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Carnaval de Cajamarca

Una de las Tradiciones más populares y alegres de nuestro país son los Carnavales. El
carnaval es una celebración pública que tiene lugar inmediatamente antes de la cuaresma
cristiana, con fecha variable (desde finales de enero hasta principios de marzo según el
año), y que combina algunos elementos como disfraces, desfiles, y fiestas en la calle.

El Carnaval de Cajamarca es una de las festividades más grandes y el carnaval más


importante celebrado en el Perú, razón por la cual Cajamarca fue llamada por ley del
Congreso de la República como Capital del Carnaval Peruano.

El “Ño Carnavalón” es el festivo personaje que marca la diferencia durante la fiesta


carnavalesca acompañado de músicos, coplas improvisadas y matarinas de versos
pícaros y amorosos. Ademas de expresiones culturales y tradicionales, como por ejemplo,
el concurso entre los cinco barrios de Cajamarca, que se alistan todo el año para la
contienda musical.

Este carnaval nos trae inconfundibles melodías e ingeniosas y humorísticas letras. Sus
coplas inprovisadas y matarinas contienen también versos pícaros y amorosos, cantados a
contrapunto.

El carnaval cajamarquino se inicia con los “Pregones de Fiesta de Barrios”, el “Matrimonio


del Ño Carnavalón y Doña Carnavalona”, y los bailes del “Clon Valiente” y del “Manantial
del Amor”. Días previos al carnaval se celebra la elección de la "Señorita Carnaval".

El Domingo

El domingo anterior al miércoles de ceniza se lleva a cabo el Gran Corso de Carnaval.


Desde las diez de la mañana hasta la tarde, el corso recorre la ciudad con el Rey Momo
acompañado de las patrullas y comparsas, bailando y cantando por las calles. A ritmo del
"Silulo", "La Carolina", "Cumbe-Cumbe" y "La Matarina", la población y sus visitantes
nacionales e internacionales bailan alrededor de La Unsha. Por las noches los bailes de
antifaces, noche de reinas, unshas, cortamontes y cuyadas son la diversión de los
cajamarquinos y sus visitantes hasta la madrugada.

El color y el calor de las calles

Coplas de carnaval se escuchan en cada esquina de Cajamarca. El color toma por asalto
las calles. El carnaval ha llegado con su carga de alegría, festejo, música y originales
disfraces. Nadie se salva de un baldazo de agua, de los tintes y un buen trago de chicha
de jora.

Una situación que se repite año tras año y que reviste especial interés para los
cajamarquinos celebrarla a lo grande. Es su fiesta. Sería un insulto para ellos el no salir a
las calles, guitarra en mano y visitar a su vecino para cantarle alguna ingeniosa copla. Es
que en cada cajamarquino existe un coplista innato: Cuando bebo me emborracho / que
hasta no sé qué hacer/ abrazo a una y a otra / creyendo que es mi mujer. Tres días que
transforman radicalmente la ciudad.

Nadie se resiste al embrujo de la celebración, pues cada barrio tradicional como San
Pedro, San Sebastián, Cumbemayo, La Merced, Dos de Mayo, San José y Pueblo Nuevo,
dejan en libertad a sus Patrullas y Comparsas, compuestas íntegramente por gran
cantidad de jóvenes entusiastas. Ellos tienen la festiva misión de visitar cada rincón de la
ciudad, bailando, y mostrando la colorida originalidad de sus disfraces.
El Clon

En las Patrullas y Comparsas siempre destaca el Clon, personaje cubierto de un enorme


sombrero en forma de cucurucho, ropas anchas y llamativas y una careta hecha en base a
alambre finamente tejido. Todos ellos, seguidores de Ño Carnavalón, serán personajes
habituales en las calles. Los clones son quienes encabezan, junto a Ño Carnavalón un día
sábado de febrero, el gran corzo típico de los lunes.

Lunes, día central del carnaval

El punto culminante es la entrada del Ño Carnavalón. Este festivo personaje, que marca
el final del carnaval, y baja a la ciudad acompañado de comparsas, patrullas, cabezones,
llenando el espíritu de alegría, huayno, marineras y cashuas, junto con alguno que otro
ritmo moderno. Algo característico del corso carnavalesco son las Comparsas de payasos.

Esta fecha en la Plaza de Armas se convierte en un loquerío. Las Patrullas y Comparsas


desfilan, bailando y cantando ante un jurado calificador que designará a la mejor de ellas.
Además se elegirá el mejor disfraz de todo el certamen, el cual luego pasará a conformar
una colección de los mejores trajes de carnavales a través de los años. Al día siguiente se
inicia el Corso de Carnaval, uno de los más pintorescos espectáculos que se realizan en
todo el Perú.

Por lo menos sesenta carros alegóricos de cada barrio e instituciones desfilan por las
principales calles de la ciudad y la Plaza de Armas. Las reinas reciben el aplauso y silbidos
de admiración del público apostado en la calles. Son cinco horas donde nadie se mueve
de su lugar, que es reservado con una necesaria amanecida. Luego que termina el desfile,
cada barrio reúne a sus habitantes v celebra su propia Unsha, un cortamonte al mejor
estilo cajamarquino, regadas de coplas y copas. Pero la fiesta tiene que terminar.

Martes de Carnaval

Ocurre el sentido deceso y velorio de Ño Carnavalón. Muchos salen vestidos de luto, y


sus "viudas" no se cansan de llorar sobre su ataúd colocado en el barrio de Santa
Apolonia. Mientras tanto, el pueblo "sufre" esta muerte con alborozo, aderezada con
cigarros, licor y un suculento caldo de cabeza que es distribuido entre los concurrentes.

Miércoles de Ceniza

Se realiza el entierro de Ño Carnavalón en los Baños del Inca. Allí, ante todo el pueblo
cajamarquino, se lee el testamento de este personaje. En este documento deja picarescos
y sarcásticos bienes a las autoridades y personajes del lugar, lo que causa la hilaridad total
entre los presentes. Después de leerse el testamento se procede a quemar al Ño
Carnavalón entre el "Llanto" desconsolado de sus viudas. "Pero estamos seguros que el
próximo año volverá para alegrarnos nuevamente la vida, cantando quizá: A mi guitarra la
quiero/ más que el chicharrón caliente/ porque con mi guitarra/ tomo chicha y aguardiente.

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