Académique Documents
Professionnel Documents
Culture Documents
SERGIO VERDUZCO
a Laurètte Sèjourné
Sergio Verduzco
2
INTRODUCCIÓN
1
Campbell, Joseph, “Mitos, Sueños y Religión”. Editorial Kairós, Biblioteca de la Nueva
Conciencia., Primera Edición. 1997. Tomado de la colaboración: “El Mito y los Sueños
en las Escrituras Hebreas”, por John F. Priest, quien cita a Campbell en la página 55. (J.
Campbell. “Mask og God, Vol I Primitive Mithology, Nueva York, 1959, págs. 149 y sig.)
3
Con una idea que cada cual entendía a su manera nos dimos a la
tarea de hacer México. Así que, en la medida en que no conocíamos
nuestra razón histórica y carecimos de propiedades, conceptos, teorías
e intuiciones propias, ¡no supimos evolucionar nuestras sociedades
reales! Como nación hubimos de copiar las de otros. Y por razón de la
evolución económico política y de conciencia, que como historia vivían
esos otros estados, debimos ser una Nación Occidental: democrática,
racionalista, pro liberal, positivista y moderna. Todo ello a costa de
enormes esfuerzos.
Desde entonces buscamos nuestra verdad sin alcanzar a dilucidar
nuestro ser en la historia. Para entendernos preciso es reconocer las
ideas que nos mueven, meditar sobre lo que estamos haciendo,
desinvolucrándonos de practicar viejas decisiones de vida, costumbres y
herencias que nos determinan como civilización. Hemos de reconsiderar
los hechos que realizamos, valorando los principios que nos mueven
honestamente. Juzguemos si corresponden los valores y conceptos que
verbalizamos tener con lo que hacemos.
LA ARQUITECTURA COSMICA
LA IDENTIDAD
EL SIMBOLISMO
griegos del origen de los dioses, es el tiempo, del cual nacimos para
morir por él devorados. Este es nuestro concepto del Ser y el Tiempo.
Los teotihuacanos conciben también al dios del tiempo como padre de
los dioses, sólo que, en vez de ser el encargado de devorarnos, lo es de
renovarnos; ¡en tanto que él es Sumo Sacerdote del Fuego Nuevo!
Huehueteotl, o dios nahua del Tiempo, viene desde los Arcaicos;
preteotihuacano. Es su dios único, el Dios Viejo, portador del fuego que
es la vida. Gracias a él se vive: de su aliento. Él, en tanto dios del
Fuego, es el Señor del ciclo, del centro -entre las cuatro direcciones
encontradas- de nuestro dual y dialéctico pensamiento.
Él, con Tezcatlipoca, es el origen de lo que a la larga culminará en
la concepción del Quetzalcoatl teotihuacano.
Huehueteotl es quien preside los misterios cíclicos del Fuego
Nuevo, por el cual debemos desnudar y revestir nuestro ser cada 52
años. Esposo como es de la serpiente de ideas que nos hacemos en el
espíritu por vivir en el mundo, cíclicamente él la desnuda y renueva la
piel espiritual de nuestras personas.
Todos heredamos mensajes que nos revelan ¡y debemos
descifrarlos!
Por nacer estamos en una trampa. Debemos salir. Para ello
tenemos símbolos qué comprender. Para madurar el ser y a la vida
precisamos todo lo que nos enseñan los símbolos que nos nutren:
egipcios, griegos, mosaicos, cristianos y -ahora- teotihuacanos. Esta
será la tarea a realizar por cada hombre que desee elevar su conciencia
del área magnética de la Luna a la del Sol.
El afán constante de las ciencias del espíritu ha sido el desarrollo
de la conciencia. Esta investigación, inscrita en el mismo afán, pretende
incursionar entre las técnicas teotihuacanas para activar la conciencia
universal, con sus luces y métodos.
Proponemos imitar a los antiguos Arcaicos del altiplano de
Anahuac, quienes daban de comer periódicamente sus culebras al fuego
de Huehueteotl aprovechando así el transcurso de Cronos por el mundo.
Tal práctica logró civilizaciones en las que cíclicamente se
recreaban todas las ideas, meditando la realidad que depende de las
creaciones de los hombres para revalorizar los conceptos de sus
civilizaciones, de acuerdo con una ley de perfeccionamiento humano
que rige la evolución mental del espíritu en su histórico paso de
individualidades por el mundo.
Precisamos un cambio que nos entregue otra concepción de la
realidad, más mística. Quizá nuestra peregrina maldad humana, no
resuelta a pesar de todos los esfuerzos de la Historia, estriba en que no
alcanzamos una visión colectiva y equilibrada del presente. Requerimos
nueva visión mística, unificadora e involucrada socialmente con las
realidades prácticas.
49
LOS CONOCIMIENTOS.
LA HISTORIA
EL SISTEMA
comercio por parte de los seres humanos que han forjado los últimos
quinientos años de historia.
Sólo que los objetivos del hombre no se reducen a ese ser liberal.
Requerimos además integrar el ser individual a la conciencia universal y
realizar el destino.
El liberalismo es sólo un medio, no un fin social para garantizar la
libertad de la realización privada; en sí misma no puede ser una
finalidad social sino privada.
Además, aunque tanto la libertad social como la privacidad
individual son la salud del alma mundana, no son, por sí mismas, lo más
trascendente para esa alma, como tampoco lo es la misma
independencia económica. Lo más trascendente es saber y dar. Y lo
más importante del mundo es conocernos.
¡Enorme trabajo esto de conocernos!
¿Cómo llegar a apreciar lo trascendente, y más real, por sobre lo
menos? ¿Qué puede movernos a dejar de amar lo que es mudable,
como la piel de las culebras?
La comprensión del destino prepara la voluntad para la superior
conquista espiritual de toda la historia humana en uno mismo. Esta
excelencia produce nuevas intuiciones sobre otra idea, de la que emana
otro sentido ético y otra sabiduría. Ambos nos confieren el privilegio de
visualizar nuestro destino como misión de trabajo, aplicando nuestro
esfuerzo en recrear el ayer, añadiendo el presente como evolución y
aporte de nuestro ser.
Conociéndonos hemos de reavivar el fuego de la fe para
reconcebir las ideas que nos identifican, para enseñarnos a perfeccionar
nuestros propósitos, intentando empresas justas.
Conociéndonos sabremos representarnos para enfrentar el
presente sin banderas políticas empolvadas de sectarismo.
Deberíamos de enfocar la lucha de vivir a integrar la idea, para
que ella nos lleve a negociar un nuevo acuerdo ético que nos integre
colectivamente, como astillas que somos de un solo árbol de la vida.
NACER
NUESTRO CONFLICTO
SOLUCIÓN
para hacer su futuro por los que la inician. Toda polis es unión de
culebras en el proyecto de crear un cuerpo social para los hombres.
El caso es que en ese 1500 a. C., los micénicos exploraban el
Mediterráneo comerciando productos y valores de las diferentes
regiones mediterráneas.
En el siglo siete a. C. nace el alfabeto griego, tomando caracteres
del alfabeto fenicio. Este alfabeto es un formulario. Aporta las bases
semánticas de nuestra comunicación; con él acumulamos el saber, para
heredar nuestra cultura.
Las letras hacen posible la educación, realizan la magia de las
palabras que usamos para comunicarnos. Estas palabras, claves en
letras, encierran conceptos que consolidan nuestras creencias y
expresan nuestro espíritu de occidentales modernos.
Desde los albores de la civilización occidental, mientras el hombre
aprendía a tejer sus primeros conocimientos, a pulir sus conceptos,
perfeccionando la idea y agrandando siempre la piel de su conciencia,
empleamos muchos años.
Tiempo del hombre hecho saber para edificar lo que hoy son
nuestras personas y civilizaciones.
Notable es el poder histórico del 1250 a.C., en el cual Moisés
guía el famoso éxodo judío tras vencer al poder oculto, ejercido por los
mas sabios herederos de la magia egipcia. En tal éxodo nos
identificamos todos los cristianos. Sabemos que en esta época se
concreta el saber místico hebreo contenido en la Biblia. Ahí se resume
la verdad en historias, escritos morales, tradiciones y principios con los
que regimos nuestras costumbres. En ella está la ley que, por Moisés,
se nos entregó a todos los herederos espirituales de Abraham.
Paralelamente a estos hechos se realiza la invasión a Grecia por
los Dorios. Surgen las bases de nuestro tronco cultural helénico.
Cincuenta años después, en el 1200 a. C., se efectúa la homérica lucha
por Helena y cae Troya. Simultáneamente los celtas, futuros
provocadores del fenómeno Romano, invaden la Europa Central.
Paralela a esa fecundidad histórica occidental surge la cultura
olmeca en el Golfo de México: nacen San Lorenzo (olmeca) y Monte
Alban (zapoteca). Tales urbes inician el trabajo de acumular los
símbolos de los misterios que trataremos. Estos símbolos cultivarán la
grandeza cívica del humanismo mesoamericano. Sabemos que en el
1185 a. C. despunta sus luces el primero de los soles que contaban los
nahuas.
Estas luces alumbran los principios de una mística que culminará
pariendo a la cultura de Quetzalcoatl.
Poco antes del 1185 a. C. Mesoamérica consolida al primer
instrumento simbólico con que se rescata prácticamente el hombre del
primitivismo, desarrollando su cultura: la ciudad.
Ahí, forzosamente con la primera gran urbe, fue que surgió el Sol
de la cultura olmeca, o Primer Sol. Éste a todos nos inicia en el círculo
70
de los Cinco Soles. Por ello, tal como llegamos a él, todos seguimos
llegando al mundo: encuerados de piel, tuertos de conciencia y hechos
culebras.
Este Primer Sol tiene como fin darnos conciencia de nuestras
culebras: el mensaje revela que la imaginería juvenil con que nos
identificamos de nacer a los trece primeros años, así como de los 13 a
los 26 años de nuestra vida, es una piel con la que nos cubre la vida del
mundo para aplicar nuestro ser a su Idea. Aquellos que alcanzan a
entender esto quedan conscientes de que en este mundo todos somos
cazadores: Pumas. Cada trece años debemos renovar los conceptos,
tener nuevas intuiciones y cambiar la idea que tenemos de la verdad
que nos mueve.
Como a este Sol llegamos encuerados, es Sol de Xolotl, porque
llegamos a él como perros cuates, o sea, partidos. Al ser Xolotls,
nuestro cuate cósmico es Xipe: el encuerado dios de la iniciación de los
nahuas. Xipe inicia, pues con un ojo ve al mundo y con el otro al
trasmundo, a su cuate Xolotl, el caído encuerado a ser mundo.
Este es Sol de Tierra, porque ella -con la noche del espíritu- es su
elemento. Este es el Sol del hombre Puma, destinado a convertir el
espíritu humano en un cazador del trasmundo, para devenir en Puma.
El Jaguar fue la deificación máxima que alcanzaron los olmecas.
Este Sol fue estéril en sí, ¡porque el espíritu del hombre no logró
ser el Sol mismo! Por ello nadie pudo salvarse totalmente de las ideas y
pensamientos del área de la Luna.
¡Y en el espíritu todo pereció! Las ciudades fueron abandonadas
abruptamente y la antigua civilización fue olvidada en otras urbes, al
emigrar sus hombres tras nuevas culturas.
Este es el Sol de los olmecas; San Lorenzo y La Venta son las
ciudades que más lo representan. Aunque no sólo ellas, pues la
costumbre de fundar centros ceremoniales-ciudad nació desde
entonces, convertido en el más efectivo método para perfeccionar al
hombre: obligándolo a meditarse y a la renovación cíclica.
Los olmecas apoyan la difusión civil de su misterio en una
didáctica arquitectónica: ¡es analogía simbólica cuya meditación nos
transforma! Por ello derramaron sus costumbres pedagógicas como
civilización, cuyo centro-origen fueron sus pirámides, monumentos,
estelas y dólmenes cívico-religiosos. Con estas bases emergieron
decenas de ciudades-colonias olmecas, dejando sus ruinas hasta en los
actuales estados de Guerrero y México.
Debemos aclarar algo que puede estar molestándonos: ¿por qué
decimos vivir en la era décima del Quinto Sol?
Es simplemente un cálculo basado en la fecha en que coinciden
proféticamente las culturas de Europa y América. Sobre la base de este
acontecimiento se aplicó toda la cuenta naqhua. Una era es un lapso de
tiempo que se forma por cuatro períodos de conciencia de 13 años cada
71
El Primer Sol, olmeca, corre del 1185 al 509 a. C. Termina este Sol
cuando surge Roma. En el 550 se inventa el telar de mano en China.
Fue el año de Ciro II de Persia, el conquistador de las ciudades griegas
del Asia Menor, que luego se apoderó de Babilonia y liberó a los judíos
tras 18 años de cautiverio.
En el 535 Tespis inicia lo que culminaría como el evento cívico
cultural por excelencia: las tragedias griegas, origen de todos los
espectáculos que entretienen nuestros días. Cambises, nuevo Rey
Persa, conquista el Egipto milenario. Así llega el tiempo de Darío y el
zoroastrismo pasa a ser la religión del Estado Persa.
Es un momento intensamente místico. En Palestina se establece el
Estado sumosacerdotal. Buda y Mahavira predican en la India. Nueve
años después florece Confucio. Y entonces nace el segundo sol con la
fundación de la República Romana y el fin de la dominación etrusca en
la Italia Central. Podríamos decir que el Segundo Sol lo es tanto de
Roma como de Teotihuacan.
Suponemos que en el año 604 a. C. desaparece la cultura de La
Venta. Para entonces, según los arqueólogos, se perciben los primeros
rastros de Teotihuacan y, lo más definitivo, se manifiesta el desarrollo
humano que inicia la ciudad estado de Cuicuilco, metrópoli que será
eslabón de tránsito, desde los olmecas -a través de los arcaicos -, para
lograr fundar la ciudad de los dioses: Teotihuacan.
Pero, volviendo a las ciudades protagonistas del Primer Sol, San
Lorenzo es considerada la metrópoli más antigua de la cultura olmeca:
¡es el origen!, seguida por la milenaria ciudad de los zapotecas, por la
siempre resurgente y nueva, por la añeja y altísima Monte Alban.
Ambas son anteriores al año 1200 a. C. o, en todo caso, diríamos
que San Lorenzo es el principio olmeca, Montealban es producto de su
influencia, hecha zapoteca en las planicies montañosas.
La Venta nace por el año 1154 a. C., paralelamente con otra
ciudad arcaica, Tlapacoya que, igual a otras aldeas arcaicas del Valle de
72
LA CIUDAD.
EL PUMA
De hacer nuestro ejercicio con tal sentido del ritmo que igualemos
a los argonautas, nuestro cuerpo aprenderá otra vez a moverse por sí
mismo.
La mejor manera de relajarse de las tensiones del día, de la fatiga
que viene de los problemas y las preocupaciones, es jugar haciendo de
nuestro cuerpo un instrumento expresivo y sonoro: convirtiendo nuestro
ser en instrumento humano y juguete.
Si terapéuticamente nos ocupamos de estos quehaceres,
evadiendo la red mental de nuestros asuntos diarios, logramos liberar al
cuerpo, haciéndolo ser sí mismo.
Dejar libre al cuerpo será quitarle las tensiones que le impone
nuestro ser mental, ¡es liberarnos de tal ser mental! Una forma segura
de soltar el cuerpo es sentirnos otro: un Puma, por ejemplo, para vivir
mental y físicamente como un felino.
A fin de lograr esto habremos de crear una danza del Puma,
organizando ejercicios rítmicos para cambiar la respiración, a sentir
como Puma.
Concentro mis sentimientos en su respiración al danzar,
exhalando profundamente, buscando que la inspiración venga
espontánea, por sí misma y desde lo interior del Puma que hay en mí.
Mentalmente presionamos para ser conforme al arquetipo,
sintiendo por él. Soltaremos nuestros movimientos a los impulsos del
cuerpo mismo, percibiendo desde dentro con los motivos de Puma.
Nuestras intenciones serán espontáneamente felinas.
Usando la danza imitamos el trotar del Puma. Nuestros pasos
cumplen sus intentos. Para ser Puma debemos develar en nosotros la
idea que lo realiza.
Sólo tras intuida plenamente la figura de la idea que implica el
Puma se puede asumir el arquetipo, en un acto de entrega que brota de
transformarnos.
Asumida la idea se puede identificar nuestra persona con la del
Puma: buscando acuatarnos a su ser; permitiendo que nuestro espíritu
penetre su misterio.
La penetración provoca el surgimiento de otra respiración. En la
medida en que nuestro cuerpo cubra tiempo, complejidad y vigor en
ejercicio, aprenderemos a caminar acechando, a rugir y cantar.
Sonará la voz natural de nuestro ser, felino. Las vivencias en tal
estado iluminan una nueva concepción de la persona: en ella el ser es
otro, libre, señor de la tierra.
Acuatados ya con el Puma liberamos al cuerpo de la tensión y
vibraciones de nuestra persona mundana.
La cualidad por excelencia del Puma es su capacidad de
integración con el todo; esto le da su penetrante percepción y
capacidad de acecho.
81
esta bolsa como una regla, para medir con ella la vida; debemos usar
esta culebra como un bordón, para apoyarnos con su sabiduría durante
la vejez.
Se nos enseña que el centro de la culebra misma es el Alma, su
lengua bífida. Somos seres dobles cubiertos de culebra, que se
desplazan por la historia con el deber de rescatar su destino.
Ella, la culebra, nos enseña a renovar la idea mental que nos
hacemos por vivir cíclicamente gracias al Puma, que es un pre-dios que
nos rescata de la magia de la culebra. Aunque para entenderlo hay que
empezar por comprender tanto el sentido como el poder que tiene el
rito mágico.
Orar con fe es un rito mágico que alcanza algo de un dios. Antes
de tener dioses el hombre efectúa ritos mágicos para escapar de sus
males, rogando por bienes a las fuerzas naturales.
El Puma es un pre-dios que consolida el rito mágico en idea del
ser y sistema de conocimientos por normas de vida.
Su mensaje nos enseña a desarrollar la razón hasta captar la
intuición, a percibir la verdad de la realidad como idea moral. Moral que
pasa al Ser Humano de nómada a edificador, de hechicero a constructor
de ciudades orientadas cósmicamente.
El rito es generalmente un proceso de transformación que suele
valerse de cantos y danzas como provocadores rítmicos del trance. Con
éstos, el hechicero interpreta al ser o al hecho que desea lograr; sabe
que para alcanzar lo otro se ha de abandonar el ser y volverse aquello.
Así es como -jugando a ser otro- cantando y danzando
rítmicamente se logra ser nubes y hacerlas llorar. O bien, así es que nos
convertimos en Venados, Culebras o Pumas.
El Puma señorea la selva porque domina. Su poder a todos
impone. El Puma fue, pues, el símbolo de poder en el misterio olmeca.
Sólo que, para el olmeca, pueblo místico (cuyo sentido de cultura
significaba realizar con grandeza su destino), el Puma es la realización
espiritual del yo en lo otro divino. Con el Puma realizamos un cambio de
estado en la conciencia.
El Puma es quien ostenta el poder que domina la tierra. Él será Sol
en estos 676 años; es el Águila caída como Xolotl, el perro cuate, tuerto,
que acompaña al hombre cuando llega a esta realidad de Tierra. Si
llegamos a esta tierra es como Perros y hemos de tornarnos en Pumas.
El Jaguar es el arquetipo de la liberación para los olmecas. Para un
Alma a la que se predicó el manejo del juego de la dualidad, ser un
jaguar es invitarla a percibir, a buscar la unión de los contrarios;
significa madurar la dualidad en una síntesis, de la que brote un árbol
de la vida como centro cósmico.
Por lo dicho se declara en las hachas votivas, llamadas "Jaguar
Baby Face", en las que obstinadamente se reproduce lo anterior y se
nos advierte, figurativamente, que la elevación se produce por el árbol
de la vida, con la entrada de la divinidad en el individuo dividido.
83
TEZCATLIPOCA
engañar, llevados por las ideas que nos da el demonio personal, de ser
únicos, izquierdos y hermosos colibríes del mundo.
Hoy todos estos símbolos nos dicen que Tezcatlipoca es nuestra
voluntad que se deja llevar por cuatro extremos, a los que debemos
esforzarnos en percibir, para luego aprender a manejar.
Nuestra voluntad, influenciada por sus cuatro orígenes, es juguete
de ellos: del ego, de los deseos, de los intereses y de la divinidad. El
Alma es como una antena, básicamente acostumbrada a transmitir (el
80% de tiempo).
El mensaje del Puma es que debemos adiestrar nuestra voluntad
en la técnica de la recepción, a fin de que el Alma capte antes de actuar
los mensajes del destino manifiesto.
Debemos aprender a percibir dentro de nosotros mismos a esos
cuatro reinos de demonios, ¡fuentes de las ideas y pensamientos
humanos!
Tezcatlipoca es aquel Puma que logra hacer de su voluntad un
espejo reflexivo, para comprenderse dios con la pata metida en este
mundo y sometido al influjo de sus demonios interiores.
Huitzilopochtli, el cuartoTezcatlipoca, será el diosdurante el
cuarto período que vamos a tratar en la edad del agua. Será el dios
tutelar de un pueblo chichimeca, mágico, tenaz y bravo; él guiará a tal
pueblo -orientando los sueños de sus brujos- hasta el lugar del símbolo
magnéfico de nuestro destino solar.
El colibrí precioso conducirá a los mexicas a culminar su sol como
Imperio Azteca; el más sangriento y poderoso de toda la historia de
Mesoamérica, imperio sacrificado para renovar el sol del agua con el del
movimiento, con la llegada del Quetzalcoatl occidental a Mesoamérica.
Tezcatlipoca hace antena de nuestra voluntad, nos enseña a
captar más que a transmitir, a percibir a otros sintiéndolos,
valorándolos como partes del todo que integramos.
TLALOC
93
Los dioses existen para que meditemos los símbolos que los
caracterizan, pues de ellos surgen iluminaciones precisas con las que
realizamos la transmutación de nuestra conciencia en subconsciente.
Sólo meditando a Tlaloc se logra separar al yo de las voces de
nuestros demonios dando trascendencia al pensamiento. Hijo preferido
de la culebra y Huehueteotl, Tlaloc incendia con su mirada nuestro
espíritu, transforma la conciencia en mariposa y hace de nuestras
Almas, antes culebras individuales, flores o Almas renacidas al
subconsciente cósmico.
Estamos ante las verdades de nuestra dualidad: humana y divina.
Enfrentamos al dios encargado de pedirnos no identificar nuestro ser
con los pájaros del pensamiento, del dios encargado de hacernos ver
que actuamos como peces en el agua del mar del pensamiento.
Tlaloc descubre el pensamiento a dios. Nos sugiere integrarnos a
él, equilibrando el tonallo por su centro. Por él habremos de encontrar
un lugar móvil, que tanto está abajo como arriba, así dentro como fuera
de nosotros mismos. Nosotros somos el centro que puede gobernar los
cuatro reinados de la mente.
Tlaloc es el dios que madura el concepto de tomar conciencia de
la divinidad, o agua quemada, conocido también como logro de aquellas
Almas que vencen al deseo de poder, a la crítica espontánea, a las
identidades de la vida aparente.
Tlaloc ilumina liberándonos de imágenes. A quien rompe sus
espejos se le entregan sus máscaras.
Así como Tezcatlipoca culmina el poder del tonallo en conciencia
profunda de lo humano, así Tlaloc culmina el clásico concepto de la
voluntad como una guerrera que florece tras incendiar su mente.
Llegamos a definir a Tlaloc como el fuego que nos hace tomar
conciencia del agua en que nos movemos, al enseñarnos a captar las
personalidades como culebras que nos cubren con su piel de ideas,
dando identidad a nuestro espíritu.
Ideas por las cuales el ser se piensa a sí mismo sólo a partir de verse
corporeizado en la tierra, material y esclavo del tiempo, hecho a imagen
del gran espejo del mundo.
¡Tlaloc es la mariposa que nos rescata de nuestro propio gusano!
¡Surge tras la metamorfosis de la entrega, consumiendo en su mirada
de fuego la piel de nuestras individualistas culebras!
Los símbolos de Tlaloc nos elevan, como cuate no terrenal que es
del cuarto Tezcatlipoca, al cielo del encuentro interior.
Tlaloc habita el paraíso porque por él se elevan las Almas.
Desde el cielo alimenta a la tierra con sus pensamientos de agua,
filtrándolos -cual raíces de vida- a fin de llevar el calor (alimento solar)
al lugar en donde germina la tierra sus frutos.
Tlaloc produce la iluminación de acuario en aquel humano que
logra auto develarse, en cada niño viejo que vierte el agua quemada
para que, virtud al equilibrio de los opuestos, de entre los dos colmillos
94
EL CUARTO TEZCATLIPOCA.
Uno de esos cruces nos trajo a ser mundo, por ello él es el dios
con la pata metida en el mundo y el confesor que nos rescata del
mismo. Representa a las estrellas, al cielo nocturno, al invierno y el
norte. Su nagual es el Jaguar. Se transforma en estrella polar para
producir el primer fuego, como la Osa Mayor.
El segundo Tezcatlipoca, negro, es el señor de la noche. A este
dios, que madura en su persona el concepto del tonallo o poder del Sol
en el humano, corresponde un punto cardinal que, en este caso, es el
poniente.
El oriente es del Tezcatlipoca rojo; el sur del cuartoy azul. La Osa
Mayor, el Tezcatlipoca que se transforma en la estrella polar,
para producir el primer fuego, es el Tezcatlipoca blanco, que no es otro
que el mismísimo Quetzalcoatl: el Tezcatlipoca del Norte.
La máxima evolución para la conciencia que se acuata con
Tezcatlipoca surge cuando ésta encuentra a Tlaloc, el cuate cósmico
que revela a Quetzalcoatl.
Captar a Quetzalcoatl es vivir otro nivel de conciencia: pleno, por
desinvolucrado de las partes y trascendentalmente identificado o
acuatado con Tlaloc, el rey del cielo que toca al hombre vivo o muerto
inocente. La visión de Quetzalcoatl madura las anteriores cuestiones.
Quetzalcoatl es la perfecta simbiosis entre las cuatro fuerzas de
un tonallo consciente de sí mismo, despierto; es logro en que la Culebra
mira al Sol y se acuata o identifica con él. El Señor Serpiente
Emplumada es la transformación de esa culebra por el poder realizador
del Tonallo, efectuando esa entrega de la culebra al fuego de mirar a
Tlaloc.
Quetzalcoatl es un renacer del ser consciente como quincunce. Y
este quincunce simboliza la figura alegórica de nuestra geometría
espiritual. Somos tanto la pirámide del Sol como la de la Luna. Somos el
lugar central de la dual oposición de contrarios que resulta ser el "punto
abajo arriba."
QUETZALCOATL
a hechos que nos suceden en el mundo; tras los que cubrimos al ser con
ideas personales, llenándonos de imágenes.
Nuestro ideal es llegar a ser Pumas en la mente, a espiritualmente
liberar la conciencia; para lo cual requerimos gobernar nuestra
voluntad, comprendiendo y mesurando nuestras pasiones,
sentimientos, deseos, ideas y el propio concepto y pensar del mundo.
Debemos entender nuestra trinidad en la V de entrada de la mente que
tiene en la cabeza el niño jaguar olmeca. Al comprender nuestras
máscaras seremos Pumas, transfiguraremos nuestra voluntad en un
espejo. Esto nos dará percepción de fenómenos mentales de otros, y
nuestra conciencia captará el interés de realizar la voluntad del Águila.
Habremos convertido nuestro Ser en reflejo del Sol. Seremos como un
dios caído y reencontrado en Águila.
Como misterio interior para gobernar la voluntad, la prédica de
Quetzalcoatl se reduce a invitarnos a dejar pasar cuatro impulsos
interiores, o voces, demonio o ideas, antes de actuar. El misterio nos
predica hablar sólo tras equilibrar por la comprensión a nuestros
motivos, gobernar las intenciones de los cuatro impulsos que luchan por
apoderarse de nuestra voz. De hacer esto llegamos a percibir el punto
central, arriba abajo. Entonces el Sol quema nuestra culebra y se nos
revela que somos Quetzalcoatl.
COATLICUE
104
aztecas, por lo que mantienen al -ahora sí- ídolo de Tlaloc por cuate
para su dios tutelar: Huitzilopochtli.
Esta dualidad divina se reproduce culminando como adoratorios a
toda gran pirámide de las ciudades fundadas por aztecas, en donde son
Huitzilopochtli y Tlaloc quienes presiden la cumbre de la pirámide o
templo mayor, como en Tenochtitlan.
Con los aztecas concluyen estos 676 años que nos dejan
convertidos en peces: personalidades sujetas a las ideas del mundo al
ser. En este sentido los símbolos de los soles coinciden con la
concepción astrológica de los occidentales, para los cuales al final de
este segundo milenio todos seremos peces.
Para estos astrólogos estamos por terminar una Era de 2000 años,
en los cuales el hombre vivió convertido en pez, inconsciente de su
verdad mientras nadaba en el agua de la mente cósmica. Jesucristo
culminó en sí la Era anterior, de Aries, en la cual el espíritu de la
humanidad buscó su cabeza, e inició la Era que ahora termina, de Piscis.
Este pez coincide con aquel primer símbolo de los cristianos, puesto que
un creyente era un ser que se rescataba del agua, pescado por Cristo
para llevarlo a superar las ideas y el concepto del mundo.
Según esta concepción astrológica occidental, en estos años que
corren, al final del siglo veinte, se inicia la Era de Acuario, en la cual el
hombre es pez, el ser que cree ser su culebra y que nada por la mente
sin realmente descubrirla. ¡Al fin logrará manejarla! Para que este ser
pueda tornarse en un viejo/niño a quien faculta el jarro -que moldea con
su voluntad para propia verdad- a fin de verter y manejar el agua, o
mente cósmica.
Así como en el tercer sol se revitalizan las grandes ciudades,
incendiadas por el fuego del ciclo y la renovación que preside
Huehueteotl, así como este sol de fuego se orienta por Tlaloc y gobierna
al hombre en la fuerza del misterio de Quetzalcoatl, así mismo arroja al
Cuarto Sol sólo pájaros: pensamientos divinos hechos mundo.
De esta manera fue que el Puma del Primer Sol, convertido en aire
por Quetzalcoatl durante el Segundo, y al cual inicia Tlaloc en su
conciencia del agua, o guerra florida, o agua quemada, durante su
Tercer Sol, llega como pájaros al Cuarto Sol, del cual saldrá
transformado en peces. Así, pescada por el agua del mundo, o mente
de la Luna, llegará la antigua gran civilización nahua a ser conquistada
por España.
109
5
Silvia Garza T. de González y Wanda Tommasi de Magrelli “Atlas Cultural de México”
ARQUEOLOGÍA, SEP. INAH. Gpo. Ed. Planeta. Pag 166.
111
esfuerzo sino del favor del Rey. Para el nahua, llamado ahora indio, no
quedó mas que ese servilismo del cual escaparan sus amos en Europa.
Así fue que el día doce del duodécimo mes, al doceavo año tras
iniciado este Sol, surgió finalmente otro dios. Es el más importante de
todos los de esta historia de los cinco soles. Sus símbolos configuran el
prototipo que revela, tanto el sentido de nuestro desarrollo, como la
excelencia que producirá el Quinto Sol.
Esta divinidad es el Quinto Sol mismo. Su sentido es convertirnos
en Soles. Esta nueva divinidad surge por alegoría de nuestro destino,
como paradigma que resume el propósito y sentido de nuestra
evolución.
Ella es el destino. Dará sentido al largo caminar humano, lo cual
habrá de suceder durante este Quinto Sol, o Sol del Quetzalcoatl
Movimiento.
Este es el penúltimo símbolo que trataremos en este ensayo. No
es un símbolo masculino, ni tampoco es una figura simbólica sin
actualidad histórica.
Para los mexicanos es un símbolo trascendente, fue su primer
bandera, enarbolada para lograr ser libres. Es la actualidad de la
esperanza para un pueblo antes siempre derrotado. Símbolo de fe, en el
cual se solidarizó la divinidad con sus hijos, entregando Cristo a su
madre a los vencidos la cual, a todos los nahuas y mayas del mundo
llamó en Juan Diego: hijito mío.
Ella -y sus misioneros- traen la verdadera imagen del nuevo
Quetzalcoatl que impactará a los indios. Su aparición los dulcifica.
Cristo, como Quetzalcoatl y después Huitzilopochtli, nace de una
virgen. Se sacrifica por nosotros para rescatarnos de los infiernos. Cristo
es muerto en un quincunce, símbolo del Quetzalcoatl. Antes de morir,
su corazón es atravesado por una lanza, lo cual es otro de los símbolos
de la iniciación quetzalcoatliana.
No quedó a los nahuas más que aceptar la forma misteriosa en
que Cristo, el Quetzalcoatl de la cultura que nos llegó de oriente, se
apersonaba a través de sus hijos, los misioneros de la historia, para
liberar a los mesoamericanos en la Colonia.
Así fue, pues, que la nueva madre mística , como madre de Cristo,
adopta la cultura del símbolo, cubriendo su cuerpo -preñado de un ser
nuevo, de un Cristo de Estrellas- con el vestido de flores de nuestras
Almas realizadas.
Las culebras, con las que la Coatlicue cubriera su sexo creador a
manera de falda, son en ella un vestido de Almas, realizadas flores tras
comprender a Tlaloc, emergiendo como estrella de mar en la boca del
hijo preferido de la madre de los dioses.
La base que sostiene a la negra Luna, sobre la que se yergue la
imagen de la Virgen de Guadalupe, es un ángel -culebra trasmutada.
Ella es la mente que manifiesta nuestra mejor identidad de
conciencia. Para empezar, es una Señora Sol, que aparece dominando
115
las fuerzas mentales de la luna en nosotros; por ello se para sobre una
media luna negra, creciente, pues así están nuestras mentes en este
momento de la historia.
La Coatlicue tiene patas de Puma para indicarnos que es una
divinidad y un nivel mental; nuestra Señora, la de Guadalupe, es
sostenida por la transmutación del gusano mexicano en mariposa-
ángel, cuya cabeza sostiene a la negra luna en creciente, esto para
señalarnos que ella vence la desorientación mental individualista que
priva en nuestra occidentalizada civilización.
La imagen concuerda con la de la virgen del Paraíso, parada sobre
la demoníaca serpiente.
Un análisis minucioso de los ojos de la imagen nos demostrará
que en ella persiste aquella dualidad de la cabeza de la Coatlicue con la
cual se nos revelaba que la testa de la mente es la dualidad manifiesta,
como encuentro y oposición unidos por la síntesis.
Así, Nuestra Señora, la de Guadalupe, tiene claro el ojo derecho y
el izquierdo oscuro, como los tienen los protagonistas en la lucha por el
ser que priva desde entonces.
Por otro lado, ella toda nos da la clave de la libertad en su actitud
humilde. Sólo tras lograr ser humildes alcanzaremos a ser libres.
Su vestido se confeccionó con nuestras Almas, realizadas en
flores. Como antes -en la Coatlicue- la realización humana fuera un
collar de corazones-mano; ahora, en ella es prenda de Almas que
ocultan la desnudez de la divina preñada.
La túnica se sostiene -en el cuello- por un broche con la forma del
quincunce de Quetzalcoatl. ¡Tal es el camino -o ruta mística- para
alzarnos -de espíritu- desde el vestido hasta el divino manto con que
cubre su persona amable Nuestra Dulce Señora!
El manto que la cubre lleva inscrita la máxima promesa que nos
entregan los símbolos de la Virgen de Guadalupe. Por dentro este
manto es azul, como lo es Huitzilopochtli en su ser de apariencia, visto
con la luz del sol durante el día de la tierra. Esta prenda es verde por
fuera, como una esperanza hecha promesa, por la cual se nos augura
que los trabajos de este Sol nos convertirán en estrellas ¡tal como
sucediera a los Quetzalcoatles del sol del aire, en Teotihuacan!
Durante este Quinto Sol se revelarán al mundo nuevos
Quetzalcoatles: hombres que entregarán su culebra al Sol para renacer
águilas. Tal es el significado del Cinco Movimiento.
Este símbolo nos consuela a los mexicanos desde la Conquista.
Junto con nuestro escudo nos identifica y nos dio patria.
La Virgen de Guadalupe está preñada de futuro: lleva en su
vientre al ser múltiple del Sol Cinco Movimiento, el cual seremos todos
los hombres cuando nos transmutemos en estrellas.
116
EL ESCUDO NACIONAL
CONCLUSIONES
II
FINAL
¿Por qué no emplear la edad que vive este Quinto Sol para hacer
crecer la conciencia, madurar la voluntad, para que pueda reconocer
que la visión integral y la integración civil nos divinizan?
¡La madurez social es aplicar la evolución de todas las culebras en
tener conciencia de ser un solo cuerpo; tal nos dice Coatlicue!
¿Por qué no considerar seriamente los principios que dan origen
como cultura a Quetzalcoatl?
¿Qué finalidad trascendente puede tener cualquier esfuerzo para
seguir elaborando este Quinto Sol, sino culminar nuestra religiosidad en
civilismo y practicar la moral y principios de nuestros símbolos en
empresas y gobierno?
La historia es un camino cíclico. Vivimos en el Quinto Sol. Quinto
período. En los cincuenta y dos años de la era uno de nuestro Sol Cinco
Movimiento, la humanidad inició deslumbrantes revelaciones sobre la
ciencia del mundo, la filosofía encontró la idea de dios y su necesidad
para explicarnos, tomamos conciencia del acto de pensar por camino
ideal, para hacer lo que hoy llamamos idealismo y cultura occidental.
Todo ello es producto de este Quinto Sol que iniciamos en 1519.
Sol cuya función será revelarnos a nosotros mismos.
Durante la primera era de cincuenta y dos años nuestro Sol
provoca el Renacimiento y la Reforma en Europa.
Una nueva mentalidad, que aún no conquistamos del todo,
empezó a ser. La era dos nos enfrentó con un movimiento paneuropeo
de evolución renacentista, apoyado por la dialéctica religiosa que se
desató desde entonces y que aún mueve a este Quinto Sol.
Para la Tercera Edad del Quinto Sol la humanidad forjó las nuevas
imágenes de sí misma que hoy nos mueven.
En el Cuarto Sol descubrimos la conciencia de la era...
Y así llegamos hasta este 1987, en que terminó la era nueve. Era
en que se desarrollaron los medios de comunicación hasta darnos la
fortuna con conciencia global de que gozamos; esta conciencia global y
la globalización económica son el primer paso para llegar a la
unificación de la humanidad en tanto comunidad mundial de naciones.
Del 1935 al 1987 corre esta era nueve del Quinto Sol .
Entramos al siglo cargando con un regular atraso de conciencia,
cultura, infraestructura, industria, ciencia y poder económico, y desde
ahí nos tocó luchar por hacernos, para ser libres dentro de una realidad
del mundo pactada entre los que ya lo poseían.
Nos movían con figurines en los que completábamos nuestra
identidad mundana. Nos inventaron con la moda.
124
EPÍLOGO
GLOSARIO
BIBLIOGRAFÍA
INDICE GENERAL
Dedicatoria................................................................................................
......................
Advertencia................................................................................................
.....................
Los misterios
teotihuacanos...........................................................................................
Lo que perdimos con
Teotihuacan ...............................................................................
Nuestra identidad en la
historia ...................................................................................
Los traumas históricos que habremos de
superar .......................................................
La arquitectura
cósmica .................................................................................................
Prepararnos para
captar ................................................................................................
La
identidad ...................................................................................................
................
El
simbolismo ................................................................................................
.................
134
Los
conocimientos.......................................... .................................................
...............
La
historia ......................................................................................................
.................
El
sistema......................................................................................................
...................
Nacer.........................................................................................................
.......................
Nuestro
conflicto.....................................................................................................
........
¿Solución?........................................ .........................................................
......................
Hipótesis sobre el desarrollo y significado de los símbolos y dioses
de Anahuac durante los cinco soles de nuestra historia
occidental...........................
La
Ciudad........................................................................................................
................ El
Puma..........................................................................................................
..................
Las bodas de
Huehueteotl..............................................................................................
Los símbolos del Segundo
Sol........................................................................................
Tezcatlipoca...............................................................................................
.......................
Tlaloc.........................................................................................................
........................
El Cuarto
Tezcatlipoca...............................................................................................
.....
Quetzalcoatl...............................................................................................
......................
El clásico nahua del Tercer
Sol.......................................................................................
Coatlicue....................................................................................................
....................... La edad chichimeca del Cuarto
Sol...............................................................................
Presencia histórica del Cuarto
Sol.................................................................................
El Quinto Sol y la virgen de
Guadalupe.......................................................................
135
El escudo
nacional.....................................................................................................
......
Conclusiones..............................................................................................
......................
Final...........................................................................................................
.......................
Epílogo.......................................................................................................
.......................
Glosario......................................................................................................
.......................
Bibliografía.................................................................................................
.......................