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Hegel
CERTEZA SENSIBLE
El ser humano se ha preguntado cómo conoce la realidad, cómo la filtra y qué
respuestas puede conseguir de ella para desentrañar el misterio que implica su
existencia y su estar en el mundo; la filosofía siempre ha tratado de aportar la
respuesta a estas cuestiones y se ha percatado de que sólo podrá resolverlas a
partir de lo que es más notorio para nosotros y que a su vez, nos mostrará la puerta
para llevarnos al acceso al conocimiento de la realidad.
Él mismo más delante en la Introducción dirá que “tal conocimiento (el que
no depende de la experiencia) se llama a priori y se distingue de lo empírico, que
tiene fuentes a posteriori, es decir de la experiencia” 2. Este conocimiento es algo
que la persona sabe y que no necesita de la experiencia para concretar este
conocimiento; asimismo, dentro del conocimiento hay algunos que necesitan ser
1
Emmanuel Kant, La crítica a la razón pura, Taurus, México, 2006, pp.41-42.
2
Ibidem. P.43
llamados puros, es decir aquellos que no tienen ninguna relación con la experiencia,
que no tienen algún motivo para hacer referencia a la experiencia. Las distinciones
de este tipo de conocimiento es que sean de carácter necesario y universal;
necesario en el sentido de que lo pensado sea opuesto a la contingencia y que sea
acorde a o de conformidad con lo real; y que sea universal, es decir, que no deriva
de otro y que contenga a todas las excepciones.
Ahora bien, según lo dicho con anterioridad, Kant logra distinguir que todo
nuestro conocimiento proviene de la experiencia, pero ¿cómo experimentamos? Y
¿Todo lo que experimentamos podemos llamarlo conocimiento o hay otra forma de
llamar a esto que se suscita y que me lleva a decir tal o cual cosa de lo que
experimento? Dado lo anterior y para resolver estas preguntas Kant, en la Crítica a
la razón pura, se centrará en estudiar la sensibilidad en el apartado establecido
como estética trascendental. En este apartado dice Kant que el modo por el cual el
conocimiento se refiere a los objetos se llamará intuición, y esta es el modo por el
cual el conocimiento se refiere inmediatamente a los objetos y es aquello a que
apunta todo conocimiento como medio. Dirá también que esta intuición sólo se nos
presentará si el objeto que se nos está dando afecta nuestro psiquismo, esta
afectación sólo se presenta por nuestra capacidad receptiva de recibir
representaciones, al ser afectados por los objetos es la sensibilidad. La sensibilidad
es la encargada de dotarnos de los objetos y al mismo tiempo es la encargada de
darnos las intuiciones; sólo el entendimiento podrá hacer una síntesis de lo que
hemos recibido y al ser pensados darán como resultado el nacimiento de nuevos
conceptos. Kant, reconocerá que “todo pensar tiene que hacer referencia, directa o
indirectamente (mediante ciertas características), a intuiciones y, por consiguiente
(entre los humanos) a la sensibilidad, ya que ningún objeto se nos puede dar de
otra forma”3. Aquí, nuestro filósofo nos expone que la única forma de poder filtrar
el mundo es por medio de la sensibilidad; esta sensibilidad dará lugar a la
sensación, y esta dará lugar a una intuición empírica, que es la referencia al objeto
que produjo el efecto.
3
Ibidem. P. 66
puede suprimir el tiempo en los fenómenos en general, aunque se puedan
separar muy bien estos de él. El tiempo… es una forma pura de intuición
sensible. La naturaleza infinita del tiempo significa que toda cantidad
determinada de tiempo es solamente posible por las limitaciones de un único
tiempo que sirve de fundamento.4
4
Ibidem. P.74
5
Ibidem. P.67.
En la fenomenología del Espíritu, Hegel establece que el objeto de estudio de
la fenomenología es el saber, que este es un saber inmediato o de lo que es. Ante
esta afirmación, lo primero que nos hace pensar es que entonces el saber primero
o el saber de lo inmediato es aquél que proviene de lo sensible, de nuestros
sentidos; establece a la conciencia como el yo (sujeto) pero no es un yo filosófico,
sino que es un nuevo yo, un yo o una conciencia natural o la conciencia a-filosófica..
Dirá Hegel:
Yo, este, no estoy cierto de esta cosa porque me haya desarrollado aquí
como conciencia y haya puesto en marcha el pensamiento de diversos modos.
Ni tampoco porque la cosa de que estoy cierto sea en ella misma atendiendo
a multitud de diversas cualidades una relación plena de riqueza o un múltiple
comportamiento con respecto a otras. Nada de esto interesa a la verdad de la
certeza sensible, ni el yo ni la cosa tienen aquí la significación de una
mediación múltiple; el yo no significa representarse o pensar múltiple, ni la
cosa tiene la significación de múltiples cualidades, sino que la cosa es y es
solamente porque es; ella es: he ahí lo esencial para el saber sensible, y este
puro ser o esta inmediatez simple constituye la verdad de la cosa. Y asimismo
la certeza, como relación es una pura relación inmediata: la conciencia es yo
y nada más, un puro este; el singular sabe un puro esto o lo singular 6.
De la cita anterior podemos observar que Hegel se hace un par de pasos hacia
atrás antes de declarar aquello que considera como conocimiento verdadero o
representación; reconoce que el sujeto mismo no puede ser el que dé origen al
conocimiento verdadero de la cosa y tampoco es la cosa en sí misma la que se da
por entero, sino que sólo es posible la generación del conocimiento verdadero a
partir de la relación que se suscita entre la cosa y el sujeto. Este sujeto o conciencia
no es el sujeto al que Kant en la Crítica a la razón pura ensalza, sino que es una
conciencia que simplemente no se representa nada, que es una conciencia libre de
toda cualidad o mediación; por su parte, el objeto del saber, la cosa simplemente es
ella misma; con el ejercicio dialéctico presentado entre ambos da origen al saber de
6
Friedrich Hegel, Fenomenología del Espíritu, Fondo de Cultura Económica, México, 1987,p. 63.
la certeza sensible. Este saber dirá Hegel que es un saber verdadero, infinito, es el
más rico, el más abstracto y más pobre, en el sentido de que lo único que enuncia
es el ser de la cosa que se enuncia en el sujeto. A esta relación Hegel dirá que la
certeza sensible no sólo es algo inmediato que está presente en la relación, sino
que al mismo tiempo es algo mediado, ya que “Yo tengo la certeza por medio de
otro que es precisamente la cosa ; y ésta a su vez, es en la certeza por medio de
otro, que es precisamente el yo7”.
A partir de lo que hemos observado hasta este punto, podemos ver una
diferencia con lo expuesto por Kant, la cual consiste en observar que en la certeza
sensible el conocimiento que se obtiene necesita del sujeto y del objeto, que ambos
necesitan de la presencia del otro para poder decir u obtener una afirmación con
respecto a lo que se está presentando; el objeto es para Hegel como lo más real en
el sentido de que es estrictamente, su verdad se muestra de manifiesto, es evidente;
aunque, el objeto cuenta con dos momentos, el aquí y el ahora. Él ahora se
manifiesta como el momento en el que el objeto está siendo y que implica un no ser
al mismo tiempo; el aquí implica un constante cambio y una posición de la cosa, de
lo que es y lo que no es. Aquí el objeto es universal en el sentido que contiene lo
que es y que va mutando con cada aquí y cada ahora.
7
Ibídem. P. 64.
Sólo en el ejercicio dialectico del objeto y del yo puede darse la presentación
de la verdad, no puede darse esta presentación o este nuevo concepto sin alguno
de los dos; objeto y yo son el universal, son cambio, son no ser y ser al mismo
tiempo totalidad en la relación. Sólo puede mantenerse esta universalidad en la
medida en la que ambos se mantienen, el este (yo) no cambia de dirección, se es
pura intuición.
Bibliografía
Ferrater Mora, José, Diccionario de filosofía tomo III, Ariel, Barcelona, 2001.
Ferrater Mora, José, Diccionario de filosofía tomo IV, Ariel, Barcelona, 2001.