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Alumno: Moisés Omar González Villarreal

Maestría en Docencia
CESBA

Teeteto

A lo largo de la vida los seres humanos se han esforzado por darle orden y sentido
a la vida en las ciudades y también al cosmos a través del saber. Para ello, el ser
humano ha producido diferentes disciplinas que van desde las Matemáticas hasta
las Ciencias Sociales como la Historia, Psicología, etc. Las diferentes áreas del
saber humano han contribuido a que el hombre pueda mejorar su comprensión
sobre el mundo, tener una vida menos adversa y también crear nuevos caminos en
la investigación para resolver problemas.

El pensamiento crítico es un elemento que ha permitido desarrollar el saber. El


saber es objeto de discusión en el diálogo platónico-socrático que nos invita a
reflexionar sobre la autenticidad del conocimiento humano. A lo largo del diálogo
podemos apreciar varios elementos que influyen en la producción del conocimiento.
Uno de ellos es la actitud de humildad intelectual con la que Sócrates se dirige a
sus interlocutores asumiendo en todo momento su ignorancia hacia el objeto a
examinar, siendo la mayéutica y la dialéctica, métodos para construir y dirigir
críticamente el pensamiento y orientarlo a la esencia de las cosas.

¿Pero qué es realmente el saber? Ante esta interrogante se disertan tres posibles
respuestas que examina Sócrates y Teeteto. En principio se parte de que el saber
es igual a percibir. Si esto fuese sabiduría, entonces todo lo que nos parece a cada
uno no se podría comunicar y también sería temporal ya que las cosas cambian
constantemente. De esta manera la afirmación de Protágoras sobre la medida del
hombre señalaría que el ser humano se convierte en parte y juez negando la
existencia de un mundo objetivo.

La segunda hipótesis consiste en que el saber es opinión verdadera y esta idea nos
sugiere que toda opinión carece de explicación y por lo tanto no puede ser falsa
dado que no se puede opinar de lo que no se sabe. En este sentido, la falsedad o
el “error” en una opinión podría tener su origen en la memoria, el aprendizaje o el
olvido como se ejemplifica en la idea de la “Pajarera” donde la confusión del objeto
recae al momento de recordarlo.

En la tercera hipótesis se explora la relación entre explicación y opinión. Esta idea


describe que el logos es el requisito del saber, es decir, a través de una explicación
podemos aproximarnos a la verdad. Si el saber implica logos entonces este se
representa en la manifestación verbal del objeto, la enumeración y diferencia de los
elementos que componen a un objeto. Por tanto, para salir del argumento circular
de que percibir es igual que saber el ser humano tendría que definir, enumerar las
partes que componen a un objeto y distinguirlo de los demás.

En conclusión, Teeteto es un diálogo interesante en el sentido de que la forma del


propio diálogo nos invita a darnos cuenta de que el saber es una construcción
dialéctica donde se ensayan las ideas de los interlocutores para llegar a la esencia
de las cosas sin ser pretender obtener una respuesta definitiva. Otra conclusión que
podemos observar es que se develan las fuentes del saber que van desde la
percepción pasando por las opiniones (doxa) y llegando a la opinión verdadera y
justificada que se postula como un punto de partida epistemológico para
aproximarse a la verdad, una verdad alcanzada por la razón.

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