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Términos foucaultinos

Sauquillo, J. Para leer a Foucault.

archivo

Conjunto completo de los discursos pronunciados en una época. Su elaboración es la tarea


propia de la arqueología, ya que consiste en el registro de todos los enunciados pronunciados o
escri- tos en discursos diversos pero manteniéndolos en su propia dis- persión. Lo dicho y
escrito en cada época determina lo que luego pueden manifestar los individuos. El sentido
trágico de la tarea de «nuevo archivista» viene dado por la inabarcabilidad de su cometido. Sólo
caben los archivos concretos de dominios de saber particulares: psiquiatriá , medicina, biología,
linguística, economiá , criminologiá ... (178-179).

arqueología

Saber liberador del discurso de todas las síntesis, cla- sificaciones, agrupamientos y
unificaciones que pretenden los historiadores convencionales para agrupar a los saberes de cada
épo- ca. Se trata de devolver los sabe- res y lo enunciado en cada discur- so a su discontinuidad
previa a las reunif icaciones debidas funda- mentalmente a un sujeto y un tiempo histórico
fundados en el progreso. No se trata de analizar los saberes como debidos a un su- jeto
ominicapaz sino de estudiar- los en el contexto de las prácticas en que aparecen (179).

discurso

Práctica de habla sometida a controles, apropiaciones y luchas en la sociedad. Cada vez más
obje- to de detentación según una distri- bución jerárquica de la palabra, el discurso es
susceptible también de su liberación horizontal mediante una ruptura polit́ ica de los meca-
nismos de distribución desigual. La concesión de la palabra en las sociedades modernas es
también ordenada no tanto mediante su re- presión sino a través de su produc- ción controlada
(180).

acontecimiento

Suceso que señala una discontinuidad en la historia. Posee una periodicidad y ritmos propios
no explicables por las re- glas de causalidad propuestas por los historiadores seguidores de la
idea de continuidad y progreso. En el periodo arqueológico, el aconte- cimiento es asociado a
lo que se enuncia (acontecimiento discursi- vo), mientras que en el periodo ge- nealógico es
vinculado a lo que acaece como revolucionario (acon- tecimiento revolucionario). La re-
volución iraní se produce cuando se dan series de acciones que con- fluyen con otras series de
actuacio- nes en series de series y provocan un suceso inédito e inexplicable mediante
causalidades económicas, religiosas, sociales o polit́ icas. El acontecimiento es radicalmente ex-
traño, inexplicable y azaroso. Exis- te una teleología negativa del acon- tecimiento, pues sin ser
sustancia, accidente, calidad, o proceso de un cuerpo, tampoco es inmaterial. No se da una def
inición positiva del acontecimiento sino que se postula un descarte de realidades que no es.
Véase revolución.

alteridad

Experiencia alterna, extraña o diversa a la razón occidental. La experiencia de la locura, de la


enfermedad, la muerte, la delincuencia, la no integración social, la perversión sexual configuran
la experiencia de la alteridad, de lo Otro. El sujeto moderno se forma en el rechazo de esta
alteridad.

analítica de la finitud

Análisis de las condiciones de posibilidad del sujeto f inito que se constituye en el espacio y en
el tiempo. La vida, el trabajo y la lengua delimitan la f initud del hombre sin que pueda
superponerse una concepción tras- cendental del hombre en el análisis arqueológico de las
ciencias humanas.

analítica del poder

Análisis estraté- gico del poder que estudia el supli- cio, el castigo, las disciplinas y el examen
como mecanismos pro- ductivos de constitución histórica del sujeto moderno actuando so- bre
el cuerpo de los individuos. Esta analítica del poder considera la compenetración del poder mo-
derno con las ciencias humanas modernas —medicina, psiquiatriá , pedagogiá , criminología,
psicolo- gía...— en el espacio institucional del psiquiátrico, la cárcel, el cuar- tel, el hospital o
la escuela.

anormalidad

Desviación, anomaliá en los comportamientos respecto de un desarrollo normativo. A través de


la fijación de la psiquiatriá en los estados de desequilibrio en el instinto de los individuos, en
vez de en las enfermedades, la psiquiatría se extendió al campo general de las conductas bajo
pretexto de tratar la anormalidad. En torno a 1860, el poder médico re- cae sobre lo no
patológico, la anormalidad, y sólo secundaria- mente en la enfermedad. A partir de esta
determinación laxa de la «anormalidad», la psiquiatriá , en primer lugar, no clasif ica y des-
cribe el síntoma sino el siń drome anormal, donde se incluyen conductas aberrantes y desviadas
—agorafobia, claustrofobia, clep- tomaniá , tendencia incendiaria, homosexualidad,
masoquismo...—; en segundo lugar, convierte lo anormal en patológico a través del delirio; y,
en tercer lugar, consti- tuye un «fondo psiq́ uico» sobre el que intervenir preventivamente, pues
puede dar lugar a la enfer- medad. La rentabilidad polit́ ica de la persecución del anormal es ma-
yor que el castigo del monstruo, dado que aquel se extiende a todo el cuerpo social, mientras
éste es excepcional. Véase monstruosi- dad.

anticiencias

Conocimientos genealógicos que escapan a la jerarqui- zación y compartimentación del saber


moderno. Son anticiencias todas las experiencias forjadas en las luchas políticas de las expe-
riencias marginales, tradicional- mente sometidas por la experien- cia racional, donde se
produce el hombre moderno por las ciencias humanas. A estas ciencias huma- nas se les objetó
su no posesión de estatuto cientif́ ico alguno para su- brayar su matriz polit́ ica. Las anti- ciencias
adolecen de igual caren- cia, claro está, dentro de las luchas políticas sostenidas en el interior
de los juegos de verdad en que se constituye nuestra experiencia. Véase ciencias humanas y
contra- ciencias.

archivo

Conjunto completo de los discursos pronunciados en una época. Su elaboración es la tarea


propia de la arqueología, ya que consiste en el registro de todos los enunciados pronunciados o
escri- tos en discursos diversos pero manteniéndolos en su propia dis- persión. Lo dicho y
escrito en cada época determina lo que luego pueden manifestar los individuos. El sentido
trágico de la tarea de «nuevo archivista» viene dado por la inabarcabilidad de su cometido. Sólo
caben los archivos concretos de dominios de saber particulares: psiquiatría, medicina, biología,
linguiś tica, economiá , criminologiá ...

arqueología

Saber liberador del discurso de todas las siń tesis, cla- sificaciones, agrupamientos y unif
icaciones que pretenden los historiadores convencionales para agrupar a los saberes de cada
épo- ca. Se trata de devolver los sabe- res y lo enunciado en cada discur- so a su discontinuidad
previa a las reunif icaciones debidas funda- mentalmente a un sujeto y un tiempo histórico
fundados en el progreso. No se trata de analizar los saberes como debidos a un su- jeto
ominicapaz sino de estudiar- los en el contexto de las prácticas en que aparecen.

arqueología del silencio de la locura

Descripción del sueño, de lo irracional o de lo no dicho como expe- riencia propia de la


alteridad, de lo diverso, lo otro, que escapa a la razón moderna y a sus saberes propios.

biopolítica de las poblaciones

Una de las dos estrategias dispuestas por el poder moderno para incre- mentar la población y
acrecentar su rendimiento efectivo. Se trata de un control intensivo y descentrado so- bre la
población, denominado «gu- bernamentalidad», no atribuible al Estado. Coincide la necesidad
del capital en mejorar la calidad del trabajo como factor de producción con el incremento y la
salud de la población a través de una interven- ción constante y capilar sobre los individuos
(nacimiento, procrea- ción, longevidad, enfermedad, muerte). Véase disciplina.

campo discursivo

Concepto que de- termina el deslizamiento de una supuesta autonomía del discurso respecto de
las instituciones. Es el contexto institucional donde el dis- curso encuentra buena parte de sus
reglas de formación y transforma- ción.

ciencias humanas

Ciencias surgidas en la consideración del hombre como objeto cientif́ ico: psicologiá , sociología
y análisis de las literatu- ras y las mitologiá s. Señalan al hombre como fundamento del sa- ber
y subrayan sus lim ́ ites alre- dedor del lenguaje, la vida y el trabajo que lo condicionan. Véase
anticiencias y contraciencias.

condiciones de posibilidad del saber

Objeto de estudio de la arqueología como desentrañamiento del a priori de saberes como la


psiquiatriá , la medicina o la psicologiá .
contraciencias

El psicoanálisis y la etnologiá como conocimientos que esclarecen las condiciones de posi-


bilidad de unas ciencias sobre el hombre o «ciencias del hombre». Véase anticiencias y ciencias
hu- manas.

defensa de la sociedad

Objetivo que se trazan la psiquiatría y la criminología cuando elaboran un tipo social


«peligroso» que justifica los controles permanentes e individua- lizados sobre el conjunto del
cuerpo social.

degenerado

Tipo social creado por la psiquiatriá más apropiado a la mayor extensión del poder moder- no
sobre el cuerpo social. Sirvió a la protección del grupo bajo el pre- texto de que esta anomaliá
indivi- dual cuestionaba la sana herencia del grupo. La psiquiatriá nazi y eu- genésica hizo de
la defensa del grupo frente a la herencia degene- rada su particular implantación del orden.

delincuencia

Factor de desviación social producido en un circuito cerrado de cárcel, delincuencia, policía,


cárcel, delincuencia... que se retroalimenta indefecti- blemente y alcanza su mayor rentabilidad
en la justif icación de la vigilancia constante de la población marginal. El éxito ma- yor de la
cárcel es la perpetua- ción de este medio delincuente, allí reforzado, por encima del constante
fracaso de la resociali- zación.

derecho de vida y muerte

Dispo- sición del poder sobre la vida caracteriś tica de la Antigüedad. Subsiste en las guerras
moder- nas y en la aplicación de la pena de muerte por paiś es como Estados Unidos, Arabia
Saudí y Guatemala, sin efecto disuasorio alguno y sin ninguna ejemplaridad moral por parte del
Estado por la venganza disimétrica que comporta. Véase poder sobre la vida.

disciplina

Procedimiento de control social basado en la regulación e in- tensif icación de todos los ritmos
corporales del diá , así como la compartimentación de las horas de trabajo y descanso, en
poblaciones custodiadas o tratadas en institu- ciones cotidianas como son la es- cuela, el
hospital, el cuartel, la pri- sión, el psiquiátrico, donde se ejercen relaciones de poder y ex-
tracción de saberes conf iguradores de la experiencia del hombre mo- derno.

discurso

Práctica de habla sometida a controles, apropiaciones y luchas en la sociedad. Cada vez más
objeto de detentación según una distri- bución jerárquica de la palabra, el discurso es susceptible
también de su liberación horizontal mediante una ruptura polit́ ica de los meca- nismos de
distribución desigual. La concesión de la palabra en las sociedades modernas es también
ordenada no tanto mediante su re- presión sino a través de su produc- ción controlada.
discurso autónomo

Ilusión de una explicación de las funciones y regularidades del discurso mediante el estricto
estudio de su práctica, sin acudir a su contexto institucional externo. La genealogiá marca la sa-
lida de un excesivo cierre en torno al discurso para vincular el discurso al poder como matriz
de su crea- ción, reparto y distribución social.

dispositivo

Disposición provocada por el poder a hablar, decir, produ- cir verdad. Sirve para ofrecer un
modelo productivo y no represivo de funcionamiento del poder. La palabra, la verdad, los
comporta- mientos sexuales se incitan de acuerdo a estrategias de encauza- miento
diferenciadas y más tena- ces que la mera represión.

documento

Tratamiento que recibe un texto o un suceso cuando quiere extraerse la supuesta significación
que encierra. La hermenéutica o la historia tradicional se ocupan habitualmente de los
significados, de los sentidos de las creaciones o de las acciones humanas. Véase monumento.

enunciado

Dominio discursivo de estudio de la arqueologiá . La arqueologiá se dedica a describir las


condiciones externas de posibilidad del enunciado sin acudir a los recursos de la historia de las
ideas —autor, obra, tradición, influencia, desarrollo... El enunciado es la materialidad de lo
dicho sin valor lógico, significación o corrección gramatical, en su extrañeza, no reconducible
a la frase, la proposición o el acto de alocución.

episteme

«Condición de posibilidad» de los saberes de una época determinada. Estructura las reglas de
formación de saberes diversos entre los cuales se producen unos isomorfismos propios de cada
episteme e incompatibles entre si.́ Segmentan el tiempo histórico en tres a prioris diversos entre
los cuales no hay leyes de transformación o tránsito: los cambios de una episteme a otra —
Renacimiento, época clásica, modernidad— son enigmáticos.

estética de la existencia

Disposición autoexigente de los sujetos virtuosos que desean hacer de su vida una obra de arte
que se ofrez- ca como ejemplo vivo o que sea recordado como eterno. Comporta un modo de
vida f ilosófico en el que el pensamiento no es reducido a reflexión o teoría, sino que supone
un trabajo de transformación de la propia individualidad hacia su ser más profundo e intensivo.
Esta búsqueda de la propia singularidad, irreductible a universal, norma o ley de
comportamiento, guarda relación con un estilo de vida antiguo que tiene continuidad en el
humanismo renacentista (la «repú- blica de las letras»), los revolucio- narios modernos, y el
«dandy» como recreador insomne de la pro- pia subjetividad.
experiencia literaria

Vivencia desgarrada que se da en los intersticios de la determinación social del comportamiento


como desafió a las formas establecidas de pen- sar, sentir, escribir, gozar y padecer. Encarnada
en la escritura y en el arte, en general, es un reto a toda experiencia signif icativa o re-
presentativa predominante en el seno del lenguaje discursivo. La experiencia literaria es
pensamien- to de todo aquello que no es pensa- ble a través de un lenguaje racional y discursivo.

experiencia crítica de la locura

Experiencia domesticada, adocenada, de la locura. La extensión del con- trol por la racionalidad
a mayor número de experiencias requiere de esta experiencia de la locura que no entraña peligro
o desafió alguno a la razón. Sólo es un polo dialéctico, no antagónico, de la razón, útil a la
ampliación del con- trol racional de toda experiencia. El elogio de la locura humanista de
Erasmo de Rotterdam es un ejem- plo de esta «experiencia crítica de la locura». Véase
experiencia trá- gica de la locura.

experiencia trágica de la locura

Herida, desgarrón irreversible den- tro del tejido ordenado de la racio- nalidad que nos sitúa
́ ites de la experiencia significativa y que no es integrable dentro de las clasi-
ante los lim
ficaciones de los saberes, la teoriá s y las ciencias predominantes. Véase experiencia crítica de
la locura.

formación discursiva

Cada uno de los saberes que se dan en el interior de las reglas de producción de cada episteme
guardando identidades isomórficas caracteriś ticas. Cada formación discursiva agrupa a un
conjunto de enunciados y posee unas reglas de formación de obje- tos, teorías, conceptos,
enunciados que la identif ica como tal.

fuerzas

Elementos irreductibles, últimos o fundamentales de la genealogiá y de la arqueología. La vida


discurre entre la tensión de unas y otras fuerzas. Las fuerzas se agrupan en constelaciones
diversas para conf igurar saberes, poderes y subjetividades distintas. Existen «fuerzas activas»
potenciadoras y recreadoras de las metamorfosis, el movimiento, el pensamiento y la invención
de experiencias; y «fuerzas reactivas» momif icadoras, coaguladoras de los desplazamientos y
la intensificación de la vida. Las primeras procuran el despliegue, mientras que las segundas
preservan el repliegue de la potencia. Las primeras se refieren al arte, las segundas al trabajo
objetivo del resentimiento en la historia.

genealogía del poder

Búsqueda del origen escabroso, vergonzoso, en que apareció la «paz social» en que se dio este
hombre fabril, industrioso y acumulador que sin seguridad no habriá tenido estim ́ ulo alguno
para sus esfuerzos. La genealogiá del poder es una contraciencia que airea las estrategias
positivas en que se pudo formar ese constructo contingente llamado hombre moderno que
permanece cerrado al silencio, al derroche, la muerte, la enfermedad, la delin- cuencia, la
perversión, la inadapta- ción o la locura.
genealogiá del racismo Análisis del origen turbio de un «racismo étni- co» surgido, en el siglo
XX, para defensa social frente a los «anor- males», junto a la preocupación psiquiátrica por la
pureza de la he- rencia. Bajo este tipo de racismo caen quienes tienen algún defecto, algún
estigma, y pueden trasmitir aleatoriamente este mal. Se trata de un racismo ejercido sobre el in-
terior de un grupo transmisor del mal. Este racismo tuvo concomi- tancias con el racismo
antisemita en el contexto totalitario del na- zismo.

gobierno

Mecanismo de poder mucho más extenso y persistente que el realizado a través del Estado. El
poder estatal se sustenta en la inte- gración social realizada mediante la gubernamentalización
de la sociedad. Es un poder ejercido sobre la población que sirvió al Estado de sustento social.
Procura la seguridad y rentabilidad de la población, a través de la disposición económi- ca de
las cosas en favor del aprovechamiento de los hombres. El gobierno administra la utilización
de las poblaciones interviniendo en todo lo relativo a la natalidad, enfermedad, salud y vigor,
epidemias, catástrofes y muertes.

Gran Encierro

Experiencia de encierro indiscriminado de la población marginal en la época clásica, antes de


que aparezca una diversificación institucional de los centros de custodia según se trate de
enfermos, locos, delincuentes, inadaptados, perversos...

hermafrodita

Experiencia genitalmente ambivalente que cuestiona la inapelable asignación de com-


portamientos y gestos a uno y otro género según una def inición producida de cual es el sexo
verdadero, el sexo rey, y cuales son las perversiones excluidas de este sexo normalizado.

historia general

Historia sin centro al que atribuir la causalidad de todos los cambios. Considera el cambio
histórico como resultado de un juego complejo de múltiples fuerzas sin un motor fundamental,
sean las relaciones de producción, los sujetos, la religión o las mentalidades. La arqueología
pretende ser esta historia general que restituya los acontecimientos a su propia dispersión de
acontecimientos sin las reconstrucciones unificadoras realizadas por la historia global. Véase
historia global.

historia global

Historia que ofrece los sucesos agrupados en torno a la idea de progreso y de concien- cia de
los sujetos. Tiende a clasificar lo sucedido en materias es- tancas dentro de una concepción
tradicional de la historia. Frente a este método historiográfico reac- cionó la historia general o
arqueo- logiá . Véase historia general.

historia política de los cuerpos

Historia de cómo se produjo el hombre moderno en relaciones especif́ icas con manifestaciones
de poder y formas de saber determinadas dentro de un complejo institucional materializado en
la prisión, el asilo, el psiquiátrico, el hospital, el cuartel, la escuela... Esta historia política de
los cuerpos realiza la genealogiá del hom- bre moderno retrotrayéndose al es- tudio, también,
de formas de poder premodernas.
hombre moderno

Constructo reciente y perecedero que def inieron las ciencias humanas a f inales del siglo XVIII
dentro de unas formas de sentir, padecer, pensar y experi- mentar, hoy en crisis, ajenas a
cualquier imaginación de las po- tencialidades todaviá no conocidas de lo que puede un cuerpo.

humanismo

Centro de los ataques de la reacción estructuralista en Francia. Todo el énfasis puesto por este
movimiento estructuralista en la importancia de los mitos, el len- guaje, el inconsciente en la
deter- minación de los comportamientos individuales chocó con una f iloso- fiá humanista que
elevaba el papel de la conciencia y la libertad indi- vidual a causa fundamental de la vida social.
Más allá de la impor- tancia del estructuralismo en el ataque al humanismo, el desmar- que de
la filosofiá del hombre se produjo, en buena medida, a través de la propuesta fuerte de individuo
realizada por Nietzsche. Desde los años cincuenta, la reacción antihumanista, en Francia, se
opuso al personalismo, a la fenomenologiá y al existencialismo por representar propuestas
humanistas blandas de entendimiento de la subjetividad.

individuo peligroso

Categoriá formada por la psiquiatriá , a f inales del siglo XVIII y comienzos del siglo XIX, en
torno al conocimiento de ciertos crímenes de especial violencia sin móvil y sin pérdida cierta
de la racionalidad. Esta cate- goriá surge alrededor de la coope- ración brindada por la
psiquiatría a la administración judicial para el establecimiento de las pruebas pe- riciales. La
existencia de individuos peligrosos, no determinables por siń tomas de enfermedad sino por
instintos perturbados, es apro- vechada estratégicamente, por su laxa concreción, para la realiza-
ción de un control exhaustivo de la población.

isomorfismo discursivo

Conjunto de leyes, funciones y regularidades compartidas por varias formacio- nes discursivas
aparecidas dentro de la misma episteme de conocimiento.

isomorfismo de poder

Conjunto de regularidades y funciones compar- tidas por los mecanismos de poder de una
época. Entre la prisión, la fábrica, la escuela, el cuartel, el asilo y el hospital modernos existe
tal coincidencia en torno a la búsqueda de un control constante y absoluto de la actividad de sus
habitantes y un sometimiento de todos ellos a un régimen disciplinario donde sus vidas pueden
ser transcritas en sus incidencias a expedientes escritos. El panoptismo y la estructura
arquitéctónica panóptico surgen, en la modernidad, con la vocación de dar una solución
isomórfica en su funcionalidad a un conjunto institucional tan diverso y variado como el
mencionado.

literatura moderna

́ ite, ni dentro ni fuera de nuestra experiencia moderna, y propuesta


Experiencia situada en el lim
por una serie de escritos donde se desafía el orden lingüístico de la representación significativa,
así como una concepción limitada del hombre moderno. Son recuperadas aquí ciertas experien-
cias como el deseo, los sueños, el laberinto, la locura, el silencio, el significante puro...
locura

Todo aquello que por irreverente a la norma es construido por la razón como carente de sentido,
irresponsable o peligroso y, por ello, necesitado de estudio, encerrable, perseguible,
recriminable y no merecedor de diálogo alguno. Véase razón.

marxismo

Uno de los instrumentos de análisis de la genealogía del poder, en lo que se refiere a la con-
cepción de una sociedad dividida en clases dada la organización alienada y explotadora del
trabajo. No obstante, los análisis genealógicos han rectificado la atribución excesiva de
importancia a las rela- ciones económicas como estructu- ra explicativa del funcionamien- to
real del poder. Dos señalados defectos teóricos del marxismo, rectif icados por la genealogía
del poder, son haber considerado su- praestructurales, determinados por la infraestructura
económica, la vi- gilancia y el castigo y, por tanto, haberlos considerado secundarios; e incurrir
en una vinculación estricta del poder con el aparato de Estado.

materialismo de lo incorporal

Teoría debida al antiguo estoicismo, en nuestro tiempo, trasmitida por Brehier a autores como
Foucault, Deleuze o Simondon, que recrea un modelo de individuación singu- lar e insólito en
las sociedades de masas. Esta contraintuitiva idea su- pone la corporeidad de todas las
́ ites
realidades, incluso de los valores, salvo el exterior de los cuerpos, in- corporal, en cuyos lim
el cuer- po se individualiza, mediante la actualización de su energiá virtual como real, sin
ofrecerse a la imita- ción sino buscando su singularidad mediante una tensión y una reso- nancia
constante de sus fuerzas in- ternas del interior hacia el exterior del cuerpo. Ser virtuoso es estar
en tensión constante sin declinar o re- lajarse nunca.

matrices jurídico políticas

Dispositivos de poder que dieron lugar a formas de saber concretos en la Antigüedad, la Edad
Media y la modernidad. La medida de los griegos, la inquisitio generalis e inquisitio especialis
medieval y el examen contemporáneo dieron sucesivamente lugar a saberes como las
matemáticas, las ciencias natu- rales y las ciencias humanas. Estas matrices de poder-saber
marcan un cambio de tercio de la arqueología a la genealogía.

Mayo del 68

Revuelta estudiantil masiva y muy aparatosa en la que se levantó el pavimento de París, como
proyectil, y los incendios proliferaron, sin grandes desgracias personales y con relativa buena
educación de la policía. Dio mejores resultados desde el punto de vista de la teoría crítica que
de la transformación real de sus participantes, demasiado preocupados por no perder la
convocatoria de exá- menes de junio. Abundaron las posiciones extravagantes de gru- pos hoy
casi olvidados como los maoiś tas o los «situacionistas», propugnadores, estos últimos, de la
rebelión mundial encabezada por los técnicos, quienes —supusieron— sabiá n realmente, y eran
capaces de invertir todo el orden científico-técnico actual, intacto después de todo. La brillante
aper- tura de la reflexión de izquierdas hacia los problemas de vida cotidiana, realizada en las
aulas y en las bibliotecas, sigue esperando unos acontecimientos históricos acordes a su elevada
altura.
modelo de la lepra

Modelo de operar del poder mediante la represión de los comportamientos y el apartamiento


del tipo social desvido del cuerpo social. Es el modelo ca- racterístico de las sociedades pre-
modernas. Véase modelo de la peste.

modelo de la peste

Modelo de ope- rar del poder moderno mediante la cuadriculación del espacio social y la
integración de todos los indivi- duos en un medio diversif icado y clasif icado, evitando su
mezcla in- diferenciada en el conjunto social. Predomina en las sociedades mo- dernas y
coexiste con el modelo, más excepcional, de la lepra. Véa- se modelo de la lepra.

monstruosidad

Lo que se muestra desmedido, enorme o extraño y de- safiante a toda norma o canon. Existe
una monstruosidad natural y otra moral. La monstruosidad mo- ral surge en torno a la
́ enes atroces de gran violencia, incomprensibles para la razón y para
inexplicabili- dad de crim
la racionalidad judicial en concreto. Se trata de crímenes sin móvil o motivo racional, come-
tidos con gran frialdad, previsión, cálculo e, incluso, justif icación ar- gumental. Véase
anormalidad.

monumento

Tratamiento que recibe un texto o un suceso cuando no se pretende hallar su signif icación, sino
que se procura describir sus elementos propios y sus reglas in- ternas sin interpretarlo. El texto
o el suceso es tratado como un signi- f icante puro. Ante un documento medieval cabe su
interpretación o una suerte de fascinación por las capitulares que inician su texto. Esta
fascinación es propia de quien valora como monumento y no como documento un vestigio me-
dieval. Véase documento.

normalización

Procedimiento de conversión de las caracteriś ticas de cada uno a las del todo social. Pue- de
realizarse forzadamente o me- diante mecanismos de persuasión y control de masas. Las
institucio- nes, pero también las que David Cooper llamó «amistades normali- zantes», tienden
a este resultado de igualación y serialización en el que nadie osa salirse de la regla, norma o
variable de normalización. La normalización tuerce e impide la diferenciación de los individuos
a la manera de las hojas de un bos- que, nunca idénticas entre sí.

onanismo

Comportamiento mastur- bador principalmente perseguido por la Iglesia por el derroche y ale-
jamiento de cualquier pretensión reproductora que supone. Es, en- tonces, más execrable que el
adul- terio incluso. Junto con la degene- ración jugó un papel fundamental en la penetración
masiva de la psi- quiatriá en el conjunto del cuerpo social, bajo la excusa del necesario
tratamiento de la autoconcupiscen- cia corporal y la voluptuosidad se- xual.
ontología del presente

Pregunta por la constitución de la modernidad de la que formamos parte. Plante- arse esta
«ontología del presente» conduce a cuestionarnos qué so- mos en nuestra actualidad y qué es
este momento actual en el que es- tamos constituidos como sujetos. Fuera ya del estado de
minoriá de edad premoderno, cabe plantearse en qué consiste esta modernidad en crisis pero de
la que todaviá no hemos salido. Cabe interrogarse por la idiosincrasia de la moderni- dad a
través de las formas de sub- jetividad que permite y los saberes y manifestaciones del poder
pro- pios.

orden del discurso

Mecanismos y ceremonias no sólo represivos sino, también, productivos a tra- vés de los cuales
se exorciza el uso de la palabra, se incita a ha- blar o se restringe el pronuncia- miento de palabra
alguna. La pa- labra es objeto de apropiación política, encierra peligros y pre- serva posiciones
de poder que son objeto de una ceremoniosa admi- nistración.

panóptico

Estructura arquitectónica que garantiza el control absoluto de los habitantes por su disposi- ción
espacial en dos lugares: uno para los observados, iluminados por la luz abundante (o por cáma-
ras en la versión tecnológica), y otro inmune a la observación para quienes miran la totalidad
de su in- terior. Este reparto desigual, jerár- quico, de la mirada se da en la cár- cel de
Carabanchel, en la escuela de oficios de La Paloma, o en el Asilo de Ancianos provincial de
Madrid.

perversión sexual

Lo que se mani- fiesta irreductible al «sexo verda- dero» por su desbocado deseo, inusitada
pasión o inconfesado ex- travío dentro del dispositivo de la confesión religiosa, el diván psico-
analit́ ico o la conversación entre amigos. Definirla es negarla o anu- larla. La misma «perversión
poli- morfa» deja de ser perversión en cuanto es def inida por el psicoaná- lisis e, incluso, es
objeto de imita- ción por un inocente perverso. Son buenos ejemplos de perversión las
extravagancias del marqués de Sade o las experiencias traid́ as al diálogo por Foucault entre los
ho- mosexuales que «ligan de un vista- zo» —sin intercambiar palabra— en San Francisco.

poder

Castigo o vigilancia que se realiza sobre los individuos o las poblaciones. En la Edad Media, el
poder soberano se ejerce disimétri- camente y como venganza sobre el cuerpo de quien es
conducido al suplicio; en la Ilustración se ejerci- ta mediante un equilibrio de deli- tos y penas;
y en la modernidad, mediante la vigilancia constante. Ahora, las disciplinas, la guberna-
mentalidad, y la misma represión, son mecanismos de ejercicio de poder sobre el cuerpo de los
indi- viduos.
poder sobre la vida

Control social ejercido en las sociedades moder- nas a través del disciplinamiento de los ritmos
y gestos corporales, así como de las regularidades de existencia de la población concebida como
factor de producción. Su efectividad ha relegado la utiliza- ción del «derecho de vida y muer-
te» antiguo a un segundo plano por innecesario para asegurar la obediencia de la población.
Véase derecho de vida y muerte.

poder ubuesco

Poder que se manifiesta con una mecánica grotesca o paródica de solemnidad, por la puesta en
marcha de una serie de verdades sólidas, y de una mecáni- ca incontrolada. El poder ubuesco
borra el origen de unos comporta- mientos que le descalif icarían de ser conocidos. Se encarna
en el na- zismo, el fascismo y las burocra- cias occidentales y se ejerce me- diante maquinarias
administrativas regidas por funcionarios medio- cres, nulos, imbéciles. Es el poder serio
ejercido por descualif icados o arbitrarios.

práctica discursiva

Práctica situada en el lim


́ ite del discurso, ni interna ni externa al discurso, y que fija las
regularidades de lo que cabe enunciar en cada época sin acudir a un sujeto, autor del discurso.
Guarda relaciones de interpenetra- ción con las prácticas extradiscur- sivas. Véase práctica
extradiscur- siva.

práctica extradiscursiva

Práctica institucional que produce la forma- ción de saberes, formaciones dis- cursivas u objetos
científ icos de- terminados. Estas prácticas se encarnan en instituciones como el psiquiátrico, la
prisión, la escuela, el asilo o el hospital, en un régi- men de interpenetración con las prácticas
discursivas. Véase prácti- ca discursiva.

psiquiatría

Saber surgido en el si- glo XIX de la higiene pública y no de la medicina, que aseguró una
penetración del control polit́ ico en el cuerpo social imposible, en su extensión, para el Derecho.
Surge junto a la administración de justicia como apoyo en la de- terminación de las pruebas
peri- ciales en aportación de rigor en el esclarecimiento de la responsabi- lidad penal. Traza una
división diáfana entre el normal y el anor- mal. Véase anormalidad y mons- truosidad.

razón

Constitución de un comporta- miento acorde a la norma occiden- tal formado en el rechazo de


cier- tos tipos sociales como locos o anormales. Su etimología compar- tida con ración aclara
su estrategia clasif icatoria, fragmentadora, divi- soria de todo aquello indef inido, extraño,
extravagante, confuso o mezclado. Reviste de sabiduriá todo lo que consigue con el terror.
Véase locura.

régimen discursivo

Dispositivo de fuerzas en el que se produce la verdad, más allá de cualquier in- tención o prueba
cientif́ ica. Es un dispositivo de intereses, relaciones de poder y de fuerzas ajeno a la ponderación
de las pruebas, deli- beraciones y contrastaciones con las que se suele revestir.
revolución Cambio en las formas de subjetividad de los individuos que apenas suele producirse.
Es un acontecimiento extraño. No con- siste sólo en un cambio brusco en el timón de los
aparatos adminis- trativos o en la destrucción de és- tos, sino que se da con la aparición de una
subjetividad inventiva ca- paz de sacudirse las formas de subjetivarnos que la historia y sus
mecanismos nos impusieron du- rante siglos. La revolución iraní fue observada como una
auténtica revolución que pronto sólo trajo desengaño y horror.

saber

Conjunto de conocimientos y verdades establecidas propios de las «ciencias humanas» que


guarda vinculación directa con relaciones de poder. En las instituciones modernas de enseñanza,
disciplinamiento, terapia y custodia se ejercen relaciones de poder a la vez que se extraen
saberes modernos —pedagogía, psiquiatriá , medicina cliń ica, criminología...— serios, pero
cuyo origen arbitrario y polit́ ico, de ser patente, les desautorizariá .

sexo verdadero

Concepción de la sexualidad establecida como auéntica en los mecanismos de la confesión


eclesiástica y de la con- fesión psicoanalítica. También denominado «sexo rey» se constituye
en la exclusión de la «perversión sexual» poniendo en juego los re- sortes institucionales más
tenaces y los saberes más conspicuos. Véa- se perversión sexual.

subjetividad

Forma en que los individuos se constituyen y son producidos como sujetos. Existen formas de
autoconstitución de la subjetividad de forma artística y constituciones mecánicas de la
subjetividad a través de los mecanismos productivos de la historia.

tecnologías de poder

Diferentes estrategias que han servido al castigo, empleo, domesticación y vigilancia del cuerpo
de los individuos. Entre estas tecnologías están el suplicio, el castigo, el examen, la biopolítica
de las poblaciones y la gubernamentalidad. Determinan las conductas de los individuos con
ciertas relaciones de dominación bajo las cuales son objetivados como sujetos sujetados.

tecnologías del yo

Relaciones establecidas entre los individuos que potencian el reforzamiento del cuerpo y el
alma mediante ciertos ejercicios espirituales, vinculados al pensamiento, el diálogo y la es-
critura. Capacitan a los individuos para reforzarse entre sí y potenciar su felicidad y
autoexigencia como sujetos liberados.
teoría política

Reflexión sobre la polit́ ica concebida por el liberalis- mo y el marxismo que adolece de ciertos
defectos criticados por la genealogiá del poder. Tanto una como otra doctrina tan dispares in-
curren en suponer que el poder es propiedad de las clases dominan- tes, se localiza en el aparato
del Estado, está subordinado a las relaciones económicas, actúa mediante la represión y se
encuentra regulado por el derecho.

trabajo de la verdad

Compromiso real de la genealogiá del poder y la subjetividad. Consiste en desvelar la falsedad


de los poderes que nos someten y de las subjetividades que se nos impusieron para restituir
otras formas de relacionarse tomadas de la Antigüedad, el Renacimiento, ciertos mo- mentos
de la revolución ilustrada o del dandismo en lo que tienen de reinvención inagotable de la
subjetividad. Procura unir el pen- samiento y la reflexión con la cre- ación de nuevos
comportamientos en vez de con la repetición del pa- sado.

verdad

Resultado de disputas, inte- reses y conflictos en el orden del saber que da en el establecimiento
de algo relativo al comportamiento humano como seguro e incuestio- nable. Esta operación se
efectúa borrando cuidadosamente la ma- triz política de nuestras certezas más estables y
confirmadas como fruto del progreso cientif́ ico o téc- nico y de nada más.

voluntad de saber

Dispositivo me- diante el cual la verdad se produce, se incita y no se reprime o niega. Este
insidioso modo de conf igurar la verdad y los saberes aceptados sobre el comportamiento como
«ciencias del hombre» es una vo- luntad productiva.

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