esta parábola la entendemos mejor aquellos que nos
hemos criado en el campo. Al ver como el sembrador sale a
sembrar frijoles: Los anda en un morral y mete su mano y los tira
en el campo… Caen en diferentes partes…
Proposición: La buena cosecha depende de la calidad de la tierra.
¿Por qué decimos que depende de la calidad de la tierra?
Veamos:

I. “Oyendo cualquiera la palabra del reino, y no entendiéndola,


viene el malo, y arrebata lo que fue sembrado en su corazón;
éste es el que fue sembrado junto al camino” (v. 19).
1. Aunque la siembra está sembrada en el corazón, no consigue
pegarse a nada.
2. La persona no la comprende. Comprensión, en este contexto, es
más que asentimiento intelectual. Requiere apropiar la palabra
a un nivel más profundo – llevándola al corazón – viviendo
según la fe.
3. No hacer esto deja la semilla y la palabra vulnerable al malo, el
cual raras veces pierde una oportunidad para actuar. “Algún
terreno se ha endurecido… Algunos oyentes están insensibles,
endurecidos por la vida, sus desilusiones, las circunstancias que
les rodean. No pueden oír, porque no se dejan oír” (Pfatteicher,
60).
4. Muchos están endurecidos porque han sufrido mucho, otros han
visto mucho mal testimonio de los cristianos; otros, porque han
sido engañados por los predicadores.
5. Muchos están en las iglesias, pero no dan fruto: Solo pasan
murmurando, criticando, hablando y no dan nada, ni hacen
nada.
6. Otros ni entran, ni dejan entrar: “Me contó alguien que él vio
cuando un hermano nuevo estaba agarrando un sobre para dar
sus diezmos y se le acerco uno de esos hermanos que le digo, y
le dijo: para qué estas regalando tu dinero”.
II. “Y el que fue sembrado en pedregales” (v. 20).
1. Alguna semilla se planta en pedregales – roca cubierta por una
capa fina de tierra. La siembra recibe calor de la roca debajo y
brota rápidamente.
2. Sin embargo, no puede desarrollar fuertes raíces en el terreno
rocoso y, por lo tanto, pronto se marchita y muere.
3. Jesús nos dice que éstas son las personas, al principio,
responden a la palabra con alegría, pero después son los que
corren cuando las cosas se ponen difíciles.
4. Se convierten cristianos – caminan por el pasillo donde ésa es
la tradición – asisten a clases de comulgante donde ésa es la
tradición – se hacen miembros de la iglesia.
5. Estábamos emocionados por ellos, porque ellos estaban
emocionados. Celebramos en sus celebraciones, pero por
seguro que nos decepcionamos por su desilusión.
6. Una vez que descubren la realidad de ser discípulo, se van. Nos
recuerda a la canción, “Nos casamos durante una calentura.”
Estas personas hacen muchas cosas en momentos de calentura.
7. Se complacen con la emoción, pero les falta compromiso – se
complacen con su energía, pero les falta lealtad – son rápidos
en tomar una decisión y rápidos en cambiarla. Su falta de
permanencia les condena. Se marchitan y mueren.
8. Pero el caso aquí es más significante que un entusiasmo que se
desvanece. Cristianos a menudo se enfrentan con oposición.
“La expectativa de persecución ya ha sido un tema importante
con Mateo (véase 5:11-12; 10:16-25). El que sigue a Jesús debe
estar preparado para este evento y debe perdurar a través de él
hasta el final (cf. 23:34-36; 24:9-13)” (Hagner).
9. En las iglesias hay muchas piedras de tropiezo y el Señor Jesús
dijo que era necesario que hubiera.
10.Muchos andan buscando una iglesia que hagan lo que ellos
quieren, que sea como ellos piensan, que sean perfectos los
hermanos y los pastores…
III. “Y el que fue sembrado en espinas” (v. 22).
1. La tercera siembra es sembrada en terreno espinoso (v. 22). No
rinde nada, porque pronto se encuentra ahogado por “el afán de
este siglo” (he merimna tou aionos – literalmente “la ansiedad
del siglo”) y “el engaño de las riquezas” (he apate tou
ploutou– literalmente “el engaño de las riquezas”).
2. La persona que tiene fe debe mantenerse enfocado en Jesús,
quien nos enseña a no estar ansiosos (merimnate) sobre lo que
vamos a comer o beber, o llevar de ropa, porque “vuestro
Padre celestial sabe que necesitáis de todas estas cosas.”
Jesús aconseja, “Mas buscad primeramente el reino de Dios
y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas” (6:25-
33).
3. La fe nos alivia de la angustia y hace innecesario buscar
riquezas, porque Jesús nos ha asegurado de la providencia de
Dios – Dios sabe lo que necesitamos – Dios se ocupará de
nosotros. Jesús nos enseña como criar la fe, evitando a los que
nos ahoguen.
4. En su comentario de este versículo, Bruner nos advierte contra
“cristianismo centrado en temas” como terreno espinoso en el
que crear iglesias. Demasiadas veces, nuestras agendas sociales
y políticas nos consumen hasta que Jesús ya no está en el centro
y el frente de nuestro predicar. Nuestras agendas sociales y
políticas le ahogan. Bruner nos advierte que “todas las
cristiandades politizadas están en peligro de extinción.
Centrarse en Cristo lealmente… es el antídoto a temarios
fatales” (Bruner, 483).
5. Si nos enfocamos en Cristo, él nos guiará para que mejoremos
nuestra sociedad y nuestra política. Sin embargo, si empezamos
en el otro extremo, encontraremos que no solo hemos perdido a
Cristo en nuestro ajetreo, sino también que cualquier cambio
social o político que hemos conseguido se demostrará efímero.
6. “El afán de este siglo” (v. 22). ¿De qué está la gente ansiosa
hoy? Hagamos una lista. Las posibilidades son interminables.
A nivel personal, estamos preocupados por dinero y las cosas
que el dinero puede comprar – deudas y el problema de pagarlas
– trabajos y el progreso de carreras – cuidado de la salud –
ocupaciones – tiempo de ocio (como conseguirlo y disfrutarlo)
– como nos relacionamos con otras personas – y un sinnúmero
de otras cosas. En el extremo grande de la escala, estamos
preocupados por terrorismo – guerra – crímenes y sus castigos
– liderazgo moral y político – economía – y un número de otros
temas importantes.
7. “El engaño de las riquezas” (v. 22). ¿Ha visto recientemente
artículos sobre gente rica pero miserable? (Pista: lea las
secciones del ocio, deportes, y negocios. Están llenas de
historias de gente miserablemente rica y de su ansiedad).
Siempre estamos tentados a creer que el dinero solucionaría
todos nuestros problemas, pero eso raras veces es verdad.
8. Estas dos frases, “El afán de este siglo” y “El engaño de las
riquezas” están impregnadas de posibilidades para la
enseñanza.
IV. “Mas el que fue sembrado en buena tierra, éste es el que oye y
entiende la palabra, y el que lleva fruto: y lleva uno a ciento, y
otro a sesenta, y otro a treinta” (v. 23).
1. Esto es lo que fanáticos de números llaman “el punto final.” Sí,
perdemos mucho aliento en el camino – y en el terreno rocoso
– y en el terreno espinado. Sí, alguna de la siembra – quizá la
mayoría – nunca rendirá cosecha. Sin embargo, eso no importa,
porque aquéllos que oyen la palabra y la comprenden (la llevan
a sus corazones – viven por ella – apuestan sus vidas sobre ella),
producen una cosecha milagrosamente abundante.
2. “Los dos últimos verbos en la breve historia del terreno
fructuoso son “rinde frutos y hace cosas’ (karpophorei kai
poiei). La palabra traducida ‘hace cosas’ es la palabra
importante que se encuentra frecuentemente en el Sermón del
monte y en otros lugares, la palabra griega poiein, que significa
hacer (véase 7:21, 24, 26; 12:50). El hacer es de gran
importancia en el Evangelio de Mateo (contrastado con Pablo)”
(Bruner, 496).
3. Dan de sus bienes, evangelizan, reparten tratados, trabajan en
los ministerios de buena gana y con todo el corazón, visitan a
los enfermos y oran por ellos, trabajan en las vendimias, van a
dar santa cena a los ancianos y enfermos, dan sus diezmos y
ofrendas; no se quejan, no murmuran.
4. Aprender a vivir por encima de los problemas matrimoniales,
de trabajo, de salud, de la iglesia. Saben que deben amar aun a
sus enemigos, cuanto más a los hermanos…
5. Ilustración: las ovejas y el cerdo chillón…
V. CONCLUSION: En las iglesias hay hermanos de hogares
estables, que poco a poco se van haciendo de sus cosas, que
trabajan en la obra y Dios los usa… otros, se corren a los meses,
otros se quedan en las iglesias para piedras de tropiezo,
murmuradores, quejosos y para estar desanimando a los que
realmente quieren salir adelante… el problema no esta en el
sembrador, ni en la semilla… el problema está en la clase de tierra
que somos.

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