Vous êtes sur la page 1sur 24

NÚMERO 961.

EL PAÍS, SÁBADO 24 DE ABRIL DE 2010

Babelia
961
SUMARIO

Álvaro Colomer
961
La mancha del
Babelia silencio
CADA VEZ QUE muere un soldado en Afganistán, corro a
una librería para ver si, entre las novedades, hay alguna
EN PORTADA
novela que aborde, de una maldita vez, el tema de la
L. Magi / G. Altares / A. Intxausti / C. Sánchez-Andrade / F. Jarque / Á. Pons / J. Valenzuela / N. Barrios 4
implicación española en ese conflicto. Y siempre me
El boom del cómic periodístico El empuje del periodismo gráfico en los últimos años viene de la mano llevo una decepción. Me ocurre lo mismo cuando bus-
de un grupo de reporteros-dibujantes que narran desde su experiencia personal los conflictos que asuelan el mundo co obras de ficción que, habiendo pasado el suficiente
y también los dramas y las alegrías de la vida cotidiana. Notas al pie de Gaza, la obra de Joe Sacco sobre la tragedia de tiempo como para hacerlo con la perspectiva necesa-
la franja, y Blast, el nuevo libro del francés Manu Larcenet, son ejemplos del auge de lo que algunos han calificado ya ria, traten sobre la presencia de nuestras tropas en Irak,
como un nuevo género. Estos y otros libros se podrán ver en el Salón del Cómic de Barcelona entre el 6 y el 9 de aunque en estos casos encuentro algunas honrosas ex-
mayo (www.ficomic.com). Portada: ilustración realizada para Babelia por Joe Sacco (Malta, 1960) cepciones, como Invasor de Fernando Marías, Las ceni-
zas de Bagdad de Antonio Lozano y Sin cobertura de
IDA Y VUELTA Hilos cortados Antonio Muñoz Molina 10 Eduardo Martín de Pozuelo y Jordi Bordas. Han pasado
seis años desde el repliegue de nuestras tropas en
EL LIBRO DE LA SEMANA Entrevista con Colum McCann Andrea Aguilar 11 aquel país y, que yo sepa, sólo existen esas tres novelas
sobre un tema que llevó a todos los españoles a la calle,
Las flores del maldito Vicente Molina Foix / Lluís Satorras 12 que motivó el mayor atentado de nuestra historia, que
derrocó todo un gobierno… ¡Sólo tres novelas! Y, claro,
Luis Rosales. 100 años del serio alegre Elisa Silió 13 ya en la tienda, acabo comprando alguno de los libros
escritos por corresponsales de guerra, como El hombre
La constitución de 1931, de Santos Juliá Andrés de Blas Guerrero 14 mojado no teme la lluvia, de Olga Rodríguez, o Ningu-
na guerra se parece a otra, de Jon Sistiaga, y agradecien-
PENSAMIENTO La ciencia y los políticos José Manuel Sánchez Ron 16 do al periodismo lo que la literatura me niega.
A raíz de la muerte del soldado John Felipe Romero,
SILLÓN DE OREJAS El mono artístico Manuel Rodríguez Rivero / Max 17 víctima noventa y uno de las tropas españolas en la
guerra de Afganistán (sí, he dicho guerra), he tratado de
Eugénesis sin fronteras, descubrir por qué los novelistas se despreocupan de un
imagen del libro La tema capital para nuestra historia y, tras hablar con
cámara de Pandora, de escritores, editores y periodistas, he obtenido una re-
Joan Fontcuberta. puesta: a los ciudadanos de este país les importa tres
pepinos lo que pase en la Cochinchina y, por exten-
sión, a los narradores les ocurre lo mismo. Pero tam-
bién me han dado otros motivos. Alguien me ha dicho
que los escritores vivimos —me incluyo— tan ensimis-
mados que somos incapaces de levantar la cabeza para
mirar qué ocurre realmente a nuestro alrededor. Otras
personas me han asegurado que el problema está en el
Ministerio de Defensa, que no facilita el acceso a infor-
mación veraz. También me han comentado que la Gue-
rra Civil continúa siendo una inmensa gamuza que se
puede seguir escurriendo. Y el mejor argumento de
todos, dado por un editor, ha sido que los conflictos
contemporáneos, al contrario que Vietnam o la II Gue-
rra Mundial, no venden.
ARTE La fotografía ya no refleja la realidad Alberto Martín 20 Yo no sé si todas estas razones justifican la indiferen-
cia de los escritores ante un drama de estas proporcio-
EXTRAVÍOS Miniatura Francisco Calvo Serraller 21 nes, pero estoy convencido de que en España persiste
una actitud francamente absurda ante las escaramuzas
PURO TEATRO Historias de anteayer Marcos Ordóñez 22 ocurridas más allá de nuestras fronteras. Hace unas
semanas, hablando con una autora de mucho presti-
MITOLOGÍAS Seis balas para Andy Warhol Manuel Vicent 23 gio, le comenté que estaba dándole vueltas a la idea de
escribir sobre la guerra de Irak y ella, muy indignada,
respondió: “Pues yo fui a las manifestaciones en contra
de esa guerra”. ¡Como si yo hubiera ido a las a favor!
+ .com Pero lo que realmente subyacía bajo sus palabras era
왘 Lectura exclusiva Babelia adelanta este lunes el prólogo de Claudio Magris sobre Necrópolis una actitud muy española: no interesarse por aquello
(Anagrama), del autor esloveno Boris Pahor, considerada como una gran novela del Holocausto. sobre lo que se está en contra.
Gracias a Dios que los corresponsales no actúan
왘 Encuentro digital Francisco Ferrer Lerín, reciente ganador del Premio de la Crítica en Poesía por su
igual. A ellos tampoco les gusta la guerra (al menos, a la
poemario Fámulo (Tusquets), charlará con los lectores el miércoles a las seis de la tarde. mayoría), pero hacen lo que pueden por no cerrar los

+
ojos ante una realidad que, cada cierto tiempo, escupe
sangre sobre el silencio. 앫
왘 El blog de Babelia en ELPAÍS.com incluye noticias, comentarios, análisis, recomendaciones, imágenes y
voces del mundo de la literatura, las artes plásticas, el cine, el teatro y la música. Álvaro Colomer (Barcelona, 1973) es autor de la novela Los bosques
de Upsala (Alfaguara. Madrid, 2009. 216 páginas. 18 euros).

2 EL PAÍS BABELIA 24.04.10


EL RINCÓN

“No voy a pedir perdón por vender. Al revés, doy gracias a los lectores”, afirma la escritora y periodista Julia Navarro. Foto: Bernardo Pérez

La vocación constante de una bailarina frustrada


Julia Navarro ha trabajado en la escritura de Dime quién soy en jornadas de ocho horas diarias durante casi tres años

CONFIESA Julia Navarro (Madrid, 1953) que no podría entenderse a sí misma sin el herencia familiar. Un espacio ordenado al milímetro como es ella. En estos frenéticos
periodismo, pero que su verdadera vocación era convertirse en bailarina profesional. meses de promoción apenas lo pisa. “Sólo paso dos días de la semana en Madrid y el resto
“Para seguir formándome tenía que irme fuera y no se daban las circunstancias”, cuenta. por España. Tengo que ir a América, a la Feria de Francfort…”. Dime quién soy rompe con
Se conformó entonces con ser cronista política, aunque la danza modeló su carácter. las novelas anteriores. No hay saltos en el tiempo. “Transcurre en el siglo XX, que es tan
Gracias a esa vida de sacrificio y constancia resiste hoy una rutina monacal los meses que trágico como apasionante. Es más compleja, más de introspección, de personajes…”. Casi
escribe una novela. No quiere desatender a su familia —tiene un hijo de 17 años— ni 1.100 páginas de trama —“nunca sé cuánto he escrito porque no pongo el paginador”—
abandonar el periodismo —ahora opinativo—, así que se sienta frente al ordenador de en las que recorre la vida de una mujer que abandonó a su marido. Su bisnieto, periodista,
cuatro de la madrugada a ocho de la mañana y, de nuevo, de cuatro a ocho de la tarde. En es el encargado de rascar en su enigmático pasado. “Aprendo cosas de mis lectores sobre
medio practica yoga y pilates. “Escribo mentalmente la novela cuando paseo con mi perro mis libros. Por ejemplo, que en todos hay un periodista y algún vasco”, se sorprende.
Tifis. Y luego me siento. A la última he dedicado dos años y medio, más tres meses de Todo lo que la autora de La sangre de los inocentes toca es oro —más de tres millones
documentación”, prosigue. Se refiere a su cuarto título, Dime quién soy, del que Plaza & de ejemplares vendidos de sus ficciones—, pero huye de la palabra best seller como de la
Janés puso a la venta hace un mes 200.000 ejemplares y Círculo de Lectores 100.000. No peste. “No tengo la más mínima idea de cómo se escriben. Sin ninguna publicidad con La
era una locura, ya están en la calle dos ediciones más de 10.000. Hermandad de la Sábana Santa, conecté, y fue una sorpresa para la editorial y para mí.
Vive frente al palacio Real de Madrid y trabaja en un pequeño despacho tomado por Hay quien opina mal sin haber leído nada, sólo porque es un superventas. No voy a pedir
distintas ediciones de sus obras —está traducida a 30 idiomas— y un escritorio de perdón por vender. Al revés, doy gracias a los lectores”. Elisa Silió 앫

EL PAÍS BABELIA 24.04.10 3


EN PORTADA / Reportaje

Página de Des nouvelles d’Alain, de Emmanuel Guibert, Alain Keler y Frédéric Lemercier, publicada en la revista XXI, correspondiente a la primavera de 2010. Traducción de Manuel Silvestre. Rotulación de Bruno Spagnuolo

4 EL PAÍS BABELIA 24.04.10


Noticias
dibujadas
La documentación de la realidad encuentra en las viñetas una nueva vía de imaginar
su futuro. El Salón del Cómic de Barcelona mostrará el boom del periodismo gráfico a
través de crónicas sobre el 11-M, los Balcanes, Gaza, Afganistán, Líbano o Irán. Por Lucia Magi

L
AS DESVENTURAS del joven Stra- mar periodismo gráfico. Sin embargo, algu- viejas pautas de: ‘He ido, escuchado, visto, “Nos hemos vuelto impermeables al sufri-
vos bajo la dictadura griega de nos ejemplos fundamentales de este género sentido y ahora te estoy contando esta histo- miento humano, por defensa o descuido.
los años treinta centran Re- habían visto la luz antes. ria porque creo que es importante”. La Los cómics rompen este círculo vicioso”.
bétiko (Sins Entido), de David Los retratos humanos de Will Eisner, los apuesta por el periodismo gráfico es provo- Sus historietas, como la aún inédita en Espa-
Prudhomme. En Notas al pie escorzos underground de Robert Crumb, in- cada “precisamente a causa del impasse de ña Des nouvelles d’Alain, sobre los gitanos
de Gaza (Mondadori), Joe Sacco dagados y dibujados con una riqueza de de- los medios tradicionales”. La misma apuesta del este de Europa y los Balcanes, paran de
cuenta las matanzas de civiles palestinos en talles que roza el documento antropológico, en Italia funciona en el semanal Internazio- golpe el río fragoroso de la información. Se
1956. Zahra’s Paradise (de Amir y Khalil abren la vía a Joe Sacco (Palestina y Gorad- nale, que envía a sus colaboradores dibujan- acercan hasta enfocar un detalle, a una per-
—seudónimos— , de momento sólo en for- ze). El japonés Keiji Nakazawa necesitó 30 tes por el mundo y publica sus reportajes. sona, entrar en ello y usarlo como punto de
mato webcómic en www.cimoc.com), la his- años para representar el horror sufrido en Venden 100.000 ejemplares por semana. vista para documentar lo que ocurre. La mi-
toria de una manifestante desaparecida des- Tenía seis años cuando la bomba atómica Parece el castillo de los destinos cruza- rilla puede ser el mismo autor, como en el
pués de las elecciones de junio en Irán, es la quemó a su familia y a todo el mundo que dos: por una parte, el periodismo, que nece- caso de Sacco, curioso, desubicado, humil-
apuesta de Norma para los próximos meses. había conocido. “Tenía esas imágenes gra- sita volver al corazón del oficio; por otra, el de recogedor de historias. Puede ser un ami-
Los planes editoriales testifican que los badas en mi memoria y necesitaba enseñar- cómic, por fin considerado creíble, tras años go que recuerda la II Guerra Mundial (La
cómics han dejado atrás el país de las mara- las”, escribe Nakazawa (Hiroshima, Edicio- guerra de Alan, Emmanuel Guibert, Ponent
villas. Se enfrentan al mundo, sin comple- nes Mangaline, 7 volúmenes). Joe Kubert ha Mon, 3 volúmenes). “Mi libro es fruto de la
jos, con ingenuidad, delicadeza e ironía. Y dibujado personajes clásicos como Tex, Tar- experiencia de mi amigo reportero Didier
no lo hacen sólo para contar experiencias zán o Sargento Rock. Pero algo cambia cuan- Lefèvre. Se llama El Fotógrafo y no Afganis-
íntimas. Cuentan la realidad exterior, tratan do la guerra de los Balcanes irrumpe en su “La fuerza de nuestra tán, 1986”, ejemplifica Guibert hablando de
temas sociales, como la prevención del cán- casa de Nueva York. Su amigo Ervin Ruste- su obra maestra. Patrick Chappatte se dibu-
cer (Alicia en la realidad, de Susanna Martín magic, productor y distribuidor de cómics
manera de representar ja mientras construye sus espléndidos repor-
e Isabel Francla, Norma), o históricos, como bosnio, se queda atrapado en la Sarajevo la realidad es la tajes para el Herald Tribune y Le Temps.
la primera guerra de Líbano (el excepcional sitiada por los serbios y le va comunicando Siempre acompaña al lector de la mano de
Yo me acuerdo, de Zeina Abirached, Sins por telefax su infierno. Kubert dibuja aque- primera persona”, una persona amiga, con su nombre, sus sue-
Entido), los asesinatos en Ciudad Juárez (en llos despachos desde el frente, dibuja el te- ños y miserias. Como Bruno, que por la no-
2009 llegó la segunda edición de Luchado- rror y la esperanza, la angustia de un padre afirma Joe Sacco che vigila una mansión rica, por el día vive
ras —Sins Entido—, de Peggy Adam) o la que quiere salvar a su familia en Fax from en una chabola en la periferia de Nairobi
corrupción de la política (El negocio de los Sarajevo, de 1997. Marjane Satrapi, en 1999, (Les vies des autres, inédito en España, se
negocios —Astiberri, 2009—, de Denis Ro- elige el tebeo para contar su infancia en Irán puede ver en www.bdreportage.com).
bert y Laurient Astier). (Persépolis, Norma). “Nos hemos vuelto El reportero gráfico puede confesar tener
“La fantasía ha perdido su batalla contra El siglo XXI recoge el desafío de la reali- frío, estar asustado o no entender las contra-
la realidad”, dice Art Spiegelman, el autor de dad. “El arte de las viñetas ha crecido muy impermeables al dicciones de una situación. “Gracias a la per-
Maus, en el documental de Mark Daniels lentamente”, comenta David B. en BilBol- sonalización, el lector se identifica y se acuer-
Comic books go to war (2009). En su piso de Bul, el festival de cómics de Bolonia. “Nació sufrimiento. Los cómics da de un cómic más que de un frío artículo”,
Manhattan, Spiegelman vive la caída de las junto con el cine, pero mientras éste fue afirma Guibert. Los salones vacíos de hotel
Torres Gemelas. El cielo se le cae encima, considerado algo serio y digno desde el prin-
rompen este círculo”, dibujados por Guy Delisle en PyonYang (Asti-
junto con fantasmas que pensaba soterra-
dos, él que había contado la historia de su
cipio, el cómic se quedó atrapado en el lim-
bo de la diversión, bastante frívola. Ésta era
dice Emmanuel Guibert berri, 2009) describen la dictadura norcorea-
na mejor que miles de palabras en una revis-
familia judía acosada por los nazis como su percepción social. A finales de los años ta. Las manifestaciones de los maestros
una caza entre gatos y ratones. “Había pasa- ochenta arranca su rescate”. Los libros de mexicanos se hacen comprensibles gracias a
do los diez años precedentes a la entrada en dibujos se sacuden el estigma intelectual que Peter Kuper empezó “a ir de manera
el nuevo milenio evitando realizar tebeos, que les “condenaba a tratar aventuras ficti- vividos como género de segunda. La docu- regular a la ciudad y a enviar correos electró-
pero desde un cierto momento de 2002 has- cias, con personajes fantásticos y caricatu- mentación de la realidad encuentra en las nicos ilustrados que detallaban la realidad
ta septiembre de 2003 no pude contener- rescos. El cómic hoy se está liberando”, afir- tiras, en las viñetas, una nueva vía de imagi- como yo la experimentaba”, escribe en Dia-
me”, cuenta en Sin la sombra de las torres ma Susanna Martín. nar su futuro. Aparte del valor artístico y rio de Oaxaca (Sexto Piso, 2009). La espera
(Norma). “Volvía a encontrarme suspendi- En su edad de la razón, el tebeo intercep- llamativo del cómic, de la maquetación que de Nicolas Wild en un hospital de Jalalabad
do en aquel punto donde entran en colisión ta la crisis de otro medio de expresión ma- permite asumir en dosis proporcionadas cuenta en una sola plancha la extensión del
la historia universal y la personal”. Dark Hor- sivo, que hasta entonces había lucido la ex- imágenes e información, hay algo intrínseco opio en esa sociedad: un hombre alivia las
se, Chaos! , DC dedicaron entregas especia- clusiva en el testimonio de la realidad: el en el tebeo que lo hace particularmente ap- penas de un enfermo con unos gramos de
les al terrible atentado. Marvel salió a las periodismo. “Los medios de comunicación to para contar el mundo. droga: “No tengo dinero para la morfina”, se
calles con una portada completamente ne- tradicionales pasan por momentos difíciles, “La fuerza de nuestra manera de repre- justifica en Kabul Disco (Ponent Mon, 2009).
gra. The Amazing Spider Man #36 represen- no el periodismo”, matiza Patrick de Saint- sentar la realidad es la primera persona. To- Reporteros que van, ven, escuchan y
ta a los superhéroes, mitos invulnerables de Exupéry, veterano reportero de Le Figaro, dos los yo que entran en la página hacen cuentan. No pretenden comprender o juz-
virilidad y fuerza, impotentes frente el ata- fundador y actual redactor jefe de la revista que el relato sea vivo, sentido. Quizás no gar. Usan su piel, sus ojos y oídos. Los cinco
que de un enemigo imprevisto. Spiderman, trimestral francesa XXI. En un gran formato imparcial, pero sí honesto”, comenta Joe Sa- sentidos del periodista, diría Ryszard Kapus-
Capitán América, Daredevil, Doctor Doom y coloreado, más de 200 páginas de reportajes cco, que siempre se dibuja como un perso- cinski, y sobre todo el sexto: la humildad,
Magneto llegan tarde al Ground Zero. La rea- con textos, fotografías, ilustraciones y dibu- naje más de sus investigaciones de campo. que se fija en los hombres. En los que, bajo el
lidad ha ganado a la fantasía. Art Spiegel- jos. Con apenas dos años de vida, vende “Estamos bombardeados por informacio- juego de poder, declaraciones y armas, siem-
man no está solo. Un telón verídico se tien- 50.000 ejemplares. Saint-Exupéry tuvo la in- nes sobre la guerra. Esto nos provoca dos pre pierden. Las batallas de los superhéroes
de de fondo a las obras por imágenes. tuición de saciar con nuevos instrumentos reacciones enfrentadas: paranoia y aneste- invulnerables quedan lejos, en otro univer-
La última década conoce un fuerte auge formales la exigencia “de volver a las bases sia”, afirma el francés Emmanuel Guibert, so. Como los dioses del Olimpo. Como en un
de lo que los especialistas empiezan a lla- del periodismo, a la escritura narrativa. A las también en Bolonia invitado por BilBolBul. inverosímil país de las maravillas. 앫

EL PAÍS BABELIA 24.04.10 5


EN PORTADA / Entrevista

El nuevo combate de Manu Larcenet


El gran narrador de la Francia contemporánea, autor de Los combates cotidianos, da un giro a su estilo con Blast. “No me
interesan las imágenes que no sirven para nada. La imagen me gusta cuando es pura y habla”, dice el dibujante

gustaría hacer esto hasta que muera. Jean- ridad extraordinaria, los cuadros de flores dejado de tratar en mis tebeos. Al final, el
Por Guillermo Altares Yves Ferri, el guionista de la serie y casi el son cargantes. Frente Nacional siempre vuelve. En esta
único amigo que tengo, cuando me escribe P. De todas las planchas de Blast hay Francia me encuentro perdido. Estoy un po-

T
RAS TRIUNFAR con Los combates co- El retorno a la tierra es alta cocina, está todo una que me ha impresionado mucho, que co desesperado, todo lo que hemos hecho
tidianos (Norma), la historia de un tan bien trabajado que no tengo que cam- es cuando aparece una viñeta a página con no ha funcionado.
fotógrafo de guerra que decide de- biar nada, no hay una palabra mal puesta. Es la frase de Brel: “Cuando alguien se mueve, P. ¿Por eso decidió irse a vivir al campo?
jarlo todo para irse a vivir al cam- una de las mejores series que he hecho nun- los que están inmóviles dicen que huye”. R. La verdad es que seguí a mi mujer por
po, donde descubre no sólo el amor, sino la ca. Me gustaría envejecer con mis tebeos. R. ¿No es precioso? Antes de su último un trabajo, pero ahora me encuentro mu-
historia periodística de su vida, y El retorno P. ¿Qué hay de real en sus tebeos? concierto, un presentador francés le entre- cho mejor. Incluso aunque viva en una re-
a la tierra (Bang Ediciones), un poco más o R. Bueno, el gato es mi gato, no estética- vistó en su camerino y le preguntó: “¿Por gión muy a la derecha. Me encuentro mejor,
menos el mismo relato pero narrado en tiras mente, pero sí de carácter. Yo realmente qué se retira de los escenarios?”. Y Brel res- pero a la vez me voy convirtiendo en un
y con mucho más humor, Manu Larcenet vivía en la ciudad y mi gata se volvió loca pondió eso, después de un gran silencio. misántropo: tuve tantas esperanzas y veo
(Issy-les-Moulineaux, París, 1969) ha dado cuando me mudé Dice, sencillamente, una verdad. cómo nada funciona, que me estoy convir-
un giro radical con Blast (Norma), que inau- al campo. P. En Los combates tiendo en una especie de oso y el hecho de
gura una serie que se prolongará durante no tener vecinos, de vivir en mitad del cam-
varios volúmenes. Frente al alegre color lle- po, me tranquiliza.
no de matices de sus obras anteriores se ha P. ¿Cree que vivimos una época dorada
sumergido en un áspero blanco y negro pa- de los tebeos, que están alcanzando espa-
ra construir el relato de un hombre que deci- cios que antes les estaban vetados?
de vivir al margen de la sociedad. La narra- R. Los tebeos han cambiado mucho des-
ción arranca con un interrogatorio policial. de los años noventa: la editorial L’Asocia-
En una de las planchas más bellas de Los tion, autores como David B, una serie de
combates cotidianos, Manu Larcenet inclu- creadores que han hecho explotar todo lo
ye esta frase que es todo un manifiesto de que se hacía en el cómic. Al mismo tiempo
sus principios artísticos. “Deslastrada de hay otros creadores que hacían tebeos de
toda lógica, la poesía es la única forma adultos, pero era muy marginal. De repente,
libre de percatarse de lo que vale la pena. todo el mundo se puso a hacer tebeos de
Depardon, Brassens, Miyazaki, Bon- autor, aunque no me guste la expresión. Re-
nard, Jarmush, Sempé, Tom Waits, Cé- sultado: ahora mismo hay tantos cómics en
zanne, Monty Python, Monet, una librería que ya no sabemos qué elegir,
Brel, Desproges, Klee, Cartier-Bres- pero si escogemos diez tebeos, nueve serán
son Springsteen, Céline, Harvey de diversión, buenos o malos, y uno será
Keitel, Baudelaire, Van Gogh. La otra cosa, y esa es la que me gusta. Es ver-
poesía lo redime todo”. “No me in- dad que es una edad dorada, porque pode-
teresan las imágenes que no sirven mos hacer lo que nos guste. Pero a la vez
para nada. La imagen me gusta cuan- hay demasiados libros, tal vez sea la culpa
do es pura y habla, cuando sirve para de los editores que no separan el trigo de la
algo, cada plano de Jarmush quiere paja. Pero creo que nos estamos matando a
decir algo, incluso sus silencios. Por nosotros mismos, salvo que tengan tu nom-
eso en Blast hice tantas páginas de silen- bre en la cabeza no van a escarbar, cogerán
cio”, afirma Larcenet en una entrevista lo que hay arriba, que muchas veces es lo
en París, celebrada en la sede de su edito- peor y desde luego no es el cómic más mo-
rial francesa, Dargaud. derno. Se ha convertido en un gran
Estudió dibujo (gracias a un profesor que negocio, es una forma de ganar mu-
detectó su talento muy pronto) y afirma cho dinero. Si los lectores no tienen
que, desde los 12 años, realiza todos los días tu nombre en la cabeza, estás jodido.
una plancha de cómic. Como sus persona- P. ¿Por qué cree usted que los te-
jes de Los combates cotidianos (cuatro volú- beos sociales o el tebeo periodístico
menes) y El retorno a la tierra (cinco y los tienen cada vez más importancia?
que quedan), vive en el campo, con su com- R. Joe Sacco y yo no practicamos
pañera y sus dos hijos. Una frase de Jac- el mismo oficio, sería casi insultarle.
ques Brel que aparece en Blast define su Él hace un trabajo mucho más radi-
actitud ante la vida: “Cuando alguien se cal, a mí me gusta contar historias,
mueve, los inmóviles dicen que huye”. soy más narrador, me encuentro muy
PREGUNTA. ¿Por qué se ha lanzado a atado a la novela. Lo que me parece
un cambio tan radical de estilo con Blast? extraordinario es que un medio como
RESPUESTA. Tengo una editorial que se los tebeos, destinados a entretener a
llama Les Reveurs, donde hago lo que me los niños hace 20 años, se haya con-
gusta, y tengo una producción destinada al vertido en un medio periodístico. Aun-
gran público en Dargaud, pero cuanto más que no puedo evitar preguntarme si
tiempo pasa y me voy haciendo mayor, las no son más directos un texto o una imagen.
dos se acercan y llegarán a ser una. Mi idea P. Pero en un mundo lleno de imágenes
era contar una historia diferente de las que tal vez los tebeos ofrecen una visión diferen-
me han hecho famoso, no dejarme llevar por “Me gustaría envejecer con mis tebeos”, cuenta Manu Larcenet, quien ha realizado este autorretrato para Babelia. te de la realidad.
el mismo tebeo. Tenía ganas de hacer cuatro R. Es posible, pero tengo mis reservas.
o cinco tomos de 200 páginas, algo largo que Cuando escribía Los combates cotidianos, cotidianos, un personaje explica que vo- Ahora hay muchos autores que quieren ha-
me diese tiempo para dibujar silencios, traba- durante un periodo de cuatro años, me fui a ta al ultraderechista Le Pen “por miedo” cer esto, pero olvidan que para hacer este
jar sobre la longitud y sin color, que es algo vivir al campo, tuve dos niños, murió mi y reconoce que le da igual que le mien- cómic comprometido, periodístico, hay que
que hace los dibujos mucho más alegres. padre y asistí a la desaparición mediática de tan, “porque todos mienten”. ¿No cree tener mucha calidad, interesarse por el dibu-
P. ¿De dónde surge este personaje empe- los obreros. Tenía que aparecer por algún que es una definición perfecta de lo que jo, que es algo chamánico. Es un descubri-
ñado en vivir al margen? lado. Mezclé todo esto para hablar en estos ocurre en Francia? miento, es sumergirse en uno mismo, es una
R. Creo que es algo que tenemos todos, libros. Eran obsesiones, pero para mí ya está experiencia casi corporal para hacer surgir
todos hemos pensando en algún momento terminado, he dicho todo lo que pensaba algo que va a hablar al otro. Pero muchas
en mandarlo todo a la mierda, en desapare- sobre ello. Lo único que me quedará es la veces, en el periodismo dibujado, se hace
cer, pero no lo hemos hecho por algún moti- muerte. Ahora trato de hablar del interior de pasar el discurso antes del dibujo y, desde
vo, sobre todo por miedo. Mi protagonista la gente, la incomprensión que tenemos ha- “Hay tantos cómics que ya mi punto de vista, no hay que hacer nunca
no tiene ese miedo y es capaz de mandarlo cia nosotros mismos, de la violencia, me eso. El ritmo, el color, la narración, todo eso
todo a paseo. Quería crear un personaje que parece más honesto hablar de eso porque
no sabemos qué elegir, pero debe estar equilibrado y muchas veces los
no fuese ni simpático ni antipático, nunca está más cerca de mi existencia cotidiana. si escogemos diez tebeos, que quieren hacer tebeos comprometidos se
olvidan del lado artístico, se centran sobre la
sabemos a qué atenernos con él. Lo vere- P. Sus tebeos están llenos de personas
mos mejor en el segundo tomo. que viven en el margen. ¿Por qué? nueve serán de diversión, radicalidad de lo que tienen que decir. Nece-
P. ¿Cuándo sale? R. Bueno, son los que tienen interés. No sito dejarme atrapar por el amor del dibujo y
R. No tengo ni idea, estoy en ello, llevo 60 voy a contar historias de personas norma- y uno será otra cosa” ya sea Sempé o Crumb. Al ver una plancha
páginas. Es algo que no quiero prever, los les, bien integradas. Me apasiona contar his- necesito sentir cuál es la obsesión del tipo
editores me preguntan y les respondo que torias de gente que está en el dolor, en los que la ha hecho. David, en Epiléptico, es alu-
estará listo cuando esté listo. Y tampoco ad- márgenes. Yo tampoco me siento especial- cinante, mezcla un amor enorme por el dibu-
mito cambios: si les gusta, genial; si no, lo mente insertado en la sociedad. Hay dibujos R. Eso es lo horrible. Porque aparte de jo con la capacidad para contar su vida, el
siento mucho. que están hechos sobre vidas clásicas, a mí unos cuantos extremistas estúpidos a los dolor que siente con su hermano. 앫
P. ¿Y lo seguirá haciendo compatible no me apasionan. Pero me interesa mucho que es muy fácil detestar, el electorado de
con El retorno a la tierra? el lado negro de la gente, creo que el arte, la extrema derecha está formado por gente de- Blast. Bola de grasa. Volumen 1. Manu Larcenet.
R. Sí, yo quiero que sea como lo que lla- locura, es mucho más interesante que la nor- sesperada que tiene miedo. No veo ninguna Traducción de Enrique Abulí. Norma. Barcelona,
mo mi serie Peyo, el autor de los Pitufos. Me ma. Adoro a Francis Bacon y es de una oscu- salida a eso, por eso es un tema que he 2010. 204 paginas. 24 euros.

6 EL PAÍS BABELIA 24.04.10


Fuster está ilusionado con el proyecto
Salir de la calle en el que está embarcado. Tiene ganas de
pintar, de recuperar el tiempo perdido o
parte de ese tiempo en el que supo lo que
era “morir las 24 horas del día en una ago-
nía de miedo, dolor e indignidad”. Tiene
Por Aurora Intxausti previsto abordar otros aspectos de su vida,
otros personajes que se han cruzado en su

O
CULTAR LA realidad es mentirse. existencia. “Creo que he encontrado un
No ha querido hacerlo y ha di- punto interesante de trabajo en el que pue-
bujado con trazos de tela de ara- do desarrollar mi creatividad”.
ña la angustia y la desespera- Las primeras viñetas del álbum refle-
ción de su vida en la calle. Fueron 15 los jan unos personajes con claras influen-
años que Miguel Fuster (Barcelona, 1944) cias de los dibujos románticos que él reali-
vivió a la intemperie, refugiado en el alco- zaba y a medida que va avanzando su
hol, cubierto por el sol y unos cartones. Su trabajo los trazos son más duros y mues-
desgraciada vida fue haciendo mella en su tra la crudeza de su existencia. “He vivido
espigado cuerpo, machacado por el tiem- desposeído de todo, sin ni tan siquiera
po, dolorido por la indiferencia y agradeci- una cueva para refugiarme, convertido
do por esos personajes que supieron al- en una ruina gimiente. Raído por los re-
canzarle la mano en los momentos más cuerdos, hace tiempo que dejé de mortifi-
difíciles de su existencia. carme sobre si soy culpable o inocente”.
Sus ojos vidriosos y su facilidad de pala- Su último refugio en la calle se situaba en
bra llevan casi sin darse cuenta a su mun- la parte trasera de la catedral de Barcelo-
do callejero. Fumador compulsivo, solicita na, bajo los arcos y tras unos arbustos.
que cambiemos el lugar de la cita mientras “Allí, sobre unos cartones y con unos pe-
paseamos por el barrio gótico de Barcelo- riódicos bajo la ropa para quitar el frío,
na. La fotógrafa le pide detenerse bajo conseguía dormir hasta que a las seis lle-
unos soportales para retratarle. Al fondo, gaban los agentes y me despertaban”. El
tres hombres con sus carritos inundados cobijo de la plaza fue su techo antes de
de bolsas tratan de esconderse de los dis- abandonar la bebida. El último capítulo
paros de la máquina. Ocultan en un saco del álbum está dedicado a esa parte de su
de papel el alcohol que beben poco a po- vida. Por él desfilan personajes reales que
co. “La lata o la litrona de cerveza es el día a día le ayudaban a pasar la jornada.
primer paso para quedarte en la calle. Lue- Desde la barrendera al indigente, desde
go pasas al cartón de vino y de ahí no te el ciudadano que le ofrecía un colchón o
bajas. Salir es difícil, muy difícil. Dejé de el tabernero que cada noche le preparaba
beber hace tiempo, pero sigo siendo un un bocadillo. “Me encontraba en una si-
alcohólico. Si ahora probase tan sólo un tuación de deterioro tan grande que era
sorbo caería de nuevo”. incapaz de pintar para conseguir unos
En la terraza del bar habla de sus años El dibujante Miguel Fuster, en Barcelona. euros. Daba la vuelta a la iglesia y atenaza-
como aprendiz en Ediciones Bruguera, del do por el terror que me causaba el quedar-
tiempo en que trabajaba como dibujante me sin bebida me tuve que doblegar, hu-
de cómic romántico para revistas del norte do acuarelas de toros y flamencas para los callejeras. De ahí surgió la oferta de la edito- millar y pedir limosna”.
de Europa y de cómo se quedó descolgado turistas. Malvendía mis obras, pero era la rial Glénat para que hiciese un álbum con- Ese lugar de la plaza en el que Fuster
en la década de los ochenta de las tenden- manera de ir tirando. Han sido contadas las tando lo que había sido su vida en la calle. dormía solo lo ocupan, cada noche, ocho
cias creativas del momento. No dio el salto ocasiones en las que he mendigado, no me Su autobiografía no es nada complaciente. indigentes. Actualmente existen en Barce-
a la creación propia y el esplendor del có- gustaba”. Salió del alcohol gracias al trabajo “He luchado contra el resentimiento, me lona cerca de un millar de personas que
mic le pilló viviendo en la calle, alejado de de los voluntarios de la Fundación Arrels he sentido muchas veces humillado al ver pernoctan en la calle. 앫
lo que ocurría en el mundo. “Mi única obse- —desde 1987 se dedican en Barcelona a la cómo se apartaban de mí con temor, apren-
sión era conseguir los cuatro cartones de atención de personas sin hogar— y empezó sión y desprecio. Antes de que me recogie- Miguel, 15 años en la calle. Miguel Fuster. Glé-
vino que necesitaba para tenerme en pie. El con un blog en el que con sus dibujos, cua- sen era un espectro invadido por el alcohol, nat. Barcelona, 2010. 172 páginas. 17,95 euros.
dinero para comprarlo lo conseguía pintan- dros y textos empezó a contar sus vivencias un despojo de poco más de 40 kilos”. miquelfuster.wordpress.com.

Una posibilidad entre mil Rebétiko Lulú, mujer desnuda (volumen 1) Kafka
Cristina Durán y Miguel A. Giner Bou David Prudhomme Étienne Davodeau Robert Crumb y David Zane Mairowitz
Sins Entido. Madrid, 2010 Traducción de Lucía Bermúdez Traducción de Raúl Martínez Traducción de Leandro Wolfson
128 páginas. 15 euros Sins Entido. Madrid, 2010 La Cúpula. Barcelona, 2010 La Cúpula. Barcelona, 2010
104 páginas. 19 euros 88 páginas. 20 euros 177 páginas. 20 euros
HAY UNA POSIBILIDAD entre mil de que salga
adelante. Así arranca la historia de este có- LAS VIÑETAS DE REBÉTIKO desprenden una A DAVODEAU LE GUSTA la distancia corta, esa FRANZ KAFKA no quería que en la edición de
mic autobiográfico. Laia, la hija de esta pa- luz especial, cálida, sensual, que envuelve que permite hablar de pequeños sentimien- La Metamorfosis se incluyera ninguna repre-
reja de dibujantes, sufrió a las pocas horas al lector en el clima mediterráneo de la Gre- tos entre dos amigos mientras pasean. Qui- sentación del insecto en el que se convierte
de nacer una hemorragia cerebral que la cia de los años treinta, escenario perfecto zás naderías sin importancia, pero siempre Gregor Samsa. Robert Crumb, quizá el más
llevó a pasar los primeros años de su vida para esta metáfora de la libertad inconteni- “trozos de vida”. Testimonios mínimos que famoso de los dibujantes de cómic under-
entre hospitales, centros de rehabilitación ble que firma David Prudhomme. Durante le han servido para hablar sobre la proble- ground estadounidense, sí lo ha hecho. En
y médicos. Pero Laia se aferra a la vida con sólo un día seguirá la vida de cinco músicos mática de iniciar un negocio sobre agricultu- este libro, cuyo título original en inglés es
una fuerza inusual, como también sus pa- rebetis, armados tan sólo de sus buzukis y ra biológica, sobre el sindicalismo cristiano Kafka para principiantes, se van alternando
dres, que con una mirada sensible y una de un arte que canta a la vida y sus dolores, francés de los años sesenta o, como ahora, las figuraciones de Crumb de fragmentos de
actitud admirablemente positiva consi- igual que el fado, el tango o el blues y que, sobre una mujer que descubre que su vida novelas, relatos y escenas biográficas del au-
guen guiar al lector por el nuevo mundo sólo por ser libre, fue censurado por la dicta- no es la que quería. Semanas después, sus tor checo con los textos del escritor David
que les toca vivir. Estas viñetas de trazo dura de Metaxas. Trazo y color consiguen amigos comienzan a intentar reconstruir lo Zane Mairowitz. La relación entre texto e
limpio, en dos tonos, sin grandes detalles un inesperado efecto sinestésico: las que llevó a Lulú a no volver ese día a casa, a imagen funciona con una fluidez impara-
(lo imprescindible para seguir la historia) viñetas cantan esas canciones de muerte, dejar a su marido y a sus hijos. No intentan ble. Mairowitz introduce con facilidad al lec-
se leen con el corazón atrapado entre la amor y violencia y el lector sigue el ritmo de juzgar a su amiga y lo que pasó, sólo com- tor en las claves que ligan las ficciones del
congoja y el embeleso. Hay algo constante la música a medida que pasa las páginas, prender qué la llevó a escapar. Davodeau escritor con episodios de su vida y rasgos de
en el libro: en los momentos más duros o contagiado de esa fuerza de libertad que evita que sea la propia Lulú la que hable su perfil psicológico, mientras Crumb se de-
de gran vulnerabilidad, los lazos afectivos tanto miedo infundió en otros. Un álbum para estudiar, precisamente, a esa sociedad leita en páginas que resumen La colonia pe-
se convierten en salvavidas. Un libro revela- que Prudhomme cierra con un epílogo de- que siempre intenta juzgar a quien no sigue nitenciaria, El proceso, El castillo, Un artista
dor, que sin duda supone otro paso adelan- moledor, casi desesperanzador, pero que sus dictados. Y el lector irá descubriendo la del hambre y América. Kafka le va mucho
te en la sensibilización hacia el mundo de multiplica todavía más los valores de una realidad de una Lulú que no era ni rebelde mejor a Crumb que la Biblia (su reciente
la discapacidad, con un toque de frescura y obra que certifica que su autor tiene mucho ni aventurera, sólo una mujer más que un libro es sobre el Génesis), tal vez porque com-
optimismo. Cristina Sánchez-Andrade que decir en el noveno arte. Álvaro Pons día se bajó de la vida que tenía escrita. Á. P. parten humor y neurosis. Fietta Jarque

EL PAÍS BABELIA 24.04.10 7


EN PORTADA / Libros

Sangre siempre fresca en Gaza


El reportero-dibujante Joe Sacco, creador de todo un género —el tebeo de investigación periodística—, retrata la vida
cotidiana de los palestinos de la franja, marcada desde las matanzas de 1956 por el miedo, la cólera y la impotencia

Notas al pie de Gaza A Sacco esa “nota al pie de página” de la ro-dibujante se sitúa como protagonista de riodismo. Ese corresponsal de guerra de
Joe Sacco historia que fue la matanza de Khan la acción y va contando tanto la vida coti- nuevo cuño que es Sacco ya lleva varios.
Traducción de Marc Viaplana Younis ya no se le quitó de la cabeza. En diana que comparte con los palestinos co- Su primer éxito, a mediados de los noven-
Mondadori. Marzo, 2010 2002 y 2003 volvió a Gaza. Durante sema- mo el desarrollo de sus investigaciones y la ta, fue la novela gráfica Palestina, fruto de
418 páginas. 22,90 euros nas recorrió el minúsculo territorio, habló recreación de las matanzas de Khan Younis una larga estancia en Gaza y Cisjordania.
con mucha gente, se documentó, se enteró y Rafah. Su grafismo, en la estela de Robert Luego abordó, en Gorazde y El mediador,
de otra matanza de palestinos en 1956 —la Crumb, retrata con vigor y realismo las per- las guerras balcánicas y, en Chechen War,
Por Javier Valenzuela de Rafah, con 111 muertos adicionales—, sonas, los escenarios y las situaciones del Chechen Women, los dramas del Cáucaso.
puso a trabajar a investigadores en los ar- pasado y del presente. Sus datos son exac- Muchos piensan que ha creado un nuevo
EN LA HISTORIA UNIVERSAL de la infamia con- chivos de Israel… Y de ahí surgió este libro. tos; sus diálogos, auténticos, y su perspecti- género: el tebeo de investigación periodís-
temporánea, Gaza ocupa uno de los prime- Notas al pie de Gaza es no sólo un gran va humanista, la constante presencia de tica. Su colega Chris Hedges, premio Pulit-
ros lugares junto al gueto de zer, opina que el trabajo
Varsovia, Soweto y la Ciu- de Sacco prueba que, en
dad de la Alegría de Calcu- un momento en que los
ta. La franja de Gaza —sé de medios están recortando
lo que hablo, he estado allí en corresponsalías, envia-
varias veces— es una pesa- dos especiales e investiga-
dilla: un erial de basuras, es- ciones prolongadas, “el pe-
combros, chabolas y edifi- riodismo va a volver a ser
cios acribillados donde se lo que fue al principio: una
apiñan, cercados por tierra, forma de arte”. Es una idea
mar y aire por el Ejército interesante.
más poderoso de Oriente “Los palestinos”, escribe
Próximo, un millón y medio Sacco en el prólogo de esta
de seres humanos desespe- obra, “no pueden permitir-
rados. Llámenlo como quie- se el lujo de digerir una tra-
ran: campo de refugiados, gedia antes de que llegue la
gueto, campo de concentra- siguiente”. Israel, que en
ción, pudridero en vida. 2005 retiró de la zona a sus
Joe Sacco ha pasado lar- colonos, tiene hoy comple-
gas temporadas en Gaza. tamente cercada a Gaza y,
Nacido en Malta en 1960, como ocurrió en el invierno
con pasaporte estadouni- de 2008-2009, la bombar-
dense, Sacco es un reporte- dea cuando le place. Los ni-
ro de tomo y lomo que, en ños, mujeres, ancianos y
vez de contar sus historias varones palestinos que mue-
a través de textos, crónicas ren en esos ataques son, en
radiofónicas, piezas televisi- el mejor de los casos, “da-
vas o documentales cine- ños colaterales”; en el peor,
matográficos, lo hace a tra- “terroristas” a exterminar.
vés de tebeos. Sí, tebeos, Como la sangre no se se-
historietas, novelas gráfi- ca nunca en Gaza, tampoco
cas, cómics, ese género ma- Viñeta de Notas al pie de Gaza, de Joe Sacco. debería hacerlo la tinta que
ravilloso con el que mi ge- lo cuenta. A Sacco le pre-
neración se hizo adicta a la guntan sistemáticamente
lectura. Pues bien, en 2001 una revista esta- rostros que miran al lector, otorga a los en Estados Unidos por qué presenta el lado
dounidense les encargó a él y al escritor palestinos esa cualidad de personas que les palestino del conflicto y no el israelí. Su
Chris Hedges un reportaje sobre Gaza. Una niega la propaganda israelí. Los ves depri- respuesta es obvia: porque durante toda su
vez sobre el terreno, Sacco recordó haber midos, asustados, encolerizados, deseosos vida, los políticos y los medios de comuni-
leído algo de Noam Chomsky sobre una de venganza; también manteniendo inque- cación norteamericanos sólo le han presen-
matanza de civiles palestinos en Khan brantables su hospitalidad y su sentido del tado la versión israelí. “¿Qué significa ser
Younis, una localidad de la franja, ocurrida humor. objetivo cuando hay un pueblo oprimido y
en noviembre de 1956. Los dos recogieron El uso de la primera persona es muy otro opresor?”, se preguntaba en una entre-
testimonios de supervivientes y de ellos se eficaz para transmitirle al lector la impre- vista. “Yo prefiero ser honesto: no todos los
desprendieron imágenes atroces de varo- sión de que está viajando con el narrador. oprimidos son ángeles, pero ello no impide
nes palestinos puestos en fila contra las Sacco recorre la franja de arriba abajo, se que sean los oprimidos”.
tapias del lugar y sumariamente fusilados atasca en los controles militares del ocu- Vuelve a hablarse de una posible ini-
por soldados israelíes. Aquella y otras barba- pante, escapa a tiroteos, asiste a demolicio- ciativa de paz de Obama para Oriente
ries anteriores y posteriores, concluyeron nes por buldóceres israelíes de casas pales- Próximo. La reflexión más lúcida que pue-
los reporteros, sembraron en los corazones tinas, ve pasar entierros… En la página de hacerse sobre el asunto ya se encuen-
palestinos el odio que sentían hacia los ocu- 253, un palestino le enseña los agujeros tra en la última viñeta de la página 62 de
pantes israelíes. Pero la revista censuró los causados en su hogar por las balas israelíes este tebeo: “La única cuestión es saber
párrafos del reportaje relativos a aquel epi- documental sobre los sucesos de 1956, sino y le cuenta que sus hijos viven aterroriza- hasta dónde piensan los israelíes impo-
sodio, en el que, según un informe oficial también un reportaje con detenimiento so- dos. “¡Aquí cada día es 1956!”, dice. ner su victoria o hasta qué punto acepta-
de la ONU, perdieron la vida 257 personas. bre la franja de hoy y sus gentes. El reporte- Un tebeo puede ser un clásico del pe- rán los palestinos la derrota”. 앫

Pasión autobiográfica
Sofía y el negro en dos partes, como si fuese uno de esos En la segunda parte, es la propia Sofía
Judith Vanistendael dípticos religiosos cuya historia se expone quien, diez años después, narra su versión
Traducción de Cristina Casas, Eva Gorssche en varias tablas que se presentan a la vista de los hechos. Sofía y el negro cuenta con
y Carmen Gros. Prólogo de Enric González simultáneamente, Sofía y el negro narra la humor, agudeza y dolor la historia de
Norma. Barcelona, 2010 relación de esta joven pareja en un peque- amor entre una blanca y un negro, pero
152 páginas. 17 euros ño y rico país de Europa. La primera parte narra sobre todo la difícil carga emocional
cuenta la historia a través de los ojos del que muchos refugiados portan sobre sus
padre de Sofía, un periodista prestigioso y espaldas, la tremenda aventura que han
Por Nuria Barrios liberal. El personaje es francamente ge- protagonizado para llegar a Europa y el
nial: conmueven y divierten, al mismo abrumador laberinto burocrático que aún
LAS GRANDES novelas gráficas poseen una tiempo, su asombro, su desconfianza, su han de recorrer para ser regularizados.
fuerza y una frescura de la que adolecen hostilidad hacia el extranjero negro y sin Con un dibujo en blanco y negro tan atrac-
muchas novelas contemporáneas. Este es papeles de quien se ha enamorado su úni- tivo y enérgico como los textos, Sofía y el
el caso de la premiada Sofía y el negro, de ca hija. “¡Pero bueno, le ha tocado la lote- negro es una novela autobiográfica llena
la artista belga Judith Vanistendael, una ría! ¡Tiene un piso con tía incluida!”, le de vida. No se pierdan esta agridulce cróni-
vibrante historia de amor entre una belga, suelta furibundo a Sofía. También muestra ca familiar de una pasión. Las certeras re-
estudiante de económicas, y un togolés sin cómo el amor de los perplejos padres ha- flexiones del periodista Enric González so-
papeles, que ha solicitado asilo. Contada cia su hija facilita el camino de la pareja. bre la inmigración abren el libro. 앫 Viñeta de Sofía y el negro, de Judith Vanistendael.

8 EL PAÍS BABELIA 24.04.10


EL PAÍS BABELIA 24.04.10 9
IDA Y VUELTA

Imagen del campo de Büchenwald. Foto: Reuters

Hilos cortados
Por Antonio Muñoz Molina

A
PESAR DEL LIGERO temblor y de la impecable los nombres de los muertos Er- necesidad de inventar cuando todavía que- el Institut de Ciències Politiques i Socials
torpeza que ha ido adquiriendo nest Michel se salvó de ser uno de ellos: da tanto por saber, y sólo el conocimiento de Barcelona. La historia despierta más
su mano derecha con el paso de ahora escribe todavía, cada vez más despa- lo más exacto posible concede alguna me- angustia al comprender el poco caso que
los años Ernest Michel todavía cio, la letra agrandada y más bien torpe, y dida de restitución. El que ha vivido cuen- se les ha hecho a los testigos y la rapidez
conserva una letra excelente. La usa para el hilo de la tinta es tan obstinado y tan ta lo que ha visto. A quienes escuchan les con la que uno por uno se estarán extin-
escribir despacio y con claridad, sobre car- frágil como el del recuerdo, y no tardará corresponde la tarea de prestar atención y guiendo. Jóvenes aviadores republicanos
tulinas rayadas, palabras clave que le servi- mucho en quedar interrumpido. aprender lo más posible, para que el olvi- que a principios de abril de 1939 estaban
rán para despertar recuerdos, o para asegu- Lo ha dicho Jorge Semprún, en su dis- do no pueda absolver a los verdugos. Yo terminando sus cursos de pilotos en la
rarse de que la mente no se le queda en curso de hace unas semanas en la expla- pienso con remordimiento en tantas perso- URSS y ya no pudieron salir del país; mari-
blanco inesperadamente, delante de un nada invernal de Büchenwald, donde el nas de las que pude haber aprendido y a neros de buques mercantes que habían
público que atiende en un silencio sobre- viento frío agitaba las banderas y los me- las que no pregunté, por descuido, por llevado armas y suministros a la España
cogido a su historia. A los 86 años, Ernest chones blancos de los últimos prisioneros, indiferencia, por creer que estarían siem- republicana y se quedaron atrapados en el
Michel continúa viajando a casi cualquier 65 años después de la liberación del cam- pre disponibles. Cuánto pudimos y debi- puerto de Odessa al final de la guerra; ni-
parte donde lo llaman para dar testimonio po: uno por uno los testigos se extinguen, mos preguntar cuando aún había tiempo, ños en edad escolar enviados a la URSS,
sobre sus años de cautiverio en Auschwitz, y dentro de poco la tarea del recuerdo co- cuando estaban lúcidas y en plenitud de extraviados en la guerra y la miseria, con-
pero se ha dado cuenta de que la memoria rresponderá a otra generación. No es la facultades personas que habían vivido la denados a trabajos forzados en los cam-
se le está debilitando, igual que la calidad primera vez que Semprún reflexiona en República, la guerra, la Resistencia en pos más crueles de más allá del Círculo
de su caligrafía. Puede revivir sin ninguna público sobre ese tránsito de la memoria Francia, los campos de concentración ale- Polar Ártico; militantes comunistas que al
dificultad escenas sucedidas en el campo viva a la gradual vaguedad y abstracción manes, la negra posguerra española: cuán- llegar a lo que habían imaginado como un
de exterminio hace más de sesenta años, de lo histórico, pero sí la primera vez que tas historias como las que no ha dejado gran paraíso se encontraron en el interior
recordar palabras, conversaciones enteras, lo expresa con tan desolada inmediatez, nunca de contar Ernest Michel nos hemos de una cárcel. Querer marcharse de la
pero en la memoria del presente se le en primera persona: dentro de cinco años, perdido. Leyendo su testimonio me he URSS ya era de antemano un delito: entre
abren cada vez más espacios en blanco. En dice, cuando se repita esa ceremonia, él ya acordado de mi amigo Antonio Colino, los documentos pavorosos que ha rescata-
vez de la tentación de capitular lo que sien- no estará. que tenía más de noventa años cuando me do Luiza Iordache están las pruebas de la
te es una urgencia todavía más acusada de Semprún confía en los escritores de fic- cité con él una tarde para que me contara saña inquisitorial con que los dirigentes
seguir contando, y por ese motivo escribe ción como depositarios de ese legado de sus recuerdos de la guerra en Madrid. Sa- del Partido Comunista Español en Moscú
cosas en las fichas de cartulina y las lleva recuerdos. Yo no estoy seguro de que la có del bolsillo una hoja cuadriculada en la persiguieron a los compatriotas o ex cama-
consigo, para asegurarse de que el olvido ficción tenga mucha utilidad a la hora de que había apuntado las cosas que no que- radas que se atrevieron a manifestar algu-
de lo más próximo no le borra el acceso a mantener presente lo que no debe olvidar- ría que se le olvidaran. Pero el hilo se ha- na forma de disidencia. El libro de Iorda-
tantos recuerdos exactos y lejanos. Y el se. Por respeto al sufrimiento de tantos bía vuelto borroso, y muy poco después se che está lleno de listas de nombres que yo
mismo acto de escribir es ya una invoca- millones de seres humanos, la libertad de cortó para siempre. no había escuchado nunca, de libros de
ción, porque fue la caligrafía lo que le per- inventar ha de estar separada por una fron- Gracias a la mediación de William Chis- memorias publicados o inéditos de los
mitió sobrevivir a Ernest Michel: agotado, tera bien visible de las narraciones riguro- lett acabo de descubrir un yacimiento de que yo no tenía noticia. Una vez que el
enfermo, muy cerca de la muerte, levantó sas de lo sucedido. Y en un mundo en el memoria del que no tenía ninguna noticia, hilo se corta ya no hay manera de reparar-
el brazo cuando en una formación alguien que hay tan poco espacio público para el que se ha abierto delante de mí como un lo. Algunas formas extremas de olvido no
solicitó un voluntario que tuviera buena conocimiento de los hechos históricos, país entero hecho de negrura: sabemos serían posibles sin una especie de conspi-
letra. Él la tenía excelente: se había adies- tan poca idea del lugar relativo del pre- bastante de las vidas de los republicanos ración colectiva. 앫
trado como calígrafo antes de la guerra. Lo sente en una secuencia temporal muy españoles en los campos de concentra-
destinaron a la enfermería, a redactar certi- anterior a nuestras vidas, la ficción pue- ción alemanes, pero yo no tenía ni idea Republicanos españoles en el Gulag (1939-1956).
ficados de defunción y listas de los prisio- de servir sobre todo para banalizar y sen- sobre los que acabaron en los campos so- Luiza Iordache. Institut de Ciències Politiques i
neros que eran enviados a las cámaras de timentalizar el espanto, para hacerlo dige- viéticos. Chislett, buscador de libros sin Socials. Barcelona, 2007. 142 páginas. 15 euros.
gas. Trabajar sin mucho esfuerzo físico ba- rible y al mismo tiempo confinarlo en una sosiego, me ha dado noticia de un trabajo
jo techado y no a la intemperie del campo distancia tranquilizadora, “de época”. de investigación doctoral de Luiza Iorda- Promises to Keep. One Man’s Journey Against
multiplicaba la posibilidad de sobrevivir, No hay ficción que esté a la altura del che, Republicanos españoles en el Gulag Incredible Odds. Ernest W. Michel. Barricade
explicó Primo Levi. Copiando con su letra fulgor seco de los hechos. No hay ninguna (1939-1956), publicado hace dos años por Books, 2008. 320 páginas.

10 EL PAÍS BABELIA 24.04.10


EL LIBRO DE LA SEMANA

Colum McCann
“Me gusta salir al mundo. Busco paisaje emocional”
El escritor recrea el salvaje Nueva York de los setenta en Que el vasto mundo siga girando, novela premiada con el National
Book Award 2009. En ella, la acción se dispara en todas direcciones y las historias se encuentran en puntos neurálgicos

interesa y luego descubres lo que real- caballo en el Bronx. Que el vasto mundo
Por Andrea Aguilar mente querías contar”. siga girando serpentea por el salvaje Nue-
Que el vasto mundo siga girando va York de los setenta y a golpe de azar

U
N PAR DE CHAVALES negros que arranca la calurosa mañana de agosto de entrecruza las vidas de su coro de prota-
acaban de salir del instituto, 1974 en que el funámbulo francés Philip- gonistas. Uno de ellos es Corrigan, un
una cuadrilla de obreros, va- pe Petit se paseó entre las Torres Geme- joven e idealista sacerdote irlandés. “Me
rias niñeras que empujan carri- las. Se calcula que cerca de 100.00 perso- inspiré en un monje que es primo de mi
tos, una distinguida pareja de ancianos y nas miraban absortas desde la calle y las mujer. Durante años trabajó en el
un escritor comparten la concurrida es- oficinas colindantes. Con esta hazaña Bowery. Hay gente así de decente. Es
quina de la avenida de Lexington con la —que inspiró el documental Man on complicado escribir sobre ellos”.
calle 86 una fría tarde de finales de invier- wire— se abren las más de 400 páginas McCann sólo contempló el sacerdocio
no. Es fácil identificar a Colum McCann de esta novela. El paseo por las nubes como posible vocación durante aproxima-
(Dublín, 1965) entre la gente. A pesar de tensa la acción centrífuga que se dispara damente 45 minutos, tras reponer un robo
los palmos de nieve que cubren las ace- en todas las direcciones. Sin embargo, adolescente en una tienda junto a un ami-
ras, él hace alarde de su sangre irlandesa fue la caída de las Torres Gemelas el 11 go —operación que resultó ser bastante
con una fina chaqueta y escueta gorra. de septiembre de 2001 lo que puso a más complicada que el robo en sí—. Hijo
El frío no le intimida. El caos de la metró- McCann a pensar en primer lugar. “Petit de un futbolista, llegó a Nueva York a fina-
poli tampoco. Está en la masa de su no- logró fundir lo real y lo imaginario. Mu- les de los ochenta y mantiene intacto su
vela Que el vasto mun- deje irlandés. “El pri-
do siga girando, una mer año la odié”, confie-
historia coral situada sa. Había cruzado Esta-
en el Nueva York de dos Unidos en bicicleta
los setenta, galardo- y pasado varios años
nada con el National en Tejas estudiando y
Book Award 2009. En trabajando en un cen-
ella se entrecruzan las tro de delincuentes ju-
vidas de una decena veniles. La Gran Manza-
de personajes, desde na iba demasiado depri-
una prostituta del sa. A pesar de todo siem-
Bronx, que a sus 38 pre sintió que la ciudad
años ya es abuela, has- permitía a uno sentirse
ta una millonaria de neoyorquino a las dos
Park Avenue, madre de horas de haber pisado
un joven soldado muer- sus aceras. “Es la ciu-
to en Vietnam, pasan- dad de todas partes y de
do por un joven sacer- ningún sitio”, asegura.
dote irlandés seguidor En Brooklyn, en el
de la Teología de la Li- espacio de la editorial-
beración o un hacker. librería Powerhouse Bo-
“No me intereso mu- oks, todo está dispues-
cho a mí mismo”, expli- to para que arranque
ca ya sentado en un su lectura esta fría tar-
pub irlandés donde de. Más de doscientas
una docena de polacos personas ocupan el an-
apuran las cervezas y fiteatro y unos bancos
juegan al billar. “Me de iglesia, prestados pa-
gusta salir al mundo, ra la ocasión. Una bola
casi como si fuera pe- de discoteca pende del
riodista. Busco paisaje techo. Colum McCann
emocional”. se presenta como un es-
Cuando escribió El critor muy poco fas-
bailarín, una novela hion por no vivir en
inspirada en Nureyev, Brooklyn. “Resulta em-
vivió en San Petersbur- barazoso reconocerlo,
go; con Zoli, llegó has- pero vivo en el Upper
ta los campamentos gi- La hazaña del funámbulo francés Philippe Petit en las Torres Gemelas en 1974 inicia la nueva novela de Colum McCann. Foto: Marcel.lí Sàenz East Side”, dice provo-
tanos de Centroeuro- cando la risa del públi-
pa. Ahora lleva más de co. El primer extracto
un año inmerso en otro tipo de viaje, el cencia de Colin Powell en la ONU, y có- que lee es sobre Corrigan; el segundo,
de la promoción de su novela sobre Nue- mo se contaron falsedades que se presen- sobre Claire, la potentada mujer de un
va York, que le ha llevado desde Berlín a “Una mentira taron como verdades absolutas. “Una juez cuyo hijo ha muerto en el frente;
Pekín, previo paso por decenas de ciuda- mentira repetida el suficiente número cierra con Tillie, la prostituta cuya voz
des estadounidenses. No muestra signos
repetida el suficiente de veces se vuelve verdad”, apunta. “En tardó seis meses en encontrar. Llega el
de extenuación. “Hay escritores que se número de veces ese momento los escritores de ficción turno de preguntas. ¿Cuál es su día per-
quejan de este tipo de cosas, pero eso dan un paso al frente y dicen: ‘Deme a fecto de trabajo? “De cinco a siete, dos
son chorradas. Si no quieren hacerlo se vuelve verdad” mí los datos’. Probablemente no sea su horas de duermevela, de nueve a una
que no lo hagan”, zanja. Antes de lograr intención declarada, pero todo esto está trabajo, luego una carrera por el parque
el éxito internacional con este libro, en el aire, en el agua, en la cerveza”. y la tarde dedicada a otros encargos”. “El
McCann pasó tres años y medio trabajan- McCann posa el botellín y se pone la día perfecto no existe”, concluye. Mc-
do en él y varios más con la idea en la gorra. Hoy celebra su última lectura pú- Cann aclara que no va a desvelar ningún
cabeza. Fue de ronda con la policía al “En ese momento los blica en Nueva York. secreto y cita a Doctorow para explicar
South Bronx. Repasó informes y noti- escritores de ficción dan Su esposa, Allison, le espera en la boca que la escritura es cómo conducir en la
cias. Peinó las calles. “Nunca llevo cua- de metro. McCann encuentra el lugar exac- niebla. Uno se mueve sin saber adónde
derno, al llegar a casa escribo mis notas un paso al frente y dicen: to en el rellano de la escalera donde poder va. “Las piezas de repente encajan y en-
y nunca más las vuelvo a mirar”, dice. atisbar si el tren que discurre por la vía tonces te preguntas: ¿por qué demonios
“Lo que quiero es coger el tono, las con- ‘Deme a mí los datos” exprés llega antes que el local. Un ejerci- ha sido tan complicado llegar a esto?”. 앫
tradicciones, la textura. Se trata de alcan- cio netamente neoyorquino, en el que le
zar un toque personal”. McCann se detie- acompañan media docena de pasajeros. Que el vasto mundo siga girando. Colum McCann.
ne, mira alrededor, y se disculpa como High o low, arriba o abajo, como los vago- Traducción de Jordi Fibla. RBA. Barcelona, 2010.
buen irlandés porque el pub no es muy chos novelistas hoy en día trabajan en la nes del subterráneo, las historias de su 480 páginas. 21 euros. Que el món no pari de
bueno, pero, sí, reconoce, es menos im- intersección de estos dos mundos, gente novela discurren por vías paralelas y con- rodar. Traducción de Anna Turro. La Magrana.
personal que las cadenas de cafeterías como Ian McEwan o Michael Cunning- fluyen en puntos neurálgicos. Una crisis Barcelona, 2010. 464 páginas. 21 euros. www.co-
contiguas. El escritor, autor de cinco no- ham”. ¿Se refiere a una tendencia? “Es de fe, el Gobierno de Lyndon Johnson y lummccann.com.
velas y tres colecciones de cuentos, con- una reacción a lo que ha ocurrido estos Vietnam, forman parte del abismo, del

+
tinúa: “La ficción contiene esta contra- años con la apropiación de los datos. La alambre sobre el que los personajes ca-
dicción de que las historias son total- información se ha vuelto muy mercena- minan. Las historias de su libro recorren .com
mente sobre ti y a la vez no lo son. Escri- ria, es fácilmente manipulable”. Para desde un lujoso apartamento de Park 왘 Inicio de Que el vasto mundo siga
bes para aprender sobre un tema que te ilustrar su punto, recuerda la compare- Avenue hasta un edificio desolado por el girando, de Colum McCann.

EL PAÍS BABELIA 24.04.10 11


LIBROS / Opinión

Las flores del maldito


Clavados en la historia con un alfiler, como mariposas raras, los artistas de aura oscura y muerte temprana siguen
irradiando su luz. Eduardo Hervás, Félix Francisco Casanova, Antonio Maenza, Haro Ibars, Casariego, Aliocha Coll…
han trazado una potente línea de sombra en la literatura española. Por Vicente Molina Foix

T
ODA LITERATURA CRECE en los már- Eduardo Haro Ibars, Pedro Casariego, Alio- suceden los homenajes a dos gurús de la na, donde rodaría a partir de 1969 Horten-
genes de sus malditos, y España cha Coll (evocado hace pocas semanas en época, Jimi Hendrix y Herman Hesse, y el sia/Béance, película desmesurada e incom-
ha sido acusada a menudo de care- EPS por Javier Marías, que le conoció bien), pintor por excelencia resulta ser Van Gogh. pleta que cuenta como actores a Enrique
cer de ellos. Como el maldito se Aníbal Núñez o Rafael Feo, una potente lí- Hervás, que se suicidó a los 22 años, mostra- Vila-Matas, Félix de Azúa, Emma Cohen,
hace y no nace, vamos a intentar despejar nea de sombra de la literatura española, en ba también en su notable obra poética (cu- Fabià Puigcerver, Carmen Artal y Paulo Ro-
algo esta falacia y a hablar, sin salir del la que dejo de lado, por vivos, al gallego ya edición completa, publicada por la Insti- cha, entre otros, y en su condición de “cine-
territorio contemporáneo, del digno fraca- Carlos Oroza y a Leopoldo María Panero, tución Alfons el Magnànim, es de 1994 y ma invisible” ha conservado aromas de le-
so, del voluntario o forzoso espíritu negati- para muchos el más obstinado y consistente está hoy, creo, descatalogada) algunas fija- yenda sagrada y demoniaca. De Maenza se
vo, de la suprema maldición que es morir maldito de nuestras letras. ciones similares y las filiaciones propias de viene hablando bastante últimamente, pero
sin haber llegado a publicar o matarse para Quiero detenerme en la figura del valen- una torturada edad de la inocencia (su libro nunca se acaba de sacar a la luz su cuantio-
no tener que escribir más. ciano Eduardo Hervás, que se llamaba real- Intervalo estaba dedicado “A mis madres”). so (y en mi memoria de entonces valioso)
La oportuna reedición de la novela El mente Eduardo Gómez González y era cono- Pero su escritura era más radical, menos material fílmico, que incluye dos largometra-
don de Vorace rescata el nombre de Félix cido entre sus amigos por el alias de La Bola, veleidosamente irracionalista que la de Ca- jes acabados, El lobby contra el cordero y
Francisco Casanova, que descubrí con gran en alusión a que sus lecturas abarcaban, y sanova, tal vez influido La Bola por la figura Orfeo filmado en el campo de batalla, y el
fascinación cuando él acababa de morir an- tan tempranamente, la entera bola del mun- magnética del cineasta y escritor aragonés citado “monstruo” de Hortensia/Béance, le-
tes de cumplir los 19 años, en 1976, y cuyas do. Como F. F. Casanova, Hervás tenía en Antonio Maenza, que creó en la Valencia de gado todo, tras su joven muerte violenta y
pocas publicaciones (era para mi gusto aún sus versos una propensión o cadencia su- los últimos años 1960 una facción de esforza- confusa a finales de 1979, a Pere Portabella,
mejor poeta que narrador) pude ir consi- rrealista, y las marcas inevitables del adoles- dos “situacionistas” y “telquelianos”, antes que le había financiado aquel último proyec-
guiendo gracias a dos amigos canarios, Al- cente; en El don de Vorace, por ejemplo, se de trasladar su aguerrido influjo a Barcelo- to inconcluso. También dejó Maenza espar-
fonso Delgado y Miguel F. Sánchez Barbu-
do, que le habían tratado de cerca y me
facilitaron fotos, recortes de prensa y un
ejemplar del ya entonces inencontrable pri-
mer libro suyo de versos, El invernadero,
Un ‘hijo’ de Salinger
regalado generosamente por el padre de Fé-
lix Francisco y también escritor Félix Casa- El don de Vorace tor en potencia, que tras varios intentos de suicidio fracasados
nova de Ayala. En el autor de El don de Félix Francisco Casanova llega a la conclusión de que es literalmente inmortal, a pesar de
Vorace la original potencia de su mirada al Demipage. Madrid, 2010 que su novia-amante le exponga racionalmente lo contrario.
mundo quedaba, me atrevo a decir, magnifi- 255 páginas. 20 euros Surge, así, el conflicto principal, un definido contraste entre el
cada por algunos rasgos ajenos al valor artís- protagonista y los demás personajes. El lenguaje lírico y apasio-
tico: la belleza efébica del muchacho, la nado y el discurrir extravagante de los acontecimientos puntúan
muerte incierta en la adolescencia, su perfil Por Lluís Satorras el texto de un autor obsesionado por la muerte y por el poder
musical, que en cierto modo le emparenta del artista. Creo que el nombre que inspira sobremanera a autor
póstumamente, según lo veo yo, con otro EL DON DE VORACE, novela publicada en 1975 cuando se ha y personaje es el de Holden Caulfield, el protagonista de El
malogrado y genial poeta del pop, el cantan- agotado el crédito del socialrealismo hasta entonces predomi- guardián entre el centeno, por la intención, el desarrollo y el
te británico Nick Drake. nante, se reedita ahora y ello permite hablar sin medida de un desenlace y así podemos considerar el resultado final como una
Pero ya antes de haberme impresionado niño prodigio y un texto maldito. Obra espontánea, producto de indicación de cómo impactó en el joven Félix Francisco la nove-
la corta obra y vida de Félix Francisco Casa- los dones naturales que Casanova poseía para la escritura y la de Salinger. Todo bastante interesante y suficientemente va-
nova yo había tenido estrecho contacto per- enriquecida por las citas culturales que tanto le atraían, está lioso para considerarlo, pero no para mitificar a un autor del
sonal con dos escritores que igualmente con- puesta bajo la advocación de Baudelaire y es hija de su espíritu y que lo más importante que se puede decir es que estaba lleno de
vendría sacar del más allá, Eduardo Hervás su estética. Cuenta las peripecias de un joven de 25 años, escri- posibilidades que, desgraciadamente, se malograron. 앫
y Antonio Maenza. Ellos forman, junto a

12 EL PAÍS BABELIA 24.04.10


100 años del serio alegre
Una exposición en La Casa Encendida reivindica la figura libre de Luis Rosales, marcado
durante décadas por su militancia falangista y su amistad con Lorca. Félix Grande,
Pere Gimferrer, García Montero, Caballero Bonald y otros autores celebran su poesía

así estudió a los clásicos del Siglo de Oro. en cualquier época” por su “innovación ex-
Por Elisa Silió Su libro Cervantes y la libertad, con prólo- presiva y su capacidad indagatoria en el
go de Menéndez Pidal, le dio un gran cono- territorio de la experiencia”. “Siempre he

Q
UE VIENE EL CENTENARIO, y ahora cimiento para su poesía”, sostiene Rosales pensado que sin su ayuda mi primer libro
va a resultar que el despreciable Fouz. Y le sirvió, cuenta Grande en el catá- no habría sido exactamente como fue”,
resucita!”, ha escrito con sorna Fé- logo de esta exposición, para organizar ter- confiesa. “Su órbita innovadora”, piensa
lix Grande sobre su amigo el poeta tulias sobre “temas cervantinos, como la Caballero Bonald, “continuó con Rimas
granadino Luis Rosales (1910-1992) que en justicia, la paciencia, el coraje, la libertad, (1951), en época de sumisiones a la tradi-
mayo hubiese cumplido cien años. Revive la piedad, la ironía… sin desairar otras ción y de imposiciones ideológicas”.
el “maldito, el apestado, el íncubo, el reptil cuestiones subalternas: la envidia, las ca- Desde entonces el premio Cervantes de
del Barroco y gusano de la Poesía”, en pala- lumnias, las ovejas, los molinos de viento”. 1982 dirigió la mirada hacia una poesía to-
bras de Grande y a los ojos de los que le Grande, editor de la antología de Rosa- tal en la que “los géneros literarios borran
calumniaron. Rosales tenía un carné falan- les Porque la muerte no interrumpe nada y sus fronteras, en la que lo épico y lo narrati-
gista del 6 de agosto de 1936. Este dato y coordinador de un ciclo de conferencias en vo no se diferencian de lo estrictamente
que la detención de Federico García Lorca el Archivo Histórico Nacional, firma la in- lírico y en la que el ensayo y hasta la medita-
tuviera lugar en la casa granadina de su troducción con otros amigos y escritores. ción filosófica tenían cabida junto al diálo-
familia —refugio de ambos bandos— fue- “Rosales era ingenioso y seriamente alegre. go dramático de raíz existencialista”, expli-
ron determinantes para señalar a Rosales Matizaba sus ocurrencias con un cierto bal- ca Xelo Candel Vila, comisaria literaria de
como cómplice del arresto y asesinato del buceo final, invitando a la risa con un prin- Luis Rosales. El contenido del corazón.
poeta, aunque llegó a ser condenado a cipio de la risa”, describe, por ejemplo, Las celebraciones no terminan aquí.
muerte por la defensa de su amigo. Por eso Antonio Gala al granadino. En él encontró “El Centro Andaluz de las Letras inauguró
su hijo Luis Rosales ayer en Granada una
Fouz ha querido que exposición, Luis Rosa-
no se politizasen los ac- les. Discípulo del aire,
tos: “Era un liberal y no que rotará por localida-
tenía un concepto estu- des andaluzas. Es di-
pendo de la política dáctica, complemen-
tras la muerte de Fe- taria a la de La Casa
derico y de Joaquín Encendida”, cuenta
Amigo. Aprendió a no Rosales Fouz. Su pri-
Ilustración de Ana Juan. creer en las cosas, sino mo José Carlos Rosales
en los amigos”. y el pintor Juan Vidal
El hijo, embarcado están detrás de esta
cido en manos particulares un corpus subs- en esta empresa desde muestra que cuenta
tancial de inéditos literarios, habiéndose pu- hace casi tres años, con un catálogo escrito
blicado sólo de él, si no me equivoco, una pensó que la sede de por Luis García Monte-
novela póstuma y enrevesada, Séptimo me- las celebraciones no ro, Andrés Soria Olme-
dio indisponible. podía ser otra que La do o Pere Gimferrer y
“No sé si asistiré a las bodas / de King Casa Encendida que que se completa con la
Kong. Hoy / he recibido la noticia / de su comparte nombre con antología Ayer vendrá.
muerte. —Y se fue andando / por la capota el libro de poemas de Poemas escogidos
de los coches. El mundo es de papel, y él un su progenitor. La Socie- (1935-1984). Visor
/ cigarrillo”. Es el fragmento de uno de los dad Estatal de Conme- cuenta con ocho poe-
primeros poemas de Hervás, coguionista asi- moraciones Culturales mas anteriores a su
mismo del Orfeo de Maenza. Al ir ahora a (SECC) se sumó y co- ópera prima Abril que
releer a La Bola, he encontrado entre las menzó a bucear en los no sabe cuándo edita-
páginas de Intervalo, que estaba aún en im- 100.000 documentos, rá, y saca a la venta los
prenta cuando el poeta se mató en octubre legado del Archivo His- El poeta granadino Luis Rosales, en una imagen de 1972. Foto: Aurora Fierro disco-libros La Casa
de 1972, una carta suya de 1968. Es corta y tórico Nacional. Luis Encendida y Antología
lacerante, pero entre sus disculpas y sus Rosales. El contenido personal, y una nueva
arrogancias, incluye, antes de despedirse
con un “Desconsolado, Eduardo”, este pen-
del corazón, que se
inaugura el jueves, aco-
Nocturno de la cal y la hiedra edición de Diario de
una resurrección. En
samiento: “¿Quién es el compañero de jue-
gos del que juega solo?”. La carta contiene
ge cerca de 220 piezas
entre arte, manuscritos
y el muro noviembre, Pre-Textos
publicará La carta ente-
además un poema de cuatro versos, titula- y fotos. “He encontra- mar sin escalas ra, con una parte inédi-
do ‘Señuelo’: “Un paño blanco cuadrado / do unas postales que ta, y Esa angustia lla-
se pliega / se abisma se reduce / se prepro- me mandaba cuando mada Andalucía, un
duce” (reproduzco aquí la versión en mi po- yo tenía cuatro años. ensayo sobre flamen-
der, distinta a la publicada). En ellas me hablaba de esquina de anocheceres de inmovilidad azogado, co con fotos de Pedro
El maldito —y los hay muy cuerdos— un elefante que tenía que ancla en sexos de mujeres aurora de sol mojado, Serna.
juega en efecto solo con la baraja de sus en casa y me pregunta- jarcias ansiosas de talas y holanda de puente viejo. Un derrame cere-
calamidades, pero busca, aunque sólo sea ba qué hacía con él…”. cal de tu grito sin alas. bral le afectó al habla,
como contraste o desplante, la compañía de En la exposición po- Por ti misma enajenada - pero Rosales siguió re-
los que pueden entender su juego. Ahora drá contemplarse obra ¡cuando los perfiles puros! serás de mimbre y de piedra. citando poesías como
bien, los que no tenemos ansia ni paciencia plástica y cerámica de - gritos de cal - en la hiedra las que se oirán graba-
del dolor, tendemos a ser impermeables a la Picasso, Miró, Dalí, turbios faroles maduros presente y martirizada. das por él en La Noche
pertinacia un tanto torturadora del vidente, García Lorca, Rafael y esferas de sangre densas ¡cómo te quemas - Granada - Rosales, que La Casa
que suele caracterizarse, además, por un Alberti, Rafael Zaba- que arrojan islas inmensas sobre sábanas sencillas! Encendida celebrará el
temperamento exigente. Todo el mundo lite- leta, Benjamín Palen- sobre el Atlas de los muros. ¡y no habrá luz de semillas 31 de mayo. Recuerda
rario y teatral del París de los años 1920 y cia, Gustavo Torner, que empolve mis convulsiones su tesón Francisco Bri-
1930 sabía que Artaud era un genio, pero César Manrique y Eu- Ayer, las casas tranquilas. en la casa con balcones nes: “Advertí que se es-
muy pocos estuvieron dispuestos a acompa- sebio Sempere. “Es triunfaron tus desniveles y ventanas amarillas! forzaba por llegar a
ñarle en su vociferante y destemplada locu- una visión del panora- plenos sus húmedos rieles una normalidad en la
ra. Sólo cuando el poeta regresa en 1946 a la ma artístico del que de pestilentes pupilas Poema de Luis Rosales de principios que su vida fluyera con
capital tras casi diez años de internamientos participó”, explica la Limpia angustia que desfilas de los años treinta que se podrá ver en la máxima naturalidad.
psiquiátricos, sus amigos le hacen homena- comisaria artística Pa- por mis arterias - reflejo la exposición de La Casa Encendida, Me pareció hermosa la
jes, viéndole ya como a un ser-para-la muer- loma Esteban. “Se acer- de su angustia y espejo en Madrid. lección de vida”. 앫
te, que le llegaría en 1948. có a la pintura a través
Quizá la flor maléfica necesite de un de su madre. Antes de Porque la muerte no inte-
cultivo de invernadero, de parque protegi- la Guerra Civil conoce rrumpe nada. Sibilina. Sevi-
do, únicamente apreciable en sus colores a Lorca y a Pepe Caba- lla, 2009. 256 páginas.
fuertes y sus aromas acres desde los sen- llero y quizá ya a Dalí. Luego, a través de al padre que había perdido y que nunca le 11,50 euros. La Casa Encendida y Antología perso-
deros de la posteridad. Pero las plantas las bienales hispanoamericanas y por la comprendió. Le publicó sus primeros rela- nal. Disco-libros. Visor. Madrid, 2010. 112 y 72
silvestres siguen, aquí y allá, brotando, y dirección de revistas, llega a los que trabaja- tos en Cuadernos Hispanoamericanos y le páginas. 14 euros. Diario de una resurrección.
el campo de la literatura reverdece gra- ron en la recuperación del paisaje y la figu- animó a centrarse en la narrativa. También Visor. 112 páginas. 12 euros.
cias a ellas, a su raíz intrincada, a su mala ra después de la guerra”, prosigue Esteban. el poeta y novelista José Manuel Caballero Luis Rosales. El contenido del corazón. Del 29 de
sombra. Y a su desaparición intempesti- Mucho del legado manuscrito exhibi- Bonald se muestra agradecido. Considera abril al 6 de junio. La Casa Encendida. Madrid.
va, que crea primero una sensación de do proviene de la Biblioteca Nacional. “Se La Casa Encendida (1947) junto con Espa- www.lacasaencendida.es. Hospital Real. Grana-
alivio en el jardín, hasta el momento del pasó diez años de su vida yendo. La cio, de Juan Ramón Jiménez, el mejor poe- da. Desde el 13 de octubre. Luis Rosales. Discípu-
estallido póstumo de su simiente. 앫 digitalización consistía en apuntar todo. Y ma narrativo publicado en “nuestro medio lo del aire.Biblioteca de Andalucía de Granada.

EL PAÍS BABELIA 24.04.10 13


LIBROS / Ensayo y Teatro

abundan en las sociedades más desarro-


Una mujer baja la escalera lladas. Aunque no en todas, pues mien-
tras en algunas de ellas están creciendo
sobremanera, en otras brillan por su au-
sencia. ¿Cómo explicar esta paradoja? La
La Judith de Shimoda mentan la puesta en escena de la triste clave no está en la pobreza sino en la
Bertolt Brecht peripecia de su protagonista. desigualdad: en la distancia que separa a
Traducción de Carlos Fortea En La Judith de Shimoda, un magna- las élites de los desfavorecidos. Este libro
Alianza Editorial. Madrid, 2010 te japonés recibe en su mansión a unos de epidemiología social, escrito con am-
200 páginas. 17,50 euros visitantes anglosajones y para mostrar- plia información y claridad admirable
les la esencia de su país les ofrece una por dos expertos británicos en salud pú-
representación de la vida de Okichi, un blica, demuestra que los factores que de-
Por Marcos Ordóñez mito nacional, emblema, afirma, del terminan la calidad de vida están estadís-
“patriotismo de las clases bajas”. La fun- La Constitución de 1931 ticamente relacionados con el grado de
TEATRO. PODRÍA SER una película de Mi- ción comienza en 1856, cuando los ame- Santos Juliá desigualdad inscrito en la estratificación
kio Naruse. O del mejor Fassbinder. Po- ricanos llegan a Japón para abrir fronte- Iustel. Madrid, 2009. 519 páginas. 56 euros social. Para ello construyen un Índice de
dría llamarse Una mujer baja la escale- ras y hacer negocios con el Shogun. El Problemas Sociales a partir de nueve indi-
ra. O La señora Okichi sube a los cielos. cónsul Harris se ha prendado de una HISTORIA. LA EDITORIAL IUSTEL ha culmina- cadores: mortalidad, trastornos menta-
Una heroína orgullosa e irreductible, geisha y la quiere en su casa, pero está do la edición de su meritoria colección Las les, obesidad, maternidad adolescente,
que cae en desgracia por ser fiel a sus penado por ley servir a los “diablos ex- Constituciones Españolas dirigida por Mi- fracaso escolar, criminalidad, población
principios, es elevada a los altares de la tranjeros”. Ante la amenaza de caño- guel Artola. Disponíamos hasta ahora de reclusa, desconfianza cívica y falta de mo-
leyenda y denostada por sus conciuda- near Shimoda, los miembros del consis- valiosas recopilaciones de esos textos cons- vilidad social. Después lo correlacionan
danos, sufre en carne propia las maqui- torio persuaden a la íntegra Okichi y le titucionales (D. Sevilla Andrés, Sainz de Ba- con una muestra de 21 países desarrolla-
naciones de los poderosos y es destrui- dicen que ha de cumplir todos los de- randa, E. Tierno Galván), de un puñado de dos, así como con los 50 Estados de Esta-
da pero no vencida. Pero esta historia seos del cónsul. Poco más tarde, la geis- panoramas de conjunto sobre la historia dos Unidos. Los resultados que obtienen
no la escribieron Naruse ni Fassbinder. ha descubre que Tsurumatsu, su novio, de nuestro constitucionalismo (L. Sánchez son demoledores e incontestables. Tanto
Según la portada de Alianza, la escribió ya había dado su consentimiento a los Agesta, J. Tomás Villarroya, J. Solé Tura y E. para el índice total como para cada una
Brecht bajo el título de La Judith de jerarcas a cambio de ser nombrado capa- Aja, J. Varela Suanzes-Carpegna, J. de Este- de las nuevas variables, los niveles más
taz del puerto. Las nego- ban, etcétera), así como una más amplia favorables de calidad de vida se dan en
ciaciones entre america- manifestación de estudios monográficos las sociedades más igualitarias: Japón y
nos y japoneses se llevan sobre los diferentes textos. No contába-
a cabo, pero Okichi ha co- mos, sin embargo, hasta el momento con
metido un error: apiadar- una colección de monografías en las que
se del dolor de estómago además de recogerse un amplio estudio de
del cónsul y conseguirle cada una de nuestras constituciones, de la
leche recién ordeñada, lo Carta de Bayona al texto de 1978, a cargo
que se considera una gra- de destacados especialistas, se recogiese el
ve transgresión. La mu- texto de la correspondiente constitución y
chacha no quiere ser per- una muy amplia antología de textos, tanto
donada por los jueces ni doctrinales como legales, en relación con
recompensada por los po- la misma. La edición de Santos Juliá, como
líticos pues afirma que en las llevadas a cabo por I. Fernández Saraso-
ambos casos ha actuado la, M. Artola y R. Flaquer, J. Pro, J. Marcue-
según su conciencia. Pa- llo, M. Pérez Ledesma, I. Casanova, J. Vare-
ra el magnate Akimura, la la Suanzes-Carpegna, L. Díez-Picazo y A.
historia termina ahí. Pero Elvira Perales, resulta un texto del mayor
sus visitantes quieren sa- interés, en este caso sobre la constitución los países nórdicos. Y en cambio, los indi-
ber qué sucedió luego, de la II República. El autor, una reconocida cadores más desfavorables aparecen en
cuál fue el destino de Oki- autoridad en la historia política de nuestro las sociedades más desiguales, con Esta-
chi, de modo que la fun- siglo XX, se ha aproximado en el pasado a dos Unidos y Reino Unido a la cabeza,
ción continúa, narrando la coyuntura republicana desde muy dife- encontrándose Francia o España en posi-
su caída de siete en siete rentes ángulos. Lo hace ahora desde una ción intermedia. Pero lo más significati-
años. Se reencuentra con perspectiva estrictamente constitucional. vo es que los efectos patológicos de la
Tsurumasu, que jamás re- En su estudio, aborda los proyectos de re- desigualdad afectan no sólo a las clases
cibió lo prometido, y tra- forma constitucional del texto de 1876 con desfavorecidas sino también a las acomo-
tan de reanudar su rela- anterioridad a la crisis de 1923, los intentos dadas. Por eso, las élites estadounidenses
ción, pero el peso de la de reanudar nuestra historia constitucio- o británicas padecen mayores problemas
traición inicial ha abierto nal tras la dictadura del general Primo de sociales que las clases medias y bajas de
un abismo entre ellos. Rivera y un planteamiento general del nue- los países igualitarios. Y el porqué esto es
Okichi está alcoholizada, vo texto republicano. Se ofrece a continua- así se debe a la envidia, mucho mayor en
víctima del doble peso de ción una descripción, a modo de dietario, las sociedades desiguales. El nivel de es-
la leyenda: para los que de la elaboración del texto y se concluye trés y propensión a padecer patologías
se lucraron con su sacrifi- con una detenida consideración de los dos sociales depende de la comparación con
cio es una heroína de grandes problemas con que hubo de en- los demás, según la posición relativa que
Geisha, Japón hacia 1875. Foto: Roger Viollet cuento; para sus vecinos frentarse la Constitución de 1931: el pro- se ocupa frente a ellos. Y esas compara-
se ha convertido en “la blema nacional-regional y la cuestión reli- ciones ajenas resultan tan insoportables
puta del americano”. En giosa. Mientras el primero contaría una que afectan tanto a los superiores envi-
Shimoda: es un inédito, un descubri- la última escena, vieja y acabada, recibe solución equilibrada en la fórmula del Esta- diados como a los inferiores envidiosos.
miento. Verdad a medias. Escribir, lo un saco de arroz de uno de los miem- do Integral, el segundo registraría un trata- Pues sólo la equidad social nos libra de
que se dice escribir, no la escribió bros del consistorio y prefiere arrojárse- miento menos afortunado, hasta terminar padecer el maligno virus de la envidia
Brecht: la hizo suya, la canibalizó. ¿Se lo a los pájaros, del mismo modo que convirtiéndose en uno de los grandes moti- mórbida. Enrique Gil Calvo
han hecho un lío? Ahora desenredamos antes prendió fuego a los billetes que le vos de inestabilidad de la vida del régimen
la madeja. Flashback. Finlandia, 1940. dieron por su acción. Es un maravilloso republicano. La amplia antología de textos
Huyendo de los nazis, BB se refugia en personaje, hasta el punto de que Brecht que acompaña a la publicación de la Cons- Madre
la casa de su amiga y dramaturga Hella quiso escribir también un guión con su titución de l931 está más orientada a dar Mario Podestá
Wuolijoki. Su anfitriona le descubre historia, contada por varios narradores, cuenta de los debates constituyentes que a Fundacion Crein. Madrid, 2010. 227 páginas
una obra, La triste historia de Okichi, a la manera de Ciudadano Kane, pero recoger la legislación complementaria del
del dramaturgo japonés Yamamoto Yu- poco después marchó a Hollywood y, texto constitucional. Seguramente razones FOTOGRAFÍA. EL REPORTERO GRÁFICO argenti-
zo, que acaba de ser traducida al inglés extrañamente, no recuperó ninguno de de espacio explican la menor atención no Mario Podestá (1951-2003) había dado
por Glenn W. Shaw, y de la que tiene los los dos proyectos. prestada a textos doctrinales, bibliográfi- muchos tumbos por el mundo cuando en
derechos. BB queda fascinado por la pie- En 2006, el investigador alemán cos y de prensa, que pudieran haber com- las navidades de 1993 recayó de nuevo en
za (por su modernidad, su feminismo, Hans Peter Neurenter, compilador del pletado la antología. Se trata en todo caso Calcuta, pero esta vez le aguardaba la ma-
su crítica al patriotismo manipulado presente volumen, pudo acceder al lega- del libro de Santos Juliá, como los otros dre Teresa para que documentase su obra.
por los poderosos) y emprende lo que do de Hella Wuolijoki y descubrió el ocho integrantes de la colección, de una Descubrió con ella otra cara de “la ciudad
llama una “reelaboración” que tiene paradójico material: la versión de una contribución de la mayor importancia a la de los olores terribles, de los que nacen,
mucho de apropiación, no en vano aca- pieza ajena que parece, por trama, por historia de nuestro pasado político-consti- sobreviven y mueren en las calles, la Ciu-
baba de hacer lo mismo con un texto de lenguaje, por estructura y por inten- tucional. Andrés de Blas Guerrero dad de la Alegría”, la describió Podestá. La
la Wuolijoki que firmaría (él y sólo él) ción, haber salido de la pluma del pro- visita le conmocionó tanto que cada año
como El señor Puntila y su criado Matti. pio Brecht. Unos años antes se habían acudía al encuentro de Teresa, “una peque-
Así las cosas, tenemos: a) una obra japo- incluido fragmentos de La Judith de Shi- Desigualdad. Un análisis ña niña de aspecto frágil con profundas
nesa, b) una traducción inglesa y, c y d) moda en sus obras completas y como de la (in)felicidad colectiva arrugas que se me antojaban mapas de gue-
sendas traducciones al finlandés y al tal se representaron, sin mucho éxito, Richard Wilkinson y Kate Picket rra”. Retrataba en blanco y negro el trabajo
alemán que efectúan, mano a mano, en Alemania. El texto recuperado, dada Traducción de Laura Vidal Sanz de ésta y las misioneras de la caridad y el
Hella Wuolijoki y Margaret Steffin, otra su brillantez, se merece una nueva opor- Turner. Madrid, 2009 resultado fue Madre, un cuidado libro de
de las incontables “novias” de BB. Tam- tunidad “con honores de estreno”. Rei- 315 páginas. 22 euros fotos que Podestá presentó en 2003, año de
bién mano a mano, W y BB se ponen a vindicando también, desde luego, la au- su muerte en un accidente de carretera en
la faena: comprimen y remontan pasa- toría original de Yamamoto Yuzo, un ENSAYO. SUELE PENSARSE que la pobreza es Irak como un “tributo” a la “vida fenome-
jes, y corre a cargo del dramaturgo la dramaturgo a descubrir. Y de Hella Woli- la causa última de problemas sociales co- nal” que la madre le había regalado. La
escritura de una nueva escena (la déci- joki, la ghost writer finlandesa de BB. mo el fracaso escolar, la violencia juvenil, Fundación Crein reedita esta obra gracias
ma) y de una serie de interludios, en los (Ahí hay otra película, por cierto: The la toxicomanía o la criminalidad. Pero en a la cual Podestá aseguró haber conocido a
que nuevos personajes analizan y co- Making of The Judith of Shimoda). 앫 realidad no es así, pues esas patologías “los niños más bellos de la tierra”. E. S.

14 EL PAÍS BABELIA 24.04.10


LIBROS / Narrativa y Poesía

El poder de la palabra
Barroco las tapias del huerto confesional,
José Luis Rey apuesta por lo excesivo y se acoge al
Visor. Madrid, 2010 vuelo verbal y a la gramática del ars
100 páginas. 10 euros combinatoria. Letanías y reiteraciones
se canalizan en versículos luminosos,
ocasionalmente contestados por com-
Por Ángel L. Prieto de Paula posiciones de ritmos pautados y por
alguna serie arromanzada (‘Acade-
Los bohemios POESÍA. A VECES LA historia de la poesía mia’). Hay cabriolas creacionistas, me-
Marqués de Pelleport parece retroceder estéticamente, no táforas eléctricas y ramificaciones de
Traducción de Gabriel Hormaechea porque la falta de salidas invite a bus- versos que se propagan sin desmayo,
Global Rhythm. Madrid, 2010 car abrigo en el seno de la tradición con las que contrasta también algún
292 páginas. 21 euros —incluso si se trata de la “tradición de poema sentencioso y de entonación
la vanguardia” de los años veinte o de moral (‘Sencillez’). En el libro, que
NARRATIVA. CONTEMPORÁNEO de Sade y ex- la neovanguardia del 68—, sino porque engarza imágenes y locuciones de tra-
plorador profundo de todas las corrup- sólo volviendo atrás puede cortarse el diciones diversas, lo exorbitante del
ciones del Antiguo Régimen, el marqués nudo gordiano de una maraña en que barroco (aquello que escapa centrífu-
de Pelleport fue un hombre de vida aza- ha encallado el discurso lírico y prose- gamente de su órbita, lo fuera de sí)
rosa, disoluta, mercenaria y decidida- guir camino. Es este el caso de Barroco, enlaza con las asociaciones surreales,
mente difícil, que acabó conduciéndolo libro con que José Luis Rey (Puente en medio de un fervor de guiños
a la prisión de la Bastilla, justamente en Genil, Córdoba, 1973) ha obtenido el metalingüísticos. Pero la fiesta de la
la época en que se hallaba allí el mar- XXII Premio Loewe de poesía. Además palabra no excluye los relatos de una
qués de Sade. Como el mismo Sade, Pe- de ser el mejor de los suyos, descuella educación sentimental, tan caros a sus
lleport practicó una escritura de libelo, en una situación donde la abundancia predecesores artísticos: “Bueno, / siem-
detalle que suelen olvidar muchos lecto- de buenos autores es tan evidente co- pre recuerdo la ventana azul. / Las mu-
res de la literatura de esa época, y su mo la ausencia de un nombre o una chachas morían al mirarse al espejo y
novela Los bohemios, casi enterrada des- corriente que se impongan sobre el res- las aguas se abrían temblando / y allí
de su publicación en 1790, es amplia- to. Frente a la prestigiada cortedad del “Pasé noches enteras escuchando la luna cister- había un país. / Pasé noches enteras
mente literaria a pesar de tener mucho decir o insuficiencia del lenguaje, Ba- ciense”, escribe José Luis Rey. Foto: Carles Ribas escuchando la luna cisterciense”. He
de libelo. A veces su cinismo lírico (si es rroco es una glorificación del poder de aquí un libro de lenguaje suficiente,
que cabe tal expresión) lo acerca a Rabe- la palabra, que constituye la materia literatura que bebe en el venero de la soberbio en su poderío, que tiende un
lais y a Quevedo, y a menudo su ironía y del universo erigido en sus páginas; literatura y de las otras artes, clásicas y puente entre el pasado de anteayer y el
su tono narrativo lo acercan a Cervan- frente a las sartas de aconteceres bio- modernas; y frente a la poesía como futuro inmediato, si es que acaba con-
tes, que es citado varias veces en el libro, gráficos con marco urbano y complici- relicario de sentimientos menudos del virtiéndose, como cabe prever, en refe-
y parodia frecuentemente a Virgilio utili- dad generacional, el libro de Rey es autor, la que aquí se nos muestra salta rencia para los poetas que llegan. 앫
zando su mismo sistema comparativo. A
pesar de sus divagaciones, a ratos excesi-
vas y que hacen desaparecer la columna
vertebral de la novela, Los bohemios tie-
ne la virtud de ofrecernos un retrato es- nista de sus historias. Y lo parecería, por- por las drogas y novia de Polo, propieta-
perpéntico, descarnado y tremendamen- que Luna se parece a Sharon (en más rio de bares de moda y creador de am-
te humorístico del mundo que precedió suelta y más viajera) porque las historias bientes. Estructurada como una novela
a la Revolución Francesa, de las miserias vienen a buscarla mientras está en lo de personajes en la que mandan los diá-
del clero y la nobleza, y de las penalida- cotidiano que comparten: viajar, escri- logos, uno de los aciertos del relato con-
des de los escritores. En el capítulo XIII bir y traducir, cuidar la huerta o abrir la siste en narrar una época, dejando de
el narrador hace una defensa de los dere- correspondencia, o mirar esa mosca que lado la política de oposición a la dictadu-
chos de autor con un humor que hoy sigue a Luna como el Lanas a Sharon. Lo ra que ya ha protagonizado buena parte
echamos en falta. Otra virtud de la nove- cotidiano extraordinario, ese tiempo de los retratos de la época, pero enfren-
la es ofrecernos todo un catálogo de las que se desliza por los días y sus cambios tándose a ella desde el lado de una gene-
pasiones humanas: el miedo, la lujuria, de luz, es finalmente el tema de este ración que encontró en las drogas, y más
la gula, el egoísmo, el narcisismo, la pa- libro. Luna Walker es el tercer libro de concretamente en la heroína, un motivo
sión por el poder… Los sujetos que tran- relatos de esta norteamericana que es- más para experimentar, sin tener nin-
sitan esta historia de clérigos lascivos y cribe en castellano —aunque la novela gún conocimiento del terreno en que se
glotones, escritores desarrapados, ban- que muchos esperamos cabalga entre el sentimental: Miguel, un estudiante ena- movían, algo que acabaron pagando
didos, buscavidas y pícaros están bien español y el inglés— y que, en palabras morado de Verónica, una joven atrapada muy caro. A. C.
dibujados, aunque tienden a disolverse de Ian Gibson, “llegando de fuera, en-
enseguida en el aluvión de diálogos iróni- riquece con su originalidad el panorama
cos y distanciadores. De entre todos los literario español”. Y escribe con un hu-
personajes, cobra especial importancia mor fino, que parece asentado en la
el burro que acompaña a los protagonis- médula de las palabras y que consigue
tas. Un burro que ha leído a Séneca, y una transparencia especial para su len-
que a la vez que recuerda al de Apuleyo guaje. Humor que transmite en una suer-
se anticipa al asno de la última parte de te de conformidad iluminadora de la vi-
Así hablaba Zaratustra. Jesús Ferrero da, que no le impide penetrar en zonas
oscuras de la memoria y pasar como sin
querer por los temas grandes de la lite-
ratura: la incomunicación, el amor, la
muerte. Y todo, con una falta de solemni-
dad y de pomposidad tan de agradecer,
y una perspectiva rigurosa y consciente-
mente femenina, que asume el paso del
tiempo, las huellas del dolor y las pe-
queñas y grandes sorpresas cotidianas.
Rosa Pereda

Nuestra amiga común


Luis Barga
Ediciones Amargord
Madrid, 2010
Luna Walker 198 páginas. 15 euros
Sharon Smith
Ateneo de Málaga. Málaga, 2009 NARRATIVA. “AQUEL VERANO de 1974 la brisa
134 páginas soplaba a espaldas de Miguel empuján-
dole a vivir rápido, y creer que para di-
NARRATIVA. SE LLAMA LUNA, como su nieta, vertirse sólo se necesita un mínimo de
y se apellida Walker, como su whisky bienestar y un máximo de libertad”. La
favorito, y ha sido creada por Sharon frase con la que arranca la primera nove-
Smith para remitir el yo narrativo de es- la del periodista Luis Barga refleja ese
tos cuentos a un personaje, una mujer espíritu, tan cercano a los años de juven-
de ficción, no vaya a ser que creamos tud, que impulsa a embarcarse en todo
que esta especialista en Galdós que vive tipo de nuevas aventuras. Ambientada
en el galdosiano Barrio de las Letras ma- en Madrid en los últimos años de la vida
drileño, con un pie en la sierra malague- de Franco, Nuestra amiga común se desa-
ña, o viceversa, es la verdadera protago- rrolla en torno a un trío destructivo y

EL PAÍS BABELIA 24.04.10 15


PENSAMIENTO

La ciencia
y los
políticos
Los líderes mundiales
tienen que estar preparados
para hacer frente a todas
las cuestiones científicas

Por José Manuel Sánchez Ron

L
A CIENCIA ES UNO de los elementos
más importantes del mundo ac-
tual. Del actual y del de hace ya
bastante tiempo, puesto que ¿pue-
de alguien entender el siglo XIX, el de la
telegrafía y la iluminación eléctrica, el de
la química de los fertilizantes y los tintes,
el de la anestesia y las vacunas, sin los
Faraday, Maxwell, Kelvin, Liebig, Pasteur
o Koch? ¡Y qué decir del XX, la centuria de
la relatividad, la física cuántica, el ADN,
los ordenadores e Internet!
Hoy no se puede —o no se debe—
tomar decisiones en un sinfín de domi-
nios sin evaluarlas a la luz de la ciencia.
Pero las decisiones las toman los políti-
cos, no los científicos. El poder es políti-
co —y económico —, no científico. De
una forma brutal, Nikita Jruschov lo dejó
claro en 1961 cuando ante una nutrida
audiencia le dijo a Andréi Sájarov: “Deje Obra anónima sobre los experimentos de Benjamin Franklin durante una tormenta. Foto: Getty Images / SuperStock RM
la política para nosotros, que somos espe-
cialistas en ella. Haga usted sus bombas y
pruébelas y no interferiremos en su traba- bría distinguido mucho con mis trabajos correspondencia se encuentran cartas a
jo; antes bien, le ayudaremos”. científicos”. científicos tan distinguidos como Caven-
La cuestión es si Jruschov —o para el Hoy no se puede Francamente, no veo muchos estadistas dish, Lavoisier y Joseph Priestley. Precisa-
caso otros como él— sabía algo de las impli- de este tipo en la actualidad. Y sí muchos mente sobre este científico inglés, que tan-
caciones físicas de las bombas que tipos
—o no se debe— tomar maniobreros de la política, personas en cu- to aportó al conocimiento de las “distintas
como Sájarov fabricaban siguiendo sus ór- decisiones en un sinfín ya biografía no es posible descubrir más clases de aire”, como reza el título de una
denes. Y si no nos limitamos a cuestiones que el esfuerzo temprano y continuado por de sus obras, se acaba de publicar un intere-
atómicas, sino a la relación de la ciencia de dominios sin evaluarlas sobresalir en la arena política. Su carrera, sante libro (Steven Johnson, La invención
con otros asuntos capitales en el mundo su profesión, es la política. Enfrentando a del aire, Turner), en el que al hilo de la
actual, entonces habría que preguntarse a la luz de la ciencia esta realidad, es posible consolarse miran- biografía de aquel hombre, que no le hacía
qué saben de ciencia los políticos de hoy. do hacia atrás, rebuscando en ese bosque ascos al compromiso social, y que por ello
Richard Müller, un catedrático de Física que es la historia. Y aunque tampoco abun- terminó sus días en Norteamérica, también
de la Universidad de California, ha escrito den en él los gobernantes y políticos ilustra- se habla de las relaciones que mantuvo con
un libro para ayudar a todos aquellos que dial”, aunque, claro, aún puede salvarse le- dos en materias científicas, siempre se en- Franklin y con otro de mis políticos favori-
se plantean intentar ser algún día presiden- yendo su libro. Por supuesto habría que cuentra alguno. Uno de mis favoritos es tos, Thomas Jefferson, el tercer presidente
tes. Física para futuros presidentes (Antoni añadir que también debería leer otros tex- Benjamin Franklin, que no gobernó pero sí de los Estados Unidos. Instalado en su nue-
Bosch, editor, Barcelona) se titula. “¿Le inti- tos porque hay más ciencia que la física. intervino en política: la hermosa Declara- va patria, Priestley escribió con regularidad
mida la física?”, leemos en la Introducción. Pero esta es otra cuestión. ción de Independencia de los Estados Uni- a Jefferson. Y aprovechaba para enviarle tra-
“¿Se hace un lío con el calentamiento glo- Lo que ahora me interesa es si hay mu- dos de América (4 de julio de 1776) le debe bajos científicos, para que la política no le
bal, con los satélites espía, con los misiles chos políticos que necesitan de obras como bastante. Franklin supo bien lo que cuesta hiciese olvidarse “de su interés por la cien-
balísticos y los antibalísticos, con la fisión y esta. O si abundan los que, como Napo- ganarse la vida: fue impresor, periodista, cia”. Seguramente no hacía falta; Jefferson,
la fusión? ¿Cree que toda la tecnología nu- león, saben bastante de ciencia. Bonaparte, pequeño empresario, diplomático y ciuda- recordemos, fue el autor de un notable tex-
clear, tanto la de las bombas como la de las recordemos, se consideraba más que capaz dano consciente (tras salvarse por los pelos to, lleno de datos y consideraciones sobre
centrales de energía, es fundamentalmente para la ciencia: “Si no me hubiese converti- de un naufragio, escribió en una carta a su geología e historia natural: Notes on the Sta-
la misma? ¿Le desconcierta la afirmación do en general en jefe”, llegó a decir, “me mujer: “Acaso debería aprovechar esta oca- te of Virginia (1785). Una rara avis en un
de que nos estamos quedando sin combus- habría sumergido en el estudio de las cien- sión para prometer construir una capilla a mundo de rapaces. 앫
tibles fósiles, cuando hay quienes sostie- cias exactas. Hubiera construido mi cami- algún santo; pero si tuviese que prometer
nen lo contrario?”. Y tras unas preguntas no en la ruta de los Galileo, los Newton. Y algo sería construir un faro”). También fue Física para futuros presidentes. Richard Müller.
más parecidas, concluye: “Si es así, el lector como he triunfado constantemente en mis un notable científico que se interesó en Traducción de Víctor V. Úbeda. Antonio Bosch.
no está preparado para ser un líder mun- grandes empresas, pues también me ha- muy diversos campos de la ciencia; en su Barcelona, 2010. 416 páginas. 23 euros.

16 EL PAÍS BABELIA 24.04.10


SILLÓN DE OREJAS Por Manuel Rodríguez Rivero

El mono artístico
A
FIRMA HENRY de Lumley (La gran que económico, pero forzando la paradoja y
aventura de los primeros hombres buscando la sorpresa del lector. No preten-
europeos, Tusquets) que la adquisi- den explicar la mecánica de la inflación o el
ción de la simetría, primer indicio curso de la recuperación económica, pero
del sentido (“humano”) de la armonía, tuvo sí, por ejemplo, por qué ha caído en picado
lugar hace 1,5 millones de años, en el territo- la cotización de las felaciones realizadas por
rio que se extiende entre el sur de la actual prostitutas, o las razones por las que a los
Etiopía y el norte de Kenia. El protagonista terroristas suicidas les convendría hacerse
de ese acontecimiento fue Homo erectus un seguro de vida. Y esas razones participan
que, a diferencia de su coetáneo Australopi- de la lógica de la economía, lo que arroja
tecus robustus, comía carne y fabricaba úti- una luz distinta sobre asuntos que no sue-
les para proveérsela y manipularla: el bifaz, len estar en su punto de mira. Levitt y Dub-
esa herramienta cortante característica de ner utilizan el ojo económico para observar
las culturas achelenses, fue el primer produc- el mundo. Y lo hacen sin perder la distancia,
to de esa sensibilidad “artística” de nuestros pero tratando el resultado con ironía y cierta
más lejanos parientes. Lumley sostiene que guasa. Tengo que reconocer que comencé a
algunas de las características de esos bifaces leer Superfreakonomics en diagonal y termi-
(el color de las piedras elegidas, la intencio- nó enganchándome. No al modo de The
nada simetría del tallado) no hacían que la Wire, claro. Pero con la que está cayendo,
herramienta fuera más funcional, sino que que un libro de economía te haga sonreír de
servían para proporcionar el primer latido vez en cuando (según la vieja fórmula de
de lo que podríamos llamar satisfacción esté- enseñar deleitando) es casi un don del cielo.
tica. Por su parte, Denis Dutton, un psicólo-
go evolucionista partidario de una concep-
ción del arte “naturalista y transcultural”, Proscrito
argumenta en su muy polémico (y legible) UNA DE LAS cosas que más me sorprenden
El instinto del arte (Paidós) que el surgimien- de la (en general) discreta vida literaria britá-
to y desarrollo de las artes son resultado de nica es la enorme cantidad y vitalidad de
un conjunto de adaptaciones evolutivas que sociedades formadas por admiradores de es-
se iniciaron hace miles de años, y que tanto critores. A veces he llegado a pensar que
nuestro amor a la belleza —el “instinto artís- cada escritor reseñado en alguno de los nu-
tico”— como nuestros gustos y preferencias merosos Companions o guías de literatura
serían innatos y universales, y no resultado inglesa tiene su club de seguidores, con su
de construcciones sociales o culturales. Du- domicilio social, sus reuniones, sus liturgias
tton llega a afirmar que si a miembros de y sus fobias y filias de grupo. Para una cultu-
diferentes culturas les atraen por igual las ra literaria tan displicente como la nuestra,
representaciones de paisajes abiertos con en la que se considera de mal tono que un
imágenes de agua y de árboles en la lejanía autor manifieste entusiasmo por la obra de
es porque, de alguna manera, les “evocan” un colega (especialmente si está vivo) resul-
la sabana de la que, como especie, procede- ta sorprendente comprobar que entre los
mos. Y propone un itinerario darwinista pa- miembros de esas asociaciones de fans
ra ilustrar cómo llegamos a convertirnos en abundan los escritores en ejercicio. Una de
“una especie obsesionada por la creación de las que más simpáticas me resultan es la
experiencias artísticas”, insistiendo (a través consagrada a uno de mis personajes litera-
de diversos ejemplos) en que la compren- rios favoritos, una criatura memorable que
sión de los procesos adaptativos que dieron ha terminado resultando mucho más real
lugar al instinto artístico puede contribuir a que su creadora. Me refiero a Guillermo
“realzar nuestro disfrute estético”. Su libro Brown, el célebre “proscrito” imaginado por
supone un paso más en el muy contemporá- Ilustración de Max. Richmal Crompton en 1917 y cuyos relatos
neo maridaje de la filosofía del arte y el neo- (reunidos en libros) se publicaron a lo largo
darwinismo. Y, desde luego, un intenciona- de medio siglo. Para dos o tres generaciones
do torpedo dirigido a la línea de flotación de medioambiental, la jungla —el ámbito en mo quería el envidioso visir Iznogud de la de adolescentes españoles Guillermo fue al-
las interpretaciones suministradas desde la que antaño los animales depredadores im- célebre historieta de Goscinny y Tabary. En go más que una válvula de escape: un ídolo,
antropología y los estudios culturales. ponían su ley— pierde espacio en la natura- la sociedad de los narcotraficantes —todo un modelo en el que inspirarse. Por eso me
leza y gana fuerza metafórica en la ciudad, eso se aprecia muy bien en The Wire— tam- gustaría encontrarme hoy (24 de abril) en el
que es donde habita la fiera más feroz. En bién rige un star system muy semejante al de meeting anual de la Just William Society
‘Freakonomics’ uno de los mejores capítulos de Freakono- los políticos corruptos: al final todos quie- (www.justwilliamsociety.co.uk), que se está
CUANDO, FINALMENTE, me enganché (creía mics (ediciones B, 2006), el best seller cuatro ren ser el jefe o, al menos, vivir como supo- celebrando en un hotel de Stretton under
que después de The Sopranos nunca volve- veces millonario de Steven Levitt y Stephen nen que debería vivir el (corrupto) jefe al Fasse, en las proximidades de Rugby. Por 27
ría a ocurrirme) a la serie televisiva The Wire Dubner, se nos explicaba por qué la mayo- que le hacen los trabajos más pringados. libras me habría podido inscribir y partici-
—quizás la ficcionalización más despiadada ría de los pequeños traficantes de droga vi- Para alguien que no está particularmente par en el almuerzo colectivo y en las confe-
que conozco de las tensiones que subyacen vían en casa de su madre. La razón es muy interesado en la economía (como yo, si me rencias (una de ellas, Guillermo y lo paranor-
a la vida social de las grandes ciudades nor- sencilla: para que sus jefes se ganen muy permiten la autobiografía), el mayor atracti- mal, promete). Y, quién sabe, quizás, entre
teamericanas— ya sabía (me lo había ense- bien la vida, los camellos deben vivir con vo de Freakonomics y de su segunda parte, los asistentes, pudiera reconocer el ceceo de
ñado Baltasar Gracián en su siempre necesa- salarios miserables. Lo aceptan porque su Superfreakonomics (que acaba de publicar pija de Violeta Elizabeth (quizás ya muy aja-
rio Oráculo manual) que sólo “en lo más aspiración no es simplemente prosperar, vi- Debate) es que tratan los más variados as- da y en las últimas), la odiosa niña rica por
poblado están las fieras verdaderas”. Vis- vir mejor, sino convertirse un día en jefes de pectos de la vida social (y también de su la que mi héroe manifestaba cierta disculpa-
ta desde nuestro tiempo de precariedad la banda. Ser el Califa en vez del Califa, co- lado oscuro) desde un casi exclusivo enfo- ble debilidad. 앫

EL PAÍS BABELIA 24.04.10 17


18 EL PAÍS BABELIA 24.04.10
EL PAÍS BABELIA 24.04.10 19
ARTE / Libros

La fotografía ya no refleja la realidad


La revolución desencadenada por la tecnología digital lleva al fotógrafo Joan Fontcuberta a preguntarse cómo será ésta en
el futuro. Advierte en un libro de la necesidad de superar el vocabulario analógico y enfrentar la nueva relación con lo real

Por Alberto Martín

E
N 2008, Joan Fontcuberta dirigió un
encuentro teórico que tituló ¿Soña-
rán los androides con cámaras fo-
tográficas? Bajo este provocador
enunciado pretendía provocar una re-
flexión prospectiva acerca del futuro de la
fotografía: ¿qué vendrá después de la tecno-
logía digital? ¿Cómo será la fotografía del
futuro? En la recapitulación que Fontcuber-
ta realizaba al cerrar el encuentro recono-
cía, en un sano ejercicio de autocrítica, que
el intento de prospección había fallado, y
que su sensación era “como si la confronta-
ción entre lo analógico y lo digital no hubie-
se sido todavía digerida y retuviese aún,
obsesivamente, la prioridad de nuestras
preocupaciones. Como si no fuésemos ca-
paces, o por lo menos, como si nos doliera
soltar amarras con un tipo de imágenes
que han sido muy importantes para forjar
nuestra sensibilidad durante más de un si-
glo y medio”. Dos años después, con la pu-
blicación de una recopilación de textos
agrupados bajo el título de La cámara de
Pandora, Joan Fontcuberta responde por
su cuenta y en extenso a aquel reto. Pero no
lo hace ofreciendo una salida fácil o aventu-
rada (según se mire) a la pregunta sobre el
futuro de la fotografía, sino ajustando cuen-
tas con aquello que viene antes de poder
pronosticar el porvenir: releyendo el pasa- La familia real en un montaje realizado por internautas, incluido como ejemplo en el libro La cámara de Pandora.
do y desmenuzando el presente del medio
fotográfico. De hecho, en este libro, tanto
como ahondar en lo que supone ya el nue- al infografismo. La pintura tenía que haber-
vo paradigma tecnológico de la fotografía se desarrollado implementada por la tecno-
digital, se prepara también para revisar a logía hasta la imagen digital. Sin embargo,
través de diversos ejemplos, postulados o no sucedió así y entre ambos procedimien-
prácticas, esa confrontación aún no digeri- tos se infiltró la fotografía (…). Según ese
da entre fotografía analógica y digital, y los esquema, la fotografía aparece como un ac-
motivos de nuestro apego a una cultura cidente histórico, una anomalía, un parén-
fotográfica que para él ya debería estar su- tesis en lo que cabía esperar de una genea-
perada. Una necesaria superación que re- logía previsible de las imágenes”. Un largo
calca el propio subtítulo del libro, La paréntesis que habría estado caracterizado
fotografí@ después de la fotografía. El em- por el predominio del programa realista del
plazamiento de este conjunto de textos se medio fotográfico, una historia, en definiti-
sitúa precisamente en el umbral de la apari- va, unitaria y monolítica en torno a los con-
ción de algo que aún no sabemos cómo ceptos de verdad, evidencia y empirismo.
nombrar, pero que atisbamos que no será La aportación más radical del nuevo orden
“la fotografía”, o al menos no aquella con la propiciado por los medios electrónicos ven-
que, como dice Fontcuberta, parece que dría a ser, entonces, la alteración y modifi-
aún mantenemos una cuenta pendiente te- cación de estos parámetros, en suma, un
ñida de nostalgia y melancolía. A falta de la efecto de “desrealización”, una disolución
aparición de un término que designe el nue- del principio de realidad que afectaría de
vo orden visual que acaba de empezar, las modo definitivo a nuestra forma de cons-
páginas de este libro alertan con claridad truir la realidad, a la concepción que nos
sobre las distorsiones y rémoras que genera hacemos del mundo y a nuestro modo de
la persistente utilización del viejo vocabula- relacionarnos con él. Geoffrey Batchen ter-
rio ligado todavía a la fotografía analógica. Joan Fontcuberta entre las Spice Girls, opción de montaje ofrecida en un fotomatón de Londres. minaba acertadamente su fundamental es-
La persistencia de las palabras guía la per- tudio sobre la concepción de la fotografía,
sistencia de las mentalidades. Pero no se titulado Arder en deseos, con las siguientes
trata sólo de palabras, también de la con- aunque a lo largo de este proceso de muta- palabras: “El final de la fotografía debe con-
cepción de la historia de la fotografía y de la ción y cambio al que asistimos actualmen- llevar la inscripción de otro modo de ver
propia ontología del medio. Fontcuberta in- Aún mantenemos con la te se hayan intentado transferir a la fotogra- —y de ser—. He sugerido que la fotografía
siste, por una parte, en que no nos han fía digital los valores y las aplicaciones de la ha sido perseguida por el espectro de esa
contando bien la historia de la fotografía; fotografía una cuenta fotografía analógica, lo cierto es que para muerte a lo largo de su prolongada existen-
pero confía, por otra, en que con el adveni- Fontcuberta las diferencias entre ambas cia, de la misma forma que siempre ha con-
miento de las tecnologías digitales se derri-
pendiente teñida de son evidentes: las fotografías analógicas sig- tenido aquella misma digitalización, la que
be por fin el telón, y ahora “hasta los profa- nostalgia y melancolía nifican fenómenos, las digitales conceptos; supuestamente le asestará el golpe mortal.
nos puedan percibir la ‘gran mentira’ de la la analógica describe, la digital inscribe; de En otras palabras, lo que está en juego en el
fotografía, o su verdadera cara, esto es, la la huella y la fiabilidad a lo virtual y lo espe- debate actual sobre la creación de imáge-
inevitable manipulación que opera en el culativo; de la descripción al relato. No esta- nes digitales no es solamente el posible fu-
proceso de toda imagen”. A partir de estas ríamos pues ante un proceso de simple turo de la fotografía, sino también la natura-
advertencias y como respuesta a ellas, Font- neutralidad descriptiva y verosimilitud y, transformación de la fotografía fotoquími- leza de su pasado y de su presente”. En La
cuberta aparece a lo largo del libro como en consecuencia, asentó el imperativo do- ca, sino ante la introducción de “toda una cámara de Pandora, Fontcuberta responde
un rastreador y recopilador de historias, de cumental de la fotografía. Contra este impe- nueva categoría de imágenes que ya hay a esas dos cuestiones: no sólo se aplica a
nombres olvidados o poco conocidos, de rativo Fontcuberta acumula argumentos y que considerar ‘posfotográficas’; aunque la escrutar con dedicación el pasado y presen-
anécdotas, de coincidencias, de paradojas, aporta pruebas cuya finalidad última sería pregunta de si la fotografía digital es toda- te de la fotografía, sino que también apunta
de usos cotidianos, de toda una serie de cuestionar los límites que separan lo verosí- vía fotografía seguiría, por el momento, sin hacia el surgimiento de ese “otro modo de
elementos que en su conjunto podrían con- mil de lo inverosímil, lo real de lo imagina- una respuesta concluyente. Lo que sí atis- ver y de ser”. Y concluye que si, tal vez, aún
formar los pilares de una especie de histo- rio. Para él, la fotografía es, antes que espe- ba, no obstante, es que imagen digital e no se ha comenzado a edificar, desde luego
ria oculta o secreta de la fotografía. Una jo, especulación, y sólo a través de ésta es imagen pictórica son una misma cosa, esto ya están colocados los cimientos. Parafra-
historia que se sitúa en la orilla opuesta a la posible atravesar las diferentes capas que es, que su naturaleza estructural es la mis- seando al propio autor: adiós a las imáge-
que ocuparía la certeza como andamiaje conforman la realidad. Desde esta posi- ma. Y sobre este punto, Fontcuberta avan- nes del mundo, demos la bienvenida al
ideológico e histórico de la imagen fotográ- ción, la llegada del nuevo paradigma digital za una de sus más provocativas afirmacio- mundo de las imágenes. 앫
fica. Se trataría así de poner en evidencia la vendría a abrir la puerta a una posible des- nes: “La convergencia de ambos sistemas
alianza y cohesión entre fotografía y empi- estabilización de los valores que han apun- [imagen digital y pintura] invita a pensar La cámara de Pandora. La fotografí@ después de
rismo que ha sustentado la historia del me- talado la fotografía analógica, o aún más a que en el devenir de las imágenes la evolu- la fotografía. Joan Fontcuberta. Gustavo Gili. Bar-
dio, una alianza que impuso los valores de su sustitución por otros. En este sentido, ción lógica hubiese sido pasar de la pintura celona, 2010. 192 páginas. 24 euros.

20 EL PAÍS BABELIA 24.04.10


ARTE / Exposiciones

¡Que aproveche!
La bienal murciana, que ha propuesto a siete artistas que “devoren” sucesivamente la obra del
anterior en el mismo espacio, afronta su segunda etapa con la intervención de Cristina Lucas

Dominó Caníbal / Cristina Lucas


II Edición PAC (Proyecto de Arte
contemporáneo). Sala Verónicas
Verónicas, s/n. Murcia
Hasta el 10 de mayo

Por Mara Mira

CRISTINA LUCAS se ha zampado a Jimmie


Durham. La base del menú se la ha pro-
porcionado el comisario del evento
Cuauhtémoc Medina, mexicano que rige
los destinos de la segunda edición del
PAC (Proyecto de Arte Contemporáneo)
bajo un epígrafe contundente: Dominó
Caníbal. Cristina Lucas (Jaén, 1973) para
gestar los contenidos de su muestra ha-
bía convocado previamente un banquete
donde alumnos, profesores de Bellas Ar-
tes y periodistas que iban a cubrir el pic-
nic disfrutaron de una barbacoa ritual en
la que se engulleron chuletas regadas
con sangría en los jardines del Malecón.
La carne de cerdo y cordero se preparó
sobre los bidones, ahora barbacoas, que
había utilizado el lacónico Durham (Ar-
kansas, 1940) en su intento por transfor-
mar la iglesia barroca de Verónicas
(“desacralizada” sede de la bienal) en
una suerte de vertedero anclado por una
inquietante pintada en el ábside: “Cierra Vista de la instalación de Cristina Lucas en la Sala Verónicas.
tu boca abre tu”. Frase inconclusa que ha
completado Lucas con otra boca. Y a fe
que todos la abrieron para manducar car- astutamente utilizado por Lucas. La artis- retransmitida por una cámara en directo:
ne y hablar de arte. ta entiende que ya recorremos un lugar obsérvese en lo alto, al fondo de la igle-
La mística de Verónicas se impone. Lo escenificado y lo fagocita a su favor mon- sia. En el centro, bajo un monitor que
vimos con Durham, que no supo sustraer- tado un vía crucis audiovisual con el que recoge una boca que come y come, pode-
se a su privilegiado aire extático y redujo recrea nueve “estaciones” particulares: mos sentarnos sobre un poliespán roído
su propuesta a la de un titubeante trape- meditar, desechar, reciclar, transfigurar, para contemplar el callejero encuentro
ro de lujo, incapaz de urdir una propues- banalizar, sacrificar, peregrinar, contem- caníbal. Durante una hora dentro de cam-
ta clara entre lo profano y lo sagrado. Y lo plar y redimir. ¿Resultado? Por un lado, po vemos al consejero de Cultura Pedro
vemos ahora con Lucas, quien, desde el la dramaturgia del desmontaje de pie- Alberto Cruz que asiente a las preguntas
polo opuesto, se ha rendido a la drama- dras, telas y cables dispuestos por Dur- que se le hacen a la artista: ¿es el arte
turgia del espacio al dejar la treintena de ham acaba proporcionando piezas de política?… Lucas y el comisario, vestidos
barbacoas ordenadas según el eje litúrgi- acompasada coreografía. Por otro, la de negro, ofician el happening conduci-
co de la planta con forma de cruz latina transformación de los bidones-barbacoa do por las normas de Hannibal Lecter
de la iglesia. La cruz, imagen inequívoca (o el milagro de la rueda de camión trans- (ella misma lo menciona en el vídeo); un
de martirio y muerte, fue trasladada has- figurada en gigantesco columpio) nos quid pro quo donde quien interroga de-
ta el lugar por los alegres comensales des- obliga a cuestionarnos si cuando los obje- be, a su vez, contestar a otra pregunta del
de el Malecón murciano en una proce- tos-basura se transmutan y redimen en cuestionado. Pueden imaginarse quién
sión-conga que remitía en algún tramo al objetos útiles no estaremos ante eso que acaba siendo el objeto del sermón cultu-
paseíllo beatle de Abbey Road. solemos denominar diseño de objetos. ral de dimes y diretes: el crítico de arte
Transpira el espacio conventual de Todo es registrado por cámaras, inclu- que no asiste a la comilona. O
Verónicas una disposición al culto que es so nuestra permanencia en el templo es http://www.pacmurcia.es/

EXTRAVÍOS Miniatura
Por Francisco Calvo Serraller
EL CASI TODAVÍA adolescente Féder sólo sabía hacer dos cosas del error que actualmente arrastramos de usar miniatura sim-
cuando se casó sin el consentimiento paterno: montar a caba- plemente como algo de reducido tamaño. En cualquier caso,
llo y hacer retratos en miniatura. De esta manera tan parca y los libros miniados medievales y las miniaturas de nuestra
desfavorecedora nos presenta Stendhal (1783-1842) al protago- época responden a concepciones culturales y artísticas muy
nista de un relato inconcluso, titulado Féder o el marido adine- distintas, como corresponde a periodos históricos separados
rado, ahora publicado en castellano por partida doble, pues entre sí unos cuatro siglos.
aparece en la recopilación Narraciones y esbozos (Alba) y, tam- Nada tienen que ver entre sí, por de pronto, la devota acción
bién, simultáneamente, como novela corta editada por separa- de un anónimo monje escribano volcado a caligrafiar paciente-
do (El Funambulista). Aunque no se sabe a ciencia cierta cuán- mente un texto piadoso, entre cuyas páginas intercala a guisa
do exactamente escribió Stendhal esta novela inacabada, que de ilustración un hermoso dibujo, con la del especialista profa-
responde en todo al prototipo del gran escritor francés de no, que, a partir del siglo XVIII, estampa primorosamente las
narrar las cuitas pasionales de una juventud desencantada tras facciones de un rostro a modo de retrato de bolsillo, cual si se
la definitiva caída del imperio napoleónico, pues no hallaba tratase de un camafeo. Por lo demás, aunque ambas concepcio-
motivación en una sociedad cada vez más aburguesada, es nes de la miniatura compartan su reducido tamaño, no nos
significativo que haga sobrevivir a su protagonista no sólo me- puede pasar por alto la divergencia de sus respectivos objeti-
diante la profesión de especialista en retratos en miniatura, vos, porque el afán del ilustrador medieval era crear imágenes
sino advirtiéndonos además que él mismo, el atolondrado que, de alguna manera, compendiasen las claves del mundo y
Féder, era consciente de su limitado talento para tal menester, del precario destino humano, mientras que el especialista en
que alcanzó cierto predicamento social durante la primera retratos miniaturizados perpetuaba un rostro de cualquiera, la
mitad del siglo XIX, cuando la pintura en general empezó a mayor parte de las veces mediando en el encargo alguna razón
reportar fama al menos a unos cuantos entre sus miles de de corte sentimental; esto es: transformando una nadería en un
practicantes. mundo. Aunque esta trivialización de lo artístico a la que nos
Al contrario de lo que hoy creemos, el término “miniatura” vemos abocados en nuestra época sea una de las consecuen-
etimológicamente procede del latino “minium”, que es un tipo cias de su amplísima difusión, en la que los artistas y el público
de rojo anaranjado, próximo a lo que tradicionalmente se cono- pugnan con ansiedad por distinguirse con resultados harto
cía como bermellón o bermejo. Tal era el color que se utilizaba dudosos para ambas partes, no deja de ser curiosa la deriva
en los libros ilustrados medievales, que no en balde recibían el semántica por la que una miniatura se convierte en una peque-
nombre de “libros miniados” o “iluminados”, lo que hacía que ñez justo en el momento donde no se puede dar un paso sin
sus preciosas viñetas fueran de pequeño formato, causa quizá tropezarte con un museo monumental. O

EL PAÍS BABELIA 24.04.10 21


PURO TEATRO Por Marcos Ordóñez

Historias de anteayer
Cuatro generaciones de autores/directores abordan por encargo del Lliure nuestra historia reciente en Dictadura-
Transición-Democracia. Estupendo trabajo actoral, pero los textos no pasan de ser esbozos de corto vuelo

S
OBRE EL PAPEL, el proyecto Dictadu-
ra-Transición-Democracia, que aca-
ba de estrenarse en el Lliure, no
podía ser más ambicioso: por la am-
plitud del periodo elegido (de 1962 a 1989) y
por la diversidad de autores/directores con-
vocados. Reglas del juego: todos ellos de-
bían escribir/dirigir un texto breve sobre la
España del momento en que nacieron para
ser interpretado por un único elenco de ac-
tores. Excepciones: Xavier Albertí dirige el
episodio de Lluïsa Cunillé y Roger Bernat
emplea a una única actriz del reparto, Agnés
Mateus. Así pues, tenemos cuatro generacio-
nes (Cunillé/Albertí, Roger Bernat, Jordi Ca-
sanovas y el tándem Nao Albet/Marcel Bo-
rrás, que también actúan), cuatro piezas y
otros tantos espacios independientes, re-
creados (¡olé!) por Montse Amenós, que el
espectador ha de recorrer como si de la visi-
ta a un museo se tratase.
Primera parada: 1962. Cunillé y Albertí
cocinan un sainete esperpéntico pasado de
condimento. No basta con la enumeración
de fetiches para dibujar una época: más
bien sobra. Embuchados como en una mor-
cilla a punto de reventar, se agolpan Ra-
phael en el Festival de Benidorm (¡pobre
Raphael, convertido siempre en el Ángel Ne-
gro del franquismo!), las murallas de Ávila,
la Sexta Flota, Bonanza, el Contubernio de
Múnich, el Atado y bien Atado, el Negrito
del Cola-Cao y otros banderines. Brossa lo-
gró una pequeña obra maestra en El sarau,
que precisamente transcurría durante la ne- Escena de Dictadura-Transición-Democracia, que se representa en el Lliure hasta el 2 de mayo. Foto: Ros Ribas
vada de 1962, pintando un paisaje moral a
través de frases hechas y lugares comunes,
pero allí había humanidad y aquí diseca- un alucinado fantasma entre el público, na- desde Madrid, siempre taimados, dicen que se a tiros, larga una típica retahíla racista de
ción, personajes estereotipados y huecos, rra, en voz baja, los pormenores de la emoti- nones. Lo mejor es la fluidez de los diálogos ahora mismo sobre los negros y moros que
atravesados por breves relámpagos de locu- va velada, para desbravarse luego en breves, y el inesperado enfoque del conflicto: Mont- nos roban el trabajo, etcétera. Demagogia a
ra surreal y poesía dislocada, como el gran inanes evocaciones de otros conciertos, otra se, la heroína llegada de Londres para reno- capazos, rematada por esa coreografía fi-
momento final: la muchacha que da a luz juventud. Dos frases a retener. La primera, var las aguas, es una boba malcriada y una nal que hermana a Eloy con Alfredo Alaria
una bombilla que se apaga, una idea que muy del momento, en voz de Raimon: “La progre de manual, y Carmen, la villana jerar- (buscadles en Google, jóvenes), aunque
Brossa hubiera aplaudido. Las piezas breves violencia nunca es nuestra, siempre es de ca, exhibe una lucidez apabullante. Lástima acaba siendo el episodio con más ritmo,
y “jocosas” de Cunillé, casi siempre por en- los otros”. Ah, caramba. La segunda se le que nadie en su juicio pueda creerse que la estructura y pegada de la noche. Aquí hay
cargo de Albertí, comienzan a mostrar una atribuye pero parece apócrifa: “De aquí a artimaña de Montse para boicotear el show un corazón, un doble corazón. Desaforado,
peligrosa reiteración formal, y el tapiz histó- cuarenta años será imposible repetir un ac- sea una imitación de Franco, brazo en alto, adolescente, delirante, pero corazón al fin.
rico de fondo está muy lejos de las fulguran- to como éste. De aquí a cien sí puede ser a cargo del cuitado presentador. ¿O sí? El equipo actoral (Nao Albet, Marcel
tes fantasmagorías de Barcelona mapa de posible”. Poderosa salida del toril para una Última parada, 1989. Pasmosa transus- Borràs, Clara Cols, Biel Duran, Jordi Figue-
sombras o El burdel. faena sin rematar, enojosa constante en las tanciación en el sketch de Albet y Borrás: ras, Lina Lambert, Agnès Mateus y Juan
Segunda parada: 1968. Salvo el césped últimas entregas de Bernat, pero por lo me- tras haber encarnado gloriosamente a los Navarro) es formidable, pero tras los cua-
artificial (la playa bajo los adoquines, etcéte- nos la instalación tiene tono y atmósfera. Pecos en el episodio anterior, el espíritu de tro platos yo salgo con hambre, con voz y
ra) donde nos invitan a sentarnos, todo lo Tercera parada: 1978, tiempo de Transi- Eloy de la Iglesia se posesiona de ambos dientes y orejas de Bugs Bunny: ¿Esto es
demás reproduce fotográficamente el hall ción, a cargo de Jordi Casanovas. para insuflarles la historia de dos gays ado- todo, amigos? ¿Todo lo que os ha suscitado
de la madrileña Facultad de Económicas Estamos en un plató de los estudios de lescentes (abertzale uno, artista el otro) que ese hervidero de historias, de historia? Cual-
durante el célebre recital de Raimon: pancar- Miramar donde, se nos dice, va a emitirse acaban acribillados por la policía y, en una quier entrega televisiva de Jaime de
tas, octavillas, hojas ciclostiladas con las can- “el primer programa en directo para toda apoteosis onírica, danzan como marionetas Armiñán contaba el triple en el mismo
ciones, y su poderosa voz y guitarra en direc- España”. Como si no hubieran existido Ami- sangrientas en manos de los Geos. El proble- tiempo: retratos al minuto, acerados y vera-
to, que Bernat ha exhumado de los archivos gos del lunes o Reina por un día, entre otros ma es que ni los Geos son los Geos, porque ces, de un tiempo, un país, unas gentes. 앫
de RNE. En una pantalla desfilan rótulos mil. El falso programa, Directo de noche, es llevan el anagrama de SWAT a la espalda,
con escuetas informaciones sobre Nanterre, rarito: mezcla a los Pecos gorjeando Hábla- como en una serie americana, y en el País Dictadura-Transición-Democracia. Creación y di-
Praga, Tlatelolco, Enrique Ruano. Retum- me de ti (que, puestos a ser puñeteros, diría Vasco donde se ambienta la historia parece rección de Xavier Albertí y Lluïsa Cunillé; Roger
ban aplausos, coros, consignas. Falta, sin que no cantaron hasta 1979/1980) con una que ETA ni existe ni mata: sólo hay criaturas Bernat; Jordi Casanovas; Nao Albet y Marcel
embargo, la sensación de la policía a punto entrevista a “un escritor catalán exilado”. angelicales y malos malísimos, como ese po- Borràs. Teatro Lliure. Barcelona. Hasta el 2 de
de cargar. Agnès Mateus, moviéndose como Entrevista que no llega a realizarse porque licía de película española que, antes de liar- mayo. www.teatrelliure.com.

22 EL PAÍS BABELIA 24.04.10


MITOLOGÍAS Por Manuel Vicent

Seis balas para Andy Warhol


Una botella de cocacola, un bote de sopa, un billete de dólar, un revólver, la silla eléctrica, el rostro de Marilyn… Ser
ante todo visible y hacer del espíritu un buen envase exterior fue lo que aportó el inventor del pop-art al mundo del arte

I
NVENTÓ LA frivolidad como una acti- 1968 Valerie Solanas, pasada de rosca, en-
tud estética ante la vida y dictaminó tró en La Factoría dispuesta a que Warhol
que la esencia de las cosas sólo está le devolviera el guión que le había entre-
en los envases. Este creador fue Andy gado. No estaba dispuesto a rodarlo, le
Warhol, nacido en Pittsburgh, Pennsylva- parecía demasiado obsceno, pero lo cier-
nia, en 1928, hijo de un minero del car- to es que lo había perdido. Mételo en el
bón, emigrante eslovaco. Después de bau- culo. Fue suficiente para que Valerie saca-
tizarse en el rito católico bizantino el niño ra un revólver, el mismo que el artista
a los 13 años obtuvo la enfermedad del había pintado como icono, y le sirviera
baile de san Vito, que le forzaba a mover todo el cargador, seis balazos, uno de los
las cuatro extremidades de forma incon- cuales le atravesó el cuerpo y casi lo llevó
trolada. Proscrito por sus compañeros de a la sepultura, de la que fue rescatado
colegio debido a su rara pigmentación de después de una operación quirúrgica de
la piel, postrado en cama largo tiempo y cinco horas, cuyas cicatrices se convirtie-
protegido en exceso por su madre, el pe- ron en un póster. “Tenía demasiado con-
queño Andy sólo halló salida alimentán- trol sobre mi vida” —dijo Valerie en el
dose de héroes del cómic y de prospectos juicio—. Pero la fama siempre encuentra
con los rostros de Hollywood, una mito- a otro más famoso. Este hecho fue oscure-
manía de la que ya no se recuperó. cido por el asesinato de Robert Kennedy
Tampoco está claro que superara el unos días después. Se acabó el baile de
síndrome del baile de san Vito, si se tiene san Vito. Desde entonces Warhol parecía
en cuenta que, instalado en 1949 en Nue- un hombre de cartón piedra, decían las
va York, no paró de moverse el resto de su aves del paraíso que revoloteaban sobre
vida en medio de un cotarro frenético de su peluca plateada. Por otra parte Edie
aristócratas excéntricos, artistas loquina- Sedgwich también se había destruido.
rios, bohemios, drogadictos, modelos y
otras aves del paraíso a los que, como
gurú de la modernidad, comenzó a otor-
gar a cada uno los 15 minutos de fama
que les correspondían y por los que algu- No importaba
nas de estas criaturas estaban dispuestas
a morir y a matar, como así sucedió.
lo que había pintado,
Al principio Andy Warhol se dedicó a su verdadera creación
la publicidad, a ilustrar revistas y a dibu-
jar anuncios de zapatos, pero hubo un eran aquellos extraños
momento en que ante una botella de co-
cacola, un bote de sopa, un billete de seres que se parecían sólo
dólar y el rostro de Marilyn tuvo una pri- a sí mismos como tribu
mera revelación. Pensó que ciertas figu-
ras y productos comerciales eran los ver-
daderos iconos de la vida americana y
había que introducirlos en el territorio
sagrado de la cultura y del arte. El pop-art Una mañana apareció muerta en la cama
que acababa de inventar necesitaba un ahíta de barbitúricos. Sólo Basquiat, el
fundamento filosófico y todo gran despar- negrito grafitero, rescatado por Warhol
pajo lanzó al mundo este manifiesto: la salió disparado hacia la gloria.
cocacola iguala a todos los humanos. “En Ser ante todo visible y hacer del espíri-
América los millonarios compran esen- Andy Warhol muestra sus cicatrices en una fotografía de Richard Avedon. tu un buen envase exterior fue lo que
cialmente las mismas cosas que los po- aportó Andy Warhol al mundo del arte.
bres. Ningún dinero del mundo puede Por eso este artista diseñó también su
hacer que encuentres una cocacola mejor un altillo descubrió que aquel espacio se ban y salían de La Factoría, muchos de funeral, celebrado en la iglesia bizantina
que la que está bebiéndose el mendigo en parecía a una pecera llena de crustáceos ellos dedicados sólo a mear sobre unas del Espíritu Santo de Pittsburgh el 22 de
la esquina. Todas las cocacolas son la mis- que se movían en un baile de san Vito, planchas de cobre para conseguir con la febrero de 1987. Su féretro era de bronce
ma y todas son buenas. Liz Taylor lo sabe, excitados unos por otros, como única oxidación de la orina unos matices insos- macizo con cuatro asas de plata. Warhol
el presidente los sabe, el mendigo lo sabe fuente de energía. A nadie le importaban pechados en los grabados, a los que a ve- llevaba puesto un traje negro de cachemi-
y tú lo sabes”. las pinturas. La expectación sólo la propor- ces se añadía mermelada de frambuesa, ra, una corbata estampada, una peluca
Su filosofía de la superficie de las co- cionaba la presencia del artista rodeado chocolate fundido y semen humano. Era plateada, gafas de sol con montura rosa,
sas se presentó en sociedad en 1954, en de sus criaturas, a las que todo el mundo su parte en el cuarto de hora de fama. un pequeño breviario y una flor roja en
una exposición de la galería Paul Bian- trataba de parecerse. En ese momento tu- Esta frenética cabalgada hacia el vacío las manos. Según las crónicas, en la fosa
chinni, en el Upper East Side, titulada El vo Warhol su segunda revelación. La úni- impulsada con películas underground, ex- su amiga Paige Powell dejó caer un ejem-
Supermercado Americano, montada co- ca forma de existir consistía en reflejarse perimentos con drogas, sexo en los ascen- plar de la revista Interview y una botella
mo una tienda de comestibles con pintu- en el espejo del otro. Si una cocacola o un sores, gritos en la noche, sobredosis en de perfume Beautiful de Estée Lauder. Pu-
ras y pósters de sopas, carnes, pescados, bote de sopa Campbell es un icono ameri- los retretes, que constituía la modernidad do haber añadido un bote de sopa Camp-
frutas y refrescos, mezclados con esas cano, ¿por qué no puedo serlo yo? No de los años sesenta en Nueva York, termi- bell, un billete de dólar, una cocacola y
mismas mercancías auténticas en los es- importaba lo que había pintado, su verda- nó abruptamente cuando el 3 de junio de un revólver. Toda América. 앫
tantes. La diferencia estaba en el precio. dera creación eran aquellos extraños se-
Un bote de sopa valía dos dólares en la res que había conseguido reunir entre cua-
realidad y costaba dos mil en la represen- tro paredes blancas y que no se parecían
tación. Hoy un dólar es un dólar, pero si en nada al resto de los habitantes de Nue-
el billete está pintado por Warhol vale en va York, sino sólo a sí mismos como tribu.
una subasta seis millones de dólares. El rostro blanco con polvos de arroz, ador-
Andy siguió añadiendo al arte más ico- nada la cresta roja con plumas de marabú
nos de la vida americana, la silla eléctrica, y el cuerpo anoréxico alicatado con crista-
el revólver, las cargas de la policía contra les de colores, de esa tribu formaban par-
los manifestantes de los derechos huma- te Valerie Solanas, feminista radical, viola-
nos, los coches, los botes de sopa Camp- da por su padre, perdida desde los 15
bell, los rostros de las celebridades de años como una mendiga por las calles de
Hollywood, mientras a su alrededor se Manhattan, que había escrito un guión
iba condensado un grupo de seres extra- titulado Up your ass (Mételo por el culo);
ños, que eran mitad cuerpo humano real Edie Sedgwick, hija de un millonario cali-
y el resto ficción o decoración. Todos re- forniano, nacida en un rancho de 3.000
voloteaban alrededor de su estudio, la fa- acres, que desembarcó en Nueva York
mosa Factoría, en la Calle 47 y la Séptima como modelo con toda su belleza anfeta-
Avenida, empapelado por entero con pa- mínica, acogida por su abuela en un apar-
pel de aluminio. tamento de 14 habitaciones en Park Ave-
El salto cualitativo lo dio este artista nue; la cantautora Nico, la actriz Viva,
ante el caso extraordinario de una exposi- Gerard Malanga, Ultra Violet, Freddie Her-
ción de 1964 en Filadelfia cuando por un ko, Frangeline, el escritor John Giorno, el
percance del transporte no llegaron a cineasta Jack Smith, el grupo de música
tiempo los cuadros a la galería para la The Velvet Underground, Lou Reed, las
inauguración. El público llenaba la sala chicas del Chelsea y un resto de jovenzue-
con las paredes desnudas y Andy desde los sin nombre pintarrajeados que entra-

EL PAÍS BABELIA 24.04.10 23


24 EL PAÍS BABELIA 24.04.10

Vous aimerez peut-être aussi