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Componentes del sistema circulatorio y sus

funciones
Sistema cardiovascular

En conjunto, el corazón, la sangre y los vasos sanguíneos y la sangre conforman el sistema cardiovascular.
Sus principales funciones son:

- Distribución: transporta desde los pulmones hacia las células corporales, oxígeno y nutrientes. Además, conduce los r
puntos de eliminación (riñones) y traslada hormonas desde las glándulas a los tejidos diana o blanco (contienen recept
específicos para las hormonas).

- Protección: defiende el cuerpo de infecciones e impide la pérdida de sangre (coagulación).

- Regulación: distribuye el calor para mantener la temperatura corporal (37 ºC). También, conserva el pH normal de los
regula la cantidad de fluido en el sistema circulatorio.
El corazón
Es un órgano muscular hueco, que se encuentra en el centro de la caja torácica hacia el lado izquierdo, por detrás del e
las costillas y los pulmones. Su función principal es impulsar sangre a todo el cuerpo, además de llevar oxígeno y nutrie
y tejidos.

El latido del corazón garantiza que todas las células del organismo reciban un suministro continuo de oxígeno y nutrien

El corazón late a distinto ritmo, de acuerdo con la actividad que se esté realizando y el oxígeno que los músculos neces

Vasos sanguíneos
El sistema de canalizaciones de nuestro cuerpo está constituido por los vasos sanguíneos, que según su diámetro se cl
arterias, venas y capilares. Por esta estructura de conductos grandes y pequeños, circula la totalidad de nuestra sangre
vez.

Las arterias
Son tubos que parten del corazón y se ramifican como lo hace el tronco de un árbol. Tienen paredes gruesas y resisten
por tres capas: una interna o endotelial, una media con fibras musculares y elásticas, y una externa de fibras conjuntiv

Llevan sangre rica en oxígeno, y según la forma que adopten, o hueso y órgano junto al cual corran, reciben diferentes
denominaciones, tales como humeral, renal o coronaria, entre otras.

Las venas
Una vez que la sangre ha descargado el oxígeno y recogido el dióxido de carbónico, este fluido emprende el viaje de re
corazón y los pulmones a través de las venas. Estos conductos constan de dos capas, una endotelial y otra formada po
elásticas, musculares y conjuntivas. A diferencia de las arterias, sus paredes son menos elásticas, y poseen válvulas qu
la sangre descienda por su propio peso.

Los capilares
Los vasos sanguíneos se hacen cada vez más finos a medida que se van ramificando en el cuerpo. Formados por una so
células, la endotelial, esta red, por su extrema delgadez, facilita su función de intercambio gaseoso entre la sangre y lo
entre la sangre y el aire que ha penetrado en los pulmones.

En la entrada de estos pequeños tejidos hay unas franjas que se distienden o contraen para permitir o impedir el paso
En todo el cuerpo se estima que hay más de 60 mil kilómetros de ellos, siendo el punto más lejano del viaje que hace l
lugar de aprovisionamiento de todos los tejidos y órganos, porque cada una de las células del cuerpo está a menos de
de un capilar.

La sangre

Por nuestra extensa red de conductos sanguíneos fluye la sangre, que es un tejido como los cartílagos o los huesos; so
a su base líquida, denominada plasma. pueden desplazarse los glóbulos rojos, los glóbulos blancos y las plaquetas.
La sangre tiene varias tareas:

- Reparte a todo el cuerpo los nutrientes necesarios para el desarrollo de la vida.

- Transporta miles de moléculas de hormonas y proteínas, esenciales para que el organismo funcione bien.

- Retira de los tejidos los desechos compuestos por dióxido de carbono y restos de nitrógeno.

- Capta moléculas de oxígeno enlos pulmones y las conduce a cada célula del cuerpo.

- Regula la temperatura corporal, pues distribuye calor, logrando mantener un promedio de 37 ºC. Cuando se presenta
brusco de temperatura, los capilares (vasos sanguíneos que unen las arterias con las venas), actúan de inmediato para

- Protege al organismo de agentes patógenos y enfermedades. La sangre también tiene una función inmunitaria o defe
glóbulos blancos o leucocitos atacan cualquier elemento extraño que ingrese al cuerpo.

La sangre (del latín: sanguis, -ĭnis) es un tejido conectivo líquido, que circula
por capilares, venas y arterias de todos los vertebrados. Su color rojo característico es debido a la
presencia del pigmento hemoglobínico contenido en los glóbulos rojos.
Es un tipo de tejido conjuntivo especializado, con una matriz coloidal líquida y una constitución
compleja. Tiene una fase sólida (elementos formes), que incluye a los eritrocitos (o glóbulos rojos),
los leucocitos (o glóbulos blancos) y las plaquetas, y una fase líquida, representada por el plasma
sanguíneo. Estas fases son también llamadas partes sanguíneas, las cuales se dividen en
componente sérico (fase líquida) y componente celular (fase sólida).
Su función principal es la logística de distribución e integración sistémica, cuya contención en
los vasos sanguíneos (espacio vascular) admite su distribución (circulación sanguínea) hacia
prácticamente todo el organismo.
El proceso de formación de sangre se llama hematopoyesis

Función de la sangre:
Como todos los tejidos del organismo la sangre cumple múltiples funciones necesarias para
la vida como la defensa ante infecciones, los intercambios gaseosos y la distribución de nutrientes.
Para cumplir con todas estas funciones cuenta con diferentes tipos de células suspendidas en el
plasma. Todas las células que componen la sangre se fabrican en la médula ósea. Ésta se
encuentra en el tejido esponjoso de los huesos planos (cráneo, vértebras, esternón, crestas ilíacas)
y en los canales medulares de los huesos largos (fémur, húmero). La sangre es un tejido renovable
del cuerpo humano, esto quiere decir que la médula ósea se encuentra fabricando, durante toda
la vida, células sanguíneas ya que éstas tienen un tiempo limitado de vida.
Composición de la sangre:
Como todo tejido, la sangre se compone de células y componentes extracelulares (su matriz
extracelular). Estas dos fracciones tisulares vienen representadas por:

 Los elementos formes —también llamados elementos figurados—: son elementos semisólidos
(es decir, mitad líquidos y mitad sólidos) y particulados (corpúsculos) representados
por células y componentes derivados de células.
 El plasma sanguíneo: un fluido traslúcido y amarillento que representa la matriz extracelular
líquida en la que están suspendidos los elementos formes. Este representa un
medio isotónico para las células sanguíneas, las cuales sobreviven en un medio que esté al
0,9 % de concentración, como la solución salina, para proporcionar un ejemplo.
Los elementos formes constituyen alrededor del 45 % de la sangre. Tal magnitud porcentual se
conoce con el nombre de hematocrito (fracción "celular"), adscribible casi en totalidad a la masa
eritrocitaria. El otro 55 % está representado por el plasma sanguíneo (fracción acelular).
Los elementos formes de la sangre son variados en tamaño, estructura y función, y se agrupan en:

 Las células sanguíneas, que son los glóbulos blancos o leucocitos, células que "están de paso"
por la sangre para cumplir su función en otros tejidos;
 Los derivados celulares, que no son células estrictamente sino fragmentos celulares, están
representados por los eritrocitos y las plaquetas; son los únicos componentes sanguíneos que
cumplen sus funciones estrictamente dentro del espacio vascular.

Glóbulos rojos:
Los glóbulos rojos (eritrocitos) están presentes en la sangre y transportan el oxígenohacia el resto
de las células del cuerpo.

Los glóbulos rojos, hematíes o eritrocitos constituyen aproximadamente el 96 % de los elementos


figurados. Su valor normal (conteo) promedio es de alrededor de 4 800 000 en la mujer, y de
aproximadamente 5 400 000 en el varón, hematíes por mm³ (o microlitro).
Estos corpúsculos carecen de núcleo y orgánulos (solamente en mamíferos). Su citoplasma está
constituido casi en su totalidad por la hemoglobina, una proteína encargada de
transportar oxígeno y contienen también algunas enzimas. El dióxido de carbono es transportado
en la sangre (libre disuelto 8 %, como compuestos carbodinámicos 27 %, y como bicarbonato, este
último regula el pH en la sangre). En la membrana plasmática de los eritrocitos están las
glucoproteínas (CD) que definen a los distintos grupos sanguíneos y otros identificadores celulares.
Los eritrocitos tienen forma de disco bicóncavo deprimido en el centro. Esta forma particular
aumenta la superficie efectiva de la membrana. Los glóbulos rojos maduros carecen de núcleo,
porque lo expulsan en la médula ósea antes de entrar en el torrente sanguíneo (esto no ocurre
en aves, anfibios y ciertos otros animales). Los eritrocitos en humanos adultos se forman en la
médula ósea.
Hemoglobina:
La hemoglobina —contenida exclusivamente en los glóbulos rojos— es un pigmento,
una proteína conjugada que contiene el grupo “hemo”. También transporta el dióxido de carbono,
la mayor parte del cual se encuentra disuelto en el eritrocito y, en menor proporción, en el
plasma.
Los niveles normales de hemoglobina están entre los 12 y 18 g/dl de sangre, y esta cantidad es
proporcional a la cantidad y calidad de hematíes (masa eritrocitaria). La hemoglobina constituye el
90 % de los eritrocitos y, como pigmento, otorga su color característico, rojo, aunque esto solo
ocurre cuando el glóbulo rojo está cargado de oxígeno.
Tras una vida media de 120 días, los eritrocitos son destruidos y extraídos de la sangre por el bazo,
el hígado y la médula ósea, donde la hemoglobina se degrada en bilirrubina y el hierro es reciclado
para formar nueva hemoglobina.
Glóbulos blancos:
Los glóbulos blancos o leucocitos forman parte de los actores celulares del sistema inmunitario, y
son células con capacidad migratoria que utilizan la sangre como vehículo para tener acceso a
diferentes partes del cuerpo. Los leucocitos son los encargados de destruir los agentes
infecciosos y las células infectadas, y también segregan sustancias protectoras como
los anticuerpos, que combaten a las infecciones.
El conteo normal de leucocitos está dentro de un rango de 4.500 y 11.500 células por mm³ (o
microlitro) de sangre, variable según las condiciones fisiológicas (embarazo, estrés, deporte, edad,
etc.) y patológicas (infección, cáncer, inmunosupresión, aplasia, etc.). El recuento porcentual de
los diferentes tipos de leucocitos se conoce como "fórmula leucocitaria"
Según las características microscópicas de su citoplasma (tintoriales) y su núcleo (morfología), se
dividen en:

 Los agranulocitos o células monomorfonucleares: son los linfocitos y los monocitos; carecen
de gránulos en el citoplasma y tienen un núcleo redondeado.
 Los granulocitos o células polimorfonucleares: son los neutrófilos, basófilos y eosinófilos;
poseen un núcleo polimorfo y numerosos gránulos en su citoplasma, con tinción diferencial
según los tipos celulares.
Granulocitos o células polimorfo nucleares:

 Basófilos: presentes en sangre entre 0,1 y 1,5 células por mm³, (0,2-1,2 % de los leucocitos).
Presentan una tinción basófila, lo que los define. Segregan sustancias como la heparina, de
propiedades anticoagulantes, y la histamina que contribuyen con el proceso de la inflamación.
Poseen un núcleo a menudo cubierto por gránulos de secreción.
 Eosinófilos: presentes en la sangre entre 50 y 500 células por mm³ (1-4 % de los leucocitos).
Aumentan en enfermedades producidas por parásitos, en las alergias y en el asma. Su núcleo,
característico, posee dos lóbulos unidos por una fina hebra de cromatina, y por ello también
se las llama "células en forma de antifaz".
 Neutrófilos, presentes en sangre entre 2.500 y 7.500 células por mm³. Son los más
numerosos, ocupando entre un 55 % y un 70 % de los leucocitos. Se tiñen pálidamente, de ahí
su nombre. Se encargan de fagocitar sustancias extrañas (bacterias, agentes externos, etc.)
que entran en el organismo. En situaciones de infección o inflamación su número aumenta en
la sangre. Su núcleo característico posee de 3 a 5 lóbulos separados por finas hebras
de cromatina, por lo cual antes se los denominaba "polimorfonucleares" o simplemente
"polinucleares", denominación errónea

Agranulocitos o células monomorfonucleares:

 Linfocitos: valor normal entre 1.300 y 4000 por mm³ (24 % a 32 % del total de glóbulos
blancos). Su número aumenta sobre todo en infecciones virales, aunque también
en enfermedades neoplásicas (cáncer) y pueden disminuir en inmunodeficiencias. Los
linfocitos son los efectores específicos del sistema inmunitario, ejerciendo la inmunidad
adquirida celular y humoral. Hay dos tipos de linfocitos, los linfocitos B y los linfocitos T.

1. Los linfocitos B están encargados de la inmunidad humoral, esto es, la secreción de


anticuerpos (sustancias que reconocen las bacterias y se unen a ellas y permiten su
fagocitocis y destrucción). Los granulocitos y los monocitos pueden reconocer mejor y
destruir a las bacterias cuando los anticuerpos están unidos a éstas (opsonización). Son
también las células responsables de la producción de unos componentes del suero de la
sangre, denominados inmunoglobulinas.
2. Los linfocitos T reconocen a las células infectadas por los virus y las destruyen con ayuda
de los macrófagos. Estos linfocitos amplifican o suprimen la respuesta inmunológica
global, regulando a los otros componentes del sistema inmunitario, y segregan gran
variedad de citoquinas. Constituyen el 70 % de todos los linfocitos.
Tanto los linfocitos T como los B tienen la capacidad de "recordar" una exposición previa a
un antígeno específico, así cuando haya una nueva exposición a él, la acción del sistema
inmunitario será más eficaz.

 Monocitos: Conteo normal entre 150 y 900 células por mm³ (2 % a 8 % del total de
glóbulos blancos). Esta cifra se eleva casi siempre por infecciones originadas por virus o
parásitos. También en algunos tumores o leucemias. Son células con núcleo definido y con
forma de riñón. En los tejidos se diferencian hacia macrófagos o histiocitos.

PLAQUETAS:

Las plaquetas (trombocitos) son fragmentos celulares pequeños (2-3 μm de diámetro), ovales y sin
núcleo. Se producen en la médula ósea a partir de la fragmentación del citoplasma de
los megacariocitos quedando libres en la circulación sanguínea. Su valor cuantitativo normal se
encuentra entre 250.000 y 450.000 plaquetas por mm³ (en España, por ejemplo, el valor medio es
de 226.000 por microlitro con una desviación estándar de 46.0001).
Las plaquetas sirven para taponar las lesiones que pudieran afectar a los vasos sanguíneos. En el
proceso de coagulación (hemostasia), las plaquetas contribuyen a la formación de los coágulos
(trombos), así son las responsables del cierre de las heridas vasculares. (Véase trombosis). Una
gota de sangre contiene alrededor de 250.000 plaquetas.
Su función es coagular la sangre, cuando se rompe un vaso circulatorio las plaquetas rodean la
herida para disminuir el tamaño y así evitar el sangrado.
El fibrinógeno se transforma en unos hilos pegajosos y junto con las plaquetas forman una red
para atrapar a los glóbulos rojos, red que se coagula y forma una costra con lo que se evita la
hemorragia

PLASMA SANGUINEO:

El plasma sanguíneo es la porción líquida de la sangre en la que están inmersos los elementos
formes. Es el mayor componente de la sangre, representando un 55 % del volumen total de la
sangre, con unos 40-50 mL/kg peso. Es salado y de color amarillento traslúcido. Además de
transportar las células de la sangre, lleva los nutrientes y las sustancias de desecho recogidas de
las células.
El plasma sanguíneo es esencialmente una solución acuosa, ligeramente más densa que el agua,
con un 91 % agua, un 8 % de proteínas y algunas trazas de otros materiales. El plasma es una
mezcla de muchas proteínas
vitales, aminoácidos, glúcidos, lípidos, sales, hormonas, enzimas, anticuerpos, urea, gases en
disolución y sustancias inorgánicas como sodio, potasio, cloruro de
calcio, carbonato y bicarbonato.
Entre estas proteínas están: fibrinógeno (para la coagulación), globulinas (regulan el contenido del
agua en la célula, forman anticuerpos contra enfermedades infecciosas), albúminas (ejercen
presión osmótica para distribuir el agua entre el plasma y los líquidos del cuerpo)
y lipoproteínas (amortiguan los cambios de pH de la sangre y de las células y hacen que la sangre
sea más viscosa que el agua). Otras proteínas plasmáticas importantes actúan como
transportadores hasta los tejidos de nutrientes esenciales como el cobre, el hierro, otros metales y
diversas hormonas. Los componentes del plasma se forman en el hígado (albúmina y fibrinógeno),
las glándulas endocrinas (hormonas), y otros en el intestino.
Cuando se coagula la sangre y se consumen los factores de la coagulación, la fracción fluida que
queda se denomina suero sanguíneo.

Fisiología de la sangre
Una de las funciones de la sangre es proveer nutrientes (oxígeno, glucosa), elementos
constituyentes del tejido y conducir productos de la actividad metabólica (como dióxido de
carbono).
La sangre también permite que células y distintas sustancias (aminoácidos, lípidos, hormonas)
sean transportados entre tejidos y órganos.
La fisiología de la sangre está relacionada con los elementos que la componen y por los vasos que
la transportan, de tal manera que:
 Ayuda a regular la temperatura corporal.
 Coagulación de la sangre y hemostasia: Gracias a las plaquetas y a los factores de coagulación.
 Defiende el cuerpo de las infecciones, gracias a las células de defensa o glóbulo blanco.
 Homeostasis en el transporte del líquido extracelular, es decir en el líquido intravascular.
 Rechaza el trasplante de órganos ajenos y alergias, como respuesta del sistema inmunitario.
 Responde a las lesiones que producen inflamación, por medio de tipos especiales
de leucocitos y otras células.
 Transporta el anhídrido carbónico desde todas las células del cuerpo hasta los pulmones
donde se disocia en CO2 y H2O
 Transporta mensajeros químicos, como las hormonas.
 Transporta los nutrientes contenidos en el plasma sanguíneo, como glucosa, aminoácidos,
lípidos y sales minerales desde el hígado, procedentes del aparato digestivo a todas las células
del cuerpo.
 Transporta el oxígeno desde los pulmones al resto del organismo, transportado por
la hemoglobina contenida en los glóbulos rojos.

Hematopoyesis:

Las células sanguíneas son producidas en la médula ósea de los huesos largos y planos en la edad
adulta; este proceso es llamado hematopoyesis. El componente proteico es producido en
el hígado, mientras que las hormonas son producidas en las glándulas endocrinas y la fracción
acuosa es mantenida por el riñón y el tubo digestivo.
Las células sanguíneas son degradadas por el bazo y las células de Kupffer en el hígado
(hemocateresis). Este último, también elimina las proteínas y los aminoácidos. Los eritrocitos
usualmente viven algo más de 120 días antes de que sea sistemáticamente reemplazados por
nuevos eritrocitos creados en el proceso de eritropoyesis, estimulada por la eritropoyetina, una
hormona secretada en su mayor parte por los riñones y en menores cantidades por hígado y
páncreas.

Viscosidad y resistencia:
La resistencia del flujo sanguíneo no solo depende del radio de los vasos sanguíneos (resistencia
vascular), sino también de la viscosidad sanguínea. El plasma es casi 1.8 veces más viscoso que el
agua y la sangre entera es tres o cuatro veces más viscosa que el agua.Por lo tanto la viscosidad
depende en mayor medida del hematocrito, el efecto de la viscosidad se desvía de lo esperado con
base en la fórmula de Poiseuille-Hagen.

Transporte de gases:

La oxigenación de la sangre se mide según la presión parcial del oxígeno. Un 98,5 % del oxígeno
está combinado con la hemoglobina, solo el 1,5 % está físicamente disuelto. La molécula de
hemoglobina es la encargada del transporte de oxígeno en los mamíferos y otras especies.
Con la excepción de la arteria pulmonar y la arteria umbilical, y sus venas correspondientes,
las arterias transportan la sangre oxigenada desde el corazón y la entregan al cuerpo a través de
las arteriolas y los tubos capilares, donde el oxígeno es consumido. Posteriormente, las venas
transportan la sangre desoxigenada de regreso al corazón.
Bajo condiciones normales, en humanos, la hemoglobina en la sangre que abandona los pulmones
está alrededor del 96-97 % saturada con oxígeno; la sangre "desoxigenada" que retorna a los
pulmones está saturada con oxígeno en un 75 %.3 Un feto, recibiendo oxígeno a través de la
placenta, es expuesto a una menor presión de oxígeno (alrededor del 20 % del nivel encontrado en
los pulmones de un adulto), es por eso que los fetos producen otra clase de hemoglobina con
mayor afinidad al oxígeno (hemoglobina F) para poder extraer la mayor cantidad posible de
oxígeno de su escaso suministro.4
Véase también: Hematosis

Transporte de dióxido de carbono:


Cuando la sangre sistémica arterial fluye a través de los capilares, el dióxido de carbono se
dispersa de los tejidos a la sangre. Parte del dióxido de carbono es disuelto en la sangre. Y, a la vez,
algo del dióxido de carbono reacciona con la hemoglobina para formar carboamino hemoglobina.
El resto del dióxido de carbono (CO2) es convertido en bicarbonato e iones de hidrógeno. La
mayoría del dióxido de carbono es transportado a través de la sangre en forma de iones de
bicarbonato (CO3H-).
Transporte de iones de hidrógeno:
Algo de la oxihemoglobina pierde oxígeno y se convierte en desoxihemoglobina. La
desoxihemoglobina tiene una mayor afinidad con H+ que la oxihemoglobina, por lo cual se asocia
con la mayoría de los iones de hidrógeno.

Circulación de la sangre

La función principal de la circulación es el transporte de agua y de sustancias vehiculizadas


mediante la sangre para que un organismo realice sus actividades vitales.
En el hombre está formado por:

 Arterias: las arterias están hechas de tres capas de tejido, uno muscular en el medio y una
capa interna de tejido epitelial.
 Capilares: los capilares están embebidos en los tejidos, permitiendo además el intercambio de
gases dentro del tejido. Los capilares son muy delgados y frágiles, teniendo solo el espesor de
una capa epitelial.
 El corazón: órgano musculoso situado en la cavidad torácica, entre los dos pulmones. Su
forma es cónica, algo aplanado, con la base dirigida hacia arriba, a la derecha, y la punta hacia
abajo, a la izquierda, terminando en el 5º espacio intercostal.5
 Venas: las venas transportan sangre a más baja presión que las arterias, no siendo tan fuerte
como ellas. La sangre es entregada a las venas por los capilares después que el intercambio
entre el oxígeno y el dióxido de carbono ha tenido lugar. Las venas transportan sangre rica en
residuos de vuelta al corazón y a los pulmones. Las venas tienen en su interior válvulas que
aseguran que la sangre con baja presión se mueva siempre en la dirección correcta, hacia el
corazón, sin permitir que retroceda.
El Musculo cardíaco: El corazón es un órgano muscular que tiene cuatro cámaras, cada una
de las cuales juega un papel crucial en el bombeo de la sangre que circula por todo el cuerpo.
Casi todos nosotros somos conscientes sobre el mecanismo de trabajo del corazón humano y su
importancia en el bienestar de un individuo. Pero, por desgracia, no muchos de nosotros
conocemos las características del músculo cardíaco. En el cuerpo humano existen tres tipos de
músculos, el músculo cardíaco es uno de ellos.
Características del tejido muscular cardíaco
El músculo cardíaco está presente en la pared protectora del corazón, particularmente
concentrado en la parte del miocardio. El mantenimiento de una resistencia óptima del músculo
es crucial para el funcionamiento normal del corazón. Se requiere un suministro adecuado de
oxígeno, la insuficiencia del mismo causa deterioro o incluso la muerte de las células
musculares. Cualquier anomalía en la estructura del músculo cardíaco crea las condiciones
médicas, que pueden ser de leves a graves. Para una mejor comprensión de la estructura y las
funciones del músculo cardiaco, vea los siguientes puntos:
Las células del músculo cardíaco
Las células que componen el músculo cardíaco se denominan colectivamente como
cardiomiocitos. Contienen un número múltiple de las mitocondrias, que permiten su respiración
aeróbica que tendrá lugar constantemente. La rama de células al azar y entrelazadas entre sí, se
asemeja a una malla. Esto le da fuerza a las paredes del corazón para soportar una mayor
presión, sometidas a las repetidas contracciones en el bombeo de sangre.
Singularidad del músculo cardíaco
El carácter único del músculo cardíaco es que solo está presente en el corazón, no en otras
partes del cuerpo. Es involuntario en la función, es decir, la función del músculo cardíaco está
controlada involuntariamente. Las características únicas del músculo cardíaco son la presencia
de células ramificadas. Estas células están conectadas por medio de discos intercalados.
Las células marcapasos del músculo cardíaco
Además de los cardiomiocitos del músculo cardíaco, hay algunas células especializadas, llamadas
las células marcapasos. Ellas son las responsables de iniciar y controlar el latido del corazón.
Funcionalmente, las células marcapasos regulan los impulsos eléctricos del corazón, lo cual
desempeña un papel directo en el mantenimiento de la frecuencia cardíaca.
Estructura del músculo cardíaco
El músculo cardíaco se asemeja a los músculos de tipo esquelético debido a que ambos
muestran estriaciones transversales. En cuanto a la similitud con el músculo liso se refiere,
ambos tipos de músculos tienen el núcleo central.
Función del músculo cardiaco
Una de las características que vale la pena mencionar es la perfecta coordinación de las células
durante la contracción y latidos de corazón. La principal función del músculo cardíaco es
bombear la sangre a los vasos sanguíneos, para la circulación a través del cuerpo. Para este
propósito, el músculo cardíaco recibe oxígeno y nutrientes a través de las arterias coronarias.
Contracción del músculo cardiaco
¿Qué tan especial es el músculo cardíaco en su contracción? Las células del miocardio son las
responsables de la contracción de las paredes del corazón, que es crucial para el bombeo de
sangre desde el ventrículo. La comunicación de los cardiomiocitos para la contracción se realiza
por medio de los discos intercalados que están dispuestos correctamente entre las células.
Como puede ver, las características de un músculo cardíaco se distinguen, en comparación con
otros tipos de músculos. Cuando se observa un músculo cardíaco con un microscopio sofisticado,
las células tienen apariencia estriada. Esto es debido a los filamentos de las proteínas puestas de
una manera particular. Se sabe que las células del músculo del corazón tienen una tasa muy
pequeña de regeneración. En la actualidad, más estudios de investigación están en curso para
averiguar la capacidad de regeneración del músculo cardiaco.
EL CICLO CARDIACO: Es la secuencia de eventos eléctricos, mecánicos, sonoros y de presión, relacionados con el
flujo de sangre a través de las cavidades cardiacas, la contracción y relajación de cada una de ellas (aurículas y
ventrículos), el cierre y apertura de las válvulas y la producción de ruidos a ellas asociados. Este proceso transcurre en
menos de un segundo. La recíproca de la duración de un ciclo es la frecuencia cardíaca (como se suele expresar en latidos
por minuto, hay que multiplicar por 60 si la duración se mide en segundos).

Fases del ciclo cardíaco[editar]

Fases del ciclo cardíaco.

En cada latido se distinguen cinco fases:

1. Sístole auricular
2. Contracción ventricular isovolumétrica
3. Eyección
4. Relajación ventricular isovolumétrica
5. Llenado auricular pasivo
Las tres primeras corresponden a la sístole (contracción miocárdica, durante la cual el corazón expulsa la sangre que hay
en su interior) y las dos últimas a la diástole (relajación cardiaca, durante el cual el corazón se llena de sangre). La diástole
es más larga que la sístole: aproximadamente dos tercios de la duración total del ciclo corresponden a la diástole y un tercio
a la sístole.
Sístole auricular

El ciclo se inicia con un potencial de acción en el nódulo sinusal que en un principio se propagará por las aurículas
provocando su contracción. Al contraerse éstas, se expulsa toda la sangre que contienen hacia los ventrículos. Ello es
posible gracias a que en esta fase, las válvulas auriculoventriculares (Mitral y Tricúspide) están abiertas, mientras que las
sigmoideas (Aórtica y Pulmonar) se encuentran cerradas. Al final de esta fase; toda la sangre contenida en el corazón se
encontrará en los ventrículos, dando paso a la siguiente fase.
Contracción ventricular isovolumétrica

La onda de despolarización llega a los ventrículos, que en consecuencia comienzan a contraerse. Esto hace que la presión
aumente en el interior de los mismos, de tal forma que la presión ventricular excederá a la auricular y el flujo tenderá a
retroceder hacia estas últimas. Sin embargo, esto no ocurre, pues el aumento de la presión ventricular determina el cierre
de las válvulas auriculoventriculares, que impedirán el flujo retrógrado de sangre. Por lo tanto, en esta fase todas las
válvulas cardiacas se encontrarán cerradas.
Eyección

La presión ventricular también será mayor que la presión arterial en los grandes vasos que salen del corazón (tronco
pulmonar y aorta) de modo que las válvulas sigmoideas se abrirán y el flujo pasará de los ventrículos a la luz de estos
vasos. A medida que la sangre sale de los ventrículos hacia éstos, la presión ventricular irá disminuyendo al mismo tiempo
que aumenta en los grandes vasos. Esto termina igualando ambas presiones, de modo que parte del flujo no pasara, por
gradiente de presión, hacia la aorta y tronco pulmonar. El volumen de sangre que queda retenido en el corazón al acabar la
eyección se denomina volumen residual, telesistólico o volumen sistólico final; mientras que el volumen de sangre eyectado
será el volumen sistólico o volumen latido (aproximadamente 70mL).
Relajación ventricular isovolumétrica

Corresponde al comienzo de la diástole o, lo que es lo mismo, al periodo de relajación miocárdica. En esta fase, el
ventrículo se relaja, de tal forma que este hecho, junto con la salida parcial de flujo de este mismo (ocurrido en la fase
anterior), hacen que la presión en su interior descienda enormemente, pasando a ser inferior a la de los grandes vasos. Por
este motivo, el flujo de sangre se vuelve retrógrado y pasa a ocupar los senos aórtico y pulmonar de las valvas sigmoideas,
empujándolas y provocando que éstas se cierren (al ocupar la sangre los senos aórticos, parte del flujo pasará a las arterias
coronarias, con origen en estos mismos). Esta etapa se define por tanto como el intervalo que transcurre desde el cierre de
las válvulas sigmoideas hasta la apertura de las auriculoventriculares.
Llenado auricular pasivo

Durante los procesos comentados anteriormente, las aurículas se habrán estado llenando de sangre, de modo que la
presión en éstas también será mayor que en los ventrículos, parcialmente vaciados y relajados. El propio gradiente de
presión hará que la sangre circule desde las aurículas a los ventrículos, empujando las válvulas mitral y tricúspide, que se
abrirán permitiendo el flujo en este sentido. Una nueva contracción auricular con origen en el nódulo sinusal finalizará esta
fase e iniciará la sístole auricular del siguiente ciclo.

Factores:
Es importante recordar que existen diversos determinantes de la función cardíaca que pueden alterar las fases del ciclo:
la precarga, la poscarga, el inotropismo, la distensibilidad y la frecuencia.

1. La precarga depende del volumen del ventrículo al final de la diástole (VFD).


2. La poscarga representa la presión aórtica en contra de la que el ventrículo debe contraerse.
3. El inotropismo corresponde a la fuerza intrínseca que genera el ventrículo en cada contracción como bomba
mecánica.
4. La distensibilidad se refiere a la capacidad que el ventrículo tiene de expandirse y llenarse durante la diástole.
(Ley de Frank-Starling)
5. La frecuencia cardíaca, es el número de ciclos cardíacos por unidad de tiempo.

Sistema de conducción eléctrica:


Artículo principal: Sistema de conducción eléctrica del corazón

Estrucuras del sistema de conducción.

1. Nódulo sinoauricular 6. Fascículo anterior izquierdo


2. Nódulo auriculoventricular 7. Ventrículo izquierdo
3. Haz de His 8. Tabique interventricular
4. Rama izquierda 9. Ventrículo derecho
5. Fascículo posterior izquierdo 10. Rama derecha
Durante la contracción ventricular, el miocardio de ambos ventrículos es excitado simultáneamente (tinte violeta).

1. Nódulo sinoauricular

2. Nódulo auriculoventricular

La acción de bombeo del corazón proviene de un sistema intrínseco de conducción eléctrica. El impulso eléctrico se genera
en el nódulo sinusal o nódulo sinoauricular, que es una pequeña masa de tejido especializado localizada en el atrio derecho
del corazón. A continuación, el impulso eléctrico viajará hasta el nódulo atrioventricular, donde se retrasan los impulsos
durante un breve instante, y después continúa por la vía de conducción a través del haz de His (el cual se divide en una
rama derecha y otra izquierda) hacia los ventrículos. La vía de conducción finaliza en una serie de fibras denominadas
fibras de Purkinje.
La capacidad que posee el corazón para generar un impulso eléctrico reside en las células que lo forman. Estos
miocardiocitos son autoexcitables, lo que significa que no requieren la presencia de un estímulo externo para generar una
respuesta contráctil; y rítmicas lo cual les permite mantener una frecuencia de contracción suficiente para mantener la
actividad de bombeo sin detenerse.
El nódulo sinusal (también llamado nódulo sinoatrial) está formado por un grupo de fibras auriculares que presentan la
ritmicidad más alta. Por ello, su actividad es la que marca la frecuencia básica del corazón y se las denomina células
marcapasos. Este nódulo genera regularmente un impulso eléctrico 60 a 100 veces por minuto en condiciones normales. El
potencial de acción se propagará por las células cardíacas gracias a uniones tipo gap existentes entre ellas. De esta
manera, la despolarización iniciada en el nódulo sinusal se expande por todas las fibras auriculares de arriba abajo, a través
de cuatro haces que salen del nódulo:

 Los tres primeros recorren el atrio derecho, y son la rama anterior, rama media y rama posterior
 La cuarta rama es la rama para el atrio izquierdo, y se dirige a este lugar.
De esta forma los atrios derecho e izquierdo son estimulados en primer lugar y se contraen durante un breve período de
tiempo antes de que lo hagan el resto de cavidades. La despolarización alcanza el nódulo auriculoventricular, situado en
la cruz cardíaca (localizada en el cruce de los septos interatrial e interventricular con el septo atrioventrivular). En este punto
existen los anillos fibrosos o esqueleto cardíaco. Se produce un enlentecimiento de la propagación (retraso de 0,1 seg)
debido a la geometría de las fibras. Este nodo se caracteriza por ser un haz estrecho con pocas uniones tipo gap, por lo que
la velocidad de conducción del impulso es más baja y se da lugar a este retraso.
A continuación, el potencial se desplaza rápidamente a través del haz de His, el cual se dividirá en una rama derecha y
una rama izquierda. Estas ramas recorren todo el septo interventricular. Su función es generar la contracción del septo. Por
último, las fibras de Purkinje o red subendocárdica recorren las paredes libres de los ventrículos derecho e izquierdo para
generar la contracción ventricular.
Función de las aurículas: La aurícula derecha recibe la sangre carbooxigenada que proviene de las venas
cavas superior e inferior, tras haber recorrido el organismo. A través de la válvula tricúspide pasa esa sangre al ventrículo
derecho, el cual a su vez la bombea hacia la arteria pulmonar a través de la válvula pulmonar. En los pulmones, esa sangre
se oxigena y regresa al corazón a través de las venas pulmonares, que desembocan en la aurícula izquierda. A través de
la válvula mitral, esta sangre pasa al ventrículo izquierdo y, desde allí, a través de la válvula aórtica, a la aorta, desde donde
se distribuye a todo el organismo

Función de los ventrículos y las válvulas:

El ventrículo izquierdo es el que tiene las paredes más anchas, ya que debe bombear la sangre oxigenada hacia todo el
organismo. En este ventrículos nace la principal arteria del cuerpo, la aorta, que poco después de su salida del corazón
comienza a ramificarse, dando lugar a otras importantes arterias, como la carótida, que lleva sangre hacia el cerebro, la
arteria subclavia y el tronco braquiocefálico. La sangre fluye gracias al impulso brindado por la contracción del ventrículo
izquierdo y por la elasticidad de las arterias. En los capilares, el oxígeno que la sangre transporta es cedido hacia los
tejidos, y la sangre comienza a retornar hacia el corazón, a través de las venas. Las venas principales, la vena cava
superior y la vena cava inferior, llevan la sangre pobre en oxígeno hacia la aurícula derecha, que a su vez la vierte al
ventrículo derecho. Luego, la contracción del ventrículo derecho, envía la sangre hacia los pulmones, para que se oxigene,
y luego de pasar por estos órganos, la sangre retorna a la aurícula izquierda a través de las venas pulmonares. La aurícula
vierte la sangre hacia el ventrículo izquierdo, cerrándose así el ciclo.

El tabique que separa ambos ventrículos y ambas aurículas se llama tabique interventricular. Este tabique es muy
importante ya que contiene el haz de His. Es un grupo de células especializadas, que transmiten el impulso nervioso desde
el nodo sinusal, donde se origina, hasta los ventrículos, para que éstos se contraigan.

Las válvulas del corazón o arterias cardíacas se encuentran en los conductos de salida de las cuatro cavidades
del corazón, donde cumplen la función de impedir que la sangre fluya en sentido contrario,1 lo cual se consigue al mantener
aislado el flujo sanguíneo por un instante en alguna de las cuatro cavidades. Con las diferentes contracciones del corazón,
sus cuatro cavidades también se contraen en una secuencia determinada para poder bombear la sangre en una dirección.
Sin las válvulas, la sangre volvería a la cavidad después de la contracción, con lo cual el corazón no cumpliría su propósito
de irrigar sangre al resto del cuerpo.

Las válvulas están formadas por unas membranas finas que son resistentes a la presión y procuran la apertura y
cierre de las aurículas y los ventrículos. Están constituidas por tejido endotelial, que es el mismo que recubre el
interior de los vasos sanguíneos y el corazón. Tipos de válvulas[editar]
Las válvulas cardiacas son cuatro y se clasifican en dos grupos:
Válvulas atrioventriculares

Vista quirúrgica de prolapso por ruptura de cuerda en velo anterior V. Mitral

1. Válvula bicúspide o antiguamente mitral: impide que la sangre retorne del ventrículo izquierdo a la aurícula
izquierda. Está formada por dos membranas, las cuales reciben cuerdas tendinosas de los músculos papilares
anterior y posterior, situados en la pared externa del ventrículo izquierdo.2
2. Válvula tricúspide: impide que la sangre retorne del ventrículo derecho a la aurícula derecha. Está formada por
tres membranas, las cuales reciben cuerdas tendinosas ancladas directamente a las paredes del ventrículo
derecho.1 Del músculo papilar septal o interno sale de forma independiente el músculo papilar del cono arterial o
de Lushka, que contribuye a delimitar el infundíbulo o cono arterial, conducto por el que circula la sangre desde
ese ventrículo derecho hasta la arteria pulmonar.
Válvulas semilunares

1. Válvula sigmoidea aórtica: impide que la sangre retorne desde la aorta al ventrículo izquierdo. Está formada por
tres membranas, dos anteriores y una posterior, con una morfología similar a la de un nido de golondrina. Esta
válvula se ubica entre el ventrículo izquierdo y la arteria aorta. 3
2. Válvula pulmonar: impide que la sangre retorne del conducto pulmonar al ventrículo derecho. Está formada por
tres membranas, dos posteriores y una anterior, asemejándose también a un nido de golondrina. Esta se halla en
la abertura situada en el ventrículo derecho por el cual sale el tronco pulmonar.3 La válvula sigmoidea pulmonar
tiene una presión de 8 mmhg.

Regulación de la función cardíaca:

Irrigación del corazón:

La irrigación se va a llevar a cabo por una especializada red vascular que se dispone en círculo alrededor del
órgano. Las arterias encargadas de irrigar al corazón serán las coronarias, que se encuentran en número de
dos, derecha e izquierda (ver imagen).

La arteria coronaria izquierda nace del ostium de la aorta, su calibre en el adulto es de aproximadamente de 3
a 4 mm. En su nacimiento forma el tronco de la coronaria izquierda (TCI) de una longitud de 3 a 4 cm., el
mismo se relaciona por detrás con el tronco de la arteria pulmonar, luego se inclina hacia la izquierda y por
último abajo y adelante e inmediatamente se bifurca dando sus dos ramas terminales: descendente anterior y
circunfleja.

La arteria descendente anterior (DA) va ir descendiendo por el surco interventricular anterior hasta llegar al
vértice del corazón lo bordea 1,5 cm aproximadamente por detrás y a la derecha, pasando así a la cara
inferior donde termina. Esta arteria posee numerosas ramas colaterales: del ventrículo izquierdo, las
diagonales para la pared anterior del ventrículo en número inconstante de 3 a 5. Del ventrículo derecho, rama
del cono arterioso y rama anastomótica para la marginal derecha. Y por último, ramas interventriculares
septales, existe una decena que se profundizan en el tabique interventricular al cual irrigan sus 2/3 parte
anterior.

La arteria circunfleja (Cx), discurre por el surco auriculoventricular dirigiéndose hacia la izquierda y termina a
través de las ramas auriculoventriculares en la cara inferior del ventrículo izquierdo. Sus colaterales son:
ramas auriculares anteriores, intermedias y anastomóticas. Y ramas ventriculares, marginales, rama posterior
del ventrículo izquierdo y ramas ventriculares anteriores izquierdas.

Por lo tanto los territorios que irriga la arteria coronaria izquierda son:

 Aurícula izquierda.
 Casi la totalidad del ventrículo izquierdo.
 Parte del ventrículo derecho.
 La mayor parte del tabique interventricular (2/3 partes anterior) incluido el haz auriculoventricular del tejido de conducción.
 El nodo sinusal (40% de las personas).

La arteria coronaria derecha (CD), en el 90% de los casos dominante porque da la arteria descendente
posterior, en caso contrario la circunfleja es quien dará esta rama. Nace del seno de la aorta, tiene un calibre
de 3 a 4 mm aproximadamente, su trayecto la conduce hacia abajo, hacia delante y a la derecha por el surco
auriculoventricular luego gira se dirige hacia la izquierda por la cara posterior del surco y da su rama terminal
en el 90% la descendente posterior. Sus ramas colaterales son: vasculares, auriculares y ventriculares.

La arteria coronaria derecha irriga:

 Aurícula derecha.
 Casi todo el ventrículo derecho.
 Cara inferior del ventrículo izquierdo.
 1/3 posterior del tabique interventricular.
 El nodo auriculoventricular y en el 55% de los casos el nodo sinusal.

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