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Una forma más sencilla de definir al IUSI es como el impuesto que paga cualquier
persona dueña de un inmueble, de manera anual -aunque se puede pagar
trimestralmente- (Donis, 2007).
Dentro de las mismas solamente se describen algunos atributos del predio como
son dirección postal, área, tenedor o propietario, registro de la propiedad si lo
tiene, frente y fondo del predio, y valor fiscal o de autoavalúo. Regularmente están
registrados como rústicos y no contienen información sobre mejoras,
construcciones y otros atributos.
Valuación de los inmuebles: El valor del inmueble puede ser determinado por
auto-avalúo, valuación genérica de oficio; o valuación individual (avalúo técnico)
realizado por evaluador autorizado por la dirección fiscal a requerimiento del
propietario. El valor fiscal de los inmuebles se estableció en 1987 mediante
autoevalúo (declaración jurada), puede variarse mediante avalúo elaborado por la
Dirección General de Bienes Inmuebles (DICABI); por medio de avalúo técnico
basado en el nuevo manual de avalúos (2005) de la DICABI y avalúo al momento
de enajenarse el inmueble. Lo que se recaude por el cobro del impuesto y las
multas corresponde a las municipalidades para el desarrollo local; y al Estado,
para el desarrollo municipal.
Diseño Fiscal
Base de cálculo: La base de cálculo es constituida por los valores de los distintos
inmuebles que pertenezcan al mismo contribuyente. Deberá ser considerado: el
valor del terreno, de las estructuras, construcciones, instalaciones adheridas la
tierra en carácter permanente; valor de los cultivos permanentes; naturaleza del
inmueble; y valorización o desvalorización causada por factores hidrológicos,
topográficos, geográficos o ambientales.
Son muchas las fragilidades, entre ellas y sin mayores comentarios, la referente a
las excesivas exenciones, por conveniencia, espacio y tiempo se hará referencia
únicamente dos: tasas o alícuotas y base de cálculo-hecho generador.
Corolario
Al imponer únicamente con base al valor del suelo se estaría atacando de manera
directa la causa principal de la formación del precio del suelo, el tirón de la
demanda, se acciona directamente para disminuir la escasez “original” del mismo
y en contra del precio monopólico que el propietario puede exigir, si se grava
únicamente el suelo; no se afecta la producción, ni el consumo, no se afecta al
capital, ni al trabajo, por tanto se obliga al propietario a absorber el impuesto. De
acuerdo con el punto anterior, y conforme con la naturaleza monopólica del suelo,
-la cual hace que el precio exigido ya se encuentre al tope de lo que el
demandante pagaría-, es decir que ya está ofertado al precio del mejor y máximo
uso, el pagar el impuesto va en detrimento de las cuotas periódicas de renta, por
tanto el precio que podrá obtener en el mercado disminuirá de manera inversa a la
proporción con que aumente el impuesto predial o territorial.
En Guatemala casi sólo los inmuebles financiados por bancos y asegurados por el
Instituto de Fomento Hipotecas Aseguradas reportan montos reales de compra-
venta, y por tanto son registrados fiscalmente al valor real de mercado. Las
construcciones nuevas hechas con financiamiento privado y las antiguas, -
muchas de las cuales tienen reformas o ampliaciones que no se reportan
mediante las licencias de construcción-, están subvaloradas, esto ocurre en todos
los municipios de departamentos del país.
Según un ensayo elaborado por el que suscribe la recaudación del IUSI significa
0.15% del Producto Interno Bruto, mientras que en Costa Rica representa al
menos el 0.6 por ciento. Por el IUSI, el país recaudó en el 2007 Q390.5 millones,
de los cuales, Q173.7 millones corresponden al municipio de Guatemala, según la
Superintendencia de Administración Tributaria, los otros municipios de ese
departamento aportan Q161 millones, mientras que los del resto del país registran
Q55.8 millones.