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Revista Chilena de Derecho, vol. 38 N 0 2, pp.

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Recensiones

DEL PICÓ RUBIO, JORGE (2010): DERECHO MATRIMONIAL CHILENO (SANTIAGO,


ABELEDO PERROT/LEGALPUBLISHING) 459 PP.

El autor es profesor de Derecho Civil, y que el legislador debió enfrentar, y que a nues-
actualmente Decano de la Facultad de Cien- tro juicio no hizo correctamente, a saber cómo
cias Jurídicas y Sociales de la Universidad de el matrimonio es el “modo constitutivo de la
Talca. En su trabajo de investigación ha com- familia”. Sus reflexiones sobre las rupturas ma-
binado el interés por el Derecho de Familia, trimoniales, las uniones de hecho y las uniones
por el Derecho Canónico y el Derecho Ecle- entre personas del mismo sexo nos alertan que
siástico del Estado. Nos ofrece ahora una mo- el debate sobre la familia y la admisión del
nografía contundente sobre la actual configu- divorcio proseguirá aún en nuestras socieda-
ración del Derecho matrimonial chileno, que des, permaneciendo la pregunta de qué es lo
es fruto de su investigación doctoral realizada específico del matrimonio como comunidad
en la Universidad de Zaragoza. humana y de interés social.
La obra contiene un pormenorizado En cuanto a las rupturas matrimonia-
análisis de la regulación del matrimonio en sus les, el autor se alinea con aquellos que piensan
aspectos institucionales y personales tal como que no son expresiones de libre autonomía
ha sido recogida en la llamada Nueva Ley de frente a la cual el Estado debiera replegarse
Matrimonio Civil, la Ley Nº 19.947, aprobada para dejar hacer, sino que “constituyen cir-
el año 2004. En 12 capítulos con una redacción cunstancias personales, íntimas y dolorosas, no
fluida y no exenta de elegancia, Jorge del Picó deseadas y de consecuencias generalmente ne-
elabora un tratamiento dogmático de la nueva gativas para la sociedad” (p. 96). De esta for-
normativa que sin duda contribuirá de manera ma, el autor intenta armonizar en la regula-
significativa al acopio de doctrina en la materia ción del matrimonio el interés individual de
y también a una mejor aplicación de la ley en los cónyuges con el interés público que favore-
los estrados administrativos y judiciales. ce la estabilidad y la armonía de la familia. De
Pero se equivocaría quien viera en este las tres posturas que se manifestaron en la Co-
libro otra obra más que se dedica al estudio misión Nacional de la Familia, convocada por
meramente normativo de la nueva legislación, el presidente Aylwin en 1991, a saber: que el
al modo en que suelen proceder los profesores, divorcio no debía admitirse porque desvirtua-
más interesados en la sistemática y adecuada co- ba el compromiso matrimonial, que el divor-
ordinación de las normas que de su significado cio debía proceder pero solo ante situaciones
histórico, sociológico y simbólico-político. de quiebre irremediable de la convivencia ma-
El estudio que nos ofrece Del Picó es trimonial, y que el divorcio debería proceder
rico en matices y perspectivas de análisis que como un derecho individual de cualquiera de
vienen a enriquecer y a explicar de mejor ma- los cónyuges a rehacer su vida, el autor se
nera los preceptos y su entramado orgánico en identifica claramente con la segunda: “no se
la nueva ley. concibe la solución legal de una ruptura ma-
Hay en estas páginas un esfuerzo nota- trimonial a través del divorcio como una ex-
ble por complementar el análisis jurídico-nor- tensión de los derechos de libertad, o como un
mativo con sus implicancias antropológicas, derecho al divorcio” (p. 96).
sociológicas, políticas, culturales y religiosas. Aunque por mi parte yo coincidía –y
Desde la perspectiva antropológica, sigo coincidiendo– con la primera postura ma-
destaco principalmente el capítulo tercero de- nifestada en la Comisión Nacional de la Fami-
dicado a los temas: Matrimonio, sociedad y lia, comparto con Del Picó que, en el espíritu
derecho, donde expone el principal problema y el texto de la Ley Nº 19.497, el divorcio es
entendido como una situación extrema y ex-
cepcional que contradice el deseo de los cón-
* Traducción del título: Chilean Matrimonial Law. yuges y de la sociedad de que el matrimonio
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sea para toda la vida. Así cobra significado e si se tiene en cuenta que él participó como
importancia que no se haya derogado la defi- asesor del Ministerio de Justicia en la prepara-
nición de matrimonio del art. 102 del Código ción y discusión de la indicación sustitutiva
Civil. mandada al Congreso por el presidente Ricar-
No obstante, hubiera sido de desear do Lagos que fue finalmente la que permitió la
que se pusieran más resguardos para evitar que aprobación del proyecto. Después de leer estas
este divorcio extremo y excepcional sea aplica- páginas, me parece que uno puede plantearse e
do jurisprudencialmente como un “derecho a intentar responder la pregunta ¿por qué se
descasarse”. El mismo autor se lamenta de que aceptó en Chile el divorcio que había sido dis-
el plazo del divorcio unilateral sea tan breve, y cutido por diversos proyectos de ley, que se
que no se haya finalmente contemplado una mencionan en la obra, desde el año 1917? ¿Por
fase de reflexión previa. qué Chile no fue un Uruguay que ya a co-
Con todo, pienso que siguiendo este mienzos del siglo XX había secularizado com-
planteamiento habría que modificar la termi- pletamente el matrimonio aceptando el divor-
nología que está consagrándose en el uso para cio? Si uno ve los actores políticos hay varios
designar los tipos de divorcio, y que el mismo que permanecen en su misma posición: la Igle-
autor utiliza, y que consiste en sostener que la sia católica en contra, la masonería y los parti-
ley habría dado lugar a tres formas de divor- dos políticos de raigambre socialista o laicista
cio: por culpa, por mutuo acuerdo y unilate- en general, a favor. El factor que inclinó la
ral. Esta tipología corresponde más bien a un balanza fue el Partido Demócrata Cristiano
divorcio concebido como mero derecho a des- que desde la enfática declaración de 1957: “La
casarse. Pero no es lo que quería el legislador familia es la célula fundamental de la socie-
ni lo que dice la ley: el divorcio que no es por dad. El divorcio y todo lo que la debilite o
falta imputable, es un divorcio por una causa destruya es rechazado”, pasa en la década de
objetiva y que debe ser acreditada judicial- los noventa, a sostener no ya la tolerancia del
mente: el cese efectivo y no interrumpido de divorcio sino la conveniencia de su legaliza-
convivencia. Es a esta situación fáctica a la que ción. Son dos de sus más destacados represen-
la ley ha otorgado la función indiciaria de re- tantes en la Cámara de Diputados: Mariana
conocer un quiebre definitivo y terminal del Aylwin e Ignacio Walker, los que lideran el
matrimonio. Otra cosa es que el plazo de du- grupo políticamente transversal que presenta
ración del cese se module en función de las el proyecto de ley de matrimonio civil con di-
voluntades de los cónyuges que concurren a vorcio que más adelante llegaría a convertirse
solicitarlo. en la Ley Nº 19.947. Resultan muy interesan-
Junto con la perspectiva antropológica, tes las reflexiones de Jorge del Picó sobre este
está la política. Es evidente que los textos de la cambio del Partido, que luego incluyó hasta
nueva Ley de Matrimonio Civil han sido el sus dirigentes de tendencia conservadora que
resultado de muchas deliberaciones, discusio- tuvieron que intervenir en el proyecto en el
nes y acuerdos políticos. En el libro que co- Senado. Señala el autor, que “en forma lenta,
mentamos, este proceso subterráneo se pone a pero certera, y al margen de cualquier posición
la vista, y así se hacen más comprensibles las grupal interna, la colectividad se inclinó final-
opciones normativas, con sus aciertos y sus mente por la primera opción [favorable al di-
errores. Jorge del Picó pasa revista a los distin- vorcio], profundizando el alejamiento cada vez
tos actores de la escena política que posibilita- mayor del tronco católico que le había servido
ron que se introdujera la nueva ley con divor- de sustento histórico. En adelante, la mirada a
cio incluido: los partidos políticos, la Iglesia los problemas políticos sería preferentemente
católica, la masonería y las confesiones religio- política y secundariamente doctrinaria. Sutil-
sas minoritarias. A mi juicio es un lúcido aná- mente, sin mayor repercusión inmediata, la
lisis que sintetiza con rigor e imparcialidad las colectividad había cambiado su propio curso
posiciones de estas instituciones. Los datos histórico con una decisión que trascendería
que nos entrega el autor toman mayor interés también a la sociedad chilena” (p. 70). A estas
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alturas, parece claro que la idea de sintonizar desfiguración del matrimonio civil, de modo
mejor con las opiniones de mayor populari- que prestar su consentimiento ante su propia
dad, dejando a un lado los principios doctri- Iglesia, y luego pedir los efectos civiles del ma-
narios que le proporcionaban identidad, no trimonio mediante su inscripción aparece
han sido rentables al partido, si se mira su como algo mucho más tolerante y menos vio-
evolución desde el 2004 a la fecha. Pero la lento, que la imposición de una única forma
herencia de su opción ha permanecido y per- de contraer matrimonio legalmente.
manecerá seguramente por mucho tiempo en La fórmula del art. 20 no es perfecta y
el ordenamiento jurídico chileno. no es raro que haya recibido críticas no solo
Otra de las perspectivas que aborda Jor- desde los sectores laicistas, sino incluso desde
ge del Picó en su Derecho matrimonial chileno, los mismos católicos, por entender que la exi-
y que normalmente es descuidada por los au- gencia de ratificación en el plazo de 8 días no es
tores jurídicos, es la religiosa. Esto nos parece más que un enmascaramiento de una forma de
un acierto porque efectivamente el matrimo- matrimonio civil. No comparto este criterio y
nio está ligado muy fuertemente a la convic- pienso, por el contrario, que se ha abierto una
ciones y creencias religiosas de gran parte de la brecha saludable para que impere un mejor res-
población, con independencia de su credo par- peto a la libertad de conciencia y de religión,
ticular. Me atrevería a decir que hasta para los que no debiera desaprovecharse. Más bien, ha-
no creyentes o declaradamente agnósticos estas bría que perfeccionar la normativa. Por una
realidades como el nacimiento, el matrimonio parte, mediante una interpretación que la haga
y la muerte tienen algo de sagrado, de sabor a viable, como de alguna manera se intenta en el
misterio insondable y trascendente. Todos los libro. En este sentido, es valorable la propuesta
que se casan quieren que se haga una ceremo- de Jorge del Picó de entender que en este tipo
nia con ritos o rúbricas litúrgicas. Hasta el ofi- de matrimonios, el pacto conyugal debe repu-
cial del Registro Civil se siente obligado, con tarse celebrado en la fecha de prestación del
el beneplácito de los contrayentes y asistentes, consentimiento, aunque los efectos solo co-
a “predicar” en la ceremonia del matrimonio miencen a desplegarse con la ratificación e ins-
civil, de la mano de los artículos del Código cripción. El perfeccionamiento puede ser legis-
Civil sobre los derechos y deberes de los cón- lativo y de hecho se discute en la Cámara de
yuges, que debe leer. Diputados un proyecto de ley que modifica la
Así como no estamos de acuerdo con Ley de Matrimonio Civil, entre otras cosas para
el autor en cuanto a la conveniencia de haber ampliar el plazo de ocho días y para permitir la
acogido el divorcio civil, sí lo estamos con la inscripción del matrimonio religioso por man-
idea de reflejar en la legislación una recep- datario. Si el matrimonio civil puede contraerse
ción del matrimonio celebrado ante una con- por mandatario especialmente facultado al efec-
fesión o entidad religiosa con personalidad de to, no se entiende por qué no se podría otorgar
derecho público, que después de una dura lu- mandato ya no para contraer, sino solo para
cha política, en la que entiendo que el autor ratificar un matrimonio ya celebrado. El peligro
desempeñó un papel fundamental, se logró que creyeron ver los legisladores de multitudes
plasmar, aunque con limitaciones, en el art. de fieles haciendo uso de esta opción en dife-
20 de la Ley de Matrimonio Civil. rentes iglesias, casándose varias veces y fraguan-
En esto nuestra ley ha sido innovadora do todo tipo de fraudes a terceros, se ha desva-
y vanguardista. He visto cómo en Argentina necido completamente en los años de
por ejemplo se mira con interés esta fórmula aplicación de la ley. A pesar de las dificultades
chilena de acoger al matrimonio religioso, más son entre 1.000 y 1.500 matrimonios que cada
aún cuando la legislación civil allí ha hecho año de manera pacífica y sin litigiosidad alguna
extensible el matrimonio a las uniones de per- han utilizado esta fórmula. Parece haber llegado
sonas del mismo sexo. Para un gran sector de la hora de hacerla más sencilla y viable para
creyentes, católicos y de otras confesiones cris- asegurar la libertad de conciencia de miles de
tianas y no cristianas, esta es una completa chilenos.
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Por cierto, pienso que un aprecio ma- mente abundantes y variadas; desde tratados,
yor a la libertad de conciencia debería llevar a libros, monografías y estudios eruditos hasta
respetar los matrimonios contraídos en una columnas y cartas al Diario, documentos de
confesión religiosa como la católica, que los trabajo, encuestas, etc.; todo parece servirle
considera indisolubles, como tales, y no pri- para retratar el panorama social donde se in-
vándolos de efectos civiles cuando concurran serta esta nueva legislación matrimonial chi-
las causales del divorcio legal. En el libro se lena. Solo es de lamentar que, aunque en ge-
sostiene la ingeniosa tesis, que proviene de la neral se invoca mucho la realidad social como
ley de divorcio italiana, que tratándose de un una especie de justificación para haber legis-
matrimonio canónico la sentencia de divorcio lado aprobando el divorcio, no se contengan
no lo disuelve sino que solo le retira los efectos datos sobre cómo ha funcionado este “reme-
civiles, dejando subsistente el vínculo religio- dio” en estos cincos años y verificar si se
so. Pero esto no podría ser de otra manera. cumplieron aquellas previsiones que hacían
¿Cómo podría pretenderse que el Estado disol- sus partidarios: que disminuirían las rupturas
viera un vínculo religioso? Lo realmente respe- (salvo un primer crecimiento inicial por la
tuoso sería que reconociera la perdurabilidad demanda contenida), que subirían las tasas de
de los efectos civiles mientras se mantuviera nupcialidad, que se regularizarían las uniones
vigente el matrimonio religioso. de hecho, que disminuiría el número de naci-
Como puede verse, el libro que reseña- mientos fuera de matrimonio, etc. Uno tiene
mos está lleno de reflexiones, análisis y opi- la impresión que, por el contrario, todas las
niones del más sumo interés para cualquier cifras desmienten aquellas optimistas previ-
persona, y no solo para los juristas, que quie- siones y más bien confirman los temores de
ran adentrarse en el actual diseño normativo los que fuimos sus detractores.
del régimen jurídico del matrimonio en Chi-
le. Las fuentes que utiliza el autor son igual- HERNÁN CORRAL TALCIANI*

* Licenciado en Derecho, Pontificia Universidad


Católica de Chile. Doctor en Derecho, Universidad
de Navarra, España. Profesor de Derecho Civil en
la Universidad los Andes.

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