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Taller de investigación 1
Melodías residentes
Resumen
El articulo comienza hablando de una mujer que fue diagnosticada con depresión y
trastorno de estrés postraumático, entra a una cámara donde las paredes están
tapizadas por hule espuma color blanco y mientras esta acostada empieza su
terapia con su médico, él le pide que se relaje y que empiece a hablar de las
experiencias negativas que la molestan y la tienen en el estado que esta, cuando
empieza a hablar empieza a escuchar con un volumen muy bajo una nota que
apenas y puede percibir, mientras habla el volumen empieza a aumentar y de una
nota pasa a ser una melodía muy agradable a los oídos de la mujer, se deja llevar
y entra en una especie de trance. Posteriormente la mujer se despierta de este
estado y ella siente que pasaron horas cuando en realidad solo pasaron minutos,
se siente sumamente relajada, como si hubiera dejado un gran peso atrás, cuando
regresa a casa empieza a tararear la canción y cuando el efecto deja de suceder,
entra a la página de internet donde está la canción y se percata de que aunque no
es la misma, en esencia lo es y le brinda paz y seguridad, ahí es cuando nota que
la canción de su terapia está programada para no repetirse igual y tener el mismo
efecto.
El compositor británico Max Richter compuso un álbum llamado Sleep, mismo que
tiene una duración de 505:21 minutos, el tiempo que se recomienda para dormir, la
idea es una obra progresiva que ayuda a tener un sueño reparador o relajarse
mientras se realizan actividades como trabajar frente a la computadora, además se
busca que las notas son detonantes de la creatividad. El músico colaboro con el
neurocientífico estadounidense David Eagleman quien lo asesoro sobre el tipo de
funciones cerebrales que se realizan al dormir, Sleep es un álbum que busca
empatar música con el tiempo y frecuencias que se genera en el cerebro cuando se
duerme. La idea del músico era realizar una pieza que pudiéramos comprender
mientras dormimos.
De manera empírica sabemos que la música puede provocar estados en las
personas, por ello el doctor Stefan Koelsch afirma que la música puede provocar
actividad en las estructuras cerebrales, por ejemplo algunas zonas como la
amígdala, el hipocampo o el hipotálamo se pueden ver afectadas por algún tipo de
música, por lo que modular el tipo de música puede servir como tratamiento de
desórdenes neurológicos, podrían tratarse la depresión, ansiedad patológica, estrés
o incluso el Parkinson, sin embargo aún se tienen que realizar estudios para
garantizar su efectividad.
Los expertos en música y computación, combinan sus conocimientos para crear lo
que se conoce como neuroinformatica, estudian el análisis de datos y herramientas
de software para su aplicación en neurociencias, tratan de crear lo que se conoce
como biopersonalizacion que es como lo que utiliza Spotify, pero la idea es que la
frecuencia de los pulsos eléctricos generados por el cerebro vayan indicando que
tipo de música estimularía los centros de placer del cerebro, buscando personalizar
las sugerencias de acuerdo a los estados de ánimo de cada individuo.
En cuanto a las terapias para tratar desórdenes mentales, se podría realizar que se
diseñen a medida del paciente y que una inteligencia artificial sea capaz de realizar
una melodía a partir de los registros fisiológicos del paciente analizando las
reacciones en su interior, en principio un cuestionario contestado por el paciente le
diría a la inteligencia artificial que tipo de música escucha actualmente y en su
infancia, los géneros que disfruta y que compartió con seres queridos, esto provoca
reacciones y emociones. La inteligencia artificial producirá o mezclará una canción
de acuerdo a lo que necesita el individuo para contrarrestar algún padecimiento o
aliviarlo, mejorar desempeño laboral, motivarlo o relajarlo.
Desde el momento de nuestro nacimiento nos hemos visto envueltos por sonidos
rítmicos, es una actividad bastante agradable para la mayoría de las personas, ya
que existe una amplia variedad de géneros, por lo que todos los gustos estarían
satisfechos. A veces basta con escuchar los primeros segundos de una canción
para saber de qué canción se trata, el cantante, músicos, compositores etc. O
incluso nombrando cualquiera de los elementos anteriores, se dice que los sonidos
han infectado nuestra mente haciendo un nido, residiendo permanentemente en
nosotros, es común que nos encontremos en cualquiera de nuestra actividades
diarias tarareando de manera inconsciente el jingle de un comercial muy pegadizo.
Todo apunta a que el proceso está asociado con la neo corteza cerebral y el
cerebelo pero esto es más un episodio íntimo de cada persona, Oliver Sacks
menciona que este tipo de tonadas pegadizas no son problemáticas y que no ocurre
diariamente, pero cuando sucede no suele durar más de 24 horas, es decir exceden
nuestra capacidad estándar de memoria auditiva normal. Daniel Levitin aclara que
no es que toda la canción se quede en nuestra memoria, si no apenas unos 15 o 30
segundos que es nuestra capacidad auditiva de corto plazo, por eso es que son tan
pegadizas los jingles de publicidad.